Cenas, fiestas y cosas de la vida (Cap. 22)
Cap. XXII Buscando normalidad.
Cap. XXII – Buscando normalidad.
Gloria seguía viéndose con Julio, se encontraba a gusto con él y podía ser un buen candidato para llevar una vida estable y “normal” de pareja. A Julio por su parte le gustaba Gloria, físicamente le gustó desde el primer día que la vio por la ventana de su habitación, pero aquella manera de vivir con su marido, que fuera capaz de follar con el primero que le gustaba, eso le preocupaba, tenía dudas si podrían tener una relación, sería capaz Gloria de serle fiel, de estar solo con él, o en algún momento que viera a alguien que se le antojara se lo follaría y aquí no ha pasado nada, si lo había hecho una vez podía volver a hacerlo cuando le diera la gana.
Aprovecharon un fin de semana que la hija de Gloria estaba con su padre para salir de la ciudad, se instalaron en un hotel rural, por la mañana Julio se colgó de la espalda una pequeña mochila con bocadillos y bebida, iban a hacer una excursión de algo más de dos horas de ida y otras tantas de vuelta para ver una cascada muy bonita que habían visto en fotos. Fueron siguiendo el sendero, cuando llevaban media hora caminando iban solos, el camino se adentraba en un bosque, Gloria le agarraba la mano acercándose a él con una sonrisilla.
GLORIA: ¿Recuerdas nuestros primero paseos por el bosque?
JULIO: Como me voy a olvidar, fueron lo más excitante que me pasó en años.
Gloria miraba el entorno, un bosque muy espeso a su alrededor con algunos caminitos estrechos que se desviaban del principal.
GLORIA: ¿Tú crees que podríamos?
JULIO: ¿Desviarnos por algún camino de estos?
GLORIA: Seguro que encontraríamos algún árbol que nos gusta.
Rieron desviándose por uno de los caminos, caminaron un rato alejándose del sendero principal hasta que vieron una zona muy tapada por la maleza y un buen árbol, parecía lo suficientemente discreto para pararse. Gloria apoyó la espalda en el árbol, Julio dejó la mochila en el suelo y se le acercó, ella se mordía el labio, cuando quería provocar sabía cómo hacerlo, le acarició la cara, ella le besó la mano, le fue acariciando el cuello, el pelo, la agarró de la nuca acercándose su cabeza para besarla, ella se sujetaba en su cintura y con la otra mano le acariciaba la espalda, Julio le metió la mano por dentro de la camisa, le apartó el sujetador y le agarró una teta, Gloria suspiró, aquella mano acariciándole un pecho a la vez que sus lenguas se tocaban la estaban poniendo cachonda, le bajó la cremallera del pantalón, le metió la mano dentro y le agarró la polla sacándosela, se la pajeaba, él jadeaba sin dejar de besarla y amasarle las tetas, le miró a los ojos, se agachó y se metió la polla en la boca chupándosela, Julio gimió, pensó que la excitación que sentía con Gloria cuando lo ponía caliente no la había sentido antes con nadie, se le ponía la polla a reventar solo notando el contacto de su mano.
Gloria agachada le estaba haciendo una mamada espectacular, se metía la polla entera en la boca, le daba una arcada y se la sacaba, la succionaba, pajeaba y chupaba dejándosela llena de saliva, Julio se sujetaba al árbol para aguantar las oleadas de placer. Le agarró de la cabeza levantándola, se agachó él, le desabrochó el pantaloncito y se lo bajó con las bragas, ella levantó una pierna para sacárselo y él se la sujeto abriéndola para meter su lengua directamente en el coño, Gloria levantó la cabeza y miró la copa del árbol gimiendo, le daba lametazos, lo succionaba, se deleitaba con el sabor de sus flujos, se ponía cardiaco comiéndole el coño.
Se levantó, ella con la espalda apoyada en el árbol, él siguió sujetándole la pierna abierta a un lado, se puso en medio y sujetándose la polla le buscó el agujero de la vagina, palpó con un dedo y cuando lo encontró le encaró la punta metiéndosela un poco, una vez dentro le pegó un pollazo penetrándola todo lo que pudo que le hizo dar un buen grito sujetándose al árbol con fuerza, Julio la empotraba contra el árbol a golpes secos y duros de caderas, Gloria con una mano hacía atrás se agarraba al árbol y con la otra le rodeaba el cuello a él, gemía, gritaba, sabía que se iba a correr, él gruñía en cada penetración hasta que escuchó como Gloria se corría, como se agarraba fuerte a su cuello con el brazo y se le tensaba el cuerpo. Aceleró los movimientos muy excitado soltándole lechazos en el coño gritando con ella, el orgasmo pasó y se fueron relajando, él se apartó sacándole la polla, cayó al suelo directamente del coño de Gloria el semen que le acababa de dejar dentro, se miraron a los ojos, se besaron y rieron. Después de limpiarse con unos pañuelos de papel siguieron camino.
Llegaron al destino, la caminata había valido la pena, era una cascada preciosa, el agua se precipitaba desde una altura considerable cayendo en un lago de aguas transparentes, se refrescaron la cara y buscaron unas piedras para sentarse y comerse los bocadillos. Cuando acabaron Gloria se estiró en la piedra a tomar el sol, Julio a su lado, se desabrochó algunos botones de la camisa para ponerse morena del cuello y algo del pecho, Julio la miraba sonriendo.
Le acarició la cara, la fue bajando pasándosela por encima de una teta, siguió hasta desabrocharle el botón del pantalón y bajarle la cremallera, la metió lentamente por dentro y le apoyó dos dedos encima del clítoris dándole vueltas.
GLORIA: ¿Qué haces cariño?
JULIO: Me encanta cuando te corres y voy a conseguir que lo vuelvas a hacer.
Gloria gimió suave con una sonrisa, él notó que se estaba mojando, bajó lo dedos y poco a poco fue abriéndole el agujero del coño metiéndoselos, ella gimió poniendo una mano encima de la de él por encima de la ropa, le marcaba el ritmo de las penetradas con los dedos y el frotamiento del coño, gemía más fuerte, cerraba los ojos y se preparaba para volver a correrse, si Julio se lo pedía ella le daba todo lo que quisiera, puede que esa fuera una de las cosas negativas de su carácter, cuando se enamoraba no era capaz de negarse a nada, en ese momento le daba igual, Julio, el hombre al que quería la estaba masturbando en medio de la naturaleza, le estaba haciendo sentir un placer muy grande y no se lo iba a perder, si él quería que se corriera lo haría, y vaya si lo hizo, con unos gemidos que retumbaron en toda la cascada junto con el ruido del agua al estrellarse en el lago.
Amanda salía del cuarto de baño de su habitación en camiseta y bragas, se sentó en la cama y se dejó caer hacía atrás mirando el techo, una mano se deslizó hasta tocarse el coño por encima de las bragas, se sentía cachonda y mojada, lo comprobó al tocarse, se mojó dos dedos con saliva, cerró los ojos y metió la mano por dentro de las braguitas, se frotó el clítoris con los dedos, gimió y con la otra mano se agarró una teta apretándosela, fue bajando los dedos y se los metió dentro del coño que lo tenía empapado, se follaba a la vez que se frotaba el coño, gemía, se retorcía de placer, la mano se aceleraba, sus gemidos también, abría más las piernas penetrándose con más fuerza y de golpe gritó corriéndose, no paró hasta pasarse
de gusto teniendo que cerrar las piernas. Abrió los ojos volviendo a mirar el techo, levantó las cejas, se había corrido pensando en las pajas que su ex marido Julio le hacía, lo que no sabía es que en ese mismo instante, otra mujer se estaba corriendo también a gritos al lado de una preciosa cascada por los dedos de su ex marido.
Después de una ducha y comer, Gloria y Julio descansaban en la cama, ella apoyaba la cabeza en su hombro.
GLORIA: Estoy tan bien contigo, ¿Crees que algún día podríamos vivir juntos?
Julio pensaba, como no contestaba Gloria levantó la cabeza para mirarle a los ojos, él también la miró.
JULIO: Voy a ser sincero contigo, me preocupa que cuando no estés conmigo me vengan malos pensamientos a la cabeza, que piense lo que estarás haciendo en ese momento, que crea que puedas estar follando con otro hombre, porque lo has visto, te ha gustado y has pensado, ¿por qué no?
Gloria seguía mirándole los ojos seria.
JULIO: No creo que fuera capaz de mantener una relación abierta, que tú pudieras hacer lo que quisieras y a mí no importarme o aceptarlo.
GLORIA: Supongo que la fama me precede.
JULIO: La verdad es que eres muy ardiente, eso es innegable.
Le subió la mano por una pierna, pasándola por debajo de la camiseta tocándole la rajita del coño con un dedo por encima de las bragas.
JULIO: Estoy seguro que te volverías a correr.
GLORIA: Claro, y como soy muy ardiente me voy follando a todos los tíos que encuentro.
JULIO: No me refería a eso.
El dedito se iba moviendo, Gloria cerraba un momento los ojos del gustillo que le estaba dando.
JULIO: ¿Te gusta?
Gloria no dijo nada, estiró una mano y le agarró la polla, comprobó que la tenía casi tiesa, se incorporó quitándose la mano de Julio del coño, le bajó el bóxer y se metió la polla en la boca, se la chupó y succionó poniéndosela durísima, se quitó las bragas y se subió encima de él metiéndosela dejándose caer lentamente, los dos suspiraron del gustillo.
GLORIA: Así que no quieres enamorarte más de mí, vivir conmigo, porque tienes miedo a que te sea infiel, ¿Te piensas que soy un putón que se va follando todo lo que se encuentra, esa es la opinión que tienes de mí?
Se iba moviendo cabalgándolo, él le miraba a los ojos.
JULIO: Es el miedo que tengo, ya estoy muy enamorado de ti, me encantas como eres conmigo, pero no puedo dejar de pensar en cómo eras con Ramón, si me haces algo parecido me harás daño, ya he salido de una relación sufriendo, no quiero volver a repetirlo.
Ella seguía con sus movimientos, se iban calentando los dos.
GLORIA: ¿No crees que la única forma de saberlo es siendo valiente?, si no lo hacemos no sabrás nunca como soy realmente, yo quiero demostrarte que puedes confiar en mí, que quiero una vida estable con alguien que me quiera, ¿tú me quieres?
JULIO: Mucho.
Le decía entre gemidos, Gloria aceleró las caderas, gimió más fuerte, cerró los ojos y se empezó a correr por tercera vez en el día, Julio la miraba atentamente, le encantaba verla así y se ponía muy cachondo, cuando acabó la levantó, la puso cara a la pared, se mojó la mano con saliva y se la restregó por el culo, Gloria se preparó para lo que venía separando un poco las piernas, se agarró la polla apoyando la puntita en el agujerito del culo, apretó un poco y le metió el glande dentro, ella gimió, otro empujón introduciéndole la mitad, otro gemido y Gloria llevó para atrás una mano agarrándole el culo, se la metió hasta el fondo apretando todo lo que pudo, la tenía aplastada contra la pared, la fue entrando y sacando cada vez más rápido, Julio gritaba en cada penetrada, notaba su polla entrando estrechamente dentro de sus entrañas, el gusto le subía, Gloria jadeaba mirándole de reojo apretándole el culo, le temblaron las piernas, gimió fuerte y le pegó el primer lechazo dentro del culo, se volvió loco gritando de placer descargando toda la leche que pudo dentro de ella.
Se quedaron quietos, Julio le besó el cuello por detrás sin sacarle la polla del culo, acercó sus labios a su oído.
JULIO: Te quiero con locura y haré todo lo que a ti te haga ilusión, si quieres que vivamos juntos lo podemos empezar a hacer este mismo lunes.
Gloria sonrió, le miró a los ojos, se puso la mano en el culo para que Julio se la pudiera sacar sin que le cayera nada al suelo, le besó los labios y con una sonrisa…
GLORIA: Te voy a hacer el hombre más feliz del mundo, estoy muy contenta, te quiero y me encanta como eres.
Le agarró la mano para llevárselo a la ducha con ella. Volvieron el domingo por la tarde, se despidieron con un beso y un abrazo, quedaron para verse entre semana y acabar de concretar que hacían con sus vidas.