Caso Almeida. De nuevo de servicio (7)

La agente Tania vuelve al servicio nomral del puticlub a la espera de avanzar en la investigacion. Uno de los clientes le provoca una sorpresa enorme. Cuál será?

Almeida. (7)

Informe nº 14. Sábado 27 de noviembre de 2.004

Después de los 3 días de permiso, vuelvo al club.

Las puertas se abren y manadas de hombres hambrientos entran en un goteo continuo. Ahí estamos nosotras, las putas, dispuestas a acabar con el hambre en el mundo.

Cliente 1

Nombre Mr Blonde

Edad 29

Profesión desconocida

Servicio

Nada más entrar me pide que baje la voz. Al preguntarle la razón me dice que mi marido y mi hijo están en la habitación de al lado y que, si hablo alto, podrían oírnos.

Cuando me dirijo al teléfono dispuesta a llamar a seguridad para que se lleven al loco este, el me dice que me vista con lo que hay en el baño.

La curiosidad vence y opto por seguirle el juego.

Al entrar me encuentro un blanco uniforme con una cruz roja colgado de la puerta.

Rápidamente me lo pongo.

Ante el espejo compruebo como me queda: es muy entallado y la cintura se me ve muy estrecha y las tetas parece que van a salir disparadas de un momento a otro. También es corto, muy corto. Al caminar casi se me ve el tanga.

Desde la sala oigo al cliente apremiándome y mandándome: -"Sin ropa interior, por favor".

Lentamente me despojo del tanga ante el espejo. Problema resuelto. Ahora ya no se me ven las bragas cuando camino.

Salgo del baño y me encuentro al cliente estirado en la cama.

Me acerco y me acuclillo a su lado. Con la nueva pose el vestido roza sus límites y los pezones asoman un poquito sobre el escote y el aire corre libremente sobre mi conejito.

-Oué le pasa? Ce pregunto.

-Me duele aquí- me contesta señalando so ingle.

-Pues tendremos que inspeccionar a conciencia durante un buen rato- le digo gritando para que me oigan mi marido e hijo imaginarios. El sonríe s se causa sus manos tras su cogote.

Con cautela ce desabrocho los pantalones y se loe voy bajando hasta los tobillos. En sus gallumbos, un buen bulto.

-"No me extraña que le duela. Menuda hinchazón."- y mientras me relamo lujuriosamente, añado mirando donde se supone está mi marido: -"cariño. Voy a estar un buen rato con este paciente. El caso es grave"- y empiezo a palparle sobre los calzoncillos.

Agarro el bulto sintiendo su calor y su pureza. Meto la mano y la toco directamente. Con la otra mano bajo la prenda. Bajo ella emerge una polla de unos 15cms. y de apariencia rocosa.

Mirándole a los ojos le digo: -"Avíseme cuando le duela". y empieza a lamer la zona: las ingles, la parte interna de los muslos y... subiendo. No es hasta que mi lengua contacta con su prepucio que el cliente me avisa: -"Ahí, ahí. Me duele muchísimo... es grave?"..

-"Aún no lo sé. Tendré que hacer prospecciones más profundas" y, dicho esto, me trago su polla hasta la campanilla.

Con mi cabeza subiendo y bajando, el me dice con voz potente: -"señorita enfermera, eso me alivia mucho. Es usted muy buena-" y entonces me guiña un ojo en gesto cómplice.

Siguiendo el juego le digo cambiando mi boca por una mano: -"señorita no. Señora. Pero tranquilo, ya verá como mis curas lo dejarán como nuevo" y, devolviéndole el guiño, retorno su polla a mi boca.

Bien lamido todo el miembro, cambio la terapia bucal por la vaginal. Le cabalgo con suavidad masajeando su polla con fuertes apretones de mis músculos vaginales.

-"Que ungüentos tan buenos utiliza usted, señora enfermera."

Sin dejar de mover las caderas le contesto: -" el de antes era para calentar la zona El que le aplicoooo ahoraaa es el analgésico que le curará todos los males"

Poco después la terapia prosigue conmigo a cuatro patas y él dándome con fuerza en el coño.

Yo simulo unos ahogados grititos y le pido que me tape la boca para que no me oiga mi marido.

Él obedece y su polla parece crecer el doble en mi vagina. Definitivamente le excita el juego.

Me bombea violentamente hasta que se cansa y me susurra al oído: -"Putita, házmelo con tus tetas".

Arrodillada ante el, y el sentado en la cama, me bajo el escote y, apretando las tetas una contra la otra, le abrazo su polla, caliente, húmeda y preparada para la cura final.

Subo z bajo lentamente. La polla resbala entre mi piel con suma facilidad, mientras mis pezones recorren su barriga arriba y abajo.

Al bajar, su capullo emerge rojo e hinchado.

La cura se acaba con su leche sobre mis tetas y mi cara.

El cliente se despide dándome las gracias por mis sabios tratamientos y ha prometiendo volver si le vuelve a doler.

Cliente 2

Nombre Marcelo Luca

Edad 28

Profesión Ingeniero Telecos

Comentarios Largo servicio de 1 hora con penetraciones bucales, vaginales y anales.

Cliente 3

Nombre: Facundo de Asís (Ver informe nº 9)

Edad: 40 años.

Profesión: Sacerdote.

Comentarios De nuevo el cura se propone mi ano como camino de redención a los pecados terrenales que, según él, debe observar cada día como pastor del Señor. Mientras me cachetea las nalgas con fuerza me invita a la manifestación de mañana en contra de la aprobación de los matrimonios entre homosexuales. En el momento que su santa polla entra por completo en mi ano me habla de lo "desviado del comportamiento de los gays" . Justo después de contarme lo depravado y antinatural de una unión entre dos hombres le oigo gruñir y siento su caliente derrame en lo más profundo de mi ano. Mientras se coloca la sotana y se cubre con una gabardina para que no sepan a qué se dedica, le observo y alucino con tamaña hipocresía, hasta ha pagado un plus por hacerlo sin condón "ya que no vamos a llevar la contraria a lo que marca la Santa Iglesia"….. desde luego prefiero que se entretenga con mi culo que con el de algún niño indefenso.

Cliente 4

Nombre Sergio Mansu

Edad 37

Profesion Periodista

Comentarios Insiste que se la chupe mientras le hago una cubana. Hago lo que puedo porque su miembro no da para tanto.

Acaba llenándome las tetas con su leche caliente que desprende un olor fortísimo.

Cliente 5

Nombre Arturo Mar

Edad 45

Profesion Camarero

Comentarios Me pide una masturbación poniéndome, de pie, tras él y apretando dos cubitos de hielo con mis tetas contra su espalda.

Se la hago antes que se derrita el hielo y se marcha. Tengo los pezones tan sensibles y duros como una piedra que creo que se me van a caer en cualquier momento.

Cliente 6

Nombre: Jose Conit

Edad 42

Profesion Constructor

Comentarios Estirada de lado y con una pierna elevada, me penetra con fuerza agarrado a la pierna, todo esto bajo su expreso deseo de hacerlo sin quitarme la ropa.

Con la minifalda enrollada en la cintura y el tanga ladeado me folla durante media hora. Se corre fuera, sobre el tanga y la falda.

La parte más provechosa de la noche llega cuando los servicios llegan a su fin. Al salir de la habitación el club está prácticamente vacío. Al bajar las escaleras escucho mi nombre saliendo de la oscuridad. Viene del vestuario de los seguratas. Me acerco hasta la puerta.

Al llegar ante ella, ésta se abre y una mano tira de mí hacia dentro.

Al cerrarse la puerta a mi espalda, veo al gorila Jaime Fernández (el que estrenó mi culo en este club a pocos días de iniciar la misión) apoyado contra ella y desnudo de cintura para abajo.

Sin poder decir nada, él me abraza y me besa el cuello. El duro bulto de su entrepierna grabado en mi estómago me deja claras sus intenciones.

Me besa los labios con dulzura, con pasión entregada. Intento corresponderle sin dejar notar mi indiferencia.

Él va bajando y me desplaza la camiseta lo justo para poder besarme las tetas. Asomando sobre la tela mis pezones se le muestran prestos a ser atendidos. Él los succiona mientras me sostiene los pechos como si fueran de algodón.

Continúa bajando y me sube la falda. Ahora mi cintura es un cementerio de prendas inservibles. Creo que me ha ladeado el tanga al sentir el aire correr libre sobre mis labios más sensibles. Lo compruebo al notar su lengua jugando con ellos. Yo juego con su pelo mientras me va abriendo la raja con suavidad. He de admitir que se lo toma mucho más en serio que cualquier otro desde hace mucho tiempo. Sus pasadas son precisas, sentidas, ni muy rápidas ni muy lejanas …. Empiezo a disfrutar, cuando me empuja y me hace sentar sobre el sofá.

Nos miramos.

Su verga empieza a elevarse sola, mirándome, también.

Me quito el tanga.

Abro las piernas.

Vuelvo a tener su cabeza incrustada entre las piernas, con su lengua bailando un chotis con mi mareado clítoris y mis lejanos labios.

Agarrando sus cabellos y apretando mis muslos contra sus mejillas le pregunto: -"Oyeeee, yo te gustoooo?".

-"GGssiiii,,, mughooooo, una barrrrrrrrrrrrbaridad"- me contesta como puede. He disfrutado mucho de esa RRRRRRrrr arrastrada.

-"Crees que tengo una tetas bonitas?"

-" Bregiosasss"- me dice sin dejar de lamer pero comprobándolo con sus manos. Me aprisiona las dos tetas a la vez y me las amasa con sus fuertes manazas.

-"Es que estaba pensando en operármelas"- le digo.

Él me dice que no lo haga, moviendo su cabeza de lado a lado con rapidez. No destacaría esto si no tuviese su lengua en mi chumino.

Recuperada del estremecimiento que la negativa ha provocado en todo mi ser, prosigo con mi interrogatorio disimulado: -"Es que el otro día en la fiesta una chica del otro club me dijo que se las habían operado gratis".

Al decir esto el gorila sale como un resorte de las profundidades de mis muslos y me mira fijamente.

-"Ni se te ocurra"

-"Por qué?. No las ves pequeñas? – le digo mientras me las sobo – "con unas más grandes seguro que tendría más éxito".

-"Olvídate….. además, tú no das el perfil"- me dice cuando parece dispuesto a reemprender el viaje al centro de mi cuerpo.

Yo le paro justo delante de mí, sin dejarle agachar. Tirando de su culo alojo su verga entre mis tetas.

-"Te gusta?"- le pregunto mientras mis tetas empiezan a resbalar a lo largo de su eje de carne. Él me mira sonriendo y acariciándome una mejilla. Su capullo asoma y se esconde entre mis tetas cada vez más enrojecido.

-"Pues imagínate si las tuviese más grandes, te gustaría aún más"- Mis palabras vuelven a provocarle el más absoluto rechazo e indignación: -"Mira, has de prometerme que nunca, óyeme bien, nunca le dirás a nadie que quieres operarte las tetas gratis. Si te lo proponen, dices: no. Si escuchas el nombre Infinity: sales corriendo. Si oyes el nombre McGrady huyes lo más lejos que puedas. Me entiendes?

Yo asiento bien callada sólo por unos instantes: -"y qué quieres decir con que no doy el perfil?".

-"Eres española, no tiene sentido que salgas del país….eres española.-" vuelve a repetirse mientras se acaricia la barbilla.. Y muy curiosa. Preguntas mucho… y es muy extraño que una española, en los tiempos que corren, sea una puta… tan predispuesta como tú".

He de ser rauda y veloz. El gorila parece ser más inteligente de lo que parecía. Sin dejar de mirarle a los ojos, decido agarrar al toro por el cuerno…. Y, pese a sus sospechas, lo tiene bien preparado, duro y caliente para mí.

Parece que las sombras de sospecha que planeaban sobre su mente se diluyen como su polla entre mis labios. Agarrando su miembro me concentro en una de las mamadas más intensas de mi vida. No en vano me va la vida en ello.

Estas dudas acaban borrándose de su memoria en el momento en que su esperma me llena la boca. Trago y trago como buenamente puedo todas estas dudas que han pasado por su mente.

Sin darme tiempo a más, el gorila se abalanza sobre mí y me tiene casi dos horas recibiendo "jarabe de palo". Mi chocho, culo , tetas y boca reciben una buena dosis que me deja echa polvo.

Ha valido la pena: El nombre de McGrady se une a la investigación del Infinity.

Como siempre, me reservo lo mejor para vosotros. La bomba del día ha sido el cliente 2. Ha sucedido algo que no había considerado: que algún cliente fuera un conocido. Este había estudiado conmigo en el instituto.

Al entrarme, nada mas verlo, he tenido esa sensación de "este me suena". Supongo que sabéis de que os hablo. Mientras me invitaba a una copa yo buscaba en todos los rincones de mi memoria pero sin fruto ninguno.

Él ha pedido su servicio, ha pagado y hemos subido a mi habitación.

Ha sido al desnudarse y verle la polla cuando mi mente ha recibido el chispazo que necesitaba. Era él, el puto capitán Garfio. En el instituto le llamaban así sus colegas y nosotras, las chicas, no sabíamos por qué hasta que se enrolló con una de mis amigas. Tenía la polla torcida hacia abajo algo exagerado.

Un sudor frío me recorre todo el cuerpo y noto mis axilas empapadas y las rodillas me tiemblan.

Supongo que el maquillaje, el atuendo y los años pasados hacen que no me reconozca... y así empiezo el servicio, intentando no mirarle y sin hablar.

Al sentir su polla en mi boca noto cierta sensación... que diría que es morbo... se la estoy chupando al Capitán Garfio.

Mientras cruza una y otra vez el alfeizar de mis labios me río por dentro pensando en que dirían mis amigas si se enterasen.

Desde luego el apodo le va como anillo al dedo ya que, ni trempada, esta completamente recta. Dura si, y mucho, pero recta no.

Al tragármela esa curva carnosa se clava en medio de mi lengua, haciéndome sentir como un pez mordiendo el anzuelo.

Él mira al techo disfrutando de mis atenciones. Yo aprovecho la ocasión para observarlo. Viéndole boquear y aspirar , mi mente se avade a la época del instituto: él era como todos los chicos de 16 años, una estufa con patas que le tiraba los trastos a cualquier cosa que se moviese y no tuviese pelo en la cara. Como mandaban los cánones todas le dimos calabazas: era un tío con el atractivo de una palangana y la gracia de una ortodoncia. Entonces ocurrió algo inesperado, una amiga le dijo que sí. Al día siguiente de enrollarse corrió a contarnos porqué lo había hecho. Le habían llegado voces de su peculiaridad y no pudo resistirse.

Recordando la escena de cómo nos lo explicaba mi amiga, con gestos, mímica con su boca describiendo arcos, no consigo reprimir una sonrisa en mis penetrados labios.

Él baja su cara de repente y nuestras miradas se cruzan.

Como una avestruz asustada, sumerjo mi cara en lo que tengo más a mano: sus huevos y su polla. El garfio descansa sobre mi cara, adaptándose a ella con su curva, mientras mi lengua recorre sus blandas pieles.

Lamo y le pajeo con fuerza cubriendo mis rasgos. Cualquier cosa, menos que me reconozca.

Así se corre por primera vez. El ángulo que describe su polla, hacia abajo, hace que todo su esperma caiga sobre mi cara.

Yo me levanto rápidamente a limpiarme. Al volver me lo encuentro estirado en la cama.

La segunda parte del servicio consiste en una cabalgada. Yo escucho su petición cabizbaja. La postura que me pide implica mirarnos cara a cara. Para evitarlo decido introducir alguna modificación: Me pongo sobre él, pero dándole la espalda.

Me estiro sobre su pecho, tirándome hacia atrás, casi pegando mi culo a su cara. Siento su respiración perderse entre mis nalgas. Mientras él me mira el ojete a escasos centímetros yo le voy enfundando un condón. Nunca me había costado tanto poner uno. No había manera de estirarlo bien. Una vez acabado el trabajo de cubrición me tiro lentamente hacia delante, hasta notar el látex entre mis ingles.

Paso mi mano por detrás de mi culo y le agarro el garfio. Suavemente y , como puedo, lo doblo hacia arriba para que pueda introducirse en mi. Lo consigo y, al soltarlo y bajar, noto como intenta recuperar su ángulo natural ya dentro de mi coño. Agarrada a sus tobillos inicio una sacudida de caderas exagerando las subidas para que pueda ver mi culo abierto en plenitud. Digamos que es una maniobra de distracción para que no me pida que me dé la vuelta.

Pero entre jadeos y resoplidos me lo pide.

De nuevo tengo que buscar una salida a una situación límite: -"Me gusta más así"- le digo mientras le agarro una mano por la muñeca y la introduzco entre mis nalgas –"me encanta que me metan un dedo en el culo mientras me folla una buena polla como la tuya" todo esto acompañado de un arrastrar de vocales y jadeos exagerados.

La proposición surte efecto y no tarda ni dos segundos en meterme uno de sus dedos en mi ano. Lo hace con fuerza y decisión… y el dedo entra fácil. Creo que mi culo ya no es lo que era. Todo entra fácil, después del bestia de la fiesta.

Me muevo como una cubana alocada subiendo y bajando sin control, jadeando casi hasta perder el conocimiento de tan exagerada que soy.

La postura, la visión que tiene de mi culo abierto con su dedo incrustado en él y el ritmo que le imprimo a las caderas hace que llene el condón en menos de 5 minutos.

Saltando como una gacela me meto en el baño a asearme. Oigo la puerta y salgo contenta por haber capeado el temporal, pero un poco jodida por haberme tenido que brindar a un ser despreciable como él. Igual ahora es una bellísima persona, pero en el instituto no lo era. También sé que la mayoría de tíos que me follan en el club son unos indeseables , pero no los conozco ni ellos a mí….. pensando esto salgo del baño ya vestida y aseada. El Sr Garfio continúa en la habitación, con el teléfono en una mano y un condón anudado y lleno en la otra.

Ahora me mira a los ojos. Veo una sonrisa bajo su nariz mientras me pasa el teléfono.

Al otro lado de la línea me habla Jacinta Almeida confirmándome un aumento de servicio. Las palabras retumban en mis tímpanos: -"Sodomización con violación simulada". Casi ni le oigo cuando me pide que me porte bien con el cliente porque ha pagado un generoso plus por el nuevo servicio.

No tengo tiempo ni de colgar el teléfono. Unas manos me agarran del cuello por detrás. De un tirón soy empujada. El teléfono cae al suelo al igual que mi cuerpo sobre la cama. Mis rodillas impactan contra la sucia moqueta quemándome levemente la piel. Sin tiempo a girarme, el "violador" cae sobre mi cuerpo con todo su peso.

Sus manos empiezan a trajinar nerviosamente con mi falda, subiéndola hasta convertirla en un cinturón.

Yo intento darle patadas mientras le grito que, por favor, no lo haga.

Un "cállate, puta" y una intensificación de los tirones a mis bragas es todo lo que consigo.

La fina y delicada pieza de ropa interior no aguanta más de dos envites. La pieza se rompe por una de sus costuras emitiendo un evidente chasquido.

Creo que sólo hacía mi papel porque, si hubiera querido, me lo saco de encima sin problemas, pero no podía hacerle una llave de judo avanzada sin levantar más sospechas.

Su polla ya presiona en la entrada de mi esfínter.

Entonces los dos nos paramos.

El tiempo se detiene y el silencio nos embarga.

Yo voy repitiendo un "No, no no" cada vez más inaudible.

La vocecita se convierte en un descarnado grito al sentir su brutal estocada. Su polla entrando en mi ano me hace gritar de verdad. Con una mano aplasta mi cara contra el colchón, mientras con la otra me separa las nalgas.

Me ha enculado sin condón y noto todas sus venas deformando mi ano.

Me libera la cabeza, pasando sus manos por debajo de mi cuerpo hasta abrazar mis tetas por encima de mi camiseta.

Mientras me sigue follando el culo me ordena: -"cállate, puta" mientras empieza a chuparme la fina piel de la nuca con su sucia lengua. Su aliento se va acelerando en mi coronilla al mismo ritmo que su polla en mis postrimerías.

La polla-garfio se le sale un par de veces, pero me vuelve a estocar rápidamente hasta el fondo. Al metérmela así, de golpe , y sentirla entrar describiendo la curva, me viene a la cabeza algo que comentábamos con mis amigas del Instituto: Nos reíamos de la pobre chica que follase con Mister Garfio. Comentábamos que se sentiría como una de las chicas de "LA Matanza de Texas", esa a la que cuelgan de un gancho en un matadero o algo parecido. Hasta hacíamos bromas simulando con un dedo como si saliese el gancho por la boca… en fin, chorradas de crías.

Yo grito como la protagonista de la peli al sentir el gancho entrando en mi culo. Él se anima al oírme gritar y pedirle que pare. Mira por dónde al final he sido yo la protagonista de "La Matanza..".

A duras penas puedo reprimir la risa. Para disimularla voy simulando que le estoy cogiendo gusto a la violación y le voy diciendo: -"Sí, sí, sí…!!!!! Fóllame más fuerte mientras le aprieto las nalgas contra mí.

-"Sabía que gustaría, puta…. Te follo bien, eh???. A las tías os va que os violen y si eres puta aún más.."- me dice él culeándome con más fuerza si cabe.

-"Sí, sí… llevo rato deseando que me la metiera por detrás"- le digo sin parar de gemir.

-"No me seas fina puta….. dime por dónde querías que te follase"- me dice metiéndome la lengua en la oreja.

-"Ahaaahhh, ya lo sabes, me lo haces muy bien"- le contesto.

-"Pero dímelo , no te hagas la estrecha ahora zorra"- metiéndome un dedo en mi boca.

-"Por el culo. Quería que me follases el culo con todas tus fuerzas, que me hicieras gritar al metérmela de golpe. Quería sentir tu grandiosa verga hinchándose en mi ano hasta…."

No es necesario que continúe. Mis palabras le han llevado en volandas hasta el clímax final.

Siento su leche derramarse en mi intestino y saliendo hasta las nalgas. Me estremezco entera de asco al notar como su polla tiembla en cortos pero continuos espasmos y él empieza a besarme el cuello. Su lengua corretea libre por mi nuca hasta caer hasta la oreja.

Sus labios se cierran y la lengua empieza a moverse formando las siguientes palabras: -" llevo 10 años soñando en hacer esto".

Al oír semejantes palabras, mi cerebro retumba y parece que vaya a cortocircuitarse. Me mareo y estoy a punto de vomitar.

Soy incapaz de moverme.

Ni noto como abandona mi culo y se levanta.

Ni oigo como cierra la puerta.

Sólo pienso: -"que no se enteren mis amigas, que no se enteren mis amigas"