Cavé un pozo y caí. El pozo tiene tu nombre. 7

¿Para que sirve seguir con esto?

Casi no había podido dormir en la noche del domingo para el lunes, asi que mi humor no era el mejor  por la mañana. Había pensado mucho en el "Que hacer con esto" y la única descición que logré tomar fue "bajar los desciveles de demostración". Nada más. Ocho horas pensando para llegar a esa simple conclusión.

Era una tarea titánica, más cuando a uno se le hace costumbre ser de determinada manera con alguien. Pero intenté, de manera disimulada, ser un poco más "fría", obviamente no del todo, no habíamos quedado en eso, básicamente seguía siendo mi "novia".

El primer paso que decidí toma fue la rotura de la burbuja, empecé a hablarme nuevamente con todo el curso, dejé de ser absorvida por Agustina y ella también por mi, nos notamos más frescas, simpáticas, nos pusimos al día con la vida de nuetro grupo de amigas, charlamos, reímos, hasta jugamos con las demás. Ellas lo notaron y alabaron nuestro cambio. Les caíamos aún mejor. Habíamos vuelto a ser realmente compañeras con todos, más o menos en el lapso de tiempo de una semana.

Si seguíamos de la mano y también de vez en cuando nos escribíamos cosas tiernas en ellas, Agustina realmente no notó nada extraño como aquella vez en que no le presté atención porque fue distinto, estaba totalmente simpática, tanto con ella como con todo el mundo, pero a la vez, alejada de nuestra excesiva proximidad.

Un día, en el primer recreo, me fugué al curso de los que eran mis ex compañeros de primaria y de los primeros tres años de secundaria, hasta el pase  de "Ciclo Básico" a "Ciclo Orientado" (supongo que los argentinos que me lean, entenderán), que seguían en la escuela pero en diferente orientación (Yo estudiaba Cs. Sociales y ellos, Economia), pasé un momento genial, realmente extrañaba y extraño mucho ser su compañera. Prometí visitarlos cada primer recreo, esa fue mi excusa para librarme de ir al baño con ella, algo que si bien quería que pasara, prefería no hacer, ella nunca me recriminó nada,  íbamos sin falta en el segundo.

Los días continuaron así, no se si más "distanciadas" es la palabra, pero sí más integradas a los demás, parecíamos personas nuevas. Conversar con los demás, hacía que dejemos de estar una sobre la otra y nadie más podía hablar con nosotras porque "rompía" nuestra armonía y terminábamos tratando mal a todo el mundo, integrarnos fue una buena idea, dejábamos de sofocarnos y a su vez, a nuestra manera nos seguíamos demostrando cariño casi de la misma forma.

Empezó su tratamiento, con todo el equipo médico y toda la cosa, siempre me contaba algo nuevo, había conocido personas que estaba mejor pero también gente mucho peor que ella, se llevaba mal con la psicologa y pidió un cambio, le trajeron otra mucha mejor, que logró su confianza en horas. Convengamos que  se hacía mucho la rebelde, pero dentro de todo le encantaba estar ahí, cuando terminaban de comer siempre hacían algo "productivo", así sea pintar, leer, escribir, tenían distintos talleres, como también podían dormirse la siesta, después les daban la media tarde y los dejaban irse a sus respectivas casas. No a todos, algunos debían quedarse incluso hasta la hora de la cena. No era el caso de Agus, ella salía a las 17:00.

Era cada vez notoria la baja en la intensidad de nuestra relación, pero de todas maneras seguíamos amándonos, celándonos, besándonos -aunque nunca de la manera como cuando nos besamos en su casa- tomándonos de la mano y demostrando nuestro cariño extraño, no conversábamos en lo más mínimo sobre nuestra sexualidad.

De vez en cuando nos juntábamos fuera de la escuela, a tomar un helado, licuados o un submarino, comprarnos ropa, volvíamos a ir al cine, un par de veces salimos a comer o nos juntábamos a hacer los trabajos prácticos, las semanas fueron pasando, siempre en cada salida nos besábamos, pero no avanzábamos otro paso aún cuando el tiempo avanzaba, de todas formas no retrocedíamos, por lo menos hasta días antes de que cumpliéramos los tres meses, éramos completamente felices. Aún con todas las inseguridades que habían. Yo me sentía bien, completa, tranquila, no necesitaba más y no quería menos. Pero todos sabemos que la completa felicidad, cuando viene con trabas, dificilmente dura mucho.

Un día, lo recuerdo perfectamente bien, era jueves, Agustina vino incómoda a la escuela. Lo note y trate de no forzar nada, algo pasaba. Intenté no ser tan cargosa, no me  medio-acosté sobre ella y casi no le di la mano en toda la mañana. En el primer recreo me fui como hacía siempre, pero sin mediar palabra con ella, terminando el segundo módulo de clases le hablé, ya no podía aguantar más. Casi no habíamos cruzado palabra en todo lo que llevaba la mañana.

-Ha pasado algo? Todo bien? - Pregunté, midiendo mis palabras y no dándole extrema importancia.

-No, no pasa nada. - Dijo, había algo de desánimo en su voz.

Justo cuando ella terminaba de hablar, sonó el timbre, segundo recreo.  Le di la mano.

-Queres que vamos? - Pregunté.

Ella no respondió, me tomó de la mano y comenzó a caminar lentamente hacia "nuestro" baño, no decía nada.

-Agus, de verdad, si hoy no te sentís bien... - Empecé a decir, pero no terminé porque ella me hizo una seña como para que me callara. Lo hice, no me gustó nada ese gesto, pero como siempre, lo acepté.

Entramos, ella estaba seria pero no de la seriedad que a mi me gustaba. No sabía que pasaba y me desesperaba un poco.

-Agustina...que caraj...-Y no terminé, porque ella me abrazó y me besó, tiernamente. Abrí mi boca y empezamos a besarnos ambas,sus labios encajaban perfectamente con los míos, el ritmo era pleno, mas bien lento, bajé mi manos a su cintura y acerqué mas su cuerpo a mi. Está bien, no entendía que pasaba, pero sus besos me encantaban más que nada en el mundo. No necesitaba otra cosa en ese momento. Ella se separó de mi y mirándome fijamente a los ojos, dijo:

-Tenemos que hablar, esta va a ser la última vez que venimos al baño a besarnos...Ya no quiero seguir haciendo esto. Ni acá, ni en ningún lado.

-QUE?! PORQUE?! - La solté, no pude disimular mi sorpresa y -obviamente- mi dolor.

-Ya no quiero enredarme, ya no quiero confundirme más, no quiero que pasemos del chiste a la total realidad, lo estuve pensando mucho en estos últimos días, hasta lo hablé con la psicóloga que más o menos me dio una respuesta a todo este miedo que tengo. Pero principalmente, no quiero enamorarme de vos y se que estamos propensas a que pase -Yo estaba tragándome las lágrimas e intentando que ella no se de cuenta- porque si eso pasa, mis viejos no lo soportarían, sobre todo mi papá, esto podría matarlo, soy su nena y el no es homofóbico, es ultra homofóbico, mi vida se complica en el solo hecho de pensarme enamorada de vos. No podríamos proyectar nada juntas a futuro ¿para que sirve seguir con esto? Era solamente un beso y ya casi llevamos un mes besándonos todos los días. Ya está, esto no es normal. No quiero seguir.

¿Nunca han sentido como parece el mundo venirse abajo? Eso mismo sentí en ese momento. Se podía ver justo el instante en que ella me rompía el corazón, las ilusiones, la felicidad, todo porque le asustaba su papá -yo también conocía su homofobia, todo el mundo la conocía creo- y porque está segura de que le gustan los hombres. Y, lo más importante, porque quería "resguardar la amistad". ¿Porque no lo habla conmigo antes de decidir? ¿Que lugar termino ocupando yo en su vida?. Tenía cosas escritas por ella que me decía que me amaba, que me quería cerca, que ser mi novia la hacía feliz. ¿Y sus celos? ¿Y cuando ella me besaba en la calle para que yo me pusiera nerviosa? ¿No valoró ni un poquito mi incondicionalidad hacia ella? ¿Todo lo que hemos pasado? ¿Y si me dejo de preguntar estupideces?. Ya estaba, listo. Nuestro "amor" había terminado o por lo menos tenía que.

Me quedé mirando el piso, no articulaba palabras ni nada. Aguanté mis lágrimas, ella no iba a verme llorar y menos por su culpa.

-Me parece bien. - Dije mientras abría la puerta, rápidamente salía del baño y  me desaparecía por el patio de la escuela.

Si hay algo que me caracteriza, es que no puedo demostrar en exceso mi tristeza en público, a veces la gente piensa que nada podría ponerme triste, porque de una manera u otra termino riendo hasta de estupideces. En mis 20 años, jamás ha habido alguna situación -Y eso que las he pasado, he tenido mis golpes- que no me haya permitido reirme cuando lo comparto con alguien más. Jamás. De cualquier cosa (siempre y cuando sea con respeto) uno puede reirse con amigos, aún cuando ellos no sepan que uno está roto. Así que rápidamente busque a mis ex compañeros para divertirme con ellos. Si, estaba triste. Si, quería estar llorando  mientras escuchaba alguna canción deprimente  tirada en mi cama. Pero no, podía hacerlo en otro momento de todas maneras. No pasa lo mismo con los enojos, todo el mundo se da cuenta cuando estoy molesta con alguien o algo, aunque también me dura muy poco, pero la bronca me sale por los poros. Nunca puedo disimularla.

El recreo pasó, volvimos al curso. Ella estaba acostada en la mesa, como intentando dormir. Cristina me miró como preguntando que había pasado, imaginaba que las cosas no estaban bien entre nosotras. Hice con mis manos un gesto como de "Si hubo un "lo nuestro" acaba de terminar". Y ella, aunque no me crean, entendió. Y, por el momento, no intentó averiguar más. Códigos de mejores amigas.

Hice un poco de ruido al sentarme. Fue sin querer pero inevitable.

-Perdón - Me disculpe.

-Lau...-me miró, tenía la cara como si quisiera llorar o hubiera llorado dudo que lo haya hecho, era demasiado fría.

-¿Que pasa? - Pregunté, tranquilamente mientras sacaba los útiles de la materia que estaba por comenzar,  como si nada de lo que me dijo me hubiera afectado en lo más mínimo.

-Quiero explicarte algo, yo no quiero que nos besemos más, pero quiero seguir dándote la mano, que seas mi novia, que no estes con otra chica, quiero seguir escribiéndote cosas tiernas, quiero todo igual que antes. En serio, pero basta de besos o de demostraciones en exceso. No quiero confundirme más.

Me quedé mirando hacia adelante, al profesor, que comenzaba a explicar los biomas geográficos, ultra interesante. Se quedó mirándome unos segundos. La verdad es que no tenía una respuesta para sus contradicciones.

-¿No me pensas responder? ¿Te has enojado? ¿De verdad te importa tanto? - No me gustó en lo más mínimo el tono como preguntó lo "de verdad te importa tanto". Si, me importaba. Me importaba más de lo que creía y también más de lo que debería.

No pude disimular mi cara de bronca ante sus palabras, pero no dije nada. Inhalé, exhalé. Mastiqué la rabia. Pero no pude aguantar mucho tiempo.

-Laura, te estoy hablando. - Dijo de mal modo.

-No importa en lo más mínimo, Agustina! No sos el centro del universo! Tus decisiones no me interesan, dejame tranquila!.  - Las últimas dos palabras se las dije casi gritando.

Y aunque era muy poco creíble todo lo que dije, no respondió, agarró sus útiles y se fué a sentar con Erika.

HASTA AQUI LA PARTE 7, DEBO ANTICIPAR QUE LA COSA COMIENZA A PONERSE UN POCO MÁS DIFICIL. PERO MÁS INTERESANTE TAMBIÉN! LO SABRAN EN DÍAS :)

Disfruto mucho de escribir esto, si tienen algun comentario, es bien recibido.

Lucíapolvos: Me encantó tu comentario! Y si queres escribirme, no lo dudes :) Gracias por la buena onda!

Nos reencntramos en la parte 8, las cosas pueden cambiar y mucho. Pero la vida es una rueda y hay que rodar con ella!

Laura :)