Cavé un pozo y caí. El pozo tiene tu nombre. 5
Llegó el ansiado primer beso...Puede terminar esto bien?
La tenía agarrada por la cintura y ella seguía abrazaba a mi cuello, al principio un beso muy fue suave, parecía un pico largo, después ella comenzó a abrir su boca y yo la mía, fue tomando intensidad, sentía el sabor de su boca y ella el mío. No podía pensar o imaginar otra cosa que no fuera ella, como mujer, como nunca la había sentido. Nos separabamos para respirar pero en el medio nos dabamos pequeños besos, nos mirábamos a los ojos y volvíamos de nuevo, sentí en mi interior que no era un beso para probar, era un beso deseado, tierno, con amor, era un beso de dos personas que se querían más de lo que podían admitir, no de personas "experimentando".
-Te juro que sos la única mujer que quiero en mi vida y ya no aguantaba más mis ganas de besarte...-le dije en un momento de extrema sinceridad cuando nos habíamos separado- Feliz cumpleaños.
-Gracias mi vida, te quiero tanto... quiero que seamos novias en serio - dijo mientras se pegaba más a mi- quiero que estemos juntas, quiero...te quiero, te quiero.Me haces tan bien.
Nos besábamos, nos besábamos y nos besábamos.Estuvimos fácil media hora besándonos. Nos dimos cuenta y salimos, primero yo y después ella, la agarré de la mano y era mucho más distinto que antes lo que sentía.
Teníamos la boca muy roja. Cristina se dio cuenta rápidamente, yo intenté mentir diciendo que nos habiamos tomado un helado y nos quedamos mirando ropa. De todas maneras estaban todas tan entretenidas jugando al bowling que mucha importancia no le dieron.
Fue muy divertida la continuación de esa tarde, nos mirábamos todo el tiempo, nos abrazábamos, nos tirábamos besos cuando nadie nos veía, nos dábamos de comer en la boca. Creo que todo el mundo hubiera creído que eramos novias de solo mirarlo.
Cuando nos despedimos, porque ya era tarde y al otro día había escuela. Ella saludó a todo el mundo con un beso y un abrazo...excepto a mi. A mi me agarró de la mano y me pidió que la acompañe al baño rápidamente, me hizo entrar, cerró la puerta y me besó. Sus besos eran suaves, lentos y dulces.
-Te quiero, hasta mañana. - dijo despues de soltar mi labio inferior.
-Hasta mañana, hermosa. - Dije, sonriendole como imbécil.
Cuando empezamos a salir del baño...le dije:
-Esperá...el último.
La hice entrar nuevamente, la puse contra la pared y la besé. Después salimos como si nada hubiera pasado. Pero, por lo menos para mi, estaba pasando todo.
Desde ahí nuestra relación cambió, pero ella seguía con Juan Cruz, de todas maneras, al otro día de nuestro primer beso hicimos una especie de pacto.
-Somos novias de verdad - me dijo, mientras tomaba mi mano - pero podemos tener ciertas cositas con hombres, por las dudas. Esto lo decía por ella, porque le siguen gustando más los hombres, pero también por mi, sabía que yo me seguía comunicando con Leonardo.
Yo acepté, la idea me parecía buena, aparte no quería otra mujer. La quería a ella.
-O sea que - continuó - ojito con mirar a Maira o a cualquier prostituta que se atraviese en tu camino porque te mato - dijo mientras me apretaba fuerte la mano.
Los días transcurrían rápidamente pero eran uno mejor que el otro, siempre había un gesto, una caricia, un mensaje escrito en un cuaderno, en un papel, en los brazos, en la cara (en serio, en la cara)
Un día note que no quería ver a Juan Cruz, cada vez que sonaba el timbre para el primer recreo ella rezongaba, a veces no salía y me pedía que le dijera que no estaba, no había venido o no se sentía bien. Recuerdo que una vez yo me estaba yendo para el curso de otras amigas, que habían venido a buscarme, me di vuelta por vaya a saber que razón y la vi mirandome mientras el le hablaba, estaban sentados en la galería que bordea el patio de mi ex escuela, ella estaba muy seria y hasta yo me di cuenta que no le estaba prestando atención, estaba perdida mirándome. Le sonreí. Sonrió.
Después de ese recreo, cuando volvimos a clase, me dijo.
-Hoy descubrí que prefiero estar con vos antes de que con Juan Cruz, no quiero perder más el tiempo con el y mañana voy a dejarlo. Voy a decirle que no venga a buscarme, no disfruto de su compañía, no tenemos nada que en común, no quiero. No me interesa. Prefería irme con vos que quedarme con él.
Sentí fuegos artificiales en mi pecho. Nada más y nada menos que eso.
-¿Estas hablando en serio? - Pregunté con entusiasmo, se notaba mi felicidad.
-Estoy hablando muy en serio, prefiero dejarlo ya antes de que el sienta algo más...aparte, no se, no quiero perder mi tiempo con alguien que se que no voy a llegar a ningún lado.
-Si es tu desición y te hace feliz, sabes que te banco. Te apoyo en lo que hagas, siempre...lo sabes.
La tomé de la mano y me recosté sobre ella, que feliz era. La quería demasiado, pasó la hora de clases. Fuimos al baño, nos besamos.
Ella me abrazaba, me agarraba de la cara, de la cabeza, del pelo, del cuello, de la cintura, igual yo a ella. Ya habíamos probado lo que era besar a una mujer y sin embargo todos los días nos desaparecíamos...a veces nos quedábamos hasta diez minutos después de que sonara el timbre.
-Te quiero tanto, Laura. - Me decía entre besos.
-Yo mucho más, hermosa. - Respondía, susurrándoselo en su oido.
Eran besos en la boca y caricias en la espalda, nada más que eso, no avanzábamos muho más. Y los besos tiernos, suaves, ni siquiera nos metíamos la lengua, imaginen lo inocentes que eran. No eran picos, nuestros labios se entendían y muy bien, pero no eran apasionados o exitantes...eran besos para enamorarse perdidamente.
Dejó a Juan Cruz, el no se lo tomó tan bien e incluso seguía molestandola, pero ella le aclaró que estaba con alguien más, que quería a otra persona, que mejor buscara a otra, ella quería verlo bien pero no se sentía bien ella con él, y no se que otras excusas le puso, parecidas a las que generalmente la gente utiliza para dejarse, pero la cuestión es que ya no salía con Juan Cruz, ahora "estaba" solamente conmigo.
Empezamos a celarnos más, si en algún momento alguna de las dos se quedaba mirando a otra persona, hombre o mujer, ahí no más aparecía (sobre todo de mi parte, soy bastante celosa) el comentario:
"Seguí mirando, dale, tranquila, no estoy acá eh" O similar.
Y ahí no más la otra hacía algo para que no pelearamos. Odiábamos discutir y no hablarnos, así sea por estupideces, lo único malo era que yo tomaba el primer paso que generalmente era tirarme sobre ella para volvernos a hablar. Eso se hizo costumbre, cada vez que discutíamos, yo tenía que buscarla y arreglar las cosas, aún si la ofendida era yo. Pero la verdad es que no aguantaba tenerla cerca y sentirla lejos. La quería cerca todo el tiempo.
En el mismo momento en el que aumentaba mi relación con Agustina, incrementaba mi amistad con una chica que vivía a un par de cuadras de casa, Roxana, le hablaba, nos escribiamos y publicábamos cosas por facebook, me buscaba de la escuela, nos juntábamos a tomar algo continuamente entre otras cosas. Agustina la odio desde que le empecé a hablar de ella.
Cada vez que le contaba algo sobre mi nueva amiga, no me escuchaba o no respondía. Entonces pregunté.
-Tenes celos de Roxana, cierto?
-No, pero no me cae bien que sea tan asfixiante con vos, te busca todo el tiempo, te publica siempre algo, le pone "me gusta" a todo lo que escribís, hablás con ella mucho y...conmigo casi nada fuera de la escuela, no nos vemos. Y no se, tu mejor amiga soy yo, cierto?
Por dentro pensé: "Si, mejor amiga que me besa todos los días. Te olvidas de eso o te lo recuerdo a besos? Hipócrita!."
-Ella es mi amiga de la infancia, nuestros padres son amigos. Mi amistad con ella ha sido siempre igual -mentira, se había incrementado hacía poco porque se había mudado cerca- no seas tonta y no seas tan obvia - Dije, fingiéndo superioridad.
-No soy obvia, pero cuando viene a buscarte no podemos caminar hasta mi parada y me tengo que ir sola.
-Y por eso decis que es afixiante? - Dije, mientras la abrazaba.
-Y porque se ven todo el tiempo fuera de la escuela y conmigo nada. Andá, cualquiera. -Dijo mientras se salía de mi abrazo.
-Queres que nos veamos esta tarde? - Dije, tratando de darle la mano.
Ella aflojó y me agarró.
-Puede ser, tenes alguna idea?
-Queres que vamos al cine? Yo te invito, yo pago y yo todo.
-Dale, pero vamos a ver una película linda o te dejo. Y no, vamos mitad y mitad.
-Dejame y volvés a los tres minutos, probá si queres.
-No quiero probar - dijo, seria - y dejá de hacerte la interesante porque me voy a enojar.
Esa tarde fuimos al cine, pagamos mitad y mitad, la pasamos increíble. Era una película de humor que estaba genial, reímos, comimos pochoclos hasta morir (yo era una de las únicas personas en la vida que lograba que comiera sin forzarla) vimos ropa, nos dábamos helado en la boca, estabamos de la mano, abrazadas, juntas, todo el tiempo juntas.
-Quiero darte un beso. Puedo? - Dije, mientras la abrazaba por detrás.
-Te animás a besarme acá? -Dijo, desafiante.
-No, pero estamos cerca del baño. - No, no me animaba a besarla en público.
Fuimos y otra vez nuestros labios se econtraron suavemente, se extrañaban, pero no se desesperaban en encontrarse. Siempre tranquilos nuestros besos.
-Fue una tarde hermosa, gracias. -Dijo, cuando estábamos cerca de la parada de su colectivo. Nos abrazamos. Sentía su perfume tan cerca de mi, hasta en mi ropa. Nos dimos un pequeño pico.
-Me haces muy bien, Agustina. Gracias.
Bueno, despues de una despedida aún más melosa, tomé mi colectivo y me fui, no sin antes de esperar que ella se fuera primero. Estaba tan feliz que me dormi en tres segundos, la quería. Dios, como la quería.
Al otro día, estuvimos igual que siempre, pero en un momento de la mañana, Cristian, un compañero rubio, de ojos claros, bastante atractivo físicamente, se atravesó por nuestra mirada y Agustina exclamó:
-Que bueno que está, por favor. Lo amo.
Bien, está bien. Yo me banco todas tus cosas y vos decis que amás a este nabo. Claramente es una forma de decir, pero tantas veces me voy a sentir estúpida al lado tuyo?. No opiné, pero la solte sigilosamente de la mano, ahora si que me molestaban estas cosas. De verdad.
-No me digas que estas celosa, aclaramos perfectamente que nuestra relación tenía prohibido otras mujeres pero permitía hombres. No compliques las cosas.
-No hice ni dije nada Agustina, estoy incómoda, por eso me solté. -Dije con una voz bastante de ultratumba.
-Que justo te pones incómoda después de mi comentario.
-Pero si tenés razón, habíamos quedado en eso. Listo. - Era cierto, habíamos quedado en eso. Es cierto, las frecuencias siguen siendo un poco distintas.
-Mas te vale que no te enojes. - Dijo mientras me daba un beso en la mejilla - Pero me encantaría estar con él.
La mire, no podía creer que fuera así. Tan hermosa, tan tierna y tan desentendida. Nos escribíamos todos los días papelitos que decían "Agustina y Laura 21/3/12" o "Te quiero más que a mi", entre otras cosas cursis. ¡Nos besábamos todos los dias! Y no eran besos sin importancia (o por lo menos para mi) y sin embargo ella podía fijarse tranquilamente en otras personas como si nada pasara entre nosotras y encima comunicármelo que lo hacía, como si fuéramos una amistad normal. No era la única en su vida. Tenía que aceptarlo, aunque yo dejaba todo para estar con ella, no era recíproco. De todas maneras, teníamos una relación hermosa y aunque no era exclusiva, no quería perderla.
No pude remontar ese día, me puse bastante parca y le dije a Roxana que fuera a buscarme a la escuela. A Agustina no le simpatizó nada. Nos despedíamos fríamente.
Un abrazo.
-Cuidate, hasta mañana. - Dije.
-Igual vos, chau.
Y se fue sin mirar atrás, yo fingí alegría al verla a Roxi, pero no era tanta. Me fui con ella, conversábamos cosas bastante estúpidas pero que nos entretenía mutuamente.
Gracias a HombreFX (Creo que era así, no recuerdo, disculpas!) por comentar con buena onda desde el primero.
Falta mucho por contar, falta mucho por vivir, queda mucho por sentir!
Nada más..espero que hayan pasado un lindo finde. Recuerden que valoro sus comentarios y ME ENCANTARÍA SABER QUE PIENSAN DE LA HISTORIA. BESOS!