Castigada por... ¿mi soberbia?

Intrigada por sus palabras, nada más llegar a casa abro el correo donde leo: “Hola esclava mía, estoy preocupado por ti, esta noche debía haberte castigado por tu soberbia, pero lo dejaremos para otro día, cuídate perrita mía, tu dueño se preocupa. Un besazooooooooooooooooooooooooooo”

Como todos los días, le mando a mi amo un correo diciéndole como he pasado la noche y la mañana. Si he cumplido sus órdenes, cómo me he sentido... mi amo quiere saber todo de mí.

El correo no ha sido de los habituales: no le contaba la noche tan excitada que había pasado, ni lo duro que había resultado dormirme.

En mi correo le cuento a mi amo lo que me ha pasado desde que estuvimos juntos el día anterior por la tarde a través de Internet.

Para empezar, le cuento que estuve hablando con una chica que había leído mis relatos en un foro. Que cuando visito la página que me manda, veo que los participantes son en su mayoría adolescentes. Yo puedo tener las inclinaciones sexuales que sean. Soy una mujer adulta de 41 años y muchas historias a mis espaldas. Entre las cosas que me gustan y me dan morbo no entra desde luego que chic@s empezando la adolescencia pidan relatos sobre dominación, zoofilia, lésbicos, filial, madur@s con jovencit@s, etc... Como tampoco me lo da ver que sus peticiones son atendidas y copiados los relatos de esta web.

Que era algo más de las dos de la mañana cuando recibí su sms en el móvil mandándome a la cama. No estaba bien por lo que había visto y leído, mi amo no se iba a conectar y no podía comentarlo con él y por si fuera poco, mi culo sólo había descansado de las bolas anales dos intervalos de 4 horas en las últimas 48 horas. En ese momento, eran 12 horas y media lo que las llevaba puestas sin descanso y por la mañana debía introducir las chinas también en mi culito ya resentido.

Quizás fuera todo eso, quizás fueran nervios porque encima en el trabajo tras las vacaciones se me amontonaban las gestiones y los papeles por resolver, el caso es que me pasé casi toda la noche y parte de la mañana vomitando, razón por la cual por la mañana no me puse las bolas, sintiéndome mal por no poder llevar a cabo una tarea tan simple.

Al escribir mi correo detallándole a mi amo todo esto, lo terminé con una frase que me llevaría a un castigo: "te espero hasta la 1 y si no nos vemos hasta mañana".

Mi amo entra justo a la 1, cuando ya estaba a punto de marcharme. Al empezar a preguntarme como me ha ido el día, le sugiero que lea mi correo para evitar repeticiones. Estoy muy cansada, tengo sueño y lo único que deseo es irme a dormir. Mi amo comprende rápidamente la situación y aunque preocupado por mí, me manda a la cama diciéndome que me llamará por la mañana.

Efectivamente, a primera hora de la mañana lo hace. Se alegra de que esté bien, me dice que me envió un correo y que me prepare para la tarde que no será una sesión placentera.

Intrigada por sus palabras, nada más llegar a casa abro el correo donde leo:

"Hola esclava mía, estoy preocupado por ti, esta noche debía haberte castigado por tu soberbia, pero lo dejaremos para otro día, cuídate perrita mía, tu dueño se preocupa. Un besazooooooooooooooooooooooooooo"

Sorprendida, en mi habitual correo de todos los días le respondo:

"Acabo de leer tu correo y siento mucho que te hayas preocupado así, amo. Ya te dije que me encontraba mejor y el sueño reparador de esta noche me ha terminado de poner bien.

Ahora bien, no entiendo en qué momento he sido soberbia con mi amo para merecer un castigo. Lo acepto porque es deseo de mi amo pero me gustaría saber en qué momento y de qué manera he cometido la falta para poder evitarla en un futuro. Mi amo sabe bien que no me gusta cometer el mismo error dos veces."

Cuando coincidimos a las 7 en el mesenger yo ya estoy desnuda ante la pantalla, con mis letras escritas y el collar puesto.

¿Estás sola?

Sí, amo

Muéstrate ante tu amo y señor

Me pongo de pie para que me examine a su gusto, primero de cuerpo entero, luego las tetas, mi sexo y por último mi culo. Conforme me voy enfocando y mostrando, siento los nervios anudarse en mi estómago, mi amo probablemente está decidiendo qué parte será la castigada: sé que dejará mi sexo tranquilo estando con la regla, mi culo ha llevado mucho trote en los últimos días pero aun aguanta, sin embargo mi amo siente especial fascinación por mis pechos, así que seguramente será lo que elija.

Aún estoy de pie ante él cuando me ordena untar mi culo con aceite e introducir las bolas chinas. Respiro profundamente, decididamente el castigo ya ha empezado. Mi amo sabe que esas bolas no me gustan mucho ahí, que prefiero las anales, pero no le discuto y obedezco. Me las meto despacio para que lo vea bien y me siento ante su orden.

Durante un par de minutos que me parecen eternos, mi amo me observa:

Saca las gomas y póntelas

La primera goma me la pongo sin dificultad en mi teta izquierda, pero la mente juega malas pasadas. Esta vez no se trata de disfrutar, es un castigo y mi cuerpo se niega a reaccionar con placer. La goma en la teta derecha me cuesta más de poner, tengo que hacer tres intentos hasta que lo consigo... y mi amo sigue mirándome sin decir nada.

Consigo sacarle una carcajada cuando le digo que "per" ha iniciado sesión y quiere ver lo que hacemos. Me responde que quizás le deje ver algo. Eso me intranquiliza. Una cosa es que mi amo escoja las fotos que tengo que poner en los relatos, a fin de cuentas no conozco a la mayoría de los que las ven. Que me ordene exhibirme ante "per" con los límites marcados también me parece normal en la relación amo/esclava. Pero que otra persona presencie en mucho o en poco una de nuestras sesiones o que le permita ver lo que me hace o lo que hasta ese momento solo era nuestro, me hace sentir como si me entregara. Sí, ya sé que es habitual que algunos amos compartan a sus esclavas, las presten, las vendan o las alquilen a otros amos, pero una de las cosas que más me excitan de mi amo es su sentido de la posesión, saberme solo suya, su perra, su puta.

Poco a poco, mis pechos se van poniendo más y más duros por la presión de las gomas, están muy rojos por la falta de riego. Mi amo me ordena pellizcarme los pezones. Están especialmente sensibles y me duele hacerlo.

Junta las dos tetas, perra

Así, muy bien

Ahora, ponle la cam a "per", muéstraselas así durante diez segundos y cierra

Sí, amo

Obedezco sin dilación pero no puedo evitar que mis ojos se empañen. Mi amo me está mostrando en directo. Me siento humillada, ofrecida. Una puta.

Cuando cierro la cam con "per", apenas puedo leer lo siguiente que escribe mi amo:

Vete a por un hielo y trae la vela

Ya, amo

Bien, enciende la vela y pásate el hielo por las tetas

Vale, empieza a echar cera

Más

Por los lados también

Aguanta

Pasa hielo por encima

Ahora la otra, pasa hielo primero

Echa más

Más, esclava

Sigue

Para cuando mi amo me ordena parar, mis pechos están blancos por la cera y de mis pezones caen finos hilos. Debo reconocer que la imagen es muy excitante.

me gustan tus tetas

me gustan tus pezones

me gusta la cera

y me gustan tus marcas

espera que ya vuelvo

Odio eso. No puedo evitarlo. Que mi amo me aplique un castigo y me deje delante de la pantalla esperando su regreso me resulta insoportable... y él lo sabe muy bien.

Regresa 15 minutos más tarde. Quince largos minutos en los que he estado contemplando su silla vacía esperando su regreso.

Bien, esclava, bien, así me gusta, que me esperes sin moverte

¿Aguantas bien la cera?

Sí, amo, aún la aguanto pero las gomas me están matando

Ok, esclava, quítatelas pero con cuidado de que no se caiga la cera

Ummmmmmmmmmmmmm, como me gustan tus marcas. LAS MARCAS DE TU AMO

¿Podemos hablar ahora, amo?

Sí, perrita, habla

¿Cuándo he sido soberbia con mi amo?

En tu correo de ayer: hasta la 1 o hasta mañana. Me pareció un gesto de soberbia que condicionaras a tu amo

Uffffffffff, lo que me imaginaba, mi amo me había interpretado mal.

Poco a poco, le explico a mi amo que no fue esa la intención, que después de todo lo que le había explicado lo único que pretendía era que supiera que quizás no me encontraría lo suficientemente bien como para esperarlo más tarde de esa hora.

Entiendo tu razonamiento, perrita mía, pero anoche cuando lo leí sólo vi en él soberbia y eso no lo puedo permitir. Te mimé anoche permitiendo que te fueras a dormir sin castigarte, y te he mimado esta mañana cuando hemos hablado por no estar bien, pero no voy a permitir ningún gesto de soberbia o rebeldía

Amo, podía haberte pedido permiso para hablar antes del castigo y darte mis razones. Eres un amo justo y lo hubieras entendido como haces ahora. Podía haberme evitado el castigo, pero deseaba demostrarte mi sumisión

Quizás, sí, esclava. Quizás lo hubieras evitado, pero al actuar así has demostrado que te mereces el puesto que tienes: Eres mi esclava favorita. ESTOY ORGULLOSO DE TI. ERES LA MEJOR, NO LO OLVIDES

Gracias, amo, pero... aún me queda una duda

Dime perrita

¿No será, amo, que al no tener casi nunca motivos para castigarme aprovechaste la ocasión?

Jajajajajajajajajajajaja, perrita, es muy probable que así fuera, muy probable

Y es que, si algo debemos tener claro las esclavas es que un amo, si así lo desea... siempre encontrará una razón para castigarnos... ¿no creéis? ;).