Celia.

Pues como Anna no se decidía, e incluso me insistía en que os lo contara yo, aquí tenéis la batallita, del día que conocí a su clienta. Espero que os guste.

Mi mujer me habló varias veces de Celia, una clienta suya por la que sentía sexualmente atraida.

Ya os ha contado su primera relación, y desde entonces, me puse entre ceja y ceja que teniamos que disfrutar de ella los dos juntos.

No es que me llame especialmente la atención, es una chica muy mona, muy pija, pero muy joven para mi gusto. Tengo veinte años más que ella.

Fisicamente tampoco me atraé especialmente, mi mujer le da cienmil vueltas. Está mucho más buena vamos....

Pero como ha morboso no me gana nadie...pues eso...como se suele decir, el que la sigue la consigue....

Pasaron un par o tres de semanas desde que se enrollaron, y finalmente un dia llamó a mi mujer para verse, y hablar de trabajo. Quedaron en una cafeteria, pero acabaron el es estudio de mi mujer, otra vez.

Fue ese dia, cuando Anna me la presentó. Entraron las dos en mi despacho, después de follarse la una a la otra, con una sonrisa de oreja a oreja, para preguntarme por unos puntos de un contrato, que un patrocinador le había propuesto a la jovencita.

Una vez solucionado el punto, Anna me preguntó si les dejaba la casa de la montaña para hacer unas fotos. Evidentemente les dije que si, además me ofrecí a acompañarlas.

A Célia no le desperté el más mínimo interés, hasta el dia siguiente, que nos fuimos a la montaña. Se presentó en el estudio con una maleta, y Anna tenía preparado todo su estudio de fotografia móvil.

Me parece haberos contado, que al acabar el confinamiento (el primero) me compré un Urus, pués bien, al verlo la chica, su interés hacía mi, cambio por completo. Triste pero cierto.

Se nos apuntó Judith, que se moría de ganas de salir de Barcelona.

Llegamos a la Cerdanya a las doce del mediodia. Ellas dos se dedicaron a lo suyo, y yo me fui con Judith a ver unos terrenos por los que tenía cierto interés.

Al llegar a casa, nos encontramos a Célia al lado de la chimenea, completamente desnuda, mientras Anna no paraba de tirarle fotos.

Cuando nos vió entrar se quiso tapar, pero Anna le dijo que estuviese tranquila, que no nos sobresaltamos por esas cosas.

Después de verla desnuda, me reafirmo, mi mujer le da cienmil patadas.

Durante el café, Célia, que iba cogiendo confianza conmigo, nos confesó que las fotos que se habían echo en el hotel follando, la llenaban de lujuria y se calentaba mucho al verlas.

-porque no grabamos una escena?-le dijo Anna-las fotos son chulas, pero un video....es lo más.

-y como lo hacemos? pondrás camaras fijas?-le preguntó la chica.

-bueno, Karlo nos puede grabar con una móbil, y Judith con otra, será mucho mejor. Y quedate tranquila, te daré las tarjetas sd para que hagas lo que quieras con ellas.

Total que nos fuimos a casa, y montamos el tinglado en el comedor. Como ibamos los cuatro juntos, no hubo manera de preparar un plan. Me limité a enviarle un whatsapp a Anna en el que le decía que me dejará hacer a mi.

Llegamos a mi casa, y las dos se fueron al cuarto a cambiarse. Evidentemente lenceria fina las dos, Anna de negro y la joven de color malva.

Se sentaron en el sofá, y fue Célia quien se puso encima de mi mujer. Judith con una gopro con estabilizador, y yo con la cámara más grande, las grabábamos desde diferentes puntos de vista.

Se chuparon y se lamieron por todas partes. Mi polla estaba completamente empalmada.

Anna se puso un arnés y empezó a follarla duro. En un momento le susurró una cosa al oido, y la chica asintió.

-Judtih, te pones tu arnés?-le dijo Anna.

Nuestra amiga se desnudó, y se puso otro arnés, se sentó en el sofá, y Celia después de besarla en la boca unos instantes, se puso encima. Se dejo deslizar sobre el vibrador, metiéndoselo entero en su coño.

Anna, se me acercó, me dio un beso, y se fue por el culo de Célia. Jugó con el unos instantes, y le metió el dildo de color negro hasta dentro. No os podeis imaginar los gemidos que soltaba la chica.

Asi estuvieron durante un buen rato, hasta que los orgasmos salieron a escena, y las tres se quedaron rendidas y exaustas en el sofá.

-te has follado alguna vez un hombre Célia?-le preguntó mi mujer. La chica se quedó en silencio, como sin saber que decir. Judtih se quitó el arnés, y se lo dejó al lado.

-fijate bien, te encantará-continuó mi mujer.

Como interpreté que "me tocaba", me desnude. La mirada de Célia se volvió muy tímida durante un rato.

Me senté de espaldas, a cuatro patas, en el sofá, al lado de ella. Anna se levantó y después de untarme un poco el culo, empezó a follarme.

La mirada de Célia, cambio por completo. Incluso se le escapaban pequeños gemidos.

Al final, se vino arriba, cogió el arnés y se lo puso.

Se puso detrás mio, y con la ayuda de mi mujer empezó a follarme.

Los gemidos de la chica se volvieron increibles. Pocas mujeres he escuhcado chillar tanto mientras me follan. Me agarraba duro por las caderas, y me daba empujones espaciados entre si, pero muy fuertes.

Me di la vuelta, y abrí bien mis piernas. La chica continuó follándome, mientras Anna, se le puso detrás.

Si antes gemia, ahora ya era un escándalo, al sentirse follada mientras me daba a mi.

Judith, que es muy atenta, le cogió una mano, y la dirigó a mi polla. Célia me masturbaba mientras me penetraba, y mi mujer le hacía lo propio a ella. Judith, se acercó a mi polla, para que Célia le diera golpecitos en la boca con ella.

Al final me corrí como un jabato, en la boca de Judith. Célia declinó la invitación pero mi mujer no, y entre las dos, compartieron mi corrida.

Volvímos a Barcelona, tarde. Bastante tarde. Fuimos a mi despacho los cuatro, y antes de entrar en el parking, Célia nos pidió que la llevaramos a casa.

Mi mujer, que es muy lista, me pidió que fuese yo. Asi que la moza, se sentó delante del coche conmigo, y nos fuimos para su casa.

Durante el camino, el interrogatorio fue tremendo, desde donde había estudiado, que si ganaba mucho dinero, que si como lo ganaba...y al final, me preguntó por mi vida sexual y la de mi mujer.

Le conté todo más o menos, lo sexual sobretodo, con cierto tacto, pues es una chica muy joven, y hay cosas que solo la experiéncia de la vida te ayudan a entender.

-mi novio me insiste en correrse en mi boca-me dijo, en un acto de confianza.

-y tu que piensas de ello?

-me da asco, pero también me da mucho morbo. A ti te gusta que te lo hagan?

-me gusta tanto correrme en una boca, como que lo hagan en la mia. No es que el semen sea un manjar, que no me disgusta, pero hay cosas mejores. Pero me da un morbo brutal.

Justo en ese momento llegamos al portal de su casa.

-porque no subes?

-vives sola?

-no, vivo con mis padres, pero están en la casa de la playa.

Busqué aparcamiento, y la acompañe hasta su casa. Le pedí un vaso de agua, y al final me bebí una cerveza.

Me acompañó hasta el salón, y se sentó a mi lado.

-me la vas a chupar verdad?

-no me atrevía a pedirtelo. Tu mujer se enfadará?

Mientras yo me reía por su pregunta, ella me desabrochó los pantalones y me los bajó hasta los tobillos.

-mejor desnudate-le dije.

Se desnudó delante mio, con cierta grácia, aunque no la suficiente para ponérmela dura.

Se arrodilló en el suelo, y cogió mi polla por la base. Se la llevó a la boca, y empezo a chupar.

-usa más los labios y la lengua, y menos las manos cariño-le dije.

Me hizo caso, y entonces la cosa mejoró mucho. Usaba mucho menos las manos, y su cabeza subía y bajaba con mi polla entre los labios.

Aguante un buen rato, pero lejos de cansarse, continuó chupando. Cuando me iba a correr, la avisé, pero siguio. En pocos segundos aflojó mucho la mamada, y sin que parara de chupar, noté como se iba tragando mi corrida.

-sigue chupando despacito querida-le dije entre suspiros.

Cuando acabó, se puso de pié, y me dió un pico en los labios. Si le pudierais ver su cara en aquel momento, era la mayor expresión de vicio y morbo que os poedeis imaginar.

-que tal?-le pregunté.

-quiero más. Me encanta.

-cuidado, que causa adicción. Y por cierto, dile a tu novio, que "de nada"...

Célia sonrió y empezó a vestirse.

Espera un momento.

La invité a sentarse, y entonces le devolví el favor, en forma de comida de coño. Quizás es lo mejor que tiene esa chica, su coño. Es sabroso, y delicado, a la vez que tierno.

Se lo comí durante un buen rato, y me puse tan tan cachondo, que mi polla volvía a estar dura.

-crees que podrás follarme?-me preguntó al darse cuenta.

-como?

Tal como lo decía le metí la polla dura hasta el fondo, y me la follé bien duro durante un buen rato.

Entre jadeos me pedía más y más. Cuando noté que mo corría, ella solita me puso su boca a mi disposición, y como está mandado, me volví a correr en su boca.

-no veas como aguantas-me dijo.

-la experiéncia es un grado-le contesté yo.

-mi novio necesita dos o tres horas para poder correrse de nuevo.

-pues vaya....yo si mi acompañante pone de su parte, no suelo tener ese problema.

Ahora si, me vestí y me dispuse a irme.

Desde el coche, llamé a Anna por teléfono.

-te la has follado verdad?-fue lo primero que me preguntó.

-si, dos veces..una por la boca y otra por donde siempre....

-no tenía ningúna duda. Y que tal?

-bien, nada memorable, pero bastante bien.

-la he invitado el sábado a casa a cenar.

-genial, va a flipar con Tete.

La chica debió quedar satisfecha con nosotros, pues al dia siguiente, Viernes, se presentó en el estudio de Anna sin avisar.

Mi mujer me envió un mensaje diciéndomelo.

"Venir aqui si quereis marcha, en media hora estoy disponible". le contesté yo, via whats

Le conté la história a Mireia, que me dijo que tenía una reunión al mediodía en Girona.

Pasaron como veinte minutos, y Anna llamó a la puerta.

-hola cariño, vengo con Célia, que quiere hablar con nosotros-me dijo al tiempo que me daba un piquito.

La conversación fue curiosa. La chica quería que fuésemos algo así como "sus maestros" del sexo. Yo no sabía si reir o llorar. Anna le explicaba que no tenía que tener ningún maestro, que se trataba de escuchar su cuerpo, y llevar a cabo sus deseos, por raros que parecieran. Siempre con respeto y naturalidad.

Yo, en la misma línea, le decía que tenía que dejar que las cosas vinieran por si solas, y que en el momento, si le apetecía se dejase llevar. Esa es la clave, DEJARSE LLEVAR.

La chica, incluso dudaba de su sexualidad, pues siempre se había considerado Hetero. Y ahí estaba el problema, en la etiqueta. Se lo explicamos de todas las formas posibles..

-ven conmigo-le dijo Anna cogiéndola de la mano.

Se fueron a la habitación, y yo detrás de ellas dos. Una vez dentro, me acerqué a Célia y empecé a comerle la boca. Anna a mi lado, hizo lo mismo cuando tuvo su oportunidad.

-cual te gusta más?-le decía Anna.

-no se, los dos, tu eres mas dulce, el un poco mas bruto, Pero también me gusta.

-lo ves?-le decía Anna.

Mientras la llenábamos de besos, la fuimos desnudando. Abrí la cama, y se tumbó encima.

Anna empezó a comerle el coño, mientras yo me entretenía con sus pechos, y su barriga.

Al momento cambiamos, y me dediqué yo a su precioso coño, mientras Anna se desnudaba, y se ponía un arnés.

-te siguen gustando los dos?-seguía Anna con su "tutorial".

Me aparté, y Anna, de rodillas en la cama, le levantó las piernas, y le metió el consolador. Aquella chica soltaba unos gemidos tremendos.

Me desnudé, y me puse al lado de mi mujer. Célia tenía los ojos cerrados, y disfrutaba como pocas veces lo debía haber echo.

-sabes preciosa?-le dijo mi mujer-hay una cosa mejor que una buena polla....dos.

Le pedímos que se pusiera a cuatro patas, y ella se dejaba llevar. Anna continuó dándole, y yo, ni corto ni perecoso se la metí en la boca. La mirada de morbo y lujuria que tenía quella chica en aquel momento, no tiene desperdicio.

Tal y como le había enseñado, me la comía sin manos, aunque con los empujones que le daba Anna, le costaba muuucho coordinar sus movimientos.

-te han follado el culo alguna vez?-le susurré al oído.

La verdad, ni escuché la respuesta. Le hice un gesto a Anna que entendió muy rápido.

Cogí un bote de lubricante de la mesita, y empecé a jugar con su culo, mientras mi mujer seguía a lo suyo. Con poco trabajo, conseguí meterle un dedo, y eso facilito mucho que con un poquito más de aceite le pudiese meter dos.

Anna paró un instante, y adaptaron la postura. Se puso debajo, y Célia no tardó nada en envainarse el dildo otra vez. Entonces, me unté bien la polla en lubricante, y le puse un pegote en el culo.

-quedate quieta un momento bonita-le dije a la vez que le besaba un poquito el cuello.

Se quedo quieta, mientras Anna le magreaba los pechos.

Empecé a meterle la polla, mientras ella cerraba los ojos, a la espectativa. La saqué y me puse más lubricante. Entonces se la volví a meter, asi un par de veces o tres, hasta que dilato por completo, y podía empezar a follarla con normalidad.

Célia era todo gemidos, los tres estábamos muy muy cachondos.

No sabría deciros cuantos orgasmos tuvo. Más de dos seguro. Ella no paraba de cabalgarnos a los dos.

En uno de esos empujones, no pude evitar llenarle el culo de leche. Saqué mi polla goteando, y ella se dió la vuelta par chupármela. Su mirada era un poema....estaba muerta de gusto.

Se quedó con nostotros toda la mañana, haciéndonos preguntas de todo tipo. Era como una cotorrilla.

AL prinipcio, cuando la conocí, reconozco que incluso me cayó mal, pero conforme se fue abriendo en todos los sentidos.....

Otro dia, os contaré cuando le presentamos a Tete. ...

Cuidaros mucho amigos.