Castillo de adiestramiento

Ane y otras chicas de su edad entran en un club de bdsm y se recluyen durante un mes en una casa solariega para aprender y ser educadas en la sumision

CASTILLO DE ADIESTRAMIENTO

¡Click!

Ya estaba, el archivo con el contrato de sumisión y los cuestionarios que el grupo de Amos y Amas que habían creado esa organización le habían enviado.

Al de 15 minutos su móvil emitió un pitido. Abrió el mensaje y era una sucesión de números y letras mayúsculas y minúsculas y una dirección web. En el ordenador puso la dirección y de repente le pidió la contraseña. La puso y entró en una web con varios apartados y en uno que ponía buzón de entrada tenía un mensaje con unas instrucciones.

1º envía un mensaje al móvil xxx xxx xxx indicando cuando estás de vacaciones.

Ane cogió su móvil e indico que ese año tenía el mes de julio y agosto seguro libres y quizás la primera quincena de septiembre pero que no era seguro.

Al de unos segundos mientras seguía viendo la web recibió un mensaje en su buzón de entrada con las instrucciones definitivas.

1º en próximos días recibirás un mensaje en tu móvil con el día definitivo y acudirás a esta web para abrir el mensaje con el plano del sitio donde ir.

2º Solo llevarás la ropa que vistas ese día. Debajo solo unas braguitas blancas de algodón.

3º Tu pubis completamente rasurado salvo un pequeño mechón en el monte de Venus.

4º El periodo de aprendizaje que pasarás será de un mes o inferior si tu grupo al que te hemos adjudicado no puede permanecer tanto tiempo.

5º Si después de todo no quieres entregarte del todo en la forma que se te explicó en su momento.

6º Perfume, ese día solo llevarás un par de gotas, una en cada lado de tu cuello.

Pasaron los días pero la excitación cada vez era mayor lo mismo que los nervios. Al de una semana recibió el mensaje. El día uno de julio a las siete de la tarde la esperaban en el castillo. Por lo que previamente la habían explicado, era un edificio similar a un castillo pero no tan grande. Era un pueblo abandonado que un grupo de gente había reconstruido y creado una comunidad.

La pasarían a recoger en un furgón grande el día uno a las 1730 de la tarde.

El día uno de julio llegó para ella. Comió a las 14 h y luego preparó el ritual para estar lista. Se había rasurado en días anteriores y ese día solo aplicó un poco de crema depilatoria para dejarlo todo perfecto. Luego se aplicó con una pera para enemas una buena cantidad de agua templada y se vació por completó. Luego entró en la ducha y se jabonó y lavó a fondo. Salió, se secó y aplicó dos gotas de colonia como le era permitido. Se puso unas braguitas blancas de algodón que había comprado ex profeso para ese mes.

Luego una camiseta, unos jeans y unas deportivas. No necesitaba más. A las 1730 estaba en el punto de encuentro. Vió venir el furgón, conducía una mujer de entorno a los cuarenta pero muy bien conservada, el pelo cortado a cepillo. Cuando entró la mujer la dio una máscara que se tuvo que poner y pasar a la parte trasera del furgón a sentarse en uno de los asientos.

No te pongas cómoda zorrita porque ahí iréis las ocho zorritas que ingresáis hoy.

Ane pasó con su máscara atrás y se puso en el extremo más alejado de la cabina. Luego fueron recogiendo al resto de alumnas hasta que estuvieron todas. No podían hablar entre ellas.

Por fin llegaron al castillo o más bien la casa solariega donde se alojarían. Fueron conducidas al primer piso y fueron colocadas cada una delante de la habitación donde pasarían la noche. Allí se fueron despojando de la ropa y dejándola doblada en el suelo.

Por último fueron conminadas a que pusieran sus manos en la cabeza y abrieran ligeramente las piernas solo la separación de una mano. Oyeron unos pasos pero con la máscara no podían ver quienes eran. Eran la conductora escoltando a una de las profesoras.

La profesora se ponía lo suficientemente cerca de las chicas que ellas podían oler su perfume, con la fusta que llevaba en la mano tocaba los pezones de las chicas apenas rozándolos. Nerea que así se llamaba la conductora fue bajando las braguitas de todas las chicas. Ane cuando le llegó el turno sintió vergüenza sobre todo cuando con un comentario jocoso la rubia amazona aseveró que la chica estaba mojada como una zorra.

Ahora completamente desnudas les fueron puestos unos collares con cuatro argollas y dos cadenas fueron pasadas por las dos laterales de tal forma que pudieran caminar en fila india hasta un salón bastante grande con una gran mesa de reuniones en uno de los lados. Las chicas fueron liberadas de sus cadenas y colocadas una al lado de la otra. Luego una serie de Amos fueron entrando y observando a las ocho chicas para ver con cual de ellas iban a pasar la noche.

Las ocho chicas eran:

Ane. 20 años 1,65 , complexión normal, pechos más pequeños que grandes, pelo largo y ojos marrones, sin piercings ni tatuajes.

Patricia, algo más menuda también pelo largo y morena, ojos marrones y pechos pequeños culito duro.

Claudia, pelirroja pelo larga, la más delgada de las 8, precioso culo y elevado. Piercing en la nariz y ojos amarillogris

Eider, alta, 1,75 delgada pero no demasiado, pechos pequeños también lo mismo que los pezones, pelo largo

Iria rubia teñida, bajita pechos medianos para su estatura piercings en nariz y varios tatuajes por el cuerpo

Ana, morena pelo largo, pechos grandes , alta sobre 1,72 culo bien redondeado y torneado.

Beatriz estatura normal, ojos marrones grandes, boca carnosa, pechos pequeños rematados en unos pezones color café oscuro y culo más bien duro pero normal.

Lucia amiga intima de Beatriz, rubia más bajita, ojos grandes y expresivos.

Cada uno de los Amos eligieron a una de ellas. David un sumiso con un dispositivo de castidad metálico puesto en su polla entró con una bandeja donde estaban las llaves de los collares de cada una de las alumnas.

Cuando vió a Ane su polla quiso ponerse dura y al hincharse dentro del dispositivo de castidad le iba doliendo cada vez más y la Ama Lou que estaba al cargo de la situación se dio cuenta y con la fusta le arreó un fustazo en las nalgas y ordenó:

Perro mírame, te he dado permiso yo de empalmarte?

Es que Ama, ella es mi novia---

respondió David completamente rojo de vergüenza.

Sin que se diera cuenta la conductora se acercó por detrás y lo hizo arrodillarse. Tres hombres entonces entraron, parecían sacados de un gimnasio, tres armarios de metro noventa, piel de ébano. Unas correas de cuero cruzaban su pecho y en la parte de abajo un slip de cuero con unos botones que podían liberar fácilmente su polla.

Las mujeres que no podían ver ni oir nada ya que junto con las máscaras cuando las habían pasado al salón las habían tapado los oídos con tapones de cera. Dos de los monumentos de ébano cogieron de los brazos a la chica y la llevaron a la mesa. Ella al principió se resistía pero enseguida comprendió que no debía hacerlo ya que como había firmado dentro de allí cualquiera podía cogerla si querían.

Fue puesta contra la mesa. Entre dos de los hombres la sujetaban de las manos. Ama Lou quitó la parte de la máscara que tapaba los ojos de las otras chicas para que aprendieran que allí serían folladas cuando los que mandaban lo decidieran. El tercer hombre se sacó la polla. Tenía una herramienta que asustaba a las chicas. Intentó penetrarla pero no podía, se untó bien de lubricante y al final poco a poco logró penetrarla. Ane que también le dejaron ver lo que pasaba pero de tal forma que no pudiera ver a las chicas pero si a su novio que de rodillas la observaba.

Los dos sentían una gran excitación. En el caso del chico la excitación le producía un dolor insufrible al presionar con el metal.

El hombre que follaba a su chica terminó eyaculando sobre las nalgas de la chica. Luego Nerea la acompañó a la ducha y la ayudó a lavarse. Acompañaron a las otras chicas a sus habitaciones. Hicieron que se metieran en la cama con la máscara puesta. En cada habitación fueron entrando los Amos y metiéndose con ellas. Empezaron acariciándolas, dibujar sus formas suavemente, con la palma de la mano acariciaban sus coñitos que se fueron mojando y relajándose. Algunos optaron por quitarles la máscara y los tapones de los oídos antes de penetrarlas y otros en cambio después. Algunos las penetraron de lado desde atrás. Otros poniéndolas boca abajo y otros como el que le tocó a Ane en la posición del misionero.

Cuando Fernando la penetró y la quitó la máscara vió que era la hija de su mejor amigo y ella vió lo mismo. El tuvo una erección todavía mayor y ella instintivamente intento cerrar las piernas pero luego las abrió más hasta recibirle completamente. Gemía cada vez más fuerte. Sentía una gran excitación sexual y estaba feliz por haber entrado en este grupo. También por otra parte pensaba en donde estaría su novio y que estaría haciendo en ese momento pero se olvidó porque el hombre que estaba entre sus piernas la daba tanto placer que no pudo correrse soltando un gran gemido que parecía sacado de otro mundo.

El se la sacó y se la metió en la boca follandosela hasta que a punto de estallar se la sacó y vertió todo el semen en su cara. El resto de la noche follaron varias veces más y luego se quedaron dormidos abrazados. Cuando Ane se despertó estaba sola en la cama. En la silla había un traje de colegiala. Se levantó y se fue al baño. Pero para su sorpresa en la habitación no había acceso al baño. Así que salió al pasillo desnuda. Su habitación por lo que vió estaba al comienzo del pasillo. A un lado estaba Nerea que la vió:

Zorra, donde te crees que vas?---

Dijo Nerea cogiéndola del pelo.

Me estoy haciendo pis—

respondió Ane.

Pues ven conmigo, detrás mío y cuando entres al baño no puedes cerrar la puerta.

Ane caminó detrás de ella hasta el baño. Entró y se sentó en la taza orinando mientras Nerea no la quitaba ojo. Ane primero cerraba las piernas pero la Instructora le dio una patada y las tuvo que abrir. Luego fue a la habitación y se vistió con el trajecito. Una blusa blanca, una faldita de cuadros en tonos rojos y negros y unas braguitas blancas y sus deportivas.

Como ponía en las instrucciones que ponía en los mensajes que le mandaron cuando estaba con el contrato y su ficha salió al pasillo y allí vió a sus compañeras y conocía de vista a todas, eran de su misma ciudad y encima juraría que habían ido a su mismo insti y algunas ahora iban a su misma Universidad.

Fueron conducidas a un comedor donde se sentaron y entre ellas fueron colocados otros ocho sumisos. En otra mesa cruzada estaban Ama Lou. La instructora Nerea, los tres hombres del día anterior. Una mujer que al estar sentada en el centro pensaron que sería la directora y otro hombre maduro con la cabeza rapada y gran musculatura.

Lo que ocurrió después es cosa de otro relato…

Este relato es completamente imaginario, todos los nombres y lugares son imaginarios y solo está hecho para despertar vuestra curiosidad y fantasía.

Si queréis podéis escribirme sobre todo mujeres a:

Picante100@hotmail.com

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