CASTIGO POR BAJAR LAS CALIFICACIONES (x)

Hay maneras de saldar las deudas...

Después de bañarme llegué a la habitación, Assim no había llegado aún, estaba en la sala hablando con Nono. Ya Nono había encendido su tabaco, lo cual significaba que se iría a dormir o por lo menos a descansar en cualquier momento. Yo los escuchaba conversar y Nono le estaba diciendo a Assim unas cosas que no logré entender del todo:

¿Has notado algún comportamiento inusual de parte de los muchachos? Porque si es así, voy a tener que prescindir de ellos. Sabes bien que no me gusta que me contraríen y mucho menos en mi propia casa. Esas cosas no las perdono. Por cierto… Vas a hacer el anuncio de quiénes se quedan el mismo viernes en la madrugada, apenas nos levantemos y antes de que empiecen las tareas, ya sabes, el camión vendrá a recoger a varios, pero mejor que no sepan quiénes son los que se quedarán hasta que llegue ese momento.

Como usted diga Don Aitor, y respecto al comportamiento, nada… La habitual curiosidad, preguntan quién se quedará, y les he dicho que eso lo decide al final Ud. Con eso se calman. Dijo Assim.

Jajaja… Se rio Nono, no hace falta que me trates tan formalmente, a fin de cuentas, hemos estado incluso compartiendo a mi nieto, ¿recuerdas? Puedes llamarme Aitor, o si prefieres, dime papá, padre, papi… como quieras. Dijo Nono mientras abrazaba a Assim fuertemente contra su cuerpo, le agarraba esas nalgas hermosas, grandes, duras, y perfectas con sendas manos para luego comerle la boca en un beso que parecía que se estaban volviendo siameses, porque no se distinguía dónde terminaba uno para dar inicio al otro, era una clara demostración de quién era el macho alfa en esa situación, indudablemente lo era Nono. Ahora ve, le dijo, después del morreo intenso, tienes deberes que atender con Neno y de paso vas a disfrutar con Nacho. Le dio un beso corto, pellizcando los pezones de Assim, a quien eso le excitó sobremanera, dejando escapar un gemido suave, pero audible desde la ventana de donde yo observaba desde hace rato tras una cortina.

Quiero que me hagas tuyo papi, le dijo Assim, completamente sumiso y entregado, quiero que me hagas tu perra, que me hagas lo que desees, eres mi macho, mi amo, mi señor, mi alfa.

Así será hijo, pero ahora, anda con Neno, él te espera, y Nacho está por llegar, recuerda que siempre serás mío, no importa cuántos estén contigo, ni cuántos te rompan el culo, o a cuántos se lo rompas, tú eres mío, y eso no va a cambiar. Le respondió Nono. Se miraron fijo a los ojos por unos segundos, Assim agachó su frente y Nono le imprimió un beso. Anda, anda que Nacho está a llegar.

Al ver que Assim se dirigía a la habitación salí de donde estaba para subirme de un salto a la cama, como para disimular y hacer creer que no había visto nada. Me cubrí el cuerpo desnudo con las cobijas, apoyando mi espalda contra la cabecera de la cama, dejando al descubierto pecho, brazos y hombros.

Hayati, Alá debe estarme bendiciendo, porque eres lo más hermoso que tengo en la vida ghali. Dijo Assim mientras se acercaba lentamente, desabrochando su camisa, poco a poco, mostrando su imponente torso, al llegar junto a la cabecera de la cama, ya la camisa rodaba por el suelo, al igual que su cinturón, y los pantalones a media pierna, naturalmente, como era costumbre en él, sin calzoncillos. Dejando que saltara su enorme verga delante de mis ojos. Yo, como hipnotizado, me acerqué y fui metiendo ese monstruo que tanto me había hecho disfrutar, en mi boca, lamí el chorro de preseminal que emanaba, lo tragué, y metí la cabeza de la verga en mi boca, bajando hasta tenerla casi toda dentro… Assim jadeaba de gusto, parado, junto a la cama, recibiendo ese placer que le daba con mi boca, tomó mi cabeza con sus grandes manos y embestía una y otra vez, marcando el ritmo… su cadera se movía despacio, lento, con ganas de que ese momento no terminara jamás. Estábamos tan concentrados, que no nos percatamos sino hasta oír una voz en la puerta del cuarto que dijo:

¿Ustedes empezaron sin mí? Al voltear, era Nacho, quien sólo lucía un albornoz negro, de paño grueso que apenas le cubría a mitad de muslos, y sus sandalias de baño. Le hice señas para que se acercara, y él se quedó un rato en la puerta, recostado, como viendo de qué iba el rollo con nosotros dos. Assim rió por lo bajo, lo miró y le guiño un ojo mientras se mordía el labio inferior, luego lo observaba sin soltar una sola palabra, pero sus ojos moros color ámbar decían más que cualquier discurso en el mundo. Nacho desanudó su albornoz, lo dejó en el espaldar de una silla y se metió en la cama, conmigo, apenas me di cuenta, ya él estaba comiendo mi culo con desesperación, sentía su lengua perforar mi entrada, una, y otra vez… En eso estábamos, yo comiendo la verga de Assim, Nacho dilatando mi culo con su lengua y sus dedos, cuando nos damos cuenta de que había dos pares de ojos viendo desde la puerta, eran Jesús y Jacobo, quienes dijeron casi murmurando:

Pero… ¿qué tenemos aquí? Creo que a los caballeros se les ha olvidado que hay una cuenta pendiente… Una deuda desde el río… ¿Recuerdas que Assim dijo que Luego Jesús? Porque había que faenar al amanecer… Dijo Jacobo.

Sí, recuerdo bien Joaquín… Y ver esto, me puso ya tan caliente y tan cerdo que estoy encharcando los gayumbos… Diosssss mira el nene cómo come nabo, y cómo le come el culo el Nacho… Es una pasada, de verdad…

Uds me van a tener que disculpar, dijo El Greñas, pero yo no me aguanto sólo mirando, al mismo tiempo que se desnudaba completamente. Acción que iba imitando Joaquín casi a la misma velocidad.

Al quedar en cueros, se metieron en la cama, Joaquín se lanzó a mamar de la verga de Nacho, ubicando su cabeza boca arriba entre las piernas de Nacho, con los hombros haciendo peso en las pantorrillas haciéndole resoplar por la nariz de gusto a Nacho, Joaco parecía un becerro hambriento, desesperado por leche.

Yo sentía los resoplos de Nacho y me prendía aún más, estaba deseando que me cogiera en ese mismo instante, quería sentirlo nuevamente dentro de mí, mientras tanto, Jesús se comía mi verga con glotonería, la sacaba completa, y la volvía a meter de golpe y porrazo en su boca, la mordía, se dedicaba a hacerme tocar el cielo, tal cual, a estas alturas, entre la verga de Assim en mi boca, la lengua de Nacho en mi culo, y la boca de El Greñas mamando mi verga,  en más de una oportunidad estuve a punto de correrme, pero lo controlé…

En una de esas que solté la verga de Assim para coger aire, Jesús metió la suya en mi boca de un golpe: Uffffff…. Era lo que atinaba a decir Jesús cuando sentía su verga como se abría paso en mi garganta… él y yo estábamos en un sesenta y nueve perfectamente sincronizado.

Nacho estaba metiendo tres dedos en mi culo, el cual ya estaba listo para recibir lo que viniera, total y absolutamente distendido y dispuesto a ser llenado. Se incorporó, Sujetando a Jacobo de la nuca para que no dejara nunca de comerle el culo como se lo estaba comiendo, y fue metiendo su verga dentro de mí, lento, despacio, como si no importara el tiempo, poco a poco, como si fuera consciente de que ese monstruo que se carga entre las piernas no es fácil de meterlo en ningún lugar.

Assim, al ver su verga libre de mi boca, bien babosa, sin miramientos, se clavó en el culo de Jesús, casi me arranca la verga de un mordisco cuando sintió el intruso clavarse en su culo, pero al final relajó y seguimos la fiesta.

Haz lugar peque, me decía Nacho, haz lugar para que tío Nacho pueda llenarte con su carne, anda, relaja un poco más… Así… Uffff… Siente como llevas la mitad dentro, Diossss que delicia de culo tienes peque mío… No imaginas cómo extrañaba estar dentro de ti… Uffffff… Sólo un poco más, ya va a estar toda dentro… Ahhhhh… Decía Nacho mientras entraba en mi culo… Yo sentía cómo se estiraba mi culo, como si fuera de goma, adaptándose a ese intruso de carne que me estaba explorando, me sentía de maravilla.

Dame todo de un golpe tío Nacho, dame verga, le dije… Jesús aceleró sus embestidas en mi boca, me tomaba de las orejas, me halaba el cabello hacia sí, y me llenó completamente la garganta con su leche de macho, cada bombeada que echaba, salía más y más de su espesa leche, cuando acabó, se la lamí y se la dejé bien limpia.

Nacho seguía empotrándome su verga, mientras que Assim, detrás de Jesús, sentía las contracciones de su culo en toda su verga, como si se lo estuviera succionando, comenzó a acelerar sus movimientos hasta que explotó en un orgasmo dentro del culo de su amigo, era una cosa bestial, animal, como lo que había atestiguado cuando estábamos en el río, luego de vaciarse, hizo que Jesús dejara de mamarme, para que le limpiara bien la verga, él intercambió lugar con Jesús, y me siguió mamando, cada movimiento de su lengua y la presión de sus labios me hacía querer acabar, pero me decía a mí mismo que todavía no…

Yo gemía, no podía hablar, estaba siendo empalado por tío Nacho, con el culo a punto de estallar, la corrida de Jesús en mi boca, ver a Assim darle una follada de boca a Jesús, me prendía más que nada, Jesús al vaciarse no sacó su verga, sino que la dejó ahí, aún se mantenía dura, caliente, palpitante, Joaco seguía comiendo el culo de Nacho, y metiendo de a tres, y hasta cuatro dedos a la vez.

Joder Joaco, me vas a sacar de combate maricón, méteme la verga, ya has metido cuatro dedos, fóllame de una maldita vez… Dijo Nacho. A lo que Joaquín se ubicó de rodillas tras de él y lo ensartó como pincho a la carne… Aaaaaaaaaaaarrrrrgghhhh… Maldito…. Gritaba Nacho, al sentir el trozo de carne de Joaco.

Ahhhh… Tú lo pediste, puta, quieres verga, cerda, ¿verdad? Come verga por ese culo, tan grande y tan macho, pero en lo que te meten una verga, te vuelves una hembra, ¿verdad? ¿Verdad que sí mi reina? Así me gusta, que seas bien puta, bien perra… Uffffff… ¿Quieres que te cojamos entre dos? ¿Quieres la verga de Assim en tu coño? ¿Eso quieres zorra?

Sí, sí, necesito verga, quiero verga, Assim, también la tuya, por favor, quiero dos a la vez. Necesito que me rompan el culo, dijo Nacho, rogando, suplicante, sin dejar de follarme. A este ruego de Nacho, Assim ni corto ni perezoso se ubicó encima de la verga de Jacobo, con las rodillas apoyadas sobre el colchón, como quien monta a caballo, y le clavó milímetro a milímetro lo que Nacho rogaba por sentir… Yo sentía su sudor, sentía su llanto, su verga se ponía más dura, más caliente, como que más gruesa inclusive, fóllenme, fóllenme cabrones, decía Nacho, háganme su perra… Soy su perra… Assim sintió las manos de Jacobo en sus pectorales, buscando sus pezones, y él hizo lo mismo con Nacho, a la par que le mordía la oreja y el cuello…

Así te gusta, ¿verdad? Te gusta que te rompamos, puta, le decía Assim al oído, te gusta que te apriete las tetas, y te estruje los pezones maldita perra… Eso es lo que eres, una puta, zorra… Di lo que eres… ¡DILO! Le ordenó Assim.

Sí, lo soy, soy una puta, una zorraaaaaaaa… aaaaaahhhhhh… soy una peeeeerraaaaaaaahhhh… aaaaaaaaahhhhh… MIERDA. Me coooooorroooo cabrones, llénenme de leeeeeeeeeeeecheeeeee… AAAAAAAAaaaaaarrrrrggggghhhhh

Sin exagerar, sentí como once disparos de la verga de Nacho en mi culo, y disparo tras disparo, Joaco y Assim lo iban preñando también.

Mierda, como aprieta el coño la puta esta, ¿lo sientes Assim? Sí como si mordiera las vergas, respondió Assim.

Me voy a correr también…. Decía Joaquín AAAAaaaaaahhhhh… Que deliciaaaaaaa… AAaaaaaaaahhhhh… Mierdaaaaa ahí voooooooooyyyy… Uffffffff… Qué coño más ricooooooo…

Al sentir la leche de su compañero de trinchera, y los espasmos, Assim también anunció su corrida mientras retorcía con ensañamiento los pezones de Nacho:

Ahí te va, puta, por follarte a mi Iñaki, toma verga, maldito, tomaaaaaaa mi leeeeeeecheeee en tu culooooo aaaaaaaaaaahhhhhh…. Uuuuuuuffffff… Aaaaaaaaaaahhhhh

Apenas se descargaron, se desmontó el aparataje, Assim cayó de costado en la cama liberando media cavidad de Nacho, en seguida lo siguió Joaco y al mismo tiempo que fue liberado de sus violadores, Nacho fue saliendo de mi culo con mucho cuidado. En seguida se ubicó Joaco en mi culo a lamer los chorros de leche de Nacho que salían de mí. Y Jesús soltó mi verga para lamer el culo de Nacho, él iba a gozar de una doble dosis de leche de machos.

Diosssss Nacho, como dejaste este culito… Eres un maldito, pero que ricura esta leche, no tengo suficiente… Ufffffff… Que rico se siente meter la lengua bien profundo… A ver mi niño, levanta la espalda para que escurra… Uffffff… Así…  Hummmmm… Que ricooooo… Decía Joaco mientras limpiaba mi culo de la leche de Nacho, lamiendo y succionando como si fuera una ventosa, sacando gran parte de la leche de tio Nacho de mi culo.

Jajajaja… Miren al Joaco, dijo Assim, está tan duro que está lubricando como yo lubrico, parece un manantial, y eso es comiendo la leche de Nacho… Jajajaja…

Bueno amorcito, creo que te llegó la hora de sentirme dentro… A ver, quiero verte a los ojitos cuando me recibas…

Yo me acomodé boca arriba, vi a Assim, y él me sonrió para después guiñar un ojo, Joaco tomó mis pies y comenzó a lamerlos… Uffffff que delicia… Yo aún no había acabado… en lo que Joaco puso la punta de su verga en mi entrada, se fue de un solo golpe hasta el fondo… Como si cortara mantequilla con un cuchillo caliente…

Uffffff… Como me gusta… Distendido… Que rico… Diooooosss… Puedo empezar a darte duro de una vez criatura… A darte como damos los hombres de verdad, así como quise hacerte mío en el río, ¿recuerdas? Uffffffff… Amo este culazo… Diossssss... Bien valió la espera,,,

Eso me descolocó, no pensaba que él pudiera tener esos pensamientos hacia mí, menos decirme eso delante de Assim, pero no puedo negar que me excitó en demasía, tanto que sentí ese corrientazo desde la punta de los dedos de los pies, pero no fue como otras veces, era como si me estuviera torturando de a poco, dedos, planta y empeine, talones,  poco a poco, lentamente, sin prisa, hasta que por fin, ese remolino de sensaciones se desbordó por la punta de mi verga, quedando impregnado mi abdomen, pecho y cara en mi propia leche.

Miren como se viene el chaval, dijo Joaquín, uuuuufffff… Que deleite ver esa leche, y cómo aprieta mi verga, ufffffffff…. Eres un perro Iñaki, me vas a hacer correr…  Jesús me lamía con glotonería, igual que Nacho, me fueron dejando limpio.

Al final, nos quedamos todos dormidos, juntos, encima de la cama.

Parecíamos una de escenas mitológicas donde los sátiros y los centauros duermen sobre el prado verde.

De pronto siento un aroma familiar… Era a colonia de lavanda, además de tabaco y café…

Cuando abro los ojos casi me da un infarto, Nono nos estaba mirando desde la puerta del cuarto, me sentía descubierto, expuesto, no porque estuviera desnudo, sino por todo lo que había sucedido en la noche, pero eso no parece incomodarle lo más mínimo, por el contrario, se abre el albornoz que cargaba, mostrando su verga dura y babeante,  para luego hacerme señas de que me calme, que no hay problema, y que lo siga.

Como pude, salí del cuarto, muy sigilosamente, tratando de que no se despierte la horda de sementales que plácidamente yacen sobre los lienzos pringados de leche de machos que cubren la cama.

Lo sigo hasta su cuarto, él se despoja del albornoz, y deja su verga flotando en el aire, me hace señas de que me hinque de rodillas, en silencio, ahí comienzo a mamar esa espectacular verga, Nono me mira desde arriba, mientras fuma su tabaco, y sigue bebiendo a sorbos su café. Sendas manos ocupadas, yo a sus pies, arrodillado, él mirando desde lo alto, con su expresión de macho alfa, dominante.

Yo me aferro a sus nalgas, y trago toda esa inmensa espada de carne con mi boca.

Nono gime lento y ronco, contonea sus caderas, poco a poco, yo subo mis manos, recorriendo su abdomen, buscando su pecho, quiero tocar su pecho, sus pectorales grandes y duros, sus pezones, necesito hacerlo, me hace falta…. Ya tengo un charco de preseminal entre mis piernas, ufffffffff… lo escucho decir muy quedo, cuando aprieto sus pezones. Aaaaaaaaahhhh… Se queja… Buuuffff…

Ya se terminó el último sorbo de café de la taza, la deposita sobre una mesa cercana, toma mi cabeza desde la nuca, y marca el ritmo de la mamada. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho chorros se dispararon por mi garganta, y a cada uno que él me daba a comer, yo vaciaba los míos en el suelo. Cuando acabó de vaciarse, no sacó su verga, la dejó, aún le quedaba del tabaco, poco, pero le quedaba. Sentí que iba perdiendo rigidez, y sentí, la calidez, sentí ese sabor, amargo y salado de sus meaos hacer contacto con mi lengua y deslizarse por mi garganta. Shhhhhh… Decía Nono, como si pudiera yo hablar con la boca llena. Al vaciar completamente su vejiga, me miró y me levantó, para preguntarme al oído ¿quién es mi cerdo?

Yo lo miré directo a los ojos, y le dije que siempre lo seré yo.

Él sonrió y me hizo señas de que saliera del cuarto.

Al salir, me encuentro a Assim, con dos toallas y dos pares de sandalias de baño, parado en la puerta del cuarto.

¿Fuiste a consentir a tu Jid?

Si hob.

Me alegro, los muchachos aún duermen. Pero eso no va a durar mucho, ya Jacobo está dando patadas.

Me reí tratando de ahogar la carcajada.

Nos fuimos tal cual, desnudos los dos, con las toallas al cuello, a ducharnos en las duchas de afuera. Al entrar, vi que era un cuartucho, con unas duchas sin difusor, sólo tenían una especie de tubería bastante oxidada, y con suelo de piedra. Assim me dijo:

Ten cuidado con un resbalón, porque suelen ser muy traicioneras las piedras, cálzate las sandalias.

Así Assim y yo compartimos una de las duchas, el agua estaba fría a más no poder, pero no nos importó, él me apretaba contra su cuerpo y yo sentía el calor que emanaba de él, me pegué a chupar sus tetillas, y él gemía sin parar. Aún con la temperatura del agua, la calentura que le estaba dando lo puso tan caliente que su verga se levantó en todo su esplendor, se me acercó al oído y me dijo: Dame culito… Quiero tu culito habibi. Me puse de espaldas y separé mis nalgas con mis manos, Assim entró sin problema alguno, sentía cada milímetro dentro de mi. Uffffff… Que delicia decía. Ahhhhh… Me encanta follarte. Assim apretaba mis bolas con una mano, halando hacia abajo, mientras me hacía una paja fenomenal. Yo no estaba seguro de correrme, porque había descargado en el suelo del cuarto de Nono. Pero Assim sabía de sobra cómo hacer que sacara leche de donde no tenía… El agua seguía cayendo sobre nosotros, y aun así, no sentíamos el frío, Me vengo hayati, le escuché decir... Y en seguida sentí sus trallazos llenando mi culo con su leche, preñando a su novio. No sabes cuánto te amo Ghali, me decía. En verdad soy feliz contigo, no importa con quienes folles, sé que seré el que siempre te va a amar de verdad.

Salimos, nos secamos con los paños, nos los anudamos a la cintura, y fuimos a vestirnos, porque empezaba la faena.

Al llegar al cuarto, todos seguían dormidos, roncando que el techo casi se estremecía. Assim se quitó la toalla húmeda, y la hizo girar entre sus manos manteniéndola extendida, la hizo un rollo y la usó como un látigo, comenzó a lanzar latigazos con el paño a diestra y siniestra, cada uno iba despertando asustado y ardido… ¿Qué hora es? Era la pregunta común, y la respuesta que daba Assim era “hora de currar”…

Mierda, que pasada de noche, dijo Nacho. ¿No podías haberme despertado más cariñosamente Assim?

Ni en broma, respondió, hay mucho por hacer, y ya está bueno de holgazanear.

Así cada uno de los osos durmientes, se fue a bañar, y vestir para comenzar sus tareas cotidianas.

Desayunamos una vez estuvimos vestidos y apenas estábamos terminando de comer, entró Nono a la cocina, llamó a Assim y le dijo que fuera a su despacho, que necesitaba hablar algo urgente con él. Se adentraron en el despacho. Mientras, seguía el curso normal de las cosas en la finca a eso de las 10h00 salieron del despacho y Assim se nos unió en las faenas.

A eso de las 16h00 Nono llamó a todos, quería hablar de la selección, dijo que ya se había decidido quién se quedaba y quién no. Que el jueves en la noche Assim le entregaría a cada uno un sobre, el que tuviera dinero, era para que saliera el viernes y tuviera cómo gastar, y el que no tuviera, era para que se quedara. En la cena me acerqué a donde estaba Esteban, tenía tiempo sin verlo, me dio pena ver sus moretones, pero su sonrisa se mantenía en pie.

Kaixo príncipe, me dijo al verme, ¿vienes a cuidarme un ratico?

Claro que sí, te he echado de menos. Veo que estás mejor, le dije.

Bueno, las costillas ya no me duelen, pero sigo aporreado, y con las bolas cargadas… Jajajaja, eso me duele más, porque por las lesiones no puedo ni jalármela. Ambos reímos con el comentario. Por cierto, agregó, me contaron los muchachos que se armó una fiesta ayer en la habitación de Uds.

Jajaja… Lo pasamos bien, le respondí.

Lástima que no estaba ahí, sabes que Nacho y yo somos más que amigos, ¿verdad?

¿De qué hablas?

Pues… Nacho fue la primera persona con quien tuve sexo, y hasta ahora ha sido el único. De hecho, en el pueblo, nosotros vivimos juntos, en una casa para los dos, solitos. Yo sé que a ti te gusta él, y que has estado con él, pero tranquilo, que yo no me pongo celoso, es bueno que siga dando uso a la bazuca que tiene entre las piernas… Jajajaja… Ay, ay, ay…

Jajaja… Deja de reír que eso no te ayuda.

Dime una cosa Iñaki, cuando tengas que volver a Bilbao, ¿cómo harás? La vida te ha cambiado chaval, en poco tiempo te he visto más maduro, más adulto, no creo que te vaya a molar compartir con esos niñatos con los que jugabas, es más, ¿por qué no le dices a tu aita para que te quedes a vivir aquí? El aire del campo te ha sentado bien, has crecido, estás haciendo cuerpo de hombre, se te ven pelos en el pecho, y hasta algo de barba.

Si te soy sincero, me gusta estar aquí, disfruto estar con todos ustedes, he ido conociendo a Nono más que lo que lo conocía, he ido entendiendo cosas, que no habría entendido de no quedarme aquí, me siento bien, trabajando, haciendo las faenas, aprendiendo el oficio. Aita no va ser quien se haga cargo de esto cuando Nono muera, y a mí me gustaría estar a cargo.

Pero cariño, eso no lo decides tú, hay que esperar a que eso pase, y capaz que tu aitona nos sepulta a todos, y él sigue todavía…

Yo me reí del comentario, porque Papá lo había expresado igual más de una vez.

Te voy a preguntar algo príncipe, y no quiero asustarte, pero… Si te vas a tu casa, y luego vuelves el verano siguiente, y Assim no está, supongamos que se va a Marruecos y no regresa, ¿qué harás?

¿Le has oído decir algo?

Noooooo… Es un supuesto, Assim prefiere llevarte con él en caso de tener que irse. Te ama demasiado para dejarte.

Me puse colorado… Bueno Esteban, debo irme, no te distraigo más.

Tranquilo, no hay problema, y siempre es un gustazo verte Iñaki, ya dentro de poco me verás otra vez en la manada. Dijo sonriendo.

Saliendo del cuarto donde estaba Esteban me consigo con Nacho.

Aupa peque, ¿estabas viendo cómo sigue Esteban?

Sí, está de buen humor, le dije, ¿vas a pasar la noche con él?

Pues sí, así sea de estar acurrucados, pero eso también lo ayuda en su recuperación. Recibir cariño. Porque de verdad que no doy para más, tengo las bolas secas completamente… Jejeje…

Vale, anda, que se contentará al verte, le dije, y me fui a dormir.