Cena y baile en un único pack

Que bonito es follar al ritmo de la música.

Gabriela y yo trabajamos de recepcionistas. Siempre procuramos dar un esmerado servicio a los clientes y ayudarnos entre nosotros para conseguir las aventuras mas emocionantes, ella me busca la “clienta adecuada” y yo le ayudo con “sus clientes”.

A Gabriela y a mi nos invitaron a una de las excursiones que organiza el hotel para sus clientes en un entorno de decoración medieval. Consiste en una cena especial en un castillo, con baile y disfraces incluidos a tono con el entorno.

Hasta allí nos llevan en autocar y coincidimos con otras trescientas personas. Antes de llegar al sitio nos reparten una especie de sayo medieval para favorecer la ambientación. Todos nos lo ponemos entre risas y bromas por el sustancial cambio en nuestra apariencia.

El comedor es una gran sala con varias hileras interminables de mesas. Nos vamos sentando a medida que entramos en unos bancos de madera bastante apretados unos con los otros.

El ambiente es festivo y desenfadado. El vino corre en abundancia y enseguida el murmullo de la gente se torna en bullicio gracias al efecto de la abundante bebida ingerida.

En nuestra mesa hay un señor muy divertido y anima mucho la cena, siendo en centro de atención. A su lado esta su mujer de madura belleza, discreta, sencilla y con una tímida sonrisa. Ella está eclipsada por el amplio despliegue que hace su marido para atraer la atención del resto de comensales.

Enseguida veo que la hermosa mujer es un objetivo interesante para esta noche. Me atrae y creo que lo podemos pasar muy bien. Le pido a Gabriela que me eche una mano; siento unos deseos enormes de estar con esa mujer y creo que ella podría aceptar tener una fugaz aventura conmigo.

La cena se termina cuando el jolgorio esta en su apogeo. Salimos fuera, a la plaza de armas, allí hay una pista de baile, alrededor mesas y sillas de terraza donde nos vamos acomodando.

Empieza la música de un conjunto modesto, que eligen las canciones más festivas y que más se prestan a bailar en grupos. Ellos ya saben que la clientela suele ir “bastante caliente” tras la cena y que lo importante es pasar un rato divertido. La calidad en la interpretación la dejan para otras circunstancias.

Trato de colocarme cerca de Patricia, que es como se llama la mencionada señora. Gabriela, mi compañera de trabajo  ya ha lanzado señales al caballero para distraer su atención y asi poder ayudarme a desarrollar mi plan de seducción.

Una de las canciones provoca se que forme una fila. Debemos inclinarnos hacia delante y hacia atrás; lógicamente procuro ponerme detrás de Patricia. Inocentemente le toco varias veces el culo (prieto como una piedra!), y ella no se da por enterada. Al cambiar la estrofa de la canción invertimos el sentido de la fila y ahora es ella la que aplasta sus pechos contra mi espalda, (esto va bien!!).

Vuelta a cambiar. Ahora me pego a ella y aplasto mi polla contra su culo. (¿Se volverá y me dará un guantazo? Afortunadamente no!)

La siguiente canción se baila poniendolos uno junto al otro, cogiéndonos por la cintura, dando pasos hacia delante y atrás,  y luego a un lado y a otro.

Las risas, pisotones y empujones son el resultado del estado de desinhibición de todos.

Aprovecho para desplazar mi mano desde la cadera de Patricia hasta sus glúteos y así aprovecharme de que ella no puede ver quien la toca. También procuro equivocarme en los pasos para que una y otra vez su cuerpo tropiece con el mío. Tanto las caderas como sus pechos entran en contacto con mi cuerpo accidentalmente.

Así transcurre un buen rato, bailando, sobando y calentando motores, hasta que el conjunto decide hacer una pausa.

Todo el mundo va a sentarse o a buscar mas bebidas al bar. Me siento Junto a Gabriela que esta hablando y riendo con el marido de Patricia que está muy bien entretenido.

Minutos mas tarde, ella viene hacia nosotros con una jarra de sangría y cuatro vasos. Tras ponerla encima de la mesa, se sienta sobre mis piernas haciendo un gesto como pidiendo permiso ya que no hay ninguna silla libre.

Su marido, Gabriela y yo reímos su ocurrencia, pasando a servirnos la fresca bebida sin prestar atención a lo que sucede a continuación.

Enseguida reparo en que antes de sentarse, ella ha tenido la habilidad para levantarse la falda y el sayo que nos dieron al principio. Al sentarse pone en contacto la piel de sus piernas con la mía, ya que debajo de mi disfraz llevo unos pantalones cortos.

"Uy…. Que rico", siento que me suben unos calores tremendos… y más cuando percibo con claridad como su coñito desprende un calorcito que me pone a cien.

Los minutos siguientes discurren entre bromas y brindis entre nosotros. Gabriela me esta haciendo una gran cobertura e impide que el marido se de cuenta de la historia con su mujer.

Empieza la música de nuevo. Patricia decide ir al lavabo antes de continuar bailando.

La acompaño, la espero y ella sale radiante, contenta y con ganas de guerra. Intercambiamos un beso ligero a modo de saludo, un piquito…que se convierte en otro más intenso e intencionado, con lengua y apretando las bocas con pasión.

Nos apartamos a un lado y buscamos un lugar mas discreto para ocultarnos y darnos el lote a cubierto de miradas indiscretas. Tras una esquina encontramos un lugar oscuro donde hay otra pareja dándose un estupendo repaso. Nos miramos, reímos con complicidad y buscamos otro posible escondite mas solitario.

Encontramos un letrero de "no pasar" colgado a la entrada de una escalera. Saltamos la cinta que cierra el paso y subimos dos tramos de escalera en reparación. Tras atravesar un estrecho pasillo, desembocamos en una balconada que da justo por encima de la pista de baile.

Nos asomamos y vemos a todo el mundo divirtiéndose en la pista.

Patricia se apoya en la baranda y se inclina hacia delante. Entre la gente busca a nuestras respectivas parejas. Las encuentra y señala alegre:

-          "Mira.. mira allí están... yo creo que mi marido le esta metiendo mano a tu mujer...", dice picarona entre risas.

Me pongo detrás de ella, bien pegadito, apretando mi polla contra sus nalgas.

-          "¿crees que se entenderán? ¿eres celosa?....", le digo mientras le meto mano a sus tetas.

-          "Hoy no... quizás mañana...”, “que haga lo que quiera…estamos de vacaciones…y cada cual se debe preocupar de pasarlo bien...jejeje", dice risueña.

Nos ponemos al lado de una gran maceta, ella saca el culo hacia atrás, le levanto la falda y le froto con la polla que me acabo de sacar del pantalón.

Patricia culea divertida poniéndomelo difícil para poder ensartarla. Consigo detenerla un instante y aprovecho para meterle la punta.

-          "Uuuuuuuuuuuhhh", dice ella sabiendo que nadie la va a oír entre tanto ruido.

-          "Follammmmeeeeeeee, fuerte... fuerteeee!" sigue diciendo.

Suena una nueva canción y la pista de baile se llena de gente. "Que la detengan, que es una mentirosa… que la detengan…", suena con fuerza a través de los altavoces mientras que todos en la pista siguen la coreografía con manos y caderas.

Patricia mueve graciosamente el culo siguiendo el ritmo de la canción.

Yo me aferro a sus caderas y empiezo un mete y saca divertido adaptándome a los sones de la canción.

-          - "Uhmmm que gustito…sentir mi polla envuelta por su caliente chochito…", me encanta sentir la tibia piel de sus nalgas en contacto con mis muslos… luego separarme y volver a encontrarla en un nuevo empujón.

A nuestra particular manera bailamos la canción de moda. Para rematar, luego viene la canción de Chayane, Torero… quiero ser torero y finalmente el "Asereje"…. famoso.

Ya os podéis imaginar como hemos bailado estas canciones… unas con mas ritmo y otras con menos… pero todas ellas gozándolas bien profundo.

Sabiendo que nadie se va a dar cuenta de nuestra hazaña, Patricia se balancea y culea al tiempo que tararea las canciones o gime con fuerza a mis empujones.

Después de unas cuantas canciones ya no puedo aguantar mas, doy varios apretones fuertes y duros hasta que me corro en su conchita.

Patricia empieza a gritar como enloquecida y a agitar la mano en alto, llamando mucho la atención de quien quiera mirar hacia nosotros.

-          "Mira... mira.. saluda, ven a saludar... allí esta tu mujer y mi marido", me dice."¿Has visto que juntitos estan?"

Yo me he echado hacia atrás para que no me vean desde abajo. Para poder repetir hay que ser discreto.

Deverano.