Castigada por sus amigas
Ellas decidieron que si quería mantenerme dentro del grupo debía pasar una prueba de castigo.
Castigada
Antes que nada deben saber que entre en un grupo de chicas hace mucho tiempo que se dedicaban a hacer locuras y travesuras. La verdad que mi intención nunca fue realmente dañar a alguien, por ello fui castigada.
En cierta oportunidad ellas decidieron hacer algo delictivo a lo que me negué rotundamente. Ellas decidieron que si quería mantenerme dentro del grupo debía pasar una prueba de castigo.
Al final acepte mas por curiosidad que otra cosa, en fin la cosa va así:
Fui llevada en la noche a una habitación en casa de una de las miembros. Sus padres no estaban así que no presentaba mayor problema lo que fuera a suceder. Había 4 chicas y conmigo éramos cinco.
Una vez en la habitación cerraron la puerta no sin antes avisarme que no me dejarían salir hasta que estuviera desnuda. La habitación no vale la pena describirla, así que estando allí sola, me lo tuve que pensar muy bien, pero sabia que no había vuelta atrás de manera que comencé a quitarme mi ropa dejándome como vine a mundo. Toque a la puerta y lentamente se abrió.
Mi sorpresa era tremenda y mis nervios aumentaron radicalmente al darme cuenta que ellas estaban semi desnudas. Karla con unas botas altas de cuero negro, un sostén que dejaba salir sus pezones. Claudia y Patricia tenían túnicas negras. Susan tenia botas y hilo negro con un gorro a modo de torturadora y de su mano giraba un fuete. La cosa no pintaba bien así que camine entre ellas con mucho miedo, mas con intención de correr.
Patricia se me acerco diciendo lo mala que había sido y por ello recibiría mi castigo siendo humillada por todas ellas. Sin saber lo que eso realmente significaba atiné a mover mi cabeza en señal de asentimiento. Claudia me coloco un collar negro con unas argollas y Karla ajusto en el una cadena con la que me llevaron a una sotana de la casa.
La habitación era iluminada pero sin ventilación y se notaba el calor, el cual humedecía mi piel por el sudor. Lentamente me apoyaron en una camilla y colocaron mis piernas sujetas de una cuerdas que guindaban del techo, amarrando también mis brazos, mientras yo pedía que tuvieran consideración, y que no era mi intención, cosas así!
Ellas hicieron caso omiso y Karla decidió ajustarme una bola de goma en mi boca con correas amarradas en mi nuca, y eso me silenció por completo. Luego siguió un arnés que apretaba mis senos pero los dejaba a la vista y trenzaron mis piernas con unas tiras de cuero desde el tobillo hasta lo mas alto del muslo. así estuve suspendida un buen rato mientras ellas se preparaban, haciendo brotar mi angustia a través de mis ojos desorbitados por la incertidumbre. Gotas de saliva salían de mis labios, babeándome por la bola en mi boca sin poder evitarlo.
Claudia roció mi cuerpo con algo liquido que rápidamente me refresco aunque el calor me estaba torturando y eso solo era el comienzo. Las tiras y el sostén se humedecieron pero comenzaron a secarse. El agua las había dilatado pero ahora parecían apretar cada vez mientras se secaban y el calor aumentaba mas todavía no lograba entender de donde salía tal temperatura.
Patricia se acerco con una pinzas y trato de colocarlas en mis pezones, pero al tratar de batirme para impedirlo Claudia me abofeteo, para aturdirme y ella aprovecho para presionar mis pezones con las pinzas. El dolor fue en aumento mientras trataba de mantenerme cuerda. Mi cuerpo flotaba y se mecía de un lado a otro con mi piernas y mi brazos amarrado, ya no me sostenía la camilla. La habían retirado. A las pinzas fueron colocándoles unas cadenitas de las que colgaban pequeñas esferas haciéndoles peso, lo que me estiro mis pezones proporcionándome mas dolor. Mientras ocurría esto Susan comenzó a untarme algo aceitoso teniendo especial cuidado con mi vientre mis piernas, y cuando unto mi vagina aprovechaba para meter sus dedos dentro de mi.
No me había dado cuenta pero tanta atención, tanta sodomizacion habían calentado mi cuerpo y cuando sentí sus dedos tocar mi clítoris, tuve un estremecimiento que ellas notaron, y alegrándose comenzaron a felicitarse por lo zorra que yo parecía. Luego sentí como algo mucho mas caliente quemaba mi vagina y me di cuenta que me colocaban una cera en mi vulva, por lo que trate de patalear, pero ellas solo reían mientras veían como me retorcía a la par que la cera se endurecía entre mis piernas.
Sabia lo que venia.
De un solo tirón quitaron la cera dejándome toda enrojecida y sin pelo. Mi vagina completamente pelada mostraba ahora mi rosada raja, mientras lo labios se iban hinchando por el aceite y el manoseo. Me estaban excitando y no podía evitarlo.
Susan introdujo una pequeña cánula por mi culo y algo caliente comenzó a llenar mis intestinos dejándome completamente llena. Sentía unos fuertes retorcijones pero no me dejaron expulsar nada. Patricia se metió entre mis piernas y comenzó a comerme el clítoris de tal manera que la excitación iba en aumento, dándome espasmos en mi vientre. Susan saco la cánula y algo cilíndrico taponeó mi ano, que sellaron con alguna cinta. Por mas que trate de relajar mis entrañas no salía nada.
Karla se acerco a mi y viéndome con cara malvada tapo mis ojos con una tela negra. Ahora era solo un objeto y estaba completamente a su merced. Sentía como seguían comiéndome mi vagina penetrándome con sus dedos a la par de los retorcijones en mi vientre. Mi cuerpo se debatía entre el dolor y el deseo. Los pezones no los sentía, la cabeza me pesaba, y mi cuerpo flotaba entre los brazos de ellas.
Iban haciendo turno para irme chupando mas y mas sin yo saber quien estaba entre mis piernas cuando comenzaron a penetrarme en la vagina al parecer con un dildo. El aparato golpeaba mis entrañas y hacia doler aun mas mi cuerpo pero mezclaba la excitacion en aumento en una delirante agonía. Deben de haber cambiado de aparato porque cada vez lo sentía más grande y sentía mi vagina enorme aceptando cada vez mas y más profundidad, hasta que finalmente me dejaron llegar a un orgasmo como nunca había sentido. Mi cuerpo convulsiono de tal manera que me dejo casi inconsciente y jadeante. Alguien retiro la cinta de mi culo de golpe y sentí como salía el tapón desde mi entrada con una presión que no conocía, derramando todo lo que tenia por dentro. Luego me di cuenta que un balde recogería lo expulsado.
Me secaron mis partes y colocando la camilla nuevamente debajo de mí, soltaron mis amarras, dejando mi cuerpo completamente inmóvil sobre la tabla. Entre las 4 me incorporaron y me acostaron en otra tabla mucho más baja. Me colocaron boca abajo, y volvieron a amarrar mis muñecas y tobillos en la nueva tabla inmovilizándome, mas ahora no-tenia fuerzas para resistir.
Pude sentir el frió piso al contacto con mis manos y pies y supe que estaba a menos de 50cm del piso. De pronto comencé a sentir entre mis nalgas una respiración errática y una de las chicas abría mis nalgas mientras otra metía uno de sus dedos. Cuando me di cuenta que la respiración no era humana. Era un perro que me olfateaba.
Mis nervios trataron de hacerme reaccionar pero mi cuerpo no tenia voluntad. El animal se balanceo sobre mi espalda y comenzó a buscar penetrarme y ayudado por alguna de las chicas, apuntó a mi culo y me penetro sin piedad. La verga del animal entro sin contemplación en mi colita todavía lubricada por la expulsión e inmediatamente comenzó a bombearme con una rapidez impresionante. Sentía como mi ano se abría cada vez para recibir las embestidas del enloquecido animal, penetrándome cada vez mas profundo, y lo peor me estaba excitando de nuevo. sentía la respiración en mi nuca mientras me babeaba mi espalda con una furia salvaje hasta que irremediablemente tuve otro orgasmo que me llevo al letargo y semi-inconciencia. Sé que el animal siguió bombeándome hasta que me lleno mis entrañas con su leche y vagamente sentí como salía algo caliente de mi culo y se derramaba por mis piernas hasta que no supe de mí.
Desperté en una cama, más adolorida que nunca. Estaba desnuda y al tocar mi culo todavía estaba ensanchado y me ardía. Di vuelta como pude y vi una nota. Una foto del perro mientras me poseía. Una ropa de puta en una silla, y algo de dinero.
"Querida Raquel, ahora eres nuestra, y serás nuestra esclava. Puedes irte con la ropa y tomar un taxi pero sabes que no puedes huir. O espéranos para otra sorpresa"
Tome la ropa, la que era un simple top y la minifalda más corta que he visto y unas botas de tacón alto pero solo tapaban el tobillo. No había mas nada. Me tomo mas de media hora vestirme por lo adolorido de mi cuerpo. Trate de calmar el ardor de los pezones, pero era imposible, estaban rojos he hinchados.
Entonces me fui.
Lynn