Cediendo ante los instintos salvajes

Una esposa solitaria y necesitada de servicios sexuales es auxiliada por el miembro de la familia menos esperado.

“Adiós cariño”... eran las palabras que Karen había empezado a odiar, ese sonido marcaba otro día mas a solas, los niños se iban a la escuela temprano por la mañana y regresaban hasta el final de la tarde, su esposo regresaba muchas veces cuando los niños ya estaban en la cama, ella lo esperaba ansiosa y amorosa pero Javier solo deseaba descansar y acabar con el día de una vez por todas.

Karen, a sus 29 años poseía un físico saludable y un fuerte deseo sexual que no estaba siendo atendido debidamente, calenturas frecuentes la acompañaban casi todo el tiempo, el exceso de trabajo de Javier estaba acabando con la relación intima de la pareja y era poco lo que ella podía hacer para apaciguar sus constantes necesidades de sexo.

Se la pasaba demasiado tiempo sola en casa y sin compañía, la masturbación había dejado de ser un calmante hacía largo tiempo, todo empezaba a causarle mucha depresión y la vida perdía poco a poco su encanto; a pesar de que necesita la compañía de un hombre, estaba decidida a no traicionar a su esposo, sin embargo, en muchas ocasiones abrazó la idea de buscarse un amante, pero luego recapacitaba pensando en el amor que sentía por su marido, ¿Cómo podía calmar sus ansias sin separarse del hombre que tanto amaba?.

Javier llegó a casa un día con un cachorro para sus hijos, aunque al principio los niños disfrutaron de la mascota fue Karen la que llegó a apreciar mayormente el regalo, el animal la mantenía distraída y ocupada y por un tiempo sus necesidades sexuales se vieron desplazadas por las atenciones al animal.

El tiempo pasó y "Charlie" creció grande, fuerte e imponente... “intimidante” como lo definían muchas de las personas que los visitaban, todo el tiempo estaba al lado de Karen y siempre iba donde quiera que fuese, ella adoraba su compañía porque le daba una gran sensación de seguridad, los pasos pesados tras ella todo el tiempo la hacían sentir que tenía su propio guarda espaldas.

La rutina del hogar era siempre la misma: Por la mañana Javier se llevaba a los niños a la escuela, posteriormente se en rumbaba a su trabajo, luego, los niños regresaban al final de la tarde y Javier regresaba por la noche. Karen pasaba estos largos periodos entre quehaceres del hogar y ratos a solas leyendo o haciendo cualquier otra cosa, siempre en compañía de su protector, ya se había acostumbrado a hablarle al animal y estaba segura de que el comprendía mucho de lo que ella hacía o decía, incluso el animal respondía a muchas de las señales o gestos que hacía su ama, su propio esposo se asombraba de ver la inteligencia y obediencia de Charlie.

Una mañana calurosa, luego de quedarse a solas, Karen se sentía tremendamente excitada, sentía la urgencia de tener sexo pero la enfurecía el no poder hacer nada al respecto, para tratar de olvidar la idea tomó los utensilios de limpieza y se dirigió al baño de invitados, quizás con algo de trabajo olvidaría la idea. Llegó a una habitación pequeña compuesta de un sanitario, un lavabo y la ducha, ésta última era un cubículo angosto de tres paredes de concreto y una cuarta formada por la puerta de acceso de cristal translucido, había suficiente espacio para una sola persona en el, por lo que para hacer la limpieza debía permanecer con la puerta abierta.

Charlie entró en la habitación junto con ella, como no podía entrar en el pequeño cubículo de baño con su ama decidió sentarse en el piso y observar como siempre lo hacía, con su gran lengua afuera y jadeando, esperando cualquier señal de su ama para reaccionar al instante.

  • ¿No piensas dejarme sola ni un minuto verdad?, esta bien, entra y hagámonos compañía el uno al otro, la verdad me gustaría que fueras un hombre, pero no hay nada que podamos hacer ¿verdad?"

Usualmente Karen llevaba ropa ligera para estar en casa, pero en vista de que iba a limpiar la pieza de baño y que hacía bastante calor decidió quitarse la ropa y quedarse únicamente en bragas, de todas formas iba a estar sola en casa y a Charlie y su única compañía iba a ser el perro, el cual según ella pensaba, no se iba a inmutar si ella llevaba ropa puesta o no.

Ella trataba de sumirse en las labores que hacía desconectándose del entorno aunque siempre terminaba pensando en toda clase de cosas involuntariamente, este día y quizás por el hecho de que se encontraba ovulando, recordó las muchas noches de sexo que tenía con su marido antes de que consiguiera su trabajo actual, incluso recordó muchos de los alocados sueños que tenía y que no le contaba a su marido, la humedad no tardó en aparecer en su entrepierna y al poco tiempo la única prenda que traía puesta estaba bastante húmeda de sus jugos proveniente de la calentura en su cuerpo, al sentir su ropa húmeda decidió quitarse la braga y dejarla a un lado, Charlie respondiendo a la acción de su dueña siguió el objeto que calló en el suelo frente a él, había algo especial acerca de este objeto, su agudo sistema olfativo captó un fragancia atrayente en la prenda que no había percibido en su vida, la revolcó hasta encontrar la zona exacta desde donde que provenía el aroma, olfateó hasta memorizarlo y luego lamió la sustancia viscosa y blanquecina que había en la prenda, el intenso olor y el único sabor lo hicieron fascinarse por el descubrimiento, lamió todo lo que pudo, pero pronto no había mas que tela mojada con su saliva, no sabía por qué, pero sentía la urgencia de encontrar mas de ese néctar.

Agudizó mas su olfato para localizar la fuente de tal delicia y se percató que provenía del entrepierna de su ama, así que se acercó sigilosamente a ella.

Charlie era un animal inexperto en términos sexuales, sin embargo su naturaleza sexual estaba pre programada como en todos los canes, usualmente en sus arranques de calentura se aferraba fuertemente de la pierna de su ama como lo hacen todos los perros, a ella esto la divertía mucho siempre y cuando lo hiciera mientras estaban a solas, no quería que la gente pensara que ella era rara.

  • ¡Pobrecito! Te prometo que te vamos a conseguir una novia muy bonita para que alivies tus ganas, al parecer sufrimos del mismo abandono ¿verdad? Vamos, deja mi pierna que no vas a conseguir lo que necesitas con ella.

Le decía ella, al poco tiempo el animal empezaba a pringotearle la pierna de líquido, momento en el que ella lo alejaba con gritos y empujones y con mucho trabajo lograba desprenderse de él con la pierna mojada, al principio le resultaba desagradable, pero luego le causaba intriga lo caliente de los líquidos que quedaban en su pierna, incluso últimamente palpaba la sustancia con los dedos por pura curiosidad, le recordaba la textura del semen de su marido, solo que un poco menos espeso.


Karen, sumida en sus cavilaciones, seguía fantaseando con sus memorias, su vagina se mojaba cada vez mas, y ahora sus jugos espesos empezaban a deslizarse por entre sus piernas, le encantaba la sensación producían las gotas al bajar por su piel y sabía que su esposo le encantaba verla así, adoraba sentir su vulva palpitando y abriéndose por la hinchazón paulatina como si se tratase de una delicada rosa floreciendo.

  • ¡Oh cielos! Daría lo que fuera por estar con un hombre ahora, Javier amor mío, ¿te encanta cuando estoy así verdad?

Hablaba para si misma jugueteando con los recuerdos en su cabeza, una risa de complicidad se dibujo en su rostro mientras algunas gotas de sus jugos habían caído al piso, las que charlie aprovechó para lamer sin que ella lo notara, el sabor era ahora aún mas intenso.

  • "MMmmmm Que maravilloso sería que Javier tomara por detrás justo ahora"

Pensaba ella para sus adentros, la idea inconsciente y la necesidad de limpiar la parte baja de la pared la hicieron agacharse y apoyarse en sus manos y rodillas, estaba mas excitada a cada instante, cerró los ojos para adoptar la forma en la que iba a posar para su hombre ficticio, se colocó de cuatro patas bajando su vientre y respingando su trasero como de la forma que volvía loco a su marido. Abrió los ojos y siguió limpiando la parte inferior sin perder la posición en la que estaba, al hacerlo su parada cola se movía de lado a lado, había una sonrisa en su cara y se imaginaba la cara que pondría cualquier hombre al verla en esa posición y moviéndose así, definitivamente iba a tener que masturbarse pronto.

Sin saberlo e inconscientemente al moverse de esa manera estaba abanicando el olor de su sexo directo a la nariz del perro.

Charlie al percibir el olor y observar el trasero de Karen moviéndose de lado a lado, sintió la urgencia de lanzarse a su ama como muchas veces lo hacía con las piernas de ella, pero para mala suerte de Karen, en esta ocasión Charlie no podía aferrarse de una pierna, la cintura de Karen ofrecía un lugar mas apropiado en la posición actual y su redondo trasero sería el lugar perfecto para frotar su verga que ahora empezaba a doler y salirse de su refugio...


Karen estaba en las nubes con su imaginación, demasiado caliente y abstraída, por lo que se detuvo un instante y cerró los ojos para intensificar la escena, definitivamente usaría este recuerdo para masturbarse posteriormente en su habitación. Respingó aún mas su cola mientras separaba las piernas, se enfocó en la escena donde Javier la tomaba por las caderas y enfilaba su verga dentro de ella, dejándose llevar por el momento separó sus labios vaginales con la mano derecha y sonrió para sus adentros al sentir lo húmeda y caliente que estaba

  • ¡Mmmmm amor mio! Quiero que me la des toda ahora...

Dijo susurrando... De repente hubo una sacudida rápida que la sacó de balance seguida de un impacto en su cabeza, luego un zumbido en sus oídos y oscuridad total era todo lo que podía percibir.

...Paso algún tiempo para que Karen recibiera respuesta nuevamente de su entorno, su cabeza adolorida estaba en el suelo sobre su brazo izquierdo, su cuerpo se movía como si la sacudieran para despertarla de un sueño profundo.

Karen trató de abrir los ojos pero su mirada estaba nublada, solo escuchaba jadeos lejanos y sordos, sentía como su cuerpo se mecía fuera de control, sabía que estaba sola en casa y que estaba adolorida en la cabeza, por un instante temió que alguna clase de enfermedad la hubiera afectado, seguía sin comprender lo que estaba pasando, todo era muy confuso, los ruidos, las imágenes...

Trato de frotarse la cabeza para aliviar el dolor, pero no podía llevar su mano a ella, se dio cuenta que estaba usando ambos brazos para no perder el equilibrio de su cuerpo. Miró por debajo hacia su vientre y se recordó que seguía en el baño de su casa, estaba aún arrodillada, la imagen se aclaró un poco y vio sus piernas pero en medio de ellas había un par de patas grandes y negras, mas arriba había otras dos patas que estaban sujetas fuertemente a su cintura aprisionándola, su vista se aclaró mas y pudo ver un par algo que se mecía justo a la altura de su entrepierna, el dolor en su cabeza empezaba a menguar y el resto de su cuerpo empezaba a responder, ahora recuperaba el oído y escuchó jadeos que provenían desde atrás... no, mas bien sobre ella, pequeños rasguños en su vientre la hicieron notar que se sentía “llena” por decirlo de alguna manera. Observó de nuevo lo que estaba en medio de sus piernas y golpeando contra su entrepierna, parecía como un saco que contenía dos objetos ovalados y grandes, eran... eran los testículos de su perro...

Con horror, abrió los ojos de par en par y comprendió por primera vez lo que veía y sentía, su impresión fue tan fuerte que casi pierde el conocimiento, fue como si estuviera tremendamente ebria, el golpe en su cabeza todavía la mantenía mareada, ese instante del pequeño desmayo hizo que su cuerpo se relajara levemente haciendo que el miembro invasor ocupara aún mas espacio dentro de ella despertándola nuevamente de su desmayo, mareada y desorientada trató de gritar pero no salió ningún sonido de su boca, recordó esas pesadillas nocturnas en las que trataba de gritar y no podía.


...Charlie salto sobre su ama y aferró a su presa con las patas delanteras, la fuerza y peso del animal tomaron a Karen por sorpresa y al no poder amortiguar la embestida golpeo su cabeza contra la pared frente a ella, no fue un impacto fuerte que causara herida alguna pero bastó para aturdirla, su cuerpo descendió desvanecido por el golpe, sus caderas siguieron en alto y al bajar su tronco su vagina quedo expuesta hacia atrás, el animal siguiendo sus instintos empujó hacia la mujer con sus fuertes patas traseras, la caliente punta roja hizo contacto con la hinchada hendidura de Karen, la forma de flor de la engordada vagina y los abundante jugos guiaron el falo justo al punto de inserción, Charlie sintió el calor de la zona y en un segundo, la capa de piel que cubría el pene del animal quedó atrás sostenida por la vulva de su ama, la lanza caliente de Charlie se abría paso ahora dentro de la mujer sin ninguna obstrucción o resistencia, llenado el interior con su liquido pre-seminal, a cada embestida su miembro abarcaba mas y mas distancia dentro de ella así como mayor circunferencia...


Realmente habían pasado escasos cinco minutos, pero pareció toda una vida, Karen volvía en sí nuevamente

  • "¡Oh Cielos!, Agghhh!, que sucede..., Auuuggghh... Charlie NO hhuhhH!!, Perro Malooooaaagghhhh, me vas a matar aggghhyyyyy!, dejame por favor... "

Charlie no dejaba de moverse rápidamente, ahora que su presa había vuelto a incorporarse con la espalda horizontal en un vano intento por escapar de su control, esto favoreció al animal ya que ahora podía sujetarla mejor por las caderas y de esta forma su peso la mantenía en control, el cambio de posición y la onda penetración hicieron que la entrada del cervix de Karen coronara la punta del pene del animal y este al ser mas puntiagudo que un pene humano encajó perfectamente abriéndose paso, sembrando su pene aún mas hondo dentro de ella donde nunca nadie jamás había estado.

En ese momento sintió como los músculos de su ama se contrajeron en un vano intento de impedir la penetración del miembro que ya de por sí estaba todo adentro, esto solo le provocó mas placer al animal sintiendo mas estreches en la cavidad, en sus tres años de vida nunca había estado con una hembra, pero ésta que tenía empalada era deliciosa, exquisita, tanto era el placer le brindaba a su falo que emitió un gruñido ahogado en forma de lloriqueo y placer mientras terminaba de hundirse todo lo que podía en lo poco que quedaba de espacio dentro de ella, ohhh, ahora estaba tan adentro de ella, sentía el calor de los labios vaginales de Karen justo sobre sus grande huevos como si estos los besaran, las caderas de Karen fueron el soporte perfecto para atraerla hacia él, ya no podía hundirle un centímetro mas porque todo estaba dentro de ella.


Karen seguía sin saber que hacer, no podía gritar ni hablar, trató de levantarse pero el peso era mucho para ella y aún estaba débil, el animal también era muy fuerte. Apretó con fuerza los músculos de su vagina tratando de limitar el ingreso pero fue en vano, estaba demasiado dilatada porque el pene invasor había alcanzado un grosor mayor al que jamas hubiese experimentado, su vagina empapada de sus propios jugos y los del animal no ofrecía ninguna resistencia a la penetración y por el contrario, parecía cooperar con la violación succionando cada vez mas el enorme pene, amoldándose al mismo y secretando cada vez mas jugos.

Cuando trató levantar su espalda, el perro se pudo agarrar mejor de sus caderas y sintió la punta entrar en su cervix avanzando un poco dentro del útero, jamas había sentido algo semejante y se quedó congelada al sentir esto... Su cuerpo se volvía en su propia contra y perdía el control del mismo, hiperventilaba y todo se volvía borroso, con la boca abierta y jadeando como un animal su saliva empezó a caer al piso en hilos, sus músculos no respondían, su garganta quedo seca a causa de la rápida respiración, poco a poco era como estar inconsciente sin desmayarse, euforia, terror, vergüenza, dolor, impotencia todo al mismo tiempo... ¿por que tenía que estar tan excitada antes de que todo esto empezara? ¿Sería este su castigo por desear tanto el sexo? Al final lo cierto era que múltiples escalofríos empezaron a invadirla.

Sus ojos se volvieron hacia atrás y toda seña de resistencia desapareció de su ser por razones que ella no pudo explicarse, sus músculos cedieron y su cabeza se hizo hacia atrás, al sentir que el animal jalaba de ella hacia él, ella coopero apretando también hacia atrás, jamás comprendió por que lo hizo, solo sintió la urgente necesidad de hacerlo en ese momento, era como si el animal se hubiera metido en su mente y le hubiera ordenado empalarse completamente para una última embestida

Se percató que el pene invasor empezaba a hacerse enorme en la base justo sobre su punto “G”, sabía que era prisionera y no hizo nada para evitarlo, no quiso evitarlo. El delgado cuerpo de Karen hizo que el pene del animal quedara literalmente trabado dentro de ella justo detrás del hueso púbico, era como si un objeto del tamaño de una bola de billar hubiera crecido justo después de la entrada de la vagina y aunque el animal seguía empujando a intervalos, era poco lo que lograba moverse dentro de ella, los dos estaban perfectamente acoplados como si fueran hechos uno para el otro y en ese instante eran físicamente inseparables, no importaba si alguno de los dos hubiera tirado con todas sus fuerzas, jamás hubieran conseguido separarse, incluso el vació que había hecho la succión de la vagina de Karen ayudaba al proceso.

Ella era una mujer con dos hijos y relativamente "espaciosa" por dentro, sabía lo que estaba sintiendo era único, pero había algo mas, el sexo con humanos no incluía este último elemento de placer que estaba a punto de descubrir y que sería su perdición y adicción: primero sentiría un súbito engordamiento de todo el pene del animal trabado dentro de ella iniciaba en la base y terminaba en la punta en lo profundo de ella, producía olas de placer desde la entrada hasta el cervix, luego, un torrente de liquido caliente se vertía desde la parte que estaba mas profundamente dentro de ella empotrada en el útero, sentía como se depositaba en su interior una sustancia caliente que llegaba a chorros y chocaba con las paredes internas a presión, sentía su útero como una pera que se hinchaba a medida que se llenaba mas de líquido caliente, sus propias palpitaciones internas parecían succionar y propiciar el proceso, Para ella fue claro lo que pasaba entonces:

  • “¡No no no no, Charlie no, por favor, No acabes dentro de mi por favor, no te riegues dentro de mi por favor!.... aaayyyy amoorr... no papacito, no amorcito, no te corras, no"

Karen entró en pánico por el escalofrió empezó a sentir, señal conocida y que era muy familiar para ella, la sensación que vino fue como una ola enorme, ella trataba de luchar contra lo que iba a suceder, pero las pulsaciones y la interminable cantidad de líquido vertiéndose en su interior eran demasiado para sus sentidos, cerró los puños lo mas fuerte que pudo casi clavándose las uñas en las palmas, emitió un sonido entre llanto y quejido mientras se mordía el labio inferior, de sus ojos cerrados y apretados fuertemente salieron lagrimas que corrieron por sus mejillas, tensó el cuerpo lo mas fuerte que pudo, trató de pensar en otra cosa pero no lo logró... no había nada en el mundo habría podido evitarlo...

La invadió una enorme vergüenza como si se hubiera hecho algo terrible y bajo su cabeza mientras se entregaba derrotada a las ordenes de su cuerpo, que tomaba el control sobre sus deseos y el orgasmo simplemente se vino sobre ella como una avalancha que no podía detener, a cada bocanada de semen que llenaba su útero sentía como ella también se regaba sobre la enorme pieza de carne que el animal tenía dentro de ella, su propio cuerpo estaba envolviéndolo y masajeando el pene para succionar todo el semen dentro de ella. Empezó a llorar como una chiquilla, era demasiado para ella, una interminable sucesión de orgasmos la estaba volviendo loca, su voluntad se quebró completamente y se dejo hacer colocando su cara entre sus manos con la cola aún en alto y el animal triunfante sobre ella descargaba sus bolas por primera vez en su vida.

Odiaba al animal y odiaba a su cuerpo por traicionarla tan vilmente, odiaba a Javier por comprar ese estúpido perro y odiaba estar sola y excitada, odiaba enormemente el hecho de que solo un animal se había podido coger con mas pasión de la que jamás había soñado en su vida, pero mas que nada, odiaba el hecho de que le había encantando y que sin poder evitarlo, deseaba poder repetir lo que estaba sucediendo.

Charlie jadeaba sobre la espalda de Karen mientras sus huevos palpitaban descargando hasta la última gota de leche, Karen aún lloriqueando e imposibilitada de parar la cadena de orgasmos que sentía acercó su mano derecha a la vagina y se encontró con los palpitantes testículos del animal, sabía que de ellos estaba saliendo semen que estaba terminando en su interior.

Charlie estuvo unos diez minutos mas unido a ella, en ese lapso Karen contó ocho orgasmos para luego dejar de contarlos y entregarse al placer, estaba agotada, el pene del animal se encogió eventualmente lo suficiente como para salir, ella miro por entre las piernas y vio un torrente de blanco semen salir de su vagina, por un instante casi lamentó que él saliera de ella y que todo ese semen hubiera escapado de su interior, sentía su vagina completamente dilatada, pero gracias al hecho de que estuvo receptiva al sexo desde el principio, no presentaba laceraciones ni abrasiones de ningún tipo, por el contrario sentía mucho placer en su sexo y su clítoris palpitaba como nunca, estaba increíblemente sensible.

Sus rodillas le dolían por lo que se sentó en el piso y volitó a mirar al animal, no tenía idea de que hacer pero sabía que acababa de recibir el mejor sexo de su vida. La balanza se inclinó en favor del animal cuando Charlie se recostó sobre su lado a lamer el enorme pene. Karen pudo ver el tamaño del miembro que había tenido adentro hacía poco por primera vez, y en completo asombro abrió su boca y no pudo evitar cubrirse la vagina con una mano, todo su sexo se contrajo nuevamente como si deseara succionarlo... ¡Oh cielos! Se veía tan delicioso, y su cuerpo lo quería de nuevo adentro.

Karen no dijo una sola palabra, de su vagina seguía saliendo semen del animal así que decidió darse una ducha y limpiar también al perro, limpió dos veces el lugar para tratar de ocultar el fuerte aroma a sexo, por suerte su esposo no llegaba hasta bien entrada la noche y para entonces el olor ya habría desaparecido.

Ese día y el día siguiente la ropa interior de Karen permaneció húmeda todo el tiempo, al principio era una mezcla de el semen de Charlie con sus jugos, pero luego se trataba solamente de la excitación que le producía revivir el momento, el sexo con su marido paso a un plano menor y poco a poco se entregó a la idea de que pronto debería repetir lo acontecido, su cuerpo se lo pedía con gran urgencia y Charlie la mantenía en un estado de distracción permanente, el solo aroma del animal al pasar cerca de ella la volvía loca, los papeles de amo y seguidor habían cambiado para siempre.

Pasaron unas semanas y una noche Javier decidió darle un poco de atención a su mujer, le preocupaba que ella súbitamente ya no estuviera tan interesada en el sexo como usualmente solía ser, temía que tuviera alguna clase de aventura con otro hombre y realmente no deseaba perderla. La mejor forma de saber que pasaba era llevar a su esposa a la cama y averiguar si aún sentía deseos por él

Karen entró a la habitación donde esperaba Javier vistiendo únicamente un Baby Doll, no llevaba ropa interior, detrás de ella venía Charllie moviendo la cola y siguiendo su paso

  • ¿Pero que le sucede a este animal? ¿Nunca te deja en paz verdad? Sácalo de la habitación porque esta noche quiero que estemos solo tu y yo

Karen no obedeció la orden de su marido y le dijo

  • “Lo siento mucho, pero el va donde yo voy y su lugar ahora es acá con nosotros dos... porque se lo tiene merecido”

Karen, con una sonrisa picara en su cara, acostó a su marido sobre su espalda y sin pensarlo dos veces lo desvistió para luego sentarse sobre el pene de Javier, inmediatamente él sintió la vagina de Karen caliente como nunca en la vida e increíblemente dilatada, su pene parecía quedar algo holgado dentro de ella, de la vagina de Karen salieron jugos que escurrieron por encima de Javier.

Javier supo en ese momento que su esposa no le era infiel, la mirada de amor en su rostro lo decía todo, supo también que su esposa había encontrado la forma de saciar su interminable calentura sexual, pero prefirió no preguntar nada al respecto, ella era feliz y sabía que no lo iba a dejar tampoco, por otro lado, se sentía demasiado bien dentro de ella como para arruinar el momento.

Esa fue la primera de muchas noches en las que Karen durmió completamente complacida y con el semen de sus dos amores en su interior. La vida era maravillosa nuevamente y había encontrado de tener a su esposo amoroso y a su semental apasionado...

Fin.