Celeste (3)

Despues de un año con ella, nos tocó vivir tres días juntos de pasion y sexo interminables.

Celeste III.

Quien ya ha leído mis anteriores relatos sobre esta historia conoce los personajes y el modo en que todo tuvo un inicio, a quien no lo conoce, sólo puedo decirles a modo de introducción que yo soy el protagonista, FRANCISCO o Paco y Celeste es la segunda esposa de mi padre y que lo nuestro comenzó en mi adolescencia y siguió por unos 18 años más aproximadamente y por más detalles les sugiero que busquen mis otros relatos de la historia.

Hoy quiero compartir con Ustedes un capítulo más de mi historia, un momento que compartimos con Celeste en el cual pasamos dos días juntos saciando nuestro mutuo deseo hasta caer rendidos.

Después de la primera vez con Celeste todo entre nosotros pasó a ser más intimo, compartíamos más las cosas que vivía cada uno, ella en su rutina de la casa y su relación con mi padre y yo de mi vida, contándole de mis estudios, de eventuales mujeres que conocía y esas cosas de adolescentes.

Llevábamos más de un año y unos meses de nuestra relación, ella no quería dejar nuestros encuentros y tampoco su matrimonio y yo, la verdad sea dicha, tampoco pensé jamás en que podría construir una relación estable ante la sociedad junto a Celeste y no porque la edad fuera un tabú o impedimento, ni porque pensara en el que diría la familia o los amigos o la gente en si misma sino porque la relación era amplia y abierta y ella me decía siempre que conocería una mujer para formar una familia y que ella lo aceptaba así.

No obstante ello, ambos teníamos el deseo de pasar alguna vez varios días juntos, sin otras personas, como marido y mujer, novio y novia, sin que terceros interrumpieran nuestro momento y darnos así el gusto de compartir mas cosas juntos.

Los encuentros con Celeste eran siempre intensos y apasionados pero espaciados según que las circunstancias permitieran disponer de unas horas para el encuentro y eso era altamente frustrante para los dos, pues cuando ya comenzábamos a sentirnos cómodos debíamos separarnos hasta otra vez.

Así fue todo el primer año hasta que una circunstancia cambio nuestro destino y no desaprovechamos nuestra oportunidad de satisfacernos completamente uno al otro. En un encuentro de sexo, Celeste me comentó que por una cuestión de arreglar contratos inmobiliarios de unos bienes que ella tenía en el interior del país se debía trasladar por dos días y que, teniendo que hacer trámites en la ciudad de destino no podía viajar con sus hijos (mis medio hermanos) y que iría sola porque mi padre quedaría a cargo de ellos en la casa.

Siendo así, ella ideó que para acompañarla le pediría a mi padre que me dijera a mi, que sólo significaba faltar dos días a la universidad que recién empezaba y que no me afectaría y que en aquel lugar podía ayudarle también con los trámites y evitar complicaciones o acelerar las cosas para su pronto regreso. Quedó acordado que no diría nada y que esperaría a que mi padre me pidiera que la acompañara.

Llegó aquel día una semana después de nuestro encuentro, mi padre me pidió e, incluso, rogó que la acompañara a Celeste en su viaje y yo simulando cierto desagrado terminé aceptándolo como si fuera una obligación familiar cuando en realidad era una invitación al desenfreno y la lujuria. Todo quedo arreglado y el viaje se programó para la semana siguiente, desde el miércoles hasta el sábado, iríamos con su auto para no depender de horarios de transporte público y facilitarnos la movilidad en nuestro destino y nos alojaríamos en un hotel no muy caro.

Aquel miércoles salimos temprano en la mañana desde la casa de Celeste, ella conducía el automóvil y yo a su lado y varios minutos después nos encontrábamos ya en la ruta hacia nuestro destino, un par de días para entregarnos a nuestra pasión.

Desde que salimos a la ruta parecíamos una pareja en viaje romántico, ella cada tanto me hacia una caricia, recordábamos nuestros encuentros y nos decíamos lo mucho que disfrutaríamos esos días.

A medio viaje hicimos un alto para reponer combustible, ir al sanitario y cambiar el turno para conducir. Después de 20 minutos en ese parador de ruta estábamos otra vez en camino y Celeste sentada a mi lado me daba conversación y me acariciaba casi sin interrupción.

Sus manos acariciaban mi hombro, cuello y base de la cabeza, entrelazando los dedos en mis cabellos, pasando sus uñas largas sobre la piel provocándome un estremecimiento en cada movimiento. El tono de la conversación iba subiendo a cada momento y ella estaba recordando los momentos que compartimos juntos hasta entonces, diciendo cuanto la excitaba cada vez que lo hacíamos y esas cosas y todo ese ambiente de intimidad produjo su efecto haciendo que mi pene se me erectara formando un bulto de consideración bajo mis pantalones que ella advirtió inmediatamente.

Sin más, ella bajo su mano y comenzó a acariciarme la verga sobre el pantalón mientras que yo intentaba concentrarme en el manejo. Celeste no dejaba de acariciarme y cada instante era una dulce tortura aumentado mi deseo por tenerla ahí mismo y cuando intentaba parar a un costado ella me decía que siguiera que no quería demorar el viaje pero, a la vez, no dejaba de acariciarme con su mano en un movimiento descarado de sube y baja a lo largo de mi verga por sobre el pantalón o apretándolo como queriendo estrujarlo entre sus dedos.

Yo seguía al volante conduciendo el vehículo y ella con palabras dulces seguía excitándome, diciéndome como deseaba comerme la verga en ese instante y de solo tenerme así ya tenia sus calzones totalmente mojados y su entre pierna ardiendo.

Sin dejar de mirarme y de tocarme, bajo su otra mano hacia mis pantalones y bajando el cierre introdujo sus delicadas manos entre la tela buscando tomar mi verga en forma directa y yo sin poder moverme ya que a cada intento de detener el vehículo ella se retiraba y decía, "seguí manejando, dale que tenemos que legar temprano." y yo obedecía porque también quería llegar y tenerla sin limites para mi.

Como seguía manejando, ella seguía jugando conmigo y ya con su mano dentro del pantalón y mis boxer ella aferraba mi verga que estaba dura como una estaca de madera y comenzó a darme una paja descomunal, pasaba sus dedos todo a lo largo de ella, cuando llegaba a la punta jugaba con el glande y sus yemas que resbalan deliciosamente gracias a la gran cantidad de liquido preseminal que estaba soltando. La sensación era exquisita, un cosquilleo me recorría todo el pene y se instalaba entre mis huevos y el ano haciéndome retorcer en el asiento de tanto placer que me producía.

Llevábamos como unos 10 minutos en esa situación y los dos sentíamos que nuestra excitación crecía de una forma incontrolable, yo comencé entonces a suplicarle que no siguiera, que quería parar y cogermela en ese instante y ella me decía que no, que debíamos llegar y faltaban aún más de 200 km de viaje.

Entonces Celeste saco mi verga de debajo del pantalón al cual ya le había abierto el cinturón y el boton dejándolo abierto como las hojas de un libro y comenzó a pajearme sin descaro, subiendo y bajando sus manos con suavidad, bien lento, apretándome la verga que parecía estallar en cualquier momento y, en un movimiento sutil sobre su asiento, se colocó de costado dando la espalda a la puerta y se reclino sobre mi metiendo mi pene en su boca para comenzar a chuparlo.

Mi dios, nunca me había pasado algo igual, sentir el contacto de la boca de Celeste con mi sexo me descolocó e intente frenar y ella inmediatamente se retiró y dijo: "Seguí manejando Paco, vos podes y así no perdemos tiempo en el viaje".

Obedecí y comencé a rezar que nada nos pasara, reduje un poco la velocidad a la que conducía hasta unos 90 km/h y Celeste se volvió a reclinar volviendo a iniciar la mamada ya con una voracidad indescriptible.

No podía concentrarme en ninguna de las dos cosas que sucedían, ni en la ruta (en la que por suerte no había mucho transito), ni en la mamada que me estaban dando, tenía ganas de tomarle la cabeza para ayudarla y acompañar sus movimientos dándome placer y no podía soltar el volante, era una locura todo lo que pasaba y no deseaba que terminara, me estaba excitando como nunca antes por esa sensación de estar dominado e impedido de hacer que ella había provocado.

No tardo mucho en que estuviera listo para soltar mi carga de semen y se lo hice saber diciendo: "Celeste, no doy más, me vas a hacer acabar, por favor que esto me esta matando" y ella me contesto: "Dale Paco, termina en mi boca que la que se muere por tu leche ahora soy yo y la quiero toda aca".

No me pude aguantar mas y sentí como todo mi cuerpo se tensaba, como el estremecimiento del orgasmo salía desde mi espalda, desde la misma médula espinal y pasando por estado de ebullición en mis bolas provocaba que soltara los chorros de mi leche en su boca.

Ella en ese instante hundió mas su cara en mi entrepierna metiéndose la verga en garganta y recibiendo cada gota de semen que fue tragando sin soltar nada. Fueron tres o cuatro chorros potentes que solté en su boca y los espasmos del orgasmo duraron como un par de minutos mientras que celeste seguí allí abajo limpiando mi verga hasta dejarla reluciente y se volvió a sentar, con delicadeza la metió bajo la ropa, cerró el pantalón y el cierre y luego mirándome, me dijo:

"Desde hace una semana que tenia planeado hacerte eso. Me moría de ganas de tenerte así y de volver a saborear tu leche y me supuse que por tu edad nunca habías vivido esto, ¿o me equivoco?

"No. No te equivocas. Nunca se me había ocurrido algo así ni en las loca de mis fantasias y la verdad, me encantó y vos sos la mejor chupandomela."

Ella sonrio, se relamio un dedo con cara de sarcasmo y picardía y dijo, "Gracias, que halago" y acto seguido se acomodó en el asiento y seguimos el viaje hacia nuestro destino.

Llegamos al hotel como a las 16 horas después de pasar por el estudio de unos abogados y de que concertáramos la entrevista para el día siguiente a las 10 en una escribanía. Nos registramos y nos fuimos a la habitación que era doble, con dos camas una de dos plazas y otra de una a un costado y baño privado, nada de gran lujo pero limpia y ordenada con televisión y teléfono.

Después que dejaran las valijas en la habitación y el personal saliera de allí, Celeste llamó a mi padre para decirle que llegamos bien y donde estábamos alojados, yo salude a mi padre y nos despedimos.

Acomodamos las ropas fuera de las valijas, colocamos los artículos de higiene en el baño (cepillos, shampoo, etc.) y yo me eche en la cama a ver la televisión mientras Celeste continuaba con sus cosas, revisaba papeles y preparaba todo para el día siguiente.

Cuando ella termino sus cosas, se acercó a mi y me dio un beso en la boca, simplemente un beso de amor y después comenzó a desvestirse diciéndome que tomaría una ducha para luego ir a cenar.

Verla desnudarse fue un placer, mi propio acto de nudista de la mujer mas sensual y excitante que conocía. Se saco unos pantalones de hilo color negro que llevaba puestos para lo cual desabotonó la cintura, bajo el cierre y con sus manos a cada lado de sus caderas comenzó el movimiento de descenso haciendo mover sus nalgas de un lado a otro con un suave movimiento de sus piernas y reclinándose para adelante mientras su culo apuntaba a mis ojos y ella mirándome de reojo con una sonrisa.

Cuando la tela había pasado las caderas y el culo hasta los muslos se incorporó y simplemente lo dejó caer en el suelo de la habitación y sacó una primero una pierna y luego la otra para quedar solamente vestida con su camisa color crema y su ropa interior.

Se acomodo el cabello hacia atrás y comenzó a desabrochar la camisa, primero las mangas en un movimiento delicado frente a sus grandes pechos y de allí desde arriba fue bajando uno a uno los cinco o seis botones de la camisa y cada uno se le abría más la tela dejando ver su cuerpo y piel. Concluyó bajando los brazos y con un movimiento de los hombros dejó caer también la camisa al piso.

Llevó una de sus manos con delicadeza hacia la espalda hasta alcanzar la traba de su sostén y, girando sobre si misma un poco, lo desabrochó mientras con la otra mano y brazo lo sostenía, me miro sobre su hombro y simplemente lo dejó caer igual que el resto de ropa.

Vistiendo sólo sus calzones que por el viaje y la actividad del día se le metía entre las nalgas dejándome ver su hermoso y portentoso culo, caminó al pie de la cama donde estaba yo y entró al baño sin cerrar la puerta, se dirigió a la ducha y dejó correr el agua.

Se imaginan que ante semejante función mi mente y sexo ya estaban totalmente predispuestos a otro encuentro con Celeste y la erección que me provocaba era ya evidente por lo cual tuve que acomodar mi verga bajo el pantalón porque comenzaba a dolerme.

Ella me vio en el movimiento de hacer eso desde el baño y se acercó a la puerta y dijo: "Paco. ¿Te vas a quedar ahí sólo mirando o vos vas a entrar al agua conmigo? Y ni lerdo ni perezoso me comencé a desvestir como podía, con la impaciencia y la excitación que llevaba encima, trastabille en el cuarto quitándome los pantalones y arrojando mi camisa a no se donde me dirigí al baño donde Celeste repetía la ceremonia de quitarse el pantalón con sus calzones y arrojándomelos al cuerpo y riendo se metía bajo el agua que caía en la bañadera.

Termine de desnudarme y me metí de inmediato junto a ella que ya estaba bajo el agua haciendo correrla por su rostro, pechos y vientre y se frotaba delicadamente mientras la invadía esa sensación de calor que da ese momento. Me acerque por detrás con mi verga en erección y la abrace por la cintura acercando mi rostro a su cuello para besarlo y provocando que mi pene calzara entre sus nalgas para que lo sintiera.

La bese en el cuello, luego en sus orejas y ella reclinaba su cabeza hacia atrás dejándose llevar por ese instante y con un sutil movimiento de nuestras cabezas nuestras bocas se juntaron permitiendo a nuestras lenguas jugar una con la otra comiéndonos la boca en un beso caliente. Mientras la besaba, Celeste movió su mano hacia atrás hasta tomar mi miembro erecto y comenzó a pajearlo y frotarlo por sus nalgas aumentando nuestra excitación.

Soltándose del beso, se giró hacia mi de frente y me dijo "Desde que salimos que te necesito así, al fin los dos solos" y se pegó a mi abrazándome con sus manos por el cuello mientras yo hacia lo mismo por su cintura y volvimos a besarnos. Segundos después nuestros cuerpos comenzaron una danza de a dos, ella refregaba su pelvis contra mi haciendo que mi pene le recorriera el vientre, el pubis y rozara su vulva de vez en cuando y a esa sensación se le sumaba el calor del agua que golpeaba en la espalda de Celeste y nos empapaba tanto como nuestros propios fluidos.

Un par de minutos después ya me encontraba yo en una de las actividades que más placer me causaban junto a Celeste, comiéndole esos pechos que tanto me alucinaban y que no había otros como ellos. Ella los juntaba con sus manos haciendo que sus pezones queran uno junto al otro y yo con mi boca, dientes y lengua pasaba de uno a otro queriendo comérmelos a ambos juntos.

Ella Soltó sus pechos y se apoyo con sus manos en la pared para sostenerse mientras sus gemidos ya se hacían sentir por toda la habitación y al darme cuenta del alto grado de excitación que ella tenía me arrodille en la bañadera buscando comerle su sexo. Ella notó mi movimiento y para ayudarme en la tarea levantó una de sus piernas al borde y con ello quedaba abierta de piernas y su sexo a mi entera voluntad y yo simplemente abrí mi boca y comencé a comerle el clítoris como sabía que a ella le gustaba.

Mis manos mantenían abierta su vagina y mi lengua jugaba sobre el clítoris con furia, quería que ella sintiera lo mismo que me hizo a mi en el viaje de ida. Mi lengua iba desde la parte superior y el clítoris hasta la entrada a su vagina donde poniéndola en punta la metía todo lo que podía y luego mas abajo y hacia atrás hasta encontrar su ano donde jugué un buen rato dando círculos y metiendola un poco para volver hacia delante.

Celeste gemía en un total descontrol, mientras que con una mano se apoyaba en las cerámicas de la pared, con la otra me tomaba de la nuca apretándome la cara contra su sexo y solo decía cosas desconexas o balbuceaba mi nombre entre gemidos. Tras unos cinco minutos comiéndole el sexo Celeste me anunció su orgasmo mientras que se apoyaba con la espalda sobre la pared y me tomó la cabeza con sus dos manos. Yo ahí me deleite bebiendo los abundantes jugos que comenzó a soltar desde el interior de su vagina mientras sus piernas temblaban y se le aflojaban y sus manos ejercían tanta fuerza atrayéndome hacia ella que casi me impedía respirar.

Segundos después y cuando ya había recobrado un poco la estabilidad y el sentido, me dijo "Veni" y tomándome de la mano salimos de la ducha sin cerrar los grifos y me llevo a la habitación sin siquiera secarnos los cuerpos, se recostó en la cama y me jalo hacia ella. Yo seguía con mi verga completamente dura y con una excitación descomunal encima.

Ella abrió sus piernas por el costado de mis caderas, tomo mi pene con la mano y lo guío hacia su vagina y de un solo movimiento de su cadera lo introdujo completamente de una sola vez. Dio un grito entre placer y dolor que retumbó en toda la sala y que seguro se sintió del otro lado de la puerta de la habitación y se aferró a mi espalda con ambas manos.

Sin esperar comencé los movimientos de penetración y ella se entregó también a eso facilitándome la tarea. No fue como todos podrían pensar, lento, pausado y esas cosas, era puro instinto animal de ambos, los dos sabíamos que queríamos y lo fuimos a buscar sin más demoras. Yo bombeaba dentro de la vagina de Celeste sin piedad, tomándome de sus pechos que estrujaba sin controlar mis fuerzas (después comprobé las marcas de mis dedos en ellos que duraron hasta el día siguiente) y ella se aferró de mis nalgas y con ello se ayudaba en sus movimientos frontales ante cada envestida haciendo que la penetración fuera tan profunda como era posible y con una sensación de estar entrando hasta las entrañas mismas de ella.

Su vagina apretaba con las paredes laterales mi miembro con una fuerza que hasta parecía que fuera una mano y le daban una sensación de estrechez como si hubiera estado mucho tiempo sin tener sexo o ser casi virgen.

Estábamos los dos completamente poseídos, las respiraciones agitadas, gimiendo a los gritos y los cuerpos empapados de agua y sudor sobre unas sabanas que estaban inundadas, el ruido del rechinar de la cama haciendo una música orquestada con las palabras que fluían de nuestras bocas.

Celeste decía "Siii, así mi bebe, damelo más fuerte" y yo le respondía "Que buena sos" y ella anunciando su orgasmo que no tardaría en llegar " Con fuerza, dame con fuerza mi amor que me haces acabar aaahhhggg" y yo "Toma puta, tomate mi leche que te va a llenar, uuffff" y vino, estallamos los dos al unísono, de un modo bestial como si estuviéramos conteniendo una energía inmensa acumulada por mucho tiempo dentro de un envase pequeño. Yo le clave mis dedos en los pechos dejando mis marcas y ella rasgo con sus largas uñas mis nalgas y la espalda hasta llegar a los omoplatos donde también me dejo la marca de ellas al calvarlas.

Que sensación indescriptible fue, intensa, eterna, con mezcla del placer del acto junto con el dolor de aquellos actos reflejos donde la violencia del orgasmo dejó sus huellas en la carne y arrancó algunas gotas de sangre en mi. Fue un momento completamente mágico y eterno, quedamos los dos en completo silencio, las respiraciones agitadas era lo único que se sentía en el ambiente junto a la ducha corriendo el agua y la televisión que había quedado encendida en volumen bajo al entrar al baño y así permanecimos por largo rato dándonos caricias, besándonos y sin mediar palabra alguna.

Como medía hora después estábamos otra vez listos para amarnos acariciándonos, besándonos, ella con su sexo mojado y yo con mi pene erguido. Me dispuse a jugar con su sexo metiendo dos y hasta tres dedos en su interior y ella jalaba mi verga con ambas manos dándome una paja suave y firme.

Mi boca jugaba con su cuello, orejas y seguíamos besándonos y nuevamente la calentura de ambos estaba por las nubes. Sin decirle nada, la hice girar en la cama y la coloqué boca abajo y me dedique a besarle su espalda, bajar por su columna vertebral y morderle los glúteos delicadamente. Ya ubicado entre sus piernas, le abrí las nalgas y comencé a besar su ano. Inicié suave, dando círculos por los pliegues y cuando se fue relajando intenté introducir mi lengua en ese culito apretado y estrecho que tenía.

Mientras me deleitaba con ello, mis dedos seguían jugando con su vagina y clítoris y sacándole todos los jugos que le chorreaban. Alterné entre el ano y la vagina varias veces, tomando los jugos de su sexo y con ellos lubricando su ano. Le pregunté si eso le gustaba y ella dijo que sí pero, que no le gustaba el sexo anal, que lo había intentado varias veces pero que no le agradaba pero que si le gustaba la sensación que le estaba dando.

Un rato después y notando que ella estaba lista para gozar otra vez, se salió de debajo mío y acostándome de espaldas se colocó sobre mi para un delicioso 69, se sentó sobre mi rostro, restregó con fuerza su sexo en mi cara acomodándose y se lanzo por mi verga tomándola en su boca.

Celeste era tan buena chupando vergas, lo hacia con la ayuda de sus manos y luego de lubricarla bien la soltaba y literalmente te cogía con la boca haciendo que la verga le llegara hasta la garganta misma dando una ritmo y velocidad igual a la del acto sexual y podía hacerlo hasta hacerte acabar sin volver a tomar la verga en sus manos y tragarse toda tu leche.

Yo me dedique a jugar con su sexo con mi boca y dedos, mientras lamía su clítoris le metía los dedos en la vagina y con los dedos húmedos de sus propios jugos me dirigía a su ano donde sólo alcanzaba a meter el dedo índice una o dos falanges y ella de inmediato con su mano me hacia sacarlo.

Su resistencia me hacia calentar más y con la mamada que me daba ya no podía aguantar y se lo hice saber, diciendo:" Celeste, quiero meterte mi verga ya, no doy mas" y ella dijo: "SIII damela, la quiero también ya".

Me salí de debajo de su cuerpo y la hice quedarse de cuatro patas sobre la cama y me acerque a ella de rodillas desde atrás, la tome de las caderas y con la otra mano guíe mi verga hacia la entrada de su sexo y, esta vez si, lentamente la deje irse adentro hasta que hiciera tope en el fondo.

Ella dio un largo gemido mientras la penetraba y cuando ya estuve dentro empujo más con su cadera hacia atrás enterrándome por completo en su interior. Solté sus caderas y me aferré a sus glúteos y comencé el clásico movimiento de entre y saca y a cada vez aumentaba el ritmo de ambos con frenesí.

Ella se apoyo más en sus brazos y comenzó también un movimiento de su cuerpo como cogiendome ella a mi, empujaba cada vez con mas fuerza, haciendo sonar sus nalgas al golpear con mi pelvis y los gemidos crecían en intensidad. Ella dijo: "Que hijo de puta sos y por lo puta que me haces sentir podría ser tu madre" y yo le dije: "si fueras mi mama, te cogería todos los días así porque vivirías en mi casa".

Estaba tan excitado donde mi verga desde atrás que paso por mi mente meterle el dedo en el culo otra vez y en ese instante acerque mi mano a su sexo mojando mis dedos y callando mis reales. La acaricie un ratito mientras ella aumentaba su excitación y ya daba pequeños gritos de placer y cuando la note cerca de su orgasmo, retire mi mano del sexo y aumente el ritmo de mis estocadas mientras volvía a apoyarme en sus nalgas.

Desde mi posición veía como ella envestía mi verga con su sexo y como sus nalgas separadas me dejaban verle el ano que estaba relajado pero apretado y tome la iniciativa y apoye disimuladamente mi mano en su glúteo derecho y deje mis dedos cerca del culito cerrado de Celeste y seguí cogiendo con fuerza y ella recibiendo toda mi verga que ya estaba lista para soltar su leche.

Ella seguí dándome placer con sus movimientos y anunciando que venía su orgasmo y yo comencé delicadamente a acariciarle el ano con mi dedo índice sin meterselo aun y yo le dije que terminaría en cualquier momento y ella me pidió que le soltara otra vez mi leche.

Entonces procedí a fregarme bien contra su sexo mientras ellas sostenía los movimientos de penetración y deje deslizar mi dedo en forma persistente introduciéndoselo por el culo sin pausa. Inmediatamente al sentir el contacto de mi dedo que entraba por su culo con mi verga en el interior de la vagina comencé a soltar la leche en el sexo de ella y ahí la oí decir: SIIIII, DAMELA TODA MI AMOR, DAME MI LECHE BEBE y se movió dirigiendo su mano hasta tomar la mía y, contrariamente a lo que pensé, la empujo haciendo que el dedo dentro de su ano se metiera por completo adentro y me apretó tan fuerte la mano que hasta me hizo doler.

Cuando estuvo todo mi dedo en su culo y mi leche dentro de su cuerpo ella estallo en un orgasmo bestial, hundió la cara en el colchón y sabanas y gritando ahí para ahogar el sonido se vino acabando varias veces consecutivas, siempre apuntando con su culo y sexo hacia arriba y fregándose contra mi. Tuvo tres, o tal vez cuatro, orgasmos, uno mas intenso que el otro hasta que sus piernas se aflojaron y cayo desfallecida en la cama dejándome a mi arrodillado a sus pies, con la verga chorreando nuestros jugos sexuales y mi dedo índice lleno de su mierda en la uña pero completamente feliz.

Me acosté sobre ella, la bese y entonces me dijo: "No doy mas Paco, jamás había gozado tanto en mi vida". Un rato después, ambos descansábamos en la cama uno junto al otro.

Ella se levantó de la cama al rato y volvió hacia la ducha y dijo, vamos a lavarnos y salimos a cenar y luego seguimos cuando regresemos si estas de acuerdo y así lo hicimos, nos arreglamos y salimos como cerca de las 22 horas.

Ese fue el primer día de aquellos tres junto a Celeste los dos solos para amaros en aquella ciudad y donde lo hicimos en todas las posiciones, en todos los ambientes y también fuera del hotel, donde desayunamos, comimos y cenamos sexo hasta quedar completamente saciados los dos pero, el resto; lo voy a dejar para otras entregas de esta historia que como ya dije, fue real y duro cerca de 18 años entre nosotros y que aun hoy me provoca dedicarle mis mejores pajas en su honor y recuerdo.

Gracias a quienes me han escrito a mi correo porque han leído mis relatos, a aquellos con los que he conversado en msn y al aliento de que siga escribiendo mi historia, espero haberles cumplido y cualquier duda, consulta o deseo de compartir experiencias comunicarse conmigo en Paco_Gerte_5@hotmail.com . Hasta nuestro próximo encuentro.