Cegada de amor - Capitulo 9

La visita a México iba transcurriendo sin “mayores” eventos, Karen empezaba a liberar sus sentimientos por Fernanda, quien lo único que tenía claro era que la amaba pero ocultando sus sentimientos delante de su familia, conocía a Karen en diferentes facetas y eso la hacia enamorarse mas de ella.

Respuestas a comentarios:

Escritor Erotico Fiel: Ya me habías espantando con eso de “difícil de leer” pero si creo que mantiene tenso al lector. ¿Esto será bueno o malo?

HombreFX: Siempre es bueno leer tus comentarios, gracias, se que estas al pendiente y tus palabras alientan a seguir.

Kchef: Con Karen solo hay dos opciones, o la amas o la odias jajaja.

Leo: Un placer que mi relato sea el primero que comentas, me haces sentir halagada, muchas interrogantes, pero en este capítulo te darás cuenta como la presión empieza a hacer presencia.

Y a todos aquellos que me escriben por e-mail, de verdad muy muy agradecida, que sigan mi historia, que opinen sobre ella, créanme que trato de hacer todo porque la historia los siga enganchando y que se sientan parte de ella.

Recuerden se aceptan sugerencias, críticas y comentarios. Pueden hacerlo directamente a través de la página o bien a mi e-mail.


Entre sueños logre escuchar la voz de papá que gritaba, intente abrir los ojos pero me era casi imposible.  Alguien entro a la habitación.

Emilio: Fer, Fer, ¡Levantate! – Mientras me movía, logre abrir los ojos, y aun somnolienta me levante.

Fer: ¿Qué pasa? – Bostezando –

Emilio: Papá llego, me regaño porque se dio cuenta que llegamos apenas hace unas horas, levántate y baja, si sube y las ve aquí estarás en problemas.

Fue en ese momento que me percate que estaba Karen en mi habitación.

Fer: Me cambio rápido, por favor despierta a Karen que se vaya a su habitación, ahorita bajo.

Me metí al vestidor tome lo primero que pude, unos jeans y una sudadera gris, me puse mis tenis, amarre mi cabello como pude, Karen aún seguía acostada, decidimos dejarla ahí y cerramos la puerta.

Papá: ¡Mira nada mas que fachas!, ahora si excedieron los límites, eran las 9:30am y no habían llegado. ¡Mírate nada más Fernanda tu cara! ¿Ya te viste?, y ni te me acerques que hasta acá puedo oler tu aliento a alcohol.

Creo que lo mejor era no hablar, o empeoraría las cosas.

Papá: Al menos ya te diste cuenta de la hora, supongo.- ¡Contesta!

Fer: No me he percatado de la hora – Como perro con la cola entre las patas –

Papá: Son las 5pm, y ustedes dormidos.

Fer: Lo siento, era mi cumple, se nos fue el tiempo.

Papá: No me importa que haya sido tu cumple, en esta casa hay reglas, y no pueden andar fuera toda la noche, ¡A ti te dije que tú me respondías! – Señalando a Emi – Y ve, llegan quien sabe a qué hora.

Emi: Papá, estamos bien, no nos pasó nada.

Papá: ¿Y tu amiguita, donde esta? – Levantando las cejas, más molesto no podía estar –

Fer: Está durmiendo papá.  – Con voz muy baja y tratando de evitar decir detalles –

Papá: Seguramente esta igual o peor que ustedes. ¿Dónde está tu madre?

Fer: No lo sé papá.

Papá: Pero en esta casa cada quien hace lo que su regalada gana le da – Alejándose enojado y tocándose la cabeza con una mano.

Nos volteamos a ver con Emi con cara de “ni hablar lo hecho echo esta”. Me subí a mi habitación y Karen seguía durmiendo, le hable, hasta que despertó, le dije que mi papá estaba muy enojado y que se fuera a su habitación, se fue y no la vi hasta el siguiente día, no bajo ni a cenar, sí que estaba peor que nosotros.

Era viernes ya y no sabíamos si después de lo sucedido Papá nos daría permiso de irnos a Tepoztlan, alguien tenía que tocar el tema, me levante súper temprano para alcanzarlo en el desayuno y decirle. Estaban solo papá y mamá, Emi se había ido a correr.

Papá: ¿Qué milagro que nos honra con su presencia señorita Santamarina? – De modo sarcástico

Fer: Buenos días, - dándoles un beso a cada quien, y sentándome, el desayuno transcurrió en completo silencio hasta que rompió el hielo – Papá, queremos irnos hoy a Tepoztlan a pasar el fin de semana, ¿podemos?

Mamá: Excelente día mi vida.

Papá: Me parece que solo me estas informando, mas no pidiendo permiso – Muy serio mientras seguía comiendo –

Fer: Bueno ¿Podemos ir este fin de semana a Tepoztlan? Me gustaría que Karen conociera el lugar, y… - Papá me interrumpe –

Papá: Ahora usas de pretexto a Karen, debes ser buena anfitriona, esta bien son tus vacaciones y no puedo echarlas a perder, pero Emilio va con ustedes.  – Sin voltear a verme, su voz era seria pero firme –

Fer: Si va Emi y Karla, y quizás invitaban algunos de sus amigos.

Papá: Me parece buena idea, igual y te haces novia de algún ¿No crees? – Arqueando la ceja y viéndome muy serio –

Fer: Gracias papá, nos iremos a medio día – Acto seguido me levante del comedor, sin haber terminado, el comentario de papá no me había gustado para nada y no quería ponerme a discutir con él, había conseguido la salida y eso era lo único que me importaba en ese momento.

Ese día nos fuimos pasando la 1:00pm, nos despedimos de mamá, afortunadamente ningún amigo de Emi iba con nosotros, nos fuimos en el coche de Emi, cabíamos perfectamente, aun con todas las maletas que llevábamos, por lo que Emi nos hizo burla por un rato, pasamos por Karla.

Emi: Fer, si quieres puedes manejar, asi Karen se va contigo de copiloto y puede ir disfrutando del paisaje y conoce.

Fer: Perfecto.

Karen: ¿Y si me dejan manejar? – Sonriendo como niña consentida -

Nos volteamos a ver con Emi y si el no tenía problema yo menos. Karen se llevó el coche el cual era un Golf GTI negro. Vi su carita de emoción, era obvio que no conocí la carretera, pero eso no le impidió para correrlo a una velocidad que nos hacía llenarnos de adrenalina, puso música según ella para manejar mejor, sonaba Slow de Kylie Minogue, llegamos en 40 min aprox, rápido realmente.

Karen: Este lugar es muy bello, el olor a bosque, estas calles, pintoresco el lugar.

Nos dirigimos a un hotel donde Emi ya había hecho las reservaciones, era un hotel muy lindo, se llama Hotel de la Luz, su arquitectura era tipo colonial, sus techos decorados con tejas, tenía una piscina en medio, y a la rodeaba un muro de piedras que encajaba perfecto con toda la decoración, había un jardín el cual tenía un espacio para meditar, el hotel tenia servicio de Spa, asi que eso nos emocionaba.

Fer: ¿Cuántas habitaciones reservaste? – La curiosidad me invadia, esperaba que su respuesta fuera 2 –

Emi: Dos Fer, ¿Por qué? – Sonriendo –

Fer: Perfecto – Sonriendo aún mas y volteando a ver a Karen –

Emi: Si en una se quedaran las niñas y la otra para mi solito – Hubiesen visto la cara de Karen y la mia  –

Karen: Obvio estas bromeando

Karla: El no bromea Karen – Muy seria – Yo no puedo quedarme con el, mi religión no me lo permite –

Karen: Entonces yo pago la otra habitación, ¿o no Fer? – Se veía molesta –

Emi: Tranquilas, era broma, no aguantas nada – Soltando la carcajada –

Fer: Te voy a matar – le solte un golpe en su brazo –

Emi: Ouch!! Cuanta violencia. –

Después de eso, Emilio y Karla no pararon de burlarse de nosotras, por fin llegamos a nuestras habitaciones, la nuestra tenía una cama King Size, con base de madera y cabecera de herrería, había un par de lámparas redondas con la silueta de una lagartija  (geckos), el techo de la habitación era en forma curva, las paredes color mostaza, y unas cortinas cafés muy gruesas, perfectas para que no entrara la luz del sol, tenía un tocador enorme, con un espejo redondo con marco de madera, al igual que una silla y un sillón que se encontraba a un lado, el olor de aquella habitación era a madera recién cortada, todo muy ad hoc al lugar.

Por supuesto que al entrar, Karen no dudo ni un segundo en abrazarme y empezar a besarme.

Karen: ¡Al fin!, puedo tenerte entre mis brazos, pensé que nunca llegaría este momento. – Mientras me besaba e intentaba deshacerse de mi ropa –

Sin dudarlo correspondí a sus caricias, sinceramente también añoraba tenerla así nuevamente la espera había sido larga, si bastante y no habíamos pasado de solo besos escuetos, su manos recorrían rápidamente mi cuerpo, logro despojarme de mi blusa y de mis jeans, estaba a punto de quitarme el sostén, cuando alguien toco a la puerta.

Emi: Chicas, hora de irnos a comer

Karen: ¡No tenemos hambre! – Le gritaba mientras seguía besándome –

Emi: ¿Seguras?

Fer: Si, seguras.  – sonriéndole a Karen –

Karen: Te voy a comer pero a ti mi amor. – Empezó a morder mi cuello, logro deshacerse del sostén, mientras me aventaba a la cama y se subía a horcadas en mí, me besaba desesperadamente sin dejar un rincón sin hacerlo, succionaba una y otra vez mis pezones, mientras le daba pequeñas mordidas que solo hacían quejándome. - ¿Te gusta así?.

Fer: Si aunque duele – Mientras me quejaba –

Karen : Eso me gusta, déjame hacerte mía, eres mía.

Ese día me dio la mejor sesión de sexo oral que hubiera recibido en mi vida, lamia y saboreaba mi vagina, que no aguante mucho y me hizo explotar en un intenso orgasmo, el cual hizo me agarrara de la cabecera de la cama y arquearme en un éxtasis que solo ella provocaba en mí, la habitación estaba inundada de pasión, se subió en mi haciendo que nuestras partes quedaran en perfecta sincronía y empezó a cabalgarme, mientras se sostenía con una mano de la cabecera y con la otra apretaba muy fuerte mis pechos, no tardamos mucho en llegar a la cima al mismo tiempo, yo por segunda vez, su grito fue ahogado por mis dedos que entraron en su boca, los cuales empezó a lamer, bajo lentamente y me beso, nos quedamos abrazadas un buen rato, en lo que recuperábamos fuerzas.

Fer: Tengo hambre amor.

Karen: Yo igual  y mucha – y sonreía pícaramente –

Fer: No empieces en verdad tengo hambre – le hice cosquillas en su ombligo y le di un beso muy tierno –

Nos levantamos, y nos metimos a la ducha, el olor a sexo era perceptible hasta para la nariz menos habíl, no tardamos mucho, nos cambiamos de ropa y bajamos al restaurant del hotel, desde que íbamos por el pasillo un olor delicioso se apoderaba de nuestro sentido,  esa comida debía ser excelente. Cuando llegamos estaban Emi y Karla sentados en una mesa al fondo, nos fuimos a sentar con ellos y sus miradas eran de complicidad, aquello aun me daba pena, era mi hermano, y que tu hermano supiera que acabas de tener sexo no era muy grato. La tarde noche transcurrió sin novedad alguna, salimos a dar un rol por el pueblo, visitamos una pequeña Iglesia. Ese día decidimos regresar al hotel, Emi pidió un par de botellas de vino tinto espumoso, y estuvimos alrededor de la piscina platicando, hasta pasada la media noche, Karla era muy agradable, me gustaba que fuera novia de Emi, se notaba que lo amaba y Emi no se diga, él siempre ha sido todo un caballero, pero a Karla la trataba como una reina, además tenía un punto más a su favor, nos aceptada a Karen y a mi sin problema. Aquel viaje era para mí como vivir lo que siempre quise a lado de la persona que amaba, Karen era definitivamente otra, su manera de tratarme, y consideraba que todo eso se debía a que nuestra ambiente había cambiado, la observaba y se veía relajada, tranquila y sobre todo feliz, y eso a mí me hacía sentir bien, yo estaba a su lado, quería pensar que yo formaba parte de esa felicidad.


Al siguiente día desayunamos temprano en el hotel, y nos dirigimos a la aventura del día y la cual todos los visitantes de Tepoztlan deben hacer, subir el cerro del Tepozteco, la cual tiene en su cima una pirámide que construyeron los Xochimilcas que habitaron la región entre 1150 y 1350, en honor de Ometochtli-Tepoztécatl, dios del pulque (bebida producto de la fermentación del aguamiel de maguey) asociado a la fertilidad, la cosecha y el viento. La importancia de este templo era tal que incluso llegaba a recibir peregrinos desde Chiapas y Guatemala. Desde las alturas se tiene una increíble vista del pueblo que invita a la reflexión profunda. Por supuesto que todo esto nos los explico un oriundo del lugar, Karen no paraba de tomar fotos, ya que tenía un talento nato para ello, cargo con su cámara Canon para todos lados sin perder oportunidad de captar cada instante. Como buena turista extranjera se maravillaba con todo lo espectacular, que tiene nuestro México, la vista que se tiene de la pirámide es maravillosa, es visible todo el pueblo de Tepoztlan y los cerros a su alrededor, existen historias como que ahí se pueden fácilmente visualizar ovnis, para ser sinceras no vimos ninguno.

El ascenso es muy cansado por lo que al bajar nuestras piernas nos temblaban, haciendo que en una ocasión Karla cayera y Karen por poco resbalara. Cuando al fin bajamos lo único que queríamos era un buen masaje en nuestros pies o al menos sentarnos, por lo que nos metimos en un negocio donde vendían unas ricas micheladas, y sin dudarlo pedimos cada quien un litro de aquella deliciosa bebida preparada con cerveza, limón, salsa inglesa, salsa picante y limón, era tanta nuestra sed que pedimos una segunda ronda. Después de eso nos fuimos a comer a un restaurante de comida típica mexicana del lugar llamado “Los Colorines”, sus paredes eran rosa mexicano, decoradas con jarros de barros y cazuelas, sus mesas de madera y las sillas con un tejillo de una especie de hilos secos, Karen no pudo evitar pedir mole poblano, el cual le ocasiono que sus labios se pusieran muy rojos, en lo personal no estaba picante pero ya sabemos que a todo extranjero todo le pica. Yo pedí una arrachera con guacamole, Emi y Karla compartieron una parrillada, y nuestras respectivas cervezas y al finalizar no pudo faltar el tradicional café de olla y un exquisito arroz con leche.

Nos fuimos al hotel a una buena sesión de Spa para relajarnos, ese día caímos rendidas, el sol había hecho su efecto y se podía notar bastante en nuestro bronceado natural que habíamos adquirido, Emi y Karla decidieron salir a un bar donde habría rock en vivo, nosotras preferimos quedarnos a ver TV y descansar, y si lo hicimos por si estaban pensando mal.

El domingo se había un mercado de artesanías, fuimos a comprar algunos souvenirs, Karen escogió varios detalles para su hermana, y para sus padres, compramos algunas cosas para Maggy, Roberto y Joseph, decidimos comer en el hotel en el cual habían preparado un buffet especial por navidad, terminando fue hora de regresar a casa.

Karen estaba tan cansada que de regreso si manejo Emi, y nosotros nos dormimos durante todo el camino, el frio de la época empezaba a aparecer, ese día entraba el invierno, faltaban solo unos días para navidad.

Regresando a casa estaban mis padres, platicamos del viaje, Karen les mostro las fotografías que había tomado, claro ocultando algunas que mis papás no podían ver por obvias razones.

Mama: Fer, mañana quiero que me acompañen a comprar algunos regalos, la nochebuena está a la vuelta y las prisas ya me agarraron.

Fer: Claro ma, mañana nos vamos día de Shopping Time – Voltee a ver a Karen, la cual le emocionaba la idea –

Estuvimos un rato platicando con ellos y decidimos irnos al cuarto de entretenimiento un rato, a ver películas, preparamos palomitas y tomamos dos cervezas del refrigerador.

Fer: Gracias, por estos días tan hermosos a tu lado.  – me gire en el sillón hacia la izquierda volteándola a ver y tocando su pelo negro -

Karen: En verdad la he pasado increíble, gracias a ti..

Fer: ¿No te parece un sueño todo esto?

Karen: Claro, y más alejadas de tus padres – Muy seria –

Fer: Si lo se, es difícil pero podremos manejar esto, yo lo se.

Karen: Lo intentamos, te extrañare esta noche.

Fer: Yo a ti amor.

Karen: ¿Y si te escapas en la noche a mi habitación?

Fer: No me gustaría arriesgarme, mejor así.

Karen: ¿Por qué eres tan miedosa?  - Fastidiada -

Fer: No es eso,  cuido lo que tenemos

Karen: Ok, no te rogare  - Volteandose y perdiendo la mira en la pantalla.

Fer: Hey, calma.

Karen: No te estoy pidiendo atravieses el amazonas por mí, solo te pido esta noche te escapes de tu habitación ¿no puedes o no quieres hacer algo tan simple? – Molesta, no me gustaba que se pusiera así, asi que accedi, y esa noche una vez que todos se acostaron, me fui a su habitación y dormi con ella.

A la mañana siguiente mi mamá se levantó muy temprano, por lo que fue a mi habitación a buscarme y no me encontró, alguien todo en la habitación, la cual Karen se aseguró de cerrar con llave.

Karen; ¿Quién?

Mamá: Soy yo Karen, busco a Fer, la has visto.

Karen me volteo a ver con una cara de preocupación y preguntándome que decía. Le hice señas que no dijera que estaba ahí.

Karen: No la he visto, de hecho voy despertando.

Mamá: Karen, me abres la puerta por favor.

Karen : Si claro ya voy.

Corrí al closet, literal a encerrarme y no salir de ahí, escuche como mamá entraba y le preguntaba nuevamente a Karen por mí, sus preguntas me parecían de los más tontas, si perdón pero asi era, y Karen se escuchaba muy convincente y súper relajada, ese día fue mi héroe, le dije que quizás me había ido a correr o algo, que me buscara en el jardín, incluso se ofreció a llamarme al celular, lo cual simulo porque empezó a fingir una conversación.

Karen: Ve, dice que se fue a caminar, que ya viene para acá.

Mamá se fue, la conocí y no se escuchaba convencida, pero era mamá, sabía que de una u otra manera ella no me diría nada, si papá no se enteraba claro.

Salí del closet (no literal)  y cuidadosamente me fui a mi cuarto, me puse ropa deportiva y sin ser vista baje a la cocina donde mamá estaba, fingí venir de la calle, aunque siendo sinceros se veía que acababa de despertar, mamá me vio sospechosamente pero no me dijo nada, siguió preparando el desayuno. La mañana fue tranquila, nos fuimos al centro comercial llamado San Fe de la ciudad de México, donde venden las marcas más exclusivas e iniciamos nuestra travesía, mamá compro bastantes cosas. Karen compro su vestido para nochebuena, se lo probo y al verlo casi me da un infarto, estaba realmente bella, hasta la chica de la tienda se la pasaba halagando lo bien que le lucia el vestido, era color rojo con detalles plata y claro su escote no podía faltar.

Ese día de regreso a casa, invite a mamá y a Karen a tomar un café, era maravilloso tener conmigo a mis dos grandes mujeres.

Mamá: Karen, de verdad espero te la estés pasando bien.

Karen: Magnifico señora, todo súper bien, me han hecho sentir como en casa – Debo admitir Karen tenía la facilidad de quedar bien cuando se lo proponía.

Mamá: ¿Y cuanto tiempo tienen de conocerse?

Fer: En la uni mamá.

Mamá: Ya sé que se conocen de la universidad, mi pregunta fue ¿Cuánto tiempo tienen de conocerse? – Definitivamente mamá quería llegar a algo más.

Karen: Algunos meses señora. Quizás desde mediados de año no recuerdo ¿Tu Fer? – con su voz tranquila y relajada –

Fer: Si creo que fue en Julio o Agosto – Tratando de imitar la tranquilidad de Karen, pero de manera fallida –

Mamá: ¿Cómo se conocieron? – con mucha seriedad –

Fer: bueno es que yo la vi y … - Me interrumpe Karen, quien se había dado cuenta de mi nerviosismo –

Karen: En la fiesta del inicio de verano, mi grupo organizo e hicimos una invitación a todos los grupos, y casualmente me toco entregar la invitación a Fer y a una de sus amigas, y asi fue como nos conocimos.

Mamá: Pero ¿Cómo se hicieron amigas? – Su interrogatorio era cada vez mas intenso -

Karen: Después de la fiesta nos encontrábamos en la universidad y nos saludábamos, en un par de ocasiones almorzamos juntas y asi fue.

Mamá: Ya veo, pero si no tienen clases juntas, sus carreras son distintas, no entiendo como pueden verse.

Fer: Mamá, no hace falta ir juntas, nos vemos para almorzar o al salir, además es poco.

Mamá: Me sorprende mucho Karen, como tus padres permitieron pasar estas fechas tan especiales fuera de casa,

Karen: Ellos son muy modernos, la verdad sabía que eran mis vacaciones, y que venía con buenas personas, ya sabe.

Mamá: Entiendo muchachita, entiendo – Esa frase me puso a pensar, acaso mi madre empezaba a sospechar algo, no volveríamos a dormir juntas o eso se iría por la borda y no quiero pensar que pasaría si mis padres se enteraran –

Nos fuimos a casa donde cenamos con mis papás, Emi no se había aparecido por todo eso, así que la noche transcurrió de manera normal, sin grandes novedades, ni por equivocación me pare en la habitación de Karen ni ella en la mía, después del interrogatorio de mi señora madre lo mejor era mantener cierta distancia, lo cual a Karen no le agradaba pero se tuvo que aguantar. El siguiente día preferimos no salir de casa, nos la pasamos descansando, ayudando a mamá a concluir la decoración de casa, noche buena seria al día siguiente y aún faltaban mil cosas por hacer. A mamá siempre le había gustado preparar personalmente la cena navideña y esa vez no fue la excepción, nos pidió a Karen y a mí ir a comprar algunos ingredientes que aún le faltaban para la cena y algunas bebidas.


Llego la nochebuena, la primera que pasaría junto a Karen, y lo mejor en familia, en definitiva ese viaje marcaba el inicio de una historia llena de sorpresas, antes habíamos compartido ya el día de acción de gracias en su casa y esta vez sería noche buena con la mía.

En casa siempre éramos los anfitriones de toda la familia, tanto materna como paterna, llegaron los hermanos de papá, los primeros en llegar fue mi tío Daniel (hermano de papá) con su esposa Eunice, tenían dos hijos, Jose de 22 y Miguel de 13, Jose estaba estudiando en España y al igual que yo estaba de vacaciones. Después llego mi tía Marcela (hermana de mamá) con su esposo Eduardo, con sus tres hijos, los cuales a su vez llevaban a sus parejas y 3 niños, Marcela era la mayor de las hermanas de mamá. Llego también mi tío Mauricio hermano de papá, el más joven de la familia, tenía 35 años, y tenía una editorial la cual había iniciado hacía un par de años pero ya estaba teniendo buen éxito, el soltero codiciado, aunque yo sospechaba que era gay, ya saben mi gaydar a todo lo que daba. Un poco más tarde llego mi abuelita materna la gran Güichita, toda una personalidad, la verdad mi abuela era la onda, con ella solía ponerme a tomar Champagnat,, así que estaba segura ese día lo haríamos, llego acompañada por mi Tía Agustina y uno de sus hijos Fernando de 25, ella estaba divorciada hacía ya como 10 años y nunca se volvió a casar,

Solo faltaban mis abuelos paternos y dos de los hermanos de papá, los cuales siempre llegaban tarde, al igual que la tía Gloria hermana de mamá y aquella que siempre me preguntaba por mis novios.

La velada transcurría en completa calma, tomábamos vino blanco y de un entremés que consistía en jamón serrano con membrillo, aproveche para presentar a Karen a los que no la conocían, entre ellos a mi primo José, quien no oculto su interés por Karen, y vi claramente como a ella no le era indiferente, aquello no me agrado nada, pero quizás solo había sido mi imaginación.

Llego la hora de la cena, de entrada se sirvió Crepes de Salmón Ahumado, Sopa de Mariscos, y el plato fuerte con opción a elegir la de su preferencia, Bacalao a la Vizcaína, Pavo al horno, Romeritos, mamá había preparado una ensalada con queso de cabra, y una de manzana, la cual era típica comer en navidad.

Todos platicaban lo que habían hecho durante el año, gran tiempo se la pasaron hablando de los negocios familiares, la familia de papá y mamá siempre se habían llevado muy bien, así que la conversación fluía, veía como Karen escuchaba con atención, papá saco la Champagnat con la cual haríamos el brindis navideño, papá dio las gracias por estar una vez más reunidos, brindamos y la velada siguió, entre Champagnat, vino blanco y whisky, con Karen sacamos algunos dulces que habíamos comprado para los mas pequeños y se los entregamos, hicimos nuestro tradicional intercambio de regalos, donde Karen por supuesto estuvo incluida, mamá personalmente le entrego su regalo la cual era una bolsa Louis Vuitton hermosa, me daba muchísimo gusto que mamá se hubiera tomado ese detalle, Karen estaba feliz, ella también entrego algunos presentes, y le regalo a Emilio una corbata muy padre, la integración aun en el rol que fuera fue buena.

Yo le había comprado a Karen una pulsera, pero no quise dársela delante de todos, quería que el momento fuera más especial, así que decidí esperar el momento ideal de la noche para hacerlo.

Me fui a platicar un rato con mis abuelos paternos, el abuelo Jose siempre había sido muy estricto, y creo que papá le había heredado a él su carácter,  la abuela Fernanda, si yo tenía el nombre de mi abuela, ella era muy tierna, pero no le gustaban las bromas, asi que todo lo que habláramos con ella tenía que ser con seriedad.

Abuelo: ¿Y cómo vas en la escuela hija?

Fer: Muy bien abuelo,

Abuelo: ¿cómo afrontastaste el cambio?,alla es otro nivel, muy diferente al de aquí. ¿Extrañas México?

Fer: Si es diferente, pero me adapte rápido, hay cosas que si son complicadas, el estilo de vida allá es distinto, creo que aquí en México somos más libres.

Abuelo: Si ya lo creo, pero bueno si necesitabas algo así, aquí ya te estabas volviendo muy rebelde y como se lo dije a tu padre, tenías que cambiar de ambiente o ahorita quien sabe que sería de ti.

Me quede pensando en las palabras del abuelo, había sido su idea de que me enviaran fuera de México, desconocía cuanto sabia de lo sucedido, pero no quería saberlo, no ese día. Empecé a buscar a Karen con la mirada y no la vi.  Seguí platicando un rato más con mis abuelos, pero me empecé a inquietar, el no tener a Karen a la vista no me agradaba, me ponía ansiosa.

Fer: Me permiten unos minutos por favor – educadamente a mis abuelos, sin verme grosera –

Me fui a buscar a Karen, y no la veía, no podía preguntar por ell, mi cautela tenía que ser mayor que mi ansiedad.

Toñito: ¿A quién buscas Fer? – Con la inocencia que caracteriza a los niños –

Fer: A mi amiga Karen precioso –

Toñito : Vi que se fue para allá – Señalando hacia el jardín -

Salí al jardín, hacia bastante frio, toque mis brazos con mis manos y empecé a caminar, escuche unas voces, y me aproxime a ellas, y ahí estaba Karen…con mi primo José, platicando amenamente sentados en la barda de la jardinera, con una copa de vino cada quien, Karen fumaba, se notaba que José la tenía bastante entretenida, ya que ella se reía de lo que él le decía. Karen estaba de espaldas y no me vio cuando me aproxime, el que me vio fue José.

Jose: Fer, ¿Qué haces aquí?

Vi como Karen enderezo su cuerpo y volteo rápidamente.

Karen: Fer… - Sus ojos temblaban, era obvio que se puso nerviosa –

Fer: Te he estado buscando, y al no verte vine hacia acá.

Jose: ¡Super! Quieres más vino, mientras me ofrecía de una botella que tenía a lado. –

Fer: No gracias.

José: ¡Ay primita! Anda, tomate una copa con nosotros y brindemos.

Karen se mantuvo callada.

Fer: Brindar ¿Por qué?

José: Por el gusto de estar, por el gusto de haber conocido a Karen, por ti prima, por traerla – Estaba ebrio y no me gustaba nada su actitud de galancito –

Fer: Karen, vamos adentro por favor.

José: ¿Qué?, haber prima, Karen esta agusto aquí conmigo, ¿Por qué te la quieres llevar?

Fer: ¡Karen! – Ignorándolo completamente

Karen: ¿Qué pasa, porque quieres que vayamos adentro?, quédate aquí con nosotros.

Jose: Ya la escuchaste, ella no quiere ir contigo, ¿Qué no te das cuenta que se quiere quedar conmigo?- Mientras la abrazaba rodeando su cintura con un brazo, sentí que me hervia la sangre, aquello que sentía era muy parecido a la sensación que tuve al verla besándose en la universidad, si sentía celos –

Fer: Vamos adentro – Tomando a Karen de la mano y acercándola a mi , José la jalo hacia el –

José: Entiende que no va a ir, ¿Por qué tendría que ir contigo? - M paciencia estaba terminándose y aquello no me llevaría a ningún lado, decidí por última vez convencer a Karen –

Fer: Karen, ven un momento por favor, si después quieres quedarte, adelante –

Karen se separó de José, y se acercó a mí, y caminamos bastante lejos de José -

Karen: ¿Se puede saber qué diablos te pasa? – Molesta, su voz era golpeada aunque evitando gritar –

Fer: Que te pasa a ti, que haces aquí afuera con él, ¿Qué pretendes?

Karen: Haber le bajas dos rayitas a tus estúpidos celos – Subiendo un poco el tono de su voz –

Fer: Estúpidos Celos, ¿tú que pensarías si yo me alejo de todos, me voy al jardín con una botella de vino a platicar con un idiota?

Karen: Ese idiota es tu primo, y además es muy agradable, allá adentro esta aburridísimo ¿Qué querías que hiciera?

Fer: ¡Bah!  Ahora resulta que estas aburrida, y por eso te sales y te vienes sola con el, todo porque es agradable.

Karen: Yo puedo hacer lo que quiera, y tú no tienes derecho a reclamarme.

Fer: ¡Tengo todo el derecho, soy tu novia!

Karen: ¿Ahora si eres mi novia? Bien, vamos adentro y quiero que eso se lo digas a tus padres y a todos – Me tomo del brazo y me jalo hacia dentro, mi cuerpo se quedó paralizado, sentí como si me hubiese caído un tempano de hielo encima –

Fer: ¡Karen por favor no, cálmate! – Mi voz era de súplica y el miedo me empezó a invadir, Karen se veía decidida a decir la verdad y yo, yo no podía hacerlo, no en ese momento –

Karen: ¡No Fer, quieres las cosas así!, así van a ser, vamos adentro ahora. – Seguía jalándome hacia adentro, notamos como Jose nos observaba a los lejos –

Jose: Parecen novia, ¿Por qué discuten tanto? Fer, ¿Cuál es tu problema?,  solo estamos platicando con Karen, no te negare que me gusta pero no es para que te pongas así, parece que estas celosa.

No pude más con eso, y decidí irme de ahí, si me quedaba José descubriría lo que pasaba, no podía permitir eso, conocía su manera de ser y seguramente armaría todo un escándalo, por su parte Karen estaba molesta y eso solo provocaría que cometiera una tontería, por otro lado los celos me invadían, era obvio que a José le había gustado Karen y no perdería la oportunidad de estar cerca de ella y lo peor era que a Karen no le era indiferente, eso ya lo había notada desde que los presente.  Mi cabeza daba vueltas, entre el efecto de las copas de vino y lo que estaba pasando, me sentía muy mareada y la vista se me nublo, no me di cuenta en que momento me desmaye, cuando desperté estaba en mi habitación, mi mamá estaba a mi lado y Emilio sentado en una silla.

Fer: ¿Qué paso?

Mamá: Te desmayaste, afortunadamente estaba José y Karen y ellos te auxiliaron. Me preocupas Fer, nunca te había pasado esto, ¿estas tomada? ¿te has sentido mal?

Fer: No mamá, no tome mucho vino.

Mamá: Mañaba mismo iremos al medico, necesitamos que te revisen.

Fer: No mamá, no pasa nada, estoy bien, quizás fue el frio no se, la comida.

Emilio: Trata de descansar hermanita, ya mañana vemos – mientras me guiñaba el ojo –

Mamá me dio un beso en la frente y se dispuso a salir.

Fer: Emi, quédate unos minutos.

Mamá: Bueno me voy a bajar se quedaron todos muy preocupados, descansa mi amor – mientras salía de la habitación y cerraba la puerta -

Fer: ¿Dónde esta Karen?

Emilio: ¿Qué paso alla afuera Fer? – Preocupado, mientras me tomaba de la mano.

Fer: Discutimos con Karen, no se que paso y me desmaye.

Emilio : Oh entiendo, ¿Por qué discutieron?

Fer: Estaba con Jose…

Emilio: No me digas que los viste en alguna situación comprometedora, conociendo a Jose.

Fer: No, solo estaban platicando pero las cosas se salieron de control, los celos me cegaron y no supe que hacer.

Emilio: Tranquila, yo hablare con José, seguramente a estas alturas debe estar haciendo conjeturas y no me gustaría que empezaran hablar sin saber, ahora busco a Karen y le diré que suba, estaba aquí pero papá se la llevo. – Me dio un abrazo y se fue –

Pasaron algunos minutos, me dolía la cabeza y el brazo izquierdo, cuando vi, tenía un raspón en mi codo derecho, seguramente había sido al caer, me dolía la espalda. Por mi mente pasaban muchas cosas, ¿Qué pensaría mi familia? Mi padre que me diría, no sé. Me toque la cara con mis dos manos, eso no era parte del plan y me sentía realmente mal. Alguien abrió la puerta.

Karen: ¿Cómo te sientes? – Muy seria –

Fer: ¿Cómo crees que me siento?

Karen: Lo que paso no debio pasar –

Fer: Pero paso – sin verla a los ojos -

Karen: Te pusiste en muy mal plan.

Fer: Estaba celosa ¿Ok? No tenías por qué estar ahí sola con él, no conoces a José, se cree el clásico niño que puede conquistar a cuanta mujer se le ponga enfrente y no es más que un mocoso jugando a ser adulto.

Karen : No me gustan que me digan que hacer, nunca nadie me ha mandado, no me gusta que tomes esa actitud, yo sabía lo que hacía y yo decido con quien estar y con quién no. ¿Queda claro? Somos adultas y sabemos lo que hacemos. No quieres decirles a tus padres quien soy, entonces asi serán las cosas, yo estaba dispuesta a afrontar lo que viniera, pero tu no, tu eres una cobarde que no tienes el valor de defender lo que eres, tienes miedo, y asi no se puede. – Sonaba molesta, firme -

Sus palabras me herían, me dolía mucho que me dijera eso, cada palabra se clavaba en mí, empezaba a entender que sería difícil una relación con ella, mi concepto de amor era muy diferente al que ella tenía, para mi el tener una relación era respetar a quien tienes a tu lado, pero tampoco tenia el valor para decirle a mis padres que tenia una relación con ella, asi que eso me dejaba sin armas.

Fer: Discúlpame, disculpa mi actitud, sé que no debí actuar así.

Karen: Ese es tu problema, que crees que pidiendo perdón las cosas se solucionan, no soy de tu propiedad Fernanda, y aunque si te quiero mucho y los últimos días han sido muy buenos, eso no quiere decir que me vendrás a decir lo que haga o lo que no, si yo quiero salir saldré, y eso no significa que te esté traicionando, pero yo así soy, y si quieres una relación conmigo tendrás que aceptarme tal cual soy.

Fer: Entonces tú también acéptame como soy una cobarde, alguien que no tiene el valor de decirles a sus padres la verdad. – De mis ojos empezaron a rodar lágrimas que no pude contener más, mi voz se entrecortaba –

En la habitación rondo un silencio absoluto, vi como sus ojos se humedecían y luchaba para no llorar, pero fue imposible, las lágrimas hicieron su aparición, mientras me tomaba de la mano.

Karen: Quiero hacerlo, pero no sé cómo, me es difícil esto, mi situación es distinta a la tuya, en efecto nunca he tenido una relación con una mujer y mis padres no lo saben, pero se que ellos me apoyaran, porque como sea siempre han respetado mis decisiones, mi manera de ser, mi independencia, quiero estar contigo pero me es complicado, cuando estamos solas, todo es tan diferente, somos solo tú y yo, sin rendir cuentas a nadie.

Fer: Intentémoslo, soy yo la que ahora te pide que lo hagamos, no te volveré a decir nada, te lo juro, yo te amo, estoy completamente enamorada de ti, entiéndeme, el verte con alguien más hace que me hierva la sangre, no me gusta verte con nadie más. Por favor no hagamos esto difícil.

Sentía que si Karen se iba de mi lado, no podría con ello, se había convertido en mi todo, en la persona que me hacía feliz, si estaba bien con ella, estaba bien con todos, estaba ahí a mi lado y por lo que fuera estaba a punto de perderla, ella era una persona que no le gustaba ser dependiente, que no le gustaba le dijeran que hacer, a pesar de no saber lo que pasaría en un futuro ella no tenía miedo, ella era valiente y yo no, sabía que era sincera al decirme que me quería mucho, pero yo, yo la amaba y tenía razón, cuando estábamos solo nosotras todo era distinto, era tan perfecto, en cada entrega, en cada momento de pasión, éramos tan compatibles, ahí no importaba nada ni nadie, y el tiempo simplemente se detenía. Mi amor por ella se volvía cada día más fuerte, no me importaba como fuera, lo único que importaba era amarla, y llegar a hacer que ella me amara tanto como yo a ella, amarla ciegamente.

C O N T I N U A R A …