CASUALIDADES (3bis)

Iván tiene planes para mi hermano y para mí

Hace un par de meses, poniéndonos cachondos por Skype me contó Iván que le pondría mucho hacer un trío en condiciones. Que sólo había hecho uno pero no tenía buen recuerdo. Que le molaría hacer uno con un tío cerdo como nosotros. Yo le dije que estaría guay y ahí quedó la cosa.

Poco después, en otra sesión de Skype me dejó de una pieza diciéndome con cierta ironía: "Lo que pensabas de tu hermano... Es verdad. 😀" Yo me mostré perplejo, pero en seguida comprendí de qué se trataba, el muy cabrón se lo había tirado y había comprobado que teníamos gustos similares. Coincidencias, jeje. Me confirmó que así era, que habían quedado en su despacho, pero se negó a darme más detalles, ni quiso decirme si había hablado de mí y mis gustos con él, para no crear problemas de mala conciencia y malos rollos entre nosotros. El chico legal es un rato.

Unos días después yo estaba en casa por la tarde esperando a mi novio y mientras encendí Skype para curiosear. Saludé a Iván y él me comentó que seguía obsesionado con un trío y estaba buscando a alguien. Que a ver si me animaba yo. Le seguí la corriente, sin mucha convicción pero poco a poco calentándome con el tema. Me daba datos de los tíos con los que chateaba pero ninguno cuajaba... Cuando me comentó de uno que estaba cerca de la Corredera que también era cerdete. Yo le dije que esa tarde no tenía sitio porque estaba Andrés en el despacho. Entonces me dijo que no era problema, que este tío tenía. De repente me pasa una foto de un desnudo sin cabeza en el espejo de un armario mostrando la polla dura y me dice: "Éste es. Qué te parece? Buena polla, no?" A lo cual respondí entre estupefacto y cachondo, confirmando mi corazonada: "No!!! Tío, qué fuerte, es mi hermano!!!".

Nunca sabré si él desconocía que se trataba de Andrés, o sabiendo que me daba morbo, y sabiendo que era él, me había pasado la foto para calentarme por si colaba. El caso es que el muchacho reculó pronto y me dijo: "Joder, no, entonces nada. Paso de él." El caso es que estábamos bastante cachondos con la tontería y acabó convenciéndome para que nos fuéramos con mi coche por la zona de otro tío que mostraba interés y tenía buena pinta. Así que lo recogí y mientras él concretaba los términos con el chat, nos íbamos para la zona.

Pero lo que pasa tantas veces en estos casos: al final el tío se rajó, al igual que otro con el que lo intentó y acabamos yéndonos a un descampado a quitarnos el calentón y las zapas en el coche y hacernos unas mamadas. Mientras estábamos liados Iván me dice: "Joder, tío, seguro que tu hermano se estará poniendo fino con cualquiera en el despacho." A lo que yo contesté: "Seguro." Y acabamos soltando litros de lefa de lo cachondos que nos ponía la situación aunque lo disimuláramos. Tras limpiarnos cada uno con el calceto del otro y ponernos las zapas, volvimos al punto de partida, con el rabo entre las piernas.

Los días siguientes Ivan siguió dándome la matraca con el trío y lamentándose de que no pudiera ser con mi hermano: "Joder, tío, podíais animaros." Decía medio en broma, medio en serio. A ratos, como nos pasa a todos, pensaba con la polla.

Hasta que, el otro día, pensando yo con la polla también, se me ocurre la feliz idea de decirle que, hombre, si fuera quedar con los dos alternativamente, cada uno en su despacho, sin que en ningún momento tuviéramos contacto entre nosotros... Quizá podía plantearse. Yo todo esto lo decía por fantasear mientras nos pajeábamos. Pero el caso es que la mente calenturienta de este muchacho, seguramente tras sondear a Andrés se encargó de elaborar un plan.

Y un buen día me expone su plan. Él había pensado que Andrés, por ejemplo, podría encontrarse en su despacho cuando no estuviera nadie mientras yo entraba con Iván, yo pasaba a mí despacho y él entraba al despacho de Andrés mientras yo me preparaba. Echaban un rato y al poco el venía al mío. Alternando un rato en cada lado. Y así sucesivamente. El primero de los dos que se corriera se vestiría y se iría y él se esperaría a correrse con el segundo y saldría con él. No entraríamos en contacto visual. Nunca se hablaría de esto y sería como si no hubiera pasado.

Yo le dije que estaba loco en un principio, que me daba mucho corte y que seguramente a Andrés más aún. A lo que él me respondió que estaba bastante equivocado, que Andrés estaba casi convencido, con la condición de que mientras Iván estuviera con uno, el otro se quedara en su despacho. ¡Joder! Me dejó de una pieza. ¿En serio? ¿O Iván iba de farol? ¿El cabrón de mi hermano lo veía bien? Habían conseguido ponerme la polla a reventar.

Así que, si tan decididos estaban, decidí lanzar un órdago por si colaba. ¿Porqué iba a tener que quedarse el que estaba solo en el sofá esperando? La disposición de los despachos permitía que, dejando la puerta entreabierta, el que estaba ocioso podía espiar sin llegar a ver la cara del que estaba ocupado, ni a ser visto, y así le daba aún más morbo al asunto. El que no debería levantarse sería el que estaba follando con Iván. Ahí lo dejé... Ignoro las dotes de persuasión de Iván, pero aunque no ese día, un par de días después me encuentro un mensaje de que Andrés está de acuerdo. ¿Así que Andrés quería espiarme también? Qué cabronazo. Seguro que ya lo habría hecho antes...

Este último mensaje, además de morbo produjo en mí mucho nerviosismo. Además de algo de vergüenza y sentido de culpa, que afloraba cuando me encontraba con Andrés.  Si esto duraba mucho el aire se volvería cada vez más irrespirable. Se lo conté a Iván, casi a punto de abortar la operación. Como coartada para mi mala conciencia, él me propuso que hiciera un ejercicio de abstracción y que, puesto que en ningún momento nos veríamos las caras mi hermano y yo, me hiciera a la idea de que el que yo estaba espiando mientras follaba con él era cualquier otro tío. No me convenció mucho la coartada. Pero seguí con el plan. Pudo mi lado perverso...