Cena de negocios
Mi suegro me invita a una cena de negocios donde soy la motivación para que el contrato se firme, al final también mi suegro disfruta de mi.
Un día al llegar Arturo de la oficina me dijo que su papá quería que lo acompañara a una cena de negocios, yo dije que sí, Arturo me dio todos los datos del lugar donde sería la reunión. Varias veces acompañaba a mi suegro o a mi esposo a cerrar negocios, cuando iba con mi esposo usaba todas la técnicas aprendidas en la universidad, cuando iba con mi suegro usaba mi cuerpo para convencer a las personas. Mi esposo ni idea tenía para que me quería realmente mi suegro, a Eduardo le encanta compartirme.
Llegó el viernes, para verme bien me puse una tanga negra, también de ese color un brassier, una minifalda negra de cierre al frente, una blusa tejida blanca y botas negras de tacón. Planche mi cabello, me veía bien, Ese día mi esposo vería a sus amigos y yo sería como tantas veces la puta de mi suegro.
Llegué al hotel donde se hospedaba la persona del negocio, nos veríamos en el restaurante, mi suegro me cita siempre un poco antes para decirme como estaba todo, llegué al restaurante mi suegro ya estaba ahí, al verme me saludó y me dijo lo rica que me veía, me dijo que el señor se llamaba Abraham, que era un empresario de Jalisco, el señor tenía 73 años, que seguramente al verme así le iba a dar un infarto, los dos nos reímos mientras platicábamos mi suegro me dio una pastilla de viagra para que después se la diera a Abraham.
P –Tú sí que eres un suegro malo, no solo me coges, también me haces coger con otros.
Tomábamos un poco de vino cuando llegó el señor, nos saludó, mi suegro nos presentó, el señor me desnudó con la mirada. Al principio le hablé de usted pero él me tuteaba y me pidió que hiciera lo mismo.
Durante la reunión mi suegro, me acariciaba las piernas discretamente. En algún momento Eduardo sacó unos papeles que Abraham debía de firmar, Abraham no se veía muy seguro, mi suegro le preguntó que que pasaba, Abraham le dijo que el punto dos no le parecía muy bueno para su empresa, mi suegro le explicó porque ese punto estaba hecho así, Abraham estaba por firmar, cuando mi suegro le dijo.
E –Además de todo lo que te daremos podrás cogerte a esta puta.
Abraham sonrió y firmó, mi suegro le preguntó qué cenaríamos, Abraham se disculpó y le dijo que lo único que tenía en la mente era llevarme a la cama. Mi suegro le dijo que si necesitaba algo para el sexo, Abraham preguntó que algo como que, mi suegro le dijo que si viagra, Abraham dijo que sí. Mi suegro le dijo que ya me había dado una pastilla, yo se la entregué.
P –Toma papi, para que podamos coger bien rico.
Mi suegro se rió, Abraham se la tomó. Estuvimos un rato más con mi suegro, a Abraham se le notaba que ya no aguantaba las ganas, mi suegro también lo notó.
E -¿Qué pasa Abraham no aguantas las ganas de darle a esta puta?
A –Sí ya no aguanto.
P –Sí no te importa Eduardo quiero subir ya con Abraham, quiero ver que sabe hacer.
Mi suegro dijo que subiéramos que él nos esperaba ahí. Abraham me tomó de la mano y así me llevó hasta el elevador, al entrar en él, Abraham comenzó a besarme y a agarrarme las nalgas y las piernas. Nuestras lenguas jugaban, me calentaba mucho estar a subiendo a un cuarto con un hombre viejo por orden de mi suegro, me sentía la mujer más puta y eso me excitaba mucho.
Cuando llegamos a su cuarto, me ordenó ponerme en cuatro sobre la cama, me levantó la falda hasta mi cintura y comenzó a nalguearme.
A –¿De dónde saliste puta? ¿de dónde te sacó Eduardo?
P –Soy una persona que le da este servicio, se lo doy desde hace tiempo.
Abraham desconocía que Eduardo era mi suegro, él me seguía nalgueando.
A -¿Cuándo venga a la ciudad me puedes atender?
P –Claro papi te daré mi número al rato.
Él se empezó a desnudar, yo me iba a levantar pero él me ordenó que me quedara así, cuando se desnudó todo, me paró frente a él, y poco a poco me desnudó. Estando completamente desnuda me acostó en la cama. Primero me chupó las tetas, su lengua daba pequeños golpes en mis pezones. Después de un rato bajó por mi cuerpo dándome besos, se saltó mi vagina y llegó a mis piernas, después subió a mi vagina, le pasó la lengua unas veces, después me chupó muy rico el clítoris, yo comencé a gemir.
P –Sí que rico, así, chúpame así.
Él seguía con su lengua en mi clítoris, no aguanté más y tuve un orgasmo.
P –Me vengo que rico.
Después de que me vine el siguió chupando, me tenía muy caliente.
P –Métemela, quiero sentirte dentro de mi concha.
Él se puso sobre mí y me la metió.
P –Aaaahhhh que rico.
Abraham comenzó a moverse, entraba y salía, él me gemía en el oído, sus manos me tomaban las nalgas y me cogía más duro, yo sentía como entraba muy adentro.
A –Que rica puta me consiguió Eduardo.
P –¿Te gusto? ¿soy una buena puta?
A –Eres la mejor.
Se quitó de mí y me hizo ponerme en cuatro, la apuntó a mi concha y me la metió otra vez, lo hacía muy rico este señor.
P –Así más, que rico lo haces.
Me tomaba por la cintura, la sacaba casi por completo para después meterla toda, yo gemía. Los dos nos movíamos primero lento pero poco a poco nos empezamos a mover más rápido, en un momento Abraham grito y me lleno de leche la vagina, me sacó su verga y me hizo limpiársela con la boca.
A –Como buena puta límpiamela con la boca.
Cuando acabamos regresamos con mi suegro, quien al vernos nos preguntó cómo nos había ido.
A –Excelente.
P –Él coge riquísimo.
Tomamos una última copa y nos despedimos, mi suegro y yo salimos, me acompaño a mi carro y me dijo que lo esperara y que lo siguiera en mi carro, así lo hice. Llegamos a una calle sola y muy oscura, él se bajó del carro y fue al mío, me ayudo a bajar, me llevó junto a un árbol, me bajo el cierre de la falda, me quito la tanga, se la guardo en la bolsa del pantalón, el cual se bajó. Como sabía que él no iba a querer meterme la verga por la concha cuando hace poco más de una hora otra había estado ahí, por lo que mi culo lo tendría que recibir, cosa que me encanta.
Se escupió en los dedos, me metió dos en el culo, yo sentí como me abría.
P –Ya méteme la verga.
Él se la agarró y poco a poco me la metió, cuando estuvo bien adentro, me tomó de la cadera y comenzó a moverse muy rápido.
P –Sí así que rico me llenas.
Él entraba y salía muy rápido, sentía el frió en mis piernas pero mucho calor en el culo, escuchaba los gemidos de mi suegro.
P –Así suegro cógete a tu puta.
Mi suegro me apretaba muy fuerte la cadera, se escuchaba el golpeteo de su cuerpo contra mis nalgas.
E –Que rico culo tienes nuerita.
P –Disfruta este culo que es tuyo.
Eduardo comenzó a venirse, sentí como su leche me llenaba el ano, cuando acabo la sacó, se la limpió con mis nalgas. Se acomodó el pantalón, yo recogí la mini falda y me la puse. Me sacó de esa zona y nos fuimos a mi casa, me vio meter el carro y se fue.
Mi esposo ya estaba ahí, me preguntó que como había estado todo, le dije que el negocio había resultado muy bien, mientras hablábamos sentí como de mi ano salía el semen de mi suegro, le dije a Arturo que me bañaría y que después me dormiría. Mientras me bañaba me saque todo el semen de mi suegro, como disfrutaba ser la puta de ese macho, y mi esposo creyendo que tengo una relación tan inocente con su papá, espero que Arturo nunca se entere de lo que realmente pasa entre nosotros.