Celos (2)

Para todos los que han dedicado un poco de su valioso tiempo para leer el relato de Celos y en atención a sus múltiples comentarios por demás gratificantes, me permito escribir una segunda parte de este relato, esperando cubra las expectativas de quienes me lo han solicitado. Muchas Gracias a todos.

Para todos los que han dedicado un poco de su valioso tiempo para leer el relato de Celos y en atención a sus múltiples comentarios por demás gratificantes, me permito escribir una segunda parte de este relato, esperando cubra las expectativas de quienes me lo han solicitado.

Reciban un afectuoso saludo

Estuve toda la semana en la cafetería esperando su reacción pero no apareció, tenía cierta incertidumbre de que en algún momento entraría, quizás en mi fuero interno quería verla. Ahora me doy cuenta de mi error, nunca debí enrollarme tanto aquella noche, pero de verdad estaba enfadada, cómo pude meterme en ese lío, he perdido el norte y nada menos que con una mujer por solo... ¿cuantos orgasmos tuve aquella noche? ya es que ni me acuerdo, fíjate ¡tuve tantos!, hacia años que no me pasaba algo semejante, eso fue una autentica locura, y lo peor es, lo bien que me sabe esa locura; por favor que es una mujer la que me está poniendo caliente, vale ya, que soy una chica y a mi no me gustan las mujeres, me gustan los hombres. Ya... pero su perfume era arrebatador lo reconozco, ¡contra eso fue! su perfume... anda que, seguro lo compro en Paris para engatusar a su marido, ¿no se habrá equivocado de marca y ese perfume era de hombre para atraer a las mujeres y es por eso que me tiene enganchada? pero qué me pasa estoy loca, cómo puedo pensar tantas tonterías. Vale ya, eso fue… ¿un error?, a mi me encantan los hombres…, además yo nunca he sido partidaria de la violencia dentro de una relación sexual pero ¿qué me paso aquella noche? Claro, que si ella no me hubiera desafiado como lo hizo, estoy segura que no hubiera pasado todo aquello, olvídalooo, olvidalooo... eso no va a volver a pasar, no tiene que volver a pasar, no puede volver a pasar _tracemos una estrategia _ te acuestas con 2 ó 3 tíos, bueno quien dice 3 dice 7 u 8 o los que hagan falta y seguro que se me olvida esa nefasta experiencia, me gustan Los Hombres, repito me gustan los machos. Uhiiiiii por qué no me la quito de la cabeza, esto no puede seguir así, _ Estando inmersa en mis pensamientos, sentí que me gritaban y los chasquidos de unos dedos me hicieron apartar la cara.

_ Gabi, Gabi, Gabiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, tía que te estoy hablando.

_ ¡Ehhh, ehhh! ¿Qué pasa, por qué me chillas?

_ Porque no me escuchas tía, estás muy pensativa y callada, ¿llevas muy mal lo de tu novio, eh...? no me extraña, debió decirte que era casado, el muy cabrón. Yo no me pienso enrollar con ningún tío en lo que me queda del día; los hombres son unos cerdos.

_ ¿Eh? _ estaba aun perdida en mis pensamientos y duras pena conteste_ hombre, tanto como eso.

_ Gabi_ supéralo tía... ese idiota no se merece que estés tan preocupada, en realidad ninguno se lo merece

_ ¿Quién? _ Exclame con un gesto en la cara que estoy segura que se notaba mi total despiste, la mirada de Mariana comenzó a ser de mosqueo.

_ Gabriela, bonita estamos hablando de lo que te hizo Eduardo, a ver sí te enteras, tía.

_ Ahh!! Eduardo _ exclame con entusiasmo acordándome por fin de un hombre _ si, si, ese, claro, Eduardo claro, los hombres... son, eso... son,... ¿unos impresentables?

Mariana me echo un vistazo un tanto dudosa y prosiguió, _ tú sabes lo que es mentirte así, por narices; yo, es que ya te digo, no quiero saber de los hombres casados. _ indicó con débil seguridad.

_ Ya... y ahora yo vengo y me lo creo, ¿no? Mariana es que a ti te pierden los hombres casados.

_ ¿A mí? Si, verdad…es que me ponen los hombres comprometidos, no sé que me pasa pero me mola el royo.

_ Si claro, yo que tú me meto en una ONG más comprometidos que esos, rica; no te los vas a encontrar que se van al desierto y a donde haga falta. Ah… y te recuerdo que Agustín también es casado y además tu conoces a su mujer, anda que no te has ido de marcha tu con ellos.

_ Valeee_ me dijo con cara de susto _ ¿Qué pasa, que eres bruja, cómo te has enteraó?

_ No se necesita hacer un doctorado, nada más que hay que ver las ojeras que tienes, más el disfraz de cuello alto que te has agenciado con el calor que hace para tapar sus marcas, claro, que eso guapa es normal en ti, puede ser con cualquier otro, pero no las cubrirías; pero anda que si lo miras a él, alucinas con el mapa de islas que le has dejado en el cuello; ¡¡¡Mariana, eres un putón desorejao!!!, mira que te he dicho que esas marcas se hacen más abajo, cielo, un poquito de discreción por favor.

_ Vale, vale, no me cambies el tema y te recuerdo que estamos hablando de Eduardo _ dijo muy digna y un tanto nerviosa.

_ Ya, no hago carrera contigo Mariana, eres un desastre. _Y salí a atender unas mesas mientras la dejaba de una pieza, pensativa y arreglándose el cuello del jersey.

Claro, en eso es en lo que yo debería de estar pensando, en Eduardo y no en una mujer a la que encima odio, _ por un instante pensé aquella noche _ pero qué me pasa, tengo que buscarme un ligue urgente, muy urgente me sirve cualquiera, vamos.

_ Gabi, te buscan_ dijo Agustín desde un lateral.

_ ¿Quién? _ conteste con un grito y el corazón se me acelero, a mi mente llegó la imagen de ejecutiva como tantas veces había visto, me quedo inmóvil, deseando que mi cara no delatara la enorme ansiedad que tenía, pero eso era casi imposible, era evidente.

_ Hola Gabi, _ la voz masculina me hizo volver a la realidad me gire de inmediato y deje escapar un suspiro de entre alivio y fastidio; ahí estaba Eduardo.

_Hola.

_ Necesito hablar contigo, Gabi de verdad que lo siento cariño, sé que debí decírtelo, no sé, yo...

_ Vale Eduardo déjalo ya, nos vemos cuando termine de trabajar, OK y asunto terminado, ah… alquila una habitación y no te hagas ilusiones.

_ Eh… ¿cómo dices?

_ Qué pasa estas sordo.

_ Ehhh si, si, si.

_ ¿Cómo que si?

_ Digo no, si muy bien, te, te, te... recojo. _ No hay quien entienda a las mujeres.

Este chico cada día está peor, _ pensé _ pero bueno seguro que servirá, él tiene que quitarme esos recuerdo, lo único que tiene que hacer es besar donde ella… beso, basta... basta.

En mi afán de olvidarla, he optado por tirarme a cuantos se me cruzaban en mi camino con cualquier insinuación de intimidad, hasta Mariana estaba asombrada del apetito sexual que se me había destapado; ella conoce lo selectiva que soy a la hora de irme a la cama con un tío, pero la verdad es que me obligo a desconocer esa experiencia homosexual que no me quito de la mente, experiencia que comenzó como una venganza contra esa mujer que me había amargado la existencia desde su aparición y culminó con una entrega de amor, aquello se ha convertido en un boomerang contra mi misma, pero por más amantes que busco ninguno la borraba de mi memoria, es casi imposible olvidarla, pero si me paso la vida buscado en ellos su perfume, aquel gemir de placer, aquellos labios suaves y tiernos, el sabor de su sexo, su piel delicada, de solo pensarla me estremecía en un orgasmo apenas sin tocarme, con muchos de mis amantes ni siquiera llegaba a un beso, con los que llegaba a cierta intimidad me fastidiaba no sentir nada solo un sexo convencional sin mucho o nada que aportar.

En su casa, Cristina se vio de nuevo frente a ese entorno discrepante en el que vivía pero… ¿por qué no puedo dejar de pensarla? ¿Por qué no puedo dejar de pensar en todas las sensaciones que despertó en mi cuerpo? Mi marido se ha quedado fuera todo el fin de semana, tampoco me extraña, pero… ¿no me importa? Es increíble por primera vez hasta agradezco que no este aquí. Pero de pronto sin venir al cuento me entro un ataque de angustia

_ Muy bien debo calmarme, no es tan grave; pero a quién quiero engañar? es gravísimo, bueno la causa principal de que te acuestes con alguien es el alcohol, pero yo solo bebí una o dos copas… vale no estoy acostumbrada a beber; tengo que tranquilizarme es posible que esto no haya sido lo que parece, ya; hice el amor con una mujer, no lo parece, es la realidad, y encima me gusto pero lo que es aun peor es que le he sido infiel a mi marido y nada menos que con una mujer, buenooooo; prefiero que no se entere mi madre, menudo disgusto le daría.

A medida que pasan los días estoy más confundida, _ Soy una mujer casada, heterosexual, _ me repetía _ No es que sea muy religiosa pero mi familia si, siempre he sido una impecable esposa, es cierto que mi matrimonio está cada vez más perdido y en el fondo sabía que le sería infiel, pero, con una chica? eso no estaba en mis cálculos, _ además, esto yo lo considero como una relación depravada, he oído las criticas en las terapias de familias religiosas y estuve de acuerdo, aunque también desapruebo la infidelidad en la pareja sobre todo cuando discuto con mi madre católica practicante y miembro activo del Opus, en ese particular para mi madre es normal que los hombres sean infieles para mi No, mi madre es profundamente machista, nunca nos llevamos bien, en realidad con ninguno de sus hijos se lleva bien, con la mayor no se hablaba desde hace años y el chico se había divorciado ya dos veces para su desprestigio pero es su preferido, ir a verla resulta una agonía, tan autoritaria, tan egoísta, pensando solo en ella y en nadie más que no sea ella, siempre rayando en su perfección, eso de la humildad, castidad y pobreza, no va con ella; visitarla es ponerse de mal humor, para ella todo lo relacionado con el sexo es obscenidad, a pesar de que ninguno somos todo lo religioso que ella hubiera querido. Pero yo soy la pequeña y la he apoyado por respeto en ciertas cosas; conozco su sentimientos homo fóbicos, aunque nunca estuve contra el tipo de orientación sexual que practicara cada cual, siempre y cuando no lo hicieran a pública subasta, pero según el criterio de muchos en el circulo de mi madre, los homosexuales son personas enfermas, que vivieron en familias dividida o monoparentales, de padres violentos, pero a los pocos que he tratado, son personas educadas, sensatas e inteligentes y todos mal que le pese a mi madre son de familias normales y de derecha de toda la vida como ella dice

_ Y ahora yo, cómo es posible que yo disfrute de una cosa así, tanto que lo he criticado, que dirán de mi, me retiraría el saludo, eso seguro y mi madre me echaría al fuego, no sé, estoy hecha un lío, mi mente es un torbellino de ideas cual de ellas más confusas, pero lo peor es que cada vez que la recuerdo me muero de ganas, la verdad es que la violación… bueno es que no fui violada exactamente porque disfrute como nunca, pues nada el sexo a que me sometió esa maldita morena ha sido un detónate en mi despertar sexual, trato de mantener la razón al margen de mi sensualidad, pero aun no salgo de mi confusión. Cuando pienso en la noche que empezamos tirándonos de los pelos y terminamos haciendo el amor mi vagina, instintivamente se empieza a humedecer, no puede dejar de pensar en sus labios, es verdad que fue un sexo violento pero solo de recordar en las fieras en que nos convertimos, en las diversas posturas con que me penetro, cómo me sometía y yo le ofrecía resistencia buscando ese placer…_ Sus pezones comenzaron a ponerse duros, apenas sin darse cuenta bajo una de sus manos y comenzó a acariciarse sobre la ya húmeda braguita, ella quería asociarlo con una violación, con algo repugnante, algo que le diera motivos para despreciar aquella experiencia, para odiarla pero para su desgracia lejos de indignarse estaba totalmente excitada y ardiente_ Tal parece que solo pueden disfrutar del placer sexual los hombres, cuantas veces he sentido esa sensación de plenitud en mi matrimonio? cuantas veces he estado tan excitada? es penoso pero nunca me he sentido así, _ empezó a sentir calor e intencionadamente se toco los pechos, metió la mano dentro de las bragas, palpo su humedad y sin poder evitarlo dos de sus dedos se posan sobre su clítoris, lo aprieta y suspira, cierra los ojos y se imagina aquellos labios, juguetea con su botoncito, disfruta del cosquilleo que siente y se penetra con un dedo y dos, se desliza hasta la punta de la silla y abre las piernas para iniciar un lento vaivén, la excitación aumenta con el ritmo de sus dedos, la boca se le hace agua… un sonido continuo la sacó de golpe de su estado de excitación, el teléfono sonó incesante en el pequeño despacho asustándola, saco rápidamente su mano embarrada, se limpio, la respiración aun entre cortada, Cristina espera unos instante, respira profundo, debo calmarme un poco y por fin levanta el auricular.

_ Si, dígame.

_ ¿Hola Cristina? ¿Soy Antonio qué tal estas?

_ ¿Antonio? _ Ella sabía bien quién era pero se sintió nerviosa _ ¿el dueño de la cafetería?

_ Si, el amigo de tu marido. pero te llamo aparte de para saludarte es que necesito tu ayuda.

_ ¿Mi ayuda? _ Aquello le extrañaba más, esperaba que le dijera algo del incidente con la camarera, pero no era así. _ ¿Qué es lo que necesitas?

_Sabes que pasa reconozco que tú eres muy buena en eso de la planificación y la administración de empresas en crisis para sacarlas adelante, tienes un prestigio importante en el sector, y yo necesito que tu trabajes en la proyección de mi sociedad; estamos al borde de una crisis y quiero contratarte, quería decírtelo antes de concertar el servicio en tu empresa, porque deseo que seas tu la que lo hagas.

_ Mira Antonio yo pienso que aquí hay muy buenos profesionales, que te pueden hacer el trabajo mucho mejor que yo y...

_ El asunto es que yo confió en ti._ la interrumpió _ si la incidencia con una de mis empleadas empaña nuestra relación, la despido ahora mismo, pero la verdad es que necesito tu ayuda.

_ No, hombre… como la vas a despedir, ya eso está resuelto y además fue un malentendido de mi parte, ya sabes. Vale, vale contrata los servicios que yo te hago la proyección.

_ Muy bien, muchas gracias Cristina, adiós.

Vaya faena, yo que tenía el firme propósito de no verla, pero bueno, no puedo permitir que la despidan por no hacer mi trabajo de economista, tengo que hacer la proyección aunque intentaré hacerla desde mi oficina; pensó.

Pero para mi desdicha no fue así, mi jefe entendió después de analizar el proyecto que había que trabajar desde dentro, por mucho que intente persuadirle no pude convencerle dada la envergadura de la sociedad. Esa mañana me levante muy temprano preparándolo todo, me contemple más de la cuenta en el espejo burlándome de mí misma, pero me tome muy en serio mi arreglo personal, tengo deseos de verla aunque me cueste reconocerlo. Llegue con Antonio muy temprano, me instale en una pequeña oficina que tiene al fondo en alto con una vista privilegiada, se veía todo el establecimiento, incluso parte de la calle, los empleados fueron llegando sin prisas, el servicio comenzaba a las 9:00 y era temprano aun, pasadas las 11 de la mañana no la veía, era extraño que no llegara, pensé en que la hubieran despedido, medite mucho tiempo para preguntar, cuando me decidí, la respuesta fue muy simple, ¡trabaja mañana!, me sentí aliviada sin saber muy bien por qué.

Como todas las mañanas Gabriela hizo su entrada en la cafetería sin prisas,

_ Buenos días, qué tal estamos, huí no me gusta esa mirada de Mariana…, intuyo que algo le pasa, no parece ser muy grave a juzgar por esa sonrisa nerviosa que tiene, la conozco muy bien, esta exterioriza con frecuencia su estado de animo, seguro problemas de hombres, esta chica tiene una facilidad única para meterse en candela; a ver qué le pasa ahora.

_ Hola Mariana, ¿qué te pasa tía, te veo rara?

_ ¿Sabes quién está trabajando aquí? la mujer de José Ramón.

_ Crees que si yo fuera adivina estuviera de camarera ¿Quién…?

_ Si, Gabi, la que pensaba que tu estabas con su marido y estuvo dándote la lata varias veces en la cafetería.

La cara de Gabriela paso de la abulia, al asombro y de ahí a la turbación, _ eso es imposible, no lo puedo creer, mis músculos se pusieron tensos, la sola idea de tenerla tan cerca me produjo una alteración, ¿habrá que prepararse para una difícil convivencia? pensé mientras intentaba escuchar a Mariana.

_ Menuda patada, y yo que estaba aprendiendo a olvidarla.

_ ¿Qué dices?

_ Nada, nada, cosas mías ¿Cómo que está trabajando aquí, tía? _ Por fin pregunte nerviosa_ Pero cómo ha sido, ¿compró la cafetería y no nos hemos enterado?

_ No, dice Agustín que el jefe le dijo que ella está haciendo un estudio, una proyección del negocio, una historia rara. No sé, tú eres la intelectual aquí, yo no entiendo de esas cosas.

_ Chica pero que pasa, ¿es que el jefe no pudo encontrar otra persona en todo Madrid que le hiciera ese estudio? tenía que ser esa petalda, ósea que ella es la única economista que hay en toda España. Hay que Joderse con la tía.

_ Pero bueno y a ti que más te da, ya ella sabe que tu no estuviste con su marido, ¿no? y vale que habéis tenido unos choques un tanto fuertes por mi culpa y cosas así pero además él y yo lo hemos dejaó, así que tu no te preocupes.

_ Pues más te vale guapa, que mientras tú y él se hacían el apaño, yo me comía el marrón, no te jodes.

_ Uhiiiiii que borde estamos, que bien se ve que no has superado lo de Eduardo.

_ Mira déjalo, déjalo que ya me has puesto de mal humor.

Gabriela subió pesadamente las escaleras, _ Vale muy bien, a mi jefe no se le ocurre otra brillante idea de que yo le lleve el café a esa señora, con tantos camareros que hay aquí, pero en fin que se le va hacer es el jefe, pero bueno sabía que tenía que enfrentarla de una vez, no puedo seguir evadiendo el encuentro, y porque es una orden directa del Jefe que si no, hubiera mandado a Mariana menuda soy yo; pero bueno ya que nos vamos a ver casi todos los días es mejor que nos acostumbremos las dos_, separó ante la puerta y tocó, una voz familiar desde dentro le indica que pase.

_ Buenas tardes, _sus miradas chocan, se sostienen, ambas se sienten aturdidas, nerviosas, por fin Gabriela continua hablando, no quiere que la vea alterada y sin darle tiempo a respuestas dice._ El jefe pregunta si le apetecía tomar algo.

Cristina se quedo pensativa le molestaba verla tan fría y distante, veía con irritación que no le importaba todo lo que había pasado entre ellas. Por fin se decidió a contestarle.

_ ¡No te imagines ni por un momento que estoy aquí por ti!, ¿te queda claro? Quiero un descafeinado con leche, si no te importa.

La mirada indiferente de Gabriela se volvió feroz, y una sonrisa irónica dibujo su cara.

_ No te preocupes. No suelo imaginarme cosas indeseables. _ Las dos se miraron con deseos; Mariana llego justo en el instante en que las cosas iban a tomar rumbos violentos, miro a ambas mujeres que mostraban una actitud defensiva y se dio cuenta que no habían mejorado como pensaba.

_ ¡Hola!, señora, el jefe le envía estos documentos, se disculpa porque se le ha presentado un compromiso de urgencia. _ Cristina hizo un gesto de afirmación con la cabeza, y Mariana continuó. _ Señora, yo quería decirle otra cosa, es que... Mire usted el asunto es que… Gabriela…, aquí, ella…, pues no tuvo ningún royo con su marido, sabe usted lo que digo; no tiene que preocuparse por, por… por ella… hombre, ni por ella, ni por nadie aquí, sabe usted, vamos que no tiene porque seguir enfadada por eso._Cristina la miro un poco confundida y hasta le pareció gracioso.

_ Vale ¿y… tu cómo lo sabes? _ le preguntó mirándola fijamente

_ Ehhh… _ Mariana se bloqueó, no sabía que responder y tras unos segundos de silencio_ Mire Usted, es que yo ehh… pues vera usted… sucede qué ¿que cómo lo sé? Ha preguntao, ¡no! yo, como notará yo es que…, eh mire le cuento _ Y cuando estaba a punto de decir que era la amante; Gabriela la interrumpió mirándola a punto de calcinarla.

_ Porque somos amigas, por eso y ella conoce todos mis novios, razón de más para saber si su marido formo parte de mí… Parte de mi vida._ volvió a mirar a Mariana exigiéndoles que se callara, pero no lo hizo.

_ Eso, eso, porque somos amigas, ¿sabe?, y claro, de toda la vida ¿no? A parte nosotras nunca hemos visto a su marido.

_ Que no lo habéis visto, eso si no me lo creo. Puede que no formara parte de la colección de novios de esta chica, pero ya que no lo han visto aquí, es muy raro ¿de verdad que tu nunca lo has visto Gabriela? Pregunto con cierta ironía.

_ Si, yo si lo he visto varias veces, sobre todo después que tuve el disgusto de conocerte, entonces supe quién era, antes no había reparado en él; la verdad es que quería ver si podía formar parte de mí… "Colección de novios" Pero se conoce que él no es mi tipo. _ Enfatizo rabiando_ ¿Tu si que no lo has visto, Mariana verdad?

_ ¿Quién…, yooo? Dijo sobresaltada viviendo que la tensión entre las dos mujeres iba en aumento.

_ Si, Usted. _ alego Cristina mirándola divertida.

_ Yooo, yo no he sido; di, di…, digo no, eh, si claro, siii… ahora que lo he pensao bien, creo que si, ¿no Gabi? lo hemos visto tía ¿no? vagamente, eh…, muy, muy vagamente vamos, con decirle que lo vemos en la calle y no sé quién es. _ Gabriela la volvió a fulminar con la mirada y concluyó

_ Un descafeinado dijo, ¿no? _ Cristina afirmo con un gesto _ ¿Desea algo más la señora?

_ No, muchas gracias.

_ Vaya, veo que hemos mejorado la educación hasta damos las gracias y todo

Y sin esperar respuesta, con pasos rápidos y arrastrando a Mariana por un brazo desaparecieron por las escaleras.

_ Mariana listilla, volvías a abrir la boca delante de esa bruja y me da nauseas de pensar lo que te hubiera hecho_ le dije indignada.

_ Coño, así que te voy a defender y así me lo pagas. Es que no colaboras Gabi. Y esa actitud que tiene esa tía es porque aun tiene celos… ¡Anda que no conozco yo este tipo de mujeres…! Ahora casi mejor que intervinieras, porque yo me conozco y estuve apunto de pegarle un guantazo… no me mires así, que de otra cosa no sabré pero de mujeres casadas, anda que no sé yo de casadas

_ No me extraña, que las casadas te tengan manía, si eres un peligro público para sus maridos. Pero espera, espera, ¿qué tú me ibas a defender y te pusiste a tartamudear que casi le cuentas la última noche que pasaste con su marido? Anda ya.

_ Mira, no me lo recuerdes, no me lo recuerdes que ese tío era un plasta y un baboso. _ Gabriela la miró resignada.

_ Sabes que te digo Mariana que flipo contigo, está claro que tú no tienes arreglo, y yo paso, es que me superas tía, pero no estoy enfadada contigo, la culpa de todo la tienen tus padres y yo por aguantarte.

Y salí disparada a atender los clientes, no me molestaban tanto las metidas de pata de Mariana, me molesta como me afecto verla, mirarla a los ojos, con el simple olor de su perfume me he conmovido, esto es inaudito, no puede ser normal, no es racional, es imposible que una mujer inteligente como yo le estén pasando estas cosas, es insólito que sienta esa sensación extraña de cuando te enamoras por primera vez.

Cristina se quedo en medio de la oficina totalmente enojada, pensando como podía ser tan fría, tan impertinente, y aunque el encuentro no resulto difícil, tengo que marcar las distancias, no darme falsas esperanzas, ahora lo importante es mejorar las relaciones con mi marido, José Ramón es el único que me puede sacar a esa mujer de la cabeza.

Pero no me la sacaba nadie de la mente, y mucho menos mi marido, ya hace varios día que estoy aquí y este proyecto se complica cada vez más, y lo peor es que la relación entre Gabriela y yo es cada vez más tensa, nos es casi imposible hablar dos palabras a solas sin que nos digamos frase irónica e hiriente. Esto es un desastre, nunca debía aceptar este trabajo _ pensaba_ estos cálculos me están agobiando, me duele la cabeza, y yo que tenía la intensión de terminar el trabajo en 3 semana e irme, necesito alejarme lo mas que pueda de está mujer, pero las cosas se alargan y se complican cada vez mas, ya voy por la 5ta semanas sin cambios que vislumbren que termine pronto y encima hoy que pensé irme temprano Antonio me llama para que le cierre la cafetería, según él está liado, mi error fue quedarme la primera vez, ahora cada vez que tiene un problema como sabe que me quedo hasta más tarde por terminar el trabajo lo antes posible pues me pide que cierre yo el establecimiento.

_ Ahí está Gabriela, ya todos se han ido, menos ella, supongo que espera al idiota de turno que viene a buscarla, cada día uno distinto, menuda tía _me digo a mí misma mientras la miro desde la ventana con el privilegio de mirar sin ser vista, cada día está más guapa, más que verla la siento, desgraciadamente para mi, esta maldita mujer es mi debilidad, despierta en mi un dominio de sinrazones, unos deseos incontrolables, tengo que salir de aquí, darme unos días para estar con mi marido, pensar, porque razón me tiene que importar tanto lo que hace… bien ya basta de pensar en ella; ¿se habrá ido ya?; parece que si, ahora que no está bajo compruebo estos documentos y me voy,_ pensé mientras descendía la escaleras, sin prisas. _ Vaya; que bien con la niña, se ha ido y ha dejado la puerta medio abierta, mejor cierro todo para estar más tranquila en el economato. Vale ahora intento ver las hojas de inventarios, facturas, comprobar los niveles de gasto e ingresos. _ uhíiii y ese ruido parece que había alguien adentro, _ asustada miro y siento un extraño escalofrío de alivio y de pavor a la vez al ver a la mulata que entra silenciosa, cargada con un carrito lleno de diversos géneros para colocar en estantes y el bolso en el hombro como un signo de que ya se iba cuando debió llegar esa mercancía.

Gabriela la miro indiferente no tenía ganas de discutir pero miro de reojo valorando el atuendo que lleva con cierta elegancia, demasiado discreto para mi gusto_ pensó _ pero hay que reconoces que tiene buen gusto.

_ Hola Gabriela, parece que es a ti a la que se le han olvidado las normas de educación que tanto predicas. Dije con la irritación de sentirme ignorada.

Gabriela se quedo mirándome y emitió.

_ Sabes qué, hoy no tengo deseos de discutir, es más, me parece una perdida de tiempo absoluta el simple hecho de dirigirte la palabra, de mirarte siquiera, de verdad tía, estoy cansada de ti.

_ Vez en eso tengo que darte la razón, ya somos dos, yo tampoco te soporto y tengo que seguir aquí; pero de verdad lo siento eh, me vas a mirar por un buen tiempo y ahora que estoy enamorada más.

_ Uhiii ¡¡¡no me digas!!!! _ dijo con fingida aflicción _ y quién es ese hombre para acompañarlo en sus sentimientos de dolor, para darle mi más sentido pésame a ese desdichado infeliz. Pero a parte de todo, dime una cosa, qué fue de tu pobre marido, por fin se libro de ti o le estas poniendo los cuernos para hacerle la competencia.

_ Eso no es asunto tuyo, y claro, quieres conocerlo para tirártelo, como la perra ruina en que te conviertes cuando ves un hombre cerca, lo que ellos no saben es que pasar una noche contigo es un suplicio.

_ Ya, pero que bien disimulabas tu el suplicio ¿no? Te vi gozando como una zorra hasta el amanecer, se notaba que hacía muuuuuuucho que no veías pasar nada parecido a sexo.

_ Eso se llama fingir, hacer como que te gusta, ¿tú nunca lo has hecho cariño?

_ No cielito, yo no necesito fingir, cuando hago el amor lo vivo, me deleito, gozo_ dijo con gestos exagerados y se mordió el labio inferior_ Y ¿cuantos orgasmos le has fingido tu, a ese… pobre criatura? Ni se sabe cuantos has simulado, ¿verdad? Pero mira hoy me siento generosa; dile a ese pobre hombre que para llevarte al clímax, necesita esto_ y me saco del bolso el pene con arnés que usamos tanto aquella noche y continuó diciendo _hace días que traigo este juguetito que te dio taaaanto suplicio, he querido de volvértelo pero no ha habido lugar, y ahora que ha salido el tema quiero regalárselo a tu novio; teniendo en cuenta que lo compre con tu dinero es el mejor regalo para que ese chico te haga gozar de verdad ¿tu no crees?

_ Yo no tengo necesidad de eso, cariño, porque tener sexo con él, te llena de placer, sabes.

_ Es una pena que el pobre no sepa la clase de arpía que eres. Pero bueno ya que conmigo estuvo tan mal, ignórame ¿No?, tampoco es tan difícil pasar de mi ¿o si?, yo se que cuesta trabajo hacerme a un lado, porque seguro que yo estoy bastante más buena que él, y aunque lo niegues gozaste conmigo como nunca en tu aburrida vida lo has hecho _dijo guiñándole un ojo y mientras le modelaba continuó _fíjate que rica estoy y qué tipo tengo; pero no te preocupes yo estoy segura de que tu vas a conseguir pasar de mi.

Cristina dejo escapar su mejor sonrisa, se quito las gafas, se tomo su tiempo mientras la envolvía con su mirada azul.

_ Que chulita eres, ¿Pero quién cojones, te crees que eres tía? Naomi Cambell en plan putilla barata.

_ Mira mejor me voy, porque eso se llama envidia _ dijo Gabriela con la voz casi quebrada por la ira y andando hacia la puerta.

_ Si, vete, que te está esperando el nuevo macarras de turno que te has agenciado. Y por alguna casualidad ¿él sabe de tus asquerosos vicios sexuales? Ya has usado con él, tu juguetito de guarra

_ Si, vuelves a abrir la boca Cristina te juro que te vas a tragar una por una tus palabras. _ dijo mirándola fijo y cerrando la puerta de entrada.

_ Me encantaría que lo intentaras, cariño _ contesto furiosa.

Gabriela camino con paso firme y rápido hacia la otra que se proyectó desafiante. Y con un fuerte empellón ambos cuerpos se lanzaron contra la pared del fondo.

_ Eso es todo lo que sabes hacer zorra, empujarme, cómo coño me vas hacer tragar mis palabra sin no tienes cojones para hacerlo.

Gabriela se abalanzo contra mi agarrándome por el cuello de la blusa, yo la tenía aferrada por la cintura, ella forcejeaba, y yo intentaba golpearla pero más que golpes eran caricias violentas, me empujo, pero fue tan enérgico que nos despeñamos rodando por el suelo, yo quede encima de ella y la tome por las manos juntándoselas por encima de su cabeza, tampoco se resistió mucho.

_ ¡te detesto! _ le decía y apreté tanto la mandíbula poniéndome colorada que más que mi voz era un gruñido sordo.

La vi por un momento sin defensa debajo de mi cuerpo, sentía su respiración relativamente agitada, su mirada provocadora, mi pelvis encima de su cintura, podía percibir el calor intenso de su cuerpo solidó, logró zafar sus brazos de mis manos que las tenían inmovilizada para posarlas certeras en mi espalda y atraerme con fuerza hacia ella, me vi aplastándola contra el piso, oprimiendo mis senos contra la dureza de sus pezones que se asomaban retadores a través su blusa; su cara y el mía quedaron a escasos milímetros, sentía su rítmica respiración en mi rostro, pero percibirla tan cerca fue suficiente para que mi ira diera paso a un deseo incontrolable de besarla y mi boca se adhirió a sus labios en un beso bestial, un beso violento, salvaje, escandaloso, desesperado. Nos mordíamos los labios hasta hacernos daño, yo le comía la lengua, los labios, los pómulos, disfrutando de la sensación de tenerla de nuevo entre mis brazos. Intentamos despojarnos de las ropas poseídas por un deseo incontrolable hasta quedar totalmente desnudas en medio de aquel sitio. Ella comenzó a acariciarme el cuerpo con ímpetu, con arrojo; Gabriela se ensañó en mis puntiagudos pezones chupándolos con fruición, hundía su cara, su boca en mis mamas chupándolas, yo jadeaba como una posesa, la piel se me erizo cuando sentí sus acaricias en mi sien, la espalda, el culo, sentía las intensas manipulaciones de sus manos en el surco de mi trasero, para luego desaparecer por dentro del triángulo de mi braga.

No parábamos de besarnos, de tocarnos, yo sentada sobre sus muslos y en esa posición tan intima logré abrazarla con los brazos y la piernas, ahora nuestras caricias eran más tiernas y delicadas, la bese con ganas, con avaricias, con devoción, esta vez me deleite en cada beso, mimándola despacio, chupaba su lengua, mordía su carnosos labios delicadamente, y fue entonces que Gabriela se aparto por un instante para decirme casi en un susurro.

_ Por favor Cristina, ¿Qué voy hacer contigo?

_ Lo que tu quieras, has de mi lo que quieras, por favor. _ Suplique dándole pequeños besitos.

Y sin dejarla reaccionar volví a besar esos labios que no dejaba de mirar, que no dejan de fascinarme, halagarla se convirtió en lo más importante para mi, yo no quería dejar ir esa boquita pero se me escapo descendiendo por mi cuello hasta enredar su labios en mis duros pezones, trazó un camino húmedo con su lengua posándose un instante en mi ombligo, hasta que sentí por fin su aliento candente en mi entrepierna, mi mulata deslizaba la puntita de su lengua por todos y cada uno de los pliegues de mi coño, yo le ayudo abriendo mis piernas para que su boca me devorara, su lengua me penetrará, agarre con fuerza su cabeza que se perdía entre mis muslos, marcándole un delicioso ritmo, ya no puede aguantarlo, quiero explotar, grite desesperada y le suplico, le ruego, le imploro.

_Sí, sigue, humm, ah, que rico, que gustoooo, sigue así por favor voy a explotar, no puedo más, yaa, yaa, ayyyyy, asíí, sigue aahha, _ me chupaba dándome un placer indescriptible en el clítoris, cuando un dedito previamente engrasado penetran mi culo, va pasando despacio, lubricando el interior de mi ano, es una sensación que me enloquece, ahora son dos los que se deslizan aceitados dándome un masaje rectal profundo, dilatándome el esfínter, desahogando la tensión acumulada en mi orificio, yo estoy ya en un mundo desconocido y lejano acabo de tener un orgasmo sensacional en medio da tanto placer, otro dedito penetra el interior de mi vagina alcanzando un punto en mi interior que me produce un cosquilleo desesperante con el que veo inminente el otro enorme orgasmo que se me viene punto de estallar….

Pero ella se desprende de mis manos, se aparta de mi sexo, dejándome exacerbada, me mira desafiante, y se instala el pene con arnés. Pero yo sigo sintiendo el desesperante deseo de tenerla entre mis piernas, con esas ganas intensas de doblegar la palpitación de mi vulva inquieta, delirante de apetito le suplico con la mirada que vuelva a mis brazos, logro asirla y la acerco a mi cuerpo, la abrazó, le beso con esa ternura que solo ella me despierta, vuelven sus dedos a ese recorrido torturante que ella sabe realizar en mi exaltado sexo, mi palpitante clítoris retaba a sus dedos irremediablemente a un juego desquiciante arrastrándolos dentro del torbellino de mis jugos, casi me ahogaba en suspiros, sin poder reconocerme desde el fondo de mi alma, mi grito de placer se hizo más potente, me avergüenza reconocer que se lo exigí yo misma, más bien se lo imploré.

_ No te detengas más métemelo todo, anda _ ella me pasaba la gorda punta por mis labios hinchados y brillantes por el abundante jugo que emanaba de mi interior, me torturaba metiéndome solo la puntita _ ahhhhhiii, sshhhhh, ahyyyy te lo suplico, métemelo, métemelo por favor_ Por fin siento como me penetra despacio

Sus labios se fundieron con los mío y abrazándola me entregue toda y fue delirante sentir como mis pliegues lentamente se abrían dándole paso al apremiante miembro de silicona que se ocultaba en mi interior, latí, palpité, suspire, pero fue cuando comenzó ese enloquecedor vaivén que vibraba en la profundidad de mi vagina, que sedienta de placer apretaba con fuerza el pene que se deslizaba en mis entrañas al compás de sus cintura, pero ella me domina y me la saco de un golpe, dejándome ese vació, temblando de ganas, se instala en una silla esperándome y yo como una autómata voy a su encuentro me siento encima de sus caderas, y me la encajo de un solo golpe, me la entierro hasta el fondo, dejando escapar un urgente gemido, ella me agarraba del culo y apretándome contra su pelvis, me movía al ritmo de sus caderas, sus labios se perdieron entre los míos buscando el intenso orgasmo que se me venía incontenible cuando su dedo se posa en mi culo, se lo impregna el dedito con los chorros de mi lubricación vaginal para deslizarlo por el interior de mi ano; estremecida sollozo cuando siento que mis músculos anales se estrechan en su dedo, no puedo hacer otra cosa que moverme enardecida y empino mis caderas para facilitar el placentero movimiento de su dedo en mi orificio anal, me voy a correr de un momento a otro, todo mi cuerpo se tensa con una fuerza brutal, precipitándome a un tremendo clímax.

Y de pronto nos vimos interrumpidas, cuando sentimos un ruido desesperante y del sobresalto me separo de ella sacándome el miembro insertado en mi vulva, era mi móvil que había comenzado a sonar, armando tal escandalera que me dieron ganas de reventarlo, ella casi me asesina de la rabia y yo a mi misma al sentirme despojada de su cuerpo, de sus manos, de sus caricias, en medio de la intensidad de un orgasmo, pero no me queda otro remedio que contestar intentando calmarme y claro era Antonio tan oportuno como siempre; mientras hablo al móvil le doy la espalda

_ Vale, vale, si, ya lo he cerrado todo como siempre… que no, que no estoy enojada, si, ya se han ido los empleados; muy bien Antonio ya termino, no te preocupes, estoy respirando así porque estaba tosiendo en el momento en que cogía el móvil. Que no hace falta que vengas que estoy bien!!. Espera un momento, intento calmar mi respiración demasiado agitada aun; Antonio se desespera al teléfono.

_ Que no, que no, que no pasa nada, hombre; Vale si te quedas más tranquilo pues ven. Aunque yo salgo ya para mi casa, estoy muy cansada, vale Adiós. _ Tuve que hacer un esfuerzo para contener las lágrimas al verla vestirse y mirarme visiblemente enojada, a mi me dolía aun el delirio contenido del orgasmo en mi vientre. Esto tiene que terminar no puedo seguir involucrándome tanto con ella, comienzo a vestirme con cierta prisa. Un suspiro latente rompe el silencio que había.

_ Es mejor que olvidemos todo Gabriela, no podemos seguir con esta locura, esto es… esto no está bien_ Le dije sin atreverme a mirar sus ojos.

_ Como quieras, pero desde ya te digo que no se te va olvidar _ y se fue acercado tan peligrosamente que me puso nerviosa, pero solo se aproximo a mi oído para acariciarme con su aliento y con esa superioridad que la caracteriza continuo_ Y sabes por qué, porque me deseas y porque esto que empezaste no lo hemos terminado, y recuerda bien Cristina que si andas con gasolina no has de jugar con candela y aquí te dejo tu lindo juguetito, sé que esta noche lo vas a necesitar.

Me puso de mal humor, de qué va está tía, así que yo estoy intentando sacarme este problema de mi vida, de ayudarla a terminar con toda esta historia que no debimos comenzar nunca y ella me lo agudiza para martirizarme, y claro no se ocurrió otra cosa más sensata que enojarme y encima desafiarme.

_ Pues quieres que te diga una cosa, guapa, te aconsejo que te sientes a esperar porque lo que soy yo,¡ voy a erradicarte de mi mente!, te enteras, te voy a arrancar de mi memoria de una vez por todas!!!.

Ella solo sonrió poniendo esa carita arrogante que tengo que reconocer que me gusta y andando hacia la puerta, desde allí se giro y dijo.

_ Pues nada, cariño, ¡¡¡Suerte!!! Por mi parte te voy a ignorar completamente. Ahora si, a la prueba te someto, ¡¡a que no va pasar una semana sin que me lo pidas tú!! Y te advierto me voy hacer de rogar_ dijo tirándome un beso y dejándome con la incertidumbre reflejada en el rostro.