Celebrando el éxito de mi sobrina
La primera vez que lo hacemos en el auto.
Davinia abre la puerta de copiloto, se sienta a mi lado y da varios gritillo de alegría a modo de saludo, “Bieennn, lo conseguiiiiii”, Pa pa pa pa... aquí tienes un notable por lo menos!!! Yupiii!
-“Estoy muy contenta, el examen me ha ido genial”, dice mi sobrina mientras entra en el auto.
-“Me alegro mucho. Estaba seguro que estos días de tanto estudiar tendrían compensación”, le digo mientras pongo rumbo hacia a casa.
Esta mañana, mi sobrina era un manejo de nervios, preocupada por la trascendencia de del examen para las notas del cuatrimestre. Hemos quedado que la pasaría a recoger por la universidad al terminar la prueba pues a esa hora el transporte público es escaso y a mí me viene de camino.
Está tan contenta que su alegría es contagiosa. Yo me siento realmente orgulloso de ella, con su esfuerzo pronto será la doctora en medicina que tanto desea ser. Al entrar al coche, se ha inclinado hacia mí y me ha dado dos besos cariñosos, normales entre tío y sobrina que se aprecian mucho, aunque a mi me han hecho recordar nuestros fogosos encuentros.
Con el coche ya circulando, tiene tiempo de contarme con más detalle cómo han sido las preguntas y la “suerte” que ha tenido al poderlas responder todas con la tranquilidad de saber las respuestas.
-“Ahora quiero darme un respiro, relajarme…disfrutar del momento, darme un pequeño premio”, me confiesa sabiendo que sus palabras van a ser interpretadas como que quiere que le de unos mimitos de esos que tanto nos gusta compartir.
La miro girando momentáneamente la cabeza hacia ella. Es tan joven, tan bonita…que con solo mirarla me da una alegría. Hoy lleva una faldilla muy corta plisada que deja a la vista una parte generosa de sus piernas, una camiseta ajustada y una chaquetilla corta de mangas, imposible de abrochar pues mi sobrina tiene un pecho bastante generoso.
Para poder hablar conmigo más cómodamente, se pone de medio lado, doblando la pierna más próxima a mí por la rodilla. Su falda es muy corta por lo que apenas cubre su piernas , dejando a solo unos centímetros su entrepierna. Uhmmm que sexy es, vuelvo la cabeza repetidamente para comprobar si en un descuido me deja ver un poco mas… quizás hasta su tanguita.
Mi sobrina se da cuenta de mis miradas lascivas, sigue hablando y removiéndose en el asiento, lo suficiente para que la pueda ver unas veces si y otras no. Ella lo hace a propósito para calentarme, fingiendo que es puramente accidental.
En la parada de un semáforo, no me puedo contener más, le pongo una mano sobre el muslo, acompañando el gesto con un comentario estúpido, tal como:
-“Me alegro mucho por ti querida sobrina…¿vas a ir a celebrarlo con tus amigos?”.
-“Había pensado algo mucho mejor”, dice al tiempo que se levanta la falda lentamente para dejar a la vista las bonitas piernas y una braguita que sube en diagonal para buscar su cadera.
-“Tengo curiosidad por saber si mi querido tío tiene algo pensado para este tipo de celebraciones”, susurra cogiéndome la mano para atraerla hacia su entrepierna.
Con disgusto me deshago de su mano para poder cambiar de marcha y así continuar la marcha. Davinia hace un mohín de desagrado que pronto cambia por otro de niña traviesa que acaba de perfilar su plan.
Se sienta mirando al frente, apoya los hombros en el respaldo, levanta el culo y con un rápido movimiento se quita el tanga. Me lo muestra antes de encararse hacia mí para ir mostrando su entrepierna, separando las piernas poco a poco, para terminar mostrándome su rajita.
Yo alterno la mirada hacia la carretera con esa estupenda visión, sabe cómo excitarme, y a mí me encanta que lo haga. Se empieza a tocar muy despacio, su cara lo dice todo, después de unos días de tensión, estas caricias la transportan a hacia una situación de mucho placer. Davinia se recuesta poniendo su espalda entre el asiento y la puerta, su pie sobre el asiento y el otro en el suelo.
Toda su entrepierna queda perfectamente expuesta a mi vista, ella se toca, se acaricia, separa los labios para enseñarme su sexo rosado y gime haciéndome participe de sus sensaciones.
Me gusta ver como ella se da placer, y me desagrada que pase el tiempo y ya estemos próximos a llegar a casa con lo que esta escena llegará a su final. Por otra parte, estoy impaciente por llegar, dejar de conducir y poder disfrutar unos minutos junto a mi sobrinita de su cuerpo y de sus ganas de vivir con besos y caricias.
Termino de estacionar el auto en el aparcamiento subterráneo del edificio. Cuando me vuelvo hacia ella para poder abrazarla me sorprende colándose como si fuera una gata entre los dos asientos delanteros para ir hacia los asientos traseros escapándose de mí. Miro por encima del respaldo y la veo sentada esperándome con actitud desafiante, deduzco que esta deseosa de que empecemos un nuevo juego.
Salgo del coche, voy hacia atrás y abro la puerta. Davinia está dentro y no me deja entrar. De rodillas sobre el asiento se pone delante, me baja la cremallera, mete la mano y me la saca. De pie, asustado miro hacia un lado y otro del aparcamiento para comprobar si alguien nos puede sorprender. Estoy frente a mi sobrina, tapado por la puerta y dando la espalda a alguien que se pudiera acercar.
Es una situación insegura y muy morbosa. A pesar del riesgo de ser descubiertos estoy deseando que continúe con su juego y me haga una buena chupada. En unos pocos instantes se me puesto tan dura y gorda que yo mismo estoy me sorprendo. Me tiene bien cogido, dejo que me de unas lamidas y disfrute ejerciendo todo su poder sobre mí.
Miro a un lado y a otro, vigilando que no venga nadie a interrumpirnos, mientras me dejo hacer. ¡Que sueño tan maravilloso es tener a mi sobrina tan cerca!.
Cuando creo que todo va a terminar con una buena corrida, me agarra del cinturón, estira de mí y me obliga a meterme en el coche. Antes de que pueda reaccionar, me ha bajado los pantalones y el bóxer, hace que me siente en el centro del asiento, con el culo muy en el borde con las piernas abiertas, los pantalones en los tobillos y una erección de campeonato.
Davinia se sienta sobre mi regazo, apoya sus rodillas a ambos lados de mi cuerpo y se mantiene erguida para que sus pechos queden a la altura de mi cara. Agarrada firmemente a la parte superior de los respaldos, se deja caer lentamente sobre mi.
Nos besamos apasionadamente mientras que ella culea lentamente dejando que mi polla se frote torpemente alrededor de su chochito sin encontrar la entrada.
Con un poco de suerte mi polla se clavará en su chocho prieto y húmedo. Ufff, estoy como loco, impaciente por sentir como mi miembro se hunde entre sus carnes. Estoy muy sorprendido por como hoy mi sobrina ha tomado toda la iniciativa.
La tensión contenida de los días anteriores ha desembocado en una necesidad de compensación gratificante. Seguro que su curiosidad la ha llevado a buscar algún articulo de internet donde hable del sexo dentro del coche y ahora yo soy el beneficiario.
Con determinación lleva su mano detrás de su culo, busca mi polla, la dirige hacia su rajita, la hace frotar un par de veces y luego se deja caer en dos o tres tramos hasta que esta se clava completamente.
Durante unos instantes permanece inmóvil, nos miramos, me come la boca, siento como aprieta la pelvis alrededor de mi polla, percibo su calor, pongo mis manos sobre sus caderas y las llevo hacia su culo desnudo, esperando que sea ella la que marque el ritmo.
Apoyándose sobre sus espinillas que están sobre el asiento, y agarrándose a los apoya cabezas para conseguir estabilidad, empieza a subir y bajar todo el cuerpo haciendo que mi polla entre y salga parcialmente de su vagina. El contacto es muy intenso, viendo la expresión de su cara estoy convencido que lo está disfrutando mucho.
Sube y baja lentamente, aunque se esfuerza en conseguir la máxima amplitud tanto cuando sube como cuando baja. Cuando está arriba parece que la polla se va a salir, y cuando está abajo parece que el capullo llega hasta el fondo y sus nalgas se acuñan entre mis piernas.
Estamos disfrutando mucho de este sube y baja tan intenso, de vez en cuando nos besamos, yo rodeo sus caderas con las manos acompañándola en los movimientos. Davinia introduce una variante moviendo su cadera adelante y atrás consecuencia de las ondulaciones que hace hacer a todo su cuerpo.
Siento como la polla entra en intimo contacto con las paredes de su vagina, frota, se dobla adaptándose a los empujones y nos da a ambos mucho placer. Mi sobrina me sorprende con el dominio de la danza de cadera que realiza, unas veces lento, otras con fuerza, con amplitud, con ritmo creciente. Es el mejor baile que he disfrutado.
Manteniéndose firmemente agarrada al respaldo vuelve al sube y baja, empezando lento e incrementando la cadencia poco a poco. Noto como se le acelera la respiración, como los suspiros se hacen mas profundos, como se van convirtiendo en gemidos.
Ahora el movimiento se hace mas rápido e intenso, pasando de un sube y baja controlado, a un botar intenso, creciente…hasta que se hace casi salvaje, alocado…sin mesura.
Yo dejo que lleve su ritmo, que sea ella la que busque su placer. Lo único que tengo que hacer es mantener mi polla bien erecta y dura, para que la use como mejor le plazca. La veo alterada, despeinada, con la piel brillante por el sudor, gimiendo, suspirando, botando sobre mi con fuerza…ufff que rico!. Me esta follando como una diosa!.
Durante unos minutos salta, gime, suspira… hasta que se le escapan varios gritos de placer que me indican que ya le ha llegado su orgasmo. De su chocho sale un hilito de flujo caliente que me moja la entrepierna….uffff que delicia sentir como mi sobrina se corre mientras me cabalga a su antojo.
Se suelta del respaldo, me coge la cara entre sus manos y me da un beso en la boca. A continuación recuesta su cara junto a la mía y se deja caer sobre mi pecho. Disfruta de los instantes maravillosos después del orgasmo, y es el momento en que yo me dejo ir tambien.
Nos quedamos así abrazados unos minutos, luego nos arreglarnos un poco para poder presentarnos en casa y comunicar lo bien que le ha ido ese examen tan importante.
¡Davinia, éste éxito tuyo requiere una gran celebración! ¡Te lo mereces!