Cenas, fiestas y cosas de la vida (Cap. 21)

Cap. XXI – Noticias.

Cap. XXI – Noticias.

Conducía Néstor con Lisa al lado en dirección a la casa de Vero, ella no estaba nada tranquila, él quería parecerlo pero en su interior tenía la incertidumbre de lo que tuviera que decirles, y otra más, ¿Qué pasaría cuando la viera?, porque claro, no era lo mismo dejarse llevar por unos instintos primarios cuando estaban solos, que tener que aguantarse con Lisa delante.

Vero se había levantado tarde, la noche anterior estaba sola  en su casa y le costaba dormir, se tomó una pastilla y no controló la hora de despertarse, era muy tarde y corría para ducharse, buscarse la ropa para ponerse, vestirse, en eso estaba cuando sonó el timbre de la puerta, pensó que eran ellos y ella todavía tenía que acabar de arreglarse, bajó corriendo las escaleras con una toalla enrollada en la cabeza, les abrió la puerta y salió corriendo diciéndoles que se acomodaran en el salón que ella bajaría en un momento. Lisa y Néstor la miraron viéndola subir de dos en dos las escaleras, en albornoz y con la cara roja debajo de aquella especie de turbante que le hacía la toalla en la cabeza, entraron y se sentaron uno al lado del otro en el sofá.

En el piso de arriba se oía el ruido de un secador, de tacones que iban para un lado y para el otro, de algo que se caía al suelo, un “Me cago en to lo que se menea” de Vero, por fin parecía que se había hecho el silencio cuando se oyeron unos pasos bajar las escaleras, se abrió la puerta del salón y entro Vero, en tejanos y una camisa, los miró a los dos, lo primero que pensó es que Lisa se había esmerado en ponerse guapa, llevaba un vestido muy bonito que le quedaba muy bien, después se encontró con la mirada de Néstor y le cambió la cara, Lisa miró a uno, después al otro, deslizó la mano que tenía sobre la pierna de su marido y le agarró la polla comprobando lo que sospechaba, la tenía tiesa. Néstor sorprendido la miró, Lisa miró a Vero.

LISA: Puedes volver a salir por favor.

Vero salió de la habitación, Lisa miró enfadada a Néstor que levantaba las manos como disculpándose, como si aquello no fuera con él, le desabrochó la cremallera de la bragueta, le metió la mano dentro y le sacó la polla tiesa, tiesa. Se levantó, se subió la falda y se sentó encima de él, se apartó las bragas, se pasó dos dedos mojados en saliva por el coño y sin más le agarró el cipote y se lo metió hasta el fondo, empezó a mover el culo abajo y arriba.

LISA: Concéntrate en correrte y no tardes mucho.

Néstor estaba alucinando de todo lo que estaba pasando, la que le estaba poniendo mucho entusiasmo era Lisa encima de él, le agarró la cintura ayudándola en sus movimiento de subida y bajada corriéndose bastante rápido. Lisa se levantó, se puso la mano en el chocho y se metió en un pequeño cuarto de baño que había en el salón para lavarse. Cuando salió se volvió a sentar al lado de Néstor que se había abrochado la cremallera, otra vez en la misma posición, como si no hubiera pasado nada.

LISA: Gracias Vero, puedes entrar cuando quieras.

Se abrió la puerta otra vez y volvió a entrar Vero, los volvió a mirar con los ojos abiertos, desde fuera no se tenía que ser muy lista para darse cuenta por los ruidos que se oían que habían follado, allí mismo, en su sofá. Dio un par de pasos adelante volviendo a encontrarse con la mirada de Néstor, entonces se dio cuenta que Lisa le tenía agarrada la polla con la mano. Lisa notó que le volvía a crecer el ciruelo, miró con mala ostia a Néstor, este levantaba las cejas medio asustado, giró la cabeza y miró a Vero, esta al ver la mirada de Lisa dio media vuelta sin haber abierto la boca y volvió a salir del salón cerrando la puerta detrás de ella.

LISA: ¿Se pude saber qué te pasa a ti?

Néstor no se atrevía a responderle nada, levantaba las manos y las cejas haciéndose el inocente, Lisa le agarró de la mano levantándolo del sofá, se puso ella a cuatro patas encima y se levantó la falda bajándose las bragas, lo miró que por los ojos le salían rayos.

LISA: Venga, y no tardes mucho que no tenemos todo el día coño.

Néstor se sacó la polla y se la metió de golpe, ya estaba mojada de antes, le dio un buen ritmo, a Lisa le cambiaba la cara, el cabroncete de su ex marido o marido ya no lo sabía ni ella, sabía cómo darle placer, al poco rato se estaban corriendo los dos. Lisa volvía a entrar al cuarto de baño y Vero fuera esperaba con los brazos cruzados mirando al techo, había oído como se habían corrido los dos, al poco escuchó la voz de Lisa y entró de nuevo. Otra vez se los miró, esta vez le pareció verlos más relajados, no me extraña pensó, estos dos han venido a follar encima de mi sofá y se están poniendo finos, se cruzó la vista con Néstor y Lisa no le notó ningún movimiento en la polla, que ya la tenía agarrada de entrada por si acaso.

LISA: Ahora sí que te puedes sentar.

Vero se sentó mirándolos a los dos sin saber qué pasaba.

LISA: ¿Se puede saber que os pasa a los dos?

VERO: ¿A qué te refieres?

LISA: Venga hombre, solo os tenéis que mirar y a este…

Le apretó la polla a Néstor que se tiró para delante de la impresión.

LISA: … se le pone la polla tiesa sin controlarla, y a ti, una cara de puta que no puedes con ella nena.

Vero se tocó la cara instintivamente, como si así pudiera ver si la tenía de puta o no.

NESTOR: Lisa por favor.

Lisa le puso la mano debajo de la barbilla a Vero sujetándole la cara, se la enseñaba a Néstor.

LISA: ¿Qué por favor, ni que por favor?, es que no se la ves, de puta puta, seguro que se mea de gusto y todo cuando te la follas.

Vero giró los ojos disimulando.

LISA: Estoy de acuerdo que yo me follé a tú marido y no te dije nada, lo hice muy mal, lo reconozco, pero es que lo vuestro es de juzgado de guardia.

VERO: Es que no sé qué me pasa con él, te lo juro.

LISA: Coño Vero, que eres mi mejor amiga y te estás follando a mi marido ostia.

NESTOR: Bueno, técnicamente, tú misma dijiste que no tenías marido.

Lisa miró de reojo a Néstor.

LISA: Y tú, estate calladito que estás más guapo.

Néstor volvió a levantar las manos como si le estuvieran apuntando con una pistola.

VERO: Los siento Lisa, de verdad que lo siento mucho, mira que lo hablamos, que no podemos volver a hacerlo, pero es que nos vemos y…

LISA: Calla, calla, no hacen falta detalles por favor.

Vero y Néstor volvieron a mirarse, Lisa notó un pequeño movimiento en la polla de su marido.

LISA: ¿Otra vez?, a que te la corto y se acabó el problema.

NESTOR (asustado): No, no, por favor cariño, te quiero a ti, ya lo sabes, ella también lo sabe, lo que más deseo es poder estar contigo y con las niñas, de verdad.

VERO: Eso es verdad, siempre me lo ha dicho.

LISA: Pues lo tenemos claro, porque el señor no puede entrar en mi casa y así tendremos que esperar dos o tres meses.

NESTOR: Ya sabes porque no puedo entrar.

LISA: Muchas tonterías es lo que tienes tú.

NESTOR: O tú lo podías haber hecho en otro sitio, no donde duermen mis hijas.

LISA: Néstor que la vamos a tener.

Vero se puso de pie levantando las manos poniendo paz.

VERO: Tranquilos, tranquilos, vamos a relajarnos un poco, ayudarme a preparar el aperitivo y hablamos de lo que quería deciros.

Estaban en la cocina, Lisa poniendo unas aceitunas en un plato, Néstor abriendo una lata de berberechos, Vero sacando unas cervezas frías que ponía en una bandeja donde ya había unos vasos y una bolsa de patatas fritas. Néstor se colocó detrás de Lisa.

NESTOR: Te quiero mucho mi amor, me das un besito para hacer las paces.

Lisa se dio la vuelta, le miró a los ojos viéndolo sincero, le pasó los brazos alrededor del cuello y le dio un beso en los labios.

LISA: Ay madre mía, no sé qué hacer contigo.

NESTOR: ¿Me quieres?

LISA: Mucho mi vida.

Lo volvió a besar, Vero los miraba con una sonrisilla.

VERO: Así me gusta, que hagáis las paces pronto.

Salieron a la terraza a tomarse el aperitivo.

VERO: Bueno, a ver si os puedo explicar el por qué de esta reunión.

Lisa y Néstor la miraban con los ojos abiertos, deseando saber el por qué.

VERO: Vosotros tenéis el problema de la vivienda, donde vive Lisa no quieres entrar tú, para solucionarlo tenéis que esperar demasiado tiempo, pues yo os lo puedo arreglar.

Los tres se miraban, Néstor y Lisa sorprendidos, Vero sonriendo.

VERO: Veniros a vivir a la casita del jardín, no tendréis que pagarme nada, os podéis quedar para siempre, digamos que entra dentro del contrato de Néstor en la empresa.

Lisa pensaba.

LISA: Y tener a Néstor más cerca de ti, creo que no es buena idea.

Néstor iba a decir algo y Lisa lo miró fijamente, se hizo el mismo la señal de cerrarse la boca con una cremallera y no dijo nada.

VERO: Con el sueldo de Néstor tendréis para vivir de sobras y muy bien, tú Lisa puedes dejar de trabajar, podemos estar juntas y cuidarnos de toda esta propiedad.

Lisa la miraba con desconfianza.

LISA: Dime Vero, ¿Por qué nos haces esta propuesta?

Vero le iba a contestar y se le humedecieron los ojos, parecía que estaba a punto de llorar, Lisa no se lo esperaba, Néstor levantaba las cejas sin saber qué hacer.

VERO: Por qué estoy sola, me siento muy sola Lisa, Inés es la única que me hacía un poco de compañía y cada vez la veo menos, el curso que viene se irá a la universidad y me quedaré con toda esta casa sola como la una. Escucharme, no os hago el favor yo a vosotros, me lo hacéis vosotros a mí, si estamos juntas no puede pasar nada con Néstor, tampoco quiero que pase, nunca fue mi intención que pasara nada.

Se hizo un silencio, bebieron de las cervezas y siguieron picando del aperitivo.

LISA: ¿Tú qué opinas Néstor?

NESTOR: ¿Ahora puedo opinar?

Lisa y Vero lo miraban fijamente sin decir nada, Néstor miraba a una y miraba a la otra, estaba claro que su comentario no había sentado muy bien. Notó una mano de Lisa que se volvía a deslizar por su pierna agarrándole la polla, otra comprobación, miró a Lisa y esta le devolvió una sonrisilla inocente.

VERO: ¿Otra vez?

LISA: No, todo normal.

VERO: Vale, me estaba empezando a preocupar de las reacciones de este hombre.

Néstor viendo el cachondeíto que tenían las dos.

NESTOR: Vale, vale, creo que es una decisión que se tiene que valorar bien en familia, lo hablaremos con Lisa y te diremos algo, ¿Te parece bien Lisa?

LISA: Hombre, por fin te oigo decir algo coherente…

VERO: Hablarlo pero no me hagáis esperar mucho por favor, no os molestaré, os lo prometo, cuando acabemos el aperitivo os enseñaré la casita, ya veréis como os gustará.

Y claro, como para no gustarles, tenía un acceso directo desde la calle, un garaje para dos coches, una entradita que daba a un salón comedor muy espacioso, de allí salía un pasillo a la izquierda con una habitación muy grande de matrimonio con cuarto de baño incorporado, en el otro pasillo a la derecha habían dos habitaciones grandes con un cuarto de baño en medio, todas con vistas a la piscina que estaba entre la casita y la casa que vivía Vero. Les explicó que la idea que tenía José Antonio cuando la hicieron construir era traerse a algunos amigos, como al piojoso, para que estuvieran un tiempo y salir de juerga con ellos, ella la pensó para que en un futuro si le interesaba poder separarla con una valla de la casa más grande y alquilarla a buen precio, tal como habían ido las cosas pensó en que vivieran ellos, su mejor amiga, facilitarles la vida y que ellos le hicieran compañía.

Lisa y Néstor comieron con sus hijas en un restaurante, cuando acabaron dejaron a las niñas en el centro de la ciudad para que se vieran con sus amigos y novio, ellos se fueron al apartamento de Néstor, solo pensar en entrar al de Lisa todavía le daban arcadas. Allí estaban, sentados en el sofá tomando café.

LISA: ¿Cómo ves lo de Vero?

NESTOR: La casita, como le llama ella, hay que reconocer que es una pasada, y encima sin costarnos nada, con mi sueldo como ha dicho ella podríamos vivir muy bien. Lo que no sé es que pensaran las niñas.

LISA: ¿Las niñas?, con esas habitaciones que tendrían y la piscina, que van a pensar, se van a volver locas hombre. Somos nosotros los que tenemos que tomar la decisión.

NESTOR: ¿Tú cómo lo ves?

Lisa desvió la mirada con una sonrisilla, pensó un momento y le volvió a mirar a los ojos.

LISA: Verás, creo que va a ser muy duro dejar de trabajar, estar al lado de Vero para ir de compras, ponerme guapa para ti, ayudarla a ella en lo que me pida, vivir en una casa como aquella, no sé, creo que tengo algunas dudas.

Se descojonaba de risa.

NESTOR: Que cabrona, menuda vida te vas a pegar eh.

LISA: Coño, es que me lo ponen muy fácil.

Néstor le miró los ojos y la besó acariciándole la cara, Lisa  lo volvió a besar, sacaron un poco la lengua y se las rozaron.

LISA: ¿Quieres que vayamos a la cama?

NESTOR: No, me gustaría que folláramos aquí mismo, en el sofá, pero creo que no podrá ser, esta mañana te has empeñado en que me corriera dos veces, por si no te acuerdas.

LISA: Claro que me acuerdo sinvergüenza, pero no te preocupes, eso déjamelo a mí.

Lo besaba, le pasaba la lengua por encima de los labios mientras le acariciaba la polla por encima del pantalón con suavidad, él le desabrochaba el vestido y el sujetador, le pasaba una mano por el lado de una teta suavemente rozándole con un dedo el pezón.

NESTOR: ¿Te he dicho alguna vez que tienes unas tetas preciosas, que me encantan?

LISA: No lo sé, no me acuerdo, pero me gusta que me lo digas.

Lisa se bajó el vestido de la parte de arriba y tiró el sujetador, le agarró del pelo mirándole los ojos y le dirigió la cabeza a sus tetas.

LISA: Cómetelas cariño, cómemelas hasta que te artes.

Néstor le agarró un pezón con los labios, con la mano le amasaba la otra teta, Lisa miraba al techo, se le ponían los pezones duros, él se las comía por todos sitios, por arriba, por abajo, le pasaba la lengua por encima de los pezones, los estiraba con sus labios, los succionaba suavemente, lisa jadeaba de gusto sin dejar de tocarle la polla por encima del pantalón, ya hacía un rato que estaba respondiendo sin ponerse dura del todo.

Néstor sacó la cabeza de las tetas besándola.

NESTOR: Ya me las he comido bastante, ¿o quieres que siga?

LISA: No, ahora me voy a comer yo otra cosa.

Se arrodilló delante de él, le desabrochó el botón del pantalón y le bajó la cremallera, a Néstor le encantaba aquel momento, el prolegómeno a lo que vendría después, levantó un poco el culo para que ella le pudiera estirar y quitar los pantalones con la ropa interior, Lisa aprovechó para descalzarle y quitárselo todo dejándolo desnudo de cintura para abajo. Le agarró la polla, él se desabrochaba y quitaba la camisa, bajó la cabeza sonriéndole y se la metió en la boca, le había empezado a crecer pero no estaba dura, se la chupó y succionó, le creció un poco más pero le costaba, Lisa le abrió las piernas sacándole el culo al borde del sofá, bajó la cabeza y le comió los huevos, les pasaba la lengua, se metía uno en la boca, después el otro, con la mano no dejaba de pajearlo despacio, le pasó la lengua desde abajo hasta arriba por debajo de la polla, se mojó un dedo con saliva y mientras se la volvía a succionar, le lubricó el ojete metiéndole un poco el dedo dentro, Néstor gimió de gusto.

LISA: Te gusta que te meta el dedito en el culo eh.

NESTOR: Sííí.

LISA: Ven aquí, sal del sofá.

Lo colocó con las rodillas en la alfombra y la cabeza con el pecho apoyados en el asiento del sofá, lo puso a cuatro patitas, se tiró mucha saliva en una mano y se la restregó por el culo, Néstor pudo oír el “chap chap” y sintió el culo mojado, le volvió a meter el dedo lentamente, lo sacó y lo volvió a meter, él no se atrevía a decir nada.

LISA: Te voy a meter otro dedo.

NESTOR: ¿Eh?

Notó como un segundo dedo se unía al primero abriéndose paso dilatándole el esfínter, gruñó un poco, se los metió hasta el fondo.

LISA: Como me gustaría tener polla para metértela.

Le iba entrando y sacando los dedos.

LISA: ¿Te gusta cómo te follo el culo cariño?

NESTOR (nervioso): No sé.

LISA: Tú me la metes a mí cuando quieres, y me metes algo más gordo que mis dedos, me compraré una polla para metértela.

NESTOR: ¿Eh?

LISA: Nada, que abras más las piernas.

NESTOR: ¿Eh?

Ella misma con una mano se las separó, le seguía follando el culo y con la otra mano le agarró los huevos, le provocó un gemidito, le cogió la polla y la tenía tiesa del todo, al pajearla Néstor gemía de gusto.

LISA: Vaya, pues si que te gusta, me compraré una polla de esas que se atan con una arnés y te follaré bien follado.

NESTOR: ¿EH?

LISA: Nada cariño, tú tranquilo.

Le soltó la polla y siguió follándoselo con los dedos, Néstor apoyaba la cabeza en el sofá cerrando los ojos, no se atrevía decirle nada porque sabía que si se quejaba no volvería a metérsela por el culo nunca más. Lisa sonreía viéndolo, él pensaba cuando se acabaría aquello, de pronto notó un azote de narices en el culo con la mano que le hizo gritar, después otro más fuerte volviendo a gritar.

LISA: ¿Te gusta cariño?, esto también me lo haces a mí de vez en cuando.

Néstor le iba a contestar y le dio otro cachetazo que le hizo gritar, a Lisa se le escapaba la risilla. Le volvió a palpar la polla comprobando que la tenía a punto.

LISA: Siéntate otra vez.

Néstor se sentaba mientras ella se quitaba el vestido, se descalzaba y se bajaba las bragas, se sentó encima de él, le agarró la polla y se la fue metiendo muy despacio en el coño, él tenía los ojos encendidos de pasión agarrándola del culo con fuerza, le cogió las manos sujetándoselas con las suyas por encima de la cabeza.

LISA: Tienes ganas de follarme, de agarrarme y hacer lo que tú quieras, ¿verdad?

Néstor se lo confirmaba moviendo la cabeza.

LISA: Pues no, ahora te voy a follar yo a ti como quiera.

Fue moviendo las caderas cada vez más rápido, adelante atrás, arriba y abajo, Néstor gemía y gruñía, ella gritaba de placer, él subió el culo levantándolo del sofá para penetrarla más profundamente, ella se movía como un demonio clavándosela hasta el fondo, Lisa pegó tres gritos seguidos muy fuertes y se empezó a correr, el cuerpo le perdía las fuerzas, Néstor la agarró por las caderas y movía las suyas para no dejar de metérsela, le hizo poner los ojos en blanco del tremendo placer que sentía.

Lisa se dejó caer encima de su pecho, el seguía caliente como una estufa, por la mañana se había corrido dos veces y le costaba volver a hacerlo. La giró poniéndola a cuatro patas, sin dejarle descanso se la volvió a meter de un golpe, otro fuerte grito de Lisa, llevó una mano para atrás para intentar pararlo, Néstor se la agarró y la se la sujetó por la espalda sin dejar de darle unos pollazos tremendos, ella se desgañitaba gritando del gusto que sentía, unos tremendos calambrazos de placer le atravesaban todo el cuerpo poniéndole los ojos en blanco de nuevo, se volvió a correr perdiendo totalmente las fuerzas, tanto que se meo encima del sofá, Néstor no dejaba de penetrarla y ella pensaba que se moría de placer allí mismo.

Paró, se mojó la mano con saliva y se la pasó por todo el culo, Lisa estaba tan relajada que no le costó metérsela hasta el fondo, en tres o cuatro embestidas volvía a follarla como un animal, Lisa estaba tan cansada que todo le daba igual. De pronto paró y se la sacó del culo, le agarró el pelo y le giró la cabeza.

NESTOR: Abre la boca cariño.

Empezó a abrirla y un lechazo le cayó encima, otro dentro de la boca junto a los dos o tres siguientes, los demás repartidos por la cara.

Néstor la ayudó a levantarse y la acompañó al cuarto de baño, Lisa se vio en el espejo, tenía toda la cara llena de leche que le iba resbalando cayéndole encima de las tetas, se metió en la ducha.

LISA: Como me has dejado la cara sinvergüenza.

Néstor vio la mano marcada de Lisa en el culo, se metió con ella en la ducha y la abrazó.

NESTOR: ¿Y bien follada también o no?

Lisa le dio un golpe en el hombro y puso el agua en marcha. Después estaban los dos sentados de nuevo en el sofá, Néstor intentó secar la mancha que dejó Lisa y puso una toalla encima.

NESTOR: Hay que ver cómo me has dejado el sofá.

LISA: Si tú no fueras tan animal no me pasarían esas cosas

Néstor la miraba pensando, Lisa le sonreía.

LISA: ¿Qué?

NESTOR: Yo pensé que lo de Vero te lo tomarías peor de lo que lo hiciste, pensé que se nos podía ir todo a la mierda.

Lisa desvió la mirada pensando.

LISA: Hay varias cosas que tuve en cuenta, una que cuando yo me lié con su marido no le dije nada, ella cuando lo hizo contigo me vino a ver y me lo explicó, antes que tú por cierto, otra es que me sentía culpable contigo por no decirte lo de José Antonio, seguramente era algo que te tenía que haber dicho al principio de todo, y otra, la más importante para mí, es que te quiero mucho Néstor, mucho, no tienes ni idea de cuánto.

La abrazó estrechándola con sus brazos, Lisa le besaba el pecho cerrando los ojos.

NESTOR: Yo también te quiero mucho cariño, pero cuando me dijiste que te habías fo… al tío ese, ¡Joder!, me da una rabia tremenda.

Otro silencio, estaban entrando en algunos terrenos que no eran buenos para la pareja y ellos lo sabían, mejor callar y descansar un rato. Más tarde se tomaron una copa y decidieron que cambiarían de casa, se irían a vivir al lado de Vero, realmente se beneficiaban todos, se lo comunicarían a Vero y harían el traslado poco a poco.