Cazadores

Este es el mejor momento: el tipo está desnudo de cintura para arriba, le hemos roto la camisa, y tiene las manos atadas a la espalda y una cuerda pasada por encima de una rama tensa sus muñecas hacia arriba, el culo en pompa, el terror reflejado en su cara que lucha por mantener alzada, para ver lo

Este es el mejor momento: el tipo está desnudo de cintura para arriba, le hemos roto la camisa, y tiene las manos atadas a la espalda y una cuerda pasada por encima de una rama tensa sus muñecas hacia arriba, el culo en pompa, el terror reflejado en su cara que lucha por mantener alzada, para ver lo que sucede. Estamos solos en un claro del bosque donde nadie se acercará. El es un excursionista solitario y enclenque y nosotros somos dos motards, que salimos a la montaña cada domingo, de caza. Llevamos el casco puesto y el equipo completo: botas, traje, guantes, etc y tenemos toda la mañana por delante.

Mi compañero es homosexual, el ha tenido suerte hoy. Yo no. De hecho, pocas veces capturamos una hembra.

Me acerco a la victima y saco una navaja, la acerco a sus genitales para que se asuste a tope y le corto el cinturón.

-No, no, no, por favor…- gime

La bajo los pantalones y el slip; siempre se echan a llorar como nenas cuando se quedan totalmente en pelotas con los pantalones en los tobillos. Debe ser realmente humillante estar así, desnudo, atado, indefenso y impúdicamente exhibido delante de dos tiarrones.

-Escucha bien mierda: mi amigo es gay y está deseando follarte y que le comas la poya- le digo gritando a su oreja.

-Te voy a torturar hasta que chilles pidiendo POR FAVOR que te follen. Quiero oírte gritar que eres una putita masoquista y que quieres castigo y rabo-añado-y lo vamos a grabar en este móvil tan guai que tienes para enviarlo a todos tus contactos…

-No, por favor, no, porqué me haceis esto???, que os he hecho yo, por favor!!!-el mequetrefe se repite mientras yo me preparo para gozar del castigo.

Tengo un pequeño aparato de electrochoque con un electrodo que se inserta en el culo y una pinza para el prepucio. Se que cuando lo uso todos chillan piedad y juran que se comerán todas la poyas del mundo, pero lo reservo para el final, prefiero prolongar la tortura ya que no puedo disfrutar de una hembra.

De momento empiezo con el látigo, apunto a las nalgas y la parte superior de los muslos. Sin prisas.

Zaaaaaas, aieeeee!!! Nooooooo, noooooo!!!!

-Menuda nenaza, ya chillas como un cerdo y aun no hemos empezado- me burlo en su cara.

Otra vez, zaaaas, noooooooo, por favor piedad!!!!

Mientras, mi compañero de caza se saca la poya y empieza a masturbarse lentamente delante del desgraciado. Le acerca la poya a la cara y este la aparta, con asco. La humillación continua: mi amigo le acaricia el pene hábilmente y a nuestro esclavo se le empieza a notar una erección.

-Vaya, vaya, mira la putita como le gusta que un hombre le toque el rabo. La sorpresa que se llevaran sus amistades-le digo a mi compañero mientras el reo rompe a llorar.

Me gusta azotarlos cuando se han puesto a llorar de humillación. A cada golpe sigue un grito desconsolado, de impotencia, mezclado con el llanto. Me gusta, me excita. Decido quitarle los pantalones de los tobillos  y ponerle unas medias que llevo en la mochila por si tengo la suerte de cazar una hembra. Las esclavas me parecen más atractivas si llevan medias en lugar de estar completamente desnudas y ponerle unas medias a un macho contribuye a su hundimiento moral y da mas credibilidad al video final. Con las medias puestas y los pies atados de nuevo mi compañero le abofetea la cara y la polla bamboleante mientras se burla de el.

Noto que mi compañero no puede más, es el momento de sacar el “convencedor” de la mochila, no sin antes colocar un par de pinzas de tender la ropa en los pezones de nuestro preso. Le inserto el electrodo por el ano y la pinza en el capullo, ya totalmente erecto. Me sitúo delante y le amordazo –los gritos que va a dar pueden oírse de lejos- y le muestro el botón de castigo. Lo aprieto delante de sus narices e inmediatamente el pobre desgraciado se enerva y grita como un loco mientras los ojos le salen de las órbitas. Suelto el botón, le doy unos segundos de pausa y repito. La cuarta vez, solo con ver mi dedo acercarse al botón empieza a retorcerse con una expresión de locura desesperada en la cara; es el momento de preguntarle si quiere ser follado como una puta. Si dudar, asiente con fuerza. Le quito la mordaza:

-          Siiiii, por favor, are lo que me pidan lo que sea, pero no me castiguen mas, se lo suplico.

-          Dime que quieres polla y que eres una puta masoquista y todas las guarradas que se te ocurran y mas te vale que me convenzas o le doy al botón de nuevo- le susurro a la oreja mientras mi compañero grava la escena.

-          Siii, soy vuestra putita masoquista, dadme polla por favor, lo suplico, rompedme el culo, quiero sentir la polla en mi coño como la puta que soy…

Le indico por señas que continúe y le animo mostrándole el botón. Mi compañero acaricia el pene del esclavo para que en el video se vea bien que está gozando.

-          Por favor, quiero chuparos la polla, azotadme mas, merezco que me castiguéis, dadme pollaaaa, quiero chupar, necesito ser follada, violarme por favor!!!!!!!

Se la meto entera hasta la garganta mientras uso sus orejas para mover su cabeza; rápidamente me corro en su cara.

El tipo se ha vuelto loco de dolor y excitación a la vez. Es la señal que mi compañero esperaba; le quita el electrodo y lo encula con fiereza. Es su momento…

Los dejo solos para revisar el video: el tipo atado con las manos atrás y colgando de una rama, las medias de puta, los pies atados junto, las pinzas en los pezones, retorciéndose y chillando como un cerdo, mi polla en su boca, mi leche en su cara. Muy convincente, una obra maestra. Le muestro el video mientras mi colega sigue con lo suyo, demorando, gozando del momento. Veo la vergüenza y la humillación en la cara de la victima y no puedo evitar arrearle un par de bofetadas, soy así de sádico.

Es hora de comer, pero antes de subir a la moto hay que echar una meadita y dónde mejor que en la cara del pobre desgraciado?

Lo desatamos, le damos un par de patadas y nos llevamos su ropa.

-Encontraras la ropa en el camino imbécil. Nos llevamos tu móvil, si estas calladito i no recibimos noticias de la policía, a lo mejor no enviamos el video del que eres el prota a tus colegas. Tu verás.

Las motos no llevan matrícula y están llenas de barro. Nada puede identificarnos, somos depredadores invisibles que regresan de la caza.

sir_kelvin@hotmail.es