Cautivo de tu olor
El olor de una mujer puede ser, a veces, su más potente arma.
CAUTIVO DE TU OLOR
Cautivo de tu olor, mi mente se retorcía en mil formas de hacerla el amor.
Cautivo de tu olor, mi cuerpo despertaba en pasiones cada vez que te recuerdo.
Recuerdo el primer día que te vi, pero mas aun pegado en mi piel, tengo el recuerdo de tu olor, aquella tarde de invierno frente a la chimenea, charlábamos animadamente y al preguntarte que te excitaba de un hombre, tú me contestaste, el olor de un hombre recién duchado.
Recuerdas como me acerque a ti buscando oler tu cuerpo empezado por el cuello, ¡como te estremeciste!, tu cuerpo temblaba y tus labios se humedecieren, en un acto reflejo tus piernas se entre abrieron y mi nariz continuo descubriendo los olores de tu cuerpo. Ummmm que rico olor el de tus senos, ahí algo en este olor que me impulsaba a querer comérmelos.
Pero otro olor, mas fuerte, mas atrayente mas embriagador, anulaba mis sentidos, proveniente de tu entre pierna quería descubrir aquel aroma de la pasión, aquel perfume del sexo, del amor y del deseo.
Tu no oponías resistencia y te dejabas oler, pero yo a estas alturas no me bastaba tan solo con utilizar mi nariz, quería, necesitaba utilizar los sentidos del tacto y el gusto.
Mis manos recorrieron tu piel muy despacio desde tus pies, pasando por tus rodillas y tus muslos hasta llegar ala flor del aroma más embriagador que hombre alguno a conocido nunca.
Cautivo de tu olor, mi mente y mi cuerpo eran tuyos, todos mis sentidos se volcaban en disfrutar de tus sabores, de tu tacto, de tus olores.