Cenas, fiestas y cosas de la vida (Cap. 14)
Cap. XIV Desbarajustes.
Cap. XIV – Desbarajustes.
Por la mañana temprano Néstor llamó al trabajo para cogerse uno o dos días libres, no estaba en condiciones de trabajar, el mismo se notaba con una mala leche tremenda y muy fuera de sí, todo se le aturullaba en la cabeza y no veía nada claro, aquella misma mañana fue a visitar a Vero. Cuando le abrió la puerta se dio cuenta que algo le pasaba.
VERO: ¿Estás bien Néstor?
NESTOR: ¿Tú lo sabías?
VERO: A ver, tranquilo Néstor, ¿Si yo sabía qué?
Le hizo pasar y se quedaron de pie en el salón, Néstor miraba para arriba respirando nervioso.
NESTOR: Que el pedazo de cabrón de tu marido se follaba a Lisa.
Vero le miró a los ojos.
VERO: Sé que el cabrón de mi marido se ha follado a muchas, sospechaba que alguna amiga mía también, estoy casi segura que a Gloria sí, lo de Lisa no lo sabía, a mi la verdad es que no me importa, ya estoy acostumbrada.
Néstor se puso muy nervioso por la tranquilidad que hablaba Vero, se acercó más a ella y la cogió por la nuca.
NESTOR: ¿Cómo coño puedes tener esta tranquilidad, es que tú no tienes sentimientos?
Vero le miraba fijamente a los ojos, Néstor se quedó en silencio mirando los de Vero, la tenía agarrada por la nuca con una mano y ella no decía nada, le acercó la cabeza y la besó, al separar los labios vio que ella le había puesto las manos en la cintura, se volvieron a besar, Vero pasó las manos de la cintura a su espalda, se engancharon en un beso largo y húmedo.
Néstor pensó en lo elegante que siempre vestía aquella mujer, en lo bien que olía a perfume caro y lo atraído que se sentía por ella cada vez que la veía. Vero le había entregado la lengua y le encantó como la besaba, la pasión que le ponía, había conseguido que ella también se soltara y deseara con ansias besarlo y sentir su lengua dentro de su boca. Separaron los labios mirándose a los ojos, se estaban abrazando tan estrechamente que sentían el contacto de un cuerpo con el otro.
VERO (susurrando): ¿Qué estamos haciendo?
NESTOR: Tú no sé lo que haces, yo te voy a follar viva.
La agarró por el culo levantándola, caminaba llevándola al sofá y pensando, pero que has dicho “atontao”, que te la vas a follar “viva”, serás inútil, no te la vas a follar muerta coño. La estiró, le desabrochó el pantalón, se lo bajó, le vio las bragas pensando que eran muy bonitas pero debían ser carísimas, le quitó los zapatos y el pantalón, le levantó la blusa, llevaba un sujetador muy sexi a conjunto con las braguitas, le quitó la blusa, se volvieron a besar, ella sin dejar de chuparle la lengua le desabrochaba el pantalón, él se quitaba la camisa.
En un momento se estaban metiendo mano por encima de la ropa interior, los dos estaban ardiendo, ella se quitó el sujetador mientras Néstor le bajaba la bragas, se acomodó en medio de sus piernas, Vero de un tirón le bajó el calzoncillo, él se tiró encima volviendo a besarse, ella le agarraba la polla dirigiéndosela al coño, de un empujón de Néstor Vero sintió como su pene se abría camino por su mojada y cerrada vagina, hacía tanto tiempo que nada parecido había entrado por ahí, gritó agarrada con los brazos al cuello de Néstor, él se fue moviendo lentamente, ella seguía sintiendo cada roce de la polla dentro de su coño, le estaba dando un placer enorme, ya no se acordaba de lo que era eso.
Pensó que no es que no se acordara, es que nunca la habían follado de esa manera, haciéndole sentir tanto, su marido fue un zoquete incapaz de hacerla vibrar así, solo con los besos de Néstor ya se había mojado las bragas, claro que con el tiempo que llevaba de abstinencia tampoco se extrañaba, Néstor le levantó una pierna para penetrarla más profundamente y ella gritó de gusto al sentir la polla en el fondo de su vagina.
Aitor se levantó tarde, como cada día, se preparó una taza de café y salió con la toalla a tomar el sol un rato en la piscina, después le había prometido a José Antonio que llevaría unas cajas al apartamento y lo ordenaría un poco. Vio movimientos “raros” en el salón de la casa principal, se acercó con precaución y los vio, a Vero se la estaba follando Néstor en el sofá, y por la cara que ponía ella parecía que le estaba gustando y mucho, le tenía bien agarrado el culo para que no se escapara, pensó en lo que le habría gustado a él estar en el lugar de Néstor, sonrió y se fue a la piscina a seguir con lo suyo.
Néstor seguía con su ritmo suave, a la vez le acariciaba los pezones, se los había puesto duros y salidos como los cuernos de un toro Miura, se los chupaba y mordisqueaba, Vero se retorcía de gusto, el placer le quemaba, le hacía temblar el cuerpo, la descontrolaba apretándole el culo y la espalda con las manos, le vino una corrida enorme, el coño se le hacía agua y se desgañitaba gritando, la polla de Néstor no le daba tregua siguiendo con su ritmo, penetrándola, llegándole a lo más profundo, dándole un placer inmenso.
Acabó jadeando, Néstor paró sacándosela para que se recuperara, Vero sintió un vacio al no notar su sexo en su interior, iba recuperando la respiración con la mano de aquel hombre que la estaba montando acariciándole la cara, y como la montaba, no quería parar, había perdido los papeles, pero ya estaba hecho, si había pasado una vez no importaba si pasaba otra. Néstor no sabía ni lo que pensaba, si ya había llegado con la cabeza turbia, follarse a Vero que siempre había sido como la fruta prohibida para él y hacer que se corriera como se corrió lo tenía extasiado. Se miraron a los ojos, los dos con ganas de seguir.
VERO: ¿Vamos a mi cama?
Néstor ni contestó, se levantó en pelotas y extendió una mano para que se la agarrara, Vero lo acompañó a su habitación, él no se había corrido y tenía la polla mirando al techo, le salía humo de las orejas de lo caliente que estaba, Vero se sentó en la cama, lo agarró por la cintura y se lo acercó, le miró la polla un momento, se la cogió con la mano pajeándola, le miró a los ojos y se la metió en la boca chupando, no es que fuera una gran mamada, pero con lo caliente que estaba Néstor gimió poniéndole las manos en la cabeza, fue moviendo las caderas follándose su boca, Vero apretaba los labios sintiendo como se deslizaba y los gemidos de Néstor.
Cuando no pudo aguantar más de lo excitado que estaba, la cogió por los hombros poniéndola a cuatro patas encima de la cama, le tocó el coño con dos dedos, comprobó que seguía empapada, le apuntó la punta de la polla en el agujerito y de un golpe se la metió hasta el fondo, Vero que tenía en la cabeza la suavidad y dulzura de la última follada esperaba algo parecido, cuando se notó llena de semejante pollazo pegó un grito enorme, se le abrieron los ojos y todos los sentidos se le pusieron en alerta, Néstor lo volvió a repetir sacándole otro grito desgarrador, no de dolor, del calambrazo de gusto que le atravesaba el cuerpo.
Esta vez se la estaba follando totalmente diferente a la primera, eran golpes secos y duros, se oían los golpes de la carne al chocar contra su culo en cada embestida, Vero abría la boca cada vez más, Néstor le bajaba la cabeza hasta tocar la cama levantando más el culo, le dejaba el coño totalmente expuesto, se la metía todavía más fuerte, Vero pensaba que la iba a partir por la mitad en cada golpe de polla que recibía en su coño, la estaba volviendo loca de placer, gritaba, se retorcía, apretaba con las manos las sabanas, el cuerpo le temblaba cada vez más, las piernas perdían fuerza, otro orgasmo le inundó todo el cuerpo descontrolándola, tanto que se meó de gusto mientras Néstor seguía empalándola sin misericordia.
Cayó en la cama jadeando otra vez, le faltaba el aire, miró a su amante de reojo y allí seguía él, de pie, mirándola con deseo, con la polla igual de tiesa que cuando empezaron, ella se sentía cansada y mojada, había caído encima de aquello que fuera que le salió del coño al correrse. Néstor se estiró a su lado.
NESTOR: Eres una preciosidad Vero.
VERO: Me tienes hecha polvo, ¿me dejas descansar un poquito por favor?
Le colocó la cabeza en su hombro y descansaron un rato. En silencio, Vero se recuperaba y sus ojos se le iban a la polla de Néstor, seguía tiesa, esperando para volver a penetrarla, para hacerle sentir lo que no había sentido en años, esta vez cogió ella la iniciativa, le besó delicadamente los labios y se fue subiendo encima de él, a horcajadas, con una rodilla en cada lado de su cuerpo, le agarró la polla, la apretó con su mano comprobando lo dura que la tenía, la colocó bien para irse sentando encima, se restregó la punta un par de veces por el coño dándole un calambrazo de gusto estremeciéndose, se puso la punta en el agujero de la vagina y fue bajando el culo, notó como se volvía a abrir pasó, como le abría su sexo, su vagina se amoldaba al tamaño de aquella polla que esa mañana tanto placer le estaba proporcionando, llegó al tope con los ojos cerrados para agudizar los sentidos, dio un par de círculos moviendo las caderas, intentando penetrarse más profundamente.
Néstor le agarraba y acariciaba las tetas, las manos bajaban a la cintura, las caderas, le agarraban el culo y volvían a subir, le pasó una mano por detrás de la nuca, Vero abrió los ojos, se fue inclinando hasta juntar los labios, se besaron con tranquilidad, acariciándose, mientras Vero seguía con su tranquilo ritmo de follada, acompañada de las caderas de Néstor que se movían suavemente.
Vero sintió la necesidad de aumentar el ritmo, aquello era muy tranquilo y bonito pero ella necesitaba acción, se fue moviendo adelante atrás con más ímpetu, Néstor se dio cuenta que se estaba empezando a animar, los gemidos aumentaron de volumen, Vero puso sus manos encima de las de Néstor, inmovilizándolo sujetándoselas a la altura de la cabeza, fue acelerando, gritando más, descontrolándose más, acabó enloquecida moviendo el cuerpo encima de Néstor de adelante atrás, la boca se le abría, los ojos se le ponían en blanco, los gritos se agudizaban y otro orgasmo la dejaba paralizada, torciendo los ojos como una poseída.
Néstor se giró sin sacársela, la dejó debajo de él, levantó las caderas sacándola hasta la punta y le metió un pollazo tremendo al penetrarla, Vero pegó un alarido, había comenzado un fuerte orgasmo y su amante la estaba volviendo a partir por la mitad en aquel momento, la vista se le iba, los brazos se le encogían sin poder controlarlos, el cuerpo le temblaba, las oleadas de gusto le atravesaban el cuerpo matándola, se volvía a mear de gusto o lo que fuera, aquel incansable amante seguía follándosela, penetrándola, una vez detrás de otra, cuando creía que ya no podía más, Néstor le abrió más las piernas, los golpes secos y duros en su coño eran terribles, ella intentaba mover sus brazos para agarrarle el culo o la espalda, pero no podía, los tenía encogidos moviéndolos convulsivamente con los ojos que seguían en blanco.
Entonces notó como la polla que tenía machacándole el coño se lo empezaba a llenar, notaba en su vagina los disparos de leche caliente, Néstor gritaba y rugía, ella empezaba a relajarse de su orgasmo, vio como le sacó la polla regándole de leche su barriga y tetas, como la agarraba por la nuca levantándole la cabeza para metérsela en la boca, notó las últimas eyaculaciones dentro de su boca, se la tragó, en ese momento no pensaba en nada, si él quería que se la chupara ella lo hacía, lo estuvo haciendo hasta que fue perdiendo dureza, hasta que notó la polla completamente flácida en su mano y boca.
Cayeron los dos rendidos en la cama, Vero se puso de lado, apoyó la cabeza en el hombro de Néstor y le puso una mano en el pecho moviendo los dedos acariciándoselo.
VERO: ¿Qué te pasa Néstor?
NESTOR: Ya lo sabes, estoy enfadado, cabreado, me siento traicionado, ya sé que estábamos separados y ella podía hacer lo que quisiera, ¿pero con tú marido?, Joder Vero, podía haber elegido cualquier otro.
VERO: Tranquilo, piénsalo fríamente, no te dejes llevar por las emociones tan pronto.
Intentó cambiar de conversación para tranquilizarlo.
VERO: ¿Sabes una cosa?, nunca he entendido porque no le pediste trabajo a José Antonio, sabiendo que la empresa nos funciona bien.
NESTOR: Sí que se lo pedí, varias veces, pero al ver el poco interés que le ponía acabé por no hablar más del tema, como me prestaba dinero cada vez que se lo pedía me hacía sentir mal y no hablé mas del asunto.
VERO: ¿Cómo que cada vez que se lo pedías?, se lo pediste una vez, ¿no?
NESTOR: No Vero, le pedí varias veces, ya lo sabes.
Levantó la cabeza de su hombro mirándole a los ojos.
VERO: A ver, le pediste una vez, y te asignamos un dinero que te entregaba cada mes, o no fue así.
Néstor la miró sorprendido.
NESTOR: No, cuando me llegaba algún gasto extra que no podía hacer frente se lo pedía, pero eso de cada mes no sé de qué me hablas.
VERO: Que cabrón, cuando se lo pediste la primera vez, hablamos, sabíamos lo mal que lo estabas pasando con tú madre y el gasto que eso representaba, estuvimos de acuerdo en darte un dinero cada mes para completar tu sueldo y que pudieras vivir tranquilo, ¿qué coño hizo el mamón de mi marido con ese dinero?
Se hizo un silencio.
NESTOR: Se lo daba a Lisa, así se la follaba, ella me lo ha confesado.
VERO: No me lo puedo creer, que hijo de puta, se aprovechó de vuestras debilidades.
NESTOR: Si lo hubiera hecho como tú dices podría haber ayudado económicamente a mí familia, yo no llegaba con lo que cobro a pagar la residencia y ayudar con los gastos de mis hijas.
VERO: Ahora entiendo porque no te quiso dar trabajo, se estaba follando a Lisa.
NESTOR: Bueno, él tiene la sartén por el mango, es el que tiene el dinero.
VERO: Perdona, ¿qué quieres decir con que es él el que tiene el dinero?
NESTOR: La empresa que le funciona muy bien, por eso podéis vivir en una casa como esta.
VERO: ¿Eso es lo que dice?
NESTOR: Coño, se le llena la boca chuleando delante de los demás en cada puta cena que hacemos.
VERO: La madre que lo pario.
Se volvieron a quedar en silencio, Néstor veía algo raro en la cara de Vero, pasó un ratito, Vero le volvió a mirar a los ojos.
VERO: Es un capullo engreído, al poco tiempo de casarnos la empresa le iba fatal, estaba pensando en cerrarla por las deudas que tenía, fue mi padre quien le ayudó, se hizo cargo de las deudas, puso a uno de sus contables al frente y la reflotó, la empresa es de mi familia desde hace mucho, él es un empleado más, y me parece que por poco tiempo, lo voy a echar a la puta calle por traidor hijo de puta.
Néstor se quedó de piedra, siempre había oído hablar a José Antonio con aquella seguridad, del dinero que ganaba, lo bien que le iba la empresa, y resulta que no era suya, que pedazo de cabrón.
VERO: Escúchame una cosa, tranquilízate y piénsate bien tú relación con Lisa, estabais los dos muy enamorados, no dejes que un capullo como José Antonio rompa lo vuestro.
NESTOR: No sé Vero, me los imagino a los dos juntos en la cama, ¡aaarg!, es que no puedo, es superior a mí.
Se vistieron y se despidieron.
Por la tarde le envió un mensaje a Lisa diciéndole la hora que iría a buscar a las niñas, aparcó el coche delante del portal, esperó un poco, vio salir a Lisa, caminaba lentamente con los brazos cruzados hasta llegar delante de la ventanilla, Néstor salió del coche.
NESTOR: ¿Qué quieres Lisa?
LISA: Que me perdones y subas a casa para estar con las niñas. Te prometo que solo fueron unas pocas veces, no me enamoré de él, me sentía sola y con él tenía conversación, no te voy a negar que el dinero que se empeñó en darme me venía muy bien, para tus hijas sobre todo. Yo te quiero mucho, ya lo sabes, también sabes que soy muy cobarde, tendría que habértelo dicho al principio pero tuve miedo de perderte definitivamente, soy un desastre Néstor, Vero es mi mejor amiga y tampoco tuve coraje de decirle nada, en conversaciones con ella me decía que con su marido no tenía nada, que estaban juntos por Inés y nada más, me convencí que a ella no le importaría. Por favor cariño.
Néstor le miró los ojos llorosos, sabía que ella no le mentía, seguro que estaba arrepentida.
NESTOR: ¿Y las niñas, cómo están?
LISA: Les he explicado que lo que pasa es por culpa mía, qué tú estás enfadado conmigo con razón, que no se preocupen que las queremos mucho. Sube a verlas por favor.
NESTOR: No puedo Lisa, no puedo volver a entrar en esa casa, dile a las niñas que bajen por favor.
Lisa bajó la cabeza mordiéndose los labios, luchando para no llorar delante de él.
LISA: ¿Querrás salir algún día conmigo?
NESTOR: Me duele estar contigo, de momento no, déjame un poco de tiempo, por favor.
Lisa movió la cabeza arriba y abajo, se giró y se metió en el portal, subió en el ascensor llorando. Las niñas bajaron y se fueron a tomar algo con su padre, las devolvió antes de cenar, su madre vio desde una ventana como bajaban del coche y entraban, se pasó un dedo por los ojos que se le volvían a humedecer.
El día siguiente Vero estaba tranquilamente en su casa, sentada en el sofá con los pies en alto ojeando una revista, entró abriendo la puerta escandalosamente José Antonio, ella ni se inmutó, se le acercó cabreado de cojones.
JOSE ANTONIO: ¿Se puede saber qué te pasa cabrona de mierda, quieres arruinarme la vida?
Ella lo miraba por encima de la revista sin ninguna expresión en la cara.
JOSE ANTONIO: Y encima te follas a Néstor, ¿te creías que no me enteraría?, supongo que todo es por venganza.
Vero levantó las cejas y siguió leyendo, no le hacía ni puto caso.
JOSE ANTONIO: Esta mañana a primera hora me ha llamado tú padre, tú padre directamente, para decirme que abandonara la empresa, y eso es cosa tuya, ¿por qué Vero?
Vero por fin dejó la revista encima de una mesita, le miró seria, muy seria.
VERO: Siempre has sido un capullo y un chulo, pero a mí no me importaba, hasta ahora, te has pasado de la raya, te aprovechaste para follarte a Lisa ayudándola con el dinero que le tenías que dar a su marido, menudo amigo, has estado chuleando delante de la gente diciéndole lo buen empresario que eres, cuando tú habías arruinado la empresa, me has puesto los cuernos las veces que te ha dado la gana. ¿Y ahora tienes los huevos de entrar en esta casa recriminándome no sé qué?
JOSE ANTONIO: Eres una cerda.
VERO: Desaparece de mi vista, vete con el piojoso donde sea que estés viviendo ahora.
JOSE ANTONIO: ¿A Néstor lo vas a meter aquí, será vuestro nidito de amor?
VERO: A quien meta en mi casa a ti no te importa una mierda, adiós.
José Antonio se giró rojo de ira, caminó hasta la puerta de salida y la abrió.
Néstor volvía a la casa de Vero para hablar con ella de lo sucedido el día anterior, levantó la mano para llamar al timbre y se abrió la puerta, vio a José Antonio con la cara roja, todo pasó muy rápido, fue un reflejo que ni llegó a pensar, el puño se le cerró, lo levantó, con toda la velocidad y fuerza que pudo lo estrelló en la nariz de José Antonio, le salió un gruñido extraño cayendo de espaldas al suelo golpeándose la cabeza. Miró a Néstor llevándose una mano a la nariz, Néstor lo miraba serio, con los puños cerrados, vio a José Antonio por primera vez en su vida acojonado, débil, cobarde como siempre lo había sido, después de una última mirada como si fuera una mierda mal oliente se giró y sin decir nada se fue.
Vero sintió ruidos extraños y salió, vio a su ex marido en el suelo con la nariz sangrando, mirando asustado a Néstor que no había llegado a cruzar el umbral de la puerta, Néstor sin mirarla se dio media vuelta y se fue, José Antonio sorprendido y asustado por lo que había pasado giró la cabeza mirándola.
VERO: Ya era hora que alguien te pusiera en tú sitio desgraciado, hace mucho tiempo que te lo merecías.
José Antonio se fue, ella volvió a coger la revista leyéndola, paró y levantó la vista pensando en una idea que le vino a la cabeza.