Casada follando con perro

A diferencia de muchas mujeres que dicen que su hombre no las satisfacía en la cama y que por eso buscan algo fuera del matrimonio, mi caso es completamente distinto. No se como llamarlo, quizás sea una enfermedad, pero el caso es que mi cuerpo a cada momento del día me pedía sexo.

CASADA FOLLANDO CON UN PERRO

A diferencia de muchas mujeres que dicen que su hombre no las satisfacía en la cama y que por eso buscan algo fuera del matrimonio, mi caso es completamente distinto. No se como llamarlo, quizás sea una enfermedad, pero el caso es que mi cuerpo a cada momento del día me pedía sexo.

Con mi marido hacíamos el amor casi todas las noches, incluso sin importar que yo estuviese en mis días. El siempre me decía que yo era una excelente mujer en ese aspecto y que no tenía nada que reprocharme, que incluso sentía que aveces era el que se me andaba corriendo por miedo a no poder cumplir su rol de macho. Incluso llego a consumir pastillas que prolongaban su erección. Lo hacíamos en cualquier parte, incluso una vez lo llegamos hacer mientras el iba conduciendo por la carretera.

Me hubiese gustado que él hubiese sido un poco más "sucio" por decirlo así y haberme propuesto hacer un trío con alguno de sus amigos, pero la única vez que tocamos el tema, él me dijo que terminantemente nunca permitiría que un hombre, que no fuera el, me tocara.

De todas formas, aun siendo tan ardiente, con un muy buen físico y con millones de insinuaciones que tenía por ahí, nunca me anime a tener nada por fuera. La verdad amaba locamente a mi marido y sabía que el no me perdonaría ni un renuncio.

Pero mi cuerpo pedía mas de lo que mi marido me entregaba, y mis masturbaciones mientras el no estaba, se hicieron cada vez mas frecuentes, pero sin lograr aplacar el fuego que tenía dentro de mi. Fue así como me introduje en el mundo del Internet, donde un sin número de ofertas sexuales, videos, fotos, relatos, chats daban en parte sentido a mis masturbaciones. Fui infiel muchas veces a mi hombre, pero solo virtualmente, manteniendo muchos amantes a través de cámaras o mails que no hacían otra cosa mas que aumentar mas mi fuego interno imaginando que todas esas ideas se podrían hacer realidad algún día.

Pero igual todo esto no era suficiente. Mi cuerpo quería algo verdadero, algo palpable, una verga dura dentro mío.

Fue en ese buscar nuevas emociones, que descubrí esta pagina donde se contaban relatos zoofilicos. Mi mente comenzó a vagar por este mundo prohibido, leyendo relatos de muchas mujeres que saciaban sus deseos con canes, disfrutando locamente de estos encuentros. Mas, todo eso también quedaba solo en ideas, ya que en nuestra casa no teníamos perro.

Pero el destino quiso ayudar a esta pobre mujer y una noche en que fueron a tomarse un trago mi cuñada y su marido, nos comentaron que la próxima semana saldrían de vacaciones por 2 semanas. Mi interés se centró especialmente en "Donkan", su perro pastor alemán, preguntando si lo llevarían a las vacaciones. Mi cuñada me dijo que no, que lo dejarían en un hotel canino en una veterinaria, donde lo cuidarían hasta su regreso. Inmediatamente me centré en ese tema, aludiendo a que el pobre perro seguramente estaría encerrado, que era cruel para el y que me ofrecía a cuidarlo, por el tiempo que durara su viaje. A mi marido le sorprendió un poco mi propuesta y mi cuñada, que quería mucho a su perro, me dio eternamente las gracias, diciendo que prefería que se quedara 100 veces en nuestra casa que en una fría perrera.

Mientras pasaban los días, mi mente no dejaba de pensar en lo que estaba a punto de hacer. Me moría de ganas de experimentar lo mismo que habían disfrutado muchas mujeres y por lo mismo, me dedique a leer mucho mas del tema, encontrándome que la mayor parte de los relatos, el protagonista principal era un pastor alemán.

Al fin llego el día en que "Donkan" llego a mi casa, acompañado de un tremendo saco de alimento para perros. Mi cuñada dándome una pequeñas instrucciones, respecto al agua y alimento, se despidió de su perro, dejándomelo a mi completa disposición.

"Donkan" era un perro muy hermoso, grande de 4 años. Su pelaje era precioso, con un gran pecho imponente, lamentablemente por su pelaje no pude mirar lo que tenía bajo su barriga, pero me imaginaba que tendría que estar de acorde con su cuerpo y estampa.

Ese día domingo lo pasé todo el día con mi marido y no pude prestar mayor atención a nuestro invitado, pero mi sexo pedía gritos sentirlo dentro de el, y no me quedó mas remedio que calmar en algo mi pasión con la verga de mi marido esa noche.

Al otro día, mi marido se va a trabajar y apenas sentí que su auto se marchó, me levanté a mirar a nuestro invitado. Salí en batas al patio y lo encontré durmiendo sobre las frazadas que mi cuñada le había traído, dentro del lavadero. El perro apenas me vio levantó la cabeza y comenzó a mover la cola como sabiendo lo que le esperaba.

Lo acaricie en su cabeza, y luego en su barriga, tratando que se diera vuelta para ver que era lo que ocultaba. Mas el perro no se dejo y solo se levantó a languetearme la cara. "Donkan" como me había dicho mi cuñada era un perro muy dócil y para nada bravo. Mi mente comenzó a volar y cerciorándome que mi marido ya había llegado a la oficina y que no se devolvería por nada que se le hubiese quedado, abrí la puerta de la cocina y "Donkan" inmediatamente entró.

Con grandes zancadas recorría cada rincón de la casa, olfateando todo lo que estaba a su alcance. Sin mas preámbulos, lo hice entrar a mi dormitorio, cerrando la puerta tras de mi, para evitar que se saliera. EL seguía olorosándo todo lo que encontraba a su paso, dando un salto se subió a la cama, y su nariz se pegó a las sabanas que aun mantenían seguramente restos de la sesión de sexo con mi marido. Mis manos inconscientemente se metían bajo mi corta camisa de dormir restregándome fuertemente mi sexo, que completamente mojado, pedía a gritos sentir la verga de semejante animal.

No aguanté mas y tal cual como lo había visto en un vídeo, ( uno de los tantos que bajé), me dispuse a colocarle en sus patas delantera dos calcetines, para evitar que me rasguñara. La verdad me constó mucho hacerlo, ya que el perro muy inquieto, jugaba conmigo. Una vez que mi compañero estuvo vestido de acuerdo a la ocasión, en segundos me desnudé completamente y acostándome de espaldas sobre la cama, separé las piernas y me comencé a masturbar. Donkan nuevamente se sube a la cama y quizás por el olor que emanaba de mi sexo, su fría nariz se metió entre mis piernas. Por instinto su lengua comenzó a lamer los jugos que brotaban de mi concha.

Casi me morí de placer la sentir esa gruesa lengua dándome placer oral, mucho mas que la lengua de mi marido, quizás por su textura, quizás por su grosor, no lo se, o quizás simplemente por sentir el placer que estaba haciendo algo prohibido, algo morboso.

La lengua del can no dejaba de explorar mi sexo y yo con las piernas completamente abiertas, en extremo caliente, dejaba que el me degustara la concha a su antojo.

EL tiempo se detuvo para mi y solo abrí los ojos cuando mi compañero, quizás luego de haber bebido todos mis jugos se coloca de pié a mi lado. Mis manos inmediatamente se metieron bajo su barriga, encontrándose con una tremenda verga que comenzaba a salir. Comencé a masturbarlo y Donkan se quedo completamente quito, sintiendo como mi mano lo tocaba. Me costo mucho colocarlo de espalda, pero cuando lo hice y al ver toda su verga expuesta quedé completamente sorprendida. Era un tremendo pedazo de carne, completamente roja, gruesa y muy dura. Aun siendo muy escrupulosa, no me di cuenta cuando mi boca estaba pegada a esa tremenda cosa, chupándola afanosamente, apenas logrando que entrara completamente en mi boca. Donkan con su respiración completamente agitada, se quedaba quieto para dejarme a mí, ahora devolverle el placer oral que me había entregado.

Estaba hirviendo de caliente y ya quería de una vez por todas sentir esa gruesa herramienta dentro mío, a si que separándome de el, me coloque en cuatro patas. Donkan salto como un resorte y su lengua ahora me comenzaba a lamer el ano. La sensación era divina pero no duró mucho ya que sentí todo su peso en mi espalda y como su gruesa herramienta buscaba por donde entrar. Casi me la mete en el culo, cosa que tampoco me hubiese molestado, pero no me encontraba preparada, a si que llevando mi mano hacia atrás, le dirigí su cosa a la entrada de mi concha.

Tan solo con colocarla ahí, sentí como esa tremenda verga entraba completamente dentro de mi, bruscamente, haciéndome gritar de dolor y placer. Me sentía completamente llena y la velocidad como el la hacía entrar y salir no me demoró mucho en lograr un monstruoso orgasmo, mordiendo la almohada.

Pero su gruesa verga seguía perforándome una y otra vez, y mi placer no se detenía, sentía como me quemaba mi sexo, completamente llena de verga, dándome un placer nunca antes sentido. La verga de Donkan se sentía cada vez mas gruesa, dándome mas placer aun y sin poder, ni querer contenerme comencé a acabar nuevamente. Eran dos monstruosos orgasmos que ese animal me entregaba, hasta que sentí como mi concha era inundada por un abundante liquido, que me dejó llena de semen, corriendo por mis piernas. Sentí cuando su gruesa cosa salió de mi sintiendo una ráfaga de aire entrando por mi concha completamente dilatada. Pero mi amigo tenia una nueva sorpresa para mí y nuevamente sentí su gruesa lengua limpiándome mi mojado sexo.

Fue una de mis mejores sesiones de sexo en mucho tiempo y mas aun viendo realizada mi morbosa fantasía. Pensaba que ese placer lo disfrutaría a diario durante 2 semanas y la sola idea me ponía muy golosa. Completamente desnuda salí caminando por la casa, llevando a mi gran amante al patio. Me metí a la ducha y me bañe muy bien para evitar cualquiera infección. Mientras el agua caliente recorría mi cuerpo desnudo mi men5te no dejaba de pensar en lo que recién había vivido, Como todas esa historias eran verdad, como un animal puede hacer que una mujer toque el cielo, y todo guardado bajo el mas profundo secreto. Solo dependía de mi disfrutar al máximo esas dos semanas, ya que para volver a tener una oportunidad así, pasaría mucho tiempo.

Salí de la ducha y me vestí con una ropa muy ligera. Hice algo de aseo en la casa y cuando me disponía a cambiar las sabanas de la cama, recordé lo vivido y quise experimentar nuevamente antes de hacerlo. Había transcurrido una hora desde la sesión, pero mi cuerpo con solo la idea de volver a sentir lo vivido, me pedía a gritos la verga de Donkan. Nuevamente abrí la puerta de la cocina y apenas lo llame, él apareció contento. No me falto invitarlo a pasar y caminando hacia mi cuarto, el me adelantó y se subió a la cama. Nuevamente me desnude completamente y mi sexo con solo saber lo que venía se humedeció completamente. Mientras trataba de colocarle los calcetines en sus patas Donkan alcanzo con su fría nariz una de mis tetas que hicieron inmediatamente que se me pararan. Apenas lo tuve con sus botas puesta me coste de espaldas en la cama y separe al máximo las piernas. EL sabiendo lo que me gustaba comenzó a lamerme el sexo. Verlo como me lo hacía me calentaba mas aun y arqueaba mis piernas para que el contacto fuera mayor aun. NO paso mucho tiempo para que el perro tuviese toda su cosa completamente afuera y colocándose sobre mi se movía buscando mi sexo. Le ayude levantado mi pelvis y nuevamente entró en mi partiéndome en dos. Sus movimientos eran divinos, como me excitaba sentir esa gran cosa una y otra vez saliendo de mi interior. Goce como una perra, pero quería probar algo mas ,a si que luego de una rato, viendo que el no se excitara mucho me logre salir de debajo de el y como pude me metí entre sus patas para chuparle su cosa. Quería sentir que el acabara en mi boca y con grande chupadas le sobaba las bolas. Su cosa completamente roja estaba ahí dentro de mis labios y sin darme ningún aviso comenzó a botar una gran cantidad de semen. El sabor era muy distinto al del hombre, pero de todas formas con lo caliente que estaba no dude en beberlo todo.

Esa mañana follé como tres veces con el y después de almuerzo, luego que mi marido se fue a trabajar unas tres veces mas. Y así toda la semana, logrando alcanzar grandes orgasmos con Donkan, solo deteniéndome los fines de semana cuando mi marido estaba en casa, para volver nuevamente el lunes, apenas el partía a su trabajo a sacarme las ganas con el perro.

Lamentablemente las dos semanas pasaron mucho más rápido de lo que yo pensaba, y volvió mi cuñada de sus vacaciones, llevándose a mi amante.

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