Cedí a mi esposa al club Coco Bongo (3/4)

Transcurrido unos meses el marido va al club para ver en persona cómo está siendo prostituida su esposa.

Cedí a mi esposa al club Coco Bongo (3/4)

(Para poder seguir el hilo de este relato es necesario la lectura de los dos relatos anteriores)

Capitulo 3.- Veo trabajar a mi esposa en el club Coco Bongo

Tan pronto como a su esposa se le subió el vestido verde, Frank vio una joya... Una joya metida en su culo… Era un rubí rojo, facetado de unos 3 cm. de diámetro entre sus nalgas... Sus ojos y su imaginación se detuvieron en ese rubí, hasta que el vestido verde cayó sobre la mesa y luego se deslizó al suelo.

Su espalda desnuda, de color blanco pálido, llevaba un tatuaje negro de lo que a primera vista parecía ser una horquilla de tres puntas o un tridente… Cada diente terminaba en un punto... La central se extendía más abajo que las otras dos y apuntaba a la grieta del culo de Kelly.

  • “Date la vuelta”, le dijo el Coronel.

Ella estaba ahora frente a él y de espaldas al salón lleno de hombres y otras putas, muchas de las cuales se habían girado para observar la degradación de la belleza gringa, a pesar de que antes la habían visto muchas veces pero les daba morbo verla siempre.

El Coronel siempre daba un buen espectáculo... Kelly tenía sus ojos abiertos, pero sin ver… La multitud de caras que la miraban, incluso de reojo, no le afectaban ya.

Frank, su esposo, también la miraba… Le dijo a la puta con la que disfrutaba:

  • "¡Para!"... Jadeó y mantuvo la cabeza de la puta inmóvil.

Miró a su esposa… Estaba de pie… Desnuda... Obediente... Impotente… Increíblemente deseable... Fue demasiado… Él no quiso correrse todavía en la boca caliente de la chica y sacó su polla de la boca de la puta y ella lo miró inquisitivamente, mientras él volvía a escuchar y ver lo que sucedía en la cabina:

  • "Me gusta que estes usando mi regalo… Enséñamelo”, le dijo el Coronel.

Kelly se arrodilló de espaldas a él y sus pechos se balancearon hacia delante… Frank vio palabras tatuadas en su abdomen, pero no el tiempo suficiente como para leerlas… Ella cerro los ojos cuando la mano del Coronel se alargo hacia su culo y tiro de algo que en principio no supo que era.

  • "Me sorprende que te quede tan apretado si todas las noches te dan por el culo muchas veces", dijo el Coronel... Y tiró más fuerte… Su mano negra finalmente se levantó, mostrando un brillante tapón de metal gris cónico, de 20 cm. de largo y 5 cm. de ancho...

Ella había estado caminando con eso dentro del culo y sentada con él, incomodamente… Qué degradada estaba’ pensó Frank.

  • "Parece estar limpio", le dijo el Coronel Gomez.

  • "Sabe que lo esta porque me hago varias lavativas, tal y como me tiene ordenado hacerlo."

  • "Entonces, chúpalo."

Le acercó el tapón y ella giró la cabeza, movió la melena plateada hacia un lado, abrió los labios rojos y se trago todo el tapón sin tener arcadas… Frank estaba sorprendido por lo que hacía su esposa… Nunca se había metido toda su polla en su boca.

Pasado un minuto, el Coronel Gomez cogió el tapón reluciente, sacándolo hasta que sólo quedaba la punta entre los labios rojos, y luego se lo volvió a meter todo en su boca.

Mientras veía todo esto, Frank le dijo a la puta latina que tenía a sus pies y que estaba acariciando ligeramente sus bolas:

-"No me toques... Sólo espera mis ordenes."

Él miró hacia abajo… La sombra de la mesa caía sobre el rostro de la mujer… Ella podría ser cualquiera, incluso Kelly... Pero Kelly estaba arrodillada desnuda en una mesa fuera de su alcance... Veía su piel muy pálida con esa luz deslumbrante y sus pezones muy oscuros.

Tal vez nunca salga a la calle... Los músculos están muy definidos… Piernas… Culo… Espalda… Brazos… Como una bailarina... Ella está entonada... Follar toda la noche hará eso’ , pensó Frank.

El Coronel Gomez colocó el tapón de metal con cuidado sobre la mesa, apuntando hacia arriba.

  • Sube… Y ponte de frente a mí”, le dijo.

Kelly se subió a la mesa y se puso en cuclillas... Y dudó donde quería que se lo metiera.

  • "En tu coño", le indicó mientras que se echó a reír.

Poniendose hacia delante por llevar tacones demasiado altos, ella bajó las caderas y Frank vio poco a poco desaparecer el tapón hasta que su coño desnudo se lo metio todo, excepto el extremo enjoyado.

  • “Estás mojada... Debes estar esperando a que te estire tus agujeros de puta.”

  • “Por supuesto que lo estoy, Coronel”, le respondió.

  • “No… No lo estas... Di la verdad.”

  • “Sabe que tiene la polla demasiado grande y me duele al metérmela y bombearme, por eso necesito estar muy mojada.”

El negro volvió a reír más alto y sus cuatro guardaespaldas también se rieron.

  • "Bueno… Entonces vamos a ayudarte a prepararte”... Estirando su mano izquierda, señaló una botella de cerveza... El guardaespaldas uniformado más cercano colocó apresuradamente una en su gruesa mano.

  • “Levanta”, le dijo a Kelly.

Ella levantó sus caderas con el tapón de metal dentro de su coño.

  • “Más alto”… Y ella obedeció de inmediato.

El Coronel puso la botella de cerveza medio llena debajo de ella y se la mantuvo sujeta.

  • “Ahora, abajo… Métetela en tu culo.”

Sus nalgas se crisparon al tocar el cristal frío... Abierto como una boca, el orificio anal iba poco a poco tragando la botella… Se hacía más ancho a medida que la botella se metía dentro del culo.

  • “No puedo más… Voy a rasgarme el culo.”

  • “Sigue… Y agradece que no estoy bebiendo champán... No pares hasta que tu culo llegue a mi mano.”

Frank pudo ver cómo el esfínter rosado se iba expandiendo alrededor de la botella con un movimiento hacia abajo más lento... Se agachó y agarró los pechos de la latina, apretandoselos fuerte, retorciéndoselos, oyendo su gemido, pero ella sin intentar apartarse.

Asombrado, vio como el ano de su esposa -que ella le había rechazado durante años-, se estiraba un poco más con cada descenso y la botella se iba metiendo en  su culo.

En el salón, llena de extraños, había música, conversaciones y otras mujeres que estaban siendo utilizadas… Esto a Frank no le interesaba... Sólo vio ese ano estirándose más de lo que hubiera creído posible.

Qué llena debe sentirse con el tapón en su coño y media botella en el culo… Está casi llegando a la mano negra’ , pensó Frank

Kelly, con un gruñido, se obligó a bajar y llegó a la mano negra.

  • “Ves… Te dije que no te desgarrarías... Sácatela y puedes bajar y sentarte a mi lado.”

El Coronel sostuvo la botella mientras el culo de Kelly se levantaba… Hizo un ruido de estallido, con la boca abierta… Frank pensó que dentro de un rato la polla del Coronel estaría metida dentro de ella, mientras la veía bajar y sentarse a su lado.

  • "Abre la boca."

Ella sabía lo que venía y obedeció abriendo su boca.

El Coronel volcó la botella de cerveza y ella tragó, pero el líquido llegó demasiado rápido y se atragantó… La cerveza y la espuma burbujearon por su barbilla, cayendo sobre sus pechos y su vientre, acumulandose en el suelo… El cuello de la botella entró en su boca… Cerró sus labios sobre ella y su garganta se convulsionó.

  • “Chúpa y limpiala botella... No creo que sea lo último que beberás esta noche… Eres una puta divertida."

Sin previo aviso, la empujó y cayó pesadamente sobre el suelo mojado, aterrizando de espaldas, sin aliento… Al caer sus largas piernas quedaron separadas… Los ojos de Frank vieron la joya roja en su coño afeitado… Y también vio las palabras tatuadas justo arriba de su coño... ‘¡Te odio!... ¡Follame más duro !’

  • "Ya sabes lo que tienes que hacer"…. El Coronel ni siquiera la miró mientras tomaba un sorbo de su martini.

Lentamente, la mujer de cabello plateado rodó sobre sus rodillas, se arrastró hasta los pies del hombre negro y comenzó a desatarle los zapatos… Cuidadosamente, los puso a un lado y luego le bajó los calcetines de seda negros... Se metió debajo de la mesa, entre sus piernas, le desabrochó el cinturón y le bajó la cremallera.

Esperó hasta que el Coronel alzase sus carnosas caderas y le bajó el pantalón del traje a rayas y los bóxers de seda rojos, que ella dobló cuidadosamente, antes de levantarse y colocarlos sobre el cojín, a su lado.

La vista de Frank cogía la escena ligeramente de lado... Más allá de la espalda y las nalgas de su esposa, podía ver la mayor parte del cuerpo desnudo del hombre negro… El Coronel mostraba su polla erecta… Mediría unos 20 cm de larga pero era muy gruesa… Casi tan gruesa como la mitad inferior de la botella de cerveza.

Por supuesto que la estiraría sus orificios… Le dolería a cualquier mujer... Frank quería mirar los ojos de su esposa mientras esa gruesa polla entraba en ella.

Su pensamiento quedó interrumpido por un gemido... Miró a la cara angustiada de su puta… Él la había olvidado... Sus uñas le cortaban su carne… Ella dio un momentáneo suspiro de alivio cuando él soltó su agarre, interrumpido por el hecho de que tiró de su cabeza hacia su ingle y le dijo:

  • "Chúpamela despacio."

Dándose la vuelta, estaba mirando las grietas del culo y el coño desnudo de su esposa… Su cabeza estaba más baja… Sus labios chupaban y lamían el dedo gordo del pie derecho del Coronel… Y de allí, pasaba al otro pie... Tomaba cada uno de sus dedos con cuidado en su boca.

Otra puta pasó por encima de ella y reemplazó el vaso vacío del Coronel por otro lleno… La única señal que le haría a Kelly cuando se cansase de que le chupara sus dedos era levantar el pie sucio, para que ella pudiera lamerle la planta del pié… Ella le dejó un pie limpio y luego el otro.

A una señal suya, sus labios y su lengua se abrieron camino hacia arriba… Lamía y besaba sus rodillas, muslos y testículos… Todo despacio y sin prisas.

El tablero de la mesa dividiael cuerpo del Coronel... Arriba, traje chaqueta a rayas… Camisa blanca... Corbata… Parecía un hombre de negocios un poco aburrido, tomando un martini… Abajo, un animal de ébano desnudo y poderoso atendido por una hermosa, impotente e indefensa puta blanca a quien su esposo había colocado allí… Ese esposo vio como sus labios rojos ahora se abrían y luego se cerraban alrededor de la gruesa polla negra.

El pelo plateado se movía hacia arriba y hacia abajo… Una mano negra presionó y la hizo sostener toda esa carne llenando su boca, metiéndosela hasta su garganta… Sus labios se estiraron... Su cuerpo se convulsionaba... Ella luchó, pero no pudo vencer la fuerte mano del Coronel, hasta que él decidió dejarla respirar, jadeando, antes de presionar su cabeza de nuevo.

Las luces se apagaron.

‘¿Qué pasa? ’, pensó Frank… Y al momento la mitad oscura del local, se iluminó y la que estaba él, se oscureció... Lo habia olvidado… Él, gimió de frustración al no poder ver a su esposa aunque si se escuchaban perfectamente los sonidos tales como respiraciones pesadas, palmadas, gemidos…

Frank miró el lado iluminado del club... Dos mujeres, una con pelo rubio tintado con raíces oscuras y la otra, negra, ambas desnudas pero con tacones altos, bailaban juntas, con los pecho apretados, besándose en la boca con lengua… Estaban haciendo un espectáculo para un círculo de hombres.

Por suerte, las luces volvieron a encenderse y Frank se echó hacia atrás para seguir mirando… ¿Qué es lo que veía?

Una gruesa polla negra que goteaba estaba casi en la cara de Kelly,  que estaba ahora tumbada de espaldas sobre la mesa, con la cabeza colgando sobre el borde... Su boca abierta, como un pez, con su lengua sacada al máximo.

El Coronel Gomez se echó atrás… La mano de Kelly rodeó su polla, acariciandola mientras su lengua la lamía… El Coronel Gomez sonrió... La vida era muy buena para él.

Se quedó allí parado, dejando que la puta gringa le lamiera el culo por un rato, antes de doblar las rodillas ligeramente y moverse arriba y abajo, limpiándose el culo por toda la cara de Kelly.

Cuando el Coronel se volvió, Frank vio momentáneamente la cara de su esposa brillando por la gran cantidad de saliva que segregó al lamerlo

Ahora, las enormes nalgas negras le impidieron ver cuando el Coronel hundió su polla en la boca invertida… Frank observó cómo el negro culo del Coronel se flexionaba adelante y atras jodiendo lentamente la boca de Kelly, obligándola a tragar cada centímetro de su polla.

  • "Ya hay bastante de esto", l edijo cuando se canso de ello.

El Coronel se retiró, se agachó, dio vuelta a Kelly sobre su estómago… Sus pies tocaron suelo, y tiró de su culo hasta que quedó frente a él... Aún ligeramente a un lado, Frank vio sus pechos llenos aplastados contra la mesa… Su rostro lo tenía girado hacia el otro lado y quería ver su expresión y sus ojos.

  • "Quítate los zapatos… Tus piernas son demasiado largas", gruñó el Coronel Gomez.

Kelly se enderezó y luego se inclinó... Con un suspiro de alivio, desató los cordones cortantes y se quito los zapatos de tacones demasiado altos… Luego se giró y volvió a poner de nuevo su parte superior del cuerpo sobre la mesa… Surcos rojos entrecruzados estaban marcados en sus pantorrillas y pies… Esta vez, su rostro miraba hacia donde él estaba.

  • “Separa tus nalgas y enseña tu ano.”

La ya dura polla de Frank se endureció aún más cuando la esposa que por su culpa había convertido en una puta, asumió esa obscena posición sin dudarlo.

El Coronel la dejó quedarse así, mostrando su culo al salón, disfrutando de su humillación, aunque Frank se dio cuenta de que ella ya estaba más allá de la humillación… Luego, escuchó:

  • "Pídeme que te encule."

  • "Por favor, jódeme por el culo", le dijo Kelly.

  • "¿Me odias?"

  • "Sí... No... No lo sé."

  • "Vamos a ver si puedes tomar una decisión."

Frank vio claramente que la gruesa polla negra se movía hacia el tierno ano de su esposa… Vio tocar la punta de la polla el ano, perforarlo, abrirle el anillo fruncido y entrar… Vio como los dedos de su esposa apretaron el otro lado de la mesa… Los ojos de Frank miraron a sus ojos… Primero los tenía apretados y luego se abrieron por el dolor que estaba sufriendo mientras el pollón del Coronel la llenaba lenta e inexorablemente.

Con las pelotas pegadas a sus nalgas, el Coronel deliberadamente puso todo el peso de su enorme parte superior del cuerpo sobre ella, la chaqueta de traje de negocios en la espalda desnuda… Soportar tal peso le quitó el aliento a Kelly, que sintió aplastada su carne desnuda contra la mesa, forzando a emitir un gemido de angustia.

Las caderas negras se retiraron y luego la golpeó con su polla de nuevo… Kelly emitió un llanto... Sus ojos verdes estaban cerrados… Cuando los abrió estaban llenos de lágrimas.

  • "¿Me odias ahora?"

  • "¿Qué respuesta quieres?", le preguntó Kelly.

El culo negro retrocedió y luego la golpeó de nuevo hacia adelante.

  • "Quiero la respuesta honesta."

  • "Sí."

-  "Dilo."

  • "Te odio."

  • "Bien... Me gusta esa respuesta.”

El Coronel levantó la parte superior del cuerpo y se enderezó… Agarró el culo de la puta gringa con ambas manos y comenzó a follar dentro y fuera con un ritmo trepidante y fuerte.

  • “Tócate tu clítoris… Quiero que te corras mientras mi polla está dentro de tu culo… No trates de fingirlo... Quiero sentir ese espasmo de tu esfínter anal al correrte.”

El aliento de Kelly aumentó para coincidir con su ritmo fuerte y sus dedos acariciando su coño… Tenía sus bonitos ojos verdes, cerrados... Abrió la boca manchada de rojo, jadeando de placer y de dolor… Frank nunca había pensado realmente en lo que los hombres debían hacerle sentir a ella.

  • “¡Ahora!”, ordenó el Coronel.

  • “AAAAGGH”, grito ella con espasmos y contracciones de su cuerpo.

El Coronel, con su medio cuerpo negro desnudo y la cabeza hacia atrás, permaneció inmóvil, con su gran polla  metida hasta el fondo del culo blanco hasta que escupio la última gota de semen.

La cabeza de Frank voló hacia atrás cuando también se corrió, desbordando la boca de la chica latina que se la mamaba.

El Coronel Gomez fue el primero en moverse… Arrastrando sus pies hacia atrás, se retiró lentamente del culo blanco... Kelly permaneció inclinada sobre la mesa, aplastada y agotada... Y la larga noche, para ella, acababa de empezar… Su culo todavía estaba dilatado en una gran 'O' abierta, de la que comenzó a salir semen.

El Coronel Gomez se sentó sobre el cojín de la cabina y les dijo a sus guardaespaldas:

  • "Podeis follarla vosotros, ahora… Pero llévala al callejón… Ponerla en posición tumbada sobre sus hombros para hacer que se orine sobre sí misma... Doblarle sus piernas, se las separáis y entonces la follais... Por el culo o por el coño, no me importa... Ambos agujeros son accesibles… Pero hacer que todo el semen lo mantenga dentro hasta que la traigáis de vuelta aquí.”

Una mano callosa rodeó la delicada muñeca y levantó a la mujer estadounidense… Kelly gimió... Se enderezó y caminó torpemente sabiendo a donde se dirigía y lo que le iban hacer.

Frank observó su espalda desnuda y la rotación rítmica de su culo, mientras ella y los cuatro hombres uniformados se abrían paso por el abarrotado local hasta que desaparecieron en el lado oscuro del salón

Un movimiento hizo que sus ojos miraran a la puta que tenía entre sus rodillas… El semen le había recubierto sus labios y barbilla... Sus ojos estaban preguntado lo que debía hacer.

  • "Eso es todo… Puedes irte.”

Ella se puso de pie lentamente con sus piernas entumecidas y se marchó.

Frank tomó un sorbo de su bebida... Había olvidado lo que estaba bebiendo… Tequila y tónica... Miró a su alrededor y llamó la atención de una mujer que estaba junto a la barra y levantó su vaso... Ella asintió y se volvió hacia el barman... Detrás de él, oyó que el Coronel decía:

  • “Tú... Limpia mi polla y vísteme.”

Reflejado en el espejo detrás de la barra, vio a una pequeña joven negra, vestida sólo con una minitanga y tacones altos de plástico transparente con suelas de 5 cm. de espesor, desaparecer bajo la mesa del Coronel… Observó su cabeza en el regazo del Coronel… Le estaba limpiando su polla con la boca… Y luego vio su pequeña mano negra que alcanzó las ropas cuidadosamente dobladas.

Sus bebidas llegaron al mismo tiempo: un nuevo martini para el Coronel y un nuevo tequila y tónica para Frank… Sus ojos se encontraron… El Coronel levantó su copa y Frank levantó la suya.

  • “Usted es de los EEUU.”

  • "Sí".

  • ¿Estás de negocios aquí?

  • "Soy abogado… Uno de mis clientes está trabajando en la expansión del canal.”

El Coronel asintió y preguntó:

  • "¿Así que vienes aquí a menudo?"

  • "Cada mes."

  • “Es un buen proyecto... Bueno para el pais y bueno para mí”, dijo el sonriente Coronel… Frank también sonrió.

  • "¿Has estado antes en este lugar?"

  • "Dos veces."

El Coronel hizo una pausa para tomar un sorbo de su bebida y le dijo:

  • “Entonces ya sabes lo que se hace aquí... Deberías follarte a la puta que acabo de usar… Después de que ella se limpie, por supuesto… Ella es una de las tuyas… Una mujer hermosa y tan entusiasta como quieras que sea… La estiro un poco, pero todavía está tensa.

El Coronel hizo una pausa y levantó el pie derecho para que la chica que estaba debajo de la mesa pudiera ponerse el calcetín de seda.

  • "Ninguna de todas estas que ves quiere estar aquí… Pueden irse cuando su turno ha terminado… Esperan que, con el tiempo, puedan pagar sus deudas o cumplan su condena y sean libres… Esta que has visto se llama Kelly y estará aquí para siempre… ¿Te diste cuenta de que ella lleva un anillo de bodas?... Su propio marido le hizo esto a ella… No puedo entender cómo un hombre quiso librarse de tan buenas folladas aunque tal vez ella no lo jodió tan bien…. ¿Viste lo que he ordenado que le tatuasen en el vientre?"

Frank asintió.

  • “Ella me odia... Odia a cada hombre que la usa… No hay mayor placer que hacer que se corra una mujer que te odia para hacer que su propio cuerpo la traicione... Ella no quiere sentir placer pero yo la fuerzo y la obligo a ello... Y también me gusta que se sienta impotente cuando le meto mi polla en su culo… No hay nada mejor que esto... En serio, deberías probarla.

  • "Lo haré."

  • "Fueron rápidos", dijo el Coronel viendo que ya llegaban todos.

Frank se volvió y vio a su esposa caminando delante de los guardaespaldas, con una mano sobre su coño y la otra detrás de ella cubriendo su culo... El pelo plateado estaba empapado y colgaba en mechones húmedos… Gotas de lo que él sabía que era su propia orina en su cara y hombros… Vi también caer una gota de orina de uno de sus pezones marrón.

  • "Sube aquí", le señaló la mesa el Coronel.

Torpemente, con las manos aún en el lugar, uno de los guardaespaldas la ayudó a subir… Kelly estaba de cuclillas frente al Coronel, mostrando el tatuaje del tridente hacia Frank.

  • "Ya no estás tan hermosa ahora, ¿verdad?... ¡Contéstame!”, le preguntó sonriente el Coronel.

  • “No.”

  • "Te ves desarreglada y apestosa."

  • "Sí."

  • "No creo que esto sea lo último que beberás esta noche, no?"

  • “No.”

  • "Sueltalo todo… Quiero verlo."

Frank vio como su esposa movia sus manos abriendose el agujero del culo... Un globo espeso y viscoso de semen emergió y cayó sobre la mesa… Otros globos cayeron de su coño... Cuatro corridas de los hombres que habían estado observando y esperando cada vez más y más calientes... Los dos charcos en la mesa crecieron hasta que se fusionaron en uno solo.

  • "¿Qué crees que quiero que hagas ahora?"

Frank observó la espalda desnuda de su esposa, siguió la hendidura de su espina dorsal, la punta central del tridente hasta el chasquido del culo perfecto… Las plantas de los pies descalzos se movieron hacia atrás y su cuerpo se apoyó sobre los dedos doblados, respondiendo con acción en lugar de palabras… El cuerpo se dobló hacia delante, separando sus rodillas a cada lado, bajó su cara, abrió su boca, sacó su lengua y se puso a lamer y chupar el charco de semen.

  • "Eres una buena puta… Encontraste tu verdadera vocación... Ve y baña tu asqueroso cuerpo pero no olvides tus joyas", le felicitó el Coronel… Una mueca de dolor cruzó su rostro cuando el Coronel cogió el tapón del culo que estaba sobre el cojín del asiento y con un movimiento rápido se lo metió por el culo.

Bajando de la mesa, con la cabeza inclinada hacia el suelo, ella se alejó.

Los ojos del Coronel se encontraron otra vez con los de Frank… Este levantó su vaso en señal de saludo y el Coronel Gomez sonrió.

Continuará....