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Una aventura que nunca olvidarás

Mi nombre es Harold, Harold Gutierrez mejor dicho, desde muy joven he tenido una gran habilidad para conquistar a mi género opuesto, nunca lo había aprovechado hasta los 17 años, cuando estudiaba en mi colegio, llamado "Mattías de la Valle".

Mi primera experiencia fue con la profesora de física, llamada Patricia, pero los otros profesores le decían Patty, era de una edad ya avanzada, pero poseía unos glúteos exuberantes, a suerte, física solo tocaba los jueves, y era algo irónico, porque era flaco y con gran físico, pero a pesar de eso, me aburría las clases, debido a que la profesora solo nos hacía subir y bajar las escaleras, jugar fútbol o carreras, que era todo lo contrario de física, que era jugar una variedad de deportes (según yo). Bueno, algunas veces, los jueves, la profesora nos daba clases de baile; ella siempre usaba un polo de maratón, al parecer era buena en eso, pero para los bailes, se ponía un polo más pequeño, y sus grandes nalgas sobresalían en el coliseo (donde eran las clases de física), los alumnos, como eran inocentes, no se percataban de eso, pero yo, que era un pervertido, por así decirlo, le miraba a cada rato, y todos, obviamente, creían que estaba imitando los pasos de baile, sus glúteos eran tan exuberantes, que se me paraba de una, así que debía ir al baño y masturbarme un rato. Después de unas clases, supe que debía no masturbarme con ella, sino tenerlo con ella, y dí paso a mi plan.

La siguiente clase, cuando acabó el curso de física(a suerte siempre era la salida después de esto), en vez de irme a mi casa, decidí ayudar a la profesora a llevar las pelotas u otras cosas que usa en la clase, ella me agradeció y fuimos a la oficina del profesor de física, donde se dejaba las cosas. Le ayudé y me fuí, pero en el transcurso, le pregunté algunas cosas, como hobbies y eso (para aumentar la confianza entre los 2 y luego avanzar al segundo nivel). Era así todos los días,y, cuando tocaba las clases de bailes, aprovechaba a mirar su gran trasero, que parecía muy sabroso, y cuando la ayudaba,  a suerte no se cambiaba de polo,y a sí aprovechaba a mirarle sus nalgas en el camino.

Fue así en la cual la ayudé por 10 clases aproximadamente, teníamos una gran confianza, incluso podrías decirle que piropeaba con ella de una forma que no se de cuenta, y ella lo tomaba como a broma. Cuando llegamos a la oficina, los dos llevábamos 6 pelotas, y decidimos dejarla en el mismo lugar. Ella me dijo:

-Déjalas aquí Harold, el profesor luego vendrá a recogerlas-

-Está bien profesora- Respondí.

Decidimos a dejar las pelotas, cuando, por casualidad, nuestras frentes chocaron, nos quejamos y reímos un poco por unos 3 segundos. A lo cual ella me dijo.

-¿Estás bien Harold?

-Sí- Le respondí con una sonrisa, sobándome la frente.

De la nada, ella se acercó y me dió un beso en mis labios. ¡Funcionó! pensé. Yo, le devolví el beso, y así nos empezamos a besar con la boca abierta, y luego, con la lengua, ella me agarró mientras me besaba, y yo aproveché a tocarle los glúteos, así fue por un largo rato, mi pene estaba parado, y ella lo acarició, yo dejé de tocar sus glúteos y toque sus senos, estaban bien formados a pesar de su edad, ella soltó un gran gemido, nos seguimos besando con la lengua, hasta que escuchamos los pasos del profesor de física. Y decidimos irnos, el sólo nos miro y dijo:

-¡Muy tarde!-

A lo cual nosotros nos reímos.

LLegué a mi casa y esperé con ansias a que fuera jueves.

Así pasaron los días, pensando en ella, y cada vez que pensaba en ella, su cara me parecía más bella, y sus glúteos, más sabrosos, que solo se me paraba con pensar en ellos. El día jueves llegó, esta vez, ella dijo que haríamos baile todo el día, se puso su polo corto y empezó a bailar, yo la imitaba, pero a la vez, miraba su trasero, a pesar de que era un buzo el que usaba, se le notaba su exuberante trasero. Esta vez, ella sudó mucho, y pude ver que sus pezones se notaron por su polo, los miré fijamente sin que ella se de cuenta, esperando a que todos se fueran del coliseo, hasta que al final nos quedamos los dos sólos. Ella me dijo:

-Harold, ven, sígueme al baño-

Yo la seguí al baño de mujeres, ya dentro, ella me miró, se acercó a mi y me empezí a besar, yo, le agarré sus glúteos e hice lo mismo, esta vez fueron unos muy apacionados, se podría decir que intercambiábamos lenguas, ella se exitaba cada vez más, yo la miré...Y nos seguimos besando, ahora le toqué los pechos, y se los empecé a mover, pero, como no era suficiente pasión, decidí sacarle su polo, ella sabía lo que quería hacer, y, rápidamente se lo sacó, también lo hizo con el sostén, sus senos eran muy redondos, a lo cual, le agarré los pezones y a tocar su vagina. Ella gimió, yo le saqué el pantalón, ella me ayudó a hacerlo, al sacárselo, tenía una tanga, yo le dije:

-¡Vaya, si que necesitas un hombre!

Ella me miró con una cara de placer, a lo cual yo proseguí a sacarle su tanga, estaba toda desnuda, era un sueño hecho realidad, yo me saqué mi ropa de deportes rápido, ella me miró y me dijo: -¡Wow, tu sí que me harás el día!- Mi pene estaba todo parado, y era muy grande, entramos a una cabina del baño, y decidimos hacer un anal, debido a que no queríamos tener un accidente, se lo metí todo, ella se masturbaba, y gemía, yo mientras le metía mi miembro, le agarraba sus tetas o sus glúteos, ella gritó: -¡Más!, ¡nalguéame!- A lo cual yo le empeze a azotar sus formados y exuberantes glúteos, estuvimos así como una hora, cuando de repente dije:

-¡ME VENGO!- Le dije

Mi semen salió, ella soltó una gran gemido, mientras yo le agarraba sus senos y acariciaba sus pezones, de repente, el profesor entró al coliseo y dijo:

-¡Patty! ¿Estás ahí?

-¡Sí!- le respondió

-¿Dónde estás?-Le preguntó el profesor

-En el baño- dijo ella

El profesor al oír esto dijo: -Ok, creo que me llevaré los balones por tí, será mejor que te apures, ya esta atardeciendo.

-Claro profesor- dijo ella.

Yo me tranquilicé debido a que mi pene estaba atras suyo, y si hacía un ruido, estaba expulsado. La profesora me miró con una cara de complacida, decidimos cambiarnos, y por primeras vez, nos despedimos con un beso en la boca. Nos fuimos del colegio por diferentes lugares, para que no sospecharan de nosotros, a suerte, me había dado su número de celular, para que tengamos sexo el rato que ella quería, por suerte, era soltera. Estaba muy relajado, toda mi presión del colegio se había pasado. Lo había hecho por primera vez, fui a mi casa y decidí darme un baño, me recosté en la cama y me masturbé pensando en ella. Esperando a que ese hecho sorprendente se repitiera una y otra vez.