Celos

Cristina y yo íbamos a tener muchas cosas en común está noche y ella me iba a pagar una a una las groserías y disgustos que me había ocasionado durante estos dos meses, pero lo de hoy había sido definitivo, había sido la gota que colmaba mi copa. Esta noche a Cristina no se le iba a olvidar jamás.

CELOS.

Otra tarde como las demás en la cafetería, mi vida trascurre sin muchos contratiempo, acostumbrada a está rutina digamos cómoda, hace mucho que no voy a mi país y lo añoro, lo extraño, como se añora algo muy tuyo y lejano, pero no me impaciento me refugio en mi trabajo, en mi actividad creativa como ceramista y decido dejar que el transcurso de los meses, que ya son años justifique mi insegura situación, 7 años hace que no se de mi tierra, seguramente mi familia vivía ente dudas y sospechas escarbando en sus elucubraciones la causa enigmática de mi ausente silencio; pero ¿en qué me he convertido, Dios?, en una mujer dura y entristecida.

Solo hago eso trabajo, y a veces creo algo similar al arte, la mayoría de las veces como en cualquier cafeterías cutre y me recluyo en mi estudio alquilado con vistas a un desolado paisaje de antenas, patios, ropas tendidas y cables, ahora que observo la decoración de este cuartucho veo que ha adquirido un carácter puramente patético y desolador, hace un mes quite de las paredes unos cuadros de paisajes en acuarelas que hice de los campos donde pase mi infancia junto a mi abuela que sustituyo a la madre que no tuve, hasta que murió y pase a vivir una vida más dura entre tíos, anule por completo cualquier vestigio de la realidad y del pasado que pudieran comunicarme con mi presente y me vi desprovista de recuerdos, solo una cama y un sillón que me recuerde que debo sentarme a veces demolida, leyendo a ratos y sin demasiada dedicación, alguna que otra vez ligo un chico y tengo ese saxo, donde se intenta quedar satisfecha, pero yo intento hacer el amor cosa que aquí no se conoce muy bien, solo he podido hacer un sexo vació, desprovisto de alma, de sentimientos. Pero cuando canto y bailo la salsa, cobro vida, la vida cambia, la vida es maravillosa, la vida es un carnaval.

Aquella tarde de febrero llego esa mujer, creo que es amiga o mujer de un amigo de mi jefe, yo que sé, se sentó en una de las mesas que yo debía atender.

_ Buenas tardes, desea ver la carta o va a pedir algo en especial. Lentamente me miro con unos ojos azules penetrantes parecía alterada, me observo unos instantes, yo diría que me escudriño, y de la manera más borde que encontró en su léxico contesto 4 simples palabras.

_ Un descafeinado con leche. _ y siguió mirándome de manera desafiante, yo le sostuve la vista por unos instante, no suelo bajar la vista ante nadie que me desafíe, quizás porque soy muy orgullosa. Pregunte con la forma más delicada e irónica que tuve en contrate a sus palabras, con una semisonrisa.

_ Por favor, tendría UD la delicadeza de decirme cómo lo quiere de maquina o de sobre?.

_ De máquina. _Dijo tajante.

_ Gracias_ con mi sonrisa más amplia añadí, _ es UD muy amable.

Me fulmino con la mirada y yo con la mía que tampoco soy una santa. Pero tenía que traer su café y cuanto antes terminara con esta antipática mejor, ya me estaba cayendo bastante desagradable pero era una usuario y como reza el dicho el cliente siempre tiene la razón.

Salí, preguntándome de qué me conocía, porque la verdad yo no la recordaba, pero lo olvide al instante me dije a mi misma que hay mucha gente que suele cargar sus problemas para todos los sitios y descargarlos con cualquiera, quizás por eso padecemos de ulceras, gastritis, depresiones y mil dos enfermedades psicosomáticas, esa es una mala costumbre que se agudiza con los años, aunque está no tendría más de 35 a 37 años pero bueno si ya tan joven empezaba así con esos estados neuróticos depresivos no quiero verla cuando tenga 50, no habrá quien soporte a la tía, entonces me imagine al pobre marido o a los pobres hijos y si vivía sola al pobre perrito, pero bueno hay que tomar en cuenta que la moda en estos países es deprimirse, en la parte donde me toco nacer no podemos darnos esos lujos. Así que guarde las distancias, regresé con su descafeinado y su cuenta como es lo habitual en la cafetería, pero ella soltó visiblemente enfadada.

_ Esto está frío y no he te he pedido la cuenta.

_ Vale, la mire silencio. Retire la taza y la cuenta. _Salí ya un poco irritada y molesta. Volví hacerle el descafeinado esta vez me cercioré de que la leche estuviera hirviendo, así que le serví a los pocos instantes una taza humeante.

_ Has tardado mucho para traer un simple café. Dijo mirándome con desprecio.

_ Pues no ha sido mi intensión, dependo totalmente de la cafetera; además creo que no haber tardado más de 5 minutos, pero la próxima vez intentaré hacerlo en menos, aunque no le prometo nada, ya le digo dependo de la cafetera. _ me volvió a exterminar con la mirada.

Seguí en mi trabajo habitual sin prestarle mucha importancia a la déspota cliente, sirviendo a otras mesas, limpiando aquí, charlando con este o aquel, por lo habitual muchos ejecutivos y obreros ya me conocen y de vez en cuando charlamos, bueno es mi carácter me enrollo con todo el mundo; ella me seguía con su mirada y a mi ya me estaban acomplejando sus miraditas, en un momento la mujer hizo un gesto que yo vi, pero estaba sirviendo a una mesa en la otra punta, tome el pedido y camino hacia su mesa un anciano que siempre toma el aperitivo y bromea con las camareras me dijo con una sonrisa.

_ Hola bonita, estas contenta.

_ Siempre y tu que tal, Feliz de verme en esta mañana hermosa.

_ Hombre, no sabes como se me alegra la mañana cuando te veo. El anciano y yo reíamos divertidos.

Llegue a su mesa y exclamo clavando sus ojos azules en los míos; no, literalmente ladro como un perro rabioso _ Hace media hora que te estoy pidiendo la cuenta, aquí es evidente que no se trabaja se engatusa a los hombres.

En principio el comentario me pareció fuera de lugar, pero no le di la más mínima importancia y de una manera digamos dulce conteste.

_ Si, es una pena, pero debía atender unos clientes en el instante justo en el que UD solicito mi atención y supuse que UD tendría la delicadeza de esperarme unos... segundos, pero veo que fue un error mi suposición. _ Se puso roja de ira.

Yo más calmada que nunca

_ ah su cuenta lo olvidaba, es 1.10, por favor.

_ Quiero ver a Antonio ahora mismo, esto es un cachondeo y una burla.

_Antonio? Quien es Antonio. OH que despiste el mió, se refiere UD al jefe, ¿no?... muy bien, ahora mismo se lo llamo.

Y me fui a atender a otra mesa, y con cierta prisa pero con calma fui a la oficina del jefe, estaba segura de que él no estaba espere unos instantes, volví a verla más enfadada aun.

_ Siento decirle que el jefe no está, pero si desea UD dejarle algún recado no dude en decírmelo yo se lo doy en cuanto llegue. Me miro con un odio visceral y se fue.

Camino al coche Cristina no quería traslucir su enfado, pero se veía a simple vista encolerizada, había llegado a la cafetería con la intención de conocer a la mujer de la que había oído por casualidad, pero la realidad supero su imaginación, se sorprendió al ver que no era como las demás, esta era una latinoamericana, tan bellamente morena, tan condenadamente guapa, tan segura de si misma que la dejo casi sin palabras en cada respuesta que le daba, es una mujer mal que le pese inteligente con cierto grado de intelectualidad, está no es como la otras y esa es precisamente la cólera de Cristina que no se sentía capaz de competir con ella, lo que no entendía como se fijo en su marido ¿será ella su amante?, supo que era extranjera pero no se la imagino así. Es una descarada, concluía en sus pensamientos como es posible que se haya burlado así de mi, estoy harta de aguantar a José Ramón y sus malditas relaciones fugaces, pero esta relación es completamente distinta, lo se, lo presiento y esta vez no son mis celos absurdos como él dice. Pero lo que más me indigna es que es una atrevida, sabe bien que se acuesta con mi marido y ni siquiera siente un mínimo de decoro hacia mi, ¿sabrá que es un hombre casado? seguro que lo sabe, si se ve que anda flirteando con todos los hombre.

Es increíble han pasado ya, ¿cuánto hace que nos casamos? 12 años y casi todos iguales siempre buscando otra cama, se pasa la vida siéndome infiel, claro los demás se ríen de mi, paso por una gilipollas total, mira esta tía, como se ha burlado en mi cara, le deben ir muy bien las cosas a esa insolente, claro si se gasta el dinero de mi marido en sus gustos, la vi de frente y tenía el rostro encendido y sonríe frecuentemente a cuanto hombre le pasa por al lado, pero esto va en serio no puedo soportar que me cambie por esa putilla de tres al cuarto, piensa tirar por la borda nuestro matrimonio, está loco; ya se que nuestro amor se extinguió, pero me molesta que me cambie por la primera puta de turno que se atraviesa en su camino con un par de miraditas dulces y una sonrisa de víbora porque eso es lo que es una serpiente asquerosa que quiere acabar con mi matrimonio, no hay derecho a hacerme esto, las otras se las he perdonado pero ya esto es demasiado; hace mucho, mucho que le aguanto, recuerdo que nos casamos apenas acabar la universidad, él no era muy apuesto y yo era una mujer muy guapa, nuestra relación paso de ser buenos amigos a ser novios, hasta que me pidió matrimonio, ¿éramos realmente felices? O jugábamos a serlo? yo nunca fui muy celosa e incluso no le daba importancia a sus frecuentes desplazamientos y saliditas nocturnas por trabajo que comenzaron pasados 3 años de matrimonio, fue entonces cuando me percate de sus ausencias y mis celos empezaron a acrecentarse, hacia cosas en casa sin apenas consultarme, casi en mi cara miraba a las mujeres con lascivia, hasta que descubrí a una de sus amantes una incompetente secretaria con la que al parecer estuvo compartiendo todo por un tiempo y yo lo perdone pensando que sería una ilusión pasajera y comencé a ser una mujer completamente distinta, frustrada, él bebía a veces más de la cuenta y en una ocasión en la que discutíamos fuertemente por una de sus amantes llego a levantarme la mano y yo le perdone una y otra vez, hacía ya 6 años que me atendía con el psicólogo por mis celos y depresiones, pero últimamente las cosas habían empeorado, ya casi no venía casa, ni siquiera hablamos de nada cuando estamos juntos, nuestra vida intima ya ni existe, hace ya mucho tiempo que no tenemos la más minúscula satisfacción en la intimidad y sospeche entonces que había otra, de nuevo a indagar quien es, hasta que me entere de que era una camarera que trabaja en la cafetería de su amíguete de andadas Antonio, me dijeron que era una extranjera, así que no sería difícil encontrarla, cuando me describieron las que había supe que era ella, morena, latina, si todas son unas putas, si dicen que esos países son paraísos sexuales, estoy harta, estoy cansada, pero esa bandida no se va ha salir con la suya, voy a ir día tras día a esa maldita cafetería hasta que consiga que la echen, que es donde debe estar en la puta calle.

Caigo en la cama rendida, los sábados siempre es así, un sonido agudo me estremece es el móvil, mi despertador, lentamente entreabro los ojos y diviso como la mañana se iba asomando por la pequeña ventana de mi reducido habitáculo de paredes blancas, me incorporo con dificultad visiblemente cansada, pero tengo que ir a trabajar, estoy aun desorientada y adormecida, me doy una ducha rápida me visto y salgo, llego como de costumbre más temprano para desayunar con calma, y esperar mi hora de entrada, cuando la vuelvo a ver. Maldita sea, esta mujer pretende amargarme la mañana, aquí lo mejor es no hacerle caso, me digo a mi misma, llego sin saludar y se sentó frente a mi mesa tan desafiante como el día aquel que tuve la fortuna de conocerla, yo seguí con mi desayuno indiferente, puso sobre la mesa un ordenador portátil, saco unas cuartillas escritas y se puso a ser como que hacía algo, de vez en cuando me miraba, yo sin inmutarme seguía con mi desayuno.

_ Quien atiende estas mesas, aquí no hay nadie trabaje_ dijo mirándome y yo sin oírla apenas, la verdad estaba sumida en mis pensamiento de tal manera que ni siquiera mire. Creo que la atendió Agustín, que ese día le tocaba trabajar conmigo, yo substituía a Mariana, me lo habían pedido el jefe y ella casi implorándomelo; como me quedaba 20 minutos de relax, seguía disfrutando mi desayuno sin prisas.

Parece que a la señora le gustaba el café muy caliente, cuando fue a probarlo se quemo los labios y del brinco el café fue a dar a su elegante traje de ejecutiva, a mi me dio cierta gracia ver como se había puesto cuando nuestras miradas chocaron, se levanto recogió sus papeles y fue directo a mi mesa con su portátil, me miro con una mirada fría y agrego.

_ ¿Pareces disfrutar las desgracias ajenas?

Yo me reí de sus palabras que en ese momento me sonaban de lo más trágicas.

_ Seguro es una desgracia que se te haya caído el café en la falda, debería ser duelo nacional. ¿Tu no crees?

Me extermino con la mirada, puso en mi mesa su portátil, cuando se iba la agarré del brazo y con una visual muy seria y profunda le dije señalando el portátil y sus pertenencias.

_ ¿Y eso? ¿Qué significa?

_ Voy al baño y eres la única que puedes mirarlo. Me dijo con cierto fastidio

_ Por favor..., se dice ¿Por favor vigilas mis partencias? _ Le dije como arrastrando las palabras, enfatizándolas y mi mirada se hizo más fuerte mientras mi mano la tenía sujeta del brazo, un leve giro a mi cara acerco ligeramente mi dedo índice al oído, y exclame

_ No te oigo.

Su mirada se hincó en mis ojos y su cara daba impalpables temblores de ira, dijo después de unos instantes de juicio.

_ ¿Por favor... me cuidas estas cosas? Con un gesto intento marcharse pero la detuvo mi mano que seguía aferrada como un garfio a su brazo, me miro como interrogándome.

_ Gracias...,_ espere unos segundos su respuesta y añadí_ sigo sin oírte.

Su silencio se hizo agudo, sutil, casi doloroso y finalmente dijo.

_ Gracias. Solté su brazo y la deje marcharse roja de furia.

Termine mi desayuno y al ver que no llega deje sus pertenecías al cuidado de Agustín, cuando regrese a incorporarme a mi trabajo ya se había marchado.

_ La conoces _ me pregunto Agustín visiblemente interesado había visto todo el desarrollo de nuestro encuentro y pensó que en cualquier momento íbamos a acabar dándonos puñetazos y él se veía interviniendo.

_ En mi vida la he visto, llego el otro día metiéndose con todo el mundo, como hoy vamos, y todo le caí mal, todo le molestaba, se quejaba por todo, e incluso quiso quejarse al jefe.

_ Yo creo que es la mujer de un amigo de Antonio uno que se llama José Ramón.

_ Ya, pero es una antipática y una insoportable la tía, yo nunca la había visto aquí.

_ Si, yo si; a veces ha venido a buscar a su marido, pero no se porque vine tan a menudo últimamente y sola, teniendo en cuenta que trabaja muy distante; el marido me dijo que trabaja en el algo de finanzas, creo que es economistas.

_ Ha venido varias veces no es mucho, pero a mi parecen muchas, ojala que no venga más.

Pero no fue así, cada vez venía más seguido y la muy desagradable se sentaba justo en las mesas que yo debía de atender y mientras trabajaba intentaba con mucho esfuerzo de mi parte tratarla de manera agradable, pero un día descubrí que cuando la trataba con visible amabilidad sarcástica ella se encolerizaba mucho más, al principio entendí que no debía seguir con aquello que era mejor dejarla pasar sin contestarle, pero para su desgracia empecé a disfrutar como una enana sus disgustos y comenzó a gustarme la manera en que se sulfuraba con mi trato cada vez más amable, se ponía todo colorada y los ojos más azules, otras veces me ponía de los nervios y lo que quería era cogerla por el cuello.

Mariana y yo nos conocíamos desde que comenzamos a trabajar las dos en la cafetería hacía ya un año, al principio éramos solo compañeras de trabajo pero luego la relación se consolido y de hecho evoluciono y fuimos amigas confidente, Mariana admiraba mi seguridad y la compacidad reír para no entrar en depresiones a pesar de todos mis problemas, bueno yo le decía que no tenía dinero para pagar psicólogos, nuestras charlas giraban entorno a todo lo que nos acontecía en la vida y por supuesto los novios, hacía unos meses que tenía un novio secreto nadie lo conocía ni siquiera yo, tampoco suelo preguntar sus motivos tendrá para tenerlo así, pero una vez vino preguntándome cosas de cómo impresionarlo.

_ A veis hecho el amor.

_ No, aun no, estoy experimentando, siguiendo tu consejo al pie de la letra le estoy dejando probar poquito a poco el dulce_ me guiño un ojo y agrego _ sin que se lo coma del todo, provocando en él, cómo es que tu dices "Un deseo irresistible"

_ Pero no te demores tanto que se puede aburrir.

_ Vale, estamos pensando en pasar la noche juntos y quiero impresionarlo.

_ Pues nada se tu misma.

_ Ya, pero quiero hacerle algo especial, no sea algo que lo vuelva loco.

_ Pues mira, revisa cada parte de su piel con la lengua, estimula lentamente sus partes más sensibles ellos se desesperan y enseguida quieren meterlo, pero tu no lo dejes, seguro que tu también estarás desesperada, así que te lo aviso, porque lo hechas a perder todo, tu intenta ser pausada, regodéate en las tetillas, no lo dejes tocarte porque te pones a 100, después ve bajando hasta llegar a su mástil y has un trabajo ahí..., como los que te he dicho, cuando esté bien ardiente te penetras tu misma y comienzas a bailar así, mueve la cintura... con sabrosura, seguro que a ese no se le va olvidar en su vida, _ Le dije mirándola con picardía y esbozando una sonrisa maliciosa.

_ Vale perfecto, gracias Gabi, eres un amor._ Y salio corriendo a su cita.

Cristina observaba a través de la ventana de su despacho, era un día normal, reflexionaba sobre incidente que la había hecho rebajarse a esa tía, me estoy rebajando a su influencia, es una mujer dominante lo reconozco, excesivamente dominante quizás por eso mi marido la prefiera, ella debe llevar el control en esa relación, seguramente hace lo que se le viene en ganas, pero me molesta en gran medida la despreocupación de esa mujer por las cosas formales de la vida, el matrimonio es algo muy serio, no se pude andar por la vida destruyendo familias, su actitud burlesca frente a las obligaciones y la disciplina más estricta y ese maldita desinhibición de sensualidad que raya en el más absoluto descaro, es evidente la pésima educación que se dan en esos países, donde no hay moral, ni religión es un pena porque parece una chica culta. Hace 3 días que mi marido dormía fuera es algo horrible pero ya forma parte de lo que acepto a veces como irremediable, pero esta vez no quería aceptarlo, hoy fui a la cafetería y me senté en la barra, mientras tomaba lentamente el café presté atención a cierto comentario, la amante de mi marido alquilaba una habitación en un hotel cercano, otra chica se la estaba reservando en mi cara, anote todo lo necesario luego en casa le ví, se le veía feliz, contento, no me hacía el menor caso y cuando le quise reclamar me dijo neurótica, sosa, pija de mierda, me llamo frígida, salio por la puerta y se fue.

Hoy llego con ganas de guerra, yo estaba dejándole a Mariana todo en orden, le tocaba trabajar, estaba loca por irme, y ella llegó con su espada de madera y zapatos de payaso a comerse la cafetería, llego como de costumbre sin saludar, se sentó donde siempre y cuando fui a decirle a Mariana que intentará mantener la calma con ella, Mariana me dijo

_ Atiéndela tu, por favor_ y se esfumo tras la puerta.

Yo me quede estupefacta sin entender muy bien porque había desaparecido o porque la evitaba tanto, me quede por unos instantes meditando cuando oí sus chillidos.

_ Qué bien vivís aquí no? Nadie trabaja, _ claro que el nadie se refería a mi, pero hoy desgraciadamente yo no estaba de humor.

_ Buenas tardes, dígame que quiere tomar. Por favor

_ Un descafeinado con leche, ya deberían saber ustedes lo que yo tomo, pero se nota que son unos ineptos totales. _No conteste, nada, hice mi nota y me fui, pero no le basto, con llamarme inepta, cuando le traje su taza de café, se quejo como de costumbre.

_ Esto es una mierda, como puedes hacer esta guarrería, esto es imposible tomarlo.

_ Bueno, tendrá UD que decirme que es lo que quiere, porque yo adivina no soy. Me miro fijo como suele hacer y soltó.

_ Lo que yo quiero hija de la gran puta es que dejes de tirarte a mi marido._ Aquello me sentó como una patada en el estomago, le sostuve su mirada me acerque y le dije muy bajito, solo para ella.

_ Cuando me digas quién cojones es tu marido entonces pensare si vale la pena tirármelo y te juro que me lo voy a tirar si es posible en tu cara. Te queda claro _ dije muy enfada.

Se levanto como un bólido a buscar a mi jefe que esta vez si estaba, el hombre se asusto al verla irrumpir en su oficina, colorada, violenta

_ Antonio tienes que despedir a esa mujer me acaba de faltar el respeto, no hay derecho para que tengas una mujer de esa calaña en sitio donde vienen personas decentes.

_ Cálmate, Cristina estas muy alterada a ver cuéntame que te ha pasado.

_ Una de tus camareras, esa morena latina que tienes aquí es una grosera, quiero que la despidas ahora mismo.

_ ¿De qué me hablas Gabriela? eso es raro porque esa chica es muy educada y dulce.

_ ¿Tu también te la estas tirando, verdad? esto es una orgía, tu y mi marido se están tirando a esa guarra, esto es asqueroso Antonio, ¿tu mujer lo sabe?.

_ Pero de donde has sacado tu todo eso. Estas loca, mira Cristina, mejor te vas a tu casa y te calmas que no estas bien, mujer.

_ Sois todos iguales.

Salio toda encolerizada por la puerta y mi jefe detrás de ella, llamándola pero ella no contesto, salio sin posibles frenos.

_ Gabriela que le has hecho a esa señora.

_ Yo nada, me ha dicho que me estoy tirando a su marido que ni siquiera conozco y no se lo permití, le dije que me lo presentará por si valía la pena tirármelo así ella podía hablar con toda su razón, entonces quizás le permito montarme los numeritos esos que de un tiempo a esta parte me hace, sin yo comérmela ni bebérmela encima.

El hombre no hizo otra cosa que reírse._ Hablaré con ella. _dijo reflexivo y salió.

Fui a buscar a mi amiga y compañera de trabajo necesitaba una explicación que ya intuía.

_ Mariana quiero que me expliques por qué no quieres atender a esa mujer. _ le dije mirándola fijamente a los ojos y con cara de pocos amigos, ella se quedo un poco desconcertada y nerviosa.

_ Bueno, sabes que pasa, es que, te acuerdas del tío del que te hable que quería impresionar pues... da la casualidad que es el marido de ella.

_ ¿Da la casualidad? Espera, espera a ver si me lo pillaó. ¿Tu te estas tirando al marido de esa mujer y yo estoy cargando con el muerto.

_ Hombre, dicho así suena muy feo.

_ Y cómo es que hay que decirlo, tu estas gozando más que gozon y mira que gozon gozo y yo cargo con el muerto de la mujer.

_ Bueno, somos... digamos amiguitos con derecho a roce como tu dices, pero ya no te preocupes lo hemos dejado, es tipejo es un soso. _ miro mi cara asombrada y yo casi la mato.

_ Mira, Mariana yo me voy a descansar porque un minuto más aquí significa matarte. Y me fui más cabreada, con la certeza que al menos aquella mujer aunque confundida conmigo estaba en lo cierto.

Llevaba hacía ya un mes y medio saliendo con un chico que me gustaba mucho, parecía interesante y aunque me aburro de los tipos que se hacen los interesante para captar tu atención este parecía con otro talante, otro valor añadido y sin darme cuenta empecé a soñar con eso que soñamos las mujeres, cuando nos mandan ramos de rosas, y nos hacen suspirar, ¡¡¡es que somos tontas, eh!! Como este viernes me tocaba trabajar y el sábado era de descanso, nos permitimos el lujo de alquilar una habitación en un hotel de 3 estrellas cerca de mi trabajo, para pasar toda la noche llena de placer y todo un fin de semana de deleite. La noche del viernes fue tranquila, yo solo soñaba con mi idilio y paso desapercibido mi horario de trabajo, como así mucho no pasaba, siempre estaba mirando el reloj y deseando que terminara, hoy lo deseaba pero de manera muy diferente, llego a buscarme a la hora señalada, salimos para el hotel, en la habitación había un ramo de claveles en el jarrón, champaña francés, fresas, nata, bombón de licor todo lo que yo le había pedido quería tener una noche creativa y él no escatimo en detalles, la música nos envolvió y empezamos a bailar dejándonos llevar por aquella melodía, sus besos comenzaron a calar mis labios, cuando mi ropa y la suya empezaba a descender con notable lentitud, unos bruscos sonidos acompañados de unos gritos interrumpieron mi romance.

_ Abre la puerta, puta que se que estas ahí con mi marido. Vamos abre la puerta si no quieres que la eche abajo. De pronto el móvil de Eduardo empezó a sonar desesperadamente, él dijo _ es mi mujer.

_ ¿Pero cómo, estas casado?_ lo mire asombrada, casi sin podérmelo creer, no solo estaba casado sino que también se estaba tirando a Mariana, tantas sorpresas juntas me estaban aturdiendo._ él sin embargo se empeñaba en explicarme

_ Si, pero lo estamos dejando ehh es cuestión de tiempo y bueno ya sabes los niños, eso no es tan fácil

_ Pero tampoco me habías dicho que tienes hijos_ en la puerta seguían los golpes, los gritos, cabreándome cada vez más.

_ Espera, que le voy abrir a esa mujer.

_No, no abras estas loca. Es mi mujer me vas a buscar un problema hagamos como si nada.

_ Pues que te encuentre aquí macho, a vértelo pensando antes de venir._ Salí hacia la puerta y el se ponía desesperadamente la camisa, se abrochaba los pantalones, la puerta se abrió y entro mi clienta favorita.

_ Donde está mi marido, entro como una loca y encima con unos tragos de más la tia.

_ Pasa, no te cortes es todo tuyo. Llévatelo._ Ella entro como una fiera enjaulada acabada de soltar yo me aparte para que lo viera y se lo llevara de una vez, aquello me estaba dando nauseas.

_ Espera Ana no es lo que parece, mi amor, está señora y yo estamos charlando. _ Dijo Eduardo visiblemente nervioso.

_ Pero serás cabrón_ estaba tan indignada.

_ Pero esta no es mi mujer; grito Eduardo asustado ¿Quién es UD señora, yo no la he visto en mi vida?

_ ¿Ahh no es tu mujer? Dije yo apunto de reírme a carcajadas con ganas de llorar, al menos Mariana no se lo está tirando, pensé.

_ Señora salga inmediatamente de esta habitación o llamo a seguridad, _ pero ella no le prestaba atención, ni si quiera le oía, buscaba frenéticamente bajo la cama.

_ No, el que te vas ahora mismo eres tu.

_ Pero por favor Gabriela entiéndeme, yo puedo explicártelo, seguro me comprenderás.

_ Todo está dicho, no hay nada que explicar.

_ Gabriela piensa en esta noche maravillosa, deja sacar ha esta loca de aquí.

_ Que te largues ahora mismo Eduardo

_ Vale, Vale me voy te llamo mañana y hablamos ahora estas alterada mujer, lo deduzco.

_ Lár-ga-te y no me llames. Le dije deletreando la palabra en silabas mirándolo severa

_ Y qué vas hacer con esa loca.

_ A ti no te importa.

_ Puedo llamar a seguridad ahora mismo, no tiene porque interrumpir nuestra intimidad.

_ No te molestes, ha roto mi intimidad no la nuestra, además esta buscando a su marido._ Se quedo como intentado hablar, nervioso, alterado, no sabía que hacer o decir.

_ Lárgate Eduardo antes de que me arrepienta de haberte conocido._ Contrariado se fue.

Cerré la puerta con llave porque Cristina y yo íbamos a tener muchas cosas en común está noche y ella me iba a pagar una a una las groserías y disgustos que me había ocasionado durante estos dos meses, pero lo de hoy había sido definitivo, había sido la gota que colmaba mi copa.

Esta noche a Cristina no se le iba a olvidar jamás.

Al no encontrar a mi marido estaba más que frustrada, me había equivocado no era ella, mis paranoias me volvieron a precipitar, la veo venir, no pretendo disculparme, no me importa se lo tiene bien merecido y con gestos y palabras se lo hago saber ella solo me mira, intento irme y una bofetada atraviesa mi cara de lado a lado, me defiendo pero me esquiva, otra y otra vuelven ha hacer blanco en mi semblante, siento mis mejillas ardiendo, coloradas, le tiro algún que otro golpazo al azar la alcanzan y siento que le duelen, me duelen las manos nunca había reñido con una chica pero ella no se detiene, lo mejor será irse, pero al salir siento que su cuerpo me impide la salida y me obliga a retroceder y con fuerza brutal me tira contra la cama entre mi estado de embriagues y el susto, le chillo.

_ Que haces Zorra, quien te has creído que eres negra inmunda, voy hacer que este atrevimiento tuyo lo pagues por el resto de tus días. _ estoy indinada pero a la vez muy asustada aquella mujer estaba enfurecida y a mi no se me ocurría otra cosa que ofenderla

_ Has acabado con mi noche romántica, me has estado molestando durante casi dos largos meses, y ahora te arrojas el derecho a venir a mi habitación y en cima vejarme, pero quién coño te crees tu que eres pija de mierda.

Esa frase me enfurece, es la que acostumbra a decir mi marido, le digo varios insultos más y ella trepa sobre mi cuerpo como una gata rabiosa, forcejeamos pero se nota que mi estado de embriagues me hace más débil que ella, me inmoviliza completamente, se sienta sobre mi y poniéndome los brazos por encima de la cabeza me los ata a la cama, sigo gritándole ofensas, pero mete en mi boca una bragas y luego me amordaza; Gabriela la miro frustrada, inmóvil, solo intentando en su mudez decir algo inaudible ato sus pies a la cama y se le ocurrió esa idea morbosa, algo totalmente nuevo para ella y seguramente para la moralista de Cristina que se veía perdida, por aquella mujer ciega de ira, estaba demasiado bebida; vio cuando tomo su cartera llena de Euros y pensó ahora me roba la infeliz, que asquerosa, pero no fue así, Gabriela salio al primer Sexoshop que encontró, se dispuso a mirar los enormes aparatos que había expuesto, se decidió por un consolador extragrande con correa incluida, y varios lubricantes.

_ Hola te acuerdas de mi, pues como veras me acabas de estropear una noche fantástica por lo que he decidido pasarla contigo, te voy a quitar el pañuelito de la boca como grites te doy una bofetada que te vas a cagar y te pongo una mordaza más fuerte, vale.

Con un gesto le digo que si y sin demostrar el pánico que me embarga le exijo con intercerita autoridad, _ suéltame de inmediatamente hija de puta, como puedes ser tan guarra, tan inmunda. _Pero no hizo el menor caso y atrevidamente ante mis ojos como platos, comenzó a desvestirme rasgando mi ropa, me miraba con odio sin importarle mi desnudes, de pronto vi ante inmenso aparato de un negro brillante que le colgaba de una braga especialmente hecha para eso, aquella vulgaridad ofendía mi sentido, en ese instante perdí toda reacción y permanecí inmóvil pese a mis ataduras frente a ese grotesco espectáculo sin atinar a nada. Le dije asustada intentando mantener la calma.

_ Mira, me voy a hacer de cuenta que esto nunca ha ocurrido, me voy a ir y no te quiero volver a ver nunca más, suéltame por favor_ pero mis últimas palabras son semejantes a una suplica, sin que mi captora se diera por aludida

_ Sabes estoy harta de tus humillaciones, estoy tan saturada que hoy vas hacer lo que nunca en tu aburrida vida has hecho, lo que vamos ha hacer esta noche nunca se te va olvidar_ sin embargo en mi fuero interno pensaba. Pero y a mi..., se me olvidaría mi, me estaba metiendo en una guerra que no sabía si ganaba o perdía, pero era demasiado tarde mi ira había cegado mis sentidos racionales por completo.

Me senté sobre su cuerpo y deje que le enorme aparato quedara a la altura de su boca, se quedo inmóvil, sin saber que hacer. Yo estaba totalmente desconcertada, cara a cara con aquello, y ante mi inanición ella tomo la iniciativa y tirándome del pelo coloco la punta en mi boca y empujo aquel firme garrote, lustroso y esponjado me sentí desvanecer, aunque era artificial se veía que se había gastado bien mis euros, era casi natural parecía un pene de verdad al tacto; yo ya me consideraba forzada por la boca, ella violentamente forzó la entrada de mis labios y media tranca entraba y salía llenándome de todo aquello provocándome arcadas casi hasta hacerme daño, pero luego supe adaptarme para mi asombro y sin darme cuenta empecé a mover y enroscar mi lengua alrededor del glande, me estaba regodeando en aquel aparato.

_ Qué bien lames, se nota que lo disfrutas, a que te gusta y tienes una basta experiencia no me explico como te han dejado por otra.

Quise expresar mi protesta ante aquel insulto, la verdad era que nunca había hecho aquello, pero tenía la boca llena, además me sentía muy preocupada un impertinente liquido vaginal se deslizaba por mis piernas, pienso que no puede estar gustándome esta aberración, que esto es una reacción de mi organismo justificado por mis largos periodos de contención sexual y la bebida ingerida. De pronto sus dedos se metieron en mi sexo envuelto en una mata de pelo y para mi desgracia estaba demasiado húmedo, señal de mi excitación, supuse que le pareció increíble que yo disfrutara con la tortura a la que me sometía. La muy guarra tenía el dominio de la situación yo atada debajo de sus potentes glúteos y ella altiva y serena sin dejar de frotar mi intimidad que ya la tengo completamente empapada.

_ Eres una farsante, te encanta que te follen por donde quiera, pero para que te lo meta -me vas a tener que rogar.

_ No te hagas ilusiones perra inmunda como crees que me pude gustar tener sexo con una mujer que se engancha aparato de plástico fino. Asquerosa

_ Pues muy bien Zorra lo vas a disfrutar tanto que no me vas a implorar que te lo menta llorando.

Me encuentro nuevamente con aquel aparato ante mis ojos, el brillo perturbador de mi saliva resplandece en la punta, ella sigue frotando mi clítoris y para mi desgracia soy incapaz de frenar un estrepitoso orgasmo que me vine incontenible, fue imposible por más que lo intente contener un gemido que me acompaño al clímax y mi respiración agitada también me delato.

_ No vallas a creer que disfruto de esta violación en toda regla, sucia bollera, esto es una reacción natural y mecánica.

_ Si tu lo dices cielito pero no lo parecías cuando te estabas corriendo como la guarra que eres.

Siguió rozándome con los dedos mis labios vaginales, me estaba calentado de nuevo, esto es imposible no estoy excitada es la situación, hace mucho que no tengo sexo, es la bebida me repetía una y otra vez pero no era así estaba gozando como nunca, estaba experimentando sensaciones totalmente nuevas y placenteras, tomo una maquina de depilar y la paso por todo mi pubis arrancando mis bellos, me dolía, pero no grite aguante la depilación estoicamente hasta que me dejo la vagina sin pelos y provocando en mi un deseo irresistible de que siguiera manoseándome, todo cuanto quisiera, pero no me quería darle el gusto de saberlo, me hecho en el pubis un lubricante que alivio mi ardor y se sentía oloroso.

Me tomo de las piernas y me las abrió completamente puso una almohada debajo de mis caderas y mis glúteos quedaron muy parados, no se como lo hizo pero estas quedaron totalmente abiertas, comenzó a jugar con un dedo en la entrada de mi ano en ese instante virgen, presionaba con fuerza y me causaba cierto dolor, se lubrico el dedo y aquello empezaba a gustarme.

_ No se te ocurra meter nada ahí, no soy una degenerada como las puta bolleras como tu, nunca he tenido sexo monstruoso, ese tipo de sexo solo lo tienen las perras mugrienta como tu _ Dije, pero ya mi estado era de visible excitación.

Mis palabras no hicieron más que enfurecerla creo que me daba cierto morbo enfadarla casi nunca lo había logrado del todo.

_ Admiro tu inteligencia has entendido perfectamente te voy a meter este aparato por el culo hasta que te salga por la garganta, te enteras.

_ No, por favor _ dije temiendo que aquello fuera verdad, temiendo por la virginidad de mi esfínter. Pero deseando en el fondo que lo hiciera nunca me había excitado tanto mis palabras de suplica llegaron demasiado tarde percibí un dolor muy fuerte cuando la enorme punta invadió mi orificio anal, sentí que iba a partirme en dos, se detuvo como para que me acostumbrara a aquel grosor y me lo saco por un instante para meterla de nuevo, presionando con más fuerza, cerré los ojos de dolor y apreté los dientes, pero tuve que gritar.

_ Aahhhhh, hija de putaaaa me estas partiendo. _ parecía como si me destrozara todo por dentro, me ardía, intentaba zafarme pero era imposible, me estaba clavando con aquella enorme polla, lentamente notaba como me iba lacerando en lo más profundo, una vez que me la ensarto hasta el fondo, se quedo quita con su mirada profunda en mis los ojos, me la saco toda violentamente para de golpe volver a meterla, mientras yo clamaba de dolor ella comenzó a follarme sin reparos, me embestía sin compasión, yo le pedía que se detuviera, aquel ardor era insoportable, pero para mi total sorpresa me fui amoldando al grosor de aquel tubo y empecé a sentir algo si como un placer intenso.

Yo arremetía sin piedad contra su culo, ella entre suplicas me pedía que me parara pero no ponía atención a lo que decía, quería lastimarla; mis embestidas adquirieron un mayor empuje, entonces inicie un violento mete y saca que sacudía la cama, embestí con saña contra su apretado culo estremeciéndola por completo y cual no sería mi asombro cuando ella cambio sus quejidos por intensos gemidos era una clara señal que aquello le gustaba, su cuerpo se contorsionaba cada vez que yo tocaba fondo a pesar de que se lo estaba metiéndolo con intensa rabia, con odio; la dejaba vacía por un instante para de inmediato llenarla cada vez más rápido, pero lo peor era que al escuchar sus gemidos a mi me estaba invadiendo un extraño placer, la estaba cabalgando con más gusto, con más ganas, sus escandalosos gemidos me estaban poniendo a 1000.

_ Te gusta _ Pregunte casi asombrada.

_ Siiiiiiiiiiiii _ Grite como una loca, nunca me había follado de esa manera tan salvaje pero la experiencia estaba resultando increíblemente placentera, me la volvió a sacar para metérmela bien rico y yo levantaba mis glúteos lo más que podía para facilitarle las embestidas. _ Ahhhhh, Hmmmm, métemela hasta al fondo quiero sentirla toda dentro de mi. Ahhhh , Uhummmmm....._ gemía yo.

_ Sigue, ohhhhhhhh..., por favor no pareeeeeees...Ahhhhhh... métemelo todo.....uhhhmmm._ le decía sintiéndola bien adentro entre jadeos, y de pronto me la saco de golpe y sentí un vació en mi interior deseando que me volviera a clavar pero no lo hizo.

_ Qué haces, _ pregunte extrañada, deseándola....

_ Oye tía se supone que yo te estoy causando dolor, tortura no placer. _ le dije molesta y le empecé a desatar las manos y los pies. _ me haces un favor quieres, lárgate de aquí.

Mi respiración era entrecortada y violenta me dejo a medias el polvo más rico que había tenido en mi vida, como se había atrevido ha hacerme eso y encima a echarme; me invadió la cólera, y llorando de rabia le grite eres una estúpida cobarde, ella me miro asombrada, pero de pronto se ríe burlonamente la maldita, me domina con su risa, fuera de mi y llena de rabia, le digo

_ Eres una mujer repugnante me das asco._ pero no se inmuta la perversa y ya fuera de mi le doy un tremendo bofetón y cae al suelo con un corte en el labio, la miro por un instante y ella se levanta como un resorte como una fiera desatada y nos lanzamos una contra la otra golpeándonos, diciéndonos cosas insultantes, me agarro del pelo y llevo mi cabeza hacia tras acercando su cara a la mía mirándome a los ojos._ ¡Te odio!!!, grite con impotente rabia pero mi excitación era superior a mi, no pude resistir el deseo de besarla y nos besamos en un beso violento, deliciosamente salvaje mientras nos acariciábamos con ansias. Baje besando su cuello, llegando a esas preciosas mamas coronadas con aquel pezón de chocolate que lamí como una posesa, ella gemía con sumo placer, mientras yo me extasiaba en sus pezones, introdujo dos dedos lubricados en mi dolorido ano que la recibió gustoso y volvimos a besarnos esta vez con ternura sin prisa, nuestras lenguas tejían una danza erótica, sin dejar de besarla le mimaba pasando mis manos por su piel morena, deslice la punta de mis dedos por su labios vaginales y estos respondían completamente empapados; y comenzó un ardiente descenso por mi cuello, mis pezones erguidos como piedras que ya me dolían, los mamo gustosa, arrancando de mi garganta gemidos de placer, se entretuvo en mi vientre, dio pequeñas mordiditas en el interior de mis muslos hasta posarse en mi sexo recién depilado, me hace suspirar, casi gritar, sus labios comprimen mi botoncito, lo succionan, lo adsorben me tiene completamente desquiciada, estoy apunto de tener otro orgasmo tan fuerte que me desespera, a estas alturas solo quería estar con ella, que este momento no terminara jamás, mis palabras salieron de mis labios como gemidos de suplicas.

_ AHHHHH, no pa..res, Si..gueeee, por favor no te pares_ mi respiración era entrecortada, jadeante._ Siiiiiiii, Yaa, ahhhhhhhhhhhh y siento que me corro en sus labios con convulsiones, con llanto, me resulta imposible contener los gemidos que acompañan mis contracciones y sin contenerme tiro con fuerza de su cabeza hacia arriba para terminar unidas en un fuerte y profundo beso y llegamos las dos juntas a un orgasmo imposible de repetir pero no fue así se repitió varias veces más y quedamos abrazadas por unos instantes maravillosos, hasta en eso era buena, mi marido se viraba del otro lado sin impórtale nada más.

Algo me estaba pasando, era increíble como me excitaba esta mujer, nunca había tenido un experiencia sexual con mujeres de hecho ni siquiera había fantaseado con tenerla, pero estoy anhelándola ahora como nunca, en la cumbre rosada de sus pezones me desviví en morderlos, chuparlos hasta casi gastarlos, succione fuertemente en cada montaña de carne y ella gemía cada vez más fuerte, le hice grandes chupetones oscuros sobre sus senos, su vientre, sus muslos, roce con mi lengua su sexo y me invadió el deseo de probarlos, hundí mis labios en su vagina y mi lengua se deleito como si supiera donde posarse para dar más placer a pesar de nunca haberlo hecho, supongo que será porque yo se donde me gusta que me lo hagan, podía sentir como se estremecía de gusto la muy puta; hasta que se estremeció en un potente orgasmo que la hizo llorar como una niña y lo peor es que yo también me corrí en un orgasmo extraordinario solo con el movimientos de nuestras pelvis como hacía mucho tiempo no lo tenía y terminamos ceñidas entre nuestros cuerpos, sedientas y arropadas mimándonos.

Me quede acostada por un rato hasta que voy recuperando poquito a poco, quiero restarle importancia al hecho de que he gozado con una mujer en una noche más que toda mi vida sexual, intento recuperar mi orgullo, mentirme a mi misma.

_ Esto es algo que ha sucedido por la bebida, no creas que volverá pasar.

_ Muy bien por mi no hay problemas. Le digo muy digna pero la muy Zorra se le ha olvidado lo que acaba de decir y comienza acariciándome los pezones mirándome fijo, baja hasta mi pubis y lo acaricia obligándome a emitir un debí gemido, y vuelve a besarme, le doy pequeñas mordiditas en el labio inferior, me enredo en sus labios, su lengua se introduce en mi boca y provoca con la mía una batalla, que casi me lleva al éxtasis. _ Espera

Y diciendo esto me lleva hacia una mesa, me obliga a sentarme sin apenas resistencia de mi parte me atrae de las piernas las abre y comienza a pasar la enorme cabeza del pene plástico por mis labios aun babosos y anhelantes, siento una cosquillita que me corre por mi sexo y se expande por todo mi cuerpo al sentir aquella cosa que me había taladrado el ano. Se pone un chocolate con licor en los labio y volvemos a besarnos el liquido corre por su barbilla baja por el surco de sus senos y mi lengua le persigue ansiosa, quiero seguir sentada sobre la mesa pero no puedo, siguen los bombones entre sus labios y habida de deseos saboreo el licor en su boca y el chocolate se mezcla con su piel, ya de frente me voy arrodillando ante mi potente morena siguiendo el rastro de bebida, chocolate y piel todos mezclados, bajo hasta su sexo, ignorando el tubo plástico, invado un botoncito que me espera anhelante y lo chupo como si me fuera la vida en ello, penetro con mi lengua el interior ardiente de su vagina, tiembla como enloquecida, deslizo mi dedo medio hasta meterse en su anito y la siento estallar en un orgasmo desplomándose ante a mi.

Aquello se estaba convirtiendo en una locura que duraría toda la noche seguíamos amándonos envueltas en fresas, en bombones, en champaña, había perdido el juicio, se puso entre mis piernas abiertas y beso la carne palpitante de mi sexo mojado y casi al punto de estallar dejo de hacerlo y se convirtió en una tortura deseada.

_ Perooo qué haces, por qué te paras.

_ Quiero que me supliques.

_ Pues ni lo sueñes. _Pero sabía que se lo duplicaría. Y con una sonrisa picante empezó de nuevo con la puntita del tubo haciéndome esas torturantes brochitas que me estaban haciendo delirar, yo empujaba hacia delante, abría mucho más las piernas, no quería pensar pero pensaba quería tenerla adentro ya, quería besarla mientras me cabalgara, quería sentir sus pezones pegados a los míos, pero me mentía a mi misma y a ella.

_ Qué haces? Crees que con eso me vas a doblegar. Le dije deseándola sin pensar que ya mis caderas hacía un vaivén cadencioso hacia delante y que ella me acompañaba en el zarandeo excitándome mucho más.

_ Te quiero oír suplicarme y te advierto que me voy a hacer de rogar, tu solita estas retrazando este infernal delirio.

Lo dice muy segura, y yo siento que es verdad, pero quiero resistirme un poquito y hace que me cuelgue de su cuello y la miro con ganas de besar aquellos labios carnosos, pero soy gilipollas, en que estoy pensando, voy a perder la apuesta, aquí se trata de no suplicar y es lo que estoy haciendo con la mirada, estoy tratando de disimular mi estado de perturbación, quiero que ella sienta el deseo de penetrarme antes de que yo se lo pida, pero me está quemando con esa puntita, el enorme aparato besa mis labios vaginales; más aun, hurga en mis pliegues que ya están manando abundante líquido baboso que junto a mi respiración me delata, siento un picor intenso por dentro y se que solo ella puede calmarlo taladrándome, pero ella sigue restregándolo en mi pulpa y de ves en cuando me aguijonea un poquito, yo trato de empujar el cuerpo hacia delante para que se decida de una buena vez, pero ella lo impide marchándose hacia atrás dejando mi presión en el aire, no puedo evitar acariciarle los senos más lindos que he visto en mi vida, ella coge la nata y se hecha en la puntita de los senos, a mi casi se me cae la baba, como hipnotizada paso la lengua sedienta por sus pezones embarrados, vuelvo a intentar penetrarme pero ella se aparta, salen de mi ojos encendido dos lagrimas de impotencia, me está quemando, mis sonrosada vagina esta babeando intensamente como yo de deseos, no puedo más y se lo pido.

_ Ya vale, has ganado, pero métemelo ya.

_ No cariño, así no, quiero oírte suplicar, toda la noche es nuestra, merezco unas disculpas; ¿tu no crees? Quiero oírte rogándome

Siento que la deseo más que a nada en el mundo, mi agitación incontenible delata mis deseo sentirme clavada por aquella enorme verga plástica, mi respiración es cada vez más agitada.

_ Vale cariño, métemelo todo, anda mi negrita linda quieres que te lo pida de rodillas, que te lo ruegue, no me tortures más, por favor, anda mi hembra métemela hasta al fondo, quiero sentirla toda dentro de mi. _ Aun no me explico como lo dije y me asusta comprender que la deseaba más de lo que estaba dispuesta a aceptar, se que fue entre lagrimas porque esas palabras salieron de lo más profundo de mi, pero se lo dije, y busque con mis labios el beso que sentí profundo, infinito, mientras se deslizaba aquel enorme pene plástico en mi interior succionado por mi vagina, siento como entra y sale en una danza febril, viciosa e insaciable que nos une a las dos, siento una multitud de orgasmo increíbles, jamás los había sentido, y percibí que mi amor por esta mujer aumentaba por minutos aunque me doliera admitirlo, la deseo, la quiero, la necesito, sus pausadas embestidas desnudan mi sexualidad, mi pasión por ella se convierten en jadeo desesperantes, el placer absoluto que siento lo demuestran mis escandaloso gemidos, estoy gozando como una loba en celo, como una posesa, estoy gozando como nunca hubiera imaginado que lo haría y menos con una mujer, nos movemos al compás de su cintura, que se menea de manera lateral, en circulo, horizontal, estoy en el más absoluto clímax y ya no puedo más...