Castigo por bajar las calificaciones (iv)

Los conflictos emocionales se presentan... Pero luego de una buena tempestad...

Me levanté temprano, aún estaba oscuro, yo aún con los ojos llenos de lagañas, busqué a Papá a mi lado, pero nada… Voy al cuarto de Nono, y nada… Voy al baño y tampoco están, me coloco un short, y salgo a la cocina, no estaban… Me desesperé, un montón de cosas pasaron por mi cabeza, se fueron, me dejaron, me abandonaron…

Literalmente me senté en el suelo a llorar, estaba asustado, solo, abandonado, ¿cómo iba a hacer?

Al rato oigo voces, eran Papá y Nono que venían del río, habían bajado hasta el río y venían con unos peces en unas cubetas.

Yo me levanté, y me fui al cuarto, me metí en la cama y volví a llorar. En ese momento entro Papá y me dijo:

Iñaki… ¿Se puede saber a qué viene todo esto?

Ustedes me abandonaron, se fueron, me dejaron solo.

Jajajaja… no amor, nunca, ¿crees que me iría sin decirte ni una palabra?

No te rías, yo estaba asustado.

Está bien, dijo Papá abrazándome, ya estamos aquí, vamos, báñate, que ya es domingo y los obreros van a llegar en el transcurso del día, vamos a aprovechar para comer, el viejo y yo fuimos a lanzar las redes y atrapamos algo, así que vamos a comer pescado frito.

Está bien, pero no me vayan a dejar solo nuevamente.

Anda, que ya están casi de lanzar al caldero los pescados.

Me fui a bañar, el agua estaba helada, pero aun así, logré bañarme y sobrevivir…

Salí, tiritando, me sequé, envuelto en la toalla entré al cuarto, cuando estoy buscando algo qué ponerme, sentí un movimiento en el cuarto, volteo, veo a un hombre que no conozco, y pego un grito casi desgarrador, llamando a Papá.

En seguida llega Papá a ver qué era lo que pasaba, ve al sujeto, y le da un golpe en la mandíbula tirándolo al suelo y dándole puñetazos en la cara, el hombre, como podía se defendía. Tras escuchar el jaleo, Nono se aproxima y le dice a Papá:

¡Maren! ¡Ya! Déjalo, él es Assim Haid, el capataz…

Disculpe Don Aitor, no sabía que tenía visitas, dijo Assim tratando de disimular los golpes. Debí haber esperado en la estancia, no venir a buscar los aperos sin anunciarme.

Tranquilo Assim, dijo Nono, este, señalando a Papá, es Maren, mi hijo, aquel, es Iñaki, mi nieto.

Papá le extendió la mano diciendo mientras se paraba erguido ante Assim:

Mucho gusto Assim, lamento lo sucedido, no tenía idea de quién eras.

Tranquilo patrón, no hay problema, el error fue mío. Y disculpe chaval, no fue mi intención asustarlo, dijo dirigiéndose a mí. Por cierto, Don Maren, atesta buenos golpes, debería enseñar algunos de los peones a defenderse, dijo viendo a Papá y esbozando una sonrisa. Assim Haid Aziz, para servirles, dijo estrechando el brazo de Papá. Pueden llamarme Assim, si lo prefieren. Ahora, si me conceden el permiso, debo ir a tener las cosas a punto para cuando llegue la peonada.

Adelante Assim, disculpa el inconveniente. Dijo Nono.

Tranquilo patrón, Alá, sabe lo que hace, tal vez es mejor que nos hayamos conocido así antes que en otras circunstancias. Él es quien marca el destino de los hombres. ¿Cuánto tiempo estarán de visita Don Maren? Preguntó.

Bueno, él, dijo Papá señalándome, se va a quedar hasta que tenga que volver a clases. Yo, estaré yendo y viniendo, trabajo en la ciudad, y no me gusta tampoco dejar a mi mujer sola. Cualquier cosa, sabes que lo puedes poner a trabajar, como si fuera un peón más, porque no ha venido precisamente a vacacionar, sino a aprender a ser un hombre responsable.

Nono estaba en silencio, si Papá le estaba encomendando que me pusiera a trabajar, él no se pensaba inmiscuir. De todas maneras, ya eso lo habían conversado, y por más que fuera su nieto querido, era verdad lo que decía Papá.

Está bien Don Maren, así lo haré, seré su padrino en eso de hacerse hombre. Descuide.

Excelente, dijo Papá, y… Si quieres, puedes decirme directamente Maren, no tengo problemas con eso. Lanzas buenos golpes también, y no todo el mundo me da la talla peleando, te has ganado mi respeto Assim.

Se acercaron los dos hombres y se abrazaron.

Vístete, dijo Nono, ya está el desayuno, y pronto llega la peonada.

Salieron los tres del cuarto y seguí vistiéndome.

Assim es un hombre moreno de piel, aproximadamente de unos 30 años, 1,85 mts. Con rasgos muy finos, cabello ondulado negro, bastante rebajado hacia la parte de atrás, pero abundante y largo adelante, cayéndole un poco sobre la cara, con algo de canas, llevaba un gorro extraño, parecía un gorro de invierno tejido. Pecho muy velludo y desarrollado, su espalda también bastante ancha, parecía que iba a estallar, si inhalaba muy profundo, la camisa de cuadros pegada al cuerpo que cargaba; con las mangas recogidas hasta los codos, así como sus brazos, impactantemente gruesos y musculosos, una voz muy grave, al igual que Nono y Papá. Sus ojos son amarillentos, como color ámbar, muy poblados de pestañas, y enmarcados por unas cejas bastante gruesas y tupidas, no era plano de abdomen, pero se veía imponente, los vaqueros que llevaba eran bastante ajustados en los muslos, en la entrepierna, donde se le adivinaba un bulto bastante prominente, y las nalgas quedaban como suspendidas en el aire, perfectamente redondas. Usaba unas botas como de campaña, tipo militar, negras. Parecía un leñador.

En esto pensaba mientras terminaba de vestirme, cuando estuve listo, llegó Assim al cuarto con un plato y una taza, Come, me dijo, está sabroso.

Gracias Sr. Assim. Tomé el plato y la taza de sus manos, y empecé a comer encima de la cama.

Jajajajaja tranquilo, no necesitas decirme señor, yo te voy a cuidar mucho, confía en mí, eres un niño muy lindo, me recuerdas a mi hijo. Él vive en Marruecos con su mamá. Sólo los veo cuando tu Jid me da vacaciones.

¿Mi Nono?

Jajaja… Sí, disculpa, la costumbre de hablar en árabe. ¿Terminaste de comer? Ya falta poco para que lleguen los peones, dame acá el plato, yo lo llevo a la cocina, por cierto, Iñaki… ¿Hasta cuándo estará tu papá aquí?

No tengo idea… Puede que se vaya hoy, son 10 horas de viaje, y mañana debe trabajar. ¿Por qué?

Porque esta habitación la suelo ocupar yo, si no te incomoda que duerma contigo. Dijo sonriendo mientras guiñaba un ojo, hacía delante su pelvis y colocaba las manos entrelazadas detrás de la nuca.

Yo apuré el café y casi me ahogo, entre lo caliente de la infusión y lo que estaba viendo, estaba en shock. Tosí, para recuperar la compostura, y le dije:

Eso no lo decido yo, habla con Nono a ver qué te dice. Pero yo no tengo problema alguno, es una cama grande, y si normalmente la ocupas tu, pues…

Excelente, hablaré con tu Jid, él no me va a negar eso. Somos muy buenos amigos. Ven, vamos que ya deben estar por llegar la horda de locos.

Extendió su mano para ayudarme a bajar de la cama, y salimos del cuarto. Al llegar a la cocina se escuchaba a lo lejos una bocina de un vehículo.

Nono estaba fumando un tabaco y dijo: Llegaron. Assim, anda, toma las llaves de la camioneta y abre el portón grande, para que entren.

Como mande patrón, dijo Assim.

Cuando Assim se fue, Papá me haló hacia él y me preguntó:

¿Qué tanto hacían en el cuarto? ¿Por qué no te viniste rápido a comer?

Ehhh… Assim me llevó la comida, y estuvimos conversando.

¿Qué puede estar conversando ese hombre contigo si ni se conocen?

Pues… Cosas de hombres.

Aprende rápido el mocoso, dijo Nono riéndose. Seguro que ya le puso el ojo al moro, agregó.

Papá frunció el ceño.

Poco después llegaron los peones, salimos a ver, todos en la parte de atrás de un camión, como si de ganado se tratara, eran quince en total. Assím habló con el conductor, y con la misma dio la vuelta y se fue.

Ya saben señores, cada uno a sus funciones, las vacas no se ordeñan solas, los caballos hay que asearlos, distribúyanse las tareas, no quiero verlos conversando ni perdiendo el tiempo, a las 12h00 tienen su descanso y a las 13h00 vuelven a trabajar hasta las 20h00, se asean, a las 21h00 comen, se acuestan, para levantarse a las 3h00. El que no se levante temprano no cobra el jornal del día, cada cual es responsable de su paga. Tenemos visita, el hijo y el nieto del patrón. Así que ya saben que deben portarse a la altura. No toleraré errores, lo que hagan, lo hacen bien. ¡A trabajar! Dijo Assim.

Todos dejaron los bolsos de ropa en la cocina, y se fueron a trabajar.

Assim se me acercó y me dijo:

¿Qué miras? Ve a trabajar…

Si Sr. Assim. Respondí.

Me incorporé a las faenas, cuando regresé a la cocina, para almorzar, Nono estaba solo.

Siéntate, me dijo. Tu padre se fue, dijo que regresaba el viernes, que te tenga bien vigilado, sobre todo en cuanto “al moro ese”, le dije que no había problema, que Assim es un hombre de confianza. Así que si algo te traes entre manos, es mejor que lo hablemos de una buena vez, ya eres un hombre, has hecho cosas que hacemos los adultos, y esos que están ahí, trabajando, no son tus amigos del cole. Muchos de ellos son o han sido presidiarios, a Assim lo tengo trabajando en mis tierras desde que era un crío. Es como un hijo para mí, y… si me vas a preguntar si he tenido sexo con él, sí, lo he tenido. Por cierto Maren no está, ¿vas a dormir con Assim ó conmigo? Con los dos lo vas a pasar muy bien. ¿Has visto el paquete que se le marca y el culazo que tiene? Todo eso es real, cero relleno… Dijo Nono riéndose.

¿Qué dijo Papá de eso? ¿Le dijiste que ese cuarto es donde habitualmente duerme Assim y que voy a compartir la cama con él? ¿Le dijiste que dormiría contigo? ¿O le planteaste que no tuviera cuidado, que Assim dormiría en las barracas con los peones?

Pues… Le dije que yo me encargaba de esa logística.

Terminada la hora de descanso, me dispuse a seguir con la jornada. Al verme entre los peones Assim me dijo:

Iñaki, ven, por favor.

Dígame Sr. Assim…

Mira Iñaki, dijo mientras se agachaba hasta que sus ojos quedaron a la altura de los míos, y colocaba sus grandes manos sobre mis hombros, bajando el tono de voz hasta casi un susurro, para que sólo yo escuchara… ya hablé con tu Jid, y quedamos en que vamos a pasar la noche juntos. ¿Vale? Así que, puedes irte al cuarto, acomoda todo para cuando yo vaya para allá, y te me acicalas muy bien, porque no voy a querer “dormir” precisamente, menos, teniendo tu cuerpo junto al mío. Su voz se escuchaba más grave y sensual que cuando lo oía normalmente, yo estaba embelesado viéndolo, prestando atención a cada letra que pronunciaba. Iñaki… ¿Me escuchaste?

Si… Dije como alucinado…

Y… ¿Qué escuchaste?

Que me fuera al cuarto, y preparara todo para tener sexo más tarde….

¿En serio escuchaste eso? Dijo riéndose, lo que te dije fue: Ve al cuarto, y me traes una bota de vino que tengo colgada en el armario, específicamente en la puerta, porque tengo sed. Pero si escuchaste otra cosa, más sensual, excelente, agregó con una sonrisa. ¿Tú quieres que pasemos la noche teniendo sexo? Lo vamos a tener. De verdad quiero darte todo, y que me des todo también, anda campeón, trae la bota, y vamos a seguir la faena, queda poco. Ya mañana es lunes, y vamos a tener bastante por hacer.

Fui al cuarto, y cuando tomé la bota de cuero, se abrió un poco la puerta, vi unos envases de cremas, vaselina, y del mismo lubricante que usé con los juguetes de Papá. Eso me encendió aún más el morbo que sentía por Assim.

Fui a llevarle la bota, cuando lo encontré, él estaba hablando con los peones:

Señores, hoy podemos retirarnos a dormir más temprano, mañana, lunes, sí empieza la faena fuerte como tal. Recuerden que antes de las 3h00 deben estar despiertos, y listos para empezar labores a las 3h00. Quiero felicitarlos a todos, porque fue un día altamente productivo.

Yo me acerqué en silencio y le entregué la bota. Assim se sonrió y me dijo:

¿Tu Jid se molestará si te doy vino?

Yo no le diría nada…

Jajaja… Eres un caso Iñaki… Vamos, que debo bañarme, y tú también apestamos a obreros… Jajajaja…

Fuimos a la casa, Nono estaba sentado en la sala, leyendo por enésima vez Don Quijote de La Mancha, mientras se fumaba in tabaco. Cuando se percató de nuestra presencia me llamó:

Neno…

Díme, Nono…

Necesito conversar algo con Assim, ¿será que te vas a dar un baño, mientras él y yo conversamos?

Por mí, no hay problema.

¡Hala! Anda entonces, y… Me hizo señas para que me acercara para decirme algo al oído: En el baño, dejé una cosa para ti, es de goma, y tiene una cánula, dentro, tiene agua tibia, la metes en tu culito, y aprietas hasta que sientas que tienes toda el agua en tu barriga, luego te sientas en el váter y pujas un poco para que todo salga… Después de eso, te bañas… ¿Vale?

¡Vale!

Con eso me fui al baño, lleno de curiosidad, nunca había hecho semejante cosa… Tomé el artefacto, con forma de pera, más parecido a un testículo de toro… estaba tibio, y tenía una cánula, coloqué la cánula dentro de mi culito y fui presionando para que se vaciara dentro de mí. Se sentía extraño, como si me estuvieran meando dentro del culo… cuando terminé de vaciarla, me cepillé los dientes, y al estar listo, hice como me dijo Nono, me senté en el váter y pujé un poco… Sentía como salía todo eso a presión con los restos de lo que hubiera.

Luego me bañé, tranquilo, pensando en Assim, ya estaba empalmado a más no poder. Empecé a hurgar en mi culo, metiendo dos, tres, y hasta cuatro de mis dedos… Comencé a sentirme que flotaba, que sensación tan maravillosa…  Mi polla estaba enhiesta, completamente y babeando, comencé a masajearla, de arriba hasta abajo, suavemente, subía y bajaba la piel de mi prepucio, una y otra vez, detuve un momento esto para explorar sensaciones en otras partes, me pellizcaba las tetillas, mientras seguía hurgando mi culo, pero mi cuerpo pedía más cosas. Volví a prestar atención a mi verga, y de un momento a otro, acabé a chorros… Diossss… Que maravillosa sensación de libertad. Cogí los restos de mi leche y los saboreé, sentí un escalofrío de gusto. Terminé de bañarme, y escucho que golpean la puerta del baño:

Iñaki… Dijo Assim desde el otro lado, ¿estás bien? Llevas más de una hora en el baño. ¿Necesitas algo?

Pasa, le respondí, ya me estoy secando…

Assim abrió la puerta y me vio ya envuelto en la toalla. Se hincó de rodillas ante mí y mientras sujetaba mi rostro con ambas manos viéndome a los ojos, me dijo:

No vuelvas a pegarme ese susto ḥayati, en verdad me preocupé, pensé que te habías caído, que algo te había pasado… Sidq 'aw la tasadaq, 'ahbak biruhi, qad yakun alwaqt aldhy nataearaf fih ealaa bedna albaed qlylaan, lakanani 'asheur 'anak qarib jdana mania. sa'amawt 'iidha hadath shay' lak ya waladi.

Jajaja… Se escuchó bonito, le dije, pero no entendí nada desde “pasado”…

Perdón, los nervios me traicionaron, y hablé en árabe, es más natural en mí… Te traduzco: “Aunque no lo creas, te quiero con el alma, puede que sea poco el tiempo que tenemos conociéndonos, pero te siento muy cercano a mí. Yo me moriría si te pasara algo mi niño.”

¿Cómo dices no te entendí? Le pregunté.

Jajaja… Veo que quieres aprender, está bien, se dice: 'ana lm 'afham

Vale, ya iré aprendiendo de tu mano… Lo abracé y él me estrechó fuerte contra su cuerpo. Para después tomarme nuevamente el rostro entre sus manos grandes y darme un beso, los besos que me di con Nono y con Papá eran intensos, pero este… Este era otra cosa… Había algo más en todo ese asunto.

Assím se separó, se puso de pie, y me dijo:

Qalbi alhabib, mi corazón amado, creo que es mejor que me dejes bañar, espérame en la habitación, hoy tendremos nuestra luna de miel… Y tras darme un beso rápido en los labios, salí sonriente del baño, rumbo al cuarto.

Saliendo del baño me llama Nono:

Iñaki…

Eso me extrañó enormemente… Nono diciéndome por mi nombre…

¿Ocurre algo aitona?

Bai, tira, gauza batzuei buruz hitz egin nahi dut. Eta... ¿zergatik deitzen didazu aitona? ¿Ez al naiz zure Nono gehiago? (Sí, vamos, quiero hablarte de algunas cosas. Y... ¿Por qué me llamas abuelo? ¿Ya no soy tu Nono?)

¿Zergatik hitz egiten dugu euskaraz? (¿Por qué hablamos en euskera?)

¿Non dago mairua? ¿Dutxatzen ari al da? (¿Dónde está el moro? ¿Se está bañando?)

Sí Nono, según lo último que supe, quedó en que eso haría.

Está bien, pensé que estaba cerca. Quiero que sepas que no debe suceder nada que tú no estés dispuesto a hacer, ¿está bien? Si te molesta o te sientes incómodo con algo o alguien, dímelo, sin titubeos, incluso si se trata de Assim, él es muy especial para mí, lo quiero mucho, pero si por ti debo prescindir de él, lo haré sin vacilar. ¿Estamos de acuerdo Neno?

Claro que sí Nono.

Ahora ve, espero que disfrutes tu noche con Assim. Sólo ten presente lo que te acabo de decir. Estoy aquí para ti. Diciendo esto, me abrazó, me dio un beso en la boca, y masajeando mis nalgas me dijo al oído:

Mañana no vas a estar trabajando, tengo asuntos que necesitan de tu atención… dijo llevando mis manos a su polla dura. Espero contar contigo, agregó. Me dio otro beso, y con una palmada en las nalgas, me fui al cuarto.