Cenas, fiestas y cosas de la vida (Cap. 17)
Cap. XVII Acercamientos.
Cap. XVII – Acercamientos.
Néstor salió muy tarde de la casa de Vero, estuvieron follándose a destajo, excitándose con el cuerpo del otro, dándose placer hasta el infinito, los dos sabían que no estaba bien pero no lo podían evitar, era verse, tocarse y saltar las chispas de la tensión sexual que se creaba.
Al día siguiente cuando dejaba a sus hijas en el portal de su casa, le pidió a Blanca que le preguntara a su madre si podía bajar un momento a hablar con él, las niñas entraron y muy rápidamente salía Lisa arreglándose el pelo. Cuando Blanca le dijo a su madre que Néstor quería hablar con ella, dejó todo lo que estaba haciendo y salió corriendo, las niñas no habían visto a su madre correr tanto en la vida. Se fue arreglando el pelo mientras bajaba las escaleras, era más rápido que hacerlo en el ascensor, cuando llegó al lado de Néstor le faltaba el aire.
NESTOR: ¿Estás bien?, parece que te cuesta respirar.
LISA: Eeeeh, ¿quieres que hablemos?
NESTOR: Me preguntaba si algún día querrías que fuéramos a cenar.
LISA: ¿Hoy mismo te va bien?
Néstor se sorprendió, pensaba que Lisa tendría ganas de hacerlo, pero tantas y tan rápido no se lo esperaba.
NESTOR: Bueno, sí, si a ti te va bien.
LISA: Voy a buscar el bolso y nos vamos.
Lisa dio media vuelta volviendo a entrar en el portal sin darle tiempo a nada, Néstor esperó y muy rápido volvió a salir con prisas Lisa con el bolso en la mano.
LISA: Ya está, nos podemos ir.
Néstor le miraba los pies.
NESTOR: ¿Estás segura que quieres ir a cenar con las zapatillas de estar por la casa?
Lisa bajó la vista, se miró los pies y se puso colorada.
LISA: Aguántame esto, ahora vuelvo.
Le dejó en las manos el bolso saliendo corriendo otra vez escaleras arriba, las niñas la vieron bajar, volver a subir, volver a bajar, otra vez pasaba por delante de ellas sentadas en el salón.
BLANCA: ¿Qué pasa, te vas a ir a cenar o te quedas?, te veo dudando.
LISA: Calla coño, y vosotras portaros bien.
NURIA: No llegues muy tarde, como nos dices tú a nosotras.
Lisa estaba ya de los nervios con tanto subir y bajar escaleras.
LISA: Llegaré a la hora que me salga del coño.
Salió poniéndose los zapatos avanzando a pata coja.
NURIA: El próximo día que me digas que no llegue tarde ya sé que contestarte.
LISA: No me pongáis más nerviosa niñas.
Bajó las escaleras corriendo otra vez, las chicas se morían de risa. Cuando llegó al lado de Néstor se la miró de arriba abajo.
NESTOR: Parece que esta vez todo está correcto. Te veo un poco cansada, pero bien.
LISA: No te cachondees que ya he tenido bastante con tus hijas.
Néstor reía mientras le abría la puerta del coche.
NESTOR: Por favor señora.
Lisa le sonrió acariciándole la cara.
LISA: Gracias por querer salir y hablar conmigo.
NESTOR: No me tienes que agradecer nada.
Por el camino le fue contando lo que había pasado con las niñas antes de salir, que estaba muy nerviosa y que no se lo tuviera en cuenta. Una vez sentados en la mesa del restaurante.
NESTOR: Sé que has hablado con Vero, siento no habértelo dicho yo antes.
A Lisa le cambió la cara sin querer, una pregunta le rondaba la cabeza desde que se enteró y tenía que hacérsela.
LISA: ¿Estás enamorado de ella?
Néstor le respondió muy rápido, sin pensárselo.
NESTOR: No, lo estoy de ti, te quiero Lisa, sé que no tendría que recriminarte nada, pero me enfadó mucho que fuera con él.
LISA: Ya lo sé, no significó nada para mí, era compañía. ¿Y lo tuyo con Vero?
NESTOR: Solo sexo.
LISA: Eso es lo que me ha dicho ella…
NESTOR: Lo siento, no tenía que haber pasado.
LISA: Si ha pasado será por algo.
Néstor se quedó en silencio un momento mirándole los ojos.
NESTOR: No te voy a engañar, cuando estoy a su lado no sé qué me pasa, sé que no tendría que hacerlo, pero es como si el cuerpo no me hiciera caso y fuera a la suya.
LISA: Néstor por favor, que ya no somos unos críos.
NESTOR: De verdad, yo quiero estar contigo, te quiero a ti, pero no puedo remediarlo, pierdo la cabeza.
Lisa miró para un lado pensando mientras bebía de la copa de vino, la dejó en la mesa y miró a Néstor.
LISA: Yo también quiero estar contigo, ¿Pero entiendes que no puede ser si tú te estás follando a otra mujer?
NESTOR: Claro que lo entiendo, ¿Te crees que soy idiota?
LISA: No, ya sé que de tonto no tienes nada, al revés, anda que no has aprovechado la oportunidad.
NESTOR: Yo no he aprovechado nada, las cosas fueron así.
LISA: Bueno, explícamelo tú.
NESTOR: ¿El qué?
LISA: Pues eso, como fueron.
NESTOR: Lisa por favor.
LISA: Debieron ir muy bien, porque ella estaba encantada.
Néstor no contestó agarrando la copa de vino acercándosela a los labios, Lisa bajó la vista para no mirarle.
NESTOR: Sabes que José Antonio no tiene nada, todo es de Vero…
Lisa paró de comer mirándolo sorprendida, siempre pensó como todo el mundo que era él el que tenía el dinero, entendió porque Vero le dijo que si había tenido un problema era a ella a quien le debía de haber pedido ayuda.
LISA: Vero no me dijo nada, lo que sí me dijo es que le rompiste la nariz de un puñetazo.
NESTOR: Se lo merecía y me quedé muy a gusto dándoselo.
Siguieron hablando del tema olvidándose momentáneamente de lo “suyo”.
Cuando se subieron al coche y Néstor lo puso en marcha.
LISA: ¿Dónde vas?
NESTOR: A llevarte a casa, las niñas están solas.
LISA: Ya les he dicho que no me esperen despiertas, yo esperaba que tomáramos una copa.
NESTOR: Está bien, ¿dónde quieres ir?
Lisa suspiraba mirando para arriba con paciencia.
LISA: Néstor, de verdad que estás perdiendo facultades ¡eh!, pensaba que tú me dirías para ir a tomarla a tu apartamento, yo te hubiera dicho que no estaba segura de hacerlo, tú me habrías insistido y al final me convencerías de…
NESTOR: Que quieres ir a mi apartamento, pues vamos.
LISA: Que triste que te lo tenga que pedir yo.
NESTOR: No, no, soy yo quien te lleva, tú te negabas en redondo, te he tenido que llevar a la fuerza, si solo hay que vernos.
LISA: Me da la sensación que no te estás tomando lo nuestro en serio.
NESTOR: Te juro que eres lo más serio que tengo en mi vida, tú y las niñas.
LISA: Ya lo veo.
Llegaron al portal del apartamento de Néstor, paró el coche.
LISA: Pues ahora no estoy tan segura de querer subir.
Néstor le miró los ojos, y con un poco de cachondeo le dijo…
NESTOR: Por favor Lisa, cariño, sube conmigo un rato.
Lisa se tapó la boca para disimular la risilla que se le escapaba, Néstor salió dando la vuelta al coche riendo, le abrió la puerta y extendió una mano para que la agarrara, Lisa le miró a los ojos con la sonrisilla que no se podía quitar de la cara, le entregó su mano para que él le ayudara a salir.
Llegaron al apartamento quedándose los dos en medio del salón mirándose uno delante del otro.
LISA: ¿Que tienes para tomar?
NESTOR: Nada, ¿te apetece un vaso de agua?
LISA: ¿Para esto me haces venir hasta aquí?
NESTOR: Perdona, pero la que has querido venir has sido tú.
LISA: Igual si que era buena idea que me llevaras a casa.
Néstor le puso la mano en la cara, se acercó y la besó, los labios se juntaron y ella se entregó al beso totalmente.
LISA: Néstor, ¿Estás seguro de esto, no tienes dudas…?
Él le besaba el cuello, ella se iba colocando bien cayendo en sus redes una vez más.
NESTOR: Te quiero mi amor, te deseo.
LISA: Sigue, sigue y calla.
Se besaron tumbándose en el sofá, Néstor le besó los muslos, sus labios subían arrastrando la falda del vestido, se la levantó por encima de las bragas, los ojos se le abrieron como platos, Lisa llevaba unas bragas grandes de algodón con florecillas.
NESTOR: Por Dios Lisa, ¿Cómo te has podido poner estas bragas?, se me ha ido la libido a tomar por culo.
LISA: Coño Néstor, me he vestido cómoda para estar en casa, no me esperaba cenar contigo, no me acordaba de los zapatos, me iba a acordar de las bragas que llevaba.
Néstor le pegó un tirón quitándoselas y las lanzó por ahí.
NESTOR: Ya está, solucionado.
LISA: Que sinvergüenza eres, aaaag.
Néstor le acababa de pegar un lametazo encima del clítoris que le había hecho gritar cerrando los ojos, le comió el chumino un rato, Lisa se incorporó y lo agarró por el cuello besándolo.
LISA: ¿Tú sabes los días que hace que no follamos?
NESTOR: ¿Tú los has contado?
LISA: No, pero hace muchos, demasiados. Sácate la polla que te voy a follar ya.
Néstor, que estaba arrodillado en el suelo, se desabrochó nervioso el pantalón bajándoselo con la ropa interior, Lisa se puso encima de él, se mojó la mano con saliva pasándosela por la punta de la polla lubricándola, se fue dejando caer sujetándole el cipote para que fuera entrando lentamente en su coño mojado, gimieron los dos, se miraban a los ojos.
LISA: Así cariño, así, esto está mucho mejor.
Se fue moviendo encima, él le desabrochó el vestido por delante, le soltó el sujetador y le comía las tetas mientras ella lo cabalgaba cada vez más excitada, se corrió muy pronto, Néstor la miró extrañado.
LISA: No me mires así, estaba muy caliente, tú días sin tocarme y follándote a otra sinvergüenza.
NESTOR: No pareces muy afectada porque follara con Vero.
Mientras hablaban la iba levantando y colocando en el sofá con las piernas abiertas colocándose él en medio.
LISA: Me afectó cuando me lo dijo, ¿Te crees que me gusta que el hombre al que quiero, con el que estaba a punto de reemprender una vida juntos en familia me sea infiel?
NESTOR: Lo siento mucho Lisa.
Le pegó un pollazo empotrándola, Lisa gritó de gusto.
LISA: Yo lo hice sin que tuviéramos nada, pero tú lo has hecho cuando mejor estábamos.
Le dio otro golpe en el coño con la polla, Lisa creía que la partía, como le gustaba que la follara con fuerza, verlo excitado.
LISA: No tendría ni que mirarte a la car…
Volvió a gritar, Néstor se la follaba enloquecido para no dejarla hablar, consiguió que se corriera de nuevo, Lisa lo miraba entre jadeos recuperándose.
LISA: Dime una cosa, ¿Vero folla bien?
NESTOR: No te lo voy a decir.
Lo puso de pie, ella se arrodilló delante de él, le agarró la polla pajeándola poco a poco pasándose la punta por la lengua.
LISA: Dímelo y te corres en mi lengua, en mí cara, donde quieras.
Se la metió en la boca y le dio unas cuantas chupadas fuertes que le hicieron gemir de placer, volviendo a pajearlo delante de su boca, le miraba a los ojos esperando una respuesta.
NESTOR: Lo hace muy bien.
LISA: ¿Cómo te la has follado?
NESTOR: ¡Lisa ostia!
LISA: Me respondes a todo o te dejo así y esta noche te lo acabas tú con una paja, tú mismo.
NESTOR: Como a ti supongo.
A Lisa no le convenció mucho, le pegó un par de succiones en la polla haciéndole levantar la cabeza de gusto.
LISA: ¿Cómo se corre?
NESTOR: Corriéndose, yo que sé.
Seguía pajeándolo y pasándole la lengua por la punta de la polla, lo tenía caliente a punto de explotar.
LISA: ¿Es gritona o calladita?
NESTOR: Muy gritona.
LISA: Que hija de puta, ¿Por el culo también se la has metido?
NESTOR: No, por ahí no.
Lisa paró un momento mirándole a los ojos.
LISA: ¿Por qué no?
NESTOR: No sé coño, será que no hay tanta confianza.
LISA: Pues a mí sí que te gusta metérmela.
NESTOR: Porque contigo tenemos mucha más complicidad, deja que me corra por favor.
LISA: ¿Quieres correrte en mi lengua?
NESTOR: Sí por favor.
Le aumentó el ritmo de la paja a la vez que le succionaba el capullo, cuando notó que estaba a punto de correrse, abrió la boca y sacó la lengua pasándosela por debajo de la punta de la polla, Néstor lo veía desde arriba con los ojos de Lisa clavados en los suyos, un primer lechazo hizo que Lisa moviera el cuerpo sorprendida, se le metió dentro de la boca, el segundo le manchó el labio superior, los demás le fueron cayendo encima de la lengua llenándole la boca de leche. Cuando ya no salía más le enseñó la boca abierta a Néstor y se lo tragó todo, después le dio un par de chupadas más sacándole lo que le quedaba dejándosela limpia.
Néstor se dejó caer en el sofá sentado, Lisa se puso a su lado con la cabeza apoyada en su hombro.
LISA: Todo esto lo hago por ti, no se lo he hecho nunca a nadie, eres al único que le quiero entregar todo lo que tengo, incluido el culito, ya lo sabes.
NESTOR: Te quiero mucho Lisa, a ti y a las niñas.
LISA: ¿Dejarás de follar con Vero?
NESTOR: Claro, es un error hacerlo.
LISA: ¿Volverás a salir conmigo?
NESTOR: ¿Mañana te va bien?
Lisa soltó una carcajada, pensó que los dos tenían prisa por arreglar las cosas.
LISA: Vale, pero cenamos aquí, no podemos ir cada día de restaurante.
NESTOR: Mejor, así tendremos la cama más cerca.
Lisa le dio un golpe en un hombro.
LISA: Tú siempre pensando en lo mismo, y compra algo para tomar, no puede ser que no tengas nada en esta casa.
NESTOR: ¿Quieres un gin tonic?
LISA: Serás cabrito, no me habías dicho que no tenías nada.
NESTOR: No quería perder el tiempo antes, pero ahora estaría bien tomarse algo tranquilamente.
Lisa lo besó con cariño, se miraron a los ojos con una sonrisa.
LISA: ¿Lo compartimos?, uno entero no creo que lo acabe.
NESTOR: Contigo ya sabes que tengo ganas de compartirlo todo, menos tú casa.
Lisa suspiró y le abrazó, estaba contenta de haber vuelto a tener contacto con él, pero no veía tan fácil que Néstor se despegara de Vero y menos sabiendo que era ella quien tenía la pasta, la casa y todo lo que quería.