Catorce orgasmos
Un poeta cojelón, encuentra en la jodienda la inspiración necesaria para escribirle a su amada un poema de ardor.
CATORCE
El primer palo te lo eché cantando,
con el segundo estaba algo inspirado,
al tercero me estabas provocando
a quedar en el cuarto deslechado.
Tomaste el quinto complacida, cuando
el sexto aún con ganas había entrado,
el séptimo me estaba ya matando,
mas no dejé el octavo retirado.
Con el noveno estabas muy contenta,
el décimo salió con poco fluido,
y el once entre tus nalgas fue a la cuenta.
El doce me dejó muy abatido:
si el trece te echo y otro se calienta,
en cada verso un palo has recibido.