Casi cojo a mi cuñada
Despues de esperar mucho, tuvimos un breve contacto... con un desenlace insperado.
(Recomiendo la lectura de mis relatos anteriores, para coger el hilo de la historia)
Aunque durante un tiempo no volvimos a hablar de los hechos, a partir de la vivencia anterior, comencé ya de un modo casi explícito a intentar rematar mis deseos, en toda ocasión que se presentaba, intentando lo que vulgarmente se llama "nadar y guardar la ropa".
Cierta mañana de sábado, cuando subí a la azotea, para ver donde instalar una antena de satélite, al asomarme a la mediana, observe un panorama arrollador, había dos cuerpos estupendos y maravillosos tumbados al sol, completamente desnudos, mi cuñada y su hija mayor Maria.
Debo decir que tengo la costumbre de andar descalzo por casa, con lo que al moverme no hago ruido alguno y ellas no me notaron.
Con toda la intención del mundo, me escondí entre ropa colgada a secar, de forma que ni ellas ni otros vecinos pudieran verme y poder observar la pareja.
El cuerpo de mi cuñada ya lo he descrito, y el de mi sobrina es el típico cuerpo adolescente, pechos pequeños pero perfectos, un pubis donde se notaba el asesoramiento de la madre, depilado hasta el extremo, cintura pequeña, piernas largas largas.
De todos modos, estaban las dos dormidas, así que me permití apoyarme en la pared medianera y disfrutar a solas y en paz de tan maravilloso espectáculo.
Unos minutos mas tardes, se oyó un ruido y apareció la Hanna, la cual las despertó a ambas, primero a mi cuñada, con un bonito beso en los labios, y una suave sobada en los pechos, después a la niña, ya de forma "civilizada".
Como podréis imaginar, aquella visión, mas el despertar, me puso a cien, pero no podía hacer nada porque estaba metido entre la ropa colgada, y tampoco quería que me vieran; así que fui discreta y directamente a la ducha fría, por supuesto, y eso que odio el agua que no esté moderadamente caliente, pero era un caso de urgencia.
Mis problemas se habían duplicado, ahora tenia dos cuerpos en mente, la madre y la hija . Siempre he sido de los que les gustan las mujeres mayores pero acababa de hacer añicos mis gustos, a partir de ahora no me gustarían solo las tías . sino también las sobrinas (perdonad el mal chiste).
Mi sobrina Maria, siempre fue recatada y nunca la había visto mas que como una niña, sin otras consideraciones, a partir de ese día, cada vez que se me arrima, algún ojo se me escapa a lo que pudiera haber a la vista, pues hay tanta confianza, que siempre aparece algún centímetro de mas.
Unos pocos días después, estando con un día libre solo en casa, llegó mi cuñada y dado que ya llevaba tiempo detrás de ella, fui sacando el tema físico poco a poco, al ver que ella me seguía sin temor alguno, saqué la visión de la terraza, a lo que ella dijo que sí, que lo hacia con frecuencia, no cayó en la cuenta que a veces acompañada, cosa que naturalmente omití.
Me preguntó que si me había gustado la vista, a lo que contesté que gustado no, que me había encantado, a lo que respondió que por que no la había despertado.
Le dije que ganas me entraron de hacer lo mismo y ponerme a su lado, me miró con cara de picará y me preguntó que si para ponerme moreno, yo le dije que para ponerme "morado", cosa que le hizo mucha gracia.
Entonces le recordé el día de la partida, el deseo que me atenazó, lo que estuvimos a punto de hacer.. ella me explicó que si, que por un momento también tuvo esa idea, el intercambio de parejas, pero que allí en el salón de su casa, no le pareció oportuno y por eso cortó el asunto.
Cuando me hubo explicado el tema, me preguntó que si tenia fuego, le dije que si que en la cocina y allí mientras buscaba un encendedor, me acerque por detrás y la cogí por las caderas.
Ella se quedó quieta y me preguntó que si la deseaba, a lo que contesté que sí que con locura, se hechó a reír y tomándolo como un si, subí las manos y le toqué los pechos por encima de la camiseta, los llevaba sueltos, sin sujetador y automáticamente los pezones se le endurecieron; de nuevo apareció ante mi la imagen de la noche de la partida.
Tuve una erección instantánea, cosa que tuvo que notar a través de la ropa.
Por unos instantes se quedó quieta, con el cigarrillo en una mano y el mechero en la otra.
Bajé las manos y las metí bajo la ropa, y directamente sobre los pechos desnudos, y fui masajeándolos suavemente, pellizcándole los enhiestos pezones y al mismo tiempo la besaba suavemente la nuca.
Su reacción fue pegarse a mi, moviendo su lindo trasero de forma que me frotaba directamente, lo que aumentó de forma escandalosa mi ya enorme erección.
Empecé a bajar la mano hacia su sexo.. y al alcanzar el borde de la braguita.. me sujetó la mano y me dijo:
Aquí no
En ese momento me encontraba en un estado límite, así que le dije que subiéramos arriba, a la buhardilla, que allí aunque viniera alguien no nos molestarían.
Pero me paró nuevamente y volviéndose me dijo:
Ahora no
Fue como si me hubiesen dado con un martillo de 5 kilos, el dolor fue espantoso, debió verme tal cara de pena, que aupandose de puntillas, me dio un dulce beso en los labios. Y apartándome con suavidad me dijo:
Esto hay que organizarlo mejor
Y se marchó quedándome de piedra, allí, como un tonto, mirando el fregadero, debí estar mucho tiempo, porque un rato después llamaron al teléfono y no supe decir el tiempo que pasó.
Pero por lo menos tenia una experiencia agradable y una esperanza.