Cena de empresa
Como un viaje me hace descubrir a mi compañero.
Este relato es real, solo cambian los nombres. Me llamare María y esto sucedió cuando yo trabajaba en una empresa de comercial.
Se celebraba una cena de esta empresa y teníamos que desplazarnos a la ciudad donde esta la central. Yo pertenecía a un equipo de varias chicas y un par de chicos, y con uno de ellos tenia muy buena química, en esa época yo estaba embarazada de unos 6 o 7 meses mas o menos, así que se alquilo un minibus y nos desplazamos a la ciudad..
En el asiento se puso a mi lado Miguel y nos fuimos charlando todo el trayecto, y el viaje no se me hizo muy largo tomando en cuenta el estado en que yo me encontraba. Llegamos a eso de las 7 de la tarde y aprovechamos de estirar las piernas y tomar algo.
Cuando llego la hora de irnos al local donde se celebraba la cena mis compañeras se cambiaron de ropa, poniéndose alguna de ellas muy provocativas, yo por mi parte no tenia muchas alternativas y llevaba un maternal que con mi tripa me quedaba un poco corto pero estaba cómoda. La cena fue muy agradable y al terminar nos fuimos a una discoteca a bailar, nos quedamos hasta las tantas de la madrugada y yo ya estaba reventada.
Por fin cogimos el minibus de vuelta casa y Miguel me dijo si se podía sentar conmigo, le dije que si, luego me dijo té noto agotada sube los pies sobre los míos y estírate que te haré un masaje para que descanses. No lo dude ya que estaba realmente agotada, al hacerlo se me subió el vestido a media pierna, pero como íbamos en penumbra no me importo, Miguel comenzó a acariciarme los pies de una manera tan suave que daba una sensación muy agradable, estuvo un rato haciéndolo y me di cuenta que al cogerme un pie se me abrían las piernas y que a pesar de las luces tenues que llevaba el autobús Miguel no quitaba la vista, me estaba viendo las piernas y mis bragas blancas que resaltarían con el negro de mi vestido.
Sus manos comenzaron a subir lentamente y en un momento dado me miro como pidiéndome consentimiento para seguir, yo le sonreí pues estaba sintiendo un cosquilleo y cierta humedad, así que sus manos continuaron hacia arriba tocando mis muslos y yo abriendo mis piernas para que siguiera con su recorrido, por fin llego a mi braga y me toco por encima de ellas haciéndolas humedecer, yo cerraba los ojos y arqueaba mi cuerpo, a continuación me hizo la braga a un lado y comenzó a meterme sus dedos y a tocarme el clítoris, tuve que morderme para no gemir fuerte ya que mis compañeros iban durmiendo y, nos podían sorprender, me metió varios dedos y me llevo a un orgasmo que casi me caigo del asiento.
Saco sus dedos de mi vagina empapados con mis jugos y se los llevo a la boca, lo cual me excito mucho
Y me volvió a tocar el clítoris haciéndome sentir otro orgasmo, repitió esto un par de veces sorprendiéndome mi capacidad para correrme tantas veces.
Miguel me dijo cambiemos de lugar, yo me pongo hacia la ventanilla y así te acuestas sobre mis piernas y duermes, así lo hicimos y cuando me recosté sobre sus piernas vi la erección que llevaba, le empece acariciar y le baje la cremallera, la tenia durisima me la lleve a la boca y me la metí toda creo que le hice la mamada de su vida, me regulaba el ritmo cogiéndome mi cabeza y me encantaba su aroma y su sabor, después de unos minutos me dijo que me corro, y me prepare a tragarme su leche, fue delicioso, se la deje totalmente limpia.
Cuando llegamos a la ciudad Miguel me dice, límpiate los labios que tienes una mancha blanca, nos despedimos ya que me esperaba mi marido, hoy tenemos una maravillosa relación.