Celebración de aniversario

Le preparé a mi mujer una celebración de aniversario que no olvidaría jamás

Llegaba el día de nuestro aniversario y celebrarlo como es debido estaba algo complicado y esta vez quería regalarle algo especial que jamás olvidara. Antes de nada decir que somos una pareja de cuarentaitantos ella se llama María y yo Fernando, y el primer problema que tenía era que caía en dia de diario y el segundo que teníamos dos niñas pequeñas sin posibilidad de dejarlas con nadie.

Pues se me ocurrió una idea que podría parecer descabellada, organizarle una cena romántica a mi mujer que fuera inolvidable.

Pues llegó el día del mencionado aniversario y ahí estaba mi regalo, un sobre cerrado con una reserva para dos en un restaurante y lo que surgiera.

Al abrirlo se quedó sorprendida, pero contrariada preguntó: ¿y como lo vamos a hacer?, ¿a quien quedamos las niñas? A lo que yo le respondí: tu por eso no te preocupes con las niñas me quedo yo. Ella me miró con gesto extraño ¿como?, no sabía que decir, y la primera reacción fue que no. Pero le dije que estuviera tranquila que estaba todo planeado y que lo iba a pasar muy bien y disfrutaría al máximo.

Al final aceptó y le di las instrucciones de como sería, y que en todo momento podía llamarme por si surgía cualquier problema, y que si quería me mandara algún mensaje durante la noche para contarme como iba todo.

Le dije que tenía que ir bien guapa, elegante y “preparadita” por lo que pudiera pasar.

Como era en diario era más fácil, dijimos que si alguien la veía diría que había quedado con unas antiguas compañeras de trabajo a cenar y tomar algo.

Durante la tarde estaba súper nerviosa, yo solo le dije que se relajara que le iba a gustar.

Llegó la hora acordada, ella tenía que salir por la puerta de la cochera y allí la estaría esperando un taxi que la llevaría al pueblo de al lado. Me dió un beso y se fue. En el transcurso del trayecto en taxi me mandó un mensaje y me dijo que estaba nerviosa pero que ya me contaría.

Al llegar al otro pueblo el taxi paró y entró un chico que se sentó a su lado, era alto, moreno y fuerte, tendría sobre 35 años y venía muy elegante. Se presentó, se llamaba Rubén. Durante el trayecto el trató de tranquilizarla charlando tranquilamente.

El taxi paró y los dejó en la puerta del Restaurante, entraron y había una reserva especial, una mesa en una zona un poco más apartada con luz tenue bien decorada y con algunas velas.

Mientras cenaban conversaron y se bebieron una botella de vino. El la dijo que estuviera tranquila que ya estaba todo arreglado conmigo y que tenía permiso para hacer lo ella quisiera. Terminaron de cenar y tomaron una copita. Ya estaba ella más comoda e incluso me mandó un mensaje diciendo que le estaba gustando mucho el regalo y que ya habían terminado de cenar. Le dije que disfrutara que todavía no se había acabado.

El la invitó a salir a tomar algo en algún bar, fueron dando un paso mientras charlaban. Encontraron un sitio tranquilo y entraron, se pidieron otra copa mientras seguían hablando, cada vez estaba mas relajada y desinhibida. De repente empezó a sonar una canción lenta, a lo que él la invitó a bailar, ella aceptó sin dudarlo. Al principio se agarraron suavemente y se dejaban llevar, hasta que el la agarró de la cintura y la fue acercando hasta que quedaron completamente juntos. El alcohol hacia su efecto y ella se dejaba llevar, el fue bajando las manos hasta agarrar por completo su culo a lo que ella le miró y sin dudarlo él la beso en los labios, fue un beso suave. Al ver que ella correspondía el siguió y se besaron de forma apasionada durante un rato. A ella cada esta situación la estaba excitando y mas sabiendo que yo estaba en casa. Terminó la canción y se fueron a la barra, siguieron hablando hasta acabar la copa y el la propuso ir a un sitio más tranquilo. Ella aceptó por supuesto, ya estaba decidida a todo.

Caminaron hasta llegar a un hotel donde por supuesto ya había una reserva hecha, subieron a la habitación que estaba muy bien ambientada para la ocasión, luz baja, música suave y claveles decorando la habitación, encima de la mesa había dos copas y una botella de champán bien fresquita. Encima de la cama había un regalo a lo que el dijo: ese regalo es de tu marido, me dijo que entraras en el baño y te lo pusieras. Ella entró en el baño y lo abrió, era un conjunto de lencería muy sexy, era negro con medias, liguero y muchas transparencias también había un vestido corto también negro y muy ceñido, todo le quedaba a la perfeccion. Se lo puso todo y salió, él cuando la vio quedó alucinado, sirvió las dos copas y se la ofreció, bebieron y con los labios húmedos le pasó el brazo por la cintura y la besó.

Se abrazaron y al son de la musica se dejaron llevar, la excitación era máxima, el empezó a recorrer todo su cuerpo con sus manos, ella se derretía en sus brazos. Bailaron suavemente mientras se rozaban sus cuerpos. Él recorría todo su cuerpo de arriba a abajo sin dejar ningún sitio sin acariciar.

Entonces el quitó le el vestido y quedó solo con la lencería. El empezó a tocar sus pezones suavemente y luego bajaría para chuparlos suavemente, entonces ella bajó su mano para alcanzar el bulto que el tenia en el pantalón, le bajó la cremallera y estuvo tocando su polla que parecía ser bastante gruesa y larga. Entonces ella bajó, tenia delante una polla que no era la de su marido y estaba súper excitada la agarró con las dos manos y la empezó a menear, no pudo mas y se la introdujo en la boca, notó como crecía dentro y cuando se la sacó vio que era enorme, la estuvo saboreando durante un buen rato y ya no podía mas, se puso de pié y le dijo: quiero que me folles. Se tumbó en la cama, se quitó la braguita y se abrió bien de piernas, en ese momento se alegraba de haberse depilado por lo que pudiera pasar. El no se pudo resistir y antes de follarla se bajo a lamer ese coño recién rasurado, que estaba chorreando de la excitación, recorría con su lengua sus labios menores de arriba a abajo, después introducía su lengua hasta el fondo notando lo lubricada que estaba, jugó un rato con su clitoris. Ella no podía mas de la excitación que tenía, entonces el agarro su polla y se la metió de un golpe, entró suave pues ella estaba totalmente mojada.

El la envistió con fuerza y ella estaba disfrutando como nunca, entonces la levantó y la puso a cuatro patas, le dió un cachete en el culo y la penetró con fuerza. Ella no paraba de gemir, estaba a 100. El siguió penetrandola mas y mas hasta que se empezó a poner tenso, la agarró de las caderas con fuerza y se empezó a correr en su interior. Ella al notar los chorros de leche dentro de si no pudo mas y también empezó a correrse, fue el orgasmo mas intenso que había tenido en su vida.

Los dos se dejaron de caer en la cama, se miraron y se besaron.

Él le preguntó: ¿te ha gustado?, a lo que ella respondió: ha sido fantástico.

Entonces el la dijo que la noche era larga y que esto no se había acabado.

Acercó su mano a su entrepierna y le introdujo un dedo y estaba chorreando de la enorme corrida que él había descargado dentro de ella, entonces mojando sus dedos la empezó a acaricial el clitoris y ella empezó a excitarse de nuevo. Él se pudo de rodillas a su lado y ella automaticamente se metió la polla en la boca y le hizo tremenda mamada justo para estar listo otra vez. La puso hacia un lado y la penetró por detras mientras con los dedos le seguía acariciando el clítoris, el le agarraba las tetas ahora con fuerza y ella solo gemía de placer.

Entonces el se tumbó y ella se subió encima y empezó a cabalgar como nunca antes lo había hecho, estaba totalmente fuera de sí. Él le agarraba del culo mientras no dejaba de chuparle los pezones hasta que ella no pudo mas y se volvió a correr. Cayó extasiada, pero él no había terminado. Entonces el se levantó y le puso la polla a la altura de su cara, ella sin decir nada se la empezó a lamer y a degustar, la tragaba como si nunca antes lo hubiera hecho, él le paso las manos por detras de la cabeza y empezó a moverse con mas rapidez, le estaba follando la boca. El le agarro con fuerza, iba a correrse, entonces ella hizo el gesto de echarse a un lado pero el no la dejó y empezó a descargar dentro de ella, que no hizo nada por evitarlo y empezó a tragar los chorros que el descargaba.

Cuando terminó se la sacó y ella se relamía los labios, se besaron y descansaron.

Se fueron a la ducha donde hecharon un último polvo, se vistieron y se despidieron.

Eran las 5 de la mañana y la noche había sido perfecta.

En la puerta del hotel estaba el taxi esperando y la llevó hasta casa, donde yo la estaba esperando dormido para que me contara con todo lujo de detalles.

Me dijo que había sido el mejor regalo de aniversario que le habían hecho jamás y que esa noche todavía no se había acabado, nos excitamos tanto que follamos como nunca antes lo habíamos hecho, ella con solo recordarlo se ponía super cachonda.

Despues de todo me dijo que el próximo regalo lo organizaría ella, y que me preparara porque me iba a encantar.