Causalidad (5)

Me tarde pero aca estoy, sorry :)

Hola a todas(os), primero mil disculpas por la tardanza es que el trabajo me tenia hostigada. También quiero pedir disculpas por mi ausencia en los comentarios es que mi señal ha estado terrible y no me dejaba entrar a mi cuenta.

Con respecto a los comentarios de “Mi Profesora de Calculo”: Bigscorpio10, Rafael, The Rock La Roca, Camila, HombreFx, Sachiko, leti88, krizty, silvanarolon (vos me preguntaste si soy como Gaby y mi respuesta es mmmm puede ser ;)), Maydani, Fran07, Bequi26 (no se nos ha hecho fácil ponernos de acuerdo pero hay vamos :p), jeniff, Ixtabay, Roxanne (ciertamente me pareció de gran importancia para mi relato escribir la historia de Gaby con su bella profe me alegra mucho que te gustara), Leidys (gracias por tu apoyo mujer Te Quiero Mucho), Pandita y Marilu (eres una excelente persona y excelente escritora ya te lo he dicho :D).

“Causalidad (4)”: Angel0022, Zasori (me encanto tu comentario, y si pueda que Gaby desactive una bomba solo por salvar a su niña. Creo q todas somos capaces de mucho por ese ser que amamos), HombreFx, krizty, leti88, Cather, Camila, Danii2 (Dani yo también estaba esperando ese beso pero las niñas no quisieron darme la alegría ;) jaja), Supergirl18, Leidys (preciosa te lo he dicho mil veces te quiero :D, y la que debe agradecer todo tu apoyo, concejos y compañía soy yo), Helena, Maca, Nyctidromus, Shadal.

Solo quería tomarme un minuto para nombrarlos, para decirles que agradezco mucho su apoyo y sus comentarios. Siempre leo los comentarios son mi prioridad, y esta historia sigue acá y continuara gracias a ustedes.

Maka mi niña linda siempre has estado conmigo dándome todo tu apoyo y compañía, no tengo palabras para agradecer eso solo quiero recordarte que Te Adoro. (K)

Ahora si no los entretengo mas aquí les dejo la continuacion espero la disfruten, gracias de nuevo por todo el apoyo y los comentarios.

Causalidad (5)

Natalia

…Dos noches después de ese incidente quede con Gaby para encontrarnos en aquel bar de Rock, que le encanta y que ahora suelo visitar bastante.

Tomamos asiento en la mesa de siempre.

Gaby está bastante emocionada, pues hoy se presentan unos amigos de ella, que tienen una banda de Rock.

Al rato de nosotras haber llegado los chicos de la banda se acercaron a saludar a Gaby; ella me los presento y conversamos por un par de minutos. La verdad que son chicos bien chéveres y lindos; todos “rockeros”, con su look de agresivos pero realmente son bastante amables y amigables.

Tocaron de un modo que debo decir fue espectacular, varias de sus canciones ¡me dejaron encantada! – ¡La verdad yo creo que estoy comenzando a amar el Rock al igual que Gabriela!

  • Disculpa Naty voy y vuelvo ¿sí?

  • Ok.

Pasaron unos quince minutos y Gaby no volvía, los chicos de la banda aun no regresaban de su descanso - supuse hablaba con ellos –

El sonido de un interruptor se hizo presente en mis oídos, se apagaron las luces de golpe, casi en su totalidad; el escenario quedo completamente a oscuras y para el área de las mesas todavía iluminaba una luz muy suave y tenue.

La voz del vocalista de la banda comenzó a inundar la sala.

  • Damas y caballeros, es un orgullo para mí y mi banda presentarnos ante ustedes con el siguiente tema; es un cover de una de las canciones que mas amamos, proveniente de una de las bandas que mas admiramos; aquí les dejo para que disfruten: “My Sacrifice”, de la banda Creed.

  • Sonreí – Conozco esa canción, me gusta; Gaby la escucha con mucha frecuencia y cuando digo mucha frecuencia es mucha.

¿Dónde estará? ¡A ella le encantara ver esto!

Comenzó el sonido suave de la guitarra, al igual que en la canción original. Cuando subió el tono y el sonido de dicho instrumento, volviéndose más fuerte, se encendieron los reflectores instantáneamente. Me quede atónita, sorprendida y maravillada al ver a Gaby tocando la guitarra, estaba sumergida, concentrada en los sonidos que producían sus manos - ¡no sabía que Gaby tocara la guitarra, es decir si sabía que tocaba un poco (al menos eso me dijo cuando vi la colección de guitarras en su casa), pero no sabía que tocara tan excelente!

Subió su mirada para encontrarla con la mía, ambas sonreímos.

Sé que para algunos tal vez pueda sonar ilógico pero en ese contacto de nuestros ojos pude sentir, vivir su pasión por la música; pude estar al igual que ella entregada a esa melodía, que hábilmente sus manos producían – guiño su ojo con su típica y natural picardía; sonreí de inmediato, me encanta ese gesto de ella, es muy espontaneo y en ella luce perfecto….

Seguí allí de pie oyendo la canción pero más que nada disfrutando de su guitarra; viéndola a ella, observando su presencia iluminar el lugar – tanta humildad en su vestuario, tanta sencillez en su andar, en su vida, en ella y aun así no deja de lucir hermosa, de ser imponente… ¡única!

Detalle su silueta completamente delgada, tonificada y perfecta, acorde con su ser. Sus fuertes brazos sosteniendo esa guitarra negra que había llamado tanto mi atención aquella vez que la vi en su casa. Su mirada estaba fija en el movimiento de sus manos. Sonriente seguía la letra de la canción, moviendo sus labios sin darles sonido. Su cabello liso, cortado a varias capas, caía hacia un lado y seguía el accionar de su cuerpo, aterrizando así a momentos sobre su rostro - ¡Se ve hermosísima! –

De nuevo su mirada choco con la mía y yo sin interrumpir el contacto, me acerque más al escenario. Me fascina y adoro esa mirada, es la mirada que solamente Gaby me ha mostrado, es su mirada, con ella expresa libremente que tan apasionada por la música esta…

“Te quiero” – pronunciaron sus labios aun mirándome, ya a la mitad de la canción; haciendo que mi corazón latiera a mil por solo leer y comprender sus labios.

“Y yo a ti” – le respondí del mismo modo y con total sinceridad.

Seguí admirándola tocar, nuestras miradas continuaban uniéndose a momentos, momentos en los cuales no observaba la guitarra.

Pude percatarme de cómo su mirada aceleraba mi pulso y alejaba por completo de mí el aire. El momento se volvía perfecto, simplemente se detenía el tiempo y no entendía porque pero eso me encantaba.

La canción término con la ovación del público, Gaby se abrazo con sus amigos de la banda, guardo su guitarra y se acerco a mí.

La abrace, beso mi mejilla; me aleje un poco perturbada porque una sensación extraña se apodero de mí ser, una sensación que me gritaba que ese beso no era suficiente, que deseaba más… pero eso estaba erróneo ¿que podría haber más allá de sus tiernos besos en mi mejilla? ¡No podía desear algo más!... Pero la felicidad de haberla visto tocar y tenerla a mi lado era tanta que me saco con rapidez de mi perturbación momentánea.

  • ¡Gaby nunca me habías dicho que tocabas tan bien – y me quedo corta con solo decir bien – la guitarra!

  • Si, lo sé – admitió apenada – pero quería sorprenderte – confeso con su sonrisa bien extensa, le devolví la sonrisa aunque debo aceptar que mi sonrisa no igualaba en nada a la magnificencia y brillo de la suya - ¡vamos a la mesa! – propuso entusiasta y hacia allá nos dirigimos.

  • Tenia mucho tiempo sin tocar – me comentaba Gaby cuando una niña de unos 23 años, tal vez; de cabello rojo, lacio, un poco más baja que yo y de curvas pronunciadas se lanzo a los brazos de Gaby, quien apenas le dio chance de reaccionar y levantarse para recibir su “emotivo” abrazo.

  • ¡Gabriela! – anuncio exaltada - ¡amor! tenia años de años sin verte tocar, ¡que divino verte en el escenario de nuevo! – Dijo con un tono bastante coqueto; Gaby solo se limito a asentir y a sonreírle - ¡ya te lo he dicho! ¡Debes unirte con los chicos a la banda, con todo lo que amas el rock! – Le guiño el ojo y se acerco un poco más a ella, haciendo que sus cuerpos se rozaran; comenzaba a hervirme la sangre - ¿recuerdas cuando me hacías el amor en tu habitación oyendo Evanescence? – le susurro la mujer con tono seductor. Gire mi cara hacia otro lado, a cualquier lado con tal de no verla. ¡No sé cómo alcance a oír ese susurro tan bajo!, pero hubiese preferido no oírlo pues gracias a ese susurro perdí por completo mi paciencia; aunque claro seguía sin entender la razón por la cual me irritaba cada “niña” que llegaba a regalársele a Gaby.

¡Qué descaro con esta tipa! ¿Acaso no ve que yo estoy con Gaby?... aja pero ya va Natalia; Gaby está contigo, si. Pero es tu Amiga, es decir esta situación no tiene porque molestarte en lo absoluto – deja la tontería mujer - ¿Por qué diablos me molesta la coquetería de esta… “señorita”?

Me levante de la mesa, sin decir nada; supongo que mi excusa luego sería que tenía que ir al baño o lo que sea, y comencé a caminar, un poco lejos de ellas, o sea no pensaba quedarme allí a esperar a ver que respondía Gaby ante tan descarado coqueteo; pero creo que la respuesta es obvia ¿no?

Me aleje y “apague” (literalmente) mis oídos para no escuchar mas nada; no quería saber nada.

Entre al baño, me enjuagaba mis manos pensando en la intensidad de la ira que ahora estaba presente y haciéndose sentir notablemente en mi sangre y en mi rostro (lo tenía rojo).

Solo espero Gaby no haya notado la razón de mi huida…

Muchas veces he deseado que llegue una chica a la vida de Gaby, pero no que llegue a pasar una noche en su cama; sino que llegue para hacerla feliz. Miles de veces sin quererlo mi mente ha intentado analizar la razón de su comportamiento, conozco a Gaby, veo como trata a las niñas que están con ella, las trata con cariño y respeto; como si fuesen citas y no aventuras. Sé que muchas les han encantado como por ejemplo Anyelica; se que ella le encantaba, pero no entiendo con ella tenía la oportunidad de tener una relación y aunque ella no es santo de mi devoción si es capaz de hacer feliz a Gaby pues bienvenida sea. Solo quiero verla feliz. Pero no, la rechazo, la rechazo sin tener una razón válida o contundente. ¿A que le tiene miedo?

Me salí de mi mente al notar que tal vez ya estaba tardando demasiado en el baño y no quería levantar mas sospechas así que me fui camino hacia la mesa, de vuelta con Gaby.

Para mi desgracia esta niña no se había retirado, seguía conversando muy de cerca con Gaby. Respire profundamente.

Ya estaba tomando asiento de nuevo pues no podía devolverme, no tendría más excusas y no me considero nada buena mintiéndole a Gaby. ¿Pero qué digo? Tal vez ni cuenta se dio que me fui; esta muy entretenida como para notarlo…

  • Bueno mi vida como siempre un placer verte, me despido – dijo mirándome discretamente (tal vez piensa que soy pareja de Gaby… grrr y aun así no se contuvo de seducirla). Estuve a punto de agradecerle su partida - ¡espero me llames! – comento en tono de advertencia. Eso comprueba mi teoría, ¡seguro llegaron a un acuerdo mientras me encontraba ausente!

Beso la comisura de los labios de Gaby y se giro para al fin irse. Pero no, antes un gesto más. De espaldas a nosotras volteo a ver a Gaby lujuriosamente; bajo la mirada hasta su propio cuerpo, volvió a mira a Gaby y por ultimo; como si ya no se le hubiese ofrecido bastante, le guiño el ojo y le arrojo un beso con un movimiento acompasado de sus manos y labios..

Al fin se largo y me quede enojada y furiosa por haber presenciado todo ese “jueguito”.

Gaby tomo asiento de nuevo en la mesa. Me miraba intensamente, analizándome. Comencé una conversación volviendo al inicio a antes de que la niña nos interrumpiera, una conversación que se tratara sobre música, su guitarra, lo que sea que me ayude a bajar la ira… pero de pronto la conversación la sostuvo solo Gaby pues mi participación eran cosas como “aja”, “si”, “claro”, “no”, “tal vez”.

Evadía por todos los medios su mirada, no quería que notara que me encontraba llena de ira porque me pediría explicaciones, explicaciones que no tengo.

Cerca de la media noche bajo la excusa de un dolor de cabeza – que en realidad tenia - y de tener clases temprano; partí a mi casa. Necesitaba desesperadamente estar a solas.

Me despedí de David y de los chicos de la banda. Gaby me acompaño al estacionamiento con una expresión de confusión en su rostro. Yo sé que no es su culpa que a cada rato se le acerca una chica a coquetearle, y también se que no es mi problema pero que puedo decir me irrito.

La abrace con fuerza dejándole saber que la quiero; bese su mejilla y partí.

Esa noche no pude dormir; recordaba a la chica esa, a la pelirroja que se acerco a ella. Pensaba que tal vez ya estaban juntas en este momento.

No me hallaba en mi cama, así que me levante a mirar por el balcón.

Veía el jardín de mi casa verdoso y frondoso alumbrado por una mediana luz que reflejaba la luna llena. Esta preciosa la vista.

Hasta la luna me trae recuerdos de Gabriela, le encanta; la oscuridad y la noche le fascinan. La luna es una de las mejores atracciones para ella. Debe estar admirándola en este momento, bueno pueda que este admirándola en este momento a menos que este muy ocupada con la pelirroja - De 0 a 100 en un segundo la ira que comenzaba a desaparecer gracias al efecto relajante de la noche volvió con tan solo oír de nuevo esas palabras en mi mente.

“¿Recuerdas cuando me hacías el amor oyendo Evanescence en tu habitación?”

  • ¡Una mujer sin gracia! ¡Eso es lo que es! – me dije volviendo a mi habitación molesta de nuevo.

Mire el techo suprimiendo mis pensamientos por largo rato hasta que por fin me quede dormida.

Gabriela.

Los nervios no son un sentimiento que se hallen con frecuencia en mí, pero esta noche debo reconocer que si estoy algo nerviosa. Ya planee con mis amigos de la banda, y la dueña del bar de rock para tocar allí esta noche. Solo lo pensé para que Naty me vea hacerlo, para sorprenderla, para deleitar mis ojos con la reacción de su precioso rostro. Ya quiero verla.

Me faltan solo unos minutos para llegar al bar; se supone que Naty llegara en una media hora más o menos, debo preparar todo para no arruinar la sorpresa. Ella solo sabe que mis amigos estarán allí tocando, no se lo imagina. Cree lo que le dije un día en mi casa al ver mi pequeña colección de guitarras, “solo se tocar un par de notas”.

Pasada la media hora ya todo estaba más que listo. Naty llego deslumbrándome con su presencia como siempre. - ¡Que bella esta! – pensé. Un suspiro escapo de mí sin permiso unos segundos antes de que nos abrazáramos como nuestro habitual saludo.

Le presente a mis amigos de la banda conversamos un rato y luego ellos partieron a tocar sus canciones; cumpliendo así con el cronograma ideado por mí.

Luego de un genial repertorio de canciones de mis amigos era mi turno de excusarme, alejarme de Naty, e ir hasta ellos.

Tras el escenario repasamos un poco como debía ir la canción y nos aseguramos de que David, quien acababa de llegar, se encargara de hacernos una pequeña dramática entrada apagando las luces…

Mi guitarra en mano, una de las canciones que más me encanta inundando mi mente, a mi lado derecho mi gran amigo José (el vocalista) preparándose para presentarnos… y el sonido del apagador nos aviso que ya era el tiempo de iniciar el espectáculo.

Escuche como José nos presento pero no con mucha claridad.

Comencé con el ritmo suave de la canción, con la oscuridad aun manteniéndome en anonimato. Luego aumente la intensidad de las notas, se encendieron las luces. Deje de mirar mi guitarra para buscarla con mi mirada estaba de pie a un par de metros del escenario. Ambas sonreímos. Me ilumino la vida y el alma su rostro lleno de sorpresa, su mirada llena con ese brillo que solo ella posee, ese brillo angelical e inocente. Sonreía como tonta mientras mis labios seguían la letra…

When you’re with me, I’m free,

I’m carelees, I belive

Above all the others we’ll fly

This bring tears to my eyes

My sacrifice.

Mi música guiaba mi vida, era el centro de mi universo… ERA. ¡Ahora lo es Naty! Cada día que pasa me convenzo más de que sin ella mi mundo se queda sin color.

“Te quiero” – exprese con mis labios, en medio de la canción; mientras ella se acercaba mas al escenario.

“Y yo a ti” – me respondió.

Por momentos perdía contacto con su mirada pues observaba mi guitarra, o a mis compañeros. Pero de nuevo sin control alguno volvía a mirarla. Una y otra vez mis ojos buscaban los suyos; tal vez mi mirada podría expresarle lo que mi corazón siente y lo que mi mente y mi consciencia me prohíben confesarle.

Me encanta Natalia, ¡me encanta! Y cada día pierdo más el controlsobre este sentimiento. Pero ¿Qué hago? Sí cada uno de sus gestos me hechiza, su voz es como un calmante y su presencia, su presencia lo es todo para mí.

¡No! ¡Gaby! ¡No! ¡No puedo arriesgar su amistad, no puedo perderla!

Deje de pensar y me limite a verla, a mantener esos mágicos minutos que me unían a mi música y a ella.

La canción termino, saludamos al público con gestos de agradecimientos, abrace a mis amigos, guarde mi guitarra y partí con celeridad a ver a Naty. Me moría por abrazarla, por sentir todo su calor y ternura cubrirme. Por protegerla con mis brazos fijos a su alrededor… por besarlapor besar su mejilla. Y así lo hice.

Como esperaba de inmediato me “reclamo” por no decirle bien la versión de mis conocimientos con la guitarra.

Comenzaba a contarle que llevaba mucho tiempo sin tocar en este escenario; creo que desde principio de la universidad no lo hacía. No sé porque pero me limite a solo tocar en casa. Tal vez la razón fue que en todo este tiempo no tuve a un ángel hermoso quien me inspirara y a quien pudiera dedicarle mi música pero eso ha cambiado pues ahora esta Naty en mi vida y miles de veces he sentido ganas de coger mi guitarra cuando estamos en mi casa e improvisar una canción para ella, solo para ella; una canción linda como los sentimientos que ella inspira en mi. Pero nunca termine de atreverme a hacerlo.

…comenzaba a contarle cuando Camila apareció de la nada y se lanzo sobre mí, apenas tuve tiempo de reaccionar para recibir su abrazo; me levante.

  • ¡Gabriela! – Dijo notablemente emocionada - ¡amor! tenia años de años sin verte tocar, ¡que divino verte en el escenario de nuevo! – Ese tono coqueto que siempre uso para dirigirse a mí, solo pude sonreírle - ¡ya te lo he dicho! ¡Debes unirte con los chicos a la banda, con todo lo que amas el rock! – Se acerco demasiado a mi - ¿recuerdas cuando me hacías el amor en tu habitación oyendo Evanescence? – no podía creer que me había dicho eso, un corrientazo doble recorrió todo mi cuerpo; uno de ellos netamente mecánico de mi organismo, trayendo a mi mente aquellas divertidas sesiones. Y el otro dejándome como hielo, esperando ansiosa Naty no haya oído aquello, no sé porque diablos pero temía de su reacción, de su pensar, de que no le gustara, pero de inmediato me dije que no existía ninguna razón por la cual Naty podía molestarse por eso. Me mantuve relajada y con mi sonrisa aun presente.

Naty se levanto con cierta suavidad, tratando de no llamar la atención pero me percate de inmediato de su movimiento. La mire pero ella no hizo contacto visual conmigo. Me provoco salir corriendo tras ella pero eso sería una acción demasiado desesperada, demasiado obvia, delataría mis sentimientos por ella. Así que seguí parada allí tratando de prestarle atención a Camila, lo cual no se me hacía muy fácil pues mi mente estaba en busca de Naty, del significado de su reacción y de su actual paradero ¿A dónde fue?

Camila seguía tratando de hacer énfasis en nuestro pasado juntas, seguía tratando de seducirme. Pero la irritación que le provocaba mi suave indiferencia comenzaba a hacerla presa justamente al momento en que Naty a paso lento regresaba; creo que esperaba Camila ya se hubiese ido para cuando ella volviera a la mesa.

  • Bueno mi vida como siempre un placer verte, me despido – dijo mirando de re-ojo a Naty- ¡espero me llames! – en ese momento no creí que eso fuese posible, ¡no tengo cabeza para alguien más…!

Prácticamente beso mis labios antes de irse dejando tras ella una escena de coqueteo

La conversación no volvió a ser la misma, sentía a Naty extraña y eso me preocupaba sobre manera. Pero indecisa no me atrevía a preguntarle. Trate de llevar la conversación de varios modos esperando así que ella retomara su habitual estado de ánimo pero no sucedía al contrario creo que mas distraída estaba; más lejana a mí.

Empezaba a frustrarme cuando se excuso para irse. La acompañe al estacionamiento.

Estaba llena de intriga y preocupación ¿Cómo saber si todo está bien o no?

Me quede viendo su auto partir. Respire profundo y regrese al bar. Al primer paso que di para entrar José me abrazo con alegría y entusiasmo. Solo pude darle una media sonrisa.

  • Vamos junto con los chicos – me propuso escrutando mis ojos.

  • Ya los alcanzo déjame ir a la barra ¿sí?

Di un paso al frente para hacer lo que había dicho pero se atravesó.

  • ¡Voy contigo!

  • Ok

En ese momento me daba igual, de todos modos mi mente estaba en otra parte ahora. Pedí un par de cervezas, creo bebí tres de golpe. No suelo beber mucho pero esa noche si tenía ganas de hacerlo.

  • Entonces… What’s going on?

  • Nothing – le asegure – no pasa nada.

Abrió su boca para discutirme y llego Camila…

-  ¡Gaby!

  • Hola – respondí muy a medias y con desanimo en mi voz.

José me miro con una sonrisita picara.

  • Debo irme a la mesa chicas

  • Chao José – le respondió Camila de inmediato en un tono que era casi de agradecimiento. Yo mire a los lados para saber cuál era mi vía de escape más cercana.

Me miro profundamente unos segundos, sin decirme nada y sin que a mí me importara decirle algo.

  • Y – miro a su alrededor como si buscara a alguien - ¿ya estás sola?

  • Si – hubiese preferido poder decirle que no, que estaba acompañada, que estaba con Naty.

  • ¡Puedo hacerte compañía! – alzo un poco una de sus cejas, mostrándome una preciosa sonrisa. Esa sonrisa que en el pasado con solo verla me hubiese convencido a acceder a sus peticiones de recordar los viejos tiempos. Pero no, hoy no, hoy me siento diferente; hoy no soy yo.

Le devolví la sonrisa y mire mi reloj buscando tener la excusa que Natalia me dio para irse “es tarde debo descansar”. ¡Arghh no entiendo que fue lo que paso! ¿Porque se fue así?

Camila se pego más a mi cuerpo, estando ella aun de pie y yo sentada en la banca. Mis manos automáticamente y sin pedirme permiso si quiera; se fijaron en su cintura.

  • ¡Te extraño! ¿Sabes? – al oír eso solo sentí a la persona a quien yo extraño y esa persona es Naty. ¡La extraño!

En un momento de desvarío tome su rostro entre mis manos y me acerque para besarla; necesitaba besarla pero no necesitaba besarla a ella. Necesitaba besar a Naty.

La solté con suavidad y la aleje de mí.

  • ¡Lo siento debo irme! – me levante.

  • ¡Gaby! – exclamo incrédula de lo que yo hacía, estaba alejándome de ella sin darle ningún tipo de explicación. Primera vez en la historia de mi vida que la rechazo.

No mire de vuelta a ella, solo seguí mi paso firme hacia el estacionamiento y al llegar allá David me detuvo.

  • ¿Qué sucede Gaby? ¿Por qué te vas así? – Típico que quieras estar a solas o huir de algún lugar y todo el mundo te retiene.

  • Solo necesito pensar un poco, estoy cansada quiero ir a casa – le dije con un tono de voz que poca veces uso, un tono lleno de frustración. ¡Yo quería estar aquí con Naty! ¡Pasar la noche a su lado y que todo fuese perfecto! Todo me salió mal.

  • Ok – acepto sabiendo que no era el mejor momento de insistirme en nada.

Mire su Honda aparcada al lado de mi Explorer.

  • ¿Puedes darme las llaves de tu moto? – Inquirí ofreciéndole las llaves de mi auto - ¡El aire me hará bien! – argumente, de inmediato me sonrió.

  • Claro, ten.

Las tome y me fui. A un par de cuadras me detuve para sacar los audífonos de mi bolsillo y conectarlos a mi celular. Ya oyendo música a un volumen alto pero por desgracia no suficientemente alto como para ser capaz de callar mis pensamientos; continúe mi camino sin rumbo estaba dando vueltas por las avenidas de la ciudad a toda velocidad, sin una razón ni motivo. No sé cuánto tiempo estuve en esas.

Observe vagabundos en la calle, drogadictos, parte del hampa de la ciudad, chicos que salían ebrios de alguna fiesta, parejitas en busca de que la oscuridad de la noche los cubriera para tal vez así hacer alguna travesura.

Mi frustración no cedía pero algún resultado bueno me hacía sentir el aire golpeando mi rostro y la velocidad de la moto (la cual era mucha) buscaba desesperadamente relajarme.

Un par de horas luego tal vez más, me fui a mi casa.

Metí la moto al garaje y de mala gana me adentre a mis aposentos para pasar la noche en vela sin tener el suficiente valor de analizar qué era lo que me estaba sucediendo con Natalia.

Mi insomnio domino la noche – en otras circunstancias no me hubiese molestado eso en lo absoluto pues hubiese encontrado algo que hacer pero en ese momento necesitaba dormirme, quedar inconsciente de la realidad aunque sea un poco – me levante a observar la luna, a detallar la inmensidad de su belleza. Estuve observándola hasta el amanecer.

Natalia es bastante abierta a la variación de preferencias sexuales pero si supiera lo que siento por ella; si supiera la confusión que siento por ella tal vez se alejaría de mi y eso no lo resistiría.

El día siguiente me la pase esperando una señal suya, un mensaje, una llamada, lo que fuese pero no ocurría nada y su nana no dejaba de decirme a cada que la llamaba que Naty estaba indispuesta pero no me decía una razón; no me decía si era que estaba enferma o que sucedía. Me estaba llenando de impotencia.

¡Natalia me está evadiendo! ¿Por qué? ¿Qué hago?...