Cena para... ¿Tres? (Parte 14)

Siempre se dice: "Antes se coge a un mentiroso, que aun cojo"... No iba a ser distinto conmigo, pero... ¿Quien dice que tenga que ser malo?

Antes de nada quiero agradeceros vuestros comentarios y vuestras valoraciones. Las tengo en cuenta e intento mejorar. Segundo, por recomendación de Requiem (Gracias), a partir del siguiente relato todos irán en la categoría de Grandes Series. Y por último, espero que sigáis disfrutando de esta serie como lo hago yo.

Había pasado una semana desde que le fui infiel a Cris con Ana, y en aquel momento, Cris, recibió una herencia de un familiar lejano suyo. No fue mucho, pero si lo suficiente para que por fin, nos pudiésemos independizar. Y en cuanto pudimos y encontramos un buen pisito, para allí que nos fuimos.

Desde hacía unos días, Cris y yo, habíamos empezado a quedar con Alex y Ana. Ellas parecía que se llevaban bien, aunque conocía lo suficiente a Ana, para saber que la veía como una rival. Poco a poco, empecé a sentir cosas diferentes por Ana. Sabía lo que podía significar, pero lo extraño era que mis sentimientos por ella no hacían desaparecer los de Cris, por lo que empecé con verdaderos quebraderos de cabeza. Por mi bien, hablé con Ana, sin explicarle nada detalladamente lo que me pasaba, y no volvimos a tener sexo nuevamente. Simplemente quedábamos para tomar algo, dar una vuelta, y como mucho ir al cine, obviamente los cuatro juntos.

Un jueves Cris me aviso de que el próximo sábado iba a tener una cena con sus amigas, por lo que el mismo viernes llamé a Ana.

-¿Sí?- Preguntó en cuanto cogió el teléfono móvil.

-Hola, soy Javi. Mañana estoy libre por la noche...- Le deje caer la insinuación, que no tardó en recoger.

-¿A qué hora quieres que vaya?- Fue directa al grano.

-Ven sobre las nueve y media, pero... ¿Qué le dirás a Alex?- Le interrogué para ver cómo se las arreglaba.

-Alguna cena familiar o algo así, jeje...- Se rio, a lo que yo sonreí. -Ni te imaginas cuanto te echo de menos.

-Imagínate cenar en mi casa, ver una peli y luego follar como salvajes sin control en la cama en la que duermo y follo con Cris.- Provoqué a Ana.

-Joder Javi...- Por su voz podía notar como estaba excitadísima. -¿Quieres que lleve algo en especial?- Me preguntó.

-Umm... No sé... El pelo liso, tacones, un poquito maquillada, pintalabios...

-¿Y la ropa? Porque no pienso ir desnuda hasta tu casa.- Reímos los dos.

-Ven normal, como si fueses a una cena familiar, la ropa... Corre a cargo de Cris.- Le expliqué. Al principio dudo, pero finalmente lo entendió y rio excitada.

-Está bien, Javi. Hasta el sábado.- Se despidió dándome un beso.

-Adiós, guapa.- Me despedí yo, y empecé a pensar en qué hacer para el sábado.

Tenía la suerte de que Cris, se iba a marchar pronto por lo que tenía el tiempo suficiente para poder preparar una rica cena y con un buen ambiente. Le mandé un mensaje para que eligiera ella una película, y seguí con los preparativos. A eso de las nueve y cuarto, Ana llamó al timbre.

-Que pronto.- Comenté cuando entraba en mi casa. Era un piso normal, suficiente para dos personas. Con una habitación, un baño, un salón-comedor y una cocina. Todo unido por un pequeño pasillo. No tenía muchos muebles, solo los necesarios. Un sofá, la tele y una mesa para el salón-comedor. Vitroceramica, frigorífico con congelador, un grifo y una pequeña zona para apoyar cosas con algún armario repartido para la cocina. Un urinario corriente y una ducha, además del lavabo con un espejo en el baño. Y una cama de matrimonio, grande, con dos mesitas de noche a los laterales y un armario en la habitación. En el salón-comedor y en la habitación hay una ventana que da a la calle, al igual que en la cocina, pero esta da al patio interior.

-Es que no aguantaba más...- Se quejó. -Es bonita la casa.

-Gracias.- Le agradecí ayudándole a quitarse el abrigó empetacado, ya que había venido un pequeño mal temporal, colgándolo en un perchero que teníamos al lado de la puerta. Sin avisarla me lancé a por sus labios, y ella sin oponerse me devolvió el beso con ganas. -Te echaba de menos, guapa.- Le susurré sin soltarla de la cintura.

-Y yo a ti, Javi.- Me dijo en el mismo tono, para después volver a besarnos.

Vestía con tacones, unos pantalones vaquero pitillos muy ajustados y una camiseta rosa un poco holgada, que permitía ver casi uno de sus hombros. Después le hice un pequeño "tour" por la casa, deje para el final, mi cuarto y el de Cris. -Ahí dentro tienes lo que quieras. Yo te he dejado mis preferencias, pero sorpréndeme.- Añadí, con una pequeña sonrisa.

-Tu déjamelo a mi.- Me dijo dedicándome una sonrisa. Le di un suave pico y me marché a la cocina para acabar con la cena y llevarla al salón-comedor. Ya estaba todo listo, pero aun Ana no había venido, por lo que aproveché para repasarme a mí mismo. Camisa blanca, vaqueros, zapatillas, colonia y peinado. Perfecto. Cuando volví al salón, me senté en mi silla y esperé a Ana. Tuve que esperarla cinco minutos más, pero en seguida escuche el característico sonido de los tacones acercándose.

-Menos mal, ya pen...- Me quede boquiabierto. Tal como había supuesto Ana, vestía con unos tacones negros, unas medias altas, que le llegaban hasta la mitad del muslo de un azul claro pero intenso, después tenía una minifalda negra, que justo, justo, tapaba su trasero y la entrepierna, dejando al aire parte de sus muslo. Casi me da un infarto, solo viendo la parte inferior, pero seguí subiendo, y me encontré con una camiseta de tirantes azul clarita, que dejaba al aire mi, todavía duradero, chupetón. Lo único que no sabía si llevaba era ropa interior, aunque sospechaba que sujetador sí, porque sus pechos se veía lisos y uniformes. Tenía el pelo suelto y liso, lo justo de maquillaje y un poco de pintalabios rojo, como aquella noche.

-¿Te gusta?- Me preguntó, no muy convencida por su aspecto, aunque ella sabía que se veía irresistible.

-Increíble. No sé si podre esperar hasta después de la peli, jeje...- Bromeé sin dejar de mirarla.

-No me mirares tanto que me da vergüenza...- Hizo ademan de taparse, aunque ambos sabíamos que estaba de broma.

-Es que esa mini-falda se la regale hace tiempo a Cris, y nunca la había estrena. Lo vas a hacer tu.- Le conté, invitándola a sentarla.

-Jiji... Que ilu.- Soltó emocionada sentándose. -Vamos a cenar, que tengo hambre...- Me pidió y yo serví un poco de la comida preparada, para hacerlo más bonito tenía unas velas encendidas, flores y brindamos con vino. Fue una cena animada, y picante.

Tras la cena, nos fuimos al sofá donde estuvimos besándonos como dos enamorados y acariciándonos suavemente. Pusimos la peli, pero los besos, las caricias y la temperatura fueron en aumento y no tardé en levantarme, cogerla en brazos y llevarla a mi cama, donde la tumbé y me coloqué sobre ella siguiendo con el ritual de los besos y las caricias.

-Javi...- Quiso decirme algo, pero coloqué mi dedo indice en sus labios silenciándola.

-Shhhh... Ana... Te amo.- Le susurré, haciendo que sonriera llena de felicidad. Acto seguido, comencé a besarle por detrás de la oreja, y fui bajando lentamente por su cuello, arrancándole pequeños gemidos de placer, cada vez que le daba un pequeño mordisco. Sus manos acariciaban mi cabeza, y a la vez desabrochaban los botones de la camisa. Cuando me los redujo todos, me erguí para quitarme la camiseta, a la vez que ella hacía lo mismo con su camiseta, dejándome ver un sujetador de color azul clarito. -Umm... Me gusta.- Exclamé al ver el sujetador. -Pero me parece que te lo voy a quitar.- Ella rio, y sin darme tiempo, se lo quitó descubriendo sus pechos, sobre los cuales me lancé en seguida para lamer, chupar y morder los duros pezones.

-Muérdemelos mas fuerte, Javi.- Me pidió entre gemidos, y muy obediente como era, mordí mas fuertemente uno de sus pezones, haciendo que mezclara un grito de placer y dolor a la vez, cosa que nos excito a los dos. Después de aquel mordisco, repetí unos cuantos mas, pellizcando fuertemente el otro pezón para que la sensación fuera el doble. Finalmente decidí darle un respiro a sus pezones, y comencé a bajar por su vientre y una vez llegue hasta la minifalda, fui a buscar el tanga que debería de llevar puesto, pero me sorprendió encontrar directamente su húmeda vagina, la cual acaricié de arriba abajo.

-Sin nada...- Comenté con una sonrisa maliciosa.

-Pensé que te gustaría mas.- Se defendió Ana.

Sin darle tiempo a más, volví a besarla mientras hundía mi mano en su entrepierna haciendo que cada vez estuviera más húmeda la zona. Ella no se dejó ganar y busco mi pene, el cual sacó de mis pantalones y mi bóxer, y comenzó a masturbarme. Poco después Ana, se levantó y tras deslizar la minifalda hasta el suelo, dejándose puestas las medias y los tacones, me desnudo completamente.

-Hoy será mejor que el otro día.- Me amenazó, antes de subirse a la cama y acercarse hasta mi pene, el cual comenzó a masturbar lentamente y poco después ha lamerlo y hacerme una mamada. Me deje llevar por sus labios, su lengua y sus manos y lo único que hice fue agarrar su cabeza para acariciarla y sentir más directamente el movimiento de la misma.

La verdad es que Ana, hacia unas mamadas increíble, la única con la que podía llegar a comparar era con Carla. Pero ese es otro tema. Sin darme tiempo a reaccionar, acercó sus caderas a las mías, para finalmente introducirse mi pene en su vagina. Poco a poco fue cogiendo velocidad, hasta que sus pechos votaban descontrolados. Agarré uno de ellos, y lo apreté para darle más placer y que sus gemidos fueran más fuertes. Poco después, aun con mi pene en su vagina, se dio la vuelta, y estiro los brazos hacia atrás apoyándose en mi pecho. Luego, levantó las piernas para apoyarse con ellas en la cama, y volvió a la carga. Era la primera vez que una chica me cabalgaba así, y no me puedo quejar, las penetraciones eran largas e intensas. Yo le sujetaba de la cintura para darle mayor apoyo. Pero entonces, cuando se encontraba lo más arriba posible, solo con la cabeza de mi pene, dentro de su vagina, se detuvo.

-¿Qué pasa, Ana?- Le pregunté asomándome por un lateral, pero entonces la vi. En la puerta, sujetándose al pomo de esta, más por necesidad que por otra cosa, estaba Cris, mirándonos. Tenía una completa visión de la vagina de Ana, chorreando fluidos, por todo el tronco de mi pene hasta los testículos, mientras este tenía la cabeza metida en la vagina. Ninguno de los tres dijimos nada. Ana y yo mirábamos a Cris, sin movernos, esperando una reacción. Cris por su parte, nos miraba a nosotros y aunque no podía evitarlo, también miraba mi pene bañado en los fluidos de Ana.

-¿Te gusta la poya de Javi, Ana?- Preguntó de pronto Cris, mientras se nos acercaba a nosotros. Tanto en la voz como en sus movimientos, se notaba que estaba borracha.

-S… Sí...- Respondió Ana, casi como un susurro, justo cuando Cris, acercaba su cabeza para mirar detenidamente la vagina de Ana.

-Ya lo veo, ya. Estas chorreando.- Soltó, tras unos segundos, en silencio, sin que Ana ni yo, nos atreviéramos a movernos. Pero entonces hizo algo que ninguno de los dos esperábamos. Sacó la lengua, y pego un lametón desde mis testículos, hasta el clítoris de Ana, recorriendo todo mi pene y su vagina. Ana no pudo evitar estremecerse, y menos empezar a gemir cuando Cris, comenzó a machacar el clitoris de Ana, con su lengua. Yo estaba alucinando por lo que estaba ocurriendo, pero a la vez mi excitación fue en aumento, sobre todo cuando Ana, ya no pudo aguantar más en lo alto y comenzó a descender introduciendo todo mi pene dentro de ella.

-Cris, que buena eres.- Gemía completamente excitada por la situación y el poder de la lengua de Cris, que no se detenía ni un segundo. Ana retiro una de las manos con las que se apoyaba en mí, para agarrar a Cris por la cabeza y hundirla más en su vagina. Segundos después, Ana tuvo unas pequeñas convulsiones, fruto de su recién alcanzado orgasmo. La única mano con la que se apoyaba le falló, y estuvo a punto de caerse sobre mi estrepitosamente, pero fui capaz de sostenerla y hacerla descender lentamente hasta dejarla tumbada sobre mí, provocando que mi pene saliera de su vagina.

-No te creas que te vas a librar.- Me dijo, antes de empezar a masturbarme lentamente. Estaba completamente inmovilizado con Ana, encima de mi recuperándose del orgasmo, por lo que solo pude dejarla hacer lo que quiso conmigo. Utilizó manos, labios y lengua, excitándome, y haciendo disfrutar a pesar de la situación, que en el fondo a mi también me excitaba. Como pude alargué un brazo para agarrar a Cris de la cabeza, y utilicé la otra mano para amasar uno de los pechos de Ana y de vez en cuando pellizcarle el pezón. Pronto la respiración de Ana empezó a entrecortarse y esta se giró para besarme mientras Cris seguía a lo suyo.

-Cris... Termino...- Le avisé separándome de los labios de Ana. Cris no se detuvo, hasta que el primer chorro golpeó su paladar, retrocediendo y masturbándome para sacarme todo el esperma, llegando a caer sobre el estomago de Ana y la cara de Cris.

-Tenias mucho dentro.- Dijo sorprendida Cris, tras tragar lo que tenía en la boca. Después se limito a limpiar el cuerpo de Ana de mi semen, mientras me recuperaba del orgasmo, pero esta vez en vez de tragarse mi semen, se tumbó sobre Ana y comenzó a besarle. Ana no rechazó a Cris, y ambas empezaron a intercambiar saliva, además del semen que Cris tenía en la boca. Con un suave movimiento me quité a ambas hembras, que siguieron a lo suyo tumbadas en la cama. Las miré y sonreí.

-Chicas...- Les llamé la atención, y estas miraron mi pene, el cual volvía estar erecto y lleno de energía. Cris y Ana, cruzaron miradas y tras unos segundos, Ana se acerco a mí, para introducirse mi pene en su boca, mientras que Cris se levantaba como podía y se desnudaba entera. Después cogió una liga que tenía en su cajón y tras ponérsela se colocó los zapatos y se acerco hasta Ana, para ayudarla en su trabajito. Sus lenguas seguían jugando entre ellas, aun con mi pene entre ellas, excitándome todavía más. Tras un buen rato, Cris se levantó y se apoyó contra la pared mostrándome su trasero, y abriendo las piernas para ver su vagina completamente húmeda.

-Javi, yo todavía no la he tenido...- Me pidió. Por lo que tras levantarse Ana, me dirigí ha Cris. Apunté con mi pene y la penetré lentamente. La saliva de ambas y lo húmeda que estaba su vagina, me facilitaron tanto la penetración, que sin darme cuenta, ya estaba embistiéndola fuertemente, arrancándole fuertes gemidos, que excitaron tanto a Ana, que comenzó a masturbarse y a acariciarse los pechos, viéndonos.

-Como me ponéis...- Comentó en alto, Ana, y fue entonces cuando Cris se dio cuenta del chupetón.

-Javi, yo también quiero uno de esos...- Me ronroneó.

-Está bien.- Admití, dándole la vuelta y tras apoyarla contra la pared agarré su pecho izquierdo, el mismo que en el que Ana tenía el suyo, y le hice un fuerte chupetón. -Ven aquí, Ana, que quiero repasar el tuyo para que no se vaya.- Ella obedeció, y tras tenerla contra la pared le repasé su marca.

-Ahora somos como hermanas.- Le dijo Cris a Ana, dándole un beso en la boca.

-Me encanta.- Le contestó Ana, dándole otro beso.

-Yo quiero que hagáis algo por mi...- Ambas me miraron expectantes. -Quiero que cada una le haga a la otra un chupetón en el cuello.- Volvieron a cruzar sus miradas, y Cris fue mas rápida. Poco después, Ana, tenía un chupetón casi parecido al de su pecho, en el cuello.

-Te vas a enterar.- Le avisó Ana, a Cris, antes de hacer lo suyo con ella. Ambas estaban marcadas por mí y entre ellas.

-Solo falto yo.- Les comenté. Cris y Ana lo entendieron y se tiraron contra mí, hundiéndose cada una en un lateral de mi cuello. Mientras sus bocas marcaban mi cuello y sus manos me masturbaban. Al rato, se separaron de mí, mirando sus obras y sonrieron satisfechas.

-Ya le has dado a Cris, ahora yo.- Dijo Ana quitándose los tacones y poniéndose a cuatro patas sobre la cama. Mientras Cris, se descalzaba, yo aproveché para poner detrás de Ana, y penetrarla. Poco a poco, fui aumentando la intensidad y la velocidad de mis penetraciones, mientras que Cris, se había puesto delante de Ana, con las piernas abiertas, para que le devolviera el favor de antes.

-Eso es, Ana, no pares.- Gemía Cris, notando como la lengua de Ana, machacaba su clítoris, y los dedos de esta la penetraban.

Finalmente ambas tuvieron un orgasmo a la vez. Y Ana cayó rendida en uno de los muslos de Cris. Tras recuperar la respiración, Cris se colocó en la mis posición que Ana, pero está en vez de eso se levantó y me permitió degustar su vagina, a la vez que empezaba a embestir fuertemente a Cris. Los gemidos de ambas mujeres se mezclaban en una deliciosa sinfonía que no hacía más que excitarme, llevando de nuevo a mí limite.

-Me voy... A correr...- Le avisé y ambas se arrodillaron en el suelo para que me eyaculara en sus bocas, pero antes si quiera de poder acercarme, ya estaban besándose y masturbándose la una a la otra, por lo que no me hizo falta más que unos segundos para llenar sus caras de esperma. Caí en la cama, mientras ellas se limpiaban con sus lenguas. Una vez terminaron, nos tumbamos cómodamente en la cama, y a los pocos segundos dormíamos plácidamente, yo sobre todo, con Cris a mi izquierda y Ana a mi derecha.

Serian las once de la mañana cuando me desperté. Ana y Cris, seguían dormidas, cada una con sus marcas, al igual que yo tendría las mías. La primera en despertarse, fue Cris.

-Buenos días, cariño.- Me saludó, dándome un beso.

-Buenos días.- Le contesté, como si el hecho de que Ana estuviera desnuda a mi lado, fuera lo más normal.

-¿Nos preparas el desayuno?- Me pidió Cris a lo que yo acepté. Me levanté tratando de no despertar a Ana, me puse mis bóxer y justo cuando iba a salir de la habitación pude ver como Cris se acurrucaba cerca de Ana, para dormir junto a ella. Sonreí, mientras cerraba la puerta.

Les prepare un desayuno bueno con zumo de naranja, tostadas, con mantequilla y mermelada y un cola-cao con leche caliente. Una vez toda preparado con alguna flor de la noche pasada y todo bien puesto, fui a buscarlas al cuarto. Abrí la puerta y me las encontré tiradas en la cama hablando tranquilamente. Cuando repararon en mí, me sonrieron, a lo que yo les devolví la sonrisa y les invité a la cocina a desayunar. Se levantaron tranquilamente y antes de ir a la cocina, donde yo les esperaba, fueron al baño. Finalmente llegaron a la cocina, dejándome sorprendido con las vistas. Cada una solo llevaba puesto una braguita, y cuando descubrieron el desayuno, me felicitaron y cada una me dio un beso en la boca.

-Gracias, Javi.- Me dijeron casi a la vez, mientras se sentaban. Yo no podía apartar mi mirada de sus pechos, mientras desayunábamos, pero Cris llamó mi atención.

-Hemos estado hablando antes.- Empezó tranquilamente. Yo miré a Ana, la cual me devolvió una sonrisa, y después mire a Cris. -Y hemos pensado en intentar una relación los tres juntos.- Estaba flipando. Mi prometida, no solo no estaba enfadada por engañarla con Ana, sino que me ofrecía una relación entre los tres.

-No sé qué decir...- Estaba en estado de shock. -¿Que pensara la gente? ¿Y luego para casarnos y todo eso?- Mi cabeza era un cumulo de preguntas sin sentido ya que sabía que respuesta quería decir.

-No te preocupes por eso.- Me alivió Ana. -Podéis casaros vosotros pero sin dejarme de lado, en ningún sentido.- Miré a Cris buscando alguna respuesta, pero ella solo me devolvió una sonrisa.

-¿Y Alex?- En mi cabeza se arremolinaban montones de preguntas.

-Cortaré con el.- Respondió simplemente. -Estoy enamorada de ti, Javi.- En sus ojos podía ver una absoluta sinceridad. Miré a los ojos a Cris, buscando alguna respuesta o alguna otra cosa, pero ella asintió con la cabeza sobre lo dicho por Ana.

-Ana dice la verdad. Yo también lo he notado.- Empezó a explicarme. -Yo también te amo, y sabes que desde hace mucho tiempo no he tenido problema en compartirte en la cama.- Aquello pillo algo desprevenida a Ana, pero dejo sus preguntas para más tarde. -Y aunque esto es algo diferente, sé que entre vosotros hay algo parecido a lo nuestro. Y al igual que no me gustaría estar sufriendo por no poder estar contigo, prefiero que seamos felices los tres juntos.

Me había quedado mudo. De nuevo miles de cosas y de preguntas atravesaron mi cabeza. Yo amaba a Cris como a nadie, y es verdad que desde nuestra noche en la discoteca había empezado a sentir algo fuerte por Ana. Quizás no tanto como lo de Cris, pero si algo, lo suficientemente intenso como para querer estar con ella.

-Está bien. Procurare haceros felices a la dos.- Les contesté finalmente, tras unos largos silencios en los que solo las miraba a los ojos.

-Gracias Javi.- Contestó Cris. -Pero nunca dejes de amarnos, por favor.- Me pidió, Cris.

-Nunca podría haceros algo así.- Y me levanté para darles un beso a cada una. Después me volví a sentar y seguimos desayunando.