Cedida por mi Amo en el Bernabéu

Mi Amo decide que la mejor forma de cerrar un negocio con nuestros nuevos socios es invitándoles a su palco del Bernabéu y apostando a su perra

Era noche de Champions y mi Amo tenía un palco en el Bernabéu, así que la noche se presentaba entretenida, jugábamos contra el París Saint Germen y les teníamos muchas ganas, teníamos que ganar para llegar a la final, así que el equipo había salido al campo con ganas de darlo todo.

El que también parece que quería darlo todo era mi Amo, en concreto a mí…..pero yo no tenía ni la más mínima idea.

Por tema de negocios mi Amo y yo tenemos una relación, vamos a llamarla civil, y esa noche había invitado a su palco a dos posibles clientes con los que podíamos cerrar un acuerdo muy beneficioso para ambas partes. Ya habíamos tenido reuniones y alguna comida de negocios, y la verdad es que los tipos eran muy interesantes, rondarían los 50 pero estaban estupendos, cultos, elegantes y con muy buena conversación. Vamos, que no podía pedir más ni como mujer ni como perra. Estaba con mi Amo, a punto de cerrar un importante negocio para la empresa, en una compañía inmejorable, y no se por qué me daba en el hocico, una es perra en muchos sentidos, que les íbamos a dar una paliza al PSG. Así que estaba súper relajada.

El partido ya había empezado y el Madrid había salido a por todas, el ambiente en el palco era distendido y había mucha complicidad entre mi Amo y nuestros invitados, pero bueno, a veces los chicos necesitan hablar de sus cosas y piensan que las señoras  nos vamos a ofender, nada más lejos de la realidad, no que yo me fuese a ofender, si no que no estaban hablando de sus cosas, bueno, puntualizo, mi Amo si estaba hablando de sus cosas porque estaba hablando de mí…..pero yo en ese momento estaba centrada en el partido y en que Rodrygo casi marca un gol, espero que vuelva a hacer un hattrick como contra el Galatasary

Mi Amo había pedido una botella de Cristal Rosé, sabe que tengo debilidad por él, pero me pareció un poco excesivo para la ocasión, y sobre todo es que no me gustaba compartirlo y éramos demasiados, con ciertas cosas me vuelvo pelín egoísta…. Y en eso estaba pensando cuando mi Amo acercándose a mí y sacando mi collar de perra del bolsillo decía:

-¿Por qué no le ponemos un poco de emoción al partido?

No me suelo quedar sin palabras, es algo que a mi Amo a veces le encantaría, que me quedase callada, pero os juro que en aquel momento pasó, perdí el habla, lo único que pude hacer fue beberme de un trago la copa de Cristal. Acto seguido miré a mi Amo con cara de súplica, mis ojos le pedían a gritos más champagne. Y mientras él rellenaba mi copa, mi mirada iba de la copa a nuestros futuros socios y de ahí a mi Amo, que estaba disfrutando muchísimo sólo con verme tan desconcertada.

Joder, pensé, no sabía que se podía tardar tanto en llenar una copa de champagne, se me hizo eterno y necesitaba alcohol.

Cuando me disponía a beberme la segunda copa de un trago, mi Amo me agarró de la mano y me dijo:

-Perrita no quiero que te siente mal, bebe despacio, quiero que disfrutes mucho esta noche.- y se colocó detrás de mí.

Yo di un sorbo a mi copa y bajé la cabeza de manera sumisa para que mi Amo me colocase mi collar, noté sus manos alrededor de mi cuello, y si para entonces no estaba ya lo suficientemente excitada me encendí por completo. Cerró el collar y levanté la cabeza. Con ese hombre a mi lado me sentía capaz de hacer cualquier cosa.

Al levantar la cabeza y ver la cara de nuestros socios sentí un placer inmenso, me deseaban, pero el placer no era por eso, tenían envidia, envidiaban a mi Amo, envidiaban el poder que tenía sobre mí. Ellos me conocían y sabía cómo era negociando, más de una vez les había escuchado decir que era una arpía, nunca se hubiesen imaginado verme así; con un collar de perra al cuello y dispuesta a obedecer en todo a mi Amo. Y consciente también de mi poder me arrodillé a los pies de mi Amo, pudiendo comprobar al tener a la altura de mis ojos otra cosa que no era su cara, cómo sus pollas presionaban ya contra sus pantalones pugnando por salir.

Mi Amo, al mismo tiempo que me acariciaba la cabeza, volvió a hacer la pregunta:

-¿Le damos algo de emoción? Os propongo una cosa, elegid un equipo, cuando marque el equipo que habéis elegido mi perra os comerá la polla. ¿Os parece?

Por supuesto asintieron encantados de la vida, hubo algún problema a la hora del reparto de los equipos pero se solucionó lanzando una moneda al aire. El más alto de los dos se quedó con el PSG y el otro con el Madrid.

Se sentaron en las sillas y os podéis imaginar que parecía que se les iba la vida en aquel partido, nunca he visto a dos hinchas más dedicados.

Mi Amo mientras, me daba pequeños trozos de jamón a la boca, yo se los cogía y a modo de agradecimiento le daba lametoncitos en la mano. Os juro que la cara de nuestros socios era todo un poema, estaban completamente alucinados y deseando que aquella noche hubiese una lluvia de goles.

Mi Amo me ordenó que me desnudara, me quité el vestido que llevaba y me quedé en ropa interior, él mismo acabó de desnudarme, por lo que me quedé sólo con unas medias y los zapatos de tacón. Mi Amo me sentó en su regazo y empezó a acariciarme el coño, le encantó comprobar que su perra estaba empapada y que sus dedos entraban con toda la facilidad del mundo en mi coño. Yo a esas alturas ya sólo podía pensar en que mi Amo me follase. Me echó champagne en el pecho y lo lamió de mis tetas, el nivel de mis gemidos ahí era ya importante, pero quedaba amortiguado  por los cánticos de las aficiones que no dejaban de animar a sus equipos.

Mi Amo viendo que yo cada vez estaba más excitada les dijo a nuestros socios si querían más champagne, casi me da un ataque de risa cuando vi que ponían sus copas para que se las llenase. Mi Amo les miró y les dijo:

-En la copa no, bebed de las tetas de mi perra.

Y echó el champagne sobre mi cuerpo, por lo que me encontré sentada a horcajadas encima de mi Amo con él a mi espalda, mientras me sujetaba las muñecas para dejarme completamente expuesta, y nuestros socios lamiéndome los pechos para saborear todo el champagne, instintivamente comencé a mover la caderas y a frotar mi culo contra la polla de mi Amo, me encantó ver que la tenía dura como una piedra, dar placer a mi Amo es mi obligación, por lo que para mi su polla dura es un premio. Mis pezones también estaban cada vez más duros y mis gemidos iban en aumento. Me empezaba a doler el coño, estaba tan excitada que necesitaba que mi Amo me lo reventara con su polla. Y de repente, el estadio estalló, había marcado el Madrid.

Mi Amo me levantó y dándome un azote en el culo me dijo:

-Vamos perra, ya sabes lo que tienes que hacer.

-Si mi Amo.- contesté

Me fui hacia el que le había tocado el Madrid, me arrodillé frente a él y le desabroché el cinturón  y el pantalón, cuando le bajé la cremallera casi me da con la polla en la cara de lo dura que la tenía. Miré a mi Amo y vi orgullo en su mirada y estuve a punto de correrme de gusto en ese mismo instante.

Me metí la polla en la boca y comencé a hacerle una mamada que espero recuerde durante mucho tiempo. Empecé a darle lametones en el capullo, después le lamí toda la polla llegando hasta sus huevos; el tipo estaba tan excitado que pensé que se iba a correr ya, así que me tomé un momento, para luego agarrarle la polla con mi mano y metérmela hasta el fondo de la garganta, nuestro socio me agarró la cabeza y comenzó a follarme la boca. Su polla se deslizaba por mi boca, mi lengua no dejaba de jugar con su polla, estaba llevando a nuestro socio hasta su límite pero quería hacer que durase más por lo que bajé el ritmo.

Noté como mi Amo se agachaba a mi lado y me acaricia el coño, cogió mi clítoris entre sus dedos y apretó, no pude reprimir un grito, no me lo esperaba y estaba excitadísima, por lo que comencé a frotarme contra su mano como una perra, mientras seguía lamiendo la polla de nuestro socio. Entre la dedicación que yo le estaba poniendo a la mamada y los gemidos que soltaba por el placer que me estaba dando mi Amo ya no pudo aguantar más y se corrió en mi boca, me tragué todo su semen y le limpié la polla bien con la lengua.

Mi Amo seguía dedicando atención a mi coño y yo estaba que me moría por su polla, pero cuando dijo:

-Buena perra.

No pude más, y le supliqué que me follase, me iba a poner a llorar si no me la clavaba pronto. Mi Amo se sacó la polla y me relamí, se sentó en una silla y me colocó encima de él, y dirigiendo mis caderas con sus manos, me la clavó hasta el fondo. En ese momento, desaparecieron las 85.000 personas que había en el campo, yo sólo podía concentrarme en la polla de mi Amo y en sentir cómo llegaba el orgasmos, y me corrí, y no dejé de cabalgar encima de mi Amo y me volví a correr, gemía como un animal presa de un orgasmo tan potente que me hacía temblar.

-Cómemela.- Me dijo mi Amo

Me arrodillé y al mismo tiempo que me metía la polla de mi Amo en la boca, me volví a correr, esta vez con una de mis corridas que salen a presión de mi coño poniéndolo todo perdido. Me concentré en darle placer a mi Amo y le lamí la polla con un deseo que no puedo disimular. Mientras nuestros socios estaban con sus pollas en la mano masturbándose, escuché algo tipo a “no me fío de que estos franceses marquen así que me la casco”

La besé, la lamí y la succioné, adoro la polla de mi Amo, me vuelve loca, me tragué toda su polla hasta que mi Amo se corrió en mi boca, y en ese momento me sentí la perra más feliz del mundo.

El partido acabó 1-0, pasamos a la final, y sólo espero que mi Amo me lleve a verla…..