Catarsis

Hay experiencias que te mueven hasta los cimientos, no importa, realmente, como lo valoren o si lo comentan, lo importante es escribir lo que en un momento dado te inspira o te conmueve, o simplemente, bueno, aquí lo tienen...

Los dos primitos esperaban ansiosos; ella, 5 añitos, un año mayor que él; los primos mayores estaban dentro de un cuartucho que estaba en la terraza de una casa de tres plantas y a donde no subía nadie, excepto ellos, claro.

Llamaron primero a la hembrita y él se quedó anhelante por saber que harían allí dentro, pero la condición para jugar con los mayores era que debían obedecer a todo, de lo contrario, quedabas fuera.

Cuando le tocó el turno al varoncito, no cabía en sí de la emoción; entró con el corazón palpitando como nunca en su corta existencia, su hermano mayor estaba con su prima, estudiante de medicina, y el primo mayor; le ordenaron que se desvistiera y aquello lo aterrorizó de una forma insospechable, pero debía obedecer si quería ser partícipe de futuros juegos con los mayores.

Una vez estuvo sin nada encima, la "doctora" lo cubrió con un papel que tenía un agujero de regular tamaño a cierta altura y entonces solo se veía aquel pequeño apéndice que ni colgaba ni se erectaba pues no tenía tamaño para una cosa ni estímulo para lo otro; lo siguiente que sintió fue un par de manos que tomaron su diminuto miembro y manipularon a su antojo hasta que le provocaron una erección que no llegó a nada más, pues inmediatamente o casi, las manos de la "doctora" le hicieron darse vuelta de forma que sus nalgas quedaron expuestas y, usando dos paletas bajalenguas, le separó las nalgas dejando a la vista el ano del pequeño; sin entender todavía en que consistía el juego, le dijeron que se vistiera ya que por hoy había terminado.

En vista del abrupto término del juego, los dos chiquillos picados de curiosidad porque los mayores se quedaron dentro por mucho rato después de haber concluido, decidieron en su inocencia y de mutuo acuerdo, que debían encontrar lo que intuían que les había sido ocultado; así las cosas; durante un juego entre ellos solos, decidieron entrar a un baño de la planta baja de la casa que poseía una singular característica, tenía una pequeña ventana de romanilla a la altura del piso que servía de ventilación, pero admitía el paso hasta de un adulto de ser necesario.

No hay nada más creativo que un niño, así que ella entró por la puerta principal y él lo hizo dos minutos más tarde por la ventanilla; no tendrían ni pensaban obviamente en tener sexo, solo querían saber que secreto había entre ellos para que los hubieran hecho pasar uno a uno, aquello no tenía sentido, igual se habían contado todo mutuamente y no entendían a que tanto misterio. De inmediato se quedaron sin ropas y comenzaron a explorarse con la innata curiosidad de los niños y exacerbada por el velo del misterio que habían sembrado sus mayores en aquellas tiernas mentes.

El infante separó las nalgas de su primita para descubrir que, salvo la ausencia de pipí y bolitas, todo lo demás era exactamente igual; ¿Por qué entonces la tontería de hacerlos entrar por separado?, ¿que de malo había en el hecho de mirarse y compararse como lo estaban haciendo en ese instante?...

Nunca entendieron cuan grave fue su falta, la ventanilla se abrió de repente y la muchacha que hacía el servicio de la casa metió su cabeza y salió despavorida llamando a su jefa…; dos minutos más tarde, los gritos desgarradores de la niña llenaban los rincones de aquella gran casa mientras él, en posición fetal temblaba como una hoja escuchando aquello y tratando de imaginar cuan severo sería el castigo que le aguardaba; pero no hubo tal, la tía solo se limitó a decirle que al volver sus padres se enterarían de lo sucedido.

Fueron dos años de terror permanente que transcurrieron cruelmente lentos desde la semana siguiente a la escena descrita cuando regresaron los padres del niño, hasta el día que volvieron de visita a casa de La Tía; entonces el espanto fue mayor, verla a la cara, sentarse a la misma mesa, responder sus preguntas por muy insignificantes que fueran; hubiese preferido mil veces el castigo físico, pero aquello era demasiado para tan tierna mente, para tan corto entendimiento. Su padre nunca le comentó nada, jamás hubo insinuación alguna de algo que hubiera hecho mal, entonces su lógica de cuatro años, ya para entonces de seis, le llevaron a concluir que la única que había actuado mal había sido su primita ya que, si no hubo castigo para él, ni siquiera una llamada de atención, pues…; "que bueno, los varoncitos tocamos y miramos sin problema, las que hacen cosas que ameritan castigo son las hembritas, pero entonces por que a su prima mayor no la habían castigado?, que tonto!, ni siquiera recordaba que la idolatría de los niños es tal que los lleva a cargar solos las culpas de los demás!; ellos nunca mencionaron nada respecto del porque habían ido a explorarse mutuamente; los mayores son nuestros ídolos y si los delatamos ya no querrán aceptarnos de nuevo en nuestros juegos…"

Aquella experiencia se me antoja brutal aunque por momentos me causa risa, marcó sus vidas para siempre, ella lleva 52 años encima negándose a ser mujer, gorda, desaliñada, con rasgos casi varoniles, dedicada a cocinar y atender la casa de su anciana madre; conducta que seguramente fue reforzada a lo largo de los años por su estadía en un colegio de niñas en el cual, quien lo sabe?, cayó en manos de alguna lesbiana o quizá de varias, quizá vivió a plenitud el oscurantismo generalizado de los colegios de monjas; jamás han hablado de eso, nunca han tocado el tema ni por error, pero el resultado parece obvio, una mujer castrada, deformada su personalidad por causa de la ignorancia y el entorno que le tocó en suerte.

Él, un año menor como recordarán, vivió en un ambiente en el cual el sexo era todo para los varones; el orgullo familiar era orientar a los machitos para que tuvieran tanto sexo como les fuera posible, no había tabúes para hablar de sexo delante de los menores: "que vayan aprendiendo!, total no pensarán quedarse atrás respecto a sus mayores!..."; eso y otras tantas experiencias que le tocó vivir a tan corta edad, sumado a un buen físico, elocuencia para expresarse y algo de suerte, lo convirtieron en un adicto para quien el sexo ha sido el eje sobre el cual rota su existencia.

51 años en la espalda de los cuales, 47 han estado llenos de infinidad de vivencias en las cuales el sexo ha sido, salvo contadas excepciones, el único objetivo de sus relaciones, ya a los siete años se masturbaba varias veces al día, a los once se hizo "hombre"; dos matrimonios a los cuales no ha sabido guardar fidelidad, cantidad insospechable de amantes y encuentros fugaces que solo han dejado vacío y hasta malestar consigo mismo en sus momentos de reflexión o retrospectiva.

Pero todo tiene su tiempo bajo el sol y la redención llega cuando menos lo imaginas…; de pronto surge una nueva relación y su espíritu de cincuentón se inflama con renovados bríos; actualmente tiene tres o cuatro "moviditas" esporádicas, 20, 24, 31 y si mal no recuerdo, 43 años respectivamente, todas esperando tan solo una llamada telefónica para acudir a su encuentro, todas hipnotizadas por su avasallante personalidad, todas poseedoras de una especial belleza, cada cual en su tipo; pero esto nuevo se le antoja distinto, fuera de serie, excepcional y sumamente significativo.

De pronto ninguna le atrae de la forma como ella lo hace, ninguna ha sido capaz de despertar en él un sentimiento distinto al deseo, ninguna con el especial Don de Gente que posee ella y de pronto, sin sospechar siquiera, el amor lo redime en un encuentro que debió estar prohibido para ambos, pero que gracias al cielo se dio y en ese momento de total entrega se produjo la transmutación mágica.

Hoy dos amigos se encuentran, se preocupan diariamente por saber el uno del otro, se ayudan mutuamente en el refugio seguro de una bella amistad; él la ama profundamente, pero las circunstancias lo llevan a transformar todo su amor en amistad sincera y de mucho respeto; ella, le ha transmitido un sentimiento tan hermoso que no merece el limitante de ningún adjetivo pues no haría justicia suficiente.

Para él, su pareja, sus hijos y todo lo que ello representa, tienen hoy un valor que quizá antes jamás le dio; para ella, su esposo, el entorno que ha sido su vida y muy especialmente su futuro próximo, la colman de felicidad y de insuperable dicha.

Parece que ambos se agradecen, cada cual por su propia conciencia, el hecho de haber sido parte de la vida de cada uno en un momento definitivamente mágico e irrepetible.

Amigos, no sé si llegue a publicar los relatos que ya tenía culminados unos y comenzados otros, pero hoy he hecho catarsis y doy las gracias a quienes hallan llegado hasta este punto, pero especialmente y muy desde el fondo de mi corazón, a la persona que me inspiró

Con todo mi respeto y el afecto más profundo, me despido esta vez, no sé si definitivamente, pero si de algo estoy convencido es que ha sido una maravillosa experiencia escribir lo que he publicado y haber hecho catarsis en estas líneas