Casi sin querer (4)

El joven Pedro abandonado por Victor, intenta encontrar algo que le llene

Victor no me volvió a llamar más, no cogía el teléfono, no devolvía mis llamadas y no volví

a verle más... Me quedé sólo, me sentía desvalido, abandonado. No sabía qué hacer, parecía mentira

que en tan poco tiempo hubiera ejercido sobre mi tanta influencia. Necesitaba ese afecto que me

daba pero sobre todo necesitaba el sexo que me daba.

Empecé a buscarlo y acudí a las saunas de mi ciudad. Con mi edad no tenía problema en

ligar en la sauna sobre todo con hombres más maduros. Solía ir los sábados por la tarde y me dejaba

follar por cuatro o cinco depende si me follaban más de uno a la vez o de uno en uno. Me hice

asiduo y repetía entresemana pero como me gustaba salir también con mis amigos pues apenas tenía

dinero para la entrada. Un día se me ocurrió ponerme en la puerta y al primer hombre que iba a

entrar en la sauna le abordé... -Hola, no tengo dinero para la entrada pero si me la pagas te hago lo

que quieras... La verdad es que ninguno se negaba a pagarme la entrada y una vez dentro les dejaba

que me sobarán y les hacía una mamada. Recuerdo un tipo madurito de buen ver que parecía

siempre acabar de salir de una sesión de rayos UVA al que abordé y me dijo -La entrada por un

polvo pero también tienes que ser mi esclavo. Te va el jueguecito? Me pareció interesante y

sugerente y como él me gustaba accedí -Vale. Le dije.

Pasamos al vestuario y nos desnudamos, nos pusimos la toalla para pasar a las instalaciones

pero me dijo -Eh! chico quítate la toalla, eres mi esclavo y tienes que ir desnudo a mi lado y hacer

lo que te diga. Me quité la toalla y fuimos a bar de la sauna en la barra pidió un “collar” le diero un

collar de perro que me puso al cuello -Esto es para que todo el mundo sepa que eres mío. Eso me

excitó tremendamente. Fui por toda la sauna paseando con mi amo, desnudo como si fuera un perro.

Llegamos a una pista de baile donde se había congregado bastante gente y me dijo ponte de rodillas

y cómeme la polla. Y así lo hice. Me metí su verga en la boca y empecé a chuparsela. -No dejes de

chuparme los cojones que me encanta. Saqué la lengua y le chupé los huevos, me los metí en la

boca y seguí chupando, tenía un buen rabo que chupé lárgamente también le chupé el culo, todo el

ano. La gente miraba como le chupaba todo. Saludó a alguien y se acercó -Veo que tienes un

cachorro juguetón – Si es un maricón de primera, sácaté la polla que te la chupe también, ya verás

que bien lo hace. -Venga marica hazle una mamada a mi amigo. Ahora tenía dos pollas que chupar y

estaba realmente cachondo. -Vamos a follarle aquí mismo. Había unos sillones libres en frente y

como si fuera un perro a cuatro patas, fui desplazándome como me indicó mi amo. Uno se sentó y

me indicó que se la mamara mientras mi amo sacaba de una bolsita el lubricante y unas gomas.

Sentí el frío del lubricante en mi ano y como golpeaba él con su miembro en los mofletes de mi

culo, me di cuenta que su polla ya estaba muy dura. Sentí su miembro esta vez muy caliente como

se abría paso entre mi carne, como mi ano se dilataba para abrazar el miembro viril que me

penetraba y me proporcionaba el placer que buscaba, además de tener en mi boca otro cipote bien

duro al cual abrazaba con mi lengua recorriendo todo el glande y ese mismo glande lo sentía en mi

garganta cuando con ansia me lo metía todo lo dentro que podía con esa glotonería propia del

mayor de los deseos. Tenía una polla en mi culo follándome, sintiendo cómo los testículos

golpeaban mi escroto y tenía otra en la boca que intentaba tragar entera, hasta los mismísimos

testículos y aunque me atragantaba y me costaba respirar no cesaba en chupar todo ese miembro

hasta el último milímetro.

Cambiaron de ubicación el uno de culo a la boca y el otro de la boca al culo pero yo estaba tan

caliente que no me estaba dando cuenta del espectáculo que estaba ofreciendo. Se había

arremolinado la gente para ver el espectáculo, unos se masturbaban viendo como nos lo

montábamos, otros se morreaban, otros se metían mano y acariciaban sus vergas, unos a otros se

miraban con deseo, mientras me follaban y mamaba un rabo. -Me corro chaval -Joder!! Yo

también... Sigue chupando, sigue.. Se agarro el miembro con una mano y mi cabeza con la otra y

con unas cuantas sacudidas aquello empezó a manar semen lo noté caliente en mi boca, en mi cara,

en mi pelo... El que me estaba dando por el culo sacó la polla y se quitó rápidamente el preservativo

empezó a correrse en mi espalda, en mis testículos y en mi ano. Cuando acabó me volvió a meter

su polla dura en el ano y permaneció quieta... Una gran ovación, un gran aplauso escuché cuando se

corrieron mis dos parteners que se fueron inmediatamente dejándome allí solo. A la gente le había

gustado aquel espectáculo y me decían -Córrete que te veamos. Estaba tan excitado que me sentía

en un estado distinto al habitual. Tanta gente extraña viéndome desnudo, tomando por el culo y

mamando un rabo a la vez que me sentía flotar. -Correte!! Me decían... Me tumbé en el sillón y dije

-Alguien me la quiere meter mientras otro me la menea... Mis deseos fueron órdenes.

Inmediatamente tenía una polla dispuesta a follarme el culo, otro me agarró el rabo y empezó a

masturbarme y otro tipo me metió su rabo en la boca. La gente no se había ido esperaba el último

acto, mi gran corrida... en unos minutos empecé a correrme, siempre me gustó correrme con una

polla en la boca y otra en el culo, para mi es lo mejor del mundo. La gente volvió a aplaudir,

algunos como el hombre que me estaba dando por el culo presa de la excitación se corrían también

y acudían donde yo me encontraba para echarme toda su leche. Después del orgasmazo casi no me

daba ni cuenta pero estaba lleno completamente de semen. Como no tenía toalla no pude quitarme

nada y tuve que recorrer toda la sauna bañado en semen. Hasta recoger una toalla y ducharme. La

gente se reía viéndome la cara, el torso, la espalda, el culo, el pelo lleno de churretes de semen.

Sentía mucha vergüenza, a la vez que una gran excitación, no sólo estaba desnudo, tenía lleno el

cuerpo de semen sobre todo la cara y habían visto como me follaban varios hombres y eyaculaban

sobre mi. Las risitas y las miradas me avergonzaban a la vez que me excitaban. Cuando me duché,

me fui al bar a tomarme algo. La gente se me acercaba y me hacía comentarios de todo tipo. -

Tienes un buen culo. -Follas como una ramera... -Estas muy bueno, cuando quieras follar me lo

dices. -No he visto a un tío tan marica como tu, enhorabuena, te felicito. Pero la mejor proposición

fue la que me hizo un desconocido – Te he visto follar delante de la gente y no te has cortado nada.

Si te apetece intentar ser actor porno llámame... Y me dio una tarjeta