Castigando a mi mujer

Tiempo después me cobre la venganza por su desobediencia en nuestra primera experiencia

Después de nuestra primera experiencia, me di cuenta que Chiqui estaba mucho más animada a hacer cosas, diría que hasta un poco ansiosa por probar nuevas experiencias. Incluso mas cariñosa y feliz, quizá es salir de esa rutina de pareja tradicional le había sentado muy bien. Terminó dándome la razón en que la vida hay que disfrutarla y desmelenarse a veces.

Días más tarde, me comentó que tenía un amigo con el que en su momento quiso hacer algo pero que no al final nunca habían dado el paso, que si me importaría que retomara contacto con él. Le dije que no, incluso la animé a hacerlo siempre que me lo contara todo y yo estuviera presente.

Pasaron varias semanas sin novedad, nuestra actividad de pareja como siempre muy bien e incluso a veces le recordaba nuestro primer encuentro y se excitaba aún más.

Cuando parecía que el asunto de su viejo amigo había caído en el olvido me sacó el tema

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Cariño, ¿te importaría que quedara con mi amigo a solas? – me preguntó sin venir a cuento

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Ya sabes que la única condición es que lo hagamos juntos, no me importa que te tires a quien quieras pero sólo te he pedido estar siempre y ver o participar – le contesté

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Pero es que a él le da vergüenza y no quiere, y yo quiero quedar con el… ¿me dejas? – me insistió

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A ver… si tu le dices que la única condición para llevarte a la cama es que esté yo, tendrá que aceptar o quedarse sin hacer nada… ya veras como si no tiene mas remedio acepta por tal de follarte – le insistí

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Pero…

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Vale, perdona que te interrumpa pero me estas intentando convencer es porque quieres quedar sola con el, sabes que yo nunca voy a prohibirte nada… tu misma, no me enfado pero si quedas con el y te saltas lo único que puse como condición tendrás un pequeño castigo y quiero que me cuentes todo… ya tu decides que quieres hacer – le contesté para zanjar el tema

Pasaron los días sin volver a hablar del tema, cuando un día me dijo que habían quedado para la semana siguiente. Como no me aclaró que al final hubieras puesto como condición que lo hiciéramos en pareja, entendí que había accedido a quedar con él a solas, por lo que debía empezar a planear mi castigo.

Durante esos días estuve pensando que castigo o venganza podría llevar a cabo… y caí en la cuenta de que si ella quería acabar una historia morbosa que se quedo a medias entre ellos, yo debía hacer algo parecido. En ese momento se me vino a la cabeza una gran amiga suya algo mayor que nosotros, tengo que confesar que la idea de sexo con maduritas interesantes siempre había sido para mi una fantasía, así que pensé ¿porque no? El castigo seria morboso porque sería con una amiga cercana y además cumplir mi fantasía, mataría dos pájaros de un tiro.

Su amiga se llama Reme, de unos cuarenta y tantos, morena, una mujer que de primeras no da la impresión de juguetona y morbosa, pero que a medida que hablas con ella va haciendo que tengas ganas de hacerle muchas cosas… Nunca pensé que podría pasar nada entre nosotros, primero porque tiene su pareja, y segundo porque una cosa era hablar de sexo o bromas picantes cuando nos juntábamos y otra que se dejara llevar al huerto por el marido de su amiga. Pero tenia que intentarlo…

Las siguientes veces que coincidí con Reme intentaba siempre llevar la conversación a temas picantes y en alguna ocasión le decía con estas cosas que hablamos un día me van a dar ganas de hacértelas y voy a acabar violándote cuando menos lo esperes…

Ella siempre nos seguía el juego, nos contaba sus gustos, y entre ellas se contaba todo tipo de intimidades conmigo de espectador, para mi eso solo hacía que tuviera aun mas ganas de ponerlas en práctica con ella y más pensándolo en mi pequeña venganza hacía Chiqui si finalmente quedaba con su amigo.

Llegó un momento que prácticamente nos veíamos a diario, siempre estaba en casa cuando yo llegaba de trabajar, y aunque la veía muy poco siembre intentaba llegar antes si sabía que ella podía estar allí para seguir provocando situaciones y conversaciones.

Por fin llego el día en que Chiqui había quedado con su amigo, me pase el día en el trabajo entre nervioso y excitado, por un lado no quería que hiciera nada sin mi, pero por otro estaba deseando que incumpliera nuestro trato para tener la excusa perfecta para seguir intentando cosas con Reme y usarlo a la vez como castigo.

Llegue a casa por la noche y no vi a Reme allí, supuse que eso significaba que había estado con su amigo y no con ella, le pregunté y me confirmo que si, que había terminado lo que una vez dejaron a medias y que ya me lo contaría con detalles como le había pedido…

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También te pedí estar presente y no lo cumpliste, asique ya sabes a lo que te expones…

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Estoy deseando que me castigues… - me contestó Chiqui

Pensaría que el castigo seria sexualmente con ella, y parecía que incluso se alegraba, que equivocada estaba, pero no pensaba sacarla de la duda. Al tirarse a su amigo sin mi ya era la excusa que necesitaba para dar un paso mas y llevar a cabo mi idea, sólo faltaba provocar a Reme para que se prestara y no me rechazaba, eso era lo mas difícil, no lo veía nada sencillo, pensaba que hablaba mucho sin tapujos pero que luego no se atrevería a llegar a mas conmigo, por su pareja, y porque la mía encima era su amiga.

Los siguientes días me preocupe de convencer a Reme de quedarse más tiempo en casa con la excusa de café, o cenas o lo que fuera oportuno. Cuando se iba siempre procuraba darle dos besos y cada día que pasaba se los daba mas cerca de los labios, incluso le ponía una mano en la parte baja de la espalda y la atraía hacia mi como muy pasional para que pensara que en cualquier momento… las primeras veces me ponía caras de extrañarse pero al final este tipo de roces se convirtieron en habituales y creo que hasta los buscaba ella. En uno de esas de nuestras despedidas aproveche que estábamos solos en ese momento y le susurre al oído que un día no podría resistir más y la violaría de lo que me atraía.

Por suerte tuve unos días de vacaciones en el trabajo y pensé que era el momento ideal para prepararlo todo, me fui a un sex-shop y compre varios antifaces, esposas e incluso una pequeña mordaza que me pareció que podría ser útil. Le escribí a Reme para que asegurarme que vendría a casa esa tarde y que me avisará cuando estuviera de camino porque quizá salíamos, para volver cuando ella viniera.

Llegue a casa y todo transcurrió con normalidad, Chiqui preparo la comida y empecé a preguntarle cosas de como le fue el día aquel con su amigo, y empezó a contármelo todo, quería que me lo contara en ese preciso momento para estar excitado cuando llegara Reme.

Se retrasó más de lo esperado, nos aviso a media tarde que en un rato vendría. Para mi eso significaba que empezaba todo a contrarreloj. Me fui en busca de Chiqui y empecé a besarla y a desnudarla rápidamente mientras le pedía que me fuera detallando cosas de su amante… la lleve al salón desnuda y saque las esposas y la mordaza y la ate a la silla, y seguí con ella esposada en la silla… me puse de rodillas y empecé a lamer sus muslos… cuando empezó a mojarse me levanté, me fui a la habitación, busque su consolador y lo lleve al salón. Seguí besándola, me bajé los pantalones, se la acerque a la cara, sin tener que decirle nada ella saco su lengua y empezó a pasarla por fuera de mis calzoncillos, abrir sus labios subiendo y bajando con ellos por el contorno hasta que empecé a empalmarme. Tocaron en ese momento al timbre. Le di el consolador, manolito, como ella le llamaba, le puse la mordaza y le susurre al oído prepárate para tu castigo…en silencio, y sólo puedes usar a manolito si quieres.

Abrí la puerta y era Reme, la saludé con nuestros besos aunque esta vez sujete su cabeza y roce sus labios al cambiar de un lado a otro, y me detuve enfrente de sus labios unos segundos… que se hicieron eternos aguantar sin besarnos, le dije Chiqui ha salido un momento, tardara un rato, quería ir a comprar algo, y cuando entro la deje pasar delante mía, cerré la puerta. Le puse las manos en los hombros para que no siguiera andando me acerque despacito por detrás y le dije al oído… te dije que no aguantaría más de cómo me ponías… pues ha llegado el momento y mientras la sujetaba… empecé a pegar mi paquete en su culo (que gracias a mi mujer ya tenia una erección importante) y no la deje moverse, solo a morderle el cuello despacito.

Intento irse, la agarre más fuerte.

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Déjame, esto no está bien, ella es mi amiga, no debo – me decía para que la soltara

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Sino te gusta…¿ porque sigues restregando tu culito en mi paquete? – le conteste

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Además estoy casada yo también, esto esta mal somos amigos… no podemos

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Hagamos un trato se mía 5minutos y si después te quieres ir de suelto…

-

¿Me lo prometes? ¿Solo 5minutos y me dejas irme?

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Si sigues queriendo irte te soltare…

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Vale, pero rápido que y si vuelve y nos pilla…

Sin volver a contestarle y medio sujeta a la fuerza como la tenía, la empuje contra el mueble que teníamos en la entrada, que era una cómoda con un espejo bastante grande, delante de este espejo con Chiqui hemos pasado momentos muy morbosos porque me encantaba verla reflejada mientras le hacía cosas desde atrás, y pensé que si solo tenía 5 minutos con Reme sería una buena opción para calentarla…

Una vez allí delante del espejo le obligue a poner las manos en el mueble y así medio echada hacia delante le remangue el vestido y baje las bragas hasta el suelo mientras me agachaba por detrás y sin esperar más, no tenía tiempo que perder, metí mi cabeza entre sus muslos y fui subiendo con mi lengua y mis dedos hasta empezar a tocarle, cuando empezó a arquear su cuerpo, a retorcerse y mojarse me levanté, no quería perderme la imagen de verla en el espejo mientras…

Le pegue un tironcito del pelo hacia atrás mientras seguía con la otra mano masturbándola y metiéndole uno o dos deditos dentro a ratos, cuando conseguí que del tirón de pelo llegar a girar su cabeza saque mi lengua para besarla y ella por fin me correspondió sin pensar… parecía que ya se empezaba a entregar y no pensaba en tiempo ni en su amiga, ni su marido.

Deje de tocarle, con esa misma mano dejar salir mi erección, quería que la notara, se la coloque desde atrás, empecé a rozarle sin meterla y así ir dejándola con ganas de sentirla a ver si me lo pedía ella.

Saque el antifaz, que ya tenía preparado en el bolsillo de atrás de mi pantalón, fui a ponérselo, ella fue a levantar las manos para resistirse o quitárselo le pegue un pequeño azote en el culo (aunque creo que se lo di más fuerte de lo que esperaba, porque se le puso rojo al poco) y le dije:

-

Durante 5 minutos eras mía, ¿Quién te ha dado permiso para moverte?

Reme no sé si por la sorpresa del azote, del antifaz o de lo que le dije no volvió a moverse ni a contestarme.

Una vez que la tenía sin ver además bastante sumisa mezcla de la excitación y del azote, pensé que era el momento para dar un paso más. Empecé a meterle y sacarle la puntita repetidas veces, muy muy despacito, solo la metía y casi sin que diera tiempo a que la notara la sacaba, mientras tanto vi en el espejo que cada vez que le metía la puntita su expresión de placer empezaba a ser mas evidente.

Me quede totalmente quieto con mi polla un poquito dentro de ella y me acerque a su oreja

-

Ya se han acabado los 5 minutos… - le dije

Mientras le decía esto fue la única vez que se la metí de golpe hasta el fondo y se la deje dentro sin moverme. Su única reacción fue un ligero gemido al notar mi embestida salvaje y que por fin notaba como mi polla tocaba fondo.

Viendo que no contestaba, le di un par de embestidas más, sacándola por completo y de golpe hasta el fondo.

Ante su pasividad insistí

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Se acabó el tiempo – le recordé

Y saque mi polla de dentro de ella

-

No me dejes así… - acertó a decirme después de tanto rato sin reaccionar dijo Reme

-

¿Quieres que sigamos? Ven… - mientras le cogía de la mano y tiraba de ella en dirección al salón para que no se chocara con nada, porque seguía con el antifaz

Entramos en el salón, donde ese rato había estado Chiqui allí sin saber que pasaba. No me imagino que se le pasaría por la cabeza al ver a su marido con la polla al aire y a su amiga con las bragas bajadas andando como podía y con el vestido medio remangado.

Me senté en el sofá, lo más cerca que podía de la silla que tenía atada a Chiqui, y tire de Reme hacía mí, a la vez que le dije:

-

Si quieres seguir tienes que demostrármelo… - y la senté en el sofá encima mía mientras le decía esto

Se abrió de piernas para poder subirse encima mía, y ella misma empezó a sentarse encima de mi miembro poco a poco, primero muy despacio y en un par de movimientos comenzó a subir y bajar con bastante energía y ganas. Mientras tanto yo solo miraba a Chiqui, que no perdía de vista como el coñito de su amiga se iba tragando mi polla. Hubiera pagado por saber que pensaba en esos momentos.

Desabroche el sujetador de Reme, no quería perderme jugar con esos pezones en mi boca y morderlos, mientras comencé a besarla también. Reme ya se dejó ir por completo, y empezó a mojarse mucho con todo lo que estaba pasando, al notar su coñito tan húmedo le dije:

-

Quiero que me avises cuando te vayas a correr, que quiero darte una sorpresa…

Ella ni me contestaba, como las veces anteriores. Seguimos así unos minutos más y la note que sus respiraciones y jadeos cada vez eran más rápidos, incluso empezó a aplicar un ritmo que junto con la situación de ver a Chiqui, hizo que yo empezara a saber que mi orgasmo se acercaba.

Le con mis manos le apreté los cachetes del culo hacia mí y empecé yo también a moverme con ganas de que la notara aún más dentro de ella.

No podía aguantarme más, por lo que le dije:

-

Me voy a correr Reme, me pones cachondisimo y más al ser la amiga de mi mujer, ¿te imaginas que nos pillara? Quiero que te corras tú también…

-

Como me pone que me hables y digas cosas – me contestó casi por primera vez

-

Ah ¿sí? Pues quiero que demuestres que te pone follarte a la pareja de tu amiga y correte ya que va a volver… - le dije para meterle prisa y morbo de que pensara que nos iban a pillar

Ya no me contesto más, solo empezó a besarme, a morderme el labio y la lengua, a la vez q apretaba todo su cuerpo contra mí. Supuse que ella también estaba a punto de correrse por su forma de arquearse y apretarse contra mí, y en ese justo momento le quite el antifaz para que viera a Chiqui, mientras volvía a apretar su culo contra mí para que aunque hubiera querido parar no hubiera podido…

-

Cabrón me estas follando delante de ella… ufff…- volvió a decir

-

¿quieres que pare? – le contesté

-

No, al revés… me vas a matar… y como pares te mato yo… - me dijo autoritaria a la vez que morbosa

-

¡Encima la muy golfa se está masturbando con el consolador viéndonos! ¿Te pone ver que me esté tirando a tu marido? – Volvió a decir Reme, ya bastante desatada

Miré a Chiqui, para ver su expresión al escuchar a su amiga decir que se estaba masturbando. No pude aguantar más y acabe mordiéndole el cuello y apretándola contra mí, me corrí dentro de ella con una sensación de haber explotado como pocas veces. Reme siguió un poco más moviéndose encima mía hasta que bajo el ritmo y acabo parando, y echándose sobre mi pecho. Así nos quedamos un momento para recuperar el aliento, mientras seguía dentro de ella. Noté como chorreaban sus muslos y casí que los míos también de lo que estaba saliendo dentro de ella mezcla de nuestros orgasmos. Me quite a Reme de encima y la tumbe en el sofá, me levante fui hacía Chiqui y le quite la mordaza, le di un beso y le fui soltando las esposas, a la vez que le decía:

-

¿Quieres seguir castigada? Voy al baño, si quieres que te levante el castigo cuando vuelva quiero ver que has limpiado a Reme todo los restos… - y me fui en dirección al baño a limpiarme un poco

Les di unos minutos y me asomé desde el pasillo, la escena casi hace que recupere mi erección de inmediato, veía a Reme tumbada y a Chiqui entre sus piernas, desde allí no podía ver más pero se intuía lo que estaba pasando, decidí acercarme y verlo más de cerca.

Reme estaba en un estado entre descansando y recuperándose, pero a la vez volviendo a tener pequeños espasmos cada vez que Chiqui le pasaba la lengua entre sus piernas.

Me acerqué a la parte del sofá donde estaba la cabeza de Reme y se la puse casi en la cara, sin decir nada ella entendió lo que le estaba pidiendo y empezó a metérsela en la boca, aun no estaba empalmado de nuevo pero poco a poco ella lo fue consiguiendo, en unos minutos acabó poniéndome la tan dura que casi no le cabía en la boca, se dejaba una parte fuera. Le sujete la cabeza con mis manos y empecé a sacarla y meterla aún más dentro como si le estuviera follando la boca, ya no con suavidad sino con deseo de correrme dentro y que probara lo que ella misma provocaba poniéndome tan cachondo, pero vi a Chiqui seguir con su lengua entre sus piernas y a cuatro patas asique se la saque a Reme, me fui al otro lado del sofá y sin previo aviso, ya la tenía lubricada por la saliva de nuestra amiga, se la metí a Chiqui por el culo de golpe.

Ella solo acertó a gritar un poco, no sé si mezcla de dolor y de ganas de participar, empecé a metérsela y sacársela muy despacio para no hacerle daño, aún tiene su culito muy poco dilatado y me entra muy apretada, siempre consigue que me corra en el rapidísimo por la estrechura de este. Así seguimos unos minutos, hasta que ella me paró con sus manos, se levantó y subiendo medio a gatas por el sofá hasta poner su cabeza a la altura de la de Reme y comenzó a besarla apasionadamente, y volvió a echar su culo hacía atrás, lo que entendí que quería que siguiera embistiendo mientras se besaban. Seguí un poco más y al verlas así no pude aguantar y le llene el culito de leche.

-

Chicas voy a darme una ducha, ahora cuando salga preparo la cena si queréis seguir esta noche…

Estando en la ducha al poco tiempo de pronto entro Chiqui desnuda a aprovechar para “ahorrar agua” y le pregunte por Reme, me dijo que se había ido, que su marido la esperaba para cenar.

Nos duchamos juntos, cenamos, dormimos abrazados esa noche y Chiqui estuvo especialmente cariñosa conmigo, no le he preguntado ni aún hemos comentado nada de que le pareció todo aquello. Que estuviera tan cariñosa y que le gustara el castigo no sé si será la excusa perfecta para que se vuelva a saltar las normas y encima luego disfrute también en casa…