Castigo

Un Ama severa castiga a su marido/esclavo

La había pifiado y lo sabía. Su antes querida esposa y ahora adorada Ama le había ordenado recoger su ropa del tinte, pero con el trajín diario del trabajo lo había olvidado. Ella necesitaba la ropa para una presentación del trabajo al día siguiente y no la tendría. Al llegar a casa en vez de la bronca habitual acompañada de algún golpe que otro ella se mostró tremendamente triste; "Esta vez no voy a tener mas remedio que castigarte duramente para que nunca vuelvas a fallarme así..."

Cogió el teléfono y habló con alguien a quien yo no conocía y al volver me dijo que recordara que lo que iba a pasar le dolería a ella más que a mí... pero que era por mi bien. Al cabo de una hora alguien llamó a la puerta, antes de abrir me preguntó si aun quería ser su esclavo, "ya te dije que si no estabas preparado para esto mejor lo dejáramos. De nuevo, ¿sigues queriendo ser mi esclavo?.

Yo contesté que sí, le prometí que nunca volvería a suceder nada como aquello... a lo que ella dijo "ya veremos...."

Abrió la puerta y un enorme mulato entró en casa. Intercambió un par de susurros con él y se marcho cerrando la puerta sin mirar atrás. Antes de que pudiera reaccionar el hombre me agarró y tiró contra la pared. Mientras me tiraba del cuero cabelludo me dijo al oído... "esto es lo que sucede cuando se decepciona a tu Ama!". Me dió un fuerte golpe en la cabeza y lanzó contra el sofá.

Vi como sacaba su enorme pene y se acercaba hacia mí y mi primer instinto fue luchar, pero entonces recordé que el acuerdo con mi Ama era muy claro, si me negaba a aceptar cualquiera de sus castigos ella pondría fin a nuestra relación.... momento en el que toda mi resistencia se vino abajo.

Me agarró de nuevo por mis cabellos y comenzó a introducir su pene en mi boca del modo más salvaje que jamás pude imaginar. Sus huevos rebotaban contra mi barbilla y yo solo me esforzaba para controlar mis arcadas cada vez más fuertes... No se cuanto rato estuvo así, solo recuerdo que finalmente se corrió en mi garganta con un profundo gemido. No tuve mas remedio que tragarlo todo para no ahogarme tras lo que me susurró al oído; "no pongas esa cara de asco hombre, que tu Ama se lo traga todo y sin rechistar". Me quedé perplejo ante esa frase, pero mi violador me sacó rápidamente de mi asombro al darme una sonora bofetada. Se bajó los pantalones y antes de que pudiera ni pensar sentó su negro culo sobre mi cara mientras me ordenaba que le hiciera una buena limpieza anal. Mi reticencia inicial fue rápidamente vencida al comenzar a estrujar mis huevos salvajemente con sus manos. Lamí como alma que lleva el diablo, metí mi lengua en su ano e hice cuánto me ordenó.

Mientras noté que me quitaba los pantalones y de nuevo con una rapidez y violencia asombrosa me levantó e inclinó sobre la mesa del comedor... Sabía lo que venía ahora, no hacía falta ser muy listo... pero ni intentándolo hubiera estado preparado. Clavó su enorme pene en mi trasero, desgarrándome por completo. Grité de dolor mientras me retorcía, pero me tenía bien agarrado. Me folló con infinita violencia. Podía notar sus huevos rebotando contra los míos, sus manos me golpearon en el trasero hasta dejarlo completamente rojo, y mi culo sangraba de las heridas. No tuvo piedad de mí y continuó salvajemente durante no soy capaz de decir cuánto, hasta que se corrió de nuevo dentro de mí. Tras acabar me ordenó limpiar su pene, lleno de restos de heces y sangre y casi tan rápido como había llegado se marchó.

Me quedé llorando en el suelo, con una mezcla de dolor, vergüenza y asombro... hasta que llegó mi Ama. Se mostró cariñosa y dulce. Me repitió de nuevo que todo era por mi bien y que formaba parte de mi educación como esclavo. "Depende de ti que esto se repita de nuevo o no...", me dijo. En adelante me esforcé y mucho porque aquello jamás se volviera a repetir.... aunque no siempre con éxtio.