Cazador Cazado

Rafael iba en busca de acción esa noche. Y por su cabeza jamás pasó que la vida daría este giro....

Cazador cazado

Por ojosv55

Ojosv55@yahoo.com

Ese día había sido de los días mas terribles de los últimos meses. La presión en el trabajo había venido aumentado lenta pero constantemente, a causa de la proximidad del lanzamiento de nuestra nueva línea de productos. Todas las divisiones andaban frenéticas, alistando los detalles de última hora. Mi jornada de trabajo durante la última semana había sido extenuante, y estaba dispuesto a tomarme un rato de descanso y distracción.

Salimos Rafael y yo, a tomarnos unos tragos en un bar de la zona rosa, el sitio con mas movimiento en la ciudad. Rafael era mi compañero de trabajo, con el que mas tiempo gastábamos en la oficina, a la vez que era un muy buen amigo. Su forma de ser era muy agradable. Era una persona de esas en las que depositas tu confianza casi sin quererlo, en forma natural. Y además tenia una muy buena conversación, era educado y sobrio. En fin, una persona con la cual se podía disfrutar una velada.

Entramos a un bar que no conocíamos, inaugurado hacía muy poco, con una decoración hiper techno. Debido a la novedad, el sitio estaba a reventar. Conseguir pareja para bailar no resultó nada difícil. Rafael enganchó con una morena de corta estatura, pero que tenía una cara de muñeca preciosa. Además el color de su piel era divino, un canela como de bronceado de playa del caribe. Yo por mi parte ligué a una rubia mas bien pálida, pero que bailaba exquisito, Parecía que se moviera sobre nubes.

Después de unos cuantos bailes y tragos, Rafael y yo nos dimos cuenta que las nenas eran mas bien putonas, a la búsqueda de unos pesos para el fin de semana. Putonas pero algo finas, pues sus vestidos y su estilo no revelaban la ordinariez de una puta de calle. Sin decirnos nada supimos que esa noche íbamos a terminar acostados con estas dos zorritas, que buenas si estaban, y que merecido nos lo teníamos, después de estas semanas de trabajo intensivo.

El magreo que nos estábamos dando ellas y nosotros, refregando nuestros pubis y tocándonos todo lo que la situación permitía, caldeó el ambiente justo lo necesario para que nuestros espermatozoides empezaran a quejarse por salir. Decidimos abandonar la Disco, los cuatro, y buscar hacia donde derivar para satisfacer nuestras ganas, que ya abundaban tanto en ellas como en nosotros. Claudia y Sandra, que a esos nombres respondían la morena y la rubia, respectivamente, fueron al grano tan pronto estuvimos en la calle: a negociar el precio y el sitio. Sandra y Rafael acordaron rápidamente irse a un motel de las cercanías, casi sin regatear el precio solicitado por Sandra, a lo cual me dije que Rafael ya estaba lo suficientemente arrecho como para ceder fácilmente ante los requerimientos de la putita. Nos dejaron solos a Sandra y a mí en medio de la acera, y negociando todavía el precio. Yo no estaba muy seguro de que hacer. Los moteles me dan cierta desconfianza, prefiero sitios mas personales e íntimos, pero mi escaso onocimiento de Sandra me prevenía de invitarla a mi apartamento.

Ella, al notar que no me resolvía, optó por invitarme a su propio apartamento. Eso alejó mis prevenciones, y me decidí a echarme un buen polvo con esta zorra. "Ojalá que acostada lo mueva igual que cuando baila" pensé yo, mientras imaginaba que tal seria este coñito que me iba a comer en pocos minutos.

El taxi nos dejó en la puerta del edificio donde vivía. Pagué y subimos aceleradamente. Parecía que a pesar de ser puta, a Sandra también le apresuraba calmar sus ansias de sexo. Algunas putas son desesperantes, pues solo piensan en cobrar y salir del cliente, lo cual siempre me hace sentir como basura.

Tan pronto cerramos la puerta, Sandra se abalanzó sobre mi y me beso apasionadamente, hundiendo su lengua en mi boca y utilizando ese apéndice para explorar todos los rincones de la misma. Yo por mi parte le empecé a desabotonar su vestido, el cual se abotonaba, que digo, desabotonaba por la espalda. En segundos estábamos los dos totalmente desnudos, parados frente a la puerta todavía, Mi verga estaba dispuesta para la batalla, y Sandra me tomo de la misma, dirigiéndome a la mesa del comedor. "Ven y te comes tu postre, papito lindo" me dijo mientras se sentaba en la mesa y abría sus piernas al máximo. La visión de ese coño húmedo me arrecho aún mas y la penetré con furia,. Ella al sentirse clavada, gimió de placer y empezó a balancear sus caderas contra mi vientre, tragándose mi pene a intervalos rítmicos. La abstinencia de los últimos días tuvo sus consecuencias. En pocos segundos mi leche se estrelló contra el fondo de su vagina, lo que hizo que Sandra se retorciera de placer, derramando sus jugos sobre mi.

Estaba descansando aún con mi verga entre su vagina, cuando nos sorprendió el timbre del apartamento. "Coño, quién será a esta hora?" dijo Sandra dando un respingo. Yo opté por recoger mis ropas y retirarme hacia la pieza, en espera de que no fuera un cliente de ella. Escuche que abría la puerta, saludaba a alguien y luego de eso cuchicheos que no lograba descifrar. Lo que me sorprendió fue que después empecé a notar como sollozos, los cuales fueron aumentando de volumen. Nunca había oído llorar a Sandra, por lo cual no sabia si era ella o no. Un poco alarmado, pensando que de pronto el intruso la hubiera golpeado, asomé tímidamente mi cabeza por la puerta.

Pues no, no era ningún intruso, era una intrusa, y era ella la que sollozaba abrazada a Sandra, que trataba de consolarla. Noté que la chica tenia sus ropas algo averiadas, y pensé: "a que se ha topado con un cabrón agresivo, que le ha pegado por cualquier estupidez, pobre nena!" y me retiré hacia el cuarto, pensando "Y ahora que?" Yo todavía tengo leche represada, mierda, que mala pata"

Me puse mis interiores y mi pantalón, y en ese instante entró Sandra al cuarto. "Nene, que pena contigo, estoy en un dilema. Cynthia ha sido golpeada por un estúpido, y está muy alterada. Te molestaría si ella se quedase aquí?" "Y nosotros?" le respondí yo, dejando entrever ligeramente un tono de molestia por el asunto. "No te preocupes amorcito. Ella no pone problema para nada." Accedí, en espera de que las cosas mejoraran y pudiera ensartar nuevamente a Sandra, que, efectivamente, se movía igual cuando tiraba que cuando bailaba.

Salimos los dos a la sala y me di cuenta que Cynthia estaba bastante maltrecha, su cara con todo el maquillaje corrido y su ropa rota, especialmente su blusa, que dejaba ver parte de sus pechos "No esta mal la Cynthia" pensé para mis adentros, pero me sentí culpable por estar pensando nada mas que en mis deseos, cuando esta chica se veía que había pasado un muy mal rato. Cynthia trajo un frasco de Body Splash, y unas toallas de mano, a la vez que me presentaba formalmente: "Cynthia, este es Rafael, es un amigó que conocí en la Disco nueva esta noche" "Hola" me respondió ella, extendiéndome su mano, y mirándome con una expresión de tristeza y desvalidez que me conmovió.

"Siento mucho lo que te ha pasado, Cynthia, hay algunos cabrones que se merecen una buena arrastrada", le dije yo, tratando de consolarla. Ella sollozó, y yo le dije, "vamos, ya pasó, estas entre amigos, aquí estas segura" La abracé, y traté de reconfortarla, pues su sufrimiento me inspiraba ternura "Gracias, eres muy lindo Rafael, me respondió.

Sandra me pidió que le ayudara a limpiarse un poco, con las toallas, mientras le alistaba unas ropas que se pudiera colocar para reemplazar las estropeadas. Desapareció en la alcoba mientras yo utilizaba loas toallas y la loción para limpiarle su rostro, su pecho y su espalda. Ella se retiró la blusa y el sostén para dejarme hacer, dejando libres un tremendo para de redondeadas y firmes tetas. Yo carraspeé, pues me sentía incomodo en la situación. A pesar de tener todavía ganas de tirar, no me parecía muy caballeroso tratar de aprovecharme..

Afortunadamente Sandra llego con la ropa necesaria para Cynthia, quien a su vez desapareció en el cuarto, no sin antes agradecerme por mi apoyo y ayuda. Al quedarnos solos, le dije a Sandra "Y ahora que", "Ella no es problema, yo le tengo mucha confianza, A ti te molesta que ella este por ahí mientras nosotros, ya sabes?". "Bueno, pues no es lo ideal, pero que le vamos a hacer, yo sobreviviré con eso" respondí.

Escuchamos la ducha, y Sandra me dijo "Ven, esta en el baño, aprovechemos, pues se nota que todavía te falta". Entramos al cuarto, y rápidamente nos desnudamos de nuevo arrojándonos sobre el colchón. Nuestros cuerpos se fundieron, unidos por nuestros sexos, mientras nos abandonábamos al frenesí del coito, La poseí con un deseo extraño en mí, tal vez por la ansiedad generada por una tercera persona que podría irrumpir en cualquier momento. Mi corrida fue total, quede exhausto, al lado de Sandra, que, sudorosa, prendía un cigarrillo.

Desperté de súbito, al escuchar que la puerta del baño se abría. Sandra seguía acostada a mi lado, dormida, y Cynthia, acababa de entrar en la habitación, después de concluir su baño. "Oh lo siento, no quería incomodarlos" "No te preocupes", le contesté medio adormilado, al parecer nos habíamos quedado dormidos después del coito. "Voy a recostarme en el sofá" dijo. Yo, cortés y caballeroso, le dije: "no, espera, quédate en esta cama, y yo uso el sofá, así podrás descansar mejor" e hice el ademán de pararme. Sandra, que hacia poco se había despertado hacía unos segundos, intervino: No, papi, no te vayas, ven Cynthia, esta cama es un potrero, aquí cabremos todos muy cómodamente". "No, creo que mejor los dejo, me da mucha pena con ustedes". "Vamos, no seas tonta, no molestas, cierto Rafael?",. Yo asentí, y le dije "si, ven, estarás mejor aquí", y le señale un espacio entre Sandra y yo. Eso pareció convencerla, tal vez el dormir al lado de su amiga era lo que necesitaba para olvidar ese mal rato de antes.

Me pare de la cama para que ellas se pudieran acomodar mejor. Opté por ir al baño, y después pasar por la cocina por un bocadillo. Retorne al cuarto, con unos panecillos y una cerveza que le ofrecí a Cynthia. "Amor, eres un príncipe, pero me haces quedar como mala anfitriona, yo he debido hacer eso" dijo Sandra. "No te preocupes, no es molestia para mi, al fin, yo me he atrevido a tomar parte de tus viandas para calmar el hambre. Quieres un poco?" le respondí ofreciéndole un sándwich y una cerveza: "Cómelo tu querido yo estoy fundida".

Así, acabamos nuestros bocadillos Cynthia y yo, mientras Sandra se volvía a quedar dormida. Cynthia me dijo, "No te vas a acostar? Si quieres los dejo, como te digo" "Que no, bobita, quédate ahí!. Mejor dicho, espera, ya me acuesto" dije con intenciones de dormir un rato, pues el ligero sueño que había tomado antes me había recordado las noches de insomnio en la oficina.

Me acosté al lado de Cynthia, que olía exquisito, un perfume muy femenino. Ella se Abrazó a Sandra, dejándome espacio para mi solo. Mi mano se aproximo al cabello de Cynthia. "Estas mejor? Descansaste con la ducha?" Si, gracias, lo necesitaba, hoy ha sido una noche de perros". Continué sobando su cabellera y acariciando su cabeza. Ella se giró hacia mi lado y colocó su cabeza sobre mi pecho. Así en esa posición, nos quedamos dormidos.

Desperté, como a las dos horas, con una erección de película. Cynthia estaba todavía dormida sobre mi, prácticamente en la misma posición. Trate de zafarme, pero mis intentos hicieron que Cythia se abrazara aún mas a mi. Su cabeza quedo al lado de la mía, con los rostros casi pegados. Su perfume era delicioso, sugerente y empezó a hacerme pasar ideas por la cabeza. No resistí la tentación, y acerqué mis labios a los suyos. Empecé a besarla suavemente, y sentí que ella separaba sus labios, en sueños todavía. "Soy un aprovechado" pensé, pero continué besándola, acariciándole ahora su espalda. Mi tranca estaba tiesa totalmente, pues la excitación de lo prohibido multiplicaba el placer. Noté que ella empezaba a despertar, y decidí apartarme, como chiquillo pillado en una travesura. Ella me lo impidió, y empezó a obrar por su cuenta. Sus labios se pegaron a los míos, mientras su mano se deslizaba hacia mi entrepierna. Sentí como electricidad al ella tocar mi falo erguido. Lo rodeó con sus dedos y empezó a masturbarme lentamente. Yo decidí avanzar por mi cuenta también, y empecé a manosear sus preciosas tetas. No resistí la tentación de vérselas, y levante la sábana. El esplendor de ella se me mostró en su totalidad. Su pijama estaba desabotonada hasta la cintura, y sus tetas esplendorosas hacían que mis manos se vieran pequeñas. Ella acelero su ritmo sobre mi polla, mientras yo le deslicé la mano a su sexo. Mi sorpresa no se hizo esperar, al toparme con un objeto duro que no debería estar allí!. Le abrí su pijama totalmente, y pude ver lo que había: una tremenda verga tiesa y erguida. Era la primera vez que tocaba una verga que no fuera la mía, y eso me hizo sentirme cortado. Iba a pararme de la cama, y entonces ella se retrajo diciendo con un tono lastimero "Lo siento, no quise molestarte". Su actitud me venció. Parecía una niña desvalida, y me hizo olvidar que no lo era, que en realidad era un tipo con tetas...

Abandoné mi idea de pararme, y la abracé: "No, lo siento yo, perdóname tu." La acariciaba como si fuera la mujer mas dulce. Porque actuaba asi?, Porque acariciaba y consentía a este tipo? Me di cuenta que en realidad no le veía como hombre, sino como mujer. "Si no tuviera esa polla entre las piernas, si tuviera lo que yo esperaba" pensé para mis adentros Ella me ofreció sus labios que se me antojaron irresistibles. Nos besamos como locos, acercando nuestros cuerpos. Su pene empezó a rozar el mío, y contrario a lo esperable, eso me excito aún mas. Empezamos a movernos para que nuestro penes se rozaran. Yo subía ligeramente mis caderas y ella las escurría, haciendo que los dos troncos se refregaran el uno contra el otro. Todo ese toqueteo acabó por vencer mis ultimas defensas. Levanté la sábana y la coloqué delicadamente sobre Sandra, que continuaba profunda. Mientras admiraba su femenino cuerpo, empecé a acariciar su verga erecta. "Que estoy haciendo?" pensaba yo. Yo que me creía macho remacho, acariciando la verga de este tipo". Pero cuando la veía completa, me decía, "no es un tipo, es una mujer, y que preciosa que está"

Ella pareció leer mi mente, y acercó sus labios a mis oídos para hablarme suavemente: "ya, ya papi, déjate llevar por tu corazón, obedece a tus instintos. Se que dentro de ti estás deseando que ocurra. No te resistas papi, no involucres la razón con esto tan bello que estás sintiendo." Todo eso que me decía acabó por romper la última barrera. Me abandoné a ella, me abandoné a el, me abandoné a lo que quería. Y lo que quería era amarla profundamente, poseerla, y dejarme querer por ella.

Empecé a acariciar su verga sin tapujos, a la par que disfrutaba de la vista de su cuerpo totalmente femenino, salvo por ese pequeño detalle. Bueno, no tan pequeño. Mi mano apenas bastaba para contener su miembro palpitante. Ella correspondió, y empezó a masturbarme. Yo me sentía en el paraíso, cuando ella dejo de meneármela, y se colocó en posición para hacerme una buena fellatio. Tragó mi verga con su boca a la par que se montaba a horcajadas sobre mi. Su miembro apareció en todo su esplendor colgado frente a mi cara. No resistí. Para que resistirme mas? Para quenegar que lo que estaba haciendo me gustaba? Abrí mi boca y trague el miembro de Cynthia con ardor. Que rico sabor el que tenia. Y que rico que Cynthia lo mamaba, era una experta. Me sorprendí pensando en que deseaba alcanzar la experiencia de ella, aprender a mamarlo como un profesional. Al pensar estas cosas, al darme cuenta lo delicioso que era un pene en tu boca, lo mucho que me gustaba, me descarguécon espasmos de placer en la boca de Cynthia, que recibió sumisa todo mi semen, sin soltar mi falo hasta que lo hubo exprimido totalmente. Nos separamos, y me di cuenta entonces que yo ya había llegado, mientras Cynthia tenia toda su carga completa. Ella me dijo "si tu quieres, mi amor, solo si tu quieres!" Yo lo único que atiné fue a dar un beso en su mejilla, y voltearme de medio lado. Su verga quedó en donde debería quedar, a la entrada de mi culo virgen. Seguí haciendo caso a mi corazón, a mis deseos, y alce una pierna, mientras reposaba la cabeza en la almohada y cerraba los ojos.

Sentí que ella empezó a penetrarme con su herramienta, haciendo todo lo posible por no herirme. Sin embargo, empecé a sentir que me rasgaba, y me quejé. Ella retiró su miembro, y cruzando su brazo sobre mi pecho, abrió la mesa de noche y saco un tubo de crema lubricante. Lo aplicó sobre su falo y sobre mi culo, y volvió a intentarlo. Esta vez no sentí ni el menor asomo de dolor. Al contrario, sentir la verga de Cynthia penetrándome fue la sensación mas deliciosa, tan diferente a penetrar a una mujer. Continué con los ojos cerrados, hasta que Cynthia hundió su arma hasta la empuñadura. Así totalmente empalado, penetrado y con mis ojos cerrados, empecé a gozar de la follada de Cyinthia. El placer de sentir ese falo entrando y saliendo empezó a hacerse mas y mas notorio, a medida que mi culo se acostumbraba a es invasor. Así estaba, sintiendo el sexo de Cynthia y dejándome llevar por el placer, cuando sentí que algo aprisionaba mi miembro, que estaba medio flácido después de la corrida en la boca de Cynthia. Abrí los ojos y vi a Sandra que con su boca aprisionaba mi miembro, tragándoselo con avidez. Ella me dijo: "Con que saliste de doble vía no papi? Así me gustan mas". Al izar la vista, noté que el techo de la habitación contaba con espejo, cual motel de putas pasajeras. "Por qué no había visto este espejo antes?" pensé para mis adentros, diciéndome que la arrechera y el afán de comerme a Sandra me había hecho ciego a lo obvio, ciego a los espejos en el techo, ciego a los miembros escondidos entre pantys, ciego a mis deseos de ser poseído en la forma en que yo poseía. Me extasié en el espectáculo. Yo entre dos mujeres, penetrado por detrás y succionado por delante. Que delicia, que placer el sentirse usado, que placer el sentirse inundado por un miembro palpitante. El espectáculo era tan completo, que terminé por correrme en la boca de Sandra, mientras Cynthia descargaba toda su leche dentro de mi "Oh, si, mamita, que rico, que leche tan deliciosa, vamos, dame mas, damela toda" gritaba yo como si fuera una de las zorras que acostumbraba follar.

Ahora yo era la zorra. Ahora sentía lo que sentían ellas.. Ahora era lo que jamás soñé que sería.... Ahora estaba completo.... Ahora era, como decirlo, feliz. Sí, ahora era feliz.....

Y colorin colorado.....

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