Celos (3)
Embarre de nata los pezones de Gabriela y fui adornando sus mamas con la crema, verlos vestido del dulce blanco hizo que no me resistiera al deseo de probarlo, mi insistente boca se deslizo sobre ellos para saborear mi más preciado postre, aquellas puntas duras mezcladas con nata y chocolate que me invitaban desafiantes a comerlos
Celos III
El día se inicia con los primeros rayos de luz que atraviesan los cristales de la ventana, respiro profundo y me envuelvo en el edredón de flores amarillas, estaba renuente a levantarme de la cama y escucho escaparse de mis labios un suspiro y su nombre: ummmmmm...Gabrielaaaa...
¿Pero que me pasa con esta tía? y me tapo la cara ante mi propia vergüenza, me doy cuenta que no puedo con esta situación, volví a hacer el amor con Gabriela, todo esto se me ha ido de las manos por completo, tengo que buscar arreglar las cosas en mi matrimonio, tengo que buscar alguna alternativa que me ayude a escapar de este idilio que estoy viviendo con ella, se esta convirtiendo en mi obsesión, en mi compulsión:
Qué más quisiera yo que mi marido se convenciera que hay que recuperar el tiempo perdido, pero estas palabras son insensatas para él que se muestra como si no le interesara, yo aspiro a que cambie su modo de ser, deseo a toda costa salvar nuestro matrimonio, claro que este es un deseo absurdo si solo yo intento recuperar el tiempo, he tratado de mantener una relación y lo único que he logrado es falsificar la triste realidad, dicen que ningún tiempo perdido es recuperable pero yo me aferro a la idea de que lo nuestro tiene solución, que tal si me voy a un estilista y me hago un cambio de imagen radical; sé que me costará una pasta, pero quiero estar bella para él, y compro algún body de esos bien sexy y claro allá que voy yo, con la brillante fantasía de encontrar a mi marido sensible a mis nuevos encantos, dispuesto a consentirme, cariñoso ante mis insinuaciones y por qué no preparándome una cena romántica porque quiere alagar a esta nueva mujer, a su mujer...y se me salio una carcajada... Vale esto de por si ya es una fantasía en toda regla, Cristina que ilusa eres tía, _ pensé con resignación _ que José Ramón prepare la cena es toda una utopía, si la madre no le ha enseñado ni a hacerse el nudo de la corbata, todo se lo hacía a sus hijos...no sabe freír ni un huevo? Pero eso ahora no importa mucho, la cena la puedo hacer yo, le voy hacer su plato preferido.
_ Eso es, está noche voy a tener una noche romántica con él, _ me dije a mi misma_ de hecho Gabriela me tiene muy caliente, solo de pensarla siento como se me agita el cuerpo y desde hace días, ¡es que de notarla me pongo toda excitada!, deseo hacer el amor apasionadamente, pero tengo quitármela de la mente y sacar adelante mi matrimonio y quién mejor que él, mi marido, para borrar los rastros que ella ha dejado en mi cuerpo, en mi mente, en el alma. Tengo que olvidarla, por Dios . así que lo voy a disponer todo para que sea una cena perfecta, como a él le gusta....y así me dispuse, fui al estilista, encendí unas velas de esencias para llenar todo el lugar de un aroma afrodisíaco, me puse provocativa..., sensual, para cuando él llegara y nada...que no se diga que no se intento fue mi pensamiento ante su tardanza... y espere mas, mas y mas....
Mi marido llego a las 22:00 horas, impresentable como siempre, oliendo a whisky, solo le bastaron 30 segundos para acabar de golpe con todas mis ilusiones, mientras vociferaba su rabia, por como le bahía ido en el día...Cristina valor que mas se perdió en la guerra; y me acerque, para que viera mi nuevo look de niña de primera clase como solía llamarme, a veces, pero toda suya, mi niña, muy mía como decía....lo que no termina de entender es que las mujeres no somos una propiedad de usar y tirar cuando se le antoje pero prefiero ahorrarme el disgusto de tratar de explicárselo una vez más, si es que acaso un machista lo entiende...pero aun así mis inseguridades hacían que tratara de estar dispuesta para él y esta noche no fue la excepción....
_ Cariño ¿te gusta? _ era visible mi entusiasmo.
_ ¿Qué es lo que me tiene que gustar? _ contesto tajante
_ Te pregunto ¿Qué si te gusta mi peinado, mi amor?_ mi voz temblaba de impotencia y él quiso a su manera ser conciliador para al final que pasaba de mi.
_ Qué coño te hiciste en el pelo, no sé ¿cómo era que lo tenías antes?... Vale, vale déjame en paz, está de puta madre. _ Dijo sin siquiera mirarme, echándose en una de los sillones de nuestra habitación mientras se iba quitando los zapatos.
_ Qué borde eres... mira déjalo.
_ No, si bien dejado está, a mi no me cuentes tu vida, yo que sé de peinados de mujeres, pregúntale a la peluquera que fue la inútil que te dejo así echa una pena.
_ ¿José Ramón que nos pasa?_le dije con perplejidad y me saltaron las lagrimas, no pude ocultar mi descontrol.
_ ¿Qué, qué nos pasa? ¿Que te pasa a ti? Yo estoy de puta madre, a ver a ti que coño te pasa por esa cabeza y dejas de pintar castillos en el aire que la vida no es de los que chillan por cada tontería... aparta que me voy a dar una ducha, tengo cosas mas importantes que hacer...
Las reacciones de José Ramón cada vez eran peores, ni por asomo miro todo lo provocativa que me había puesto para él, pero como iba a mirar la falda corta y ajustada que estrenaba si no me veía a mi; a penas se dio cuenta de la cena, y cuando le recordé que habíamos quedado en pasar una noche apasionada, se rió con una carcajada irónica, estridente, apuntando que tenía un compromiso importante que atender, ¡a las 11 de la noche, claro! Y volví a sentirme aislada y humillada; y volvió la imagen de Gabi "Cristina estas preciosa", decía Gabriela en mi mente, realmente nunca lo había dicho pero nos hemos conocido mejor y se que me diría eso y mucho mas, porque Gabi es buena chica, muy buena chica...
Esa noche la cena termino en la basura y la pasión vino de mano de mis fantasías, porque en mi cama no estaba sola, conmigo estaba Gabriela, me hacia el amor con mis manos, pensando en ella y la sentía cerca, en mi, dentro de mi; la deseaba tanto, la necesitaba tanto, mis manos hurgaron en mi interior y me acorde de aquella primera vez que tuvimos sexo y que con toda su violencia me llevo a un orgasmo inigualable, desde entonces solo tengo orgasmos con ella y pensando en ella, es triste pero con mi marido nunca he disfrutado tanto, es demasiado egoísta, el sexo con él antes no era del todo satisfactorio y ahora es pésimo, no recuerdo a haber tenido un orgasmo en los años que llevamos casados y eso me hacia sentirme confundida en mis sentimientos. Pero siento la necesidad de hacer el amor con Gabriela una vez mas, es que no recuerdo haber disfrutado tanto sexualmente como con esta mujer, lo necesito aunque está sea ultima, pero es que es insostenible esa relación, que soy una tía y ella también y en cima ninguna de las dos tenemos somos homosexuales, entonces ¿Qué nos esta pasando?, no Cristina no te obsesiones eres una mujer casada y heterosexual, José Ramón y yo tenemos el resto del fin de semana para hablar, vale, que esta noche hemos empezado mal, pero no dejare que me derrumben los miedos y la soledad. A lo largo de la noche imagine que Gabriela me hacia suya y no había nada que hacer contra ese deseo, no era opcional, ni racional, y entre mis gemidos solitarios vino el orgasmo, y luego vino un segundo....Gabriela me hace ser una mujer multiorgasmica - pensé y sonreí mientras imaginaba que sus brazos me rodeaban- esta noche quiero dormir en los brazos de mi fantasía...mi Gabriela.
Sin embargo seguía intentándolo, estaba dispuesta a casi cualquier cosa con tal de que mi relación con José Ramón mejorara; pero no había forma de hacer nada, no funcionaba, él no podía ser más ordinario, y como siempre termino maltratándome y dejándome con esa sensación de sentirme usada y vejada, en mi mente aquello no era grave aunque realmente lo era, me auto engañaba porque ya estaba acostumbrada a sus maltratos, lo peligroso era que ya no lo soportaba, porque todo en él me comenzaba a ser indiferente y eso si era fatal. El fin de semana prometía ser un infierno de desaires y rechazos, el silencio y su ausencia eran mejor que escuchar sus insolencias y maltratos, el olor de otros perfumes en su ropa ya eran hasta familiares...La noche del sábado José Ramón llego algo mas que ebrio, me despertó por el ruido de sus tropezones... ¿Me acaba de llamar mi amor?-pensé entre sueños...
_ ¡Mi amoooooorrr, vengo muy caliente, sabes pija_ dijo con voz estropajosa
Salí de mi sueño para ver el espectáculo de mi marido dando tumbos en la habitación.
_José Ramón estas borracho _ le dije cuando se derrumbó a mi lado y me impacto su aliento etílico
_ ¿No querías follar anoche? ¿No niña? ¿No era eso lo querías?, pero claro que tu no me calientas la polla como esa putilla barata que dice que soy un baboso, la muy zorra.
_ Estas borracho, acuéstate y mañana hablamos, por favor_ le dije tratando de ignorar sus palabras y me fije por un instante en su rostro, él seguía siendo muy guapo, con sus canas dispersas, sus ojos verdes, y aunque había adquirido barriga a causa de la cerveza, era un hombre estaba bien, se veía interesante pero sus groserías lo arruinaban todo, el hombre de quien me había enamorado era distinto a este que tenía enfrente, que convivía conmigo.
En la oscuridad de la habitación escuche su respiración agitada y vi en la penumbra su silueta, sentí pena por el hombre que había amado alguna vez percibiendo con cierta nostalgia que no había nada que salvar en nuestra relación, que ya no le amaba.
_Vamos coño, que tengo deseos de metértela polla, quiero follarme un culo y para eso estas tu, para eso eres mi mujer
Lo próximo que sentí fue, que echo a un lado con fuerza edredón y desgarro mi camisón, manoseó agresivamente mi cuerpo causándome daño como si reclamaba lo suyo; sus dientes torturando mis senos, sin ninguna contemplación me golpeaba en su necesidad enfermiza por poseerme, le pedía casi a gritos que se detuviera, pero no escuchaba o no quería escuchar, yo le empujaba en mi desesperación y me dio un certero golpe en el estomago dejándome sin aire, el dolor que me produjo hizo que gritara suplicándole que me dejara
_Por favor no, que me haces daño, déjame suéltame...
_ Cállate, guarra y compórtate, eres igual que todas, una zorra, a ver si al menos se me para, que contigo no hay manera.
José Ramón me tomo de la braga y la bajó a la fuerza, no tuve tiempo de reaccionar, se abalanzó sobre mi violentamente, el olor a puro y whisky era nauseabundo, sentí que una de sus manos buscaba entre su pantalón y mi sexo, con su boca callo mis suplicas, no podía moverme debajo de su cuerpo pero el se movía friccionando sus genitales contra mi vulva, provocándome un terrible escozor, su boca me tomo los labios y su lengua me relamió con desesperación, su aliento era repúgnate, le mordí con rabia su labio inferior causándole una herida pero no logre que se detuviera, reacciono pegándome una bofetada y tapando mi boca con fuerza, me mordía el cuello, se harto de hacerme daño, grito.
_Quiero que te corras conmigo, guarra; a las buenas o a las malas, eres una maldita frígida
Separo mis piernas con brusquedad y sentí su pene medio erecto penetrar mi vagina con dificultad; fue muy doloroso y en cada golpe de su sexo sentí que desgarraba en mi interior el vestigio de amor y respeto que aun me quedaban por él.
Su cara estaba desencajada del esfuerzo y el alcohol, su pene fláccido salió de mis entrañas, sin a verse corrido siquiera, se separó y poniéndose frente a mi, comenzó a masturbarse gritando obscenidades todo su semen fue a parar a mi rostro, mi pelo, luego se dejo caer en la cama respirando ofuscado me dejó tendida allí, medio muerta, con las piernas abiertas y las bragas en la rodilla, doliéndome todo, con restos de su piel en mis uñas, embarrada de sus secreciones, no podía moverme; las lagrimas me salían una tras otra, estaba en shock; ¿y él?, se quedo dormido profundamente. Me fui a la ducha, necesitaba sacarme el olor de su cuerpo, no sé cuanto tiempo me quede a allí. Por la mañana cuando recobre la cordura, estaba desnuda en el suelo del salón, allí había colapsado, la casa en silencio, como desabitada, él se abría ido al amparó de su madre, las sabanas manchadas de sangre como pruebas mudas de aquella violación fueron a parar a la basura y con ellas también mis ilusiones.
Era la última vez que sus manos rozaban mi cuerpo... me juré a mi misma No supe nada de él, en todo el día, hasta que en la noche llego a casa, no dijo nada, yo tampoco, se acostó, ya había decidido a dormir en otra habitación, por supuesto que no protesto, ni me pregunto; supongo que he corrido con suerte porque para muchas mujeres ese acto de seudo valentía significa una golpiza y hasta la muerte, tampoco era un castigo de mi parte hacia él, pero no podía estar en el mismo lugar que había sido violada por mi marido y no quería estar cerca de él nunca más, era el comienzo del fin porque ya no le aguantaba mas, y pude respirar...
¡¡¡Por fin Lunes!!! Entre a la cafetería muy temprano en la mañana, el cielo de agosto estaba magnifico y calido, prometía ser uno de los días mas calurosos del verano, entré bromeando con Antonio, me asombraba de mi misma por el hecho de estar contenta a pesar del fin de semana que me dio mi marido, en otros tiempos estaría amargada, atormentada, creo que las cosas están cambiando en mi vida; como es costumbre a estas horas la gente lleva mucha prisa y los camareros trabajan a tope siendo este un sitio tan popular, la familiaridad de lo cotidiano reducen las ceremonias de la comunicación a los sencillos y reducidos "¡Hola!" y "¿Todo bien?" que se dicen sin prestar atención a las respuestas, pero yo sabía a quién quería saludar, quería saludar a mi orgullosa morena y sobre todo verla, saber como le había ido, no me atrevería a preguntar si pensó en mi, pero yo si estuve pensando en Gabriela todas estas noches y he descubierto que me relaja pensar en ella mas bien me multiplica las diversiones....y sonreí cuando debía de llorar por todo lo ocurrido...si supiera Gabriela que sonrió porque ella es mi refugio.
Aquí viene Cristina, _ pensé mirándola _ viene sonriendo, parece feliz, me pregunto cuantas veces habrá hecho el amor con su marido este fin de semana, coño no puedo pasar de ella como quisiera, he tratado de todas formas de ignorarla y he fracasado a pesar de la reflexión que hice de esta relación... como puedes llamar a esto relación Gabriela si esto es antinatural, que no te gustan las chicas!....pero para que engañarme?, para que hacerme la dura cuando lo que siento por ella es superior a mis fuerzas, además cómo la voy olvidar si la tengo todos los días delante de mi. Vale, piensa que esta es una pija que una vez intento provocarte y termino seduciéndome para mi pesar, es una pija insolente que te ha excitado y punto, recuerdas todas sus majaderías o ¿ya no te acuerdas de sus insultos al principio cuando pensaba que te acostabas con su marido?..lo peor es que últimamente nos llevamos mejor, hemos descubierto que tenemos temas de conversación e intereses comunes, nos gusta leer, viajar, el teatro, coincidimos en diversas cosas, y hablamos como si nos conociéramos de toda la vida , aparte de que me encanta tener sexo con ella puedo sostener una charla interesante, que nunca antes me había pasado algo así Vale tengo que reconocer que me gusta y mucho, pero no puedo dar mi brazo a torcer, siempre soy yo la que la busco, esta vez es ella la que tiene que pedírmelo, que si le intereso que me seduzca ella, vamos que lo necesito.... aguanta un poquito, seguro que ella me lo pide... y solté una carcajada....y si no, bueno esperemos a ver, no seas pesimista... pero que linda esta, hombre la verdad es que ella es muy guapa lo único que tiene feo es su marido, pero hay algo diferente en ella, la veo cambiado ¡ay! _ y suspire extasiada_ esos ojos azules me matan, ¿pero que tiene diferente hoy?, claro es su pelo, si, se lo ha cambiado, se ve preciosa, por Dios que esta mas bella que nunca...
_ ¡Buenos días! Gabi, veo que te ríes sola, ¿compartes el pensamiento conmigo?
_ ¡Buenos días!, me reía de una tontería sin importancia, no es tan gracioso... pero si quieres te lo cuento mas tarde - lo dije en un tono que electrizo el ambiente, de esos que son una invitación a indagar otras cosas quizás más sensuales.
Mejor no preguntes Cristina, que eres capaz de darle un beso aquí mismo, si ella supiera las ganas que le tengo, mejor cambio el tema_ ¿Me pones un café por favor?
_Para Usted, señora, el mejor café de la mañana ¿te has ido a la peluquería, no? _
Cristina lo afirmo con una ligera inclinación pero se ruborizo, las mejillas se habían sonrojado al sentirse indagada por mi y con un gesto evidentemente gracioso, echo hacia atrás con un movimiento de cabeza el pelo lacio y castaño que caía copioso por encima de sus hombros _ pues te ha quedado muy bien, te ves muy guapísima.
_ Si, pues muchas gracias
_ Son las que la embellecen _ le dije mirándola_ quiero decir las gracias que me acaba usted de dar por mi observación_ me justifique.
_ ¡¡¡Qué!!! Ahh sii, si es que, he querido resaltar un poco el castaño de mi pelo y y ya sabes que nos gusta eso de de ponernos guapas de vez en cuando _ cristina se notaba nerviosa y tartamudeaba.
¿Lo hacia por mi? ¿Yo la ponía nerviosa? _pensé_ que tonta soy, Gabriela, seguro que se puso guapa para su marido.
Nos quedamos unos instantes en silencio mirándonos; pude apreciar su oscuro cabello recientemente moldeado que acentuaba el color de sus ojos, sus mejillas, sus labios entreabiertos que de un tiempo a esta parte, siempre quiero estar besando, nos mirábamos las dos muy seriamente y de repente su mirada se clavo en mi boca, una alarma de inquietud sonó en alguna parte de mi cuerpo, perturbación es la palabra exacta, no puedo evitar que sienta estas ganas de asaltar su cuerpo una vez mas, y respire hondo por la frustración de no poder hacerlo, tendré que aceptar por fin lo difícil que me sería ignorarla. Y ella rompió el hechizo y yo hasta se lo agradecí.
_ ¿Y tú cómo estas, Gabi?_ dije por fin, y antes de contestarme me miro con esa picardía que sale de esos ojazos negros que tanto me desconciertan, porque en ella convivía una inquietante fragilidad seductora cuando me exhibía esa sonrisa perfecta, esa voz sugerente que me hace delirar y yo no pude hacer otra cosa que sonreír con ella.
_ ¿Tu qué crees, o no se nota lo bien que estoy?_ me dijo Gabriela guiñándome un ojo y con el mismo tono de voz, ese tono que me embriaga...
Mi sonrisa en silencio afirmaba que si, que ella está muy bien, que digo bien, si Gabriela está estupenda y a mi me tiene a sus pies, pero era el comienzo de la mañana y el día si seguía a este paso seria muy largo porque tenia mucho que hacer, tome mi taza de café y me resigne a irme al pequeño despacho a tratar de trabajar, en el fondo no quería pensar en otra cosa que no fuera ella, ¿por qué no puedo evitar coquetear con Gabriela?, la idea de poseerla esa noche me estaba torturando, así que trabaje lo mas rápido que pude para acabar lo mas pronto posible, tenia que irme de allí pronto, ya sea porque termine el trabajo o porque renuncie a él, tengo que alejarme de ella...y por el resto del día evitare verle, cuando requería algo de la cocina intentaba pedirlo a otro camarero....Gabriela me vuelvas loca...Cristina comenzó a tocar sus labios y recordó los besos de Gabriela, que bien saben sus besos.
No estoy siendo competente en el trabajo-pensó Gabriela- mezclo las ordenes y se me olvida que le tengo que llevar a esta mesa o a la otra, para colmo Cristina no quiere verme, siempre llama a Mariana, me evita, será que no quiere nada conmigo, ¿vamos y a ti que? mejor que no quiera nada contigo, ella se lo pierde...Pero mira como me pone, me tiene ansiosa, quiero verla, necesito verla y si me acerco por la puerta lateral de la oficina? esa puerta debe estar cerrada con llave pero a lo mejor no y así tendré privacidad y nadie me vera observándola, ¿pero para que quiero ver a esta mujer? Nada más faltaba que yo sea una fisgona
Aunque el sol refulgía en la mañana por el intenso verano, la noche era fría en la sierra, y ahí estaba yo, en la fiesta familiar del aniversario de mis suegros, iba por la obligación que me imponía el ser la esposa del preferido, y por supuesto mi madre profundamente religiosa y machista, esta especializada en acechar los embrollos de la vida de sus hijos que somos los únicos seres humanos que tenemos la obligación de aguantarla y claro las asistentas pero ellas la soportaban por el dinero. Mi madre durante mucho tiempo manipulo muy a su placer las debilidades de cada uno de nosotros, hasta que la mayor se rebeló retirándose ambas hasta el saludo por años pero luego todo volvió a la "normalidad", el varón es débil y su consentido, se ha divorciado dos veces para su desprestigió pero ella le excusa de todo porque es el único chico de la casa y los tíos son mas libres, vaya capullo, a mi aun intenta manipularme, es muy astuta y no deja de decirme que actúa con cautela por mi temperamento rebelde, la causa de todos mis problemas según ella. A José Ramón le daba exactamente igual ir o no, la gran mayoría de las veces no iba a ninguna de las reuniones pero esta fiesta era importante para sus padres; por supuesto, quien compro el regalo de nuestra parte fui yo, siempre era igual porque la que tenia que acordarse de todo y de todos era yo. La fiesta era exquisita, como excelente hostess que es mi suegra, pues tiraría todo por la ventana y ni pestañaría con los gastos. No se de que iba la conversación en el grupo que estaba, pero me parecía aburrida y me aleje a un rincón cercano a meditar en lo irónica que es la vida, yo me tomaba unos sorbos de vino en una fiesta que quizás cuesta el sueldo de todo un año de Gabriela, y me causo una angustia solo pensarlo porque es una chica muy trabajadora y aquí estoy yo pensando de nuevo en ella; tendré que buscar la ayuda de un profesional, estoy hecha un asco, pero cómo le digo yo a la psicóloga que me he acostado con una mujer y que mi marido me ha violado?, que pienso en ella desde que me levanto, que me está quitando hasta el sueño y el simple hecho de pensarla me excita... quita, quita eso de tu mente, esto no se lo puedes decir a nadie, _ mire hacia el salón y pensé que no podía seguir apartada de todos, la gente a mi alrededor conversaba, yo los miraba como ausente, ya no sabía que hacer con mi matrimonio, estaba muerto, entonces vi a mi marido charlando divertido, todos reían, y él mas que nadie, ¡que cínico! de momento la charla se trataba de mujeres y sexo, cada comentario era más machista pero el de mi querido esposo fue el peor de todos
_ Nunca se te ocurra salir de compras con tu mujer, _ decía mi cuñado_ es una putada, te desgasta y terminas de mal humor y cagando leches, las tías se tiran nueve horas comprando chorradas y encima te gastan un dineral; eso si cuando se trata de cumplir en la cama siempre tienen dolor de cabeza, están cansadas, vamos que cualquier pretexto les vale, ahora cuando se van de tiendas están como una rosa.
_ Pues a mi que me cuentas, los peores polvos que he tenido en mi vida han sido con la parienta, a veces creo que estoy follándome al colchón, macho, yo paso del sexo con ella, bueno en realidad ya paso de todo, el otro día sin ir más lejos, quería tener eso que ella le llama sexo, imagínate yo tenía un compromiso urgente de esos que ya tu conoces, y a ella le da por poner velitas, a ver coño, que no tengo tiempo, que si lo que quieres es follar deja todas esas gilipolleces, pero en fin ella a su bola, ahí dale que te pego con la musiquita, las florecitas y venir a hablarme a estas alturas de fantasías sexuales, cuando la tía nunca ha tenido un puto orgasmo en su puñetera vida, a la noche siguiente a esa; llegue yo a casa con dos copitas de más ¿ya sabes? Con ganas de follar, intente tener algo parecido a sexo, pues nada tío, cuando creía que por fin llegaba en realidad fue mi imaginación, es una frígida y me lo mata tío, ¿yo, qué quieres que te diga? mejor me quedo con una de esas mamadas Express que me doy con una puta o con la última revolcada que tuve con una chavala que, conocí cuando fui a la cafetería de Antonio por una caja de puros, esa jerezana si que es una mujer, no lo que yo tengo en casa, teníamos unos follones de película, y no había vergüenza, tío, por donde quería le echaba un polvo y no tenia que aguantar escenas de romanticismo arcaico porque estaba siempre calladita y dispuesta.
Las risas producto de aquel comentario tan vasto y grosero que encima salía de la boca de mi marido retumbaron en mis oídos, mi sentido de la audición no me engaña, mire a su alrededor y todos reían, me puse colorada de la vergüenza y la indignación, esto es una farsa, mi matrimonio es una mentira y mi marido es repugnante.
_ Eres un cerdo, un asqueroso. _ dije y se hizo un silencio sepulcral en todo el salón _ y a ustedes espero que sigáis disfrutando de este sudnormal... Buenas noches.
Salí andando con destino a la puerta mientras mi suegra intentaba detenerme.
_ Cristina...Cristina....Vamos mujer no te enfades, eres muy susceptible, te molestas por todo. Los chicos lo dicen en broma, lo estamos pasando muy bien, a veces se le va un poco la lengua a José Ramón, los hombres exageran un poco, ya sabes; pero eso no es para molestarse.
_ Déjale que se vaya Madre, oye tío, _ se dirigió a su hermano_ mariconadas las justas, no vez que es un coñazo, todo le molesta anda y que le den.
Demore en aquel sitio lo que tarde en llamar un taxi, el único que no se avergonzaba era él, todos estaban abrumados por la escena dantesca, aquello era solo, una parte de todos mis infiernos... al día siguiente él llego minutos antes de irme al trabajo, comenzó a discutir sobre mi comportamiento en la fiesta, mascullo numerosas impertinencias usuales en su jerga, pero yo me había acostumbrado con paciencia a esas palabras tan familiares; como que soy una histérica, una exagerada, una pija de mierda, que arruine la fiesta, esas y otras más ofensivas salían de su boca pero yo estaba como ausente, hasta que finalmente dije.
_ ¿Cómo pudiste ser tan sumamente prosaico y cínico anoche?_ estaba sentada aun en la mesa desayunando y al mirarlo buscando respuestas, indague en su rostro.
_ ¿Pero que te pasa tía? ¿Lo dices por la broma que gaste anoche? ¿Por eso?_
_ No, querido, la burla de anoche te deja en ridículo más a ti que a mí a parte de quedar como el guarro número 1, los que disfrutaban de tus bromas se preguntarán que clase de hombre eres que no le has sabido sacar un orgasmo a tu mujer en tantos años. _exclame ecuánime_ y aquella noche me violaste brutalmente y no fue tu imaginación en realidad terminaste corriéndote en el colchón, deberías ir a ver un especialista para medio tener una erección necesitas maltratar a tu pareja y encima tienes eyaculación precoz, ahora me doy cuenta porque te dejan tan pronto tus amantes y terminas yendo de putas
_ ¿Pero que dices, estas loca?
_ ¿Le preguntas al colchón o a tu esposa?
De una bofetada me tiro al suelo, un espasmo de ira reventó en mi interior y me abalance contra él golpeándolo con lo primero que encontré, el golpe le cogió por sorpresa, aturdiéndolo de dolor, retrocedió asustado; siempre le había aguantado alguna que otra bofetada, pero esta vez estaba dispuesta a luchar de igual a igual, él intento agarrarme pero lo esquive y sin saber muy bien cómo lo hice, le di una patada que fue a parar a los genitales, se estremeció y siguió retrocediendo, veía en mis ojos el rencor de los años, de las humillaciones, de los golpes sin marcas, del sexo sin placer y de la violación de aquella noche...
_ Mira será mejor que lo dejemos así porque con las ganas que tengo te aseguro que te borro la cara de pija que tienes, eres una mojigata inmunda, tu nunca me has gustado ¿te enteras?, estoy contigo por apariencias, porque te tengo lastima; contigo jamás me he sentido bien, me das asco, me repugnas _gritaba ofendido y asustado agarrándose todavía sus genitales, nunca pensó que yo, su frágil mujer, la que él manipulaba a su antojo, la que disfrutaba según mi madre de la obediencia ciega al marido, la que le había aguantado más de un maltrato físico y verbal se convirtiera en una fiera dispuesta a todo; ya no nos conocíamos, algo había cambiado en mi, pero lo que más le llamaba la atención era que después de la violación me volví inalterable, a diferencia de otras discusiones donde me ponía trastornada e histérica hasta que rompía a llorar.
Sus palabras se sintieron lejanas y él acabo siendo un vulgar extraño para mi, me sentía mal de solo estar en su presencia No hizo falta responderle, tampoco yo lo deseaba, segundos más tarde se escucho un portazo Regrese al trabajo para olvidarme de los problemas, además entre tantas tristezas la alegría de ver a Gabriela me daba paz....
Ver a Gabriela todos los días me ha animado y a la vez me siento ir a la deriva porque tenerla casi a mi lado y no acercarme cuando eso es lo que quiero me tiene de los nervios, cómo es posible que esta mujer me tenga de cabeza... me haga soñar con ella ¿Pensara en lo que vivimos?... meditaba yo mientras veía perderse los números dispersos entre las paginas sueltas y ordenador, y de vez en cuando la miraba desde el despacho con el privilegio de mirarla pasando inadvertida; pero bueno, como habla con ese chico, es que esta tía se la pasa flirteando con todos y a mi me pone verde de celos, aunque de un tiempo a esta parte está como más tranquila ya no vienen tantos chicos a verla como antes; pero es que Gabi es coqueta por naturaleza . ¿Tendrá un novio ?
Otra tarde como la demás y esta se esta haciendo muy pesada- yo no dejaba de darle vueltas a este asunto - hoy hace 3 semana que Cristina y yo estuvimos juntas por ultima vez; hace ya 21 días más o menos, y aun no dice nada, pero nada de nada bueno yo también le he evitado- pensé mientras secaba unos vasos_ esta tía me sabe poner de los nervios y todos los días tener que darle un café sin poder decirle que quisiera ser la taza que se lleva a los labios_ este piropo latino me provoco una carcajada_ la verdad es que eres tan ridícula Gabi... Necesito un chico que me quiera. ¿Como no logro olvidarla?, cómo he podido estar tanto tiempo sin ni siquiera un mimito de su parte y ya me estoy desesperando.
Pues nada ya estamos a punto de cerrar por fin, que largo se me ha hecho este día, y con el propósito de que el tiempo pasara más rápido para irme a casa comencé a fundir un chocolate con la idea de dejarlo preparado para los postres del día siguiente, y mientras lo revolvía me asaltaron un sin fin de fantasías mirando la consistencia cada vez menos pastosa y el aroma característico de la tableta, coño me estoy excitando! tengo el libido a millón!; en ese instante justo en que mi mente comenzaba a volar sin remedio previéndome una madrugada exaltada en la fría soledad de mi cama, me interrumpió Agustín terminando de arreglarse, el olor a colonia barata me dio de frente, verlo tan limpio y arreglado me pareció algo relativamente extraño, no es su costumbre.
_ Gabi, no sientes el ambiente de paz y de tranquilidad que se respira _ lo mire extrañada, viendo como sobre actuaba esa sensación de bienestar.
_ Pues no, yo veo el ambiente como todos los días. _ recalque, sin entender muy bien lo que quería decir._ Uyyy que raro estas Agustín ¿Te encuentras bien tío?
_ Perfectamente bonita, pero ¿no te has enteraó aún? que el jefe se ha ido de viaje tres días, Gabi? es que no te enteras guapa vives en las nubes.
_ La verdad es que no sabía nada. _ pero no tenía muy claro que tenía que ver el viaje del jefe con todo el arreglo personal y la alegría de Agustín.., _Entonces ahora vendrá su socio a cuidar sus intereses, como otras veces que ha ido de viaje, ¿no? lo que me extraña es que no haya venido aun.
_ No, porque se fueron juntos, esta vez, se queda Cristina como jefe en funciones. La cara de Agustín sufrió un cambio repentino al ver a Mariana que se acercaba.
_ Gabi ya me voy, vale._ dijo con cara de satisfacción.
_ Mariana yo también me voy, ¿me esperas un momento? término de enfriar este chocolate y nos vamos juntas.
_ No, no no puedo, es que hoy estoy apurada tengo que hacer unos recados, sabes; ah, cuando te vayas ciérralo todo y avísale a Cristina que ya todos se han ido; esa aun está en la oficina, que mala costumbre esa chica de trabajar tanto ¿verdad? ¡Es una cosa! lo malo de todo eso es que le vaya a dar ideas al jefe y nos ponga a currar más de lo acostumbrado que ya es bastante_ dijo con cara de asco. _ Ah, Agustín no teníamos que hacer un inventario de la cocina tú y yo, tío.
_ Si, pero tenemos que comprar condones; no me mires así, se me olvidaron, cariño; te espero en la tienda de al lado._ y salió apresurado, dejando Mariana sorprendida y a mi teniendo muy calor el por qué de su arreglo personal y partida de la risa.
_ Oye, de toda la vida Mariana eh, yo cada vez que tengo que hacer un inventario guapa, no se me olvida llevar condones, fíjate _dije sin poder evitar reírme con ganas.
_ Gabi, pero que mal pensada eres tía, has entendido mal, él quiso decir camarones, ca-ma-rones.
_ Ya, seguro y claro, ahora yo vengo y me lo creo ¿no?
Y sin darme tiempo a contestar, Agustín grito desde la puerta.
_ Churri de que sabor lo quieres hoy, hay con saborcillo a fresa, melocotón, frambuesa, mejor con gustillo a vanilla chip que se que te gusta, y venga, vamos date prisa.
Eso fue suficiente para estallar de la risa.
_ Es que no sabe disimular este gilipollas, será idiota; mira mejor me voy._ salio andando con fastidio y sonriendo
_ Vale _ dije riéndome aun_ hasta mañana. Y no te olvides de guardarme algunos camarones de esos con sabor a chocolate, debe ser toda una exquisitez _ alcance a decirle partida de la risa.
_Si deben de serlo- me gritaba mientras la veía desaparecer toda colorada.
Bueno ya esta frió el chocolate, lo pongo en la nevera y me voy_ pensé entre risas recordando las cosas de Mariana. _ la jornada laboral había terminado y me di cuenta estábamos totalmente solas; y claro me llame idiota en voz alta pero no me explico si lo soy porque hace rato que debía de a verme ido, o por las ganas que tengo ahora de verla, las imágenes de sexo desenfrenado acudieron a mi mente y me sumergieron en un estado de absoluta excitación, mi cuerpo se puso tenso y anhelante. _ ¿Y si voy a verle? Pensé mientras guardaba los materiales que había usado y de repente tuve la loca idea de llevarle un Briosh roseado con chocolate líquido, adornado con nata porque quizás tiene hambre me dije buscando justificaciones. Dicho y hecho cerré las puertas de la entrada como me había indicado Mariana y subí hacia la oficina, mi ansiedad se manifestaba por el temor a tenerla tan cerca, a solas, por el deseo de besarla, son 3 semanas de verla pasar, de oler su perfume, de mirarla de lejos, de acariciarme en las noches pensando en ella...pero ella no ha querido, ¡¡¡Qué mala leche!!! ¡¡¡ Como me molesta eso de que no quiera estar conmigo!!!...pero aun así tiemblo...
Subí las escaleras con cierta prisa, buscando un pretexto coherente para no mancillar demasiado mi orgullo, pero por más que buscaba ideas no encontraba nada lógico aunque podía decir que todo estaba cerrado y darle las buenas noches; sin más dilación toque la puerta y su voz me indico que pasara.
_ Hola, ¿Qué tal te va?
_ Muy bien, _ dijo Cristina con esas dos escuetas palabras que me sonaron a que era un estorbo, pensé que debía irme, que nada más tenía que hacer allí, definitivamente no le intereso, solo me quedaba despedirme y preguntar si necesitaba algo mas, es una pregunta común, aunque usando un tono propicio se podría trocar en una alusión picante, lo malo es que hay gente que oye y no se enteran de la intensión.
_ Hola Gabi, estas muy pensativa hoy, desde está mañana te noto así.
_ Si, si un poquito, ¿te interrumpo, verdad?, lo digo porque ya todos se han ido, yo me voy ahora y buenoo, yo me pregunto si tienes hambre y... en realidad estaba buscando un pretexto para venir a verte.
_ No tiene importancia, tampoco estaba haciendo nada útil, ya necesitaba un descaso, pero además tu no necesitas un pretexto para verme_ dijo mirándome fijo mientras se acomodó cruzando las piernas_ ¿y qué excusa has buscado para venir a verme?
_ Has tardado demasiado en averiguarlo, ya no me apetece responderte- dije como una niña.
_ Te lo ruego_ insistió Cristina sonriendo a su vez.
_ Te he traído el postre de mañana, un briosh adornado con nata y chocolate, ese es el pretexto, lo hice yo, quiero que me des tu opinión ¿te gustaría probarlo?...Te ¿te gusta el chocolate?
_ Si, me gusta mucho, en realidad es mi debilidad, el chocolate digo_ y sonreí...
La verdad era que deseaba con todas mis fuerzas ver a Gabriela, anhelaba estar a solas con ella pero le había huido todo este tiempo tratando de organizar mis sentimientos, mis ideas y mientras la envolvía con mi mirada, con un andar cadencioso ella se acercó con aquel postre, el ambiente se lleno del aroma a chocolate, era maravilloso observar su gesto de chica traviesa que sabia lo que quería y la vi venir hacia mi, me miro y de sus ojos negros emanaba una corriente de sensualidad que ya conocía de sobra, no podía aunque quisiera sentirme ajena, Gabi miraba con insistencia mis piernas cruzadas, como si quisiera ver mas, puso el plato con el briosh sobre la mesa y me estremecí al verla meter un dedo en el chocolate, se me hizo la boca agua, pero cuando ella se lo iba a llevar a sus labios carnosos para probarlo, en un rápido movimiento, agarre su dedo embarrado de aquel liquido viscoso y lo lleve a mi boca, sin pensar muy bien lo que hacía, comencé a lamerlo gustosa, mientras la miraba provocativa, lamía y chupaba poco a poco su dedo, lo aderezaba lenta y sosegadamente, saboreaba con gusto aquel dedito, lo aferre entre mis labios, y lo enrede con mi ávida lengua; ella se acerco a mi y se inclino para fundirnos en un beso tierno que fue convirtiéndose en algo mas apasionado y exigente. Ella paladeaba mis labios empapados de chocolate ahora y la excitación que me causo fue irracional, tanto, que subí mis manos por su pecho, me urgía desabrochar su blusa y descubrir lo que tanto deseaba, sin meditarlo mucho saqué sus hermosos senos del sostén y comencé a acariciarlos con suavidad, así los recordaba, erguidos suaves, redondos y excitados; embarre de nata sus pezones y fui adornando sus mamas con la crema, verlos vestido del dulce blanco hizo que no me resistiera al deseo de probarlo, mi insistente boca se deslizo sobre ellos para saborear mi más preciado postre, aquellas puntas duras mezcladas con nata y chocolate que me invitaban desafiantes a comerlos, a mamarlos y yo deseosa los recorrí con la lengua; al final los tome por asalto y pude sentir como se acoplaban su pezón y su contraída areola en mi boca, el dulce placer de sus senos ofrendado a mi, de tanto comerlos la tenia al borde del delirio. Ella gemía mientras yo me hacia dueña de su cuerpo y al amamantar mi deseo los tome con mas decisión, eran míos por ese instante... Nunca había chupado con tanta avidez, y al mirar su rostro por un instante, escuche a Gabriela en un desenfrenado ardor suplicar
_ No pares, no, no pares mmmmm, por favor
La senté sobre el borde de la mesa, desnudándola. Por primera vez era yo quien la poseía, quien dominaba. Gabriela cerró los ojos y abrió las piernas entregándose a mis caricias, pose sobre su braga mi mano y acaricie su pubis caliente y ansioso
¡Mi dulce morena, cuanto te he deseado¡ Gabriela dejo escapar un suspiro, y con cierta delicadeza me arrimó a su cuerpo, abrió los ojos y le di un beso, un beso ardiente de febril delirio y esta vez no buscaba reconocer el sabor del chocolate, buscaba su sabor, el de sus labios ,el de su piel, ese sabor que me fascina, saboree sus labios con esmero; con mi lengua recorrí su cuello, me deleite mimándola, fui bajando por el surco de sus senos, llegue a la suavidad de su vientre donde hice un rosario de besos; le quite la braga, estaba tan excitada y deseosa que abrió mas sus piernas, exponiendo su sexo a mis labios mientras se inclinaba hacia atrás en total rendición, yo quería que durara para siempre, que fuera largo e intenso y con fruición vertí el resto de chocolate y nata al borde de su pubis depilado, extasiándome al ver como se deslizaba el pastoso liquido por su vulva, allí se mezclaban densidades entre sus labios vaginales y su clítoris, para finalmente agolparse en toda su humedad sonrosada. No fui capaz de soportar ver esa imagen por mucho tiempo y hundí mis deseos en su abertura, lamí con avidez su sexo, devorándolo sin olvidar un solo recodo, recorrí los bordes limpiando todo vestigio del chocolate, la saboreaba, la deseaba;
_ Que rico sabes, que rica estas; _ exclame deseosa besando la parte interior de sus muslos, y volví a besar intensamente su pubis, succionando sus labios exteriores, rozando con la puntita de la lengua los interiores _ eres mi ardiente delirio Gabi, me vuelves loca ti.
Y penetre con mi lengua el vestíbulo de su vagina logrando unas oleadas de movimientos pélvicos que hacían que nos excitáramos mas, chupe, chupe y chupe cada vez mas su clítoris y lo oprimí entre mis labios mientras que ella presa de la ofuscación gritaba de evidente placer, hasta que no pudo mas y comenzó a tener movimiento convulsivo en el que cada uno de sus estremecimientos encontraba un eco cómplice en mi interior, ella se contorneaba y se ahogaba entre gemidos, yo apresaba entre mis labios su clítoris, me atreví a hurgar en su vagina, mis dedos jugaron y acariciaron por un largo instante su interior proporcionándole sensaciones inigualables, fue algo instintivo porque ella me apretó mas sobre su sexo y comenzó a moverse al ritmo de mis penetraciones, pose mi boca sobre la carne palpitante de su clítoris tibio y mojado, y en ese momento sus contorsiones me avisaron que el clímax llegaba apremiante, derramándose en un potente orgasmo; mi boca no se detenía, ni se separaba del calor de su sexo, sus manos se aferraban a mi, mientras su olor de mujer llenaba todo mi olfato; me consumía el sublime esfuerzo de hacerla gozar al máximo, ni siquiera me tuve que tocar para sentir como me corría sin remedio, porque haberla poseído en ese instante me hacia la mujer mas feliz del mundo...
Me levante deseándola aun más, estaba excitada y ardiente de deseos, Gabriela entreabrió los labios para respirar con dificultad, la cobije entre mis brazos y nos volvimos a besar con esa ternura que solo disfruto con ella, supe en ese momento que era un verdadero milagro el habernos encontrado, que valió la pena conocernos, que valió la pena hasta odiarnos, y finalmente amarnos como no hemos podido dejar de hacerlo, no quiero ni puedo dejar escapar este oasis de felicidad que me devuelve la vida, después de aquel desierto de vacíos y soledades, ella que había sido mi suplicio se convirtió en mi redención, creí que la odiaba pero fue un espejismo, porque el amor también destruye, finalmente no hemos podido renunciar a este placer de hacer el amor... ¿cómo dejar de hacerlo?...Y se me escapo un intencionado "te quiero" y cerré los ojos porque no podía ver su rostro, no quería ver desagrado, ni indiferencia y mucho menos sorpresa...Lo que siguió a mi confesión fue un silencio ensordecedor, ¿le habrán molestado mis palabras? abrí los ojos y estaba sonriendo, sus ojos brillaban con una luz que no era lujuria, ni deseo, era distinto, será el alma la que veo por sus pupilas?, ¿será que me ama?...pero no dijo nada y en silencio comenzó a despojarme de la ropa