Cegada de amor - Capitulo 5

Karen era la luz y la oscuridad para Fernanda, una palabra, un hecho de ella hacia que el humor de Fernanda cambiara en segundos, empezaba a ser esclava de sus propios sentimientos y sin percatarse empezaba entre ellas a construirse un lazo de apego

Cestef-

Algo de eso hay en la historia, Fernanda esta tan enamorada,

dicen que el amor es ciego y no deja ver mas alla.

HombreFX

El amor duele bien dicen, pero creo que a Fernanda le duele demasiado.

LLUPPINNA:

Mas que un imposible, para Fernanda se convierte en su todo, y si no puede ver mas

alla, no por el momento.

Muchas gracias por sus comentarios chicos, quisiera cambiar un poco los hechos

de esta historia, pero es tan real que me es dificil, y tengo que contarla

tal como ocurrieron las cosas.

Si desean escribir a mi e-mail con gusto respondere.

danae.ugalde28 @gmail.com

Capitulo 5


La vida de Fernanda empezaba a dar un vuelco, Karen había aparecido en su vida, y le estaba causando un sinfín de sentimientos, la llevaba de la tranquilidad al caos de una tormenta, un día se portaba amable con ella y al siguiente era la persona más distante. De ser completas desconocidas ahora había la posibilidad de ser “amigas”.


Después de esa bofetada por parte de Karen, mi mente era un remolino de emociones, hace unos minutos Karen me había dado señales de querer algo mas ¿Acaso yo había malinterpretado esas señales?

Fer: No entiendo, porque me abrazaste de esa manera, porque correspondiste a mi beso.

Karen: ¡No me preguntes porque lo hice, porque ni yo lo sé, esto está mal, no debiste besarme! – Gritando.

Fer: Tú me correspondiste, pude sentirlo – Mis ojos empezaban a humedecerse –

Karen: Estas mal, eso no es verdad. – Se veía realmente alterada  -

Fer: Claro que es verdad, y lo sabes – Mis lágrimas no pudieron más y empezaron a resbalar por mis mejillas.

Karen: No llores, solo eso me faltaba, que te pusieras a llorar. – Su cara reflejaba molestia –

Fer: Esto no tiene sentido, será mejor que me vaya – Me di la media vuelta y me dispuse a salir del lugar, empecé a caminar buscando la salida, no podía contener el llanto, solo veía a muchos chicos en los pasillos, la música hacía lo propio, ocultar todo sonido que salía de mí. Entre más avanzaba mis pasos eran más rápidos, salí al jardín y ahí estaba Maggy bailando con un chico el cual no conocí, me acerque.

Fer: Maggy, me voy.

Maggy: Fer, estas llorando, ¿Qué paso? ¿Que te hizo? – Preocupada y molesta a la vez.

Fer: No pasa nada Maggy, me tengo que ir.

Maggy: ¿Cómo te vas a ir sola? Claro que no, espera ahorita nos vamos.

Maggy se metió a la casa a buscar a Robert, me quede ahí a lado de la alberca, todos estaban muy alcoholizados bailando al ritmo de la música, mi cabeza empezaba a darme vueltas, sentía un fuerte dolor en mi pecho y empecé a sentir mis piernas muy débiles, intente buscar una silla o un lugar para recostarme, estaba a punto de desmayarme cuando sentí que alguien tomo mi brazo y no me dejo caer.

Karen: Sera mejor que nos vayamos de aquí no estás bien.

Fer: ¡¡Dejame!! ¿Qué más quieres de mí? ¿Seguir ofendiéndome? ¿Seguir jugando? – molesta

Karen: Vamos te llevare.

Fer: ¡¡No quiero que me toques!! – Empezaba a sentirme cada vez más débil.

Karen: Deja de ser infantil  - Tomándome fuertemente del brazo y rodeando mi cintura con su otra mano.

Me saco de ahí casi a jalones, pero yo estaba tan débil que no podía resistirme mucho, llegamos donde estaba su auto estacionado, me metió en el y me puso el cinturón de seguridad. Puso en marcha el auto y el aire me empezó a dar en la cara, no supe más de mí.

Cuando desperté no estaba en mi apartamento, desconocí el lugar, era su apartamento, voltee y ella estaba dormida en la otra cama, toque mi cabeza y me dolía horrible. Me intente sentar en la cama, pero todo me daba vueltas, quise sostenerme de un buro y sin querer tire una lámpara, el sonido hizo que Karen se despertara.

Karen: Ya despertó la bella durmiente – Sonriendo –

Fer: Me tengo que ir, Maggy debe estar preocupada. – Tambaleándome un poco -

Karen: Te interesa mucho tu amiga Maggy ¿no? – Muy seria –

Fer: Si, me tengo que ir. – Me levante como pude, y salí de su apartamento –

Karen: Si gracias Karen por traerme – Con su voz Irónica –

Fer: - Me di la vuelta y dije – No te pedí me trajeras, no sé porque lo hiciste, pero gracias si es lo que quieres escuchar –

Me fui inmediatamente de ahí, y fui hasta el edificio donde vivía, atravesé toda la unidad, la cabeza seguía dándome vueltas y nuevamente ahí estaba ese recuerdo de su bofetada y su rechazo, no la entendí, primero me provocaba, después me rechazaba y luego se preocupaba por mí y me sacaba de esa fiesta. ¿Qué estaba pasando? Mi corazón estaba herido, tenía una cruda  que más que física era moral, ¿Acaso yo había echado perder esa amistad que me ofreció? No sabía qué hacer, solo quería llegar a mi cama. Llegue metí la llave al cerrojo y ahí estaba Maggy, con su cara de pocos amigos.

Maggy: Muy bien Fernanda, me tenías muy preocupada, ¿se puede saber dónde te metiste anoche?, ¿Ya viste la hora que es? – Eran las 2:00pm - Te hemos estado buscando por todos lados.

Fer: Perdón Maggy, de verdad perdón, me quede con Karen.

Maggy: ¡¡Por Dios Fernanda!! Pero es que no te das cuenta, esa tipa solo está jugando contigo, con tus sentimientos, te hubieras visto anoche, estabas llorando, mírate al espejo ahorita mismo, estas echa un desastre, reacciona por favor, esa mujer será tu perdición.

Fer: No me digas nada por favor, no me hagas sentir peor de lo que ya me siento.

Maggy: No permitiré que te haga daño, no lo haré. – Se acercó y me dio un fuerte abrazo, realmente lo necesitaba, no supe en que momento empecé a llorar como una niña, Maggy solamente me abrazaba y podía sentir su consuelo.

Me acosté en mi cama y me quede profundamente dormida, no tenía ánimos de nada, y el siguiente día me la pase encerrada, veía como Maggy se preocupaba por mí, me trajo un poco de comida la cual no quise probar, de mi mente no salía Karen, la amaba y estaba sufriendo porque ella no me correspondía, me moría por ella, moría por correr a su apartamento y decirle cuando la amaba, por decirle que lo intentáramos, que yo podía hacer que se enamorara de mí, por decirle que a mí no me importaba el que dirán y que juntas podríamos luchar contra ello. Cuando daría por tenerla en mis brazos y besarla nuevamente, aquel beso había sido mágico, electrizante, me había hecho vivir, y había despertado en mi todo aquel sentimiento que tenía guardado para ella, pero no todo era bello, aquel beso también me había hecho caer en ese vacío del cual aún no lograba salir, su boca me dijo que eso no estaba bien pero sus acciones eran tan distintas ¿Por qué me había traído? ¿Por qué me cuido? No lo sabía y era algo con lo cual no me quedaría, necesitaba hablar con ella, eso no podría quedar así.

El lunes desperté más temprano de lo habitual, quería ir al apartamento de Karen pero no lo creí correcto, no en ese momento. Así que preferí buscarla en la universidad.  Pasaron las primeras clases, fui a la cafetería para ver si estaba ahí, pero tampoco estaba. Las clases terminaron y me fui a la biblioteca, quizás leer un poco me haría bien, no quería estar en mi apartamento, tampoco quería ver a Maggy, la lectura era algo que me transportaba, me hacía viajar a un mundo paralelo, en el cual no existía ese dolor que sentía, no supe cuánto tiempo estuve ahí, hasta que me indicaron que tenía que retirarme ya que iban a cerrar. Iba camino a mi apartamento, ya no podía seguir vagando, estaba ya oscuro, cuando vi a una pareja a los lejos, demostrándose su amor, él la besaba intensamente y solo podía distinguir como ella le correspondía de la misma manera, y yo pensaba en Karen, ahí estaba ella nuevamente en mi mente, y peor aún, ella era la chica a la que besaban apasionadamente. Mis ojos no daban crédito a lo que veían, Karen estaba con ese chico, el cual la besaba y la tenía entre sus brazos, ella simplemente estaba perdida en ellos. Mi corazón empezó a latir rápidamente y sentí como una sensación de calor invadió mi cuerpo de los pies a la cabeza, estaba estática pero mi mente me ordenaba que caminara, que me fuera de ahí, justo estaba por dar el primer paso cuando Karen se percató de mi presencia, su cara fue de asombro y hasta sentí que por un momento no hubiese querido que hubiera sido testigo de tal escena. Nuestras miradas se cruzaron, tal parecía que en ellas hubiera reclamos, odio, pero sobre todo sentí que en su mirada había amor hacia mí, con mi mirada quería decirle cuanto me dolía verla besándose con ese tipo, en su mirada había un perdóname, al menos eso pensaba.

No supe como pude moverme pero me retire lo más rápido que pude, nuevamente las lágrimas estaban saliendo de mí y eso era algo que no me agradaba, me sentía una estúpida que se había enamorado de la persona incorrecta, se había enamorado de una mujer que nunca le correspondería, y lo peor era que muy dentro de mi aun guardaba una esperanza. Llegue al apartamento y me acosté en mi cama, no podía concentrarme y solo quería dormir para dejar de sentir, me había dolido tanto lo que acababa de ver.

Maggy: Ya llegue Fer, mmm veo que ya estas dormida. – No me hablo más –

Pasaron los días y lo peor ahora es que me la encontraba todo el tiempo, tal parecía que el universo jugaba en mi contra, la veía en cada pasillo, en la cafetería, en la biblioteca, en todos lados.

Fer: Disculpe señorita, pero buscaba el libro de Message in a Bottle de Nicholas Sparks , pero veo que ya no lo tienen.

Bibiotecaria: No ya no está, la semana pasada se llevaron el último tomo, y como estaba ya muy deteriorado, se quitó del estante. Sorry linda.

Fer: Oh muchas gracias. Hasta luego. Me di la media vuelta y ahí estaba ella.

Karen: ¡Hola Fer!, ¿Cómo has estado?

Fer: Bien – Mis manos empezaron a sudar, otra vez esos nervios que solo ella provocaba –

Karen: ¿Por qué no me hablas?

Fer: Pensé que no querías que nos habláramos más.

Karen: Ahora piensas por mí

Fer: Quizás tu novio se enoje que te hable. –Y ahí estaba esa palabra “novio” se lo había dicho, no podía olvidar lo que había visto –

Karen: Oh ya veo, es por eso que viste la otra noche en el jardín, ¿Cierto?

Fer: Por eso y por lo que paso en la fiesta.

Karen: Lo que paso en la fiesta ya paso, ambas estábamos tomadas, y lo del jardín… no tengo porque darte explicaciones.

Fer: No te las estoy pidiendo. – Realmente me había molestado su actitud –

Karen: ¿Quieres ir al cine hoy por la tarde?

Fer: ¿Me estas invitando al cine? ¿Con que objeto? Para que de nuevo me hagas un desplante como los que estas acostumbrada a hacerme. No Karen, no quiero ir contigo al cine, no quiero verte – Salí de ahí corriendo, no podía permitir que ella jugara nuevamente conmigo, no podíamos ser amigas, no podía estar cerca de ella. Me fui a mi apartamento y por extraño que fuera, esta vez no estaba llorando, dentro de mí había coraje, coraje por amarla a pesar de todo. Y sabía que tenía que levantarme de eso, tenía que superar lo que estaba pasando con ella, no podía permitir que ella se burlara más de mí.

Se acercaba el día de Gracias, un festejo muy común en Estados Unidos, un día que en México no festejábamos por lo que para mí no tenía mucha importancia, todos andaban muy felices, ya que los que tenían sus familias en EU, irían a verlos, nos darían libre desde el miércoles por la tarde y podríamos regresar hasta el lunes. Maggy me había invitado a  casa de sus papás, ellos vivían en Riverside CA, por lo que me había contado era un lugar muy lindo y la idea de irme con ella no me era indiferente, eso me ayudaría a aclarar un poco mis ideas y a distraerme, anteriormente ya había conocido a sus padres y eran muy agradables. Llame a casa, hable con papá para que me dieran permiso de ir con Maggy y su familia, papá acepto sin problema alguno, ya que había conocido a Maggy, y autorizo la salida.

Llego el miércoles y ya teníamos preparado todo desde antes de irnos a clases, era un 26 de noviembre del 2003, ya había pasado un mes desde la última vez que había hablado con Karen, Maggy salió corriendo del salón de clases.

Maggy: Fer, te veo en el apartamento, olvide comprar algunas cosas.

Fer: Ok.

Salí del salón, aún era temprano, eran las 3pm, y nuestro autobús salía a las 6:00pm, ya tenía mis cosas listas, por lo que decidí ir a una librería a buscar el libro que no estaba en la biblioteca. Tome un bus que iba directo al centro, en la universidad ya quedaban muy pocos alumnos así que prácticamente el bus iba solo. Pase por 3 librerías y el libro simplemente no lo encontré, el clima de invierno poco a poco empezaba a hacerse presente, por lo que me dio un poco de frio, decidí pasar por un te chai a una cafetería y después regresaría a buscar a Maggy.

Fer: Me das un Te Chai grande por favor.

Barista: Alguna leche en especial

Fer: Deslactosada por favor.

Escuche una voz muy conocida, su risa era inconfundible y no puede evitar voltear a ver hacia dónde provenía. Y para mi sorpresa, ahí estaba Karen, con sus amigas. Me voltee de tal manera que no me viera, pero creo que eso ya era demasiado tarde.

Karen: Hola, Fer. ¿Porque te escondes de mí?

Fer: No me escondo

Karen: ¿Ah No? Yo vi que si, - Su voz era sensual, tal parecía que me quería decir algo más.

Fer: ¿Te iras de fin de semana? – Tenia que preguntar algo, los nervios me volvían a invadir y no podía permitir que ella lo notara.

Karen: Si pero hasta mañana, no me gusta viajar de noche, y son muchas horas.

Fer: ¿Dónde viven tus papás?

Barista: ¡Fernanda!

Fer: Disculpa, ya está mi té.  – Camine hacia donde me entregarían mi té –

Karen: Humm ¿Té Chai?

Fer: Si, ¿te gusta?

Karen: Poco, me gusta más el café.

Fer: Tengo que irme, Maggy me espera.

Karen: ¿Te iras con ella?

Fer: Si, pasaré el día de gracias con su familia – Intentaba cortar la platica - Nos vemos es tarde ya. – Me di la media vuelta buscando la salida -

Karen: ¿Quieres venir conmigo a San Francisco, a festejar el día de gracias con mi familia?

Me quede estática, mas no me di la vuelta, mi mano empezó a temblar, Karen, me estaba invitando a casa de su familia. Ella estaba enfrente de mí.

Karen: Fer, ¿Qué dices? La pasaremos bien, ¿conoces San Francisco?

Fer: No puedo, muchas gracias, Maggy me esta esperando.

Karen: Vamos anda, háblale a Maggy, dile que no podrás y que iras conmigo

Ahí estaba otra vez Karen, cambiando mis planes y yo simplemente no podía decirle NO,  tome mi teléfono y marque el número de Maggy.

Maggy: Fer, ¿pero dónde estas? Ya son las 5:20pm y nuestro autobús sale a las 6pm

Fer: Hola Maggy, mmm, este…. Es que…. – Karen me miraba fijamente, sus ojos eran realmente intimidantes pero hermosos, esos ojos me incitaban a todo, y movían todo en mi – No podré ir contigo Maggy, me surgió algo de último momento…

Maggy: Pero Fer, ya tenemos nuestros boletos listos, no puedes hacerme esto.

Fer: Maggy, por favor…discúlpame…- Karen me quito el celular de mi mano –

Karen: Hola Maggy son Karen, Fer no podrá ir contigo, ya que se ira conmigo a San Francisco, sorry. Se que entiendes. Besos, Chao. – Y colgó –

Fer: No tenías que hacer eso, yo ya había arreglado las cosas.

Karen: ¿Si? Bueno ya no se diga más, mañana nos vamos a las 6:00am, me imagino que ya tenías listo tu equipaje, si quieres cambiar algo podemos hacerlo. Ven vamos a sentarnos un rato, te presentare a mis amigas.

Nos fuimos a la mesa donde estaban sus amigas, me las presento, ya las conocía pero de vista, las salude, empezamos a conversar sobre de donde era, lo que estudiaba, hasta que se hizo de noche. Me fui con Karen en su auto a la universidad, cuando me percate que tenía un mensaje de texto de Maggy:

Mensaje de Texto de Maggy:

“Fer, solo espero que estés bien, tu sabes lo que haces, por favor si me necesitas no dudes en llamarme, estaré pensando en ti, feliz día de gracias”

Leí el mensaje y cerré el teléfono.

Karen: Se me antoja una copa de vino, ¿te parece si pasamos a comprar una botella?

Fer: Si está bien, solo recuerda que mañana nos vamos a las 6:00am.

Karen: Tu no te preocupes, a las 6:00am estaremos agarrando viaje a San Francisco, mi bella ciudad.

Pasamos a una tienda, Karen tomo 2 botellas de vino, y una cajetilla de cigarros, y dos cervezas. Nos subimos en el auto, mientras sonaba Baby Boy de Beyonce. Karen abrió una lata de cerveza y me la dio, me ofreció un cigarro el cual acepte. Empezó a bailar al ritmo de la música y lo hacía muy sensual, intente por todos los medios que mi mente no imaginara otras cosas. Karen bailaba y sonreía hermosamente, como solo ella podía hacerlo, esa mujer me tenía loca, de eso no había duda.

Llegamos a la universidad la cual prácticamente estaba desierta, ya todos se habían ido.

Karen: Vamos por tus cosas, y te quedas en mi apartamento, ya que saldremos muy temprano.

Fer: ¿En tu apartamento? – No pude ocultar que eso me sorprendía –

Karen: Si claro, tranquila no pasara nada – Sonriendo pícaramente –

No pude evitar regresarle la sonrisa, subimos por mis cosas, solo estaba el vigilante el cual se sorprendió de verme, ya que le habíamos dicho con Maggy que me iría con ella. Saque mis maletas y mi mochila, en la cual llevaba como siempre un libro, mi ipod y mis audífonos. Nos fuimos a su apartamento, Karen ya tenía listas sus maletas, y su roommate ya se había ido, me senté en la cama que nadie ocupada. Karen encendió sus bocinas y me dijo,

Karen: Si gustas puedes poner la música que quieras, creo que siempre escuchamos lo que yo quiero jajaja. – Solo sonríe y saque mi ipod –

Puse una lista de canciones en español, la cual inicio con Asignatura Pendiente de Ricky Martin.

Karen: Eres romántica hee.

Fer: Un poco, no siempre.

Karen empezó a buscar en su cajón un sacacorchos, saco un par de vasos de desechables de una bolsa, abrió la botella de vino y sirvió los dos vasos. Me dio uno a la vez que decía…

Karen: ¡Por nosotras! – Sonreía, se le veía feliz –

Fer: ¿Por qué por nosotras?

Karen: Porque quiero, a su vez que chocaba su vaso contra el mío. Seguimos

La música seguía, era Cristian Castro, No hace falta, una canción muy profunda, la música sensual, Karen estaba nuevamente bailando ahí, sensualmente y me dijo,

Karen: Esa canción mmm, te la dedico, a su vez que cantaba

No hacen falta los ramos de flores

no sanan dolores si busco y no estás

sólo pido tiempo para amar…

Fer: No pensé que conocieras canciones en español, y mucho menos que te las supieras.

Karen: Aun no me conoces Fer. – Mientras volvía a cantar -

No hace falta guardar los secretos

se lleva el respeto en la complicidad

no hace falta decir que es perfecto

fingir que eres mía frente a los demás, frente a los demás.

Karen, abrió la segunda botella, no supe en que momento nos habíamos terminado la primera, me empezaba a marear, vi la hora y eran la 11:30pm.

Fer: Karen, es tarde y mañana saldremos a las 6:00am, tendrás sueño para manejar.

Karen: ¿Manejar? Me puedes ayudar a manejar, son 6 horas, 3 tú y 3 yo, ¿Cómo ves?

Fer: Ok, ¿Sabes? Me agrada mucho estar contigo – Se lo tenía que decir, no podía ocultarle más lo que sentía.

Karen: A mí también – Sonrió tan tiernamente –

Fer: ¿Y tu novio? – Moría de las ganas de preguntarle, necesitaba saber quién era el -

Karen: Jajaja ¿novio? ¿Joshua? Él no es mi novio.

Fer: Pero  tu….y el, se estaban…besándose.

Karen: Si, pero no es mi novio. Ven acá. – Me jalo del brazo levantándome de donde estaba sentada. Y como no estaba lista para aquello, sin querer nos caímos las dos al piso, y soltamos una carcajada.

Fer: Creo que ya estamos borrachas.

Karen: Mareadas Fer, solo eso mareadas.

Me miró fijamente y se sonrió como solo ella sabía hacerlo, me toco suavemente mi mejilla, me estremecí ante aquel gesto y atrape su mano entre mi mejilla y mi hombro, sonaba Un siglo Sin Ti de Chayanne. Saco su mano rápidamente y se levantó del piso. Me estiro su brazo para ayudar a levantarme, y me puse de pie a su lado. Sin soltar su vaso de vino su mano derecha rodeo mi cintura.

Karen: No soy lesbiana, nunca me había atraído una mujer, pero….- empezaba a sentir como susurraba las palabras, apenas podía escucharla -

Fer: ¿Pero? – Mi corazón empezaba a palpitar, y mis manos a sudar, el efecto que solo ella causaba.

Karen: Algo de ti me atrae, no sé qué es, solo sé que algo dentro de mí se mueve, cuando te tengo cerca mi corazón late más rápido y lo único que quiero es…

No dude más y me acerque a sus labios, los cuales me invitaban a que fueran besados, rose lentamente mis labios a los suyos, sentí su suavidad, mientras mi mano tocaba su cadera, empecé a besar esos labios que tanto me gustaban, ella poco a poco me fue correspondiendo, sentí como quiso separarse y no la deje, tomándola por la cintura y pegándola a mi cuerpo.

Fer: Esta vez no Karen, esta vez no. – Le susurré en su oído, dándole un pequeño beso en el lóbulo

Karen: Ohh – Escuche un pequeño gemido que salía de su boca.

Fer: Me encantas – Le decía mientras le besaba lentamente,

Poco a poco fui introduciendo mi lengua en su boca, y sentí como me dio la suya, empezaba una guerra de lenguas, su aliento era caliente y sentí como su cara iba subiendo de temperatura, baje mi mano hasta sus nalgas bien definidas y las apreté un poco, seguí besándola, empecé a sentir como sus manos empezaban a entrar por debajo de mi blusa, por la espalda, me separe de sus labios para besar su cuello, le daba pequeñas mordiditas y ella se estremecía cada vez que lo hacía.

Karen: Fer, esto…no…está bien, yo… - Su voz sonaba entrecortada -

Fer: Shhh no digas nada por favor. – No podía dejarla ir, no esta vez –

De pronto empezó a quitarme mi blusa, levante mis brazos para que saliera, y lo mismo hice con la de ella, sus pechos quedaran frente a mí, solo nos separaba ese sostén blanco que llevaba puesto, no dude en quitárselo mientras le sonreía, su cara reflejaba sorpresa pero vi claramente en esos ojos deseo. Ella me tomo de los hombros y me empujó hacia la cama, quedando frente a mí, se sentó sobre mi abriendo sus piernas, rodeándome con ella, yo la sostuve por la espalda, quedando sus pechos justo en mi boca, los empecé a besar suavemente, succione uno de sus pezones y le di una pequeña mordida, ella se arqueo dejándome una vista incomparable de su hermoso cuerpo, le bese el otro pezón y sentí como se estremeció, se quitó rápidamente por un momento pensé que se iría, pero cuál fue mi sorpresa, me aventó hacia atrás dejándome boca arriba en la cama, se subió sobre mí y empezó a besarme apasionadamente, con una mano se sostenía mientras que con la otra empezaba a desabrochar mi pantalón, cuando lo logro, se paró y lo saco de un solo golpe, ahí estaba yo sobre la cama en solo ropa interior, se desabrocho su pantalón y se lo saco, me levanto suavemente y se deshizo de mi sostén, empezó a tocar mis pechos con sus dos manos, sentía como los amasaba primero suavemente y poco a poco empezaba a apretarlos más fuerte, volvió a mi boca y me empezó a besar el cuello, dejando pequeñas huellas de su paso por ahí, sentía como succionaba mi piel, sentía dolor pero no me importaba, era el mejor momento de mi vida, sentí como empezó a bajar el bikini que llevaba hasta quitarlo por completo, abrió mis piernas dejando mi sexo a su placer.

Karen: Eres hermosa.

Empezó a tocarme por encima de mi pelvis, suavemente, y poco a poco fue metiendo su dedo entre mis labios vaginales, subiendo y bajando, yo me estremecía ante cada contacto, empezó a formar círculos en mi clítoris y aquello realmente me estaba encendiendo, cada vez era más intenso, de pronto dejo de hacerlo.

Fer: No pares por favor, no pares

Karen: Shhh, déjame.

De pronto sentí como empezó a bajar lentamente, besando mis pechos, mi cintura, me rodeaba con una cadena de besos, beso mi ombligo, metió su lengua en él y le dio un pequeño mordisco. Siguió bajando hasta que llego a mi pelvis, la empezó a besar, coloco mis piernas por fuera de sus hombros, haciendo que estas se abrieran más, empezó a succionar mi clítoris lentamente, su lengua empezaba hacer su trabajo, subía y bajaba y se detenía en mi clítoris por ratitos, volvia a bajar y empezaba a meter su lengua lo más que podía, tallaba su nariz en mi clítoris, yo sentía que no podría aguantar más, cuando de pronto la sentí dentro, había introducido dos de sus dedos, mientras su lengua jugaba con mi clítoris, metía y sacaba sus dedos y su lengua me presionaba, sentía que llegaría, yo estaba por terminar. Mientras yo gemía de placer.

Karen: ¿Te gusta mami? ¿Te gusta?

Fer: Si mi amor, no te detengas, así así.

Ella siguió haciendo lo mismo, hasta que explote en el mejor orgasmo que había tenido en mi vida, me estremecí, ella siguió lamiendo cada parte de mí, y yo, yo no aguantaba, me arqueaba del placer era infinito lo que estaba sintiendo. Cerraba mis piernas y ella no dejaba de hacerlo,  su cabeza estaba dura sobre mí y solo lamia una y otra vez, me estaba muriendo de placer, ya no soportaba más, la tome del cabello para quitarla, se levantó y se sonrió mientras con una de sus manos me agarro mis dos manos y las hizo hacia arriba, mientras que con su otra mano empezaba a acariciar nuevamente mi sexo, haciendo que nuevamente explotara. Lance un grito que bien pudo escucharse en todo el edificio, ella se sonrió, estaba sudando y se acercó a mí, empecé a lamer su sudor, limpiándolo de su cara con mi boca, era un sabor salado y amargo a la vez por su perfume, su cabello lucia mojado y solo sonreía, la voltee boca arriba en la cama y ahora era mi turno, mi respiración aún estaba agitada, la observe por unos minutos.

Fer: No puedo creer que estés aquí, así conmigo. Soñé tanto con este momento, mientras le acariciaba su rostro, ese rostro que me encantaba, que reflejaba ternura y dureza a la vez.

Mientras la besaba apasionadamente, solo quería que el tiempo se detuviera, empecé a introducir mis dedos en su sexo, el cual era un manantial, sus fluidos empaparon mi mano, permitiéndome introducirme en ella sin problema alguno, empecé a tocar sus pechos mientras metía y sacaba mis dedos, los cuales no era dos, eran tres dedos que estaban dentro, sentí como se empezaba a estremecer, y mientras metía mis dedos, mi dedo pulgar presionaba su clítoris el cual estaba paradito y duro, no resistí mas y baje hasta su centro, le di pequeños mordiscos y ella se estremecía, succione varias veces mientras la penetraba con la otra mano, cuando sentí un gemido que liberaba todo de ella, sentí como sus fluidos empezaron a salir y saboree cada gota de ellos, el sabor que salía de ella, es un sabor único, del cual me volví adicta.

Me acosté a su lado, respirando su aroma, ambas estábamos sudando, a pesar que afuera la temperatura era baja, me voltee para verla, su mirada estaba perdida.

Fer : ¿Estas bien?

Karen: Me siento extraña, nunca había hecho esto.

Fer: …. – Solo pensaba que ella se había comportado como toda una experta en la cama, y no podía creer eso que me decía, sin embargo decidí no cuestionarla.

Karen: Por favor de esto, ninguna palabra a nadie, ni a Maggy. No me gustaría….que anduviéramos en boca de todos.

Fer: No te preocupes, no haré nada que pueda dañar esto.

Karen: Sera mejor que nos durmamos, ya es tarde y tenemos que salir a las 6am.

Se levantó y se empezó a vestir, se puso un pijama muy linda, y yo solo podía observarla.

Karen: ¿No piensas vestirte? –

Fer: Si ya voy, solo que…. Esto parece un sueño.

Karen. Si será mejor que así lo dejemos como un sueño. Por qué no volverá a pasar. – su voz era firme y segura –

Fer: No te preocupes – Sus palabras me dolían, pero no echarían a perder el momento mágico que acaba de vivir con ella, no esa vez –

Me puse un short que llevaba y una playera, y me acomode en la cama donde acabamos de hacer el amor, ella se fue a su cama, me sentí tan extraña por un momento pensé que dormiríamos juntas, pero no fue así, me dolió la actitud que tomo después, pero por el momento no podía hacer nada y lo mejor era darle su espacio. Yo estaba enamorada de ella, pero ella de mí no. Me había dado la mejor noche, viví un sueño, pero no podía aferrarme, por ahora aceptaría lo que ella me ofreciera, y si eso tenía que ocultarlo lo haría, intuía lo que pasaría.

Karen: Fer, Fer, levántate ya casi son las 6:00am y debemos irnos, o llegaremos muy tarde a San Francisco. – Me decía mientras me movía lentamente –

Fer: Si ya voy, me baño rápido.

Karen: No ya no dará tiempo, quiero salir a las 6:00 am

Fer: Pero. Mmm, creo que olemos a ¿Sexo? – Sonriendo pícaramente –

Karen: Jajaja eso nadie lo notara, ponte mucho perfume. Vámonos.

Salimos corriendo del edificio y nos subimos a su auto, pasamos a cargar gasolina, y tomamos la autopista para San Francisco, yo la observaba de reojo, se veía tan hermosa manejando, con sus lentes oscuros, de vez en cuando ella volteaba a verme y me regalaba una sonrisa, pasamos a desayunar a un pequeño restaurante muy cerca de la carretera. Mientras nos servían platicábamos.

Karen: San Francisco te encantará, ya veras, le pediré a papá que nos lleve mañana a un recorrido nocturno.

Fer: Gracias, será un placer…y cuéntame ¿tienes hermanos?

Karen: Si tengo una hermana, es menor que yo. Ella tiene 16.

Fer: Muy bien, espero le caiga bien a tu familia. ¿Saben tus padres que voy?

Karen: Si claro, le avise a Caroline, que les dijera que llevaba a una amiga.

Fer : …. Ya veo… - Amiga, esa palabra sonaba en mi cabeza, pero no podía exigirle más.

Karen: ¿Que pasa? ¿te molesto que dijera amiga verdad?

Fer: No es eso, solo que es extraño, con las amigas no te acuestas.

Karen: Haber Fernanda, lo que paso ya paso, teníamos alcohol en la sangre, nos dejamos llevar, y ya, eso no cambiara el hecho de que seamos amigas, no me pienso alejar de ti y espero que tú tampoco lo hagas. Me gusta estar contigo, eres muy agradable, la pasamos bien pero hasta ahí Ok, creo que no puedo decírtelo de una manera más clara, no quiero crear falsas expectativas respecto a nuestra “relación”, tuvimos sexo, la pasamos espectacular, me has dado una de las mejores noches de mi vida pero fue solo eso SEXO. Así que deja de agobiarte, y disfruta ¿va?

Sonaba tan fría, tan distante, como si aquello solo hubiera sido placer, como si aquello no le afectara en lo más mínimo, me había llevado al cielo y hoy me estaba dejando caer de un solo golpe al infierno, ahí estaba con esa sonrisa y esa determinación que la caracterizaba, sentía un nudo en mi garganta pero no podía dejar que ella me viera llorar, no podía dejar que ella viera que aquello me estaba afectando, y como lo dijo quizás lo mejor era eso, dejar eso en el olvido, como algo que ya había pasado y ya. Me levante me fui al baño, las lágrimas estaban a punto de salir, acaso no se daba cuenta cuanto la amaba, y que lo que había pasado solo me hacía sentir más amor por ella, no dejaba pensar en ningún momento en sus besos, en sus caricias, en la manera tan intensa que hace el amor, si el amor, porque a pesar que ella dice que solo tuvimos sexo, para mí no era así, para mi habíamos hecho el amor, me había entregado a ella en cuerpo y alma y aunque lo niegue en su mirada yo vi amor.

Seguimos nuestro viaje, le ayude a manejar por trayectos, su auto sí que corría, íbamos a 180km/hr y no lo sentía, íbamos muy felices, intente dejar la plática de la cafetería allá donde no me dañara, y me propuse disfrutar esos días con ella, estaba con ella y serian 4 días fantásticos, iba a conocer a su familia y eso me hacía sentir muy especial, nada ni nadie me echaría a perder esos días, decidí no tocar más el tema con Karen de nosotras, y solo disfrutarla como ella lo permitiera.

C O N T I N U A R A...