Cegada de amor - Capitulo 6
Este capítulo, lo dedicare a Karen, a su familia, a conocer un poco mas de ella y en algunos detalles que harán que entendamos el porqué de su comportamiento, un capitulo clave en toda esta historia.
Capitulo 6
Muchas gracias a las personas que me han escrito a tráves de mi correo, de verdad me da gusto saber que hay personas a las que les agrada mi relato.
Espero sus comentarios, sugerencias, criticas, todo es bien recibido.
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Fernanda y Karen iniciaban una relación “extraña” Entre ellas había interés e indiferencia a la vez, Karen se comportaba dura con ella, pero sus actos indicaban que le gustaba estar a lado de Fernanda, habían tenido una noche llena de pasión, la cual dejaba más confundidas a ambas, mientras que Fernanda veía todo aquello como un sueño realizado, dentro de Karen solo había negación, pero les esperaban sorpresas en este viaje…
Después de 7 horas de viaje, por fin llegamos a San Francisco CA. Era impresionante, una ciudad donde su bahía era extraordinaria, bien sabía que era una ciudad muy importante de los EU, pero el estar en ella era comprobar lo que me habían contado sobre ella, además que Karen no paraba de decirme lo maravillosa que era su ciudad, y todo lo que en ella nos esperaba, se notaba que conocía mucho ya que me hablaba de sus islas una de ellas Alcatraz, donde se encontraba una de las prisiones más famosas del mundo y que hoy era un parque nacional, que se encontraba dentro de nuestro tour, el auto de Karen atravesó un gran puente del cual pude visualizar uno de los mayores íconos de la ciudad el puente Golden Gate. Empezó a caer un poco de llovizna y Karen tuvo que encender el aire del auto ya que empecé a sentir un poco de frio y cruce mis brazos.
Karen: Este clima es normal, espero hayas traído un buen abrigo.
Fer: Traje dos suéteres, creo que sufriré un poco jajaja.
Karen: No te preocupes, yo te presto, tengo muchos acá. – Son su particular sonrisa -
Empezamos a subir una de las empinadas pendientes de San Francisco, característica particular de la ciudad, a nuestro lado iba un tranvía turístico.
Fer: Que bonito tranvía, me siento en Londres, a no ser por esta pendiente jajaja.
Karen: Ya nos subiremos en el. Ahora hay que llegar a casa que seguramente mi papá ya debe estar desesperado y con hambre.
Siguió conduciendo, San Francisco simplemente me tenía fascinada, su arquitectura es hermosa, sus casas parecen de ensueño.
Karen: Estas entrando en una de los lugares más lindos de la ciudad. – Sonreía increíblemente, se notaba que disfrutaba el llegar a su ciudad natal – Esto es Pacific Heights , bienvenida.
Fer: Esta increíble, que lindas casas. – Imaginaba un poco lo más parecido en México que era la Herradura, Lomas Altas, Lomas de Chapultepec, pero ninguno con esa arquitectura.
Por fin se estaciono frente a una casa bastante grande color crema, de al menos 3 niveles, por fuera se veía una discreta barda, con 4 portones color blanco, y entre cada uno, habían arboles, eran 5 pinos medianos muy verdes, a lado había una reja la cual permitía ver un largo pasillo, nos quedamos un momento ahí. Mientras que Karen tomaba su celular y marcaba.
Karen: Hi, Papá, ya llegamos, estamos afuera….Si si claro, ¿en el 2º? Perfecto papá, chao, te amo. – Su cara era total felicidad, me guiño un ojo –
Echo el auto en reversa cuando una de las puertas del portón se empezó a abrir, y ella se dispuso a meterse en el garage.
Karen: Hemos llegado preciosa, en un momento conocerás a mi padre, estoy segura que se llevaran muy bien.
Fer: Perfecto. – No les negare que estaba nerviosa, conocería al papá de la mujer de mi vida –
En eso entro un hombre alto, moreno claro, pelo negro y ondulado. Muy joven a mi parecer, bastante bien parecido.
Papá Karen: Ohhh mi vida pero que gusto tenerte en casa – Mientras la cargaba entre sus brazos y le daba un beso en sus labios, para mí era un poco sorprenderte ya que mi papá me adoraba pero nunca habíamos tenido ese tipo de expresiones –
Karen: Te presento a Fer, bueno Fernanda. – Mientras me señalaba, formando en su cara una grata sonrisa –
Fer: Mucho gusto señor, mi nombre es Fernanda Santamarina, para servirle.
Papá de Karen: Llámame Jon, se nota que eres una señorita muy educada Fer. Un gusto conocerte.
Fer: Gracias Jon.
En eso entro una chica delgada, pelo lacio negro con las puntas rojas, traía un percing en su nariz, y uno más en la ceja, venia vestida algo particular, pantalón negro, blusa negra y unas botas enormes.
Karen: ¿Caroline? ¿Qué te has hecho? – Sorprendida y enojada a la vez
Caroline: Solo soy yo hermanita, vamos quita esa cara – Sonaba y se veía tan despreocupada –
Karen: Pero papá, ¿Por qué permites eso? – Enojada dirigiéndose a su papá – Yo, estaba sorprendida tal parecía que le molestaba mas a Karen que a su papá.
Jon: Ven cariño vamos adentro, relájate al rato se le pasa – Tomando a Karen de la cintura y dirigiéndose hacia la puerta – Fer vamos, Caroline se cortes por favor.
Caroline : No se porque piensan que si me visto de esta manera, seré una persona grosera. Hola mi nombre es Caroline, tu debes ser Fernanda – Dándome un beso en la mejilla y tomándome por sorpresa me dio un fuerte abrazo. – Ya me hablo Karen de ti – Ohhh le había hablado de mi, ¿Qué le diría?
Fer: ¿Asi? ¿Qué te ha dicho si puedo saber? – La duda me invadía –
Caroline: No mucho, que traía a una amiga con ella a pasar acción de gracias a casa, déjame decirte que en su vida había traído a alguien a casa, asi que siéntete importante.
Fer: Ya veo, si claro. Gracias. – Aquello que me había dicho si que me ha sorprendido, eso de que nunca había llevado a nadie a casa –
Salimos del garage, mientras Jon iba delante con Karen platicando y apapachándola, yo iba a lado de Caroline con quien no hable mucho, salimos al pasillo principal el cual era muy grande, nos condujo a un jardín muy lindo, el cual tenía bancas de herrería en color verde, y ahí estaba la casa, la cual era hermosa realmente, para llegar a la entrada principal subimos por unas escaleras, era una puerta grande color blanca, en la cual había una enredadera a su alrededor, entramos y lo primero que encontramos era una estancia decorada con muy buen gusto, había una alfombra color rojo, algunas mesitas sobre ellas jarrones con detalles finos, tenía un olor a madera el cual era muy sensible a mi olfato, para subir había una escalera semicircular de madera la cual combinaba perfectamente con el piso.
Fer: Es muy bella su casa Jon. –
Karen: Asi como yo jajajaja – Con una carcajada tan espontanea, así me encantaba –
Jon: Hablame de tu por favor, no me gustan mucho las formalidades Fer. Gracias por apreciar nuestra casa, que también es tuya.
Fer: Si, esta bien, gracias –
Karen: Papá vamos a subir a dejar las cosas, ¿prepararon la recamara para Fer verdad?
Jon: Claro hija, será la que está a lado de la tuya.
Karen: Perfecto, vamos preciosa, que ya casi es la hora de la cena.
Jon: Si, solo esperamos a tu madre.
Karen: ¿No ha llegado verdad? Lo supuse, - Dando un gran suspiro y pude notar como su cara cambiaba de la alegría a la tristeza –
Fer: ¿Y tu mamá de donde viene?
Karen: Esta vez, no lo se. – Diciéndolo con cierto enfado – Ven, mira esta será tu recamara, espero te sientas cómoda, cualquier cosa que necesites yo estaré a lado –
Fer: Si gracias. – Entre a la recamara la cual al igual que toda la casa era muy linda, una cama enorme, todo correctamente ordenado y limpio, me llamo mucho la atención un cuadro que estaba ahí, eran dos niñas pequeñas y si era Jon, supuse que era Karen y Caroline, ¿pero su mamá donde estaba?
Me dispuse a cambiarme de ropa, para prepararme para la cena, la cual era algo muy especial, y mucho mas especial porque estaba en su casa, nunca imagine que podría estar ahí con ella, con su familia, compartiendo algo como eso, una celebración de ese tipo.
Habían pasado muchas cosas, había olvidado marcar a mi casa, vi mi celular y tenía como 4 llamadas perdidas de Emi, y dos más de papá, Oh dije creo que estoy en problemas, le marque a papá, tenía que decirle que estaba bien.
Fer: ¿Papá?...
Papá: Fernanda, donde te has metido, te he estado marcando, y simplemente no contestas, estamos preocupados, pensé que a Maggy y a ti les había pasado algo.
Fer: Perdón papá, se nos fue el tiempo, pero todo bien, ya estamos en su casa – Estaba mintiéndole a papá pero si le decía dónde estaba seguramente se enojaría, no conocía a Karen y con la experiencia que traía sabía que papá podría pensar otra cosa, asi que decidí seguir el plan original -
Papá: Esta bien Fer, solo cuídate mucho por favor, pásenla bien, saludos a los papás de Maggy y por favor márcame mañana para saber que estas bien.
Fer: Si claro, no te preocupes. Te quiero. – Colgué con una sensación que había mentido pero no tenia opción –
Estaba guardando el celular cuando entro Karen a mi habitación.
Karen: Que guapa estas, esa ropa te va bastante bien. – Se acercó tocando mis manos y sentí un escalofrió –
Fer: Tu estas mucho mas guapa, - Intente tocar su mejilla pero ella se hizo de lado –
Karen: Por favor no hagas eso aquí, no me gustaría que alguien nos viera, vámonos que la cena ya está lista – Sonriendo tímidamente.
Tenía que entenderla, lo mismo pasaba en mi caso, y en mi casa creo que el hecho de llegar con ella posiblemente no sería tan bien recibida como me había recibido Jon. En fin ya había decidido que disfrutaría esos días a su lado.
Bajamos al comedor, estaba todo servido, olía delicioso, al centro de la mesa había un pavo enorme listo para ser degustado, había un tazón de puré de papas, Pie de Calabaza, y uno que otro plato que no identificaba que era, todo lo servía Jon con total alegría.
Jon: Chicas por favor tomen asiento, que hoy el anfitrión soy yo.
Sirvió todos los platos, vi como quedaba un plato vacio a lado de Jon, el cual supuse era de la mamá de Karen. Nos sentamos a la mesa.
Jon: Bien, me da mucho gusto tenerlas hoy aquí conmigo, Karen, hija, gracias por aceptar venir, se que no ha sido fácil, Caroline, mi niña sé que estas en etapa de transformación pero vienen muchos cambios y ten por seguro que estaré aquí para ti. Y Fer, es un gusto enorme recibirte en casa, cuando Karen aviso que venía con una amiga, no me imagine que venía con una muchachita tan bella como tú, un honor tenerte hoy en nuestro hogar.
Karen: Gracias papá, en verdad dude en venir pero la compañía de Fer me lo ha hecho todo más fácil. – Volteándome a ver y sonriendo –
Aquello parecía un sueño, Karen se comportaba tan linda conmigo, simplemente no lo creía. Después de la noche anterior en la cual había sido mia, y esa platica en el restaurant donde me decía que todo quedaría en el olvido y solo seriamos amigas, todo parecía tomar un mejor rumbo.
Fer: Gracias a Karen que me ha invitado, en México esto casi no lo celebramos y es la primera vez que lo hago. Jon, tienes una familia hermosa.
Estaba en eso cuando se escuchó un alboroto, alguien había entrado a la casa. Era una señora joven, rubia, llena de bolsas, se notaba que traía muchas cosas, y atrás de ella venia un hombre, con mas bolsas y una maleta.
Karen: ¡¡Mamá!! –Gritaba, mientras corría a abrazarla con mucha emoción –
Mamá de Karen: Cuidado hija, me vas a tirar, espera casi lo quiebras. Oh por Dios tu nunca cambiaras.
Me pareció tan extraña la actitud de su mamá, no sé cuánto tiempo tendría de no verla pero definitivamente no era una actitud de una madre hacia su hija, me quede en silencio observando la escena.
Karen: Disculpa, solo quería saludarte. – su rostro mostraba tristeza y se retiro –
Jon: Vaya, pensé que nunca llegarías, casi empezamos sin ti – sonriendo - David, que gusto verte, pasa siéntate. – mientras se dirigía al hombre que acompañaba a la mamá de Karen –
Mamá de Karen: Oh pero ya llegamos. Deja ponerme un poco cómoda y bajo- David por favor lleva todas las bolsas a mi recamara y si gustas puedes tomar tiempo libre, no saldremos hasta el domingo.
Y tu…¿Quién eres princesa? – dirigiéndose a mí un poco sorprendida -
Fer: buenas tardes señora, mi nombre es Fernanda, soy amiga de Karen de la universidad.
Mamá de Karen: Que belleza, Karen no me habías dicho que tenías una nueva amiga, y mucho menos que era tan linda. – Sonriendome –
Karen: ¿Cómo quieres que te cuenta si nunca esas?
Jon: Por favor Karen, hoy no- - Por primera vez veía a Jon hablando autoritariamente –
Karen: ¿Hoy no que papá? – un poco irritada -
Mamá de Karen: Karen por favor, está aquí tu amiga y no querrás hacer una de tus escenas.
Jon: Por favor les pido a ambas que por hoy no discutan. – Desesperado -
Yo estaba ahí en medio, sin saber que hacer o decir, sentía que estaba en una conversación completamente ajena a mi y me sentí muy incómoda. Todos guardaron silencio, la mamá de Karen se subió supongo que a su recamara, y nosotros nos quedamos en la mesa sin decir palabra alguna.
Karen: Papá, no es posible que siga pasando lo mismo.
Jon: Karen por favor, una vez más te lo pido, esto lo hemos hablado ya muchas veces y hoy es el día de gracias, no hay que porque echar a perder este momento, tu madre tiene razón, esta aquí Fer y seria muy mala imagen si se ponen a discutir.
Karen: Créeme que si ella no estuviera, esto fuera distinto – Me volteo a ver y toco mi pierna suavemente por abajo del mantel, no tenia palabras y solo le sonreí –
La mamá de Karen no tardo mucho, llego y se sentó en el lugar que estaba a lado de Jon, se veía muy guapa, Karen se parecía mucho a ella pero con el tono de piel y pelo de su papá.
Mamá de Karen: Una disculpa, Fer siento mucho lo que acabas de presenciar, podemos iniciar Jon.
Después de eso, la cena siguió su curso sin mucha interacción, lo más raro de todo eso fue que Caroline en ningún momento dijo algo, todo el tiempo estuvo callada, Jon contaba algunas anécdotas de cuando Karen era pequeña, a su mamá no le veía concentrada en la cena, tal parecía que estaba en otro mundo y Karen de vez en cuando la volteaba a ver con cierta nostalgia en sus ojos, conocía esa mirada y en ella había tristeza.
Fer: ¿Y cuál es su nombre? – Tratando de romper un poco el hielo –
Mamá de Karen: Oh si que grosera soy, me llamo Susan, y puedes decirme asi si gustas.
Fer: Mucho gusto – asentía con mi cabeza. – De pronto –
Karen: Bueno muchas gracias por la cena, Fer, ¿te parece si damos una vuelta por el jardín? te lo quiero mostrar, vamos. – Tal parecía que Karen no quería que hablara con su madre –
Salimos de la casa y nos fuimos al jardín, se escuchaba como había fiesta en las otras casas.
Fer: ¿Quieres hablar? – No podía verla triste –
Karen: ¿Te refieres a que hablemos de lo que pasó allá adentro? La verdad es algo que me duele y siempre es lo mismo. – Empezó a hablar sin más – Mi madre es una persona “muy ocupada” nunca ha tenido tiempo para nosotros, no recuerdo muchas cosas que haya hecho con ella, casi nunca esta, tal parece que nunca le ha importado lo que yo haga o deje de hacer. Mis recuerdos de infancia son nulos con ella.
Fer: ¿Siempre fue así?
Karen: Creo que no siempre, al menos eso dice papá. ¿Sabes? Yo quisiera importarle aunque sea un poquito, ella nunca me ha tomado en cuenta, ni para bien ni para mal. Quisiera que algún día se tomara la molestia de preguntar por mis cosas, de reprenderme por algo, pero no. Es mas no conoce la universidad a la que vamos.
Fer: Estoy segura que a pesar de todo ella te ama, es tu mamá, y las mamás siempre aman a sus hijos. Solo que puede ser una manera diferente de amar.
Karen: No lo sé, pero yo si quisiera tener más atención de ella, si dices que me ama, yo te digo lo que se ama se cuida, de tal manera que nunca se vaya de tu lado, lo que se ama no se abandona bajo ninguna circunstancia, y ella lo ha hecho ¿entonces me puedes decir si ella me ama? ¿Cómo confiar en ella cuando sus promesas jamás las ha cumplido?
Fer, siempre quise tener una mamá como todas mis amigas, aquella mamá que después de un mal día me abrazara y me dijera que todo estaría bien. Y nunca estaba, siempre era papá quien estaba pero sus consejos siempre tan poco acertados.
Fer: ¿Qué hacías ante ello?
Karen: Nada Fer, ¿Qué podría hacer yo? Para papá es su adoración, dice amarla, ¿tú crees que si la persona amada se comporta así, merece ser amaba? Para que crear ese vínculo de amor, si este no será respetado por alguna parte. Yo no creo en eso que llaman amor, si yo nunca lo he tenido de parte de la persona que yo creí amar y ella es mi madre.
Sus palabras llenas de dolor y decepción eran como que despertaban algo más en mí, que tenía que hacer todo por estar a su lado, me acerque lentamente, y la abrace tiernamente, ella se dejó abrazar y empezó a llorar. No tenía palabras que decirle, solo la mantuve abrazada por un largo rato, le limpie sus lágrimas con mi mano, y le acaricie su mejilla.
Fer: Tranquila mi amor, siempre estaré aquí para ti, cuentas conmigo para todo, es bueno llorar, así sacas ese sentimiento que traes dentro de ti y que te hace mal, quizás nunca lograras entender a tu mamá, ella tuvo y tiene motivos para ser así, pero tú no tienes culpa de nada.
Karen: Gracias por estar conmigo –
Me miraba fijamente, y le acaricie lentamente su mejilla, le di un tierno beso en su frente, y le susurre, - te amo Karen y siempre estaré contigo - mientras la abrazaba.
Llego Caroline corriendo y se paró en seco cuando vio la escena, rápidamente Karen se separó de mí y lo único que pude hacer fue soltarla, me quede estupefacta.
Karen: ¿Qué paso Caro? – Se limpió las lágrimas y contesto muy tranquilamente, aunque su mirada reflejaba nerviosismo.
Caro: Papá las esta buscando, dice que vengan con nosotros a recorrer la ciudad, ira mamá Karen.
Karen: Entonces no vamos, vayan ustedes.
Fer: Karen, por favor, vamos, me encantaría conocer la ciudad de noche. – Haciendole carita tierna -
Karen: No no vamos, mañana vamos tu y yo solamente – Fríamente.
Ahí estaba otra vez ese cambio de actitud, yo quería ir, pero ella no, estaba ahí por ella, no podía hacerle eso, no podía dejarla ahí sola.
Fer: Caro, dile a Jon que muchas gracias, pero que estamos un poco cansadas – Mirando a Caro, señalando discretamente a Karen y haciendo un ademan “de ni modo ella no quiere” –
Caro: Ok, eso le diré, nos vemos.
Karen: Dile que no queremos ir, a papá no le gustan las mentiras.
Fer: ¿Queremos? – volteándola a ver, de manera interrogante –
Karen: Entonces vete con ellos y déjame aquí. – Molesta –
Fer: Karen por favor, no es eso, me quedo contigo pero…
Karen: Dije que te vayas con ellos o Jon se enojará. - Más molesta y de cierta manera autoritaria –
Caro: Fer, yo que tu mejor iba, vamos anda, la pasaremos bomba, mis papás son muy divertidos.
No sabía si ir o no, pero la actitud de Karen me desconcertaba realmente, por un lado quería quedarme con ella, yo sé que ella así lo quería, pero por otro quería conocer la ciudad y más que eso no quería que su familia pensara que yo no quería ir con ellos, porque era lo que Karen deseaba transmitir. Tremendo embrollo tenia.
Fer: Karen, hey amor - le susurre mientras me acercaba a ella lentamente, me arrodille donde ella estaba sentada, le toque sus manos, ella quiso zafarse y no le deje – Por favor, deja de actuar así, no pasa nada, ire con ellos, pero no significa que no quiera estar contigo.
Karen: Se nota que quieres estar conmigo.
Fer: Por favor, no actúes así. – Me dolia que ella pensara eso –
Karen: Entonces, quédate conmigo.
No pude con ello, y decidí quedarme.
Fer: Caro, por favor discúlpame con tus papás, no iré. sorry de verdad lo siento mucho.
Caro: No puedo creer Karen que le hagas esto a Fer. – Se fue corriendo –
Me sente a su lado y estuvimos ahí un buen rato , sin hablar, el frio era mucho mas intenso, pero tal parecía que Karen no lo sentía.
Karen: ¿Me amas?
Fer: Si – apenas le susurre –
Karen: No debes amarme, solo te dañare.
Fer: Asumo el riesgo.
Karen: No soy buena amando. Siempre daño a las personas.
Fer: Deja intentarlo, tu no me dañas, si yo no lo permito.
Karen: No podre ofrecerte muchas cosas.
Fer: Con estar a mi lado es suficiente.
Karen: Disculpa por mi actitud de hace un momento, me gano el coraje. Pero te prometo que mañana iremos a dar ese paseo nocturno por la ciudad.
Fer: Creo que debes hablar con tsu papás, no me gustaría que tuvieras problemas con ellos, casi no los ves.
Karen: Yo veré que hago, ¿te parece? – vámonos a dormir, me siento muy cansada –
Nos metimos a la casa, la cual estaba sola, ya que se habían ido al recorrido, subimos las escaleras, llegamos a mi recamara.
Karen: Descansa Fer, mañana me gustaría invitarte a desayunar a un lugar que me encanta, venden unos waffles deliciosos y luego nos vamos a conocer un poco la ciudad. ¿te parece?
Fer: Me encantaría – La mire a los ojos y en ellos vi ternura –
Karen: Bueno ya me voy a dormir, si necesitas algo me avisas – Se quedo parada ahí, como esperando algo – mmm bueno, descansa – se acerco un poco y sentí como sus labios se posaron sobre los mios, eran tan suaves y dulces, fue un beso tierno, lleno de ternura - Bueno ahora si ya me voy – se alejo sonriendo.
Me metí a la recamara cerrando la puerta y feliz feliz de la vida, me avente a la cama boca arriba y solo podía decir “Gracias Dios” me sentía tan afortunada. Aquello era un sueño.
Debido a que la noche anterior nos habíamos desvelado, el viaje y todo lo que había pasado, mis ojos se cerraron en cuanto puse mi cabeza sobre la almohada.
Karen: Arriba flojita, arriba que llego la hora de irnos. – Gritaba Karen mientras se subia sobre mi –
Fer: Auch, ya voy…
Karen: Anda, levantate que el tiempo es oro.
Me levante, no me quedaba de otra.
Fer: Ok me bañare, ahorita salgo.
Karen: Perfecto, yo aquí espero. Tu sin pena he – Mientras me miraba con una mirada muy rara –
Fer: jajajaja, ¿que estas pensando he?
Karen: Nada nada, solo quiero mmmm – Se acerca y me da tremendo beso que hasta me dejo sin aliento – Me voy te espero abajo.
Me quede con sonrisa de tonta, no podía ocultar lo feliz que me hacia aquello. Me meti a bañar me arregle muy mona de acuerdo al lugar, me puse unos jeans azules, blusa, suéter de cuello de tortuga café, botas cafés. Baje y estaban Karen con su papá platicando, nos despedimos, salimos en su auto y empezamos nuestro recorrido, llegamos al lugar donde íbamos a desayunar, si que servían los mejore waffles, mientras desayunábamos bromeábamos, yo le daba de comer a Karen en la boca de vez en cuando y ella se dejaba consentir. Salimos del lugar y ese día me llevo a conocer el puente Golden Gate, pasamos sobre el, aquello era maravilloso, y mas por el hecho de estar con ella. Anduvimos recorriendo la ciudad, en verdad que el tiempo no nos alcanzaba, y cuando nos dimos cuenta ya iba a oscurecer, regresamos a casa de Karen.
Ahí estaban sus papás, llegamos y nos sentamos con ellos en la sala, Karen les estuvo donde habíamos ido, les contaba lo que hacia en la universidad, yo hable un poco de mi familia que vivian en México, porque me había venido a EU a estudiar (obviamente no les dije la verdad), entre Karen y su mamá las cosas se habían tranquilizado y al menos ya estaban platicando mejor, eso me daba mucho gusto porque podía ver reflejada la tranquilidad en la carita de mi niña. Y así pasaron las horas, eran casi las 12 de la noche y nos despedimos de sus papás par irnos a dormir, mañana sería otro día y había mas cosas por hacer, su papá de Karen nos había prometido llevarnos al estadio a un partido de los 49 de San Francisco.
Karen: Descansa preciosa, nos vemos mañana – Se quedo parada a lado de la puerta –
Fer: ¿quieres pasar?
Karen: Suena bien, pero mm me da miedo que mis papás me vean aquí.
Fer : ¿Miedo? Somos dos amigas – mientras le sonreía mordiéndome el labio inferior –
Karen: Ufff, no hagas eso por favor –
No dudo mas y se metió a la recamara, cerró la puerta por dentro y se abalanzo sobre mi , me empezó a besar desesperadamente, yo le correspondí sin dudarlo, nos despojamos de nuestra ropa rápidamente, y nos empezamos a amar con aquella pasión que lo habíamos hecho unas noches atrás, el deseo entre nosotras era evidente, la adrenalina de estar en su casa hacia que aquello fuera mas emocionante, Karen realmente sabía lo que hacía en la cama, y a mi no me importaba donde había aprendido todo aquello, solo sabía que yo estaba disfrutando de ello. Me tomaba de tal manera que yo no podía hacer nada que no fuera lo que ella deseaba, su manera de amar era tan intensa que aquello me encendía, despertaba a ese ser que tenía en mi dormido, me empezaba a ser adicta a sus besos, a sus caricias, a toda ella, y solo deseaba tenerla en mis brazos, amarla eternamente. Esa noche terminamos exhaustas, con un cansancio que apenas podía levantarme.
Fer: Eres fantástica – Mientras le acariciaba su mejilla –
Karen: tu despiertas eso en mi, solo tu.
Fer: Te amo Karen.
Karen: No me ames Fer, por favor no.
Fer: No entiendo por qué me dices eso, déjate amar por favor, déjame hacerlo.
Karen: Me voy a mi recamara, descansa mi preciosa.
Fer: Quédate conmigo.
Karen: Hoy no, aquí no.
Se vistió y se fue, no sin antes darme un beso,
Karen: Hasta mañana mi preciosa.
Desperté más temprano de lo que creía, me sentí tremendamente cansada pero con muchos ánimos de seguir disfrutando de aquellos días que para mi eran los mejores de mi vida. Me metí a bañar, me cambie y me fui a la recamara de Karen, toque la puerta suavemente pero nadie respondió, abrí la puerta y ahí estaba ella, durmiendo en su cama, se veía tan tierna, me senté a su lado y le acaricie la mejilla, a la vez que le daba un tierno beso en sus labio.
Fer: Despierta mi amor, es hora de levantarse.
Karen: Solo susurraba pero no abría los ojos.
Fer: Bebe anda despierta.
Abrio un poco sus ojos, mostrando sorpresa de verme ahí.
Fer: ¿Lista para un dia mas?
Karen: Si ya voy, en unos minutos estare lista, te alcanzo abajo.
Fer: Puedo esperarte aquí, sin problema
Karen: No Fer, dije que te alcanzo abajo.
No entendía porque no quería que me quedara ahí, pero en fin, le hice caso y me baje, estaba la mamá de Fer preparando el desayuno. Y en lo que llegaba nos pusimos a conversar de cosas sin mucha importancia, me sirvió el desayuno y empezamos a comer, Karen ya había tardado, por lo que decidi ir a buscarla, y la encontré nuevamente acostada en su cama.
Fer: ¿Qué pasa amor? ¿Te sientes mal?
Karen: Me duele un poco la cabeza.
Fer: Estas sudando, creo que tienes fiebre.
Karen; No pasa nada Fer, dejame sola va, ya pasara.
Fer: ¿quieres que le llamemos al médico? No te ves bien.
Karen: Dije que me dejes sola Fer, ahorita pasa.
Fer: No te dejare, no estás bien.
Karen: Maldita sea Fernanda, entiende que te vayas y me dejes sola, ahorita pasa, yo se lo que me pasa y no estoy enferma, vete por favor, en un momento bajo.
Aquella actitud de Karen una vez más me dejaba sin palabras, estaba muy molesta y solo quería que la dejara sola, no entendía que le pasaba, no quería dejarla pero ella no quería que estuviera ahí, me salí y me quede en mi recamara, así al menos estaba cerca de ella, saque mi libro que llevaba de mi bolso y me puse a leer, siempre un poco de lectura hace bien para distraer la mente. Despues de un rato apareció Karen.
Karen: Fer, ¿nos vamos?
Fer: ¿Ya estas mejor?
Karen: Si ya me siento mejor, vámonos.
Fer: ¿Qué te paso?
Karen: No me preguntes mas por favor, ya estoy bien.
Bajamos y su papá ya estaba esperándonos, aun estábamos a tiempo de llegar al partido, por lo que nos fuimos los tres, su mamá se quedo en casa y Caroline no estaba. Durante el camino solo podía observar a Karen de reojo, no entendía que había pasado hace un momento ni porque me había tratado asi, quizás la estaba molestando mas, llegamos al estadio y era padrísimo vivir algo asi de cerca, recuerdo muy bien que Emi con papá alguna vez había viajado a un súper bowl, pero yo no nunca había ido a un partido, así que estaba muy emocionada. Karen y su papá vivían su pasión al máximo, hasta llevaban puestos sus jersey, compraron cervezas y aquello estaba realmente divertido, era fabuloso, Karen se veía feliz, ya no se veía su enfado ni que estuviera mal, al contrario se veía muy eufórica, y se veía con tanta energía. Me alegraba verla asi.
Salimos del estadio y su papá nos invito a comer, la comida había estado riquísima, fuimos a dar el tour clásico en el tranvía turístico, el cual nos dio un gran recorrido, después nos fuimos a su casa, ya que los papás de Karen se irían a una fiesta a la cual los habían invitado y Karen prefería estar en casa.
Esa noche nos quedamos viendo la TV, Caroline había salido con sus amigas así que prácticamente estaba las dos solas en su casa. Karen se acerco a mi y se acostó sobre mis piernas, mientras yo le sobaba su cabeza.
Fer: ¿Sabes? No me gusto verte así por la mañana.
Karen: No pasa nada preciosa.
Fer: ¿Por qué no me quieres decir que te paso? ¿No me tienes confianza?
Karen: No es eso, solo que no quiero hablar de eso.
Fer: Ok, esperare hasta que tu desees hablar, - Le di un tierno beso en sus labios –
Karen: eres única Fer, nunca nadie se había preocupado tanto por mi.
Fer: Lo hago porque te amo Karen.
Karen: Te quiero Fer.
Sin darnos cuenta nos quedamos dormidas en la sala, cuando escuchamos voces, eran los papás de Karen, su mamá venia muy alcoholizada y su papá un poco menos. Vi claramente la molestia de Karen en sus ojos, y solo me pidió nos fuéramos de ahí, sus papás poco caso nos hicieron. Esa noche Karen se quedo a dormir conmigo en la recamara, aquello fue muy bello, nos dormimos abrazadas, y podía sentir sus brazos rodeando mi cintura.
Amaneció y verla ahí a mi lado durmiendo, se veía hermosa, no me cansaba de observarla, cuando despertó y me dedico la mas bella de sus sonrisas. Era el último día en su casa, y teníamos que regresar ese día a San Diego. Sin embargo teníamos mucho sueño aun, y seguimos abrazadas un rato mas, cuando de pronto sentimos que alguien entraba, era Caroline.
Caroline: Ay!, perdón perdón…
Karen: Ven aca Caroline. – autoritariamente – ¿Qué te pasa he?
Caro: Nada, solo que, ¿Ustedes son novias?
Karen: No Caro, Fernanda y yo somos amigas, y las amigas también duermen juntas, no estamos haciendo nada malo. ¿o no Fer? – dirigiéndose a mi.
Fer: si claro, somos amigas.
Caroline salió de la recamara silenciosamente sin decir nada.
Fer: ¿Qué somos Karen?
Karen: Oh por Dios no empieces Fernanda.
Fer: Solo respóndeme,
Karen: No se que somos, ¿OK? – Fastidiada, la pregunta realmente la había molestado -
Todo ese fin de semana me había demostrado que eramos mas que amigas, pero esas palabras derrumbaron todo lo que había construido.
Karen: Haber Fer, ven acá preciosa – abrazándome por la cintura - discúlpame, lo siento, pero hoy no se que somos. Dejemos que esto lo vaya definiendo el tiempo. Ambas sabemos que no podemos ir a gritar que somos novias, a los ojos de todos seremos amigas, y solo tu y yo sabemos lo que pasa. Lo que estoy sintiendo es algo muy diferente a lo que había sentido antes, nunca he tenido de novia a una mujer, por favor entiéndeme.
Fer: Esta bien, no te preocupes, tienes razón, mis padres tampoco pueden enterarse de nada, solo te pediré que nos respetemos, el hecho que nadie sepa de nosotros no significara que podamos andar libremente con quien querramos.
Karen : haber Fer, eso no pasara ¿Ok? Confía en mí. Ahora hay que apurarnos, que debemos salir a las 12 como máximo para no llegar tan tarde a San Diego.
Bajamos y sus papás de Karen nos tenían una sorpresa, almorzaríamos fuera, y con mas familiares. Llegamos al restaurante y conocí a sus abuelos paternos de Karen, los señores Betancourt, a dos de sus tios, y algunos de sus primos, todos eran muy agradables, me sentía en familia y esa sensación era muy linda, llego la hora de despedirnos.
Susan: Fer ven aca, necesito decirte algo. Cuida mucho a Karen, se que la quieres mucho, no la dejes sola – me dio un fuerte abrazo, aquello me sorprendió, no sabia porque su mamá me decía eso –
Fer: Susan, siempre estaré al pendiente de Karen, no te preocupes.
Jon: Mis niñas favoritas, cuídense mucho y espero no sea la última vez que vienen juntas, Fer, espero hayas tenido una estancia placentera, y espero verte pronto en San Diego.
Fer: Gracias Jon, fue un gusto conocerlos, conocer su casa, su familia, estoy infinitamente agradecida.
Caro: Fer me caes muy bien – Se acerca a mi oído – Yo se que son novias, pero no se lo digas a Karen –
Ante tal comentario de Caro, solo pude sonreir y voltear a ver a mi hermosa,
Karen: Nos vamos papá, te amo – Dándole nuevamente un beso en la boca y abrazándolo – Mamá cuídate – se acerco y solo le dio un abrazo pero nada fuerte ni comparado con el que le había dado a Jon – Caroline, Nos vemos pronto, te quiero hermanita y ya quítate esa ropa que te ves horrenda jajajaja –
Y así fue como iniciamos nuestro viaje de regreso, podría resumir que ese viaje me hizo conocer mas de Karen, la había conocido como era ella, una chava sencilla, que amaba a su familia, con un dolor muy grande por no tener la atención de su mamá, una chica llena de amor, aunque ella no lo sabía, ahí se había mostrado tal cual era, sin ser la chica popular de la universidad, ese viaje me había servido para conocerla y saber que no es tan dura como aparentaba. Me había dado los mejores días de mi vida y no se diga la experiencia de entregarme a ella en cuerpo y alma, aquello era un sueño del cual no quería despertar.
Bien me lo había dicho, no sé que somos pero dejemos que sea el tiempo quien decida, viviríamos esto, sin decirle a nadie, solo ella y yo sabríamos lo que pasa tras la puerta al cerrarse, ella decía no creer en el amor y más de una vez me dijo que no la amara, pero eso era imposible, yo ya la amaba, y tenía una tarea, hacer que ella creyera en el amor.
C O N T I N U A R A …