Casi una primera vez

Casi por que no alcancé la gloria... pero esta muy relajante.

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 21

Casi una primera vez.

Esto que les cuento sucedió en el mes de julio de 2004, eran las 15:00 horas y todo el personal de la oficina había salido a comer, yo me encontraba terminando un trabajo especial y por eso me quede solo, como a las 15:20 mas o menos llego la chica de servicio social que viene por las tardes pero ella por lo regular llega a las 16:00, pues bien se acercó a mi y comenzó la platica sin ningún tema en particular, de pronto la note como triste y al preguntarle que pasaba sin más ni más comenzó a platicarme que su novio era un tal por cual... que andaba nada más de caliente... que como ella no le daba lo buscaba en otro lado... en fin tantas y tantas cosas que bien no le puse atención pero de pronto se levantó y se puso a mi lado estando yo sentado en mi escritorio, no se por que lo hice pero la rodee por la cintura y le pedí que se calmara sin querer y al voltear a verla me tope con su seno derecho (bueno permítanme decirles que ella es una chica de unos 20 añitos grandes senos y regular trasero pero eso sí no tiene nada de vientre, se ve rica la chamaca, ese día en particular llevaba puesto un pantalón negro pegado pero no ajustado, zapatos rojos y blusa tejida también roja), y comenzamos a reír cuando le dije que por poco me sacaba un ojo.

Me levante y sin querer también roce su seno con mi pecho y quedé frente a ella cara a cara, y le di un beso en la boca, inmediatamente pensé que se enfadaría pero a cambio de eso respondió enlazando su lengua a la mía, ni tardo ni perezoso la abrace y comencé el descenso de las manos hasta su trasero, bastante durito y al ver que nada decía y solo se remitía a besarme y emitir ligeros gemiditos continué con el masajeo de nalgas hasta que deposité una mano en su entre pierna y espere a la reacción... nada... inicié el a tallar su conejito encima del pantalón y note como iniciaba su movimiento de cadera y abría ligeramente sus piernitas para permitirme la manipulación.

Lentamente desabroche su pantalón que tenía el cierre por detrás y este cayó al piso continué con su trasero y su conejito por encima de su calzoncito que hasta ese momento no había visto pero si sentía su humedad en medio de las piernas, mis manos iban de arriba abajo tocando sus senos, las nalguitas y su conejito y ella entre besos y caricias respiraba dificultosamente en mi oído y emitía ligeros gemiditos.

Alcé su blusa y baje su sostén liberando unos suaves senos con apenas unos pezoncitos que parecían invisibles y me dirigí a su conejito empapado de por si yo ya estaba a mil pero cuando vi su bikini blanco con un dibujo de una manzana casi rompo mi pantalón (es una exageración), no, casi me vengo de la emoción, metí mi cara entre sus piernas y la acomodé sentadita sobre mi escritorio hice a un lado su bikini bajo una ligera protesta pero no lo suficiente para hacerme desistir y comencé a darle lengua... mmmm que rico sabor, era una pepita depilada al ras del bikini terminado en un triangulito afelpadito y una boquita cerrada y rosita que ataque dándole lengua a todo lo largo y deteniéndome en su pequeñito clítoris, ella meneaba la cadera y de pronto me levante baje el cierre de mi pantalón y saque mi ya erecto pene, tome una de sus manos e hice que lo agarrara, ella torpemente lo pajeaba pero sentía su cálida mano inexperta ponerlo aún más a punto de explotar, solté su mano y dirigí mi arma a su entradita, ella gemía y respiraba nerviosa y me dijo que era su primera vez, yo emocionadísimo coloque mi barra entre sus labios vaginales y cuando estaba a punto de iniciar la perforación....

Es aquí mis queridos lectores donde viene la parte desagradable... el tiempo pasó y en ese mismo instante tocaron a la puerta y no nos quedó más remedio que abandonar la faena, en un apurado movimiento nos acomodamos la ropa, ella corrió al otro lado de la oficina y yo a abrir la puerta... eran los compañeros que comenzaban a regresar de la comida, y entre bromas preguntaban que tanto hacíamos que no abríamos la puerta pero bueno en eso quedo.

Sólo un compañero me jalo a otro lado y me hizo la seña que mi camisa salía por el cierre del pantalón, diciéndome - ¿qué hacías grandísimo c...? ¿no me digas que...?, a lo que calle su boca diciendo, no pero casi, si no hubieran tocado lo hubiera hecho... en broma me pidió un autógrafo... la chica no ha querido acercarse a mi aunque no me rechaza... no hemos podido platicar pero espero pronto terminar lo que inocentemente iniciamos...

Y bueno amigos me despido de este relato y les comentó cuando es un rapidito, ¡es un rapidito! Sino se siente de la patada quedarse con el tiro en la punta del rifle. Hasta la próxima.