CASTIGO POR BAJAR LAS CALIFICACIONES (xii)

Historias de familia...

Luego de esa apoteósica bienvenida a todos los machos de mi familia, cada cual cayó donde pudo y se acomodaron a dormir. Aún hoy, 25 años después, ignoro totalmente en qué momento se subieron Nono, Assim, Asier y Mikelo a la cama de Nono donde dormíamos Papá y yo.

Buenos días, dijo Asier, que fue el primero en levantarse. Con una tremenda erección que apuntaba al techo. Dios, que noche tan deliciosa… No veas cómo disfruté y eso que pronto, será mi cumple número 60, ¿quién podía decirlo? jejeje.

Calla de una vez cabrón, le dijo Nono, algunos queremos dormir.

Jejeje… Bueno, me iré a la cocina a ver qué preparo, dijo Asier. Lástima que este engarrotamiento que tengo se desperdicie. Se dirigió al baño y ahí se encontró con Mikelo que se estaba duchando. Joder Astoa, voltea hacia la pared, vas a sacarme un ojo con eso que tienes entre las piernas chaval.

Jajaja… Si supieras quién se la comió completa y se la hundí hasta el fondo del culete… Dijo Mikelo mientras terminaba de enjuagarse.

A ver… Suelta… ¿Quién fue ese valiente?

Jura por Dios que no vas a hablar, le dijo Mikelo mientras se enrollaba la toalla a la cintura.

Lo juro, suelta de una vez…

Mi aitona… tenías que ver cómo se la gozaba en el río, cuando todos nos desperdigamos, él y yo fuimos al río. Unas dos botellas de ardo beltza (vino tinto) en mano cada uno, y ya cuando estábamos terminando la tercera, puffff… Me soltó que quería que lo follara. Yo flipé cuando me lo dijo, pero cuando ví que se ponía a mamar, y no mama nada mal, dije que no había retroceso. Después de un buen rato mamando, me dijo que lo follara en el agua. Se afincó con las manos en la orilla, abrió las piernas, y le comencé a meter la verga. Poco a poco, eso sí, porque no es fácil de ensartar. Pero cuando estaba la mitad dentro, pedía más, yo le decía que si era en serio y me decía que sí, que lo rompiera. Se la lancé toda hasta el fondo. Uffff que delicia de culo tiene.

Jajaja… me consta, le dijo Asier. Como ya sabes, los padres enseñamos a nuestros hijos todo lo que se refiere al sexo, desde cómo follar, hasta cómo ser follados, algunos no disfrutamos esto último así como que aaaaahhhh… que maravilla… Pero cuando nos da la gana de dar el culo, lo damos. Deja que me duche, mientras te voy contando cómo fue la historia mía, de Aitor, y de Iñigo.

Joder, ¿de verdad me vas a contar cómo fue que el aitona handia (bisabuelo) los inició? Dijo MIkelo incrédulo y asombrado.

Pues, si quieres saberlo… Porque imagino que Markel no te habrá contado media palabra al respecto.

Ha hecho algún comentario, pero… ¿por qué aitona handia no vino?

Estará en París, donde vive hace años con su nueva mujer. Actualmente, él tiene 73 años, su nombre es Froilán. Sus padres lo forzaron a casarse con mi madre. En total éramos cinco: Ainhoa, Dorleta, Asier, tu servidor, Aitor (tu aitona) e Iñigo. ¿Vamos bien hasta acá?

Sí, sigue, decía Mikelo mientras se cepillaba el cabello de una u otra forma mientras Asier se bañaba con toda la calma del mundo para que se secara.

Ainhoa y Dorleta eran un año mayores que yo, ellas murieron de peste cuando yo tenía 4 años. Prosiguió Asier.

No sabía, porque aita nunca las menciona. Dijo Mikelo.

Bueno… No tiene por qué en realidad, yo poco las recuerdo. ¿Ustedes tienen qué edad? ¿20 años?

Si, 20, ¿por qué?

Porque yo iba a cumplir años cuando todo eso pasó.

¿El qué?

Lo de mi primera experiencia. Aita tendría unos 32 en ese momento, un poco menor que tu tío Maren.

Tío… Ya estás listo, ¿te parece si hacemos una pausa y seguimos hablando después de vestirnos y comer? No quiero ser grosero, pero tengo hambre, quiero comer algo sabroso, y no hablo de vergas ni culos, jajajaja

Jejeje… Por mí bien, vamos a vestirnos y ya preparo algo para comer. ¿Tú escuchas más ruido que el que hacen los animales?

A decir verdad, no. ¿Será que todos duermen aún?

Puede ser, porque ni Aitor se ha parado a fumar tabaco.

Jajaja… Cierto que aitona fuma tabaco, y el tío Eder también.

¿Hablamos del que se lía con las hojas de una planta? ¿O haces alusión a tabaco de carne que no bota humo pero que si lo estimulas bien te da leche? Jejeje…

Jajaja… Al de hojas liadas… Joder, qué malos pensamientos tan temprano… Jajaja. Dijo Mikelo divertido.

Salieron del baño, se vistieron sin hacer ruido y se fueron a la cocina, ahí estábamos todos los nietos de Aitor: Marizio, Marko, Txomin, Adnán, Adán, Sendoa, Merlo, Fabián, Iñaki (yo), y llegó Mikelo con Asier.

Txomin intentaba encender el fogón a leña como pudiera, pero muy torpemente, lo que generaba una burla silenciosa entre los primos. No nos reíamos, para no alborotar a los demás, pero las miradas y las expresiones de nuestras caras eran más que elocuentes.

Marizio le dijo: Seguro que Doña Gorka es más hábil que tú en eso.

¿Gorka? Pero si apenas sabe caminar hacia delante. Dijo indignado Txomin, en eso escuchamos la voz de Gorka:

Buenos días amores, ¿qué tal la noche? ¿Verdad que divina? A ver… ¿Qué tramáis?

Nada Gorka, dijo Asier, Txomin intenta encender el fogón, pero no sabe cómo, a lo mejor tú si sabes cómo encender una hoguera, sonriendo con sorna.

Aaaayyyy por favooooor… A ver niñato, tira para allá, dejen trabajar a la Mujer Maravilla. Tanta testosterona mal utilizada Dios mío. Traigan unos palos, grandes y gruesos… Todos soltamos la carcajada… ¿Qué sucede? ¿Queréis que encienda esto? ¿O vais a quedaros ahí, viendo y riendo? Marko y Sendoa fueron a buscar la leña y Mikelo dijo:

Lehengusuak, ¿zuetako inork ba al dakizu nola hasi zen gure gurasoekin sexu hastapen hau guztia? (Primos, ¿alguno de ustedes sabrá cómo es que comenzó todo esto de las iniciaciones en el sexo con nuestros padres?)

Hablarás por ti, dijo Gorka, a mí no me estrenó mi aita.

¿Ez? ¿Eta nor zen orduan? (¿No? ¿Y quién fue entonces?) Preguntó Asier asombrado.

Jajajaja… ¿Realmente queréis saber? Dijo Gorka.

Vale, primero cuento yo, pero vamos a esperar que lleguen los que como que están buscando la quinta pata del gato, porque no pienso repetir.

En eso llegaron Marko y Sendoa con la leña.

A ver… Dijo Gorka. Un poco de papel, este servirá… Un poco de grasa… Este poco de aceite hará el truco… Alguno de los fumadores que me facilite un cerillo…

Fabi le aventó la caja de cerillos, Gorka encendió uno y lo arrojó a la leña que tenía ya preparada.

Et voilà! C'est prêt.

¡Bravo! Dijimos todos.

Shhhhh… Dijo Gorka  colocando el índice ante sus labios. Vais a despertar a todos…

Cuenta, dijo Marizio. ¿Nor izan zen Gorketa printzesa ederra desfloratu zuena? (¿Quién fue el que desfloró a la bella princesa Gorketa?)

Ai haurra... Utzi traba egiten. (Ay nene... Deja ya de molestar…)  Vale, comienzo a contar, pero nada de escándalos. ¿Estamos?

Todos guardamos silencio, mientras nuestro osaba Asier ponía a hervir agua para preparar café.

Ejem… Hace dos años Aita se fue de viaje con Aitona, se fueron a… ¿Dónde coños era que estabais Untxia (Conejo)? Que os saltasteis mi cumpleaños…

Lisboa, respondió Asier. Sonriendo de tal manera que su dentadura brillaba junto con sus ojos.

Ahhh… Si… Vale, resulta que nos quedamos solos Manolo y yo con nuestra ama (mamá), durante 14 días. Se nos vino encima el día de mi cumple, y ama invitó a todos mis compañeros de clases, unos vecinos, y amigos de ella y aita, también invitó a osaba Iñigo que llegó con Uriel y Arel, si mal no recuerdo,  celebramos de lo más normal, sin aita, porque andaba con aitona.

Después de la fiesta se quedó ñire osaba (mi tío) Iñigo, a dormir, Arel eta Uriel etxera joan ziren eta ausardia izan zuten aitak nire gelan mozkortuta lo egiten uzteko. Nire amaren etxea mozkorrentzako aterpe bat balitz bezala. Hitz erdi ez nekien guztietatik. Lo egitera aldatzera sartzen naizenean, hartz hori nire ohean zurrungaka ikusten dut, galtzontziloak bakarrik jantzita. Hainbeste likore gainean nenbilela, egoerak ez ninduen molestatu, aitzitik, morbosa egiten zitzaidan.  (Arel y Uriel se fueron a sus casas y  tuvieron el atrevimiento de dejar a su papá que durmiera la borrachera, en mi habitación.  Como si la casa de mi madre fuera un albergue para borrachos. De todo eso yo ni media palabra sabía. Cuando entré a cambiarme para dormir, veo ese oso roncando en mi cama, sólo usando slips. Yo andaba con tanto licor encima que no me molestó la situación, muy por el contrario, me dio hasta morbo.) Dijo Gorka con un dejo de indignación poco creíble en su rostro.

Bueno, ya con esa introducción les digo que el calentón me pudo más.

Ya algo había oído yo de que los críos eran entrenados por sus padres en las artes del sexo en nuestra familia, pero… Jamás había hablado yo al respecto de nada de eso con aita. Yo decía que era un tema que no debía tocar, sino esperar a que él lo hiciera.

Con la temperatura como la tenía, me desnudé hasta quedar en el bóxer que cargaba, me metí a la cama, y me acomodé dándole la espalda al duende. No me había quedado aún dormido cuando sentí que me abrazaba y me arrimaba a su cuerpo. Sentía su barriga pegada a mi espalda, y no sé cómo diablos hizo, pero sentía su verga, dentro de su slip, rozando la raja de mi culo. Intenté alejarme un poco, y él me agarró fuerte halándome hacia él. Cuando intenté moverme, me puso boca abajo y se deslizó hasta que su cara estaba a la altura de mis nalgas, me bajó el bóxer, separó mis nalgas, y comenzó a oler, como un perro, olfateando mi culo. Después de un rato sentí algo húmedo y caliente que se deslizaba  sin tregua, era su lengua, me estaba comiendo el culo, y yo comencé a gemir, bajito, despacio, sin hacer mayor alboroto. Lo que hice fue levantar mis caderas para que pudiera hacer mejor lo que había comenzado a hacer y que me gustaba. Después de estarme torturando sabrá Dios cuánto tiempo de esa manera, se deslizó sobre mi espalda, y me dijo al oído:

Iloba maitea, urtebetetze zoriontsua, espero dut zuretzat gordetako oparia gustatzea. Ez naiz zure aita izango, baina aitaren faltan, osabak umea zaintzen du eta ... nor baino hobeto ni? zure osaba izateaz gain, zure aitabitxia naizela.  (Sobrino querido, feliz cumpleaños, espero que sea de tu agrado el regalo que te tengo reservado. No seré tu papá, pero en la ausencia del padre, bueno es que el tío se encargue del niño, y... ¿quién mejor que yo? que además de ser tu tío, soy tu padrino.)

Yo en ese momento había decidido dejar que todo fluyera, cuando de pronto siento la cabeza de su verga intentando ingresar en mi culo. Sentí un dolor que creía que me partiría en dos, dijo Gorka poniendo sus manos en sus sienes. Luego, prosiguió, me dijo entre susurros:

Así no te va a entrar chaval, hagamos algo, cómemela, así conoces bien lo que te vas a disfrutar y le pierdes el miedo. Ahora es cuando queda noche por delante, y no soy de los que se sacian fácilmente, te voy a hacer sentir cosas que jamás habías sentido antes, y ten por seguro, que después de que estés conmigo, vas a querer que siempre estemos juntos. Que te haga mío una y otra vez.

Me acomodé hasta quedar frente a frente con ese monstruo de veinte centímetros de largo, veintiuno de circunferencia, y la cabeza más ancha todavía, con esas venas enormes, esos vellos rojos en la base y en las bolas, tan densos, tan tupidos, que aparentemente habían acumulado gotas de orina porque se sentía el aroma, fuerte, pero lejos de darme asco, lo que hizo fue acelerar el pulso en mí. No podía resistirme a ese espectáculo de verga, no podía hacerle un desaire, y aun cuando no había tenido experiencia en el sexo aún, había visto cualquier cantidad de películas para adultos, siempre imaginando que era yo la mujer, la que se comía las vergas como una experta. Entonces intenté meter todos esos veinte centímetros en mi boca, y me ahogué. Al darse cuenta, osaba me dijo:

¿Tu aita no te ha enseñado nada? ¿Aún no has tenido la iniciación en el sexo con él?

No, no hemos hecho nada de nada, él se la pasa currando, una fiesta tras otra, y casi nunca para en casa.

Entiendo, entonces, esto será nuestro secreto hasta que hayas tenido ese encuentro con tu aita, ¿vale?

Vale, le respondí. Él me fue llevando poco a poco, me decía que le pasara la lengua en la base de la cabeza de la verga, que eso lo volvía loco, Gorka vio a los hijos de Iñigo privados de la risa y como si estuviera ofendido preguntó:

¿Tenéis algo que compartir? ¿O hago silencio y no cuento ni una palabra más?

No, no, cuenta Gorka, lo que pasa es que a aita le encanta eso, de verdad lo enloquece, más aún si a la vez tiene dos bocas chupando sus tetas. Dijo Manoel riendo. Sigue, que está buena la cosa, me tienes como un astoa… Jajaja…

¿A ti solo? Joder, yo hasta estoy lubricando, nada más de oír a este cabrónazo. Dijo Fabián riendo también.

Y… ¿Por qué se meten conmigo? Dijo Mikelo.

Todos, incluso Gorka, rompimos a reír.

Ahora no se puede hablar de burros, porque el que tenemos presente, rebuzna, dijo riendo Asier mientras servía el café en tazas y lo iba pasando.

¡Cabrones! Dijo Mikelo.

Bueeeeeno… Sigo relatando, dijo Gorka. ¿Dónde me quedé?

En que estabas en la clase de Chupavergas 101, dijo riendo Adnán.

Ahhhh… Si… Dijo Gorka respirando profundo, me decía que le pasara la lengua en la base de la cabeza de la verga, que eso lo volvía loco, así lo hice, Iñigo bufaba, lentamente me fue llevando, hasta que iba cabiendo más y más de su verga en mi boca. Poco a poco, hasta que sintió mi campanilla, la sacó completa, la vi toda babosa, y me dijo:

¿Ves que no es tan difícil? Con paciencia, constancia, y salivita, se la metió el elefante a la hormiguita…

Eso volvió a hacer que riéramos como locos.

¡Callad! Dios… Que desparpajo de locos… Definitivamente no puedo contar nada sin que se rían. ¿Tengo cara de payaso acaso?

No, de puta, le dije.

Pues Iñaki, cariño, me respondió Gorka. En esta vida, la que no es puta, no disfruta, así que no hables, porque bien me he entrado yo, de don quién te la has montado desde que estás aquí, y santico mi rey, no es que eres.

¿En serio Iñaki? ¿Has andado haciendo desastres? Preguntó Sendoa como asombrado.

Dejemos que Gorka termine de contar. Le respondí.

Graaaaacias… Dijo Gorka. A ver si por fin termino de contar esto. Por cierto, hay que ir viendo a ver qué se come, porque no es que vamos a estar sólo a fuerza de café y morbo. Este cuerpo tiene hambre. Y ese fuego no va a arder todo el día, así que busquen ramas pequeñas para irle metiendo, de aquí no salimos todos hasta que no haya terminado de hablar.

Todos comenzamos a preparar el desayuno mientras Asier y Fabián iban a recolectar las ramitas para mantener viva la llama. Al rato, cuando volvieron, Gorka continuó.

Bueno. Cuando nos dimos cuenta, ya yo había aprendido a comerme ese monstruo colorado y venoso sin problema, le llegaba más debajo de la campanilla, y eso lo volvía más loco que la pasada de lengua en la base de la cabeza. De pronto me pidió que le estrujara los pezones, a la par que le mamaba. Y en lo que estaba haciendo eso, sentí sus dedos abrirse paso en mi culo, sentía que estaba perdiendo mi inocencia, pero a la vez pensaba en que había perdido mucho tiempo de disfrutar cosas. El me decía que relajara, que soltara un poco, y así sus dedos fueron ganando terreno en mi culo. Diosss… Me sentía de lo mejor. Él buscó un poco de crema extra humectante que siempre tengo en mi mesa de noche. Untó sus dedos con la crema y deslizaron suavemente en mi culito, yo no pude contener un gemido, y me dijo:

Sabía que había que tratarte con delicadeza, pero no imaginaba que como a una hembra, que delicia de culito tienes Gorka, que rico… ¿Esto es un culito o es un coño? Dímelo, con confianza, ¿te sientes mujer? ¿O no dejas de sentirte hombre?

Mujer tío, siempre he fantaseado con ser la mujer, me gusta sentirme así, ser femenina.

Que sobrina más puta tengo entonces… No sabes lo que me pone una maricona así como tú. Aprendes rápido a comer verga mi niña, vamos a ver cómo me recibe tu coñito…

Hazme tu hembra tío.

No, así no. Iñigo, si vas a ser mi puta, no me trates como familia, llámame Iñigo, o señor Etxabarren, o en su defecto, dime AMO. Pero si me vas a tratar de AMO, siempre que estemos juntos deberás ser sumisa y complaciente, ¿estamos claros mi esclava?

Sí, estamos claros.

Así no, me dijo dándome una bofetada y sujetando fuerte mis mejillas, pegando casi su boca de la mía, con esa mirada como de rabia, las putas sumisas me tratan de AMO, y siempre finalizan las frases con AMO al final. Te vuelvo a preguntar… ¿Estamos claros?

Sí AMO.

Así me gusta, perra. Me dijo, y después soltó un lapo en mi boca que me hizo tragar. Ahora come verga otra vez. Me ordenó.

Yo comí su verga, que estaba más dura y lubricada que antes, mientras él seguía preparando mi culo, digo, coño, para follarme. Metía ya tres y hasta cuatro dedos, sin problemas. En lo que se dio cuenta de que los metía sin dificultad, me sacó la verga de la boca y se acomodó de manera que él quedaba de rodillas sobre el colchón, yo boca arriba, me dijo que no dejara de verlo a los ojos, colocó una almohada bajo mi cadera y fue empujando poco a poco sus veinte centímetros dentro de mí. Lento, muy pausado. Cuando ya tenía la mitad dentro, comenzó a moverse, despacio, sacaba, y metía, sacaba y metía, me apretaba el pecho, y estrujaba mis pezones. Yo gemía y no dejaba de verlo a los ojos, me sentía puta, él se daba cuenta, y poco a poco fue invadiendo más de mi hueco, hasta sentir sus grandes cojones peludos chocando contra mis nalgas, sus muslos y los míos sonaban como un aplauso. Él me miraba con lujuria, me abrazó, acercó su boca a la mía, me besó, me acariciaba las tetillas, y me apretaba los pezones, Diossss… que delicia, así estuvimos una media hora, cuando me dijo:

Ponte en cuatro patas, perra.

Sí AMO, le respondí.

Me ensartó su verga de una sola vez, esa verga gruesa, cabezona, larga, con ese mar de venas, que estimulaban todo mi ser, hasta el alma sentía que me la estaba follando. Yo lancé un quejido, él me tapó la boca con su mano, mientras con la otra ahorcaba mi verga y mis bolas.

Que desperdicio de verga, eres tan puta, tan hembra, que lubricas a chorros aún sin erección, te gusta ser mujer, pero tienes una verga que haría gozar a más de uno, pero no la vas a usar conmigo. Conmigo, tú eres mujer, así vas a portarte siempre. ¿Entendido?

Si AMO… Como usted ordene…

Así me gusta. Y volvió a tapar mi boca con su mano.

Después sacó su verga de mi culo, yo lo sentía vacío, y quería que lo llenara de nuevo. Ponte de rodillas en el suelo, me ordenó.

Si AMO.

A ver, abre la boca. Y ni se te ocurra rechistar, porque lo vas a pasar mal.

Colocó la punta de su verga en mi boca, y poco a poco fue dejando salir sus meaos. Me decía que tragara, y yo tragaba poco a poco lo que me iba dando a beber, bebí cada gota. No me molestó en absoluto, lo disfruté, tanto que tuve una erección, y él se dio cuenta.

Eres una guarra sumisa Gorka, ¿quién iba a decirlo? Te gusta que te ponga a beber meaos. Me he sacado el premio gordo contigo, puta.

Haga conmigo lo que desee AMO, le dije.

Así será mi perra, así será, ahora, sube a la cama, vas a cabalgar mi verga, ya estás lista para eso.

Hice caso a lo que me decía, él se acostò boca arriba, yo me senté sobre su verga, que se fue toda completa hasta el fondo, me apoyaba en su panza y daba botes, mi verga se rozaba con su panza, y de pronto sentí como un escalofrío… AMOOOO… AAAAAMOOOO… Le dije.

¿Te vas a venir mi niña? Dime… ¿Vas a acabar putica?

Creo que sí AAAAAMOOOO…

Dale, acaba mi zorra, acaba que tu AMO te va a dejar bien preñada…

Aaaaaaayyyyy AAAAAMOOOOO… AAAAAAAaaaaahhh… meeeee cooooorrooooo…

Córrete, córrete sobre tu macho…  Ahhhhh… Que rico aprietas ese coño mujer… Cómo te contraes… Uuuuuuufff… me vas a sacar la leeeeecheeee… Aaaaaaaahhhh… UUuuufffff… Siente como se contrae mi veeeeeeeeergaa… Ahí te vaaaaaaaaa mi leeeeeeeecheeeeee…

Sentí como cinco disparos, y de verdad se contrae y se estira como un resorte cuando acaba, eso me hizo acabar y solté como cinco disparos también, el primero cayó sobre su boca, lo vi tragarla, y después los demás se depositaron sobre su panza… Dios… Que delicia de follada me pegó. Nos  quedamos así unos minutos, luego, él se acomodó quedando encima de mi levantó mis caderas y poco a poco sacó su verga, despacio, sin prisa. Lo siguiente que hizo fue comerse su corrida de mi culo, me lamía y succionaba como un poseso, una vez que me dejó el culo limpio, me puso a mamarle la verga nuevamente, aún la traía enhiesta, caliente, yo se la mamé y la dejé bien limpia, usando mi boca, como él me había enseñado a hacerlo, tragando cada milímetro. Sentí que se aceleraba su respiración nuevamente, y me comenzó a follar la boca, él, sin reparos, se metió mi verga a su boca, y estuvimos en un 69 delicioso, yo la tenía dura, como nunca, de pronto siento un cosquilleo y gimo, él también gime, esa sensación hizo que me acelerara… Él introdujo cuatro dedos en mi culo, y ese fue el gatillo para que acabara otra vez. Yo gemía, con su verga en mi boca, sin poder dejar salir palabra, él resoplaba por la nariz, yo iba llenando su boca de leche, y él la mía. Una vez que acabé, se sacó mi verga de la boca, y en seguida me dio un beso donde se mezclaron nuestras leches… Tragamos las descargas del uno y del otro, y nos quedamos dormidos.

Diosssss… Dijo Marizio. Que cosa tan buena. El duende te cumplió tu deseo…

Todos reímos. Ya habíamos terminado de desayunar cuando Asier dijo:

¿Alguno tiene otra anécdota que contar?

Todos levantamos la mano.

Tu no Iñaki, ya todos sabemos cómo fue eso… A ver… ¿Qué nos pueden decir Markelen semeak (los hijos de Markel)?

Osaba Asier, baina ez al zenuen esan tradizio hori guztia nondik datorren esango zenigula? Esan nahi dut, hori esan zenuen Gorkak bere istorioa kontatu aurretik. (Tío Asier, ¿pero no habías dicho que ibas a hablarnos de dónde viene toda esa tradición? Digo, eso habías dicho antes de que Gorka contara su historia). Dijo Mikelo.

Así es, pero podemos esperar un rato, a que se integren los demás. Digo yo.

Vale, dijo Txomin. ¿Quién empieza? ¿Hirukiak (Los trillizos)? ¿Sendoa? ¿Merlo?

Que empiecen los clones, dijo Sendoa riendo. A lo que Marko respondió:

Bueno, nosotros podemos contar, pero tú vienes después.

Comiencen, dijo Gorka, mordiéndose las uñas.

Bueno, hace unos cuatro años, nos fuimos con aita a un campamento, donde estábamos varios muchachos del insti con nuestros padres y algunos maestros. Comenzó Marko (El Rojo) como le han dicho sus hermanos desde siempre, haciendo alusión a sus cabellos. Nos fuimos a un lugar en Galicia donde colocamos tiendas de campaña, como un bosque, pero quedaba cerca de un río y ahí podíamos bañarnos, pescar, todo lo que quisiéramos. El agua era helada, porque precisamente era para esos días de otoño.

Aita nos enseñó cómo debíamos armar nuestras tiendas, él había llevado una para él que parecía una jodida mansión, descomunal, cabía perfectamente estando de pie y le sobraba unos once centímetros de espacio por encima de su cabeza, y no hablo de la parte más alta de la tienda. Por nuestro lado, habíamos llevado unas tiendas pequeñas, lo suficiente como para que entrara un inflable individual y para poder entrar teníamos que agacharnos. Así eran las de la mayoría de los que estábamos ahí. Y todos decían que aita se había llevado la casa a cuestas.

Resulta, dijo Marizio, que al otro día nos despertó una lluvia muy fuerte y nuestras tiendas quedaron casi destrozadas, aita nos dijo que durmiéramos en la de él, que sobraba espacio. Aita siempre nos mantuvo al margen de verlo desnudo, él tampoco nos veía a nosotros desnudos, de hecho, quien se encargaba de bañarnos y vestirnos de pequeños era nuestra madre, él siempre pasó de eso. Decía que eran ocupaciones para mujeres, no para un macho. Incluso, años después, cuando pudimos empezar a entrenar con él, él iba a ducharse cuando nosotros aún no habíamos terminado de entrenar para evitar ese contacto visual.

Pero todo cambió esa noche, dijo Mikelo, con las ropas empapadas, no quedó de otra que quedarnos en bolas todos, los tres. Aita colgó como pudo nuestras ropas en la parte de afuera para que se secaran, y se rio al ver que se había convertido eso en un campamento nudista. Aita nos hizo ver algo muy interesante, todos los que estábamos ahí éramos hombres, no había ni una madre, ni una profesora, ni una compañera de clases en todo eso. Y nos dijo que no estaba nada mal que estuviéramos desnudos. Ni él había reparado en nosotros, ni nosotros en él, en cuanto a lo físico. Aun estando desnudos, no mirábamos más debajo de su pecho, a lo mejor por respeto, o por miedo. Hubo un incidente con un profesor, que se acercó a nuestra tienda ofreciendo café, y cuando me vio completamente desnudo, me dijo:

En el nombre de Dios, pareces un astoa con eso que te cuelga entre las piernas. No tienes ni edad para lo que tienes por delante.

Yo sonreí porque para mí era normal, y para estos dos locos hermanos míos también, ya habíamos compartido toda la vida baños juntos y a esa edad ya nos hacíamos pajas, aita se rio y le dijo que esperara a que terminara de crecer, que apenas era un crío, para que viera en lo que se convertía ese animal que tenía entre piernas.

Pero lo interesante no era lo que dijo aita, sino cómo lo hizo, con su cara muy seria, ambas manos a la cadera, moviendo esta hacia delante y hacia atrás, haciendo que su verga se bamboleara e iba pasando de flácida a morcillona y que el profesor no paraba de mirarlo, detallando sus tremendos pectorales, extremadamente velludos, al igual que su abdomen, completamente marcado, y estaba como hipnotizado con la verga bamboleante de aita al punto de que la boca le quedó abierta y casi babeando. Incluso bajo el slip que cargaba el profesor, se notaba una especie de carpa, apenas perceptible, pero se notaba que estaba completamente empalmado. En una mano tenía el termo con el café, en la otra, unas tazas de plástico, no podía cubrirse, su respiración se veía agitada, sus mejillas coloradas, su cuerpo pequeño, regordete y lampiño estaba como a merced de lo que veía. Aita lo invitó a que terminara de pasar, y él, como sonámbulo, entró, dejó lo que llevaba en el suelo, y empezó a caminar de rodillas hasta donde estaba aita. Sin pensar, se llevó a la boca la verga de aita y comenzó a mamar, delante de nosotros. Se la metía toda a la boca, cuando ya pasó a estar completamente enhiesta metía hasta el fondo, y le quedaba la mitad fuera.

¿Qué pasa? Le dijo aita, agregó Marko, ¿no te cabe completa mi verga? Mira la de mi hijo como está nada más de ver lo que haces conmigo. ¿Crees que vas a poder comerte ese tremendo trozo de carne tu solo? Y es un chaval… Deja que tenga mi edad, para que veas.

El profesor seguía mamando como poseso, como si nosotros no estuviéramos presentes. Gemía sin parar, y en un momento, en que aita le tomó la cabeza y empezó a follarle la boca, metiendo completo hasta el fondo, al punto de hacerlo llorar y tener arcadas, se comenzó a convulsionar y acabó sin tocarse. Cuando aita vio eso le dijo como en un todo donde se sentía su decepción:

Pobre hombre, no aguantas una mierda, sal de aquí, deja el café, luego vienes por el termo y las tazas. El profesor salió como quien acaba de hacer algo que iba a tener que guardar en el más absoluto secreto, porque si se sabía del espectáculo que había dado, podía ser despedido e incluso imposibilitado de ejercer en cualquier parte de España por actos lascivos. Una vez se fue el profesor, aita se acercó a nosotros y nos dijo:

A ver, mis niños, cerrad la entrada de la tienda, y vengan conmigo que su padre aún tiene cosas que compartir con ustedes.

Astoa y yo, dijo Marizio, cerramos la puerta de la tienda. Aita estaba acostado sobre el inflable tamaño Queen y Marko estaba a un costado. Éramos cuatro hombres desnudos, en medio de un bosque, todos con las hormonas hirviendo, la curiosidad y el morbo que nos podían, y nos acomodamos junto a aita.

Pero que tíos más bellos se han vuelto mis críos, dijo aita, mientras trataba de abarcarnos a los tres entre sus brazos.

Sin dudas, deben tener a las chicas locas en el instituto, mírense, son tres galanes, casi que podría hacer un helado de tres sabores con ustedes: Vainilla, fresa y chocolate… Jejeje… Uno rubio, como su padre, el otro pelirrojo, y el otro con los cabellos achocolatados como su madre. Pero no dejemos de lado las habilidades de cada uno, un músico, un bailarín y un cantante, por lo que donde meter la verga no les debe faltar.

No aita, puro morreo, toqueteo, pero nada más, dijo Marko. Luego de cada marcha, terminamos haciéndonos la paja los tres en la habitación, porque así no es que se puede dormir… jajaja.

Ahhhh… O sea, que os aliviáis mutuamente, entiendo… Pero… ¿qué les va a ustedes? Hablen sin pena… ¿Los tíos o las tías? ¿Qué os da más morbo? ¿Un tío peludo hasta el culo y más allá con grandes nalgas y vergón? ¿O un par de tetas grandes, firmes, nalgas enormes y un coño bien depilado donde meter la lengua hasta el fondo y beber esos jugos que sueltan cuando se vienen cuando son bien comidos? Uffffff mirad como me pongo imaginando cualquiera de las dos cosas, en verdad tenéis la suerte de contar con un papá super cerdo. Hay días en que no me aseo bien la verga por apuro, o porque simplemente no puedo, y se me acumula algo de “queso” en la cabeza. Y cuando la tengo así de lubricada, me encanta pasar mis dedos y comerme eso. Uuuuuff… es la hostia…

Decía aita que había sacado su brazo de debajo de mí, y se deslizaba la piel hacia atrás, dejando ver su cabeza brillante rezumando presemen, e impregnando el ambiente con ese olor que intoxica a más no poder, olía a una mezcla entre orines, y restos de lefa, yo estaba viendo a mis hermanos que también miraban como esperando una orden para saborear eso, por demás de apetecible, que teníamos delante.

A mí me encantan las dos cosas, pero para que me guste un hombre, tiene que ser macho, no cualquier mariconcete que se me atraviese, tiene que verse rudo, bien masculino, de esos que inspiren miedo, y una mujer, tiene que ser muy femenina. Y si es bisexual, que lo sea más todavía, no me imagino estando con una tía que esté más musculosa que yo, eso me mata el morbo como no tenéis idea.

Todos reímos, continuó Mikelo, ante la alocución de aita, pero en verdad estábamos casi que a punto de saltar sobre su verga, yo, en especial, estaba empalmado a más no poder, y ví a mis Marko y Marizio que estaban también con las vergas dscubiertas regando preseminal. Yo me pensé que alguno debía arriesgarse. Y tomé la iniciativa, cuando aita cerró los ojos un momento para irse haciendo una paja frente a nosotros, me le pegué como una ventosa a uno de sus pezones… Haciendo que soltara un bufido… Marko estaba más cerca de la verga de aita y le pasó la lengua por la cabeza, sacando un gemido de placer a aita. Y Marizio se pegó de la otra tetilla…

Ufffff… que delicia, mis retoños quieren sacarme leche por todos lados… ¿Qué os había demorado? Así Marko, así mismo, ve comiendo esta verga… Diosssss… Que delicia hijo… Aprieta fuerte en la base, así…. Y sube… aaaaaaaaahhhh… Cómete ese jugo hijo, cómete ese juguito de tu papi. Aaaaaa… cabrones, me están haciendo sentir una vaca, que rico maman, Dios…. Seguid mamando, que me encanta… Aaaaaaaahhh… ¿Quién quiere que papi le mame la verga? Marko se acomodó de manera que quedaba en un 69 encima de nuestro padre, ni corto ni perezoso Marizio comenzó a lamer el culo de aita, que tenía las piernas completamente levantadas hacia atrás, dejando su ojete expuesto. Haciendo que resoplara, yo me ubiqué hacia la cabeza de papá y empecé a hacer lo mismo con el culete de Marko… Uffff… Que delicia, luego, Marizio y yo cambiamos posiciones, y al ver el culo de papá como boqueando, le metí dos dedos, entraron muy fácilmente, le metí tres, él lanzó un quejido algo ahogado, por la verga de Marco en su boca. En ese momento acerqué la punta de mi verga a su entrada y empujé lentamente… Su culo cedió y cupo toda la cabeza, cuando vi eso, empujé un poco más. Unos tres dedos… saqué despacio, y vi su culo contraerse y dilatarse, como pidiendo guerra… Le fui metiendo y sacando varias veces, hasta que se la dejé ir completa, en ese momento, gritó de dolor, y acabó a chorros en la boca de Marko. Quien se tragó toda la leche de macho de papá. Yo comencé a follarlo duro, y la erección no se le bajaba, Marizio al ver que Marko se bajaba de aita para acomodarse encima de su verga, le metió la suya en la boca a aita, Ufffff… Esa escena era digna de una peli porno, tanto así, que nada más de recordar, ya estoy duro y lubricando… Jajaja…

Todos reímos ante el comentario de Astoa Mikelo, porque la tienda de campaña que se le marcaba bajo el pantalón corto que cargaba, lo estaba delatando, hasta con el manchón. Asier miraba sonriendo con lujuria mientras Mikelo contaba, y se sobaba el paquete por encima del pantalón que cargaba.

Estuve dándole cada vez más duro a papá, tanto, que sentía que casi me metía completo dentro de él, yo quise probar algo más, le abrí más el culo, con mis dedos e introduje mis bolas dentro de esa cueva caliente, Diosssss…

Si no lo habéis probado, os animo a hacerlo, no hay sensación igual, ni parecida en el jodido mundo.

Aita gritaba de dolor, no le importaba que lo oyeran los vecinos, se había olvidado que estábamos en un campamento, con unas sesenta personas más por lo menos. Marko rebotaba encima de la verga de papá, como una pelota de baloncesto, se calvaba él solo cada uno de los centímetros de verga gorda y larga de aita, mientras él comía la verga de Marizio, viendo esto no pude aguantar y le llené el culo de leche. Al vaciarme, dejé mi verga dentro, para seguir dándole, y unos minutos después, sentí cómo me apretaba con su culo, aaaaaaaaaahhhh… era lo que se escuchaba… Ahhhhhhhh…. Me corrooooooo… Decía papá, Marko le apretaba los pezones como si se los fuera a arrancar… Ahhhhhhh… Ahí te va mi leche hijooooooo… Aaaaaaaaaaaaahhhhh…. Decía aita mientras llenaba el culo de Marko de leche… yo sentía cada una de esas contracciones, pero ya me había vaciado, apenas acabó aita de llenarle el tanque a mi hermano, se bajó y cambió posición conmigo, yo me empalé también la verga de papá, hasta el fondo y él exclamó:

Cabrones, me vais a dejar seco, no voy a poder ni levantarme, parranda de sátiros que habéis salido… Folladme todos, quiero que me folléis,  hagan de su padre su puta… Soy un cerdo hambriento de sexo… Dadme placer hijos amados… Dadme verga, culo, mamadas, todo, hagan de mí lo que os plazca…

Mientras MIkelo era follado por aita, y Marko gozaba follándole el culo a aita, yo me puse detrás de Marko y comencé a comerle el culo, Ufffffff… Esa leche sabía de maravilla… Dijo Marizio. Eso como que aceleró hasta lo indecible a mi hermano, porque en poco tiempo sentía como si su culo quisiera tragarse mi lengua, estaba teniendo contracciones, y era porque estaba llenando el culo de papá de leche caliente. Joderrrrrrr… era lo que decía Marko, mientras acababa, jodeeeeerrrrrr que ricooooooooo…. Me vacíooooooooooooo… Aaaaaaaaaaaaaaahhhhh…

Cuando ya Marko estaba acabando, aceleraba las embestidas de manera tal, que hizo llegar a un orgasmo a aita nuevamente. Coñooooooooooo… Me están volviendo locooooooo… Aaaaaaaaahhhh que deliciaaaaaaaaaa…

Yo sentía cada espasmo de la verga de aita llenando mi culo de leche, dijo Mikelo, y a cada embestida que hacía al vaciarse, iba soltando chorros de leche caliente sobre su torso. Ya una vez que todos habíamos quedado satisfechos, nos tumbamos sobre el colchón a descansar un rato.

Habrá pasado una media hora, aproximadamente, y escuchamos jadeos y gemidos que provenían de las tiendas vecinas, yo me asomé curioso, y logré ver a los padres e hijos del curso, nuestros compañeros, y los profesores, follando como animales, a la intemperie. Y les dije a los demás que se asomaran. Al ver, aita hizo un comentario que nos dio risa:

¿Ven que el estar en el bosque hace salir los animales primitivos en las personas?

Al decir esto Mikelo, todos rompimos a reír en carcajadas. Y de pronto escuchamos una voz muy familiar, la voz de Nono, que estaba con Ignacio, Papá, y todos los demás en la puerta de la cocina:

¿Guardaron algo de desayuno? ¿O vamos a tener que apañarnos nosotros después de las historias de folladas que habéis estado contando?

Jajaja… Pasa hermanito, le dijo Asier, estos muchachos están hablando de sus primeras experiencias, y la verdad, son excelentes.

Markel pasó de primero y dijo riendo mientras iba señalando a los trillizos:

Lo que hayan estado contando este trío de locos, es mega editado y filtrado, las cosas fueron mucho más guarras que lo que hayan podido haber relatado.

Ay no… ¿Entonces vamos a tener que esperar a que publiquen el libro? Que fastidio… Dijo Gorka como descontento. Lo cual hizo que todos volviéramos a reír.

¿Ahora qué? Ya no puedo abrir la bocaza porque os da risa… Dijo Gorka torciendo los ojos hacia arriba y soplando su cabello de la cara.

Gorka, hijo, le dijo Oskalo, ve con tu hermano a ensillar unos caballos, vamos a comenzar a trabajar.

Pero pá… Si apenas es sábado, ay no, que escándalo, a ensillar esos animales y currar cuando todos nos divertimos.

Deja quieto sobrino, le dijo Nono, tiene razón, hoy vamos a divertirnos, y pasarlo bien, ya vendrán las faenas, pero a partir del lunes, no quiero dramas, ¿vale? Dijo Nono señalando a todos con el índice.

Vale, respondimos.

¡Ole! Dijo Txomin, pero venía el turno de Sendoa… ¿O es que acaso no va a hablar el degenerado ese?

Luego, dijo Markel, vamos a comer todos juntos, y luego vamos a meternos un rato en el río, que hace calor.

Comimos, y después de comer nos fuimos a dar un chapuzón en el río, Nacho se quedó con Estéban, quien ya estaba bastante mejor, ayudándolo a tener movilidad, para que pudiera incorporarse a sus labores como habitualmente hacía. Mientras íbamos de camino al río, me quedé  un poco rezagado para hablar con osaba Asier.

Osaba untxia…

Jajaja… Dime cariño… ¿Sucede algo?

Bai… Quiero que me respondas algo, que no tengo claro, porque todos a los que les pregunto, me evaden la respuesta.

Hummm… ¿Qué será que va a preguntar el pequeño Maren? Me recuerdas mucho a tu padre, él siempre me abordaba de esa manera cuando tenía tu edad.

Pues… La manzana como que no cae muy lejos del árbol. Jajaja…

Jajaja… Cierto es, pero dime, ¿qué deseas saber?

¿Qué es lo que hay detrás de la verja vieja y oxidada?

Ehhh… Vamos a sentarnos bajo este árbol, que eso no es algo que deban escuchar todos los primos tuyos. Verás Iñaki, tras esa reja hay cosas que es mejor no averiguar. Digamos que si vas a ver, no vas a conseguir nada, más que olores desagradables. Ahora… ¿A qué viene la curiosidad?

Es que escucho ruidos, gritos y cosas por el estilo.

Primera noticia. Dijo el tío Asier. ¿Desde cuándo los escuchas? ¿Hace ya tiempo?

Pues, desde que llegué…

Bueno, te cuento que no deberías oír nada, porque ahí meten a los que se rebelan contra tu aitona y los matan, después de torturarlos. Y de verdad, no deberías estar comentando eso. Aitor es un hombre de muy buenas intenciones, pero es sumamente vengativo, esa parte la aisló a propósito para que nadie viera cómo hace las torturas de las personas que lo traicionan o se rebelan contra él. Así que juega a ser inteligente, y no le des motivos para que te lleve allá. Sobre todo, si algún trabajador “desaparece” no se te ocurra mencionárselo. ¿Estamos?

Sí osaba.

Vale, nire iloba handi gogokoena zara (eres mi sobrino nieto favorito), ¿lo sabías? Vamos, que ya nos deben estar esperando en el río, y cargo la verga toda sudada y olorosa.

¿En verdad? ¿Qué tan olorosa?

Jajaja… Está que a mí mismo me da asco… Pues, estuve follando toda la noche cari… Y aunque tengo ya leche bastante, como para repartir, está bien sudada y con olores a meaos y corrida, ¿Por qué? ¿Te mola eso? Me vas a decir que eres cerdo… Uffffff… Otro Oskalo en la familia, ¿quién me lo iba a decir? Eso me encanta. Has hecho que se me ponga durísima de golpe. ¿En serio te gusta eso de olores, sabores, escupitajos, y todas esas cosas tan guarras?

Saca a ver qué tan apestosa la traes…

Iñaki… Iñaki… Las vergas son como las armas, no se sacan nada más de exhibición. Si no le vas a dar uso, mejor lo dejamos así.

Sácala tío, por favor…

Bueno, ya que insistes... ¿Cómo negarme? Asier se colocó de pie junto al árbol, y bajó los pantalones que cargaba. Su verga estaba completamente dura, babeando, y olía a restos de corridas y meaos, como él me había dicho, acerqué mi nariz y aspiré todo ese olor, que era excitante a más no poder. Él recostó la espalda del tronco del árbol, con sus manos tras la cabeza y las nalgas separadas como a un palmo de la corteza.

Yo terminé de bajarle los pantalones a los tobillos, Comencé por lamer sus bolas, grandes, pesadas, se veían cargadas de leche a más no poder, Asier gruñía mientras se las lamía, yo olfateaba su entrepierna, buscando esos olores, impregnando mi nariz de ese aroma de macho y lamiendo. Lo que le causaba un gran placer a cada lamida que daba porque no paraba de gemir y rugir. Fui ascendiendo por el tronco de su verga, lamiendo cada centímetro, cuando llegué a la punta, él la agarró de la base y apretando como si estuviera ordeñando hizo salir un chorro espeso de preseminal, lo lamí y lo tragué con todo el gusto del mundo, cuando vi sus ojos, él sonriendo me dijo:

Vamos a ver qué tan cerdo eres… Se puso de espaldas a mí, mostrando su culo peludo y perfecto, colocando sus manos entre su frente y la corteza del árbol con las piernas bastante separadas, y me dijo que le lamiera el culo, que se lo comiera y le demostrara lo buen cerdo que soy.

Yo separé sus nalgas e introduje mi nariz, olía a sudor, a restos de que había ido al baño, pero no estaba sucio, eso me puso a millón, comencé a lamer, desde abajo donde se une el culo y las bolas, hasta arriba, donde termina la raja. Hice esto unas cinco veces y osaba untxia se retorcía de placer.

Diosss Iñaki… No tienes reparo en lamer un culo cagado, que delicia… Uuuuuufff… Sigue comiendo culo mi niño, sigueeee… eso me encanta, que no repares en aseo. Eres un ceeeerdoooo… aaaahhh… Uuuuufff…

Yo seguía en mi tarea, cuando de pronto se volteó de frente nuevamente, y me dijo quitándose la camiseta que llevaba:

Los sobacos, lame mis sobacos, anda, que están apestosos.

Yo hice lo que me pidió al tiempo que no dejaba de masturbar su verga, que estaba palpitando incesantemente en mi mano, y no dejaba de botar presemen, estaba chorreando como si tuviera una fuga, recogí todo ese jugo y me lo llevé a la boca, lamiendo mi mano y mi dedos como si de una capa de caramelo se tratara.

Cómete mi verga nene, anda, dale una mamada a tu osaba handia favorito, anda, asíiiiiii… ahhhhhh… Que perro mamón eres… Aaaaaahhhhh… Eres un cerdoooo que deliciaaaaa me encanta lo guaaaaarro que eeeeres…ahhhhh… Joder Iñaki, me vas a hacer acabaaaaar… aaaaaaaaaahhhh… aaaaaaaahhh… mierdaaaa… toma leche en esa boca mamonaaaaaa… aaaaahhhh… Uuuuuuufff…

Asier se vació completo en mi boca, tragué cada uno de los cinco chorros, y le dejé la verga bien limpia, sin restos de nada. Él se estremecía al sentir las cosquillas que le proporcionaba mi mamada después de haber acabado, yo no quería que la sacara, quería más. Luego de un par de minutos que estaba flácida, me dijo:

Aléjate, que voy a mear…

Yo con su verga en mi boca lo miré a los ojos y negué con la cabeza.

Uuuufff… ¿Eso te gusta puerco? ¿Te gusta beber los meaos de macho?

Asentí con mi cabeza, y fue soltando su chorro, poco a poco, yo iba bebiendo rápidamente, y al terminar, le volví a lamer bien para que no quedara residuo alguno. Cuando estuvo listo, me la saqué de la boca y le subí los pantalones diciéndole:

Me ha encantado, todo, tus sobacos apestosos, tu culo cagado, tu verga con restos de meaos y leche, incluso, con sabor a culo, todo tú me encantas tío.

Jajaja… Pues yo he flipado como no tienes idea con las cosas que haces a tu corta edad, en verdad no reparas en nada. Ahora vamos, ya llevamos una hora de retraso con respecto a los demás, en el río, más tarde te devuelvo las atenciones que tuviste para conmigo, pero no puedo ahora porque esto de verdad vuelto un trapo… Esto último dijo bamboleando su verga ante mí, la cual se sacudía como un calcetín, sin ánimos de erguirse. Y pensar que esto no me sucede, agregó, en verdad sabes cómo satisfacer a un hombre. No imaginas la envidia que me da con Maren, tener un hijo como tú es la leche, de verdad que sí. Yo tengo a Oskalo, pero poco podemos disfrutar de esas cosas tan guarras, porque se pone demasiado creativo... Jajaja...

Ambos reímos mientras llegábamos al río, donde todos estaban desde hace rato metidos y pasando un buen momento, pero nosotros no lo habíamos pasado mal unos metros atrás. Nos miramos, y había complicidad en nuestras miradas, nos desvestimos y nos metimos al agua, para compartir con todos.