Cavé un pozo y caí. El pozo tiene tu nombre. 2

Segunda parte del deshago necesario. Insisto en que espero que lo disfruten tanto como yo al escribirlo. Insisto también en que sepan que gran parte de lo que leen, es real.

Cuando desperté estaba en la preceptoría, con Cecilia y  Janet que me vieron caer y Cristina que se escapó del curso para venir. La preceptora me había puesto un trapo humedo en la cabeza, Cris se desarmó en disculpas por todo lo sucedido, pero realmente no me importaba, solamente quería devolver. Cuando lo hice me sentí mucho mejor, pero me pidieron que alguien me viniera a buscar, por las dudas.

Mi mamá llegó, no estaba preocupada ni nada porque conocía todas mis situaciones enfermizas, pero por las dudas me llevó al médico de confianza de la familia, que conocía ya mis mañas y me recetó un día de reposo y dieta; no sin antes pegarme un reto por no cumplir la dieta eterna que debo seguir.

Cada una o dos horas me mareaba de nuevo, sabía que era hasta que mi organismo retirara de mi cuerpo todas las cosas que le hacían mal, asi que preferí quedarme en cama, seguramente no iba a ir a la escuela al otro día. Cristina y Daniela vinieron esa tarde a mi casa, se disculparon sinceramente, también entre otras cosas dijeron que no iba a volver a  suceder algo similar. Cristina me dijo que Agustina no había ido a la escuela y no sabía nada de ella.

Dormí intranquilamente, me despertaba contínuamente con nauseas y una o dos veces vomité. Los dolores de estómago me afectaban mucho, por lo que recién pude calmarme aproximadamente a las 08:00 hs y me dormí profundamente. A las 11 de la mañana me desperté, habían cuatro mensajes en mi celular. Todos de Agus.

Primero: "Eh, te extraño venis? ayer me quedé ultra dormida".

Segundo, más o menos una hora después: "Recien me cuentan Cristi y Dani lo que paso, como estas? que te dijo el médico? porque no te cuidas? vos queres que te golpee mañana? venis mañana?"

Tercero, media hora después: "Más vale que no te hayas enojado, me preocupo porque te quiero, imbécil. "

Cuarto, una hora más tarde: "Heeeeeeeeeyyy respondeme, ya".

Habían pasado  unos 45 minutos de ese último mensaje, asi que decidí responderle rápido: "Jajaja mi vida, sos tan estúpida, si mañana voy, estoy mareada, veni esta tarde a casa, dormi como un oso hasta recién"

A los dos o tres minutos ya tenía una respuesta: "A las 18 estoy en la puerta. Llevo una chocotorta, para mi obvio vos no comes nada".

Estuvimos mensajeando sobre cosas sin importancia (que había pasado ese día en clases, por ejempo)  un rato más. El sueño me vencía asi que me dormí una pequeña siesta.

Al rato, ella me despertó con golpes de puño (suaves) en la espalda. Mi sonrisa fue inmediata al verla, estaba muy linda, tenía un pantalón apretado azul y una camisa rosada que contorneaba su cuerpo a la perfección, en ese momento no me pasaba nada realmente con ella, pero es inevitable recordar su belleza. Siempre la tuvo, la tiene y la tendrá.

Se sentó en mi cama y me cuidó, me retó, me pegó, pero nunca nada fuera de una amistad normal. Hasta vimos una película que resultó ser horrible. Había traído una porción de chocotorta para ella sola, no me convidó nada ¿Pueden creerlo? Tuve que conformarme con un té con galletas de agua.

Esa tarde, sumada a las mañanas en "nuestra burbuja" hicieron que se creara un lazo de unión entre Agustina y yo que iba a ser dificil de romper. Y rompió un lazo con Cristina y Daniela que iba a ser dificil de unir,  no es que sea rencorosa...bueno tal vez sí, un poquito; pero algo de mi no tenía ganas de recomponer al todo nuestra amistad, me sentía llena con Agustina, no necesitaba de nadie más.

Daniela y Cristina se daban vuelta a hablarnos casi siempre despues de mi descompostura, pero ahora eramos Agustina y yo las que no les prestábamos atención, siempre seguíamos en nuestra pequeño mundito de poco espacio, las ignorábamos completamente, incluso en temas que podrían haberse considerado importantes, donde no deberíamos habernos hecho las desentendidas. Aunque con Cristina fuera de la escuela siempre había una relación de amistad superior a cualquier dilema tonto, adentro yo tenía interés solo en Agustina y a todo esto yo seguía viéndola como una amiga, pero ahora era la mejor.

Se perfectamente el día que la dejé de mirar solamente como mi "mejor amiga" . Y lo recuerdo.

Estaba cansadísima esa mañana, había dormido muy mal, quería dormir sobre lo que primero estuviera frente a mi y  tuve la idea de recostarme sobre Agus. Ella se sentaba a mi derecha, asi que lentamente comence a desviarme hacia ella y ahí me quedé, con mi cabeza en su hombro. Sentí su perfume. Era riquísimo. No quería correrme de ahí y estaba segura que Agustina tampoco. Ella recostó su cabeza sobre la mía y así nos quedamos, sin decir nada durante una media hora, aproximadamente.

Entonces descubri que mi mano derecha había quedado muy cerca de su mano izquierda y note que sus uñas estaban pintadas de verde oscuro (mi color favorito) y agarré su mano...empecé a enredar sus dedos en los míos.

-Me encantan tus uñas - Susurré.

  • Puedo pintártelas igual. - Respondió con una sonrisa.

-Jajaja antes muerta y lo sabés. - Mis manos no están hechas para ser pintadas. Me queda horrible porque no puedo dejarme las uñas largas más de dos días.

-No perdía nada preguntando, che.

Entrelazaba sus dedos con los míos y ella me agarro firmemente la mano...así nos quedamos todo el resto del día,excepto cuando teníamos que estar frente a un profesor, por si nos veía y pensaba mal. Pero si no nos veía, seguíamos agarradas de la mano. Simplemente no queríamos soltarnos. Y desde esa mañana en adelante, todos los días, si no era ella, era yo, pero de una manera u otra terminábamos  tomadas de las manos.

Yo la miraba y sonreía, ella hacía lo mismo cuando la agarraba. Me agarraba fuerte cuando yo quería soltarme porque me hacía enojar y yo en venganza, cuando decía perdonarla y le ponía la mano para que me la agarrara, se la sacaba rápidamente y agarraba el aire. Lo que la ponía furiosa.

De estar de la mano, pasamos a caminar de la mano, era algo inexplicable. Si alguien nos decía porque no nos separábamos yo no podía dar una respuesta no gay. Nuestra relación estaba trascendiendo los planos de la amistad. De caminar de la mano, a los "abrazos enroscados" que era de la siguiente manera: Con mi mano derecha, tomaba su mano izquierda y así , entrelazadas, yo pasaba mi brazo por detras de ella atráyendola hacia mi. Cuando estábamos en los recreos yo me sentaba sobre los bancos y ella venía a abrazarme o se ponía delante de mi para que yo la abrazara por detrás.

Me di cuenta de que me costaba separarme del contacto físico, necesitaba tenerla cerca. Era una cuestión de necesitar su perfume cerca o sentía que me faltaba algo.  Y esto no es normal en una amistad ¿O si? Y en ese momento me pregunté ¿Laura, te gusta Agustina? Y no pude responderme.

Me iba a mi casa pensándo en ella. En lo bien que la pasaba conversando, riendo, conociéndola. Se que tiene la personalidad más sensible y dificil, pero yo ya la sabía dominar. Sabía que decir para sacarla de quicio y sabía que decir para traerla. Habíamos avanzado mucho en menos de dos semanas y cada día había algo nuevo. La pensaba al dormir y al despertar pero desde un plano distinto al enamoramiento -creía-. La veía llegar y no había nada más. Era ella y nada más. Se hacía tan importante para mí con el correr de los días.

Leo comenzó a odiarla. Le hablaba todo el tiempo de ella. Agustina está comiendo más, ahora menos, ahora la van a internar de nuevo para que haga un tratamiento, hoy me hizo enojar porque se quiso cambiar de banco, ayer comió berenjenas al escabeche, el padre tiene un resfrío, al perro le...

-Basta! - Gritó Leo, que siempre era tan pacífico - Desde que llegué estás hablando de ella. Que? Te pusiste de novia? Estan enamoradas? - Me dijo, visiblemente enojado.

-No, no, pero es la persona con la que comparto todas mis mañanas, Leonardo, ves? no se te puede decir nada que pensas cualquier cosa, sos un estúpido. Ya no quiero verte, mejor andate.

Trataba de dar vuelta los enojos, pero que de verdad se fuera, porque a veces las cosas que me decía me dejaban pensando bastante. ¿No me estoy enamorando de Agustina? ¿No soy yo  la estúpida?.

Todas esas cosas se olvidaban en la mañana siguiente, cuando volvía a verla, porque todo era demasiado natural como para buscar una explicación. Las inseguridades volvían cuando nos despedíamos.

¡Las despedidas! Eso merece un párrafo aparte, cuando salíamos de la escuela, caminabamos juntas, de la mano, una cuadra más, ella a su parada de colectivo y yo hacia la esquina de la calle de mi casa, ya que vivo cerca del centro de mi provincia y por ende cerca de mi escuela. Íbamos lento, tranquilas, nada nos apuraba, cuando llegábamos, nos fundíamos en un abrazo de más o menos tres o cuatro minutos y nos decíamos que debíamos cuidarnos, que nos íbamos a extrañar, que saludos a la familia, etc. A veces no podíamos soltarnos y nos dábamos más de tres o cuatro abrazos antes de que una dejara ir a la otra. Y cuando ya estabamos separadas, nos dábamos vuelta y gesticulabamos "Te quiero". Tampoco tenía una explicación no gay para eso.

Un día, escribí en su mano: "Te quiero. Esta mano y solo esta mano es de Laura. Adiós". Ella, se rió y agarró mi mano derecha y puso: "Propiedad de Agustina, salgan de acá todos. Besos"

-Listo, ojo con lo que haces.

Con esa situación, reímos las dós y nos quedamos mirando. Justo en ese momento se dió vuelta Cristina para pedirle a Agus su tijera. Se encontró con nosotras de la mano y con esas cosas escritas. Ya hacían unos días que mis compañeros estaban sospechando que pasaba "algo" entre nosotras y no escatimaban en hacernos notar que ellos notaban algo raro, si no eran preguntas, eran miradas o gestos, todos se preguntaban que pasaba con "las dos del final".

De todas formas algo extraño había y sobre todo Cristina quería saber. Nos miró extrañada y dijo:

-Me prestas la tijera...-y enganchó rápidamente- Puedo hablar con ustedes?

-No, no somos novias. No pasa nada. Somos amigas que le gusta estar de la mano. Nada más. - Dijo Agustina, sonriendo.

-Ustedes son concientes de que todo el curso cree que pasa algo entre ustedes? Disimulen o aflojen, aparte vos, Laura, estás de novia; Leonardo es celoso y lo sabes. ¿Que pasa?

-Poco me importa lo que piensen los demás, yo se y ella sabe que somos amigas y nada más que eso. No quisiera volver a hablar de eso. Puede ser? - Respondí, pero sin la sonrisa. Intenté sonar lo más convencida posible, lo logré. Creo.

Cristina no dijo nada, agarró la tijera y se dió vuelta para cortar lo que quería.

-Yo se que no parecemos dos amigas normales, pero lo que se mejor, es que somos amigas desde hace mucho, tal vez ahora más cercanas, pero somos amigas, no va a cambiar eso. Okey? Y tampoco quiero que cambie esto, porque me hace bien - Dijo Agustina, muy convencida.

Yo asentí con la cabeza, pero me quedé callada. Si, eramos amigas y nada más. No iba a cambiar. Nunca. Mejor no enredarme más, mejor dejar de pensarla, mejor....darle la mano, dibujarla entera y recostarme sobre ella, su perfume es tan rico. Su forma de respirar calma tanto mis nervios. Si tan solo se lo pudiera decir.....

Segunda parte! Espero que la disfruten, que perdonen si encuentran errores ortógraficos y que esperen la tercera parte...no tarda en llegar! Saludos :) (Sus comentarios me interesan, por si quieren opinar)