Celador
Cuando el amor aparece de la manera menos esperada.
CELADOR
Mi vida era amorfa, insulsa y carente de alicientes, había cumplido 34 años y me sentía totalmente vacío, era gay y si me miraba en el espejo con frialdad y sin ningún tipo de pasión, no era ningún monstruo pero tampoco era guapo, supongo que un velo de tristeza cubría mi mirada y eso me hacia casi desaparecer a los ojos de los demás.
Era gay, de eso estaba seguro pero nunca había tenido relaciones, tenia demasiada vergüenza para admitirlo y muchísima mas para tenerlas, mis padres habían fallecido, mi padre cuando yo era muy niño por lo que casi ni lo recuerdo y mi madre murió en el mismo instante aunque siguió viva por inercia y esa llama se había apagado dos años atrás dejándome la casa en la que vivía y un gato que me ignoraba.
Trabajaba como celador nocturno en aquella ala del hospital dedicada a enfermos en coma profundo, casi todos mis pacientes eran mayores o ancianos, sus cuerpos eran como vegetales, inertes y flácidos, algunos llagados por los años de postración en la cama del hospital, a pesar de mi vocación no siempre era un trabajo agradable pero anteponía sus necesidades a las mías y ocuparme de sus cuerpos no se convertía en una labor desagradable, claro que se hacían sus necesidades encima, tenia que lavar sus cuerpos y retirar sabanas manchadas de excrementos, algunas veces con un olor fétido y desagradable pero siempre venia a mi mente que yo estaba sano y ellos no, y eso me daba fuerzas para seguir y mirarles cada día con mas cariño.
Todo seguía en la misma rutina hasta la llegada de Antonio, nunca se me olvidara esa fecha, era un 28 de Julio que curiosamente era el día de mi cumpleaños, los treintaicinco caían sobre mi como una losa y por eso aquella mañana me sentía un poco triste, salvo la temprana llamada de dos amigos y un primo para felicitarme en el trabajo nadie cayo en la fecha y la verdad es que como casi todos, yo esperaba un recibimiento con aplausos y tarta por parte de mis compañeros y pacientes pero eso era solo un sueño porque la única realidad es que mis compañeros eran dos enfermeras maduras y mis pacientes tenían la mente en blanco.
La imagen que tuve de Antonio cuando lo trajeron no era tan distinta de la de los demás pacientes, con la salvedad de la diferencia de edad, Antonio era un hombre de 27 años, había sufrido un accidente mientras practicaba el alpinismo y en los distintos traslados hospitalarios y siendo ya diagnosticado de una conmoción cerebral importante y grave quedo en estado vegetativo.
Una vez instalado en su habitáculo, separados todos ellos por unas cortinas blancas y hasta el suelo, quizás por una aparente privacidad por parte de las ocasionales visitas que recibían, ya que fuera de algunos padres o algún hermano/a, las visitas de cada uno de ellos se iban distanciando desde su ingreso y casi siempre eran muy escasas por no decir nulas.
Recuerdo que Antonio llego con sus padres, ellos no eran de esta ciudad, vivían lejos, y sin ser muy mayores su madre no tenia buen estado de salud, y el accidente de su hijo acabo de minarle la poca salud que le quedaba, me acerque a la cama donde Antonio yacía inerte conectado a varios tubos y sensores que lo mantenían con vida y lo alimentaban y una vez di una mirada al correcto funcionamiento de todo el sistema a la vez que forzaba lo mas parecido a una sonrisa me presente.
Buenos días, soy el celador encargado de esta ala del hospital y estaré al cuidado del paciente si puedo servirles de alguna ayuda o necesiten hacerme alguna consulta estoy a su disposición.
Su madre, me copio las manos y me dijo con lágrimas en los ojos, es lo único que tengo y no voy a poder venir siempre que quiera para verlo, cuídelo por mí, la mire fijamente a los ojos y solo vi bondad y amor en su mirada, con un si susurrado me comprometí a cuidar de una manera muy especial a su hijo.
La primera vez que desnude a Antonio para asearlo la simple visión de su cuerpo me turbo, a partir de aquel día lo dejaba para atenderlo como mi último paciente, nadie me esperaba en casa y así podía dedicarle un poquito de tiempo más que a los demás, me acostumbre a lavar con mimo aquel cuerpo hermoso, joven pero inerte, al principio mi trato era en ese aspecto como el que daba a cualquier otro paciente salvo la diferencia que aquel cuerpo era atractivo, sus músculos aun no se habían desvanecido por la inactividad de un coma, su cabello era rubio tirando a castaño con unos rizos muy definidos, aunque sus ojos estaban cerrados, eran de un azul intenso y sus labios carnosos y perfilados, una barba cerrada y de color claro le daban un aire muy atractivo pero lo verdaderamente impresionante era su cuerpo, parecía esculpido en mármol, de piel muy clara sus musculosas y definidas piernas cubiertas por un vello castaño y espeso culminaban en un culo duro y redondo capaz de hacer perder el sentido al deseo mas exigente, sus brazos fuertes por la practica del deporte, sus axilas definidas con un vello rizado y rubio, sus pectorales fuertes duros y desafiantes coronados por dos pezones pequeños rosados y prominentes, con un triangulo de vello que sin ser abundante era lo justo para dar ese punto de masculinidad, un estomago con unos abdominales definidos que marcaban frontera en un ombligo redondo y duro del que salía un hilo de vello que se ensanchaba en su avance hacia una polla gruesa y larga sin circuncidar que descansaba sobre unos huevos de gran tamaño ya de por si, pero duros por la cantidad de fluido acumulado ante tantos días de inactividad de su propietario, perfectamente sujetos a su base y coronados por un vello púbico espeso, castaño claro y rizado.
El simple hecho de acariciar su piel despertaba en mi deseos ocultos, considere que su buen aspecto físico era, ya no de mi responsabilidad como enfermo a mi cargo, sino ante la visita de sus familiares y ante yo mismo, el era ya una cuestión personal, empecé a cuidar mi propio aspecto personal, como si buscase agradarle cuidaba su piel con crema hidratante para evitar su resecamiento, no es que no hiciera lo mismo con otros pacientes no, pero con el tomaba consideraciones extras.
Siempre estaba perfectamente afeitado, con el cabello limpio y bien cortado, pero un día, estando yo aseándolo, decidí recortar un poco su vello pubico para mejorar el aspecto de su polla, nadie se la iba a mirar salvo yo mismo, pero considere que aquel monumento se merecía estar bien cuidado, inicie mi trabajo primero con una tijera pequeña para quitar la parte mas gruesa de aquellas lanas y luego con un poco de espuma y una maquinilla, a medida que manipulaba mis manos sobre su polla empecé a notar como una pequeña reacción de la misma, como un despertar de un deseo dormido, pensé que eran imaginaciones mías pues Antonio estaba en coma y según su doctor difícilmente reversible, pero cuando gire su cuerpo y alce una de sus piernas para afeitarle parte del perineo, contemple su culo majestuoso, no pude reprimirme y a pesar de la terrible culpabilidad que sentía por hacer lo que estaba haciendo con un enfermo, empecé a acariciar aquel botón oscuro y cueva de mi mas profundos deseos, ante los suaves movimientos de la yema de mi dedo, note una débil contracción, humedecí mi apéndice en mi boca y con mi saliva como lubricante empecé una suave penetración, su estrechez, su calor, y su suavidad me encendían de deseo, pero no solo a mi, porque ante mi asombro su polla reacciono al instante con una erección impresionante, debía de medir sobre los 22 centímetros, y sus huevos, duros y palpitantes se balanceaban con suavidad dentro del perineo, mis ojos se abrieron como dos ventanas ante un sol aplastante, o su cuerpo reaccionaba, o su coma no era tan profundo.
La situación me desbordaba, por un lado ardía en deseos y por otro existía un código de conducta de que aquello no estaba bien, pero también me hallaba ante el dilema de que quizás gracias a mi atrevimiento podría despertarle, volví a colocarlo como siempre, espere unos largos minutos hasta que su tremenda erección empezó a remitir y me aleje de su cama, tenia que trazar un plan y comprobar hasta que punto aquello no había sido un impulso reflejo, utilice una tonta estratagema pero que dio resultado ante mis otros compañeros de servicio, uno de los internos que compartía aquella sala de cuatro empezó a tener síntomas de una leve infección respiratoria, y con esa excusa separe a los otros tres, selle la unidad en cuarentena para prevenir otros contagios, conduje a los otros dos a un box mas amplio y sitúe a Antonio en una pequeña estancia mas apartada pero que quedaba completamente separada del resto, si analizamos la situación, ninguno de los otros internos al estar en coma podrían ni ver ni oír lo que yo pretendía hacer, pero un extraño sentimiento de privacidad me decía que era mejor tener un mínimo de intimidad, ya solo era cuestión de esperar el momento mas apropiado.
En solo 24 horas me organice para cumplir mi servicio en los turnos de noche, a mis compañeras les hice un autentico favor, ya que dichos turnos eran rotativos y a mi al no tener familia no me importaba pero ellas si tenían obligaciones y el liberarlas de la nocturnidad era cuanto menos un alivio, así pues al llegar la noche y comprobar que estaba totalmente solo me dispuse a iniciar mi plan, me duche a conciencia y me puse un fino uniforme sin nada debajo, prepare lo necesario para asear a Antonio y me dirigí a su habitación, lo desnude lentamente casi haciendo de aquel acto una ceremonia y yo me despoje también de mis escasas ropas, con un especial cuidado fui aseando todo su cuerpo y aplicándole después con un suave masaje crema hidratante por todo su cuerpo, inicie un suave movimiento en sus huevos y polla que hicieron que esta iniciase una erección y sus huevos se fueran moviendo y colocándose duros y firmes, alce sus piernas y empecé a pasar mi lengua entre sus huevos piernas y culo consiguiendo que su mástil se pusiese duro como el hierro, por su glande salían gruesos goterones de precum producto de la lubricación que yo recogía con mi lengua que a la vez depositaba en su agujero facilitando así con sus mismos fluidos la lubricación suficiente para que mi dedo jugase en su interior estimulando su próstata, yo estaba al limite y sin pensarlo me subí a la cama le coloque un condón, sitúe mis piernas dobladas a ambos lados de su cuerpo y empecé a sentarme sobre aquel trofeo dejando que toda su masculinidad entrase en mi interior, la excitación del momento y el deseo hicieron que mi anillo se amoldase a su miembro como perfecta funda a medida haciendo que una descarga eléctrica hasta entonces desconocida me recorriese el cuerpo de un extremo al otro.
Empecé a cabalgar suavemente dejando que aquella polla majestuosa entrase y saliese de mi interior acompasadamente, mi respiración era entrecortada, el placer me inundaba creando espasmos que contraían mi cuerpo haciéndome sentir como me apretujaba sobre su miembro masajeándolo por todos los flancos y de todas las maneras posibles, no podía mas, gruesas gotas de sudor perlaban todo mi cuerpo y el de Antonio también,
Su cuerpo empezó a respirar mas aceleradamente, sentí como su glande se hinchaba en mi interior y los dos explotamos al mismo tiempo, una autentica explosión broto de mi cuerpo y como un geiser empecé a soltar trallazos de leche que me salpicaron la cara y , el pecho, y a pesar del condón que llevaba puesto su eyaculacion también fue enorme y potente ya que sus sacudidas pude sentirlas una a una en mi interior, tras unos momentos en que no sabia si estaba entre los vivos o en un paraíso lejano intente levantar mi cuerpo totalmente derrumbado sobre el suyo y mirándolo fijamente descubrí una leve sonrisa en sus labios, ¡HABIA REACCIONADO!.
Salte de la cama y empecé a vestirme a toda velocidad, tenia que asearlo haciendo desaparecer todo rastro de lo que había sucedido pero en mi interior deseaba que aquello se repitiese una y otra vez.
No fue la última vez que Antonio y yo estuvimos juntos pero creo que fue gracias a mi que salió del coma, su madre no cabía en si del júbilo y después de un tiempo prudencial los médicos se planteaban darle el alta, la mañana antes de su partida pase por su habitación casi para despedirme, el estaba tumbado en la cama cubriendo su cuerpo con una sabana, en cuanto entre me dispuse a correr las cortinas para que entrase un poco de luz, el me pidió que no lo hiciese y con un especial brillo en sus ojos me dijo.
SUPONGO QUE COMO YA ME HABRAS VISTO DESNUDO UN MONTON DE VECES, AL SER MI ULTIMO DIA NO TE IMPORTARA ASEARME AUNQUE YO ESTE CONSCIENTE!
En ese momento destapo la sabana y me mostro su cuerpo desnudo y su polla erecta, me quede helado, avance casi a cámara lente y deslice mi mano por aquel tronco grueso y apetitoso mientras sus ojos me miraban con deseo, era un riesgo terrible con el personal corriendo por los pasillos por lo que mirándole a los ojos le dije
SERA MEJOR QUE TE AYUDE EN LA DUCHA NO SEA QUE TENGAS ALGUN TIPO DE PROBLEMA
Desconecte mi busca y nos introdujimos en el baño, una vez los dos desnudos nos metimos debajo del chorro de agua y empezó a besarme, primero con dulzura y luego con pasión, su lengua atravesaba mi boca jugando con la mía, sus manos se perdían en i cintura buscando entre mis nalgas mientras yo acariciaba con fuerza su polla y sus huevos, me deje caer de rodillas y me metí toda su virilidad en la boca, subía mis labios por su tronco succionaba su capullo y buscaba con mi lengua su orificio del que salían gruesos goterones de precum, jadeaba entrecortadamente mientras me sujetaba la cabeza marcando el ritmo de mi mamada, para evitar que se corriese solté su polla y me dedique a sus huevos, introduciéndolos uno a uno en mi boca jugando como si hiciese malabares, me tomo de las axilas me levanto y mientras me besaba me fue girando hasta dejarme de espaldas a el apoyo mis manos en la pared y como si conociese e camino se fue introduciendo en mí, no pudimos aguantar mas de dos minutos y mientras mi anillo se contraía su polla se hinchaba en mi interior, me giro la cabeza y callo su grito y el mío con un intenso beso mientras los dos alcanzábamos el orgasmo al mismo tiempo.
Caímos al suelo de la ducha jadeando pero felices y sonriendo, en ese momento me di cuenta de la situación, me compuse como pude me vestí y salí apresuradamente, no porque me sintiese mal ante lo hecho no, estaba muy feliz pero en el hospital podrían haberse dado cuenta, reemprendí mi trabajo pero pasaba mil y una vez frene a la puerta de su habitación y nuestras miradas y sonrisas se cruzaban una y otra vez, vi a su madre entrar por el pasillo y fue ella quien me llamó, la acompañe en una animada charla hasta la habitación de Antonio y este ya estaba vestido, tomo su bolsa y dándonos un abrazo de complicidad me dijo al oído, no esperes que te vas a librar de mi, gracias a ti he vuelto a la vida y ahora no quiero volver a perderla, la voy a vivir contigo .