Cenas, fiestas y cosas de la vida (Cap. 24)

Cap. XXIV – Cada cosa en su sitio.

Cap. XXIV – Cada cosa en su sitio.

Carmen y Juan estaban muy cerca de empezar una vida en común, él tenía el apartamento pagado hasta final de mes y poco a poco iba haciendo la mudanza llevando cosas al piso de Carmen, un día de aquellos se quedaría a dormir definitivamente cada noche con ella. Lo decidieron así porque pensaron que trasladarse Carmen al suyo sería más largo y costoso, él no tenía casi nada para llevarse, la poca ropa que utilizaba y cuatro cosas más, además Carmen estaba pagando una hipoteca y Juan estaba de alquiler, podía seguir pagando un alquiler ficticio y ayudarla a ella en los gastos de la casa.

A Carmen todavía le rondaba por la cabeza lo que había pasado con Antonio, se remontó al principio de todo haciéndose algunas preguntas, ¿Por qué se empeñó en que la acompañara Juan aquel primer día que se enrollaron?, él también era quién sobre todo al principio insistía para que Juan fuera a cenar con ellos, después de la primera copa los dejaba solos, se quedaban ellos dos sentados en el sofá haciéndose compañía con largas conversaciones, la situación en aquellos momentos no era fácil, los dos tenían remordimientos de lo que estaban haciendo pero la verdad no la podía ocultar nadie, ella no estaba satisfecha sexualmente con su matrimonio, eso era una realidad, no quería serle infiel a Antonio pero tenía que sobrevivir a base de pajas, sola o con él al lado intentando ayudarla.

Empezar a follar con Juan le abrió otra perspectiva, Juan era tan buena persona como Antonio pero todo lo contrario en la cama, sexualmente la dejaba totalmente satisfecha y más, alguna vez que se había calentado como el pico de una plancha se la había follado con tantas ganas que había salido de su apartamento con el coño escocido. Como decía, ese panorama no era fácil de llevar, Carmen en algún momento vio una solución, habló con Juan, le propuso separarse de Antonio, le fue sincera explicándole sus problemas con su marido, Juan consiguió tranquilizarla y reflexionar juntos, a los dos les daba mucha pena que se separara de Antonio, él además sabía que perdería un buen amigo, la propuesta que le hizo Juan fue que no lo dejara, él se comprometía a estar con ella los martes y jueves más el día que ella necesitara hablar o cualquier cosa, con ese compromiso entre los dos fueron viviendo, para Carmen no era ningún sacrificio, ella quería Antonio, aunque Juan era otra cosa, aparte de quererlo sexualmente tenían una compenetración bestial.

Para Juan no era tan fácil, le propuso que no dejara a su marido - amigo cuando él estaba totalmente enamorado de ella, desde el primer día que la conoció, que se la presentó Antonio. Aquella noche de alcohol y fiesta que acabó follando con Carmen y encima por su error de apreciación, todo se complicó, lo que hasta ese momento era un amor platónico se convirtió en una persona de carne y hueso que follaba con él, y de qué manera, lo ponía a cien.

Cuantas noches de cenas en el apartamento de la pareja Antonio se iba a dormir dejándolos solos, hablaban horas mirándose a los ojos, sabiendo que llegaría el martes y pegarían un polvazo en la intimidad de su apartamento, donde solo existirían por esas horas ella y él. Cuando se despedían muchas veces se magreaban en la entradita con la puerta cerrada, él le tocaba el coño y ella le hacía una media paja para que se la acabara cuando llegara a su apartamento, será una tontería pero nunca quisieron acabar algo sexual que no fueran besos o magreos en la casa del matrimonio, para eso ya tenían la de Juan.

Luego pasó lo de la desaparición de unas bragas sucias, Carmen sabía que se las había llevado Antonio, solo tuvo que hacerle el comentario para darse cuenta que había sido él, cuando se vieron con Juan lo primero que hizo fue enseñárselas, se las quedó él evidentemente, no podían volver a aparecer en su casa, Antonio sospecharía, o eso pensaron ellos en aquel momento, el por qué se las dio a Juan siempre fue un misterio, ¿Para calentarlo?, ¿Para que pensara más en Carmen?

Antonio en una larga conversación con su mujer, cuando se separaron definitivamente le aclaró unas cuantas cosas, al principio veía claramente que no era capaz de satisfacerla sexualmente, que si seguía así ella tarde o temprano se cansaría de la situación, la solución que encontró era poder liarla con su mejor amigo, si Juan se la follaba y ella estaba satisfecha, todos contentos, cuando definitivamente los vio follar en directo se dio cuenta que ya lo habían hecho antes, la primera vez puede que no, pero al verlos varias veces lo tuvo claro, que Juan estaba enamorado de Carmen también lo sospechaba desde siempre, cuando le hablaba de ella intentaba escabullir la conversación, por eso mismo veía factible que se follara a su mujer, sabiendo al principio que corría el riesgo de que se enamoraran los dos y lo dejaran a él aparte.

Más tarde esa posibilidad ya no le preocupó, un día, casi como si le cayera una piedra en la cabeza se dio cuenta de una cosa, algo que jamás había pensado en ello y que de pronto descubrió, le atraían los hombres, hasta empezó a ver guapo a su amigo Juan y todo, el mismo se había hecho alguna vez la broma de pensar que si su mujer no lo quería como amante se lo quedaba él. No se atrevió a probarlo hasta que se aseguró que los dos follaban y podrían estar juntos si él no estaba, la primera tarde que los dejó solos se fue a un bar de ambiente, conoció a un chico que a los dos minutos estaban saliendo para ir a su apartamento, aquel chico fue su primera experiencia homosexual y le gustó, lo repitió en diferentes locales saliendo siempre con alguien con quien follar aquella misma tarde, pensó que le iba mucho mejor como gay que como heterosexual. Después conoció a Alfredo, un hombre refinado de buen gusto que le encantó. Al poco tiempo estaba viviendo con él manteniendo una relación perfecta con su amigo y su ex mujer. Lo que se quedó para él y “sus cosas” fue no decirle a Carmen que cuando empezó a follar con Juan delante de él, lo que miraba con los ojos muy abiertos era la polla de Juan no a ella.

Carmen y Juan también eran felices de poder mostrar su amor el uno por el otro sin miedos, ya se consideraban pareja, Carmen habló con Vero para hacer una cena, en ella estuvieron Néstor y Lisa, Amanda, Vero y por supuesto ellos dos, les contaron, más o menos, la historia, las sorpresa general como es lógico fue la homosexualidad o bisexualidad de Antonio, que estuviera viviendo con un hombre no se lo esperaba nadie.

Otra noticia en la cena fue el próximo cambio de casa de Lisa y Néstor, Vero lo disfrazó como que Néstor estaba llevando el negocio y que viviera cerca de ella facilitaba las reuniones de trabajo, realmente no convencieron a nadie, todos sabían cómo se miraban ellos dos y alguno hasta miró a Lisa con preocupación, ella disimuló pero se dio cuenta, la tensión sexual entre Néstor y Vero no pasaba desapercibida. Amanda estuvo toda la cena más contenta de lo habitual, le intentaron sonsacar alguna cosa pero ella se cerró en banda, no quería explicar a todos su increíble aventura liberal y lo que había disfrutado de dos hombres para ella sola, como se la habían follado y lo contenta que la dejaron. Lo que sí explicó a falta de confirmarlo es que su ex marido Julio probablemente tenía una relación con Gloria, que la llamara para preguntarle por él la puso en aviso.

Y no se equivocaba, estaban a punto de iniciar una vida en común, faltaba que Gloria se lo presentara a su hija, si tenían que vivir los tres juntos antes quería que se acostumbrara a él o incluso que le diera su opinión.

La respuesta de la adolescente fue para mear y no echar gota.

Tú deja que me ponga un piercing en el ombligo y haz con tú vida lo que quieras, le contestó, más pasota no podía ser la hija de puta, ellos se pegaron un hartón de reír pero su madre tuvo que cumplir con lo que quería la niña.

A Julio le caía muy bien, esa actitud de pasar de todo y a la vez vivir la vida con intensidad le gustaba, a Gloria no tanto, hubiera preferido una hija más responsable aunque en lo importante, los estudios, no se podía quejar, sacaba buenas notas, otra cosa era como le gustaba vestir, pintarse y llevar el pelo, más de una vez cuando se iba de casa con los amigos su madre se ponía las manos en la cabeza, Julio se descojonaba de risa.

Entre ellos todo iba a pedir de boca, convivían bien juntos, las comidas que cocinaba Julio gustaban, todo bien, por no hablar del sexo, él descubrió cosas que nunca había pensado poder hacer, como el sexo anal, lo disfrutaba de una manera increíble con Gloria, parecía hecha para darle placer, el día que después de correrse ella un par de veces se le arrodilló delante chupándole la polla esperando que se corriera en su boca y cara, Julio alucinó, los lechazos que le pegó en la cara y la boca mientras ella se tragaba todo el semen que podía lo pusieron a mil, le podía pedir cualquier cosa que ella lo complacía, igual que él a ella, era una relación sin fisuras al menos sexualmente.

Julio fue cogiendo confianza con ella, ver el día a día, como se comportaba en casa, como cuidaba de su hija y de él, le daba seguridad, no salía nunca fuera de horas, ni con amigas, ni cenas ni nada, solo salía con él.

Gloria se esforzaba en hacerle ver a Julio que podía ser una buena pareja para él, sabía que tenía a su favor la baza del sexo, ella le podía hacer cosas que nunca le habían hecho, por ese lado lo tenía encantado, luego tenía que convencerle del amor que sentía por él y que quería tener una relación estable, no le hacía falta salir con amigas ni a ningún sitio que no pudiera ir con él, el objetivo, conseguir la felicidad con él y su hija.

La pareja Lisa y Néstor fueron a cenar con sus hijas, cuando les explicaron la intención de cambiar de casa a ninguna de las dos le gustó la idea, vivían cerca de sus amigos y del centro de la ciudad donde ir a pasar un rato divertido era fácil, no les dijeron donde era la nueva vivienda para darles una sorpresa, quedaron que el sábado por la mañana la irían a ver y tomarían la decisión.

Cuando la vieron con la piscina delante y sus habitaciones que eran mucho más grandes que las que tenían en el apartamento, saltaban de alegría y se querían quedar a vivir ya. Mientras los padres miraban la casa minuciosamente haciendo planes de donde pondrían una cosa u otra ellas paseaban por el jardín y la piscina, se estiraron en unas hamacas, ya se veían en bikini tomando el sol.

Desde su habitación Vero las miraba con una sonrisa, estaba contenta de que hubieran aceptado vivir en la casita, estaba sola, el fin de semana Inés había vuelto a desaparecer, lo que no sabía era que en aquel mismo momento le estaba comiendo la polla al piojoso de Aitor en su cama, y que la tarde anterior aquella cama echaba humo de la follada que se pegaron encima.

Néstor y Lisa también las miraban pasándose el brazo por detrás desde una de las ventanas, la mano de Néstor fue bajando por la espalda de Lisa hasta agarrarle el culo, ella lo miró, sabía que algo tramaba. Vero se había sentado en la cama y sin pensarlo mucho se estaba tocando las piernas. Néstor le iba subiendo la falda por detrás a Lisa hasta agarrarle el culo por encima de las braguitas, Lisa en silencio quería ver hasta donde era capaz de llegar, la mano fue bajando y con un dedo le apartó las bragas acariciándole directamente el coño, ella cerró los ojos del gustillo volviéndolos a abrir para seguir mirando a sus hijas, por si se movían y volvían a la casa.

Vero lentamente se había subido la falda a la cintura, una mano había entrado por dentro de las bragas y se estaba tocando suavemente el clítoris. Al dedo de Néstor se le había juntado otro y seguía frotando el coño de Lisa, instintivamente ella se agachó un poco apoyando los codos en la ventana mirando para fuera como si observara el paisaje, Néstor le metió los dedos dentro de la vagina haciéndole dar un ahogado gemido. Vero se había quitado las bragas y estaba encima de la cama vestida con las piernas muy abiertas, podía oír el ruido de sus propios dedos al moverse por su coño de lo mojado que lo tenía, gemía acariciándose con la otra mano las tetas.

Lisa se apoyó en un solo codo y la otra mano fue en busca de la polla de Néstor, quería comprobar como estaba, y como iba a estar, tiesa como un palo, sus dedos la habían puesto caliente y mojada, notó como Néstor se colocaba detrás de ella y el ruidito de desabrocharse el cinturón, bajarse la cremallera de la bragueta y el golpe de la hebilla al chocar contra el suelo, se mordía los labios pensando en lo que le iba a hacer, él se bajaba con una sola mano los boxes y se agarraba la polla deslizando la piel para dejar el glande libre, se mojó la punta con saliva, le sacó los dos dedos y le metió la polla en el coño de un golpe, a Lisa se le escapó un pequeño grito que intentó ahogar para que no la oyeran sus hijas.

Vero en la intimidad de su habitación se había metido dos dedos dentro del coño y los movía junto con toda la mano dándose placer, gemía sin miedo sabiendo que la vivienda estaba bien aislada y nadie la oía, se notaba cada vez más mojada, sus flujos vaginales le impregnaban la mano, el gusto era más intenso, cerraba los ojos imaginando situaciones, las más recientes, las folladas explosivas e intensas con Néstor, entreabría la boca dejando salir el aire en forma de gemidos seguidos.

Néstor se follaba a Lisa dándole golpes secos y duros que hacían que moviera todo el cuerpo apoyada en la ventana, ella cerraba un poco los ojos enturbiándose la imagen de su hijas en la piscina, no quería dejar de mirar por si volvían, ahogaba las ganas de gritar y gemir mientras oía los gruñidos con la boca cerrada de Néstor detrás de ella, la estaba empotrando con fuerza y la polla la tenía durísima, la sentía entrar y salir de sus entrañas dándole un placer inmenso, tiró para atrás el culo dos o tres veces para sentir con más fuerza los pollazos y se empezó a correr tapándose la boca con el brazo.

Vero arqueaba el cuerpo follándose descontroladamente con sus dedos por el gusto que sentía, abrió la boca y cerró los ojos dejando ir unos gemidos y gritos corriéndose, las piernas se abrían y cerraban, el cuerpo se arqueaba y se dejaba caer en la cama varias veces, los dedos entraban, salían y frotaban con fuerza su coño empapado.

Néstor ahogando los gruñidos descargó dentro de la vagina de Lisa todo el semen hasta no poder mover más las caderas, le besó la espalda y le acariciaba el culo mientras se relajaban. Lisa se tapó el coño con una mano para que él pudiera sacarle la polla, le besó los labios mirándole a los ojos, le dijo, “Eres un pervertido cariño”, y se fue al cuarto de baño, se sentó en el váter dejando caer todo el semen que Néstor le había dejado dentro, hizo un pipí y se limpió con el papel de váter el coño y alrededores. Estaba mirándose en el espejo colocándose bien el vestido cuando entró Néstor, levantó la tapa del váter, meó, la bajó estirando de la cadena y se lavó la polla en el bidet secándosela con papel, se besaron y sintieron ruido, las niñas habían vuelto.

Se encontraron los cuatro en el salón.

LISA: ¿Qué tal la piscina, se está bien?

NURIA: Es una maravilla, nos lo vamos a pasar de coña.

BLANCA: ¿Cuándo podremos mudarnos?

LISA: En unos quince días.

Era el tiempo que tenía que darle a la empresa donde trabajaba para despedirse, no quería vivir allí si ella tenía que ir a trabajar y Vero andaba suelta sin control con Néstor cerca. Salieron al jardín y pasearon un poco, vieron a Vero en la terraza de su casa que les hacía señales.

VERO: Venir y tomamos algo todos.

Cuando se acercaron Lisa y Vero se miraron a los ojos brillantes que tenían sonriendo.

LISA: Yo te ayudo.

Se metieron las dos en la cocina, Néstor y las niñas se quedaron en la terraza hablando de lo bonito que era todo y lo bien que estarían viviendo allí. Vero sacaba las bebidas de la nevera y Lisa juntaba los vasos.

LISA: Que ojitos que haces esta mañana, te has hecho un buen autoservicio marranilla.

VERO: Yo me he hecho una buena paja, pero a ti se te huele la leche de Néstor en las bragas zorrilla, ya habéis estrenado la casa por lo que veo, espero que con una buena follada.

LISA: Un poco precipitada por estar las niñas cerca, pero seguro que la mejoraremos.

Se miraron a los ojos y se meaban de risa, sacaron las bebidas y se sentaron alrededor de la mesa.

VERO: Qué chicas, ¿os gusta vuestra casita para vivir?

BLANCA: Es muy bonita, estoy deseando venir para quedarnos.

NURIA: Y la piscina, buff.

VERO: Podéis hacer las fiestas que queráis en la piscina con los amigos.

NURIA: ¿SÍÍÍ?

NESTOR: De fiestas nada, haréis la misma vida que estáis haciendo ahora, a ver si os pensáis que esto va a ser un parque acuático con una fiesta continua.

NURIA: ¡Ay papá!, que aguafiestas eres.

NESTOR: Nunca mejor dicho.

Vero y Lisa se descojonaban de risa.

BLANCA: Alguna sí podremos hacer ¿no?, una pequeñita con pocos amigos.

LISA: Claro que sí amor, vosotras aprobar las asignaturas del cole y no hay problemas.

Néstor refunfuñaba.

NESTOR: No hay problema, no hay problema, estás niñas aprobando tienen todo lo que quieren.

LISA: Pues claro.

VERO: Si cumplen con sus responsabilidades se les tendrá que premiar, que antiguo eres por favor.

A Néstor se le quedó una cara que Lisa y Vero se partían de risa.

NESTOR: No me jodas que ahora tendré que discutir con las dos, niñas nos vamos y no volveremos nunca más a esta casa.

Se quedaron todos en silencio, Néstor empezó a reír y todos le siguieron.