CASTIGO POR BAJAR LAS CALIFICACIONES (xiv)

Los inicios sexuales de Ugo y Manolo

Osaba Asier se acercó nadando donde estábamos Papá y yo y le dijo:

No sabes sobrino la suerte de hijo que tienes, en verdad es una maravilla.

Pues, como que corre en la sangre, el nene es insaciable, ¿verdad amor mío? Dijo mientras se acercaba a darme un morreo que hizo a todos silbar.

Jajaja… Esto es el paraíso en la tierra señores, dijo Iñigo levantando una botella de vino que acababa de descorchar. Todas estas generaciones unidas, contando sus anécdotas, cómo fue que se iniciaron, y además, compartiendo sexualmente sin reparos unos con otros, desde el más remilgado, hasta el más cerdo. En verdad que hay variedad aquí, cuántos no quisieran ser parte de esta familia. A la salud de todos y que el cabronazo del Esteban se recupere pronto para poder disfrutar también con él como es meritorio. Salud.

Iñigo tomó un sorbo de vino y fue pasando `por cada uno de nosotros vertiendo una cantidad generosa. Cuando vio que se acabó dijo:

Ahora sí, que sigan los relatos señores, esto se pone candente. ¿Quién era el que venía al turno?

Nosotros, dijeron Ugo y Manolo.

Vale, ¿pero cuál va primero? Preguntó Txomin.

Inicio yo, dijo Ugo. Esto fue el año pasado, yo iba a cumplir los 21, creo que faltaban dos días. Mi padre me dijo que lo acompañara a visitar a mi osaba Oskalo porque se sentía mal, después de una pelea que tuvo en el curro. En verdad lo habían golpeado fuerte, pero nada que no remediara un buen estofado de cerdo y cordero. Llegamos a llevarle la comida y sólo Manolo estaba en casa con él. Papá le preguntó que dónde estaba su padre.

Han dago, egongelako sofan etzanda, konpresio hotzak ubelduretan eta ez dio kexatzeari uzten. Eskerrak iritsi zinen, oinazetu egin nau. Egun osoa keinu bakarrean, Manolo, ekarri iezadazu hau, Manolo, ekarri iezadazu hori. Manolo, lagundu nazazu jaikitzen, Manolo, nora zoaz? Manolok laguntzen dit finkatzen. (Está ahí, tirado en el sofá de la sala, con las compresas frías sobre los moretones y no para de quejarse. Menos mal que ustedes llegaron, me tiene atormentado. Todo el día en un solo quejido, Manolo, tráeme esto, Manolo, tráeme aquello. Manolo, ayúdame a levantarme, Manolo, ¿a dónde vas? Manolo ayúdame a acomodarme.).

Jajaja… Pero tenle paciencia, es tu padre, si yo me enfermara o me pasara algo, creo que contaría con el apoyo de Ugo, dijo papá.

Bueno, sí, pero es demasiado intenso y yo me pongo demasiado borde con todo este follón. Si no se hubiera agarrado a golpes con los que le estaban contratando, estaría la fiesta montada y no habría un cuerpo casi inerte quejoso atravesado en la sala. Pasen, a lo mejor se le olvidan los males cuando los vea.

Manolo siguió organizando algunas cosas en la cochera, estaba reparando el motor del camión que utilizaban para llevar las mesas y las sillas de la agencia de festejos, un problema con el arranque, o algo así. Y siguió despotricando de Gorka, porque estaba en el salón de belleza en vez de estar ayudando a atender a su aita.

Todos reímos por ese comentario y Gorka dijo:

Pues amores, con uno de los machos vernáculos casi en coma, por empeñarse en cosas que a la hora del té, son decisiones que le conciernen sólo al cliente, y el otro de día libre, el afeminado tenía que atender a su clientela en el salón y llevar dinero para la casa, porque estos cuerpos comen, y el de aita, es un saco roto, no para de tragar.

Bueno, bueno, sigo entonces… Dijo Manolo.

Cuando pasamos a la sala ahí estaba osaba, embutido casi en el sofá, papá lo saludó:

Oskalo, maitasun ederra, nola zaude nire printze maitea? (Oskalo, amor hermoso, ¿cómo estás mi príncipe querido?)

Kaixo anaia ederra. Hemen, hobetzeko borrokan. Zer ekarri dute hain usain goxo hori? (Hola hermanito bello. Aquí, luchando por mejorar. ¿Qué trajeron que huele tan delicioso?)

Gisatua, baina utz iezadazu sukaldean jartzen, besarkatu ahal izateko. (Un estofado, pero déjame ponerlo en la cocina, para poder abrazarte).

Geratzen zaidana besarkatzea izango da, traktore batek gainezka egin didala sentitzen dut. Gorputz osoak min ematen dit. (Será abrazar lo que queda de mí, siento como si me hubiera atropellado un tractor. Me duele todo el cuerpito.)

Tampoco es para tanto, le dijo papá, en verdad creo que exageras. A ver. Deja que te quite la camiseta, así estarás más cómodo. A ver… Arriba los brazos… Listo… ¿Ves? Sólo tienes moretones en la cara, los cuales te hacen ver muy sexy. Y le dio un beso en los labios.

Gracias mi rey, le dijo osaba a papá, abrazándolo con ternura.

Jajaja, pero si hasta tierno es el gorila este, solté riendo.

Ayyy Ugo, ven acá sobrino bello, tú sabes que te quiero inmensamente, ¿verdad? Y no sé si será a causa de los analgésicos, pero hoy quiero mucho cariño y mucho afecto, y que me mimen, que me consientan. No sé qué es lo que me pasa, pero me siento bien.

Bueno, para eso estamos, pero vamos que te voy a ayudar a bañarte, llevas mucho tiempo tirado en el sofá y empiezas a oler a viejo.

¿Viejo? ¡Viejo aita! Yo estoy en la flor de la vida… Bueno, un poco maltrecho, pero esos moretones pasarán pronto. Ya me siento genial, voy a darme una ducha, id aprontando todo para comer en lo que salga de bañarme, y decidle a Manolo que se asee también, no me gusta que ande con olor a grasa y solventes dentro de casa. Ya Gorka y Karlo deben estar por llegar, ahora a nuestro hermano le ha dado por ser el conductor, guarda espaldas y sólo Dios sabe qué más de Gorka, como si no supiera defenderse. ¿Te enteraste? Hace un mes estábamos practicando boxeo, y cuando pensé que lo iba a derrumbar, me atestó un golpe que me dejó tirado en la lona del cuadrilátero.

Jajaja… ¿Hablamos de Gorka? ¿En serio? Pregunté.

Sí, y de verdad me dejó gratamente asombrado. Respondió osaba. Pero bueno, ya me voy a dar un baño para que comamos, tengo mucha hambre, y a decir verdad, ya los sobacos me apestan… Jajajaja… Olor a macho…

Anda, le dijo papá, que Ugo y yo nos encargamos de todo. Cuando osaba se fue a bañar papá salió a decirle a Manolo que se aseara para que comiera, que en unos 20 minutos, cuando saliera de la ducha su aita servíamos la comida. Luego entró en la casa y le pregunté por Manolo, me dijo que se estaba duchando en el baño de la cochera. En ese momento nos dimos cuenta de que estábamos solos, y papá comenzó a apurar lo de la comida. Me dijo que lavara algunos platos, porque no había uno solo limpio. En eso estaba yo cuando siento que me recuesta la bragueta de su pantalón de mis nalgas en un intento para alcanzar unos vasos de la repisa que estaba encima del fregadero.

Me extrañó que este roce no me incomodara, al contrario, me sentí a gusto. Luego volvió a acercarse para agarrar unos cubiertos del escurridor y volvió a rozarme, esta vez lo sentí como si estuviera dura su verga, y la presión que ejercía contra mis nalgas era distinta, como con más descaro. Luego de colocar los cubiertos sobre la mesa se secó bien las manos y me abrazó de espaldas a él, diciéndome al oído, prácticamente entre jadeos, mientras estrujaba con descaro total su verga bien dura en mis nalgas:

Hijo… No te imaginas las ganas de follar que tengo… Disculpa si te incomodo, pero es que tu culo se me antoja desde hace tiempo, y no puedo controlar más estas ganas amor. Ya a esta altura me estaba estrujando el pecho con sus manos y lamiendo mi oreja, yo jamás había tenido sexo, era completamente virgen, pero aun cuando no me atraían los hombres, esta situación podía más que yo, y estaba derretido entre esos brazos. Sentir su aliento cerca de mi cuello, sus manos, sus pectorales contra mi espalda, su verga palpitando contra mis nalgas, haciendo como si me estuviera follando con todo y ropa me tenía cachondo perdido. Quería dejarlo hacer, pero me rallaba que estábamos en casa ajena, y no quería que eso lo vieran mal mis tíos, en cualquier momento podía entrar Manolo, el tío Karlo y Gorka, e incluso, podría hacer que se molestara el tío Oskalo. Todo eso me pasaba por la mente en fracciones de segundos. Me giré para estar frente a papá, él se dio cuenta de que estaba empalmado también y me miró a los ojos como distinto, como con deseo, como un hombre que desea tener sexo… Nunca lo había imaginado siquiera así. Mayor fue mi sorpresa cuando me tomó de la cara con sus manos y me plantó un beso, su lengua se deslizaba dentro de mi boca, y sus dientes mordían suavemente mis labios mientras sus manos descendían, una por mi espalda, la otra por mi pecho, apretando cada músculo. Cuando bajaron de mi cintura, la que estaba detrás apretó una de mis nalgas, y la de delante apretó mi verga con fuerza, lo cual me hizo soltar un quejido.

Te gusta, ¿verdad?

Si papá… Me gusta, le respondí.

Tócame hijo, toca a tu papi, este cuerpo es para que lo disfrutes.

Comencé a tocar su pecho, su rostro, su cuello, fui bajando poco a poco, acariciando, apretando, nunca había pensado en tener este contacto con mi propio padre. Había escuchado de amigos que hablaban de eso, pero quedaba claro que eran meras fantasías. Nadie en sus cabales haría eso. Pero ahí estaba yo, en casa de mi tío, en la cocina, con papá, y el peligro de ser descubiertos por mis primos o mis tíos y que se armara un tremendo lío familiar. Y eso me tenía más cachondo cada vez.

Había algo en su voz, su olor, algo que emanaba de él, que me tenía totalmente fuera de mí. Estaba loco, desesperado por follar con ese tío que tenía en frente, ya en mi mente no era mi padre, era un hombretón buenorro en sus 40, de 1,90 de estatura, además de que su cuerpo era esculpido a diario con los cinceles del gimnasio, cada vez que movía los brazos sentía las venas de sus enormes bíceps cómo se marcaban, su pecho velludo, totalmente hirsuto, en contraste con su cabello que siempre lo ha llevado al ras, ese aro de la nariz que para nada me molestaba a la hora de besarlo, ni sus zarcillos, los cuales me parecen muy excitantes vérselos puestos, estaba cayendo en cuenta de lo mucho que me gustaba ese tiarrón. Dios mío, ¿qué me está pasando? ¡Es mi papá! Pensé. Pero no había nada que pudiera hacer.

Desabroché el cinturón que cargaba ciñendo sus vaqueros a la cintura, solté el botón, deslicé la cremallera de su cierre, él se dejaba hacer, sabía que me tenía a su merced, sabía que no me podría resistir a lo que tenía planificado que sucediera. Yo deslicé sus pantalones a mitad de muslo, para encontrar un suspensorio azul marino de tela de algodón, que estaba manteniendo dentro a duras penas su verga, con manchas de que había estado lubricando desde hacía rato, ya yo le había visto ese suspensorio puesto, se lo ponía cada vez que iba al gimnasio, pero nunca había visto su verga tan abultada, el suspensorio parecía que iba a explotar de un momento a otro, me puse de rodillas, y lo deslicé hacia abajo, hasta sus rodillas, cuando vi su verga no me podía creer lo que veía, enorme, unos 23 centímetros de pura carne, gorda, venosa, cabezona, con una curva hacia la derecha, rezumando preseminal y yo ahí, con ganas de comerme ese trozo enorme, él miró a los lados, me vio, y con un guiño, me dio a entender que no había problema.

Comencé a mamar esa verga, inexperto al fin, lo rocé con mis dientes, pero en vez de incomodarse o molestarse, suspiró, y me fue marcando el ritmo y la manera como le gustaba que le comiera la verga. Creo que aprendí muy rápido, porque de ahí en adelante gemía, jadeaba, y me acariciaba el cabello. Poco a poco fue entrando más en mi boca, hasta hacerla desaparecer completamente, ahí escuche un uffffff… Eso le gustaba, y yo era el causante de ese gusto. ¿Qué me pasa? Pensé. Estoy en una situación de riesgo, nos pueden descubrir, y aun así esta emoción puede más que yo.

Seguía mamando la verga por donde una vez salí en forma de espermatozoide, ese pensamiento me volvía más loco aún, quería que hiciera de mí lo que quisiera, estaba mal lo que hacíamos, pero estaba muy bueno, Dios, si hubiera sabido esto antes, desde hace mucho tiempo atrás me habría entregado a mi padre, en verdad siempre había fantaseado con eso, pero no me atrevía, sobre todo porque siempre papá proyectaba esa imagen de hétero dominante, y sí, es dominante a más no poder, pero eso lo descubriría luego. Papá sacó su verga completa de mi boca, cubierta por mis babas, toda babosa, y me puso a lamer sus bolas. Las lamí con desespero, olían a sudor, a restos de meaos, pero no importaba, si era una sola oportunidad en la vida, tenía que aprovechar.

Luego, se dio vuelta, dejando su culo a mi vista, abrió sus perfectas y peludas nalgas, dejando ver su ano, la entrada a esa cueva de macho que me estaba tentando a lamer, veía como hacía unas contracciones que me volvieron loco, lo tomé de la cadera y lo halé hacia mí, para meter mi lengua en ese culo hermoso de hombre, esos pelos negros, ese anillo rosadito, con ganas de que lo lamiera, ahí estaba yo, para eso, para lo que fuera. Él gemía a cada lamida, mientras se masturbaba lentamente, prolongando el momento de su eyaculación cada vez más.

Me aventuré a meter dos dedos en su culo, previa ensalivada, y no opuso resistencia, ni se quejó, sólo gimió.

¿Esto ya lo había hecho antes? ¿Papá es gay? ¿Ya le han dado verga por ese culazo? Diosssss… ¿Qué es esto? ¿Quién es este hombre? ¿Qué hizo con mi padre? Todo eso me lo preguntaba. Pero no dejaba de gozar con lo que hacía.

En eso sentimos que osaba venía bajando las escaleras y carraspeó, en seguida nos acomodamos como pudimos, papá se volvió a subir los suspensorios, yo le ayudé con los pantalones, me acomodé como pude el cabello, y él se ciñó nuevamente el cinturón, como si no hubiera pasado nada. Cuando osaba Oskalo se asomó dijo como tomando un profundo suspiro:

Hummm… Huele bien… Tengo hambre… ¿Han visto a Manolo? ¿Qué habrá pasado con Gorka y Karlo? Raro que no hayan llegado. Cuando me vio me dijo:

Niño, pero quita esa cara, parece que te hubieran capturado in fraganti. Jajajaja… ¿Qué estuvisteis haciendo degenerados?

Nada fuera de lo normal, dijo papá. Dándome un abrazo y un beso en la frente.

Aaayy… Tan tiernos este par de mariconazos… Jajajaja dijo riendo osaba. Déjenme llamar a Manolo. Osaba Oskalo salió a rumbo a la cochera y le pegó un grito a Manolo que deben haberlo escuchado hasta en Francia:

¡Manolo!, apura joder, era que te asearas, no que le sacaras brillo a tu verga, deja de pajearte y vente. La comida está lista.

¡Coño! No consigo mi ropa limpia. Alcánzame algo para ponerme pá.

Joder… Muy bueno haciendo oficios, pero descuidado con la ropa. Ya vuelvo.

Fue al cuarto de lavado, cerca de la cocina, y sacó un pantalón corto con una camiseta sin mangas. Se lo llevó y al volver a la casa dijo:

¿Será que después de que me lo folle se acomoda ese sujeto? Ya me trae mosqueado.

Yo abrí los ojos como platos y su reacción fue:

Espera… ¿Tú no sabes nada?

¿De qué hablas?

Ehhhh… Hermanito, ese tema no lo hemos abordado en casa. Dijo papá.

Pues, ¿tu hijo anda por la vida sin saber nada de las cosas de la familia entonces?

Esperen, interrumpí, ¿no será mejor comer antes que se enfríe nuevamente y luego seguir el tema?

Por mí no hay problema, es tu aita el que se pone místico con no querer hablar de sexualidad con su hijo, por Dios, ya en tres días cumples 22 años Ugo. ¿Aún no has follado con tu padre? A nosotros nos enseñó tu aitona cuando cumplíamos

No metas a aita en esto, dijo papá. Y sí, hemos estado hablando de sexo, pero aún no se ha dado la oportunidad de llevar eso a cabo, Ugo curra toda la semana, yo también, poco es el tiempo que tenemos para compartir.

Yo estaba rojo como tomate.

¿Pasa algo Iñaki? Preguntó Sendoa

No, dije riendo, sólo que esa historia se me hace muy familiar.

Bueno, bueno, prosigo, dijo Ugo.

Osaba Oskalo fue al cuarto de lavado a buscar algo para ponerse para comer, y el muy loco salió del cuarto de lavado con unos suspensorios negros y una camiseta sin mangas negra, pero en vez de tener eso puesto, lo traía en la mano, con lo que pude verlo completamente desnudo. Ese hombre de apenas 1,75 tiene una verga que no sólo es desproporcionadamente larga con respecto a su estatura, En reposo, completamente flácida, debe medirle unos… 16 centímetros…

Hijo, que mal cálculo, son 18,5 en reposo y 24 completamente dura, dijo Oskalo riendo mientras mostraba con orgullo ese pedazo de carne enorme y gordo recubierto de venas que le colgaba entre la piernas desde la orilla del río.

Joder… Y menos mal que yo soy el astoa de la familia, dijo Mikelo.

Ugo estaba que se asfixiaba de la risa, y cuando se calmó siguió contando.

Vale señores, benetan, eskerrik asko osaba maitearengatik. Zure puntua oso puntuala eta erakusgarria izan da. (…en verdad, gracias por la acotación tío querido. Ha sido muy oportuno y de paso demostrativo tu punto.) Dijo Ugo antes de proseguir.

Ahhh... Bastards, ¿nire puntua ikusi nahi duzu? Begira ezazu dena, hemen inoiz ez bezain garbia da, miazkatzeko, izorratzeko eta zure esnez betetzeko ere prest. (Ahhh… Cabrones, ¿queréis ver mi punto? Miradlo todos, aquí está limpio como nunca, listo para ser lamido, follado, y hasta llenado de vuestras leches). Dijo Oskalo inclinando la espalda hacia adelante y abriendo las enormes nalgas con ambas manos para mostrarnos la puerta de su culo.

Pero bueno aita, ¿vas  a dejar que Ugo cuente? Me molesta que interrumpan… Dijo Gorka.

Pero… Sólo aclaraba lo de mi punto… Dijo Oskalo.

Nada, déjalo que hable. Ya vimos hasta tu alma, así que entra al agua. Le dijo Gorka.

Si señora. Le dijo Oskalo riendo mientras se sumergía.

Bueno, ahora sí, prosigo, con la venia de todos. Cuando vi esa verga en reposo de 18,5 centímetros, colgando sobre dos bolas que parecían unos duraznos, no pude apartar la vista. El degenerado ese se dio cuenta y se retrajo el prepucio dejando ver su cabeza, hermosa de verdad, toda una cabeza de seta. Yo no sé lo que me pasaba por la cabeza pero me lamí los labios. Y me dijo:

Iloba, itxuraz, gustatzen zaizu ikusten duzuna. Eta lasai, ez nau molestatzen, aitzitik, freskoa da, gustatuko litzaidake zure aho hori haragi zati hau jaten ikustea. Uffff. Ezin duzu imajinatu nola gustatzen zaidan putza ona lortzea. (Sobrino, al parecer, te gusta lo que ves. Y tranquilo, no me molesta, por el contrario, me mola, a mí me encantaría ver esa boca tuya comiéndose este pedazo de carne. Uffff. No imaginas lo que me gusta que me den una buena mamada.)

Pero lo que me sacó de órbita fue lo que dijo papá:

Eta oso ondo egiten du, izutuko zara. (Y lo hace tan bien, que vas a flipar.)

¿En serio papá estaba diciéndole eso a osaba? ¿Qué es lo que está pasando? ¿Será que esto es una conspiración para violarme entre los dos? ¿En serio este es mi padre y mi tío? ¿Quiénes son estos hombres que tengo delante de mí? ¿De dónde diablos salieron? ¿No se dan cuenta que estoy aquí?

Ene laztana, kendu atsekabe itxura hori. (Cariño mío, quita esa cara de consternación.) Dijo papá dándome un beso corto en los labios. Lo que me dijo en seguida no fue menos perturbador.

Estamos en familia, entre hombres, y no hay motivos para andar con remilgos. Aquí nadie es un santo, todos nos hemos comido una verga, o hasta más, eso no nos hace poco hombres, ni menos masculinos que los que se dicen ser heterosexuales. Oskalo es un cerdo, sí, y bien puto que es, pero no deja de ser un hombre respetado en la sociedad, esto que estás viendo aquí, sólo pasa en familia, y con uno que otro amigo de confianza, que ya hasta forman parte de la familia. Por ejemplo, en la finca.

¿Cuál finca? Pregunté.

La que tiene Aitor, nuestro tío, dijo Oskalo que ya estaba con el suspensorio bien colocado marcando un paquetazo el muy cerdo, y la camiseta que le ajustaba al cuerpo como si se la hubieran pintado sobre la piel. Rikardo, ¿aún no has llevado a tu hijo a la finca?

Pues no, dijo papá. No se ha dado la oportunidad.

¿De qué habláis? Dijo Manolo que venía entrando a la casa.

De que deberíamos ir a la finca pronto, dijo osaba Oskalo.

Vale, por mí está bien, pero sería en las vacaciones de verano. Joder, ¿qué es eso que huele tan bien?

Un estofado de cerdo y cordero que preparó tu tío.

¿Le has puesto garbanzos?

Jajaja… Sí. Le dijo papá.

Ufff… Muero de hambre, dijo Manolo. Cuando estábamos ya a punto de comer llegaron Gorka y Karlo.

Pero que bien huele, por fin, algo distinto a pizza y como que pasó un tornado por acá que se llevó todo el desorden y el mugre que había… Jajajaja… Más vale llegar a tiempo que ser convidados, dijo osaba Karlo. Abrazando y besando a papá. ¿Cómo está el más hermoso de todos mis hermanos?

Bien cariño, bien, pues… Preparé un estofado para traer y compartir con la familia, le dijo papá. ¿Y tú cómo estás?

Bien, no me quejo, guapo, como siempre, bastante liado con el trabajo, pero bien. Ya va, este es… ¡Ugo! Mi niño bello, ¿cómo estás papi? Me dijo dándome un beso en los labios.

Bien osaba, gracias a Dios, tratando de digerir información que no tenía.

Ay cari… Bienvenido al club, estos aquí, dijo Gorka señalando con el dedo, se guardan tantos secretos como la pedofilia en el Vaticano, así que no te asustes, he aquí: FBI, KGB, y CIA, todos guardan secretos que para saberlos tienes que aceptar que te maten después. Aaaaaay estoy que muero de hambre y cansancio. ¿Comemos?

Vale, comamos.

La comida pasó sin novedad, hablando de las cosas del trabajo, de cómo se sentía osaba Oskalo, de cómo seguía el aporreo de los golpes que le habían dado, contó el motivo real, era porque los clientes que lo estaban contratando pensaban poner a disposición de la concurrencia una cantidad de estupefacientes para que estos se sirvieran, le estaban ofreciendo más de lo acordado por callarse la boca y este se opuso. Según sus propias palabras, se le metió el obtuso, porque temía que luego fueran a relacionar sus festejos con que eran para consumo de drogas. Luego de que se fueran los prospectos de clientes llamó a las autoridades y los denunció. Al salir del local lo estaban esperando unos matones para golpearlo.

Pero ni de coña llamaste a Eder, ¿verdad? Le preguntó papá.

¿Para qué iba a llamar a Eder, todo lo liado que está con su curro y le voy a poner cuentos de unos matones Rikardo?

Bueno, pero deberías llamarlo, para eso está la familia.

Sehhh… Ya lo llamaré, es más, lo voy a llamar para que venga a quedarse.

¿En serio? Le pregunté.

Jajaja… ¿Tienes miedo de tener un Teniente de la Guardia Civil en casa? Ese debe tener a sus hijos caminando por el carril, ufffff… Nada más de recordarlo, se me eriza la piel… Ese porte chulesco de macho ibérico que se gasta, y lo buena cama que es el desgraciado. Jajaja.

Esperen… Intervine, ¿todos han estado con todos?

Cari… Y lo que te falta por saber… dijo Gorka riendo.

Yo estaba alucinado.

Luego de comer Gorka subió al cuarto a descansar, nos quedamos los demás en la planta baja, bebiendo vino y conversando, en una de esas papá se sienta a mi lado en el sofá y me planta un morreo delante de todos. Yo no sé si era el vino, el efecto de todo lo que había sucedido previamente, las imágenes que me rondaban la mente, imaginando cualquier cantidad de cosas, y situaciones con mis tíos, pero estaba cachondo a más no poder, quería follar, quería ser follado, quería que se prendiera una bacanal con todos esos machos en casa.

No era yo, definitivamente, no era el ratón de biblioteca, el que siempre se había considerado asexual, el que nunca había sentido ni siquiera ganas de masturbarse en la adolescencia, a diferencia de mis compañeros de clases, que cuando descubrieron que tenían genitales y que se podían correr, no paraban de hablar de eso y de lo mucho que lo disfrutaban haciéndose la paja y yo los miraba con desprecio por comentar esas cosas que ni caso tenían que ver con el desempeño académico, no ese Ugo ya estaba desdibujado, casi que borrado, ahora estaba a punto de suceder una serie de cosas que eran nuevas para mí, 21 años perdidos de una manera completamente absurda.

Papá seguía besándome, poco a poco fue quitándome la ropa, yo tenía los ojos cerrados, hasta sentir otras manos que no eran las suyas tocando mis pezones, eran las de osaba Karlo.

Diosss están duros y provoca chuparlos, decía mientras apretaba mis pezones y los retorcía. Yo soltaba jadeos y gemidos, papá se había soltado el pantalón y lo tenía ya en los tobillos, igual que yo. Estábamos completamente desnudos, ante nire osaba Karlo, Oskalo eta nire lehengusu Manolo. (…mis tíos Karlo, Oskalo, y mi primo Manolo.)

Cuando sentí los labios de mi tío Karlo besar mis tetillas empecé a lubricar, lubricaba a chorros, papá se lanzó sobre mi verga y comenzó a mamar, yo no podía dejar de jadear, de gemir, papá se metía a la boca completos los 21 centímetros de mi verga dura y rezumante de presemen, no creía esa escena, no le costaba trabajo, mi verga es grande, y gruesa, pero él la tragaba como comiendo un caramelo, la disfrutaba, la envolvía con su lengua. Diossss… Que placer madre mía, en verdad estaba tocando el cielo, sentía sus babas bajando por el tronco de mi verga, llegando a empapar mis bolas, y cómo él las recogía con sus dedos, lubricándolos para luego meter no uno, sino de a dos dedos a la vez en mi culo, culo hasta ese momento virgen, y qué placer sentía en ese momento. En una de esas que metía y sacaba dedos de mi culo le dije:

Cabrón, fóllame.

Él no se hizo de rogar, metió la cabeza de su verga en mi culo de un solo empuje, y no protesté. Mi culo se expandió para recibir esa enorme cabeza en forma de pera, mucho más delgada en la punta, y extraordinariamente ancha hacia abajo, uffffffff… lo escuché, para después quedarse quieto. Yo lo veía con ganas, con ganas de verga, de que me follara. Estaba deseándolo, mi mirada era implorante.

Te voy a romper el culo hijo, pero quiero que sepas que es porque te amo, eres mi único hijo y te amo desde siempre, me dijo viendo mis ojos directamente.

Vamos Rikardo, ¿vas a pedirle perdón y permiso a la vez? ¿A caso no ves que ese hombre que tienes a medio ensartar quiere verga?, mira como tengo a este, comiéndose la mía, en este momento no son nuestros hijos, no somos sus papás, somos unos hombres todos, hambrientos de sexo, recuerda eso, le dijo osaba Oskalo.

Papá sonrió con lujuria, y sacó un poco la cabezota de mi culo, dejando sólo la punta de la pera dentro. Se exprimía la verga como ordeñando, hizo ese movimiento unas diez veces, y yo sentía que estaba cayendo algo dentro de mi culo. ¿Lo sientes Ugo? ¿Sientes como boto lubricante dentro de tu culo?

Uffff… Si…

Sacó completamente la verga de mi culo y empujó unos dos dedos más de lo que me tenía ensartado al principio… Diossssss… Que culo cabrón, es uno de los mejores que me he cogido, se amolda perfectamente. Volvió a sacar todo, y metió casi la mitad de su enorme verga dentro de mí, Karlo le mamaba el culo y eso lo volvía loco. En un momento retiró considerablemente parte de su verga para dar un solo empujón contundente y clavarme toda dentro de un solo movimiento, yo quería gritar, pero lo que hice fue sacar un quejido hondo, y eso lo puso más excitado.

¿Te gusta mi verga en tu culo Ugo?

Si Rikardo, dame más…

Uffff… Que rico cabrón, me tienes loco.

En eso estaba él dándome verga cuando me percato de que Karlo también le estaba empotrando su verga, mi padre me estaba follando y estaba siendo follado por su hermano, no creía lo que veía. Karlo le halaba las tetillas y se las torcía. Haciendo que Rikardo aullara de placer, era alucinante, y cuando volteo a ver a Oskalo, Manolo le tenía la verga metida en el culo, y las nalgas de Oskalo la devoraban completa.

Cuando vi esa escena, de hijo follando a su padre, no me contuve, acabé viendo eso, sin tocarme, me derramé como nunca, los chorros me llegaron hasta la cara, pecho, abdomen, todo empapado de mi corrida, papá al ver eso tampoco se contuvo y acabó enseguida, en un mar de gemidos, haciendo que su hermano, mi tío Karlo, se corriera detrás de él, en lo que acabaron, Rikardo, mi propio padre… Se sacó la verga de mi tío y la sustituyó por la mía, yo estaba batiendo la leche de mi tío, y ni corto ni perezoso, al ver mi culo libre, dilatado, y chorreando leche, me ensartó ese vergón que se carga. De verdad fue bien desvirgado ese día.

Osaba se movía dentro de mí como un animal. Ostia, que culazo tiene este hombre, en verdad es una delicia, se amolda a mi verga también, que ricura, decía mientras me estaba dando verga y más verga. Y el mono lo ha dejado bien lleno de leche caliente. Oskalo, vas a querer cogerlo una y otra vez maricón, ya vas a ver lo delicioso que es. Puta, y contraes chaval, que rico, me estás halando más hacia dentro, me vas a desprender la cabeza putón de mierda.

En verdad no estaba consciente de lo que hacía mi culo, eso era involuntario, sólo me dejaba llevar, y disfrutaba, las palabras me ponían más cerdo, más cachondo. Me acomodé para mamar la verga de mi papá, no me importó que tuviera restos de lo que fuera, lo sorprendí, y lo escuché decir:

Tenemos otro cerdo joder, que delicia este puerco, no lo para verga cagada, se la mete al hocico, que deleite este cabrón. Mira Oskalo, mira, igual de guarro que tú puerco… Diosssss. Me he sacado la lotería con este hijo joder. Sigue mamando puto, sigue mamando…. Ahhhhhh…

Yo seguí mamando, dándole verga y recibiendo la verga de Karlo, al rato anunció este que se iba a correr, y soltó unos cinco disparos fuertes que contó. Pero no había quedado satisfecho, en lo que me percato, se sale de mi culo, dejándolo vacío, pero preñado a más no poder, Manolo veía y se corrió en el culo de su padre:

Joder maricón, me vengo, me vengo en tu culazo, le decía Manolo a su papá. Vente, vente dentro de mí y préñame, preña a este macho que te está dando su culo, gozaaaaaa… ahhhhhh ahí te va mi lecheeeeee… se decían entre ellos. Eso me volvió loco a más no poder.

Rikardooo… Joder cabrón, te voy a preñaaaaaar. Dije sacando su verga de mi boca.

Date gusto, preña este culooooo aaaaaahhh… Pero no dejes de mamaaaaaarrr aaaaaahhh mierda, me corrooooo uffffffffff… puta madre…. Aaaaaaaaaahhhhhh…

Cuando papá acabó y yo le llené el culo de leche, se bajó de mí y mi tío Karlo ocupó su lugar, ahí pude ver el mosntruo que me había estado metiendo.

Joder osaba, ¿cuánto mide eso?

Jajajaja 25 centímetros de pura carne de primera dijo riendo, y para tu boca de puerco van. Comencé a mamar, a nuestro lado estaba papá Oskalo, Oskalo le metía la verga al fondo a papá y de pronto sentí una boca lamiendo los restos de las corridas que tenía en mi culo, pero chupaba como si estuviera alimentándose, era Manolo, que sacaba toda la leche que había en mi interior y la degustaba. Su padre lo alentaba diciéndole:

Demuestra que eres hijo mío cabrón, sácale la mierda y te la comes… Eres hijo del puerco más cerdo de la familia.

Manolo metía sus dedos en mi culo, como raspando, para sacar todo, y los lamía.

¡Ese es mi hijo carajo! Exclamó orgulloso Oskalo. Ahora Dale verga tú… Muy obediente, Manolo introdujo su verga en mi culo, yo estaba que no creía, me habían cogido, había cogido, había mamado, había hecho de todo, y no eran ni las 20h00.

Es un maldito guante, este culo es mejor que el de pá, dijo Manolo.

Calla y fóllalo, dijo Karlo, con su verga ensartada hasta mi garganta y la mía en su culo. Desde donde yo estaba veía sus pectorales con sus piercings de barra como rebotaban al compás de la follada que estábamos teniendo.

Manolo, de pie, con las rodillas semi-flexionadas,  le agarraba el pecho a Karlo y le dijo:

Que tetas tienes, provoca pellizcarlas.

¿Y a qué esperas? Le dijo.

En eso Karlo grita de dolor, y le dice:

No pares, sigue, que me encantaaaaaaaaa… aaaaaaaaaaaahhhhh puta… Me corro…

Y acabó llenando mi boca de leche, tanta que se derramaba.

Yo te voy a preñaaaaar le dije.

Préñame macho, préñame muy bien.

Ahhhhh ahí te vaaaa uffff…

Me corrí como si no hubiera acabado antes. Cuando sintió mi último espasmo, se bajó y me puso el culo en la cara, metiendo mi verga en su boca.

Yo aproveché y lamí ese culo, emanando cualquier cantidad de leche y lo que se viniera, Karlo pujaba para que terminara de salir lo que le quedaba dentro, y yo metía mi lengua a fondo en ese culo abierto a más no poder.

Manolo, sintiendo las contracciones de mi culo, acabó llenándome el culo con su lechero, ese animal es un aspersor de leche, parece que la meara, yo sentía mi abdomen lleno de tanta leche que había recibido.

Diossssssss Estoy en una cochinera, dijo papá… Sólo falta el lodo para que se revuelquen. Esto parece el concurso de ver cuál es el más puerco de los Etxabarren.

Uuufffffff… Ya me corro cabrón, le dijo osaba Oskalo a papá, te voy a llenar el culo, y te lo voy a limpiar con mi lengua, para que veas quién es un verdadero puerco.

Córrete enano, córrete y préñame bien, quero que me hagas tu perra… Así mismo… aaaaaaaaaaaahhhh yo también estoy que acaboooo…

AAaaaahhh… Jodeeeeer… Ahí te va mi leeeeeecheeeeee… AAaaaaaaaahhhh… UUuuuuuffff… Te preeeeeeño…

Disparo a disparo llenó el culo de papá de leche abundante, espesa y caliente, tanto que se desbordaba. Yo estaba aún con la verga dura y con ganas de seguir follando. Apenas acabaron papá y Oskalo, Manolo limpió la leche de la verga de papá y la que derramaba de su culo, que era de su propio padre.

Así hijo, lame mis bolas, así… Ufffff… Que ricoooooo…

Cuando hubo terminado, su padre y el mío se desacoplaron y papá comenzó a mamar la verga de osaba Oskalo.

Diosssss. ¡Otro puerco! Dije asombrado.

Así es hermano, deja mi verga bien limpia, está rico, ¿verdad? Jajajaja, tu cara lo dice. Jajajaja… Siempre lo ha sido amor, pero hoy está más cerdo que de costumbre. Mira como le como el culo a tu padre, ve… Y metía la lengua hasta el fondo, además de los dedos, como le había instruido a Manolo que hiciera.

Cuando papá dejó la verga de Oskalo limpia, en seguida este llamó a Manolo.

Manolo, vente, que te espera este chorizo que no se quiere bajar. Abre ese culo, que te voy a follar bien follado.

Espera…. Dijo Manolo. Y todos en el río nos quedamos con cara de circunstancias…

¿Pasa algo? Preguntó Assim.

Si, quedamos que ambos íbamos a contar, hasta los momentos sólo ha contado Ugo.

¿Y qué esperabas? ¿El pase a estudios? ¿O que te pusieran el micrófono en la boca? Preguntó Mikelo riendo.

Vale, cuenta, dijo Ugo.

Vale… Ejem… Dijo aclarándose la garganta y estirando los brazos hacia delante con los dedos entrelazados y las palmas hacia fuera para sonárselos. Cuando pá y osaba Rikardo terminaron de follar y limpiarse mutuamente, pá me llamó.

Manolo, vente, que te espera este chorizo que no se quiere bajar. Abre ese culo, que te voy a follar bien follado. Tal cual como dijo Ugo. Osaba Rikardo se pasó al otro mueble, que era más grande, ahí cabían los tres, quienes no dejaban de morrearse entre sí, y magrearse. Pá me agarró de un brazo y puso mi mano en su verga, estaba dura, y ya estaba chorreando. Yo le pregunté que si no estaba cansado, y me dijo que de follar nunca. Me dio un nuevo templón y caí encima de él, como un costal de papas, nos comenzamos a besar, él recogía su preseminal y metía los dedos en mi culo, que hasta el momento no había sido explorado. Sí, me incomodó al principio, pero estaba resteado a que pá me follara, quería sentir su verga, quería mamar su verga impregnada de mi culo y su leche, sentía una sed de sexo como nunca. Al rato me dijo:

A ver cerdito, siéntate en la verga de este macho que te va a reventar el culo de una puta vez.

Me acomodé como pude, con las piernas flexionadas, pá se encargó de apuntar su verga a mi culo, y cuando sintió el primer contacto, me empujó de los hombros hasta hacerla desaparecer por completo dentro de mí. Jodeeeeeeeeeeeerrr… Exclamé… y el hijo de puta me decía que aguantara, que si me gustaba romper culos, me debía gustar que me lo rompieran. No sé cómo, pero comencé a moverme, con la idea tal vez de que el dolor iba a mermar, pero se mantuvo, constante, durante unos quince minutos aproximadamente, sentía que cada centímetro entraba y salía de mi interior, era como un sueño. Me di cuenta de que siempre había deseado ser follado por mi padre. Pá me dijo:

Vamos a cambiar de posición pequeño, porque te vas a cansar y así no va a ser tanto el disfrute. Me dejó el culo vacío y extrañando ese enorme intruso que llevaba rato taladrándomelo, me hizo ponerme con el abdomen descansando sobre un apoya brazos del mueble, mi cara quedaba encima del cojín de sentarse, con lo que mis piernas quedaban abiertas completamente y mi culo bastante elevado y hambriento de más verga. Así es como vas a sentirme completamente, dijo. Separó mis nalgas y lanzó un lapo en mi entrada, que sentí que me llegaba al cerebro de la fuerza con la que lo escupió. Volvió a meter toda su verga mientras me cogía por las caderas.

Te gusta, te gusta mi verga, ¿verdad?

Sí pá.

Ufffffff… Eres mi perra, ¿ves cómo te tengo bien dominado? Una vez que pruebas mi verga vas a desear siempre tenerla dentro chaval.

Dame más… Le pedía yo.

¿Quieres más? Mirad muchachos, esta perra no se sacia… Jajajajaja. Deja que llegue tu aitona para que te dé una buena follada, y tú no te vas a escapar Ugo, dijo pá.

Jajajaja… Van a saber lo que es bueno, dijo Karlo.

¿Y qué esperáis que no lo llamáis? Hala, llamadlo, para que se venga. Solté sin pensar.

¿Quieres que te folle tu aitona? Preguntó pá.

Sí, sí quiero… quiero que me follen todos… Quiero verga, quiero leche, quiero chorrear leche de todos… Fóllenme… Llénenme de leche… Venga Ugo, dame a mamar esa verga que ya está dura. Necesito vergas… Aaaaaaaahhhhh… Hagan de mí lo que quieran… En eso pá me sacó la verga del culo y dijo:

Vamos, arriba, vamos al baño que se me ocurre algo.

Subimos todos, al pasar por la habitación de Gorka lo escuchamos roncar como un tractor. Todos reímos sin hacer mucho alboroto, no se fuera a despertar Gorka. Aunque nos preguntábamos cómo era que podía dormir tan tranquilo con tanto desmadre que teníamos en la planta baja.

Pá, nos hizo señas de entrar al cuarto, en silencio, pasamos al baño, y entre susurros nos dijo que todos habíamos acabado, pero ninguno había meado, en eso Ugo arrugó la cara como si no entendiera de qué iba el cuento con eso. Tito Rikardo sonrió con cierto morbo que no podía disimular, incluso, tenía la verga morcillona, él como que había entendido la idea de pá. Incluso, jugaba con su lengua y el aro de la nariz. Karlo miraba como preguntándose de qué coños iba eso. Y pá decidió que era hora del bautizo de los primerizos. Nos hizo pasar a Ugo y a mí al área de la ducha, y el tío Rikardo tomó la iniciativa.

Dejadme que empiezo yo, dijo acomodándose frente a nosotros, cogiendo su verga con la mano izquierda y bamboleándola como decidiendo con cuál de nosotros dos iba a comenzar. Pá le dice algo al oído, y se sonríen los dos, tio Karlo miraba como expectante, mira a Ugo, y le pregunta:

Lo has pasado bien, has hecho porquerías que ni te imaginabas, quieres que venga tu aitona para que te folle, te has comido las vergas de todos, todos hemos probado la tuya, tanto por culo como por boca, ¿estás listo para ser bautizado como puerco?

Ehhhh… Sí, pero… ¿Cómo? Dijo Ugo un poco nervioso.

¿Lo estás o no? Dijo Tío Rikardo.

¿Acaso cuando lo tenían en la pila bautismal en la iglesia podía responder? Preguntó pá.

Jajajaja… Tienes razón, apenas tenía dos meses y ni hablaba. Así que, hijo mío, te bautizo como puerco de la familia… Dijo tío Rikardo largando un chorro de meaos amarillentos y pestilentes encima de su crío, que estaba de rodillas ante él, a mí me salpicaron algunas gotas, incluso en los labios, las cuales yo lamí, el sabor no me desagradó, y Ugo, a mi lado, se dejó llevar tanto por el morbo de la situación de que su padre, además de follarlo, lo meara encima que su verga estaba completamente dura y apuntando al techo.

Abre la boca crío, que aún viene más, le dijo tío Rikardo a Ugo, quien obedeció y este siguió orinando en la boca de su hijo hasta vaciarse. Ugo trgaba lo que podía, y se masturbaba como loco.

¡Quiero más! Dijo Ugo haciendo que los mayores sonrieran con sorna.

Pero le toca el turno a Manolo, dijo pá. A ver, Manolo, todo lo que dijo Rikardo antes de bautizar a Ugo, ¿estás listo tú también?

Sí pá.

Entonces, ahí te van… Dijo pá soltando sus meaos encima de mí, mientras Ugo mamaba la verga de su padre a pocos centímetros de donde yo estaba y tío Karlo se halaba las bolas hacia abajo con una mano y se pellizcaba los pezones con la otra viendo el espectáculo. Yo abrí bien la boca para beber los jugos cálidos y amarillentos de la fuente que tenía delante, esa verga deliciosa que hace rato estuvo en mi culo y me llenó de leche hasta más no poder. Pá se emocionó tanto que colocó su verga dentro de mi boca y yo tragaba sin parar esos meaos.

Ufffff… Karlo, tienes que hacerle esto, mira lo puerco que es… Cómo le gusta lo guarro… Le dijo pá a mi tío. A mi lado tío Rikardo miraba la escena y le dijo a tío Karlo:

Colega, cómeme el culete, que quiero llenarle a este la boca de leche…

En seguida se puso detrás de esas nalgas hermosas y comenzó a lamer ese culo, donde aún había jugos de todos los que le habíamos acabado dentro, incluso del mismo Karlo.

Ostia, que delicioso está, dijo tío Karlo. Oskalo, de verdad que tu leche se destaca por encima de las demás, dejas un sabor único. Ufffff… Que parranda de puercos somos joder. Tío Karlo le estaba comiendo el culo tan deliciosamente a tío Rikardo que este acabó llenando la boca de Ugo de leche, pero demasiada cantidad.

Jajajajaja… Eres una máquina de botar leche hermano, le decía pá que me tenía su verga hasta la garganta. Y mira, señaló, mira la reacción de tu hijo.

Miramos a Ugo y sin tocarse la verga estaba acabando, a lo que tío Karlo aprovechó, porque “esas cosas no son para botarlas”. Tragó toda la leche de mi primo, que estaba temblando de placer aún con la verga de su padre en la boca y éste no paraba de meter y sacar la verga de la boca de su retoño, aun cuando ya estaba más flácida que morcillona inclusive.

Pá anunció su corrida, pero ya era inminente, apenas dijo: Me corro… se corrió, llenando mi boca y mi garganta de esa crema abundante y espesa, tanta que cayó sobre mi pecho y Ugo la lamía, en lo que acabé de tragar, lo puse a que me mamara la verga, Diosssss cómo mama ese cabrón, de verdad es espectacular. En menos de cinco minutos ya le estaba dando leche en la boca yo también… Ufffffff… Y no derramaba ni una sola gota. Cuando tio Karlo dejó bien limpia, tanto que parecía brillar, la verga de Ugo, se ubicó de pie entre sus hermanos y nos dijo muy con un semblante muy serio:

Bueno muñecos, son mis sobrinos, los quiero y los amo como si fueran mis hijos, pero… Aún les falta que yo los bautice. A ver, abrazados uno del otro, bien pegaditos, peguen la boca de manera que no tenga que estar apuntando hacia ambos lados, así… Excelente. Diossss… Busca la cámara Oskalo, para captar este momento para la posteridad…

Ehhhh… Con fotos, no juego, dijo Ugo medio mosqueado.

Tranqui primo, que va de coña el tito. No te rayes.

Pues… No sé, me pareció verídico, dijo Ugo.

Uguete, ¿vas a creer que es en serio? Le preguntó tío Karlo.

Pues… Ahora estoy más tranquilo, dijo Ugo, acomodándose como estábamos, parecíamos un urinario de doble capacidad, sendas bocas abiertas por completo, prestas a recibir la micción que venía. Ya estaba empezando a ponerse dura mi verga otra vez y la de Ugo, ni hablar.

Bueno mocosos míos, ahora va el bautizo de parte mía. Reciban esto con todo el amor del mundo. Así comenzó a mear nuestras bocas, su sabor era dulzón, a diferencia de nuestros padres, y no era tan intenso el olor, era espectacular. Nosotros casi nos disputábamos el chorro, yo lo quería para mí y Ugo para sí. Tragamos todo lo que cayó en nuestras bocas y una vez que ya la vejiga la había vaciado en nosotros, comenzó a masturbarse. Halaba sus bolas con fuerza hacia abajo, mientras se cascaba una paja con la otra mano, nuestros padres lo iban ayudando, así como nosotros nos ayudábamos con nuestras vergas, ellos se repartieron echo y culo de tío Karlo. Mientras pá le estrujaba su verga por la raja del culo, tío Rikardo le iba chupando las tetillas alternadamente. De pronto dijo:

Joder, me vengo, me vengooooooo… Ahhhhhhh… y baño nuestras caras de leche, que nosotros lamíamos para no desperdiciarla hasta quedar bien limpios.

Ya después de ese bautizo puerco, nos amontonamos todos en la ducha, y como pudimos nos bañamos, para luego secarnos y recostarnos un rato a descansar. Ya eran las 4h00. Ugo y Karlo se fueron a la cocina, a ver qué subían para picar y beber. Comimos, bebimos, y nos quedamos dormidos, todos en la cama de pá.

Cuando eran las 10h00 se despertó Gorka, bajó las escaleras, como siempre, en paños menores, buscando qué desayunar, y se encontró con una visita que lo dejó helado y casi infartado.