Cenando a la luz de las velas

Una leve sorpresa, un viaje a lo inesperado, sobretodo para quien la recibe...

CENANDO A LA LUZ DE LAS VELAS

Era una noche tranquila y apacible, un cielo estrellado, una luna totalmente abierta como un capullo cuando florece en verano, yo me dispuse a darle una sorpresa a mi querida y menuda sorpresa, eran las 9 de la noche cuando la recogí del trabajo, yo le anticipe que para esa noche algo muy especial pasaría entre nosotros, pero como toda sorpresa no se comunica hasta la puesta en acción, la recogí en coche como de costumbre hacia día a día, pero esa noche ocurriría algo diferente, algo que con palabras intentare explicar, tras 30 minutos desde que la recogí del trabajo hasta que llegamos a nuestra ciudad, que es lo normal que solemos tardar, todo era normal, quizás monótono, para nada, os equivocáis, kilómetros y kilómetros de carretera, su mirada y la mía se fijaban de forma obsesiva con reciprocidad, el corazón saltaba por los ojos, echando fuego de pasión, como de dos desconocidos que acaban de conocerse y quieren llegar mas lejos, mientras mi mano circulaba acariciando lentamente su pierna, ella hacia igual con la mía, la música acompañaba nuestros movimientos, hasta que por fin llegamos a nuestra ciudad pero no fuimos a casa como de costumbre, ni por asomo, seguí mi instinto y mi sorpresa empezaba a ha dislumbrarse, al llegar a una zona tranquila sin gente que molestase, ni curiosos, le di un gran beso, un beso que iniciaba nuestra historia…..

Tras un apasionado beso, le ofrecí un pañuelo para que se vendase los ojos, comienza nuestro juego, aunque no le pareció bien, pero asintió como única alternativa para llegar al esperado regalo, tras un largo viaje por carretera, con la confusión que le hacia tener que confiar tan solo en sus oídos, pero eso si con una música muy sensual para que no se le hiciese largo el viaje, al cabo de otros 30 minutos de viaje, llego nuestro destino, un destino de amor y mucha tranquilidad, era un paraje oscuro, el cual detallare después, pare el motor del coche y la ayude a bajarse puesto que tenia en mis manos a una invidente, tras unos pasos torpes y dubitativos esos hermosos pies iban sorteando piedras y otros obstáculos del camino, cuando le invite a que se quitase el pañuelo vio ante si una sabana tendida en el suelo con dos velas aromáticas y diversos platos, de marisco,, se sentó y admiro aquella fabulosa postal que ofrecía el destino en ese momento, unos sándwiches adornados por una gran superficie de agua que se deslumbraba al fondo, de vez en cuando oíamos los peces chapotear, la luna estaba fabulosa con una luminosidad que jamás hubiésemos presenciado alguna otra vez, rápidamente nos dimos cuenta de un gran haz de luz que rodeaba la luna a modo de corona, era una visión solo digna para algunos privilegiados aquella noche, comimos y bebimos de un buen vino mientras disfrutábamos del paisaje tranquilo que nos ofrecía la noche, con una música que no era para dormir, nos iniciaba a que algo bonito debía ocurrir aquella noche, una vez terminada nuestra velada, nos dedicamos a saborear nuestro postre un postre solo para afortunados, nos besamos y acariciamos muy lentamente, mis labios recorrían el cuello, su mejilla, y abarcaban poco a poco algo mas, mientras nuestras manos seguían rítmicamente la música la cual componíamos en nuestros propios cuerpos, al cabo de un tiempo casi sin saberlo estábamos desnudos, yo me aproxime a saborear aquel delicioso manjar que tiene en la entrepierna, mientras ella disfrutaba del paisaje, la música, y las sensaciones que acontecían al circular mi lengua por aquella delicia, hicimos el amor, por supuesto, pero bailando sobre mi cuerpo con unos movimientos que jamás imagine posibles, arriba, abajo, circulares, todo aquello me excitaba mucho, para mi me excito demasiado, porque aquel momento no pudo durar todo lo que yo estaba acostumbrado a que durase, pero ella tenia una sorpresa para mi también, llegamos ambos a un gran orgasmo, que termino los dos abrazados mirando la luna, el agua y reafirmando todo el amor que teníamos dentro………..fue un día especial sin duda y del que quien lo disfruta, sabe bien de lo que hablo, fue un momento muy especial para ambos.

Autor: el catman

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