Cedí a mi esposa al club Coco Bongo (4/4)

En este ùltimo capitulo, el marido sigue observando el duro trabajo que tiene que hacer su esposa como prostituta... Antes de irse del Club es invitado por su proxeneta a ver lo degradada que está.

Cedí a mi esposa al club Coco Bongo

Para poder seguir el hilo del relato es necesario leer los anteriores capitulos

Capitulo 4.- El marido sigue viendo a su esposa trabajar muy duro en el club

Una vez que el Coronel abandonó el local, Frank se trasladó a la  cabina en la que estuvo el Coronel.

  • "¿Quieres tenerla ahora?", dijo el inmaculado Leroy, cuando volvió a saludarlo una vez despidió al Coronel.

  • “No, todavía no… Quiero ver más de su trabajo aquí.”

Con un movimiento afirmativo de cabeza y una sonrisa, Leroy se giro y se marchó.

Unos minutos después, Frank la vio volver al local... El cabello plateado lo habría enjuagado para eliminar su propia orina y colgaba mojado por debajo de sus hombros… Llevaba los grandes aros de oro, como antes, uno en una oreja, dos en la otra... Pero los zapatos eran diferentes... Eran sandalias rojas de tacón alto… Y no llevaba nada más… Ella iba desnuda.

A Frank le gustó que ella no sólo tenía que soportar lo que los hombres querían hacerle, sino que parecía disfrutarlo.

Su esposa dio solo tres pasos antes de que un obrero en mono sucio y camiseta sucia, la agarrara y la sentara en su regazo... O lo que pudiera por la tripa tan redonda que tenía, que parecía embarazado.

Con la boca abierta, presionó su rostro contra el de ella... Se le notaban brechas entre los dientes ennegrecidos y lengua manchada de tabaco y la besaba intensamente... Frank se imaginó el sabor que ella estaba recibiendo... Una peluda mano izquierda con uñas sucias, empujada entre muslos blancos, que obedientemente se abrieron, para tocarle el coño, mientras el beso continuaba.

El gordo rompió el beso, echó la cabeza hacia atrás y observó la hermosa cara de ojos verdes, esperando una respuesta a sus jodidos dedos… Y cuando llegó, cuando su boca se abrió y sus ojos se cerraron, él movió sus dedos más rápido... Luego, sin previo aviso, separó las rodillas y la dejó caer, sin ceremonias, al suelo.

Ella buscó la cremallera que no podía ver por el abultado barrigón y cuando pudo sacó una polla comparativamente muy pequeña de la que tenía el Coronel... Todavía respirando pesadamente por casi un orgasmo, Kelly se puso entre sus rodillas y se la metió en la boca.

Frank la observó meneando la cabeza y balanceándose los pechos... Vio su fina mano rodeando el tronco de la polla, masturbandola… La vio sacar la polla de su boca y lamerla hacia arriba y hacia abajo… La vio mover la lengua hacia sus testículos, meterselos, uno y luego los dos juntos… La vio meterse todo el escroto, mientras su mano continuaba bombeando la polla del hombre gordo.

La vio volver a meterse la polla completamente en su boca otra vez… Vio las mejillas huecas mientras ella chupaba… Se maravilló de cómo ella quería complacerlo... Se dio cuenta de que ella había aprendido que esa era la forma de menor resistencia y dolor... Vio manos peludas entrelazadas en un cabello plateado, forzando a su rostro a oler unas ingles malolientes, mientras sus testículos se vaciaban… Al final, ella tragó  todo lo que el hombre gordo expulsó.

‘¿Qué le había dicho al Coronel: quince o veinte corridas, anoche?... ¿Cuánto semen sería eso?... ¿Una taza de café? ¿Un cuenco lleno?, pensó Frank mientras su polla se ponía dura de nuevo.

Una chica alta con pelo rubio corto, pechos pequeños y firmes, vestida sólo con una minifalda multicolor, colgando de sus caderas, muy por debajo de un abdomen plano y liso, pasaba por su lado

  • "Ven aquí," dijo Frank.

Ella se volvió y él vio que la puta sonrió al instante mientras entraba en la cabina junto a él.

Frank alargó la mano y le cogió el pezón izquierdo entre los dedos, disfrutando de la libertad de hacer todo lo que él quería, a cualquiera de las mujeres del salón, incluyendo a su esposa… La sonrisa falsa de la chica se mantuvo sin cambios cuando dos de sus dedos se apretaron con la fuerza suficiente para doler y luego la soltó.

  • “¿Cuál es tu nombre… O cómo te llaman aquí?

  • “Anna.”

  • "Obviamente no eres panameña."

Ella lo miró con suspicacia... Qué importaba, si él quería hablar y no follarla… Al menos no la estaba lastimando.

  • “Soy finlandesa.”

- "¿Y cómo hiciste para elegir este trabajo?"

  • "No lo hice… Yo estaba trabajando en un crucero… Era la directora de actividades... Pasamos una noche en el puerto después de pasar por el canal… Fui a un club... Hubo una redada y la policía encontró un poco de éxtasis en mi bolso… Fui juzgado al día siguiente y sentenciado a cinco años de cárcel… Luego me llevaron al despacho del juez y me dieron otra opción: una mamada para él y un año trabajando aquí... Preferí esta porque en la cárcel, los guardias y las presas me habrían utilizado más duro y más tiempo."

  • "¿Cuántos meses llevas?"

  • “Siete, si realmente me dejan irme me quedan cinco de condena pero algunas de las chicas dicen que no me soltarán… No dejan irse a ninguna”, dijo con una sonrisa rota.

  • "¿Quieres un trago?"

  • “Seguro… Beber ayuda a olvidar… Haz sólo un gesto hacia la barra… Ellos saben… ¿Y usted, que hace aquí?, le dijo ella.

  • "Negocios y placer"… Los ojos de Frank escudriñaron el local hasta que encontró a Kelly… Estaba sentada en una mesa frente a un viejo con pantalones marrones y camisa de seda color blanca... Kelly tenía sus rodillas estaban separadas y a cada lado de él… Ella se masturbaba, con un dedo acariciando sus pechos, y el otro en su clítoris, casi a la altura de los ojos del viejo.

Frank miró ahora a la chica que estaba a su lado… Un solo broche y la falda se abrió, mostrando unas piernas largas y elegantes y un coño afeitado… La piel era un tono de miel, sin rayas.

  • "¿De dónde sacas tu bronceado?"

Sus pechos se movieron hacia él, mientras ella le explicaba:

  • "Me traen aquí cada dos noches.. Necesito tiempo para recuperarme despues de estar una noche aquí… Solo Kelly, esa que ves allá con el pelo plateado, trabaja todas las noche... No sé cómo puede aguantar tanto... Creo que ella no tiene otra opción.”

"Vivo en la casa del juez… Está divorciado y le gusta verme desnuda en la piscina… Por eso tengo este bronceado… Se aprovecha de mi cuerpo cuando le apetece… Para mí eso es fácil… Un hombre por día, no es lo mismo que un salón lleno de hombres todas la noches, como debe hacer Kelly... En pocos años, la reventarán, no servirá para nada y se la quitarán de en medio… Vete a saber lo que harán con ella… Creo que el final de todas nosotras será el mismo”, le dijo.

  • “Súbete a la mesa, frente a mí… Pon las piernas a cada lado mio, separa tus labios vaginales y juega contigo misma… Quiero ver cómo te masturbas”, le dijo sin hacerle caso a su explicación.

La observó asumir la misma posición en la que esta ahora Kelly con el viejo… Sus dedos con uñas de coral obedecieron, revelando la carne interior de su coño y un depósito de pegajosidad, producto de acumulación de semen.

  • "¿Cuántos hombres te han follado hasta ahora esta noche?"

Su suave frente se arrugó mientras trataba de recordar.

  • "No estoy segura… Ocho o nueve… Cuando termine la noche serán unos veinte o unos pocos más”, le dijo.

Ni siquiera sabía cuantas pollas la habían penetrado... Igual que Kelly no había sabido decir cuántas pollas había chupado la noche anterior.

  • "¿Alguna vez te corres?", le preguntó.

  • “A veces… No a menudo, porque por lo general lo fingo… La mayoría de ellos quieren que me corra, por eso finjo.”

Los ojos de Frank se movieron más allá de la joven y encantadora finlandesa hacia donde Kelly estaba todavía sentada... Se desabrochó los pantalones y le dijo:

  • “Ven aquí… Súbete a mi regazo.”

  • "¿Qué agujero quieres?", preguntó ella.

  • “Tu coño, por ahora.”

Frank no se corrió de momento en el coño de Anna... Quería esperar y la follaba lentamente mientras veía a Kelly que estaba follando al viejo… Pasó sus manos sobre su cuerpo delgado y disfrutó con la sensación de sus pezones rozando las palmas de sus manos, mientras que en el salón veía la cara arrugada del viejo con la boca abierta y los dedos clavados en el culo de Kelly, apretandola todo lo posible.

Cuando el viejo se detuvo, Frank vio que Kelly se separaba, se arrodillaba y lamía con cuidado la polla arrugada antes de metersela en la boca para limpiársela…. El viejo le dio una palmadita en la cabeza como señal de agradecimientoy se marchó.

Frank vio como Kelly se puso de pie, se dio la vuelta y, tras caminar unos pocos pasos, otra mano la agarró, la giró y la pegó contra la pared, obligándola a poner las manos en alto y extendidas… El hombre pateó los pies en la clásica posición de búsqueda de la policía para que separase sus piernas… Se desabrochó el pantalón y le metió su polla en su culo… La agarró de las caderas y la jodió rápido y duro, mientras que otros hombres se pusieron en fila, esperando su turno.

  • "Date la vuelta… Quiero metértela ahora en tu culo", le dijo Frank.

La hermosa Anna obedeció, poniéndose hacia atrás para guiarlo mientras ella bajaba… Su polla quedo por un momento en la entrada de su ano... Ella se metió su polla hasta el fondo… Sus nalgas quedaron pegadas contra la tela de su pantalón… Luego comenzo su movimiento de subir y luego caer… Subir y luego caer.

El hombre que enculaba a Kelly, se corrió... Cuando él dio un paso atrás, ella se quedó allí, jadeando, con las palmas aún contra la pared, la cara cubierta por su pelo plateado y la cabeza agachada con una resignación impotente mientras esperaba al siguiente.

Cinco hombres la follaron, todos por el culo… Escuchó gruñidos, jadeos, gemidos, quejidos… Una mano negra y callosa le agarró del pelo plateado y echó su cabeza hacia atrás, cambiando su variada cantinela de jadeos por esta otra, en cada empuje de polla que recibía hacia dentro de su culo:

  • "Oh, Dios… Oh, Dios… Oh, Dios… Soy tuya… Soy tuya... Soy tuya”,

Unas cuantas vetas se semen salían de su dilatado agujero del ano y corrían por ambos muslos… Cuando se dio cuenta de que no habían más, se separó de la pared, se giró, pero de inmediato fue solicitada por un latino vestido con pantalones vaqueros manchados de aceite y camisa de trabajo… Sería un camionero o un mecánico.

Frank se había dado cuenta de que mientras ella estaba de pie siendo follada por el culo, este hombre la observaba y se había quitado el ancho cinturón de cuero que llevaba y había pasado el extremo a través de la hebilla… En un principio pensó que el hombre iba a golpear a su esposa pero lo que hizo en realidad fue pasarlo sobre la cabeza de Kelly y apretarlo con fuerza alrededor de su garganta.

  • "Detente", le dijo Frank a Anna… Y ésta mantuvo su culo inmóvil con su polla tiesa enterrada profundamente.

Vio como el hombre miraba fijamente el rostro de la mujer con una sonrisa malvada… Gruñó algo que no escuchó y luego la condujo como un animal por todo el salón y al final la sacó fuera... Se preguntaba qué querría hacerle el hombre para exigirle intimidad...

Levantó el culo de Anna de su regazo y le dijo:

  • "Todavía no quiero correrme… Bebe tu bebida."

Cuando, después de quince minutos, Kelly regresó, ella estaba llorando… Frank pudo ver marca nueva en sus pechos y sus nalgas muy enrojecidas... Estaba claro que se la llevó para pegarle.

Sus lágrimas emocionaron a un trío de hombres de negocios chinos sentados en una mesa, todos vestidos con trajes grises, camisas blancas y zapatos negros... Sólo sus corbatas diferían... Uno de ellos se puso de pie y fue visto por uno de los porteros… El chino señaló a Kelly y el portero asintió y se la llevó al hombre que acababa de reclamarla.

Para llegar hasta allí, ella pasó por delante de Frank, pero no lo vio por tener los ojos llenos de lágrimas, cansancio y alcohol.

  • "Pon las manos detrás de la espalda y saca las tetas", le dijo el chino una vez que llegó ante ellos… Y Kelly lo hizo.

Una mano amarilla golpeó su pecho izquierdo y luego el derecho.

  • “Oooh... Por favor… No… Duele mucho”, se quejó.

Nuevamente, esta vez contra su cara, recibió dos bofetadas fuertes que le hicieron girar su cabeza de un lado a otro, dejando marcas rojas en la cara.

  • "No me digas qué hacer", le respondió.

Las lágrimas fluyeron de nuevo cuando volvió a abofetear sus pechos.

  • "Levántate, cerda... Giraté y deja que todos te vean correrte.

El chino se puso de pie detrás de ella, rodeó su cuerpo con un brazo justo debajo de sus pechos, forzándolos hacia arriba… Otro chino se sentó frente a Kelly, miró su coño expuesto, le abrió los labios y le insertó tres dedos... Los sacó relucientes y se los mostró sonriendo a todos los demás.

  • "¡Aaagg!", gritó Kelly cuando la mano amarilla desapareció en el interior de su coño… Sus labios magullados se cerraron en la muñeca peluda.

Ella permanecia quieta sufriendo esta tortura... Sus jugos vaginales corrieron por el antebrazo del chino mientras éste la jodía con el puño dentro y fuera de los labios pegados... A veces giraba el puño, haciendo que los ojos verdes se abrieran de par en par.

  • “Córrete por nosotros, puta... Córrete por nosotros”, le exigían.

Kelly respiraba acelerada... Sus piernas le temblaban… Las rodillas se le doblaban incapaces de sostenerla… Se la veía agotada.

Otra mano amarilla se movió hacia su garganta tatuada, la agarró, la apretó con fuerza

  • "Córrete de una vez", le grito… Y ella, temblando al borde de la inconsciencia y agotamiento, se corrió.

Cuando finalmente los hombres chinos terminaron con ella, el guardia que estaba vigilando le hizo una seña con la mano y ella, de inmediato, se dirigió hacia el escenario de la plataforma elevada, donde un hombre panameño completamente vestido yacía en el suelo de espaldas.

Kelly pasó por encima de su cabeza y bajó el coño y el ano que goteaban hacia su cara.

  • "¿Qué es eso que hace la mujer de pelo plateado?", le preguntó Frank a Anna tratando de disimular que no la conocía.

Ese tipo le debe dinero a Leroy y le puso excusas para no pagar... Ahora todas las noches limpia a Kelly en el escenario hasta que pague la totalidad de su deuda y los intereses.

  • "¿Sólo con ella?"

  • “Sí... Y si él no la hace correrse, ambos son azotados", le explicó.

Kelly pasó de ponerse en cuclillas a arrodillarse... Las plantas de sus pies descalzos estaban mugrientos… Sus caderas se movían lentamente de un lado a otro sobre la cara oculta y la lengua del panameño... Sus manos se movieron a sus pechos, apretadolos y estirando sus pezones... Su cabeza cayó hacia atrás… Su garganta llevaba todavía las marcas de los dedos del chino... Su cara torcida en un rictus de odio, no sólo por el hombre que la lamía servilmente, sino para todos, como decía el tatuaje de su vientre.

  • "Chúpalo todo, mierda... Traga la escoria de otros hombres que tengo en el coño y en el culo... Lame bien y rápido… ¡Oooh!”

Cuando se corrió, su cuerpo cayó hacia delante y su cabeza con el pelo plateado quedó en el suelo de la plataforma, mientras la multitud se reía y aplaudía.

Algún tiempo después, otro hombre, un joven rubio norteamericano por su acento, la hizo ir hasta él por una apuesta de un grupo de amigos… El hombre rubio era fuerte y arrogante… Sacó una polla de sus jeans casi tan gruesa como el Coronel Gomez y más larga.

Folló a Kelly sobre su espalda en una mesa, con los pies apoyados en el borde y las rodillas separadas... A pesar del dolor inevitable por el gran pollón que tenía y su fuerza de golpeteo, finalmente, su cuerpo se arqueó apoyada solo por las puntas de sus pies y se corrió una vez más.

Frank pensó con satisfacción que el sexo continuo debe convertirse en una tortura… Es como estar conectada a una máquina de joder durante horas… Los nervios la hacen estar siempre tensa… La boca, el coño, los pechos y el culo son mucho más que placer y dolor.

A estas horas de la noche la gente del local había cambiado... Los hombres iban y venían... Sólo Frank y uno o dos hombres que habían llegado temprano todavía estaban allí... Y las putas también habían cambiado... No eran mujeres diferentes, sino que ahora eran, en su mayoría, ojos vidriosos con agotamiento y alcohol… Y este hecho se lo comentó a Anna, que le explicó:

  • "Leroy sabe que los hombres que vienen a primeras horas quiere que sintamos lo que nos hacen y por eso debemos controlar la bebida… Pero los que llegan tarde nos quieren que estemos con mucho alcohol en el cuerpo... Y todo se nos pone complicado hacia el amanecer que andamos casi borrachas.”

Anna estaba arrodillada, con la cabeza presionada contra el cojín, mientras que Frank lentamente le jodía el culo y observaba a Kelly, con las piernas abiertas, tendida sobre una mesa al otro lado del salón... Un pie descalzo estaba sobre la mesa y el otro en el suelo… El hombre que estaba a su lado, con los brazos muy tatuados y el grueso cuerpo de un trabajador, estaba metiendo tres o cuatro dedos en su coño, luego su boca, su culo y luego de nuevo en su boca… y repetía otra vez… De vez en cuando, también le ponía una botella de tequila en la boca para que bebiera y se emborrachara.

Luego, mientras Kelly caminaba a cuatro por el suelo, uno de los guardias se detuvo ante de ella, sacó su polla y se la puso ante su boca… Sin siquiera mirar quién era, Kelly abrió la boca y el guardia empujó toda su polla dentro… Hizo siete u ocho golpes profundos… Sólo eso... Y se corrió... Frank pudo ver su garganta tragando el semen que tiró.

Cuando terminó, el hombre apartó la cabeza de la ramera, cerró la cremallera y continuó vigilando por el salón.

Su aceptación y la absoluta banalidad de la forma en que su boca fue ofrecida y utilizada, empujó a Frank a darle fuerte por el culo a Anna hasta que se corrió.

Frank estaba cansado… Entonces pensó:

‘¿Qué debe estar sintiendo Kelly si todos los días tiene que hacer esto?… Debe ser terrible.

Vio que Leroy estaba de pie junto a la barra… Despidió a Anna y se dirigió hacia allí.

  • "Pensé que querrías follar a tu esposa?", le dijo Leroy cuando lo vió.

  • “Y yo también, pero ya no… No me apetece ahora que esta muy follada por todos lados”, le respondió Frank.

  • “Sí… Tienes razón… De no estar limpia y ser el primero, no vale la pena follartela… Ya has visto como está ahora después de tantas horas de servició.”

  • “¿Cómo conseguiste doblegarla y que sea tan sumisa?”, preguntó Frank.

  • “Haciendo lo mismo que con cualquier otra… ¿No has comprobado lo rápido que obedecen cualquier orden?... Pues a base de palizas… Y también con el látigo y la vara… Ahora, con sólo enseñarselos se mean de susto y trabajan mucho más”, le explicó Leroy.

  • “Este ritmo de trabajo sexual que lleva Kelly no creo que pueda soportarlo durante muchos años… ¿Qué haces cuando ya no te sea rentable?”, le preguntó Frank

  • “Haré lo mismo que con cualquier otra… La venderé al mercado chino o africano… Allí acabarán sus días.”

  • “Me lo imaginaba… Así le sacas beneficio hasta el final.”

  • “Claro… Tu esposa, que si te fijas lleva el anillo de casada para más morbo, es una puta muy rentable hasta hora… Me está generando muy buenos beneficios y como agradecimiento tienes todos los servicios de este club, totalmente gratis siempre… Y como cliente especial, lo cual cuando se lo dices a una de mis putas, entiende perfectamente lo que tiene que hacer para tenerte contento.”

  • “Me alegro que te sea productiva la puta de mi esposa.”

  • “Antes de que te marches quisiera que comprobases con tus propios ojos el nivel de degradación que he conseguido de Kelly… Bueno, no es ningún mérito mío porque todas los hacen cuando yo quiero.”

Frank vio a Leroy llamar al guardia y cuando éste se acercó a él, se puso hablar mientras ambos caminaban hacia la parte de atrás del club… Leroy le hizo una señal a Frank para que los siguiera.

Pronto sintió el hedor de un urinario sin limpiar… El urinario era un cilindró trasparente y en esos momentos dentro de él había una joven negra, algo regordeta y empapada de orina… Se alegró de ser inesperadamente reemplazada.

  • "¿Vas a poner a Kelly en este cilindro?", le preguntó Frank.

  • “Ella ya ha estado aquí en muchas ocasiones… Esta vez es para que veas lo que te dije antes.”

Me aparté hacia un rincón oscuro y al cabo de un par de minutos, el guardia trajo a Kelly… Ésta, sin preguntar los motivos por el cual estaba allí, entró en el cilindro… El guardia cerró una puertecilla transparente que había detrás de ella y ví como se arrodillo con casi 10 cm de orina acumulada en el fondo del cilindro.

Apenas pasaba medio minuto apareció el primer hombre y de inmediato ella abrió la boca… Un chorro de orina amarilla se arqueó y llegó a su objetivo: su boca… Y ella comenzó a tragar… Al menos todo lo que podía.

Frank vio que el chorro de orina se fue hacia sus ojos, que rápidamente cerró con fuerza… Ese mismo chorro bajo lentamente alcanzando nariz, boca, barbilla, pechos,… hasta detenerse.

Una vez que el hombre terminó de orinar, Kelly se inclinó hacia delante y lamió las últimas gotas de la punta de la polla y luego se la chupó, limpiándosela.

Frank, desde el rincon oscuro, observó una sucesión de hombres meando a su esposa y ella tragando y chupando sus pollas para dejarlas límpias.

El cilindro transparente en la que estaba arrodillada contenía ya más de 10 cm de orina acumulada… Su pelo platino colgaba mojado… Su cuerpo también estaba mojado… Su  vientre se veía hinchado por la cantidad de orina que estaba tragando... Y ella también orinaba para vaciar su vejiga.

Frank se dirigió a una de las aberturas del cilindro y sacó su polla… Casi instantáneamente sintió que la boca obediente de su esposa se cerraba atrapando su polla y él comenzó a mear y ella a tragar... Llevaba toda la tarde sin hacerlo… Cuando terminó, sintió la succión de la puta de su esposa tratando de limpiarlo y complacerlo.

Si hubieras hecho lo que debía ahora no estarías tragando más de veinte corridas en su boca cada noche, sin mencionar la cantidad de orina y las palizas sino cumplía como era debido… Apuesto a que desearías tener una segunda oportunidad, que no vas a tener’ , penso Frank.

Con la vejiga vacía, se retiró de la boca y del cilindro… Se subió la cremallera y le dijo:

  • "Adiós, Kelly."

Aunque ella estaba agotada, había bebido mucha tequila, su cuerpo maltratado y las terminaciones nerviosas alteradas, las palabras de su esposo le llegaron al cerebro y lo reconoció.

  • "¿Frank?", preguntó como si no se lo creyera… Luego lanzó un grito mientras se tambaleaba:

  • “¡¡FRANK!!... ¡¡FRANK!!... ¡¡FRANK!!”

Y Frank sonrió dejando paso a Leroy acompañado de dos guardas que la sacaron del cilindro y éste le dijo:

  • “Puta, ¿todavía no has sabes que tu Amo soy yo?”

Ella se postro de rodillas comenzando a lamer los zapatos de Leroy y suplicando que la perdonase olvidando completamente mi presencia.

Leroy comenzo a azotarla con el latigo que llevaba mientras ella permanecia postrada con la frente pegada al suelo, las piernas separadas y los brazos extendidos en cruz… Fue un duro castigo.

Cuando termino, ella con la espalda surcada de rayas rojas, se postró de rodillas, le bajo la cremallera del pantalón a Leroy, le sacó su polla y le dijo:

  • “Gracias Amo por corregirme… Deme su perdón con su orina.”

Y Leroy enfocosu polla a la boca de mi esposa y comenzó a orinar… Ella no dejó escapar ni una sola gota a pesar de tener el vientre inchado de tanta orina que ya había tragado… Pero esta era algo especial… Era la orina de su Amo.

Me fui feliz viendo cómo estaba sufriendo… Y lo que le quedaba por sufrir hasta el fin de sus días.

F I N